VICTORIA
Kirishima sentía que el suelo bajo sus pies desaparecía, se sentía hundido en la más profunda oscuridad. Su cuerpo no le respondía, y solo atino a correr al cuerpo de su amado para estrecharlo con desesperación en sus brazos, comenzando a llorar y gritar con dolor puro.
-¡¡¡TAKAFUMI!!! ¡NO!
Ritsu salió de ahí antes de que su hermano lo corriera, encontrándose en el pasillo a Madame Hatsune, y a los doctores Takano, Rin, Luka, y Meiko, sonriéndole de forma retorcida y malvada.
-¡Felicidades, joven pecador!-comenzó Madame
-Tú has eliminado a los otros candidatos-siguió Rin
-Ahora tú, Onodera Ritsu
-Sera el progenitor del rey Yokozawa Takafumi, la semilla de nuestra salvación será sembrada en tu vientre-termino Takano con orgullo en su mirar.
-…-el castaño no dijo nada, solo bajo la mirada y abrazo a su amado para que lo consolara.
Si realmente todo lo que había hecho estaba bien, ¿Por qué se sentía tan mal?
Dos días después-
Madame Hatsune supervisaba complacida el trabajo de sus subordinados para la inseminación del candidato Onodera. Ella debía admitir que siempre supo que el asesino de los otros sujetos había sido él, pero creía que su favorito tendría la fuerza para enfrentarlo de la misma forma, mas no fue asi. Estaba decepcionada, sin embargo, el proyecto debía continuar a toda costa.
Se sentía a unos milímetros de distancia para alcanzar su sueño, ya podía imaginar la Era que se avecinaba, una Era de paz y armonía, una Era donde la maldad y sus portadores serian erradicados de su mundo…una Era de felicidad plena.
-Madame Hatsune-se volvió hacia ella-Todo está listo para la inseminación.
-Perfecto Kaito-rio-Traigan al progenitor.
-¿Ahora?-pregunto sorprendido.
-Sí, ahora.
-Pero Madame, tal vez debamos esperar un poco, el equipo está agotado.
-No me interesa si están en coma, comenzaremos hoy y se acabó. Ahora ve por Onodera.
-Si mi señora-hizo una reverencia y se retiró.
“Hay Kurumi, si tan solo pudieras ver lo cerca que estoy de cumplir tu deseo…aunque claro, moldeado a mi manera, jejejej”
-A mi manera.
OOOOO
Se sentó en las piernas de su amado y rodeo su cuello con sus brazos mirándolo lascivamente, mientras él le devolvía la mirada acariciando su cintura.
-Veo que estas deseoso, Ritsu-dijo con sorna.
-Por supuesto que lo estoy, ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hicimos, quiero tenerte dentro ahora-intento desabrochar su camisa, pero fue detenido por el mayor.
-Pues lo siento, pero temo que no podemos tener sexo hasta que el proyecto termine.
El castaño chasqueo la lengua con fastidio y se levantó cruzando los brazos, observando con ira a su novio.
-¡Arg! Excusas, excusas, y más excusas.
-No te enojes Ritsu-cruzo las piernas con diversión-Quiero recordarte que esto nos conviene a nosotros, ya te he explicado muchas veces las ventajas del proyecto Renacimiento.
-Sí, sí, pero ¡Carajo! ¿Sacrificar mi cuerpo para traer un hijo al mundo? ¡Olvídalo! Encima de que ni sexo podremos tener.
-Oye amorcito, tu aceptaste y ni como echarte para atrás ahora-Takano lo miro a los ojos con total seriedad-¿Acaso no puedes entender lo provechoso de la situación? Nos haremos ricos y poderosos al convertirnos en los padres del Rey, tendremos el mundo a nuestros pies con el precio mínimo de criarlo.
-¡¿Mínimo?! ¡Yo creo que…
-¡Ritsu!-lo interrumpió molesto-Quiero que recuerdes porque aceptaste este trato precioso, tu querías una victoria sobre tu cuñadito perfecto-el castaño chasqueo la lengua-Y yo quería poder y dinero, nuestros intereses convergieron y ambos estuvimos de acuerdo. Te amo, pero decides echarte para atrás tendré que destruirte.
-¿Destruirme?-rio-Ceo que estas muy lejos de lograrlo.
-¿En serio?-enarco una ceja-Bueno Ritsu, yo no fui quien empujo a Kisa Shouta a un acantilado, ni quien ahorco a Kamijou Hiroki en su habitación, ni mucho menos quien traiciono y apuñalo por la espalda a su cuñado.
-Pero fuiste quien encubrió los crímenes, ¿recuerdas? Eres mi cómplice Masamune. Ahora, si lo que quieres es que engendre a ese niño, lo hare, pero cuando nazca TU te harás responsable, yo no pienso ni siquiera en cargarlo, ¿te quedo claro?
Takano rio en respuesta. Se levantó, tomo por la cintura al menor y dijo:
-No será necesario mi amor, Madame Hatsune y nosotros nos haremos cargo de su crecimiento y entrenamiento, tu corazoncito, solo tienes que fingir que los amas, que lo cuidas, que morirías por el-rieron juntos-Y que es todo tu mundo de la misma forma en la que fingiste ser un ángel ante tu hermano y su pareja, con tal de que el niño te aprecie. Eso es todo, ¿puedes hacerlo?
-Si es por ti, lo que sea Masamune.
Ambas miradas comenzaron acercarse lentamente deseando saborear los labios del contrario, y justo cuando se fundirían en un apasionad beso, las bocinas de los pasillos resonaron llamando al menor al laboratorio, por lo que a reñadientes tuvieron que separarse.
-¡Mierda! Lo que faltaba.
-Jejejej, vamos Ritsu. Llego la hora.
Takano tomo la bata que el castaño usaría, y salió junto a él, al laboratorio donde se llevaría a cabo la inseminación. Todos los doctores corrían de un lado a otro, arreglando los detalles de las maquinas que misteriosamente habían comenzado a fallar, algunos estaban desesperados por recuperar la información que se había perdido en las computadoras que estaban apagadas de forma definitiva, y los demás lo esperaban para llevar a cabo el proyecto.
Madame Hatsune fue la primera en acercarse a él para pedirle que se pusiera la bata y se acostara en la casilla.
-Esto será rápido, ¿cierto? –pregunto mientras le colocaban la mascarilla.
-Claro Onodera-san-respondió Meiko con una jeringa-Lo primero que haremos será inyectarle algo conocido como la “hormona hCG” para promover la ovulación, de tal manera que cuando el ovocito salga del folículo el semen este ya esperando, pero para esto debemos esperar 24 horas antes de depositar el semen.
-No entiendo nada de lo que me dice.
-Solo relájese-intervino Gakupo-Esto será más rápido de lo que imagina.
-Eso espero.
Justo en el momento en el que Ritsu cayó dormido, todo el templo se sacudió y una tormenta de relámpagos apareció.
“Es hora de intervenir, mi rey”
To be continued…