Heechul tiene novio, Heechul tiene novio». Se sentía aturdido. Ese apuesto hombre era suyo.
Fueron a la tienda de ropa en la planta baja. Siwon insistió en comprar todo lo que necesitaba ahora. Su pareja incluso lanzó otra chaqueta en el mostrador. Heechul tuvo la oportunidad de ver el precio en la etiqueta en esta ocasión. Quería matar al tipo que había arruinado su primera chaqueta. La maldita cosa no era barata. Heechul recordó el dinero en la otra chaqueta, se sentía intranquilo por haberlo dejarlo en el cuarto del hotel desprotegido.
Heechul vió a la mujer detrás de la registradora que agitaba sus pestañas hacia su pareja. Ella coqueteaba y se reía, haciendo su mejor esfuerzo por atraparlo. Perra. Esto iba a ser una pelea de gatos, porque nadie se metía con su lobo.
— Disculpe. ¿Puede por favor dejar de coquetearle a mi marido en frente de mí? Es muy grosero e irrespetuoso. —Heechul agregó un movimiento de su cabello para el efecto de reina de las perras.
— No veo ningún anillo. —Ella le lanzaba dagas con la mirada. Entonces, ¿la furtiva cazadora tenía garras? Heechul tenía su propio juego. Y eran agudas.
— Oh, cariño, tenemos anillos. Se llaman anillos para el pene, algo que no tendrás la oportunidad de ver. —Jaló a Siwon hacia él y le dio un beso empujando profundamente su lengua ahí en la tienda.
Siwon jaló a Heechul contra su cuerpo, profundizando el beso. «Será mejor seguirle el juego en esto sí quiero algo más de culo».
Quebrando el beso, Siwon le entregó su tarjeta de crédito sin dejar de ver a Heechul. Oh, él es bueno.
Ellos dejaron la tienda dejando atrás a una muy enojada cajera detrás de la registradora mientras se dirigían a los elevadores.
— Gracias. —Siwon le dio un pequeño beso en los labios.
— No hay problema. Este pene me pertenece, y el guapo atado a él. —Heechul se reía cuando se oyó la campana del elevador.
Heechul se puso la ropa limpia. Tomó su chaqueta destrozada, sacó el sobre del dinero y se lo dio a Siwon.
— ¿Por qué me lo regresas, rayito de sol? —Siwon lo veía intrigado.
— Porque me hará sentir mejor, me hará sentir que mi tiempo contigo no fue comprado. No quiero sentirme como una puta contigo. —Heechul le dio el dinero a Siwon, pero su pareja se rehusaba a tomarlo. Heechul lo lanzó sobre la pequeña mesa redonda al lado de ellos, y se oyó fuerte cuando cayó.
— No quiero volver a oír esa palabra ni ninguna otra palabra degradante alusiva a ti, ni siquiera si tú mismo la dices. —Siwon gruñó— Tú te ganaste eso por ayudarme en mi búsqueda. Eso es tuyo.
— Por favor, Siwon. No lo quiero. —Heechul le rogó suavemente. ¿Estaba loco? Esos eran dos grandes los que había lanzado. No. Devolverle el dinero hacía que su tiempo con Siwon pareciera el de una verdadera pareja y no una transacción pagada. Fue al cajón de la mesita de noche y sacó uno de los dos billetes de cien dólares, dejándolo arriba del sobre.
Siwon jaló a Heechul a sus brazos, acunando su cara. — Si eso es lo que realmente quieres. No pienso menos de ti por quedártelos. Solo quiero que lo sepas.
Heechul envolvió sus brazos alrededor de su cuello, finalmente con una sensación de paz.
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— Si voy a ir a tu casa, necesito ir primero a mi departamento por algunas cosas. ¿Estás seguro de que está bien que viva contigo?
Siwon le había llamado al Alfa Jong In, diciéndole que había fallado en su tarea. No había fallado en tres siglos y estaba molesto por eso. Si no lo conociera bien, pensaría que Jong In lo había enviado a una falsa misión. ¿Por qué? ¿Por qué lo enviaría a cuatro distritos de distancia para encontrar a una persona que no existe?
