Hechul tocó la puerta de su hermano. Habían pasado siete días desde la última vez que lo había visto, y cada bandeja que le subían regresaba casi sin que la tocara. Le preocupaba que Kibum estuviera tratando de matarse de hambre. ¿Por qué tuvo que engañar a su pareja? Eso no tenía sentido. Así no era Kibum. No había visto a Jonghyun desde que regresaron de la feria.
La puerta se entreabrió y Heechul se abrió camino antes de que Kibum terminara de abrirla.
— ¡Sal! Nadie puede estar aquí. Por favor, Heechul, sal —Kibum le rogaba mientras empujaba a Heechul a la puerta.
— ¿Puedes detenerte? Soy tu maldito hermano. Si Jonghyun cree que hay algo entre nosotros ha perdido la razón. —Heechul estaba preocupado de que justo eso le hubiera pasado a Jonghyun. El lobo se veía como loco cuando atravesó la ventana del frente quebrándola y escapó al bosque.
— Nadie. Él dijo nadie. —Kibum le cerró la puerta en la cara. Bueno, joder, ¿ahora qué? Heechul alcanzó a notar los ojos hinchados y la pérdida de peso antes de que lo sacara. Los ojos de su hermano veían a todos lados, desenfocados.
Heechul regresó al estudio. Alguien tenía que hacer algo. No podía dejar a Kibum en el estado en el que se encontraba, ¿Cómo podía arreglar esto? Primero, él tenía que encontrar a Jonghyun, luego ponerlos a ambos juntos. Más fácil decirlo que hacerlo.
Kibum se acostó en la cama de Jonghyun. Sostenía cerca de su pecho la almohada que aún tenía un débil aroma de su pareja. Él repetía el evento una y otra vez en su cabeza. Sabía que debió de habérselo confesado de una manera diferente, pero creía que Jonghyun lo dejaría explicase. En lugar de eso Jonghyun se convirtió en un psicótico lobo y la emprendió contra él, y Kibum no podía culparlo.
Ahora él nunca sabría cómo sería ser sostenido por su pareja, hacer el amor con él, o ser reclamado. Estaría atado a esa casa con el hombre que debería ser pero que nunca sería. Ese pensamiento lo empujaba al abismo de una depresión más profunda.
Su piel hormigueaba por ser sostenida, por ser amada. Eso era todo lo que quería. Jonghyun lo había evitado siempre y tratado como si fuera su hermanito o su hijo en lugar de su pareja, y su abatimiento al ser rechazado solo empeoró con el tiempo. Kibum sabía todo eso, pero aun así nada disculpaba lo que había hecho. Ahora había perdido a Jonghyun para siempre.
Kibum había visto las blancas paredes por siete días, solo se levantaba para ir al baño o abrir la puerta. Al principio ni siquiera reconoció que tocaban hasta que oyó la voz de Jong In como un trueno demandando que le abriera, pero el lobo se quedó afuera, no entró, le dijo a Kibum que mejor empezara a comer.
Kibum aceptó, pero solo en palabras. Su apetito se había ido con Jonghyun. Su cordura se había ido con Jonghyun. Ahora había un hoyo en donde una vez estuvo su corazón.
Kibum comenzó a llorar en silencio mientras volvía a dormir.
Jonghyun se deslizó por la puerta trasera y entró a su recámara. Eran las tres de la mañana y ya no podía luchar más para mantenerse alejado. Necesitaba a su pareja. Había vagabundeado por el bosque durante una semana, comiendo lo que cazaba y durmiendo en el frío. Los primeros días que él estuvo salvaje, el lobo mataba a cuanta presa que se acercaba demasiado. Sangre es lo que quería y sangre fue lo que había derramada. Él comía lo que mataba pero la rabia lo consumía.
Jonghyun llegó a su cama y vio a su pareja dormida ahí. ¿Por qué? ¿Por qué Kibum había caído en los brazos de otro? La pregunta lo había acechado desde el momento que entró al bosque. ¿Había sido tan malo con su pareja que empujó al jovencito hacia otro?
Se acercó y vio los círculos negros que rodeaban los ojos de su pareja. Retiró los cobertores y vio el cuerpo de Kibum mucho más delgado. Eso preocupó a Jonghyun. Él no quería que la salud de su pareja sufriera. Aun lo amaba profundamente, pero su corazón estaba desgarrado.
