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El Retrato de Yokozawa por Mariela

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Notas del capitulo:

Y AQUI ESTA, EL TAN ANSIADO EPILOGO JEJE

DISFRUTEN Y NO OLVIDEN COMENTAR

EPILOGO

-¿Así que no quiere verme?-pregunto con la mirada ensombrecida y dando otro trago a su botella de licor.

-No dije eso….-respondió apenas audible-Realmente no dijo nada al respecto, pero vendrá. Estoy seguro de que…

-Sé que eres mi amigo Ryuuchirou, pero prefiero que me hables con la verdad. El no vendrá.

-No puedo obligarlo a nada Zen. Además, si te hace sentir mejor, él tampoco se ve bien con esta situación-cruzo las piernas recargándose en el sillón-Ha pasado mucho tiempo aislado de todo, es como si se hubiera encerrado una burbuja de la que le es difícil salir incluso el mismo.

-¿Y qué es lo que hace?

-Pintar-entrecerró los ojos-Pintar al fenómeno ese. Debo admitir, sin embargo, que sus pinturas son buenas, ganarían mucho si la vendiera pero no lo hace. Solo las colecciona en su  habitación.

-Ya veo…

-Creo que deberías olvidarte de él. Tienes una hija a la cual estas descuidando por pasar cada segundo del día buscando a ese idiota, detén esta tontería y búscale una madre de verdad. Solo la has llenado de ideas inútiles como “Takafumi va a regresar”, la estas ilusionando y eso aumentara la decepción cuando se entere que en realidad, él no va a volver.

-Si olvidarlo fuera sencillo ya lo habría hecho Isaka-lo miro con molestia-Y no tienes ningún derecho a meterte en mi vida. Yo sé cómo crio a mi hija.

-Si claro.  ¿Sabes? Es curioso que digas que no es sencillo olvidarlo-se levantó de su asiento-Y que no hayas hecho ni el intento de lograrlo.

-¿Qué insinúas?-levanto una ceja en señal de ira

-Nada-se volvió hacia la salida-Nada.

-¿A dónde vas? Dime donde lo puedo encontrar.

-Si vas a insistir en seguirlo, no cuentes conmigo. No pienso decirte nada.

-No te estaba preguntando-se levantó, lo tomo del brazo con  brutalidad y lo estrello contra la pared mirándolo con furia- Dime donde está, Ryuuchirou.

-¿Y si no quiero?-dijo desafiándolo-¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a sacar información a golpes? ¿o me vas a matar?-lo empujo apartándolo-El solo te hace daño Zen, si realmente te amara habría vuelto por su propia voluntad.

-¡Cállate!

-¡Esa es la verdad y lo sabes! Solo que te niegas a aceptarlo. Yokozawa ama a Iokawa, ¡Entiéndalo!

-¡Cierra la boca! ¡Eso no es verdad! Takafumi solo…-bajo la mirada- Solo está confundido.

-¡¿Confundido?! ¡Por favor! ¡Ni tú mismo te lo crees Kirishima! Esa zorra no merece tu…

¡PLASS!-Una bofetada llego para callar sus palabras. El golpe fue tan fuerte que el peli-negro perdió el equilibrio y cayó al suelo. Su mejilla se puso intensamente roja, y el dolor era insoportable.

-¡¡NO VUELVAS A DECIR ESO!!!-grito alterado.

El peli-negro lo miro con el ceño fruncido, se levantó y sin decir nada, salió del despacho dejando solo al castaño.

Kirishima  se volvió a sentar a en el  sillón y escondió su rostro en sus manos para ocultar sus lágrimas.

“Lo siento Ryuuchirou, lo siento”

OOOOO

Y ahí estaba, parado frente a una fría tumba. El viento soplo revolviendo sus cabellos y su gabardina negra, las hojas de los arboles ya empezaban a despegarse lo cual indicaba la estación del año. Otoño.

Sonrió con nostalgia. Otoño. En ese momento pensó que sin importar en  que estación del año estuviera, los recuerdos nunca lo abandonarían.

“Otoño. Como la primera vez que jugamos juntos…”

Flash back

-¡Vamos, atrápame!-corrió aumentando la velocidad

-No corras tanto Shiro.

Dos niños corrían alegremente entre los pastos verdes del campo a las afueras del pueblo. El más pequeño intentaba por todos los medios alcanzar al mayor, pero era claro que ya estaba cansado. Al ver la respiración jadeante de su amigo, Iokawa decidió detenerse para que el menor lo alcanzara.

-Te atrape-dijo con emoción.

-Bien hecho Takafumi-le sonrió

-Ahora, ¿a qué jugamos?

-Hmmm, deja me pensar-tomo su barbilla en señal de meditarlo.

En ese momento, un pajarillo azul paso volando sobre ellos y al peli-negro tuvo una idea.

-¡Ya se! Atrapemos a ese pájaro-lo señalo

-¿Qué? pero está volando muy rápido, y aunque lo persigamos, nunca lo atraparíamos a esa altura.

-Tienes razón, pero en cualquier momento tendrá que aterrizar ¿no? O llegar a su nido. , y entonces será nuestra oportunidad. Hay que seguirlo.

-No lo sé. Creo que suena algo tonto. Además, solo un loco querría atrapar un pájaro así.

-Que bien-tomo su mano-Porque yo lo estoy, y si estás conmigo tú también.

-¿Qué?

-¡Vamos!-lo jalo y pronto comenzaron a correr detrás del dichoso pájaro.

Las hojas de otoño caían como lluvia al adentrarse al bosque, los rayos del atardecer los iluminaban y sus sonrisas brillaron aún más, cautivando al otro. El dulce aroma de las flores, y el frio otoñal daban el toque perfecto, y juntos siguieron corriendo. Takafumi reía, Iokawa reía, la alegría era mutua, quizás entonces, el corazón de ambos comenzó a latir de forma diferente. Amor.