— Está bien, Heechul. Podemos ir ahora. Nuestro vuelo sale en dos horas. Y si, está bien que vivas conmigo. Mi pareja va donde yo voy. Ahora, tomemos nuestras cosas y registremos la salida. —Siwon terminó de empacar su maleta, metiendo su bolsa con los artículos de aseo, cerró el cierre y la levantó, viendo alrededor para asegurarse de no haber dejado nada olvidado.
Ellos registraron la salida y tomaron un taxi hacia el departamento de Heechul. Decir que Siwon estaba impactado es decir poco, cuando ellos entraron en el departamento de su pareja. Estaba limpio, pero casi vacío. Tenía un pequeño colchón en una esquina con una pequeña manta cuidadosamente doblada encima. Había dos cajas llenas con lo que parecían ser artículos de recuerdos y un pequeño radio cerca de la puerta. Eso era todo.
— No te fijes en el lugar. No he estado aquí para limpiarlo —Heechul se rió nervioso.
Siwon le dio un suave beso en los labios, mordiendo el labio inferior. —Toma lo que necesites, rayito de sol. Tenemos un vuelo que alcanzar. —Vio cómo Heechul vaciaba el contenido de las dos cajas en una bolsa de plástico.
— Solo algunas chácharas de casa. Estoy listo.
Ellos le regresaron las llaves al rentero y subieron al taxi que los esperaba.
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— Deja de morderte las uñas. Estarás bien. Es solo una casa llena de lobos —Siwon se rió tratando de calmar el malestar de su pareja. Ellos habían aterrizado a tiempo y Siwon había recuperado su camioneta que había dejado en el estacionamiento del aeropuerto. Se sentía bien estar en casa, especialmente ahora que tenía a su pareja. No podía decirle a Heechul, pero él también estaba nervioso. A Siwon le preocupaba que su pareja se sintiera bien viviendo en una ruidosa y caótica casa con una pandilla de grandes cachorros corriendo y desordenando. También le preocupaba cómo reaccionarían los lobos ante su pareja. Sabía que ellos no le faltarían al respeto, pero él quería que Heechul se sintiera en casa. Cómodo.
Ellos entraron al camino de grava. Siwon le dijo a Heechul que dejara sus cosas. Él le pediría a alguien que las llevara a su cuarto. Guió a su pareja hacia una entrada lateral así Heechul no sería abrumado por la manada. Tendrían tiempo para las presentaciones, pero ahora él quería ver a Jong In.
Siwon guió a su pareja por el pasillo y tocó en la puerta de la oficina de Jong In.
— Adelante —Jong In gritó del otro lado de la puerta.
— Espera aquí un momento, rayito de sol. —Siwon pasó sus nudillos por su mejilla. Heechul asintió. Siwon podía decir que su pareja estaba muy nervioso.
— Hey, Jong In. —Siwon entró y se paró junto a la puerta. No quería dejar a su pareja solo afuera.
— Bueno. Una cara bienvenida. Entra, mi amigo. Toma asiento. Siwon le sonrió a su viejo amigo. Jong In y él se conocían desde que eran cachorros. Consideraba al Alfa de dos metros diez más como su mejor amigo que otra cosa.
— Um, tengo a alguien que quiero presentarte. ¿Está bien? Siwon abrió la puerta, esperando a que Heechul entrara.
— Seguro. Lo sabes. —Jong In se puso de pie, viendo a Siwon.
Heechul entró, colocándose al lado derecho. Su pareja cayó de nuevo en su hábito de bajar la mirada y jalar el cabello detrás de sus orejas mientras retorcía sus dedos juntos. Siwon vio la expresión de shock del rostro de Jong In durante una fracción de segundo antes de que la enmascarara.
— Alfa, él es Heechul, mi pareja. —Siwon tocó la baja espalda de Heechul, animándolo a acercarse a Jong In. Su pareja avanzó.