Tenía que saber por qué. Tenía que encontrar quién infiernos folló a su pareja. Lo iba a desmembrar. Jonghyun no aceptaría excusas de quién manchó a Kibum.
— Kibum, despierta —Jonghyun demandó con una voz que no era gentil.
— ¡Sal! Él dijo que nadie. ¡Sal! —Kibum gritaba poniéndose de pie y empujando a Jonghyun.
Jonghyun tomó sus muñecas, jalando a Kibum a sus brazos. — Soy Jonghyun, cálmate. —Estaba enojado, dolido y se sentía traicionado, pero aun quería sostener a su pareja. Reclamarlo y amarlo.
— Lo siento mucho. —Kibum sollozó dentro del pecho de Jonghyun. Los brazos de su pareja rodearon su cintura y lo sostuvo— Por favor no me dejes.
— Dime lo que sucedió. —Jonghyun se preparó para los sórdidos detalles. No podía dejar ir a Kibum. Lo sostenía fuerte, tratando de mantener la cordura, cuando su pareja le dijera sobre su amorío.
— Besé a Kang In. No lo planeé. Yo-yo solo estaba tan solo, tan malditamente solo. Sé que no es una excusa. Él no lo sabía, Jonghyun. Eso fue mi culpa. Él me rechazó y se alejó. Lo siento. —Kibum se abrazó más fuerte a Jonghyun.
— ¿Qué más, Kibum? —No podía soportar el suspenso. Él estaba listo para matar a Kang In, pero quería saber todo así no sentiría culpa cuando le arrancara los intestinos al lobo.
— Eso es todo, lo juro. —Las uñas de Kibum se encajaban en la espalda de Jonghyun aferrándose a él con todas sus fuerzas.
— ¿Un beso?
— Sí. Realmente, él realmente ni siquiera me tocó, Jonghyun. Nunca te engañaré de nuevo. Nunca.
Jonghyun se apartó y vio fijamente a su pareja. — ¿Un beso?
Kibum asintió mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas.
Jonghyun jaló a Kibum más fuerte hacia su pecho. Un maldito beso. ¿Eso era todo? ¿Él no había sido mancillado? Jonghyun quería reírse. El alivio liberó el nudo que había estado en su estómago y su corazón durante una semana.
Aun así Jonghyun iba a hablar cara a cara con Kang In.
Kibum gritó cuando Jonghyun cayó con él en la cama. — ¿Estás listo para ser reclamado, pareja?
Kibum se quitó su ropa antes de que Jonghyun se quitara la camisa.
Jonghyun se rió ante la prisa de su pareja. Se puso serio y tomó la cara de Kibum. — ¿Estás seguro que estás listo para esto?
— He estado listo desde la noche en que cumplí dieciocho años. —Le dio una gran sonrisa a Jonghyun.
— Nunca busques consuelo en los brazos de otro hombre de nuevo, Kibum. Háblame, incluso cuando sea un testarudo. Prométemelo. —Los ojos de Kibum brillaban, pero Jonghyu tenía que oír las palabras.
— Lo prometo. Es por eso que salté al agua. Tenía que alejarme de mí mismo. La culpa me carcomía tan fuerte que odiaba ser quien era.
— Sobre tus rodillas —Jonhyun ordenó mientras tomaba el lubricante del cajón. Juegos previos después, él necesitaba enlazarse con Kibum ahora.
Kibum se acurrucó en medio de la cama y bajó los hombros. Vio a Jonghyun mientras su cuerpo temblaba.
— ¿Asustado, Kibum? —Jonghyun lubricó sus dedos y deslizó dos dentro del arrugado agujero de su pareja.
— Un poco. Lo he estado esperando tanto que siento como si estuviera soñando. —Kibum gimió cuando Jonghyun empezó lentamente a empujar y sacar sus dedos.
— Esto es real. Relájate y disfruta. ¿Me prometes avisarme si algo no te gusta? —Jonghyun giró su muñeca y movió sus dedos hasta que encontró la próstata de Kibum.
Kibum gritó y levantó más su culo. — Lo prometo,
Jonghyun lo complació haciendo eso de nuevo.
Jonghyun sonrió y entonces agregó un tercer dedo. Tocó la glándula unas cuantas veces más mientras Kibum se estremecía y gemía.
— A mi bebé le gusta esto. —Jonghyun colocó su otra mano en la baja espalda de Kibum mientras aumentaba el ritmo de sus dedos.
