TERCER CANDIDATO ELIMINADO: TRAICION
Al otro día-
Yokozara veía con profunda pena como su amado consolaba el llanto incontrolable de su hermano, se sentía tan inútil al no poder hacer algo para ayudarlo también, pero sabía que era preferible que su amado se encargara de eso. Nadie conocía mejor a Ritsu que él, por lo que decidio retirarse a su habitación para darles espacio.
-Ritsu-no hubo respuesta, solo sollozos-Ritsu.
-Niichan…-murmuro apenas audible-…yo…ya no puedo con esto-decía acostado en las piernas de su hermano mientras este acariciaba sus cabellos-No puedo soportar ver a la gente morir.
-Lo se Ritsu, lo sé. No te preocupes hermanito, esto se terminara pronto, de hecho, hoy mismo podrás volver a casa conmigo.
El castaño abrió los ojos como platos, pero no lo demostró.
-¿Por-Por qué lo dices, niichan?
-Porque hoy se anuncia el ganador-sonrió con satisfacción-No se lo digas a Takafumi, pero le pedí a Madame Hatsune que me lo revelara “amablemente”, y me confeso que él es el escogido para ser el progenitor del Proyecto Renacimiento, lo que significa que podrás volver conmigo esta misma noche.
-¡¿En serio?!-se levantó de golpe con una expresión de completa furia, la cual cambio rápidamente al ver la mirada de sorpresa de Kirishima-Guau, es… ¡Es increíble!-fingió alegría-Entonces, hay que celebrarlo ¿no lo crees?
-Eh, claro- de hecho, ahora que recuerdo, traje una botella de vino para festejar, pero…
-¡Pero nada!-lo interrumpió-Anda por ella, yo te espero en la habitación de Oniisama para celebrar, se va a poner muy feliz. Además, por fin podre irme a casa y olvidar todo esto, eso también hay que celebrarlo.
Kirishima lo dudo por unos momentos, pero al ver la alegría en la mirada de su hermano decidio ceder a su capricho. El haría lo que sea para verlo feliz, y si eso era lo que quería para sentirse mejor se lo cumpliría a toda costa.
-Está bien Ritsu, si eso es lo que quieres, iré por el vino. Estoy seguro que lo deje en la entrada junto a todas mis cosas-dijo levantándose de la cama para salir.
-Sí, sí. No tardes niichan, por favor.
-Tranquilo, iré rápido.
En cuanto el oji-miel salió de la habitación, Ritsu se apresuró en sacar de su cajón un cuchillo lo suficientemente grande que había robado de la cocina de la cafetería donde les daban la comida, y salió a toda prisa directo al cuarto del oji-azul.
Sus dientes rechinaban con furia contenida, su mirada fácilmente fulminaría a cualquiera, y emanaba una oscura aura a su alrededor. Estaba furioso, y hasta esa palabra le quedaba corta a lo que sentía. Una vez más se había visto superado por su cuñado, una vez más había sido opacado por él. ¡Maldita sea! Esto no lo podía permitir, definitivamente no podría.
“Esta vez no Takafumi, no dejare que me ganes otra vez. ¡Ya me arrebataste el amor de mi hermano, no me quitaras la gloria que por derecho me pertenece, no te lo voy a permitir!”
Y entro azotando la puerta contra la pared, asustando en el proceso al oji-azul quien se volvió sorprendido hacia un castaño lloroso.
-¿Ritsu? ¿Qué haces aquí? Creí que estabas con Zen. ¿Pasa algo?
-Nada, solo…-camino cabizbajo hasta quedar frente a él, y se dejó caer de rodillas abrazando y rompiendo en llanto-¡Onii-sama!
-¡¿Ritsu?! ¿Qué pasa?-pregunto sorprendido tratando de levantarlo.
-Cuñado, por favor detengamos esto-decía desesperado-Somos los únicos candidatos que quedan vivos. ¡Nada de esto tiene sentido! Ya no quiero ver morir a la gente.
-Rtisu, yo…
-Cuñado, tú conviértete en el progenitor de nuestro rey. Mi hermano también te apoya a ti. ¡No deseo un no como respuesta! Hazlo por nosotros, Onii-sama.
Takafumi estaba impactado ante las palabras del castaño, no podía creer lo que oía. Ritsu había renunciado al proyecto, lo cual le daba la victoria a el automáticamente. Era cierto, como cualquier otro candidato había deseado ganar, pero que su cuñado le cediera el juego no estaba en sus planes.
Sonrió conmovido. Ritsu de verdad era un alma tan bondadosa e inocente, ahora deseaba más que nunca protegerlo, incluso a costa de su propia vida.
-Muchas gracias, Ritsu-lo levanto del suelo, mirándolo a los ojos-Todo estará bien, te lo prometo. Sin importar lo que pase, no dejare que mueras, yo te protegeré-y un cálido abrazo llego para completar el momento.
OOOOOO
Kirishima caminaba rápidamente por los pasillos hacia la habitación de su amado, no entendía porque, pero sentía un mal presentimiento en su pecho. Una sensación de que algo no estaba bien, como si algo malo estuviera a punto de suceder.
“¡Demonios! ¡¿Qué mierda me pasa?!”-gruñía, comenzando a correr a su destino. A lo lejos logro visualizar la puerta abierta de la recamara del oji-azul, y se apresuró a llegar a ella-“Takafumi, Ritsu…”
OOOOOOO
“Atención por favor, el candidato número dos reportarse al salón principal del templo. Candidato número dos, reportarse al templo”-Resonaron las bocinas de los pasillos.
-Parece que te llaman-dijo suavemente el castaño, separándose de Takafumi.
-Sí, así parece. ¿Quieres…
Onodera negó con la cabeza.
-No, me quedare aquí si no te importa. Quiero dormir un poco.
-Claro, entonces-tomo su gabardina-Nos vemos más tarde, Ritsu.
-Si-sonrió falsamente.
“¡Maldito seas Yokozara Takafumi! ¡Maldito imbécil!”-Verlo caminar hacia la puerta con aires de grandeza solo aumentaron su ira. Saco el cuchillo de la manga de su saco y lo empuño con furia y envidia-“¡No seré tu sombra de nuevo! ¡No más Yokozara!”-dio un paso hacia el-“Muere….”-otro paso-“¡Muere!”-y otro paso-“¡¡¡MUERE!!!”-Y entonces, todo pareció suscitarse en cámara lenta.
Takafumi solo pudo sentir un fuerte dolor en su espalda que lo obligo a detenerse, la sangre salpico el suelo y el rostro furioso de Ritsu, y Kirishima abrió los ojos como platos soltando sus pertenencias al ver un puñal atravesar el cuerpo de su amado. El impacto lo paralizo en la escena.
Flores de sangre brotaron de la espalda del oji-azul, el castaño soltó el cuchillo al tomar noción de lo que había hecho y las lágrimas se escurrieron de sus ojos. Vio con dolor a su cuñado se derrumbarse hasta sus pies, lo cual lo hizo caer de rodillas a su lado observando con horror sus manos llenas de sangre inocente.
-¡¿Qué hice Onii-chan?!-miro llorando a su hermano que se encontraba paralizado en la puerta-¡¿Qué hice Onii-chan?!...¡¿QUE HICE ONII-CHAN?! ¡NOOOOO!
Agonizando, lo último que Takafumi vio con profundo dolor fue al hermano de su novio llorando, para luego cerrar los ojos para siempre.
“¿Por qué? ¿Por qué…Ritsu?”
To be continued…