Jong In extendió su mano. — Encantado de conocerte, Heechul. Soy Jong In.
Su rayito de sol estrechó la mano de Jong In y rápidamente se apartó. — ¿Puedo informarte de todo dentro de un momento? Quiero presentárselo a la manada. —Siwon sintió que Heechul se estremeció ligeramente. Tomó su mano y entrelazó los dedos.
— Claro, Siwon. Tómate tu tiempo.
Siwon lo guió al estudio. Desde que Luhan llegó, todo el mundo estaba ahí. Ellos dejaron de referirse al lugar como la casa del Alfa y ahora la llamaban “El estudio” que era el cuarto en donde la mayoría de la acción sucedía.
Había una enorme televisión plana colgada en una de las paredes frente a unos sofás cafés en forma de L con una mesa de póker detrás de ellos y un sistema estéreo localizado en una mesa de vidrio debajo de la televisión. Luhan había agregado su toque personal con un Xbox 360 con todos los accesorios y todos los juegos imaginables. Había una mesa de billar y un bar a la derecha del cuarto con un tablero de dardos en la pared más alejada. Se sentía como una taberna pero más confortable.
— Bueno, miren lo que trajo el gato. Un perro. —Genial. Justo a quien Siwon necesitaba ver ahora. El boca floja de Jong Dae. El chico tenía siempre un comentario acerca de todo. Definitivamente esa franqueza no era algo con lo que Siwon quisiera que su pareja tratara ahora.
— Hey también a ti, Chen. —Siwon inclinó la cabeza— Él es mi pareja, Heechul. —Siwon colocó su mano en la baja espalda de su pareja y lo jaló al frente.
— Hey, Heechul. Soy Jong Dae. Encantado de conocerte.
Heechul inclinó la cabeza. — Hola. —Se acomodó el cabello detrás de la oreja, mirando al suelo. Siwon le murmuró al oído— ¿Recuerdas que hablamos de esto, rayito de sol? —Heechul asintió y levantó la cabeza, viendo a todo el mundo a los ojos.
— Hey, hermoso. Soy Ricky.
Heechul dio un paso atrás, dándole a Siwon una nerviosa mirada.
— Él es la reina aquí. Eso no quiere decir nada, amor. —Siwon le hablaba suavemente. Heechul asintió y vió al lobo pelirrojo— Hola, Ricky.
— Te daré tu reina. Muérdeme, Siwon. —Ricky le enseñó la lengua.
Siwon se rió. Sabía que los lobos tenían un excepcional oído. A él no le importaba en cuanto su pareja estuviera cómodo. Todo el mundo se presentó. Realmente a Siwon le presentaron a Bekhyun. Él ya se había ido cuando Chanyeol encontró a su dulce bebé. — De cualquier manera, ¿dónde está ese bruto?
— Justo aquí, viejo amigo. —Chanyeol palmeó su espalda mientras estrechaba su mano.
— Felicitaciones por encontrar a tu pareja.
— Lo mismo digo. Hola. Soy Chanyeol. —Extendió la mano hacia Heechul, quien dudoso la tomó.
Chanyeol era un hombre intimidante. Heechul pensaba que Siwon lo era, pero Chanyeol le llevaba la delantera. Jaló su cabello detrás de sus orejas y bajó la mirada. Sintió que Siwon presionaba su baja espalda y levantó la cabeza.
— Luhan, Baekhyun, ¿podrían mostrarle los alrededores a Heechul? Necesito hablar con Jong In. —Siwon lo besó, pasando un dedo a lo largo de su mandíbula.
— Seguro, Siwon. No hay problema. —Luhan estaba conspirando con Jong Dae.
— Pequeña mierda. —Siwon besó a Heechul de nuevo entonces se dirigió a la oficina de Jong In.
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Estirándose en la silla de cuero frente al escritorio de caoba, finalmente tomó una profunda respiración. Parte de su mente estaba preocupada por su pareja, ¿Estaría bien? ¿Estaría asustado? Sabía que estaba en buenas manos con las dos parejas pequeñas, pero aún seguía preocupado. Siwon ya lo extrañaba.