Amor del más inocente, pero como la misma inocencia, se selló arrastrando dolor a su lado.

Mas sin embargo, en ese momento no importaba.

No importaba.

Fin del flash back.

“Shiro, siempre vamos a ser amigos ¿verdad?”

“Claro Taka-chan. Siempre.”

 

 

“Quizás, la eternidad no dura lo suficiente” –Una lagrima traicionera se escurrió de su ojo izquierda, y ella abrió paso a muchas más.

 

“Shiro, alcánzame, No corras-Te quiero Taka-chan, Yo también te quiero Shiro-Jajaja, reírse de la gente que se cae no es gracioso-¿Por qué lloras Takafumi?, Porque esos niños no me dejaron jugar y me dijeron cosas muy feas, Ya no llores Taka-chan, yo estoy aquí-Shiro, tu eres mi amigo, Y tú el mío Takafumi-Nunca me abandones, Nunca lo hare-Shiro, tengo miedo a quedarme solo, No te quedaras solo, yo siempre voy a estar contigo…”

 

“Mentira”-Cayo de rodillas al suelo y oculto sus lágrimas entre sus manos, empezando a llorar con gran nostalgia. Su llanto era desgarrador, sus lamentos asustaron a la gente que estaba cerca, y este aumento su fuerza al pasar las horas.

“Dijiste que siempre estarías conmigo…¿Por qué te fuiste? ¿Por qué? …¿Por qué me dejaste solo?

 

“No lo estás”

 

Esa voz. ¿Acaso el…. Alzo la mirada en busca de la persona que le había respondido, pero no vio a nadie más que él, en el cementerio. Se puso de pie y paseo su mirada por las tumbas sin hallar a nadie, pero en cuanto se volvió de nuevo hacia la tumba todo el paisaje cambio a un jardín de rosas azules totalmente desconocido para él.

Y ahí, parado a unos pasos de él, se encontraba la persona que tanto anhelaba ver.

Mas lagrimas salieron de sus ojos.  Dio un paso hacia él, otro paso, y cuando se dio cuenta, ya estaba corriendo a su encuentro. Se lanzó a sus brazos estrechándolo con fuerza, intentando de esa forma que no se marchara más de su lado. Iokawa le correspondió llorando  también, siempre había soñado con este momento y ahora se le concedía el deseo.

Lo amaba, lo amaba tanto, que deseaba verlo feliz, nunca deseo verlo sumergido en tristeza con su muerte, no quería eso. Cometió errores, él también los cometió, pero era momento de avanzar hacia delante dejando todo atrás. Es por eso que estaba ahí, tenía que terminar lo que había dejado inconcluso en vida. Tenía que salvarlo.

-Shiro…

-Takafumi…-lo separo para mirarlo a los ojos-Te amo.

Yokozawa sonrió entre lágrimas, era ahora cuando aquella alegría se terminaba.

-Shiro, yo también te quiero, pero…

-Pero no así, lo sé-le puso un dedo en sus labios-Es por eso que estoy aquí. Tienes que volver con Kirishima.

-¿Qué? No. Shiro, yo quiero que me perdones, todo fue mi culpa. Perdóname por causarte tanto daño, yo no quise….no quise….no quise que salieras herido.

-Lo sé-sonrió- Yo ya te perdone mi amor, es hora de que lo hagas tú mismo. En este momento estas repitiendo la historia dejando de lado a Kirishima, tienes que volver con él, y decirle que lo amas.

-Pero…

-Taka-chan, tú ya me has salvado de las llamas del infierno. Creo que es mi turno de hacerlo. Ve con el-empezó a desaparecer-Y se feliz

-Shiro, no te vayas-intento tocarlo pero su mano lo traspaso-¡Shiro! ¡Shiro! ¡¡SHIROOOO!!

Al lanzarse a alcanzarlo, todo el paisaje desapareció de nuevo, dejando atrás el cementerio. Se quedó ahí, con la mano extendida hacia donde antes se encontraba Iokawa, y con las lágrimas escurriéndose como ríos de sus ojos.

“Shiro”

OOOOO

Caminaba por un sendero de piedras, dirigiéndose a un pequeño parque donde había niños jugando por doquier. Alzo la vista del suelo, y vio a un hombre de cabello castaño sentado en una banca junto a una niña pequeña que le sonreía alegre.

Sonrió. Estaba feliz de que el asistiera a la cita, por un momento había creído que no vendría, pero lo hizo. A pesar de todo lo que le hizo pasar, él estaba ahí, esperándolo, con esa sonrisa tan molesta pero a la vez llena de amor que tanto amaba.

Iokawa tenía razón, estaba repitiendo la historia y no quería eso, no de nuevo. Era hora de avanzar. Avanzar.

-¡¡ONI-CHAN!!-la pequeña, al verlo, corrió a sus brazos siendo seguida por su padre.

-Hiyo-la cargo   y la abrazos con fuerza.

Al ver a Kirishima acercarse, la bajo y se acercó hasta quedar frente a frente.

-Takafumi…-apenas pudo pronunciar su nombre.

-Zen…bajo la mirada-Perdóname, yo…-un abrazo llego para consolar su lagrimas que no se había dado cuenta que había empezado a derramar.

-Te amo.

Yokozawa sonrió. E Iokawa, desde donde estuviera, también lo hizo.

-Te amo.

-¡SIII! ¡Papa y Oni-chan están juntos!

Ambos rieron ante la pequeña niña, y extendieron el abrazo hacia ella.

 

“Se feliz  Takafumi, se feliz”

 

FIN


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