— Entonces, ¿qué puedes decirme acerca de ese ganso salvaje que te envié a cazar?
Jong In se rió.
Entonces el bastardo lo había hecho. ¿Por qué? Siwon se enderezó molesto.
— ¿Me descubriste, huh? —Jong In se recargó acariciando su labio inferior con el pulgar de su mano viendo a Siwon.
— ¿Por qué me pediste que fuera a una misión falsa?
— Aún trato de descubrirlo yo mismo. Todo lo que sé es que tuve un sueño en que yo tenía que enviarte ahí. Y antes de que preguntes, los empecé a tener después de enlazarme con Luhan, y no tengo idea de por qué. —Jong In se puso de pie y se dirigió a la ventana, cerrando las manos detrás de su espalda mientras veía hacia el jardín.
— Tuve un sueño que me mostró que buscabas a alguien. Vi a tu pareja, aunque en ese momento no sabía que lo era. Sé que el sueño era real ahora que me presentaste a Heechul. Eso es lo más extraño Siwon. Vi señales que me indicaban la ciudad en la que te encontrabas, el hotel en el que te quedarías e incluso los lugares en donde buscarías. De algún modo el sueño me convenció que no te dijera nada y que encontrara la manera de enviarte ahí. Lo siento, viejo amigo. Nunca quise engañarte. —Jong In aún seguía viendo por la ventana, como si el exterior le contestara. Tenía la mirada a lo lejos.
¿Cómo Siwon podría enojarse? Había encontrado a su pareja, en una misión fantasma. Sólo deseaba que Jong In le hubiera hablado del sueño. Hacer toda esa búsqueda lo había frustrado. Lo había hecho pensar que había perdido su toque. Una idea se le ocurrió, aunque no estaba seguro de querer saber la respuesta.
— ¿Qué más viste en tu sueño? —¿Vería lo que Heechul hacía para vivir? Él no se avergonzaba de su pareja, pero no quería que su pareja estuviera consciente de que otros lo sabían. El chico ya había pasado por un duro camino que había afectado su autoestima.
— Cualquier otra cosa que viera no es asunto de nadie más, sino tuyo y de tu pareja.
Bueno, infiernos, eso contestaba su pregunta, ¿lo hacía? Quería preguntarle a Jong In sobre otra cuestión que luchaba dentro de él desde que llegó a la casa. — Tiene un hermano. Siento que lo mejor es traerlo aquí…donde es más seguro para él. No puedo decirte el por qué sin quebrar la confianza de Heechul, lo que yo no estoy dispuesto a hacer. ¿Puedes ayudar?
Jong In se giró de la ventana con una repentina sonrisa en sus labios.
— Acerca de eso…
— Déjame suponer. ¿Tuviste otro sueño?
Jong In esta vez le dio una gran sonrisa. Bastardo engreído.
— Lo tienes que hacer. Lleva a dos Centinelas contigo. Los necesitarás. A Jonghyun y a Minho para ser exactos. —Siwon asintió hacia Jong In cuando tocaron a la puerta.
— Te juro que instalaré una puerta giratoria. —Jong In murmuró y luego gritó— Adelante.
Chanyeol entró y se sentó en el sofá. — Me alegra que encontraras a tu pareja Siwon. Jong In me dijo del sueño.
Siwon levantó una ceja hacia Jong In, molesto de que le mintiera sobre la confidencialidad.
Jong In levantó la mano. — Antes de que te enojes, Siwon, solo le dije de los sueños, no del contenido de ellos. No es asunto de nadie saber por qué te envié. Al igual que no es asunto de nadie la siguiente misión y lo que será en el futuro ese niño. Ni siquiera tuyo. Solo tráelo aquí.
Tocaron a la puerta y Jong In giró los ojos. Antes de poder decir adelante. Luhan abrió la puerta y guió a Baekhyun hacia Chanyeol.
— Chanyeol, necesitas calmar a Baek. Siwon, ve con tu pareja a la cocina. Él te necesita.
continuara...