— Más, Jonghyun. Necesito más. —La cabeza de Kibum cayó hacia atrás— Fóllame.
Jonghyun sacó su mano y se arrodilló detrás de Kibum. Acomodó los pulgares en los globos de Kibum separando sus nalgas. Joder si esta no era una hermosa vista.
— Por favor —Kibum rogaba, empujándose hacia atrás.
— Lo que quieras, amor. —Jonghyun se empujó hasta la raíz. Sus ojos se cerraron durante un momento, disfrutando del apretado agujero estirándose alrededor de su pene.
Kibum gritó.
— ¿Te lastimé? —Jonghyun frotó la espalda de Kibum, levantando una ceja con preocupación.
— Lo harás si no te mueves —Kibum jadeaba.
Jonghyun se reía mientras se salía y se volvía a empujar. — ¿Es esto lo que quieres?
— No, quiero un cono de helado.
Jonghyun lanzó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada que retumbó en el cuarto.
— En ese caso. —Jonghyun encajó los dedos en las caderas de Kibum y bombeó dentro de él y entonces se detuvo.
— ¡JONGHYUN! —Kibum protestó, gritando fuerte.
— ¿De nuevo? ¿Es esto lo que quieres? —Jonghyun sonrió cuando los puños de Kibum se aferraban a las sábanas.
— Si, maldición. Fóllame hasta que no pueda caminar.
— Ahora que lo dices. —Jonghyun empujó sus caderas golpeando el culo de Kibum.
— ¿Me aceptas como tu pareja, Kibum?—Jonghyun se empujaba con cada palabra.
— Sí —él gimió.
— No, también tienes que decir mi nombre. —Los caninos de Jonghyun salieron y sus ojos cambiaron a carmesí.
— Si, Jonghyun —Kibum gritó mientras se empujaba hacia atrás.
— Mejor.
Jonghyun mordió el cuello de Kibum mientras que sus caderas se movían, golpeando el interior de Kibum como un cohete. Él bebió de su pareja y sintió los lazos de sus almas desanudarse y anudarse juntas sincronizando el latido cardiaco en un completo lazo.
Kibum gritó el nombre de Jonghyun cuando se corría sobre las sábanas, su cuerpo se estremeció con la erupción.
— Eres mío y no te compartiré —Jonghyun gruñó alrededor del cuello de Kibum.
— Nunca —Kibum prometió mientras Jonghyun rugía su liberación, su cuerpo se empujó tan duro que Kibum podía jurar que sintió su pene en la parte de atrás de su garganta.
Jonghyun selló la herida y jaló a Kibum hacia su pecho. — Te amo Kibum. Nunca olvides eso.
Jonghyun se acostó de espaldas y jaló a su pareja hacia su pecho. — Es hermoso. Tu tatuaje. Gracias. —Frotó la espalda de Kibum en un tranquilizante patrón.
— Te amé desde el momento en que entraste a mi casa. Solo que aún no lo sabía —Kibum confesó.
Jonghyun entró al estudio le dio un rápido puñetazo en la mandíbula a Kang In derribándolo sobre su trasero y luego se retiró.
— ¿Por qué nos reunieron aquí? —Kibum les preguntó a todas las parejas que estaban en el vestíbulo.
— No tengo idea —Luhan contestó, encogiéndose de hombros.
— Está bien, hombres, tiempo de irnos —Jong In declaró mientras abría la puerta del frente.
Ellos subieron a las camionetas sin atreverse a cuestionar al Alfa. Eunhyuk estaba al volante con una cínica sonrisa en su rostro. Kibum no confiaba en eso.
Comenzó a preocuparse más cuando otros tres vehículos se llenaron con el resto de los guerreros. ¿Qué infiernos sucedía?
Cuando entraban a la ciudad, Heechul se inclinó y murmuró al oído de Kibum, — Entonces, a alguien reclamaron anoche —se rió.
¿Habría hecho tanto ruido?
— Felicitaciones hermano. —Chocaron los nudillos mientras Kibum sonreía de oreja a oreja.
Llegaron al frente de un edificio de oficinas con un gran diente al frente.
— Oh, no —Baekhyun gritó.
— Ah, mierda. El dentista —Min Seok agregó.
Los guerreros escoltaron a sus parejas a la sala de espera mientras Jong In revisaba el interior.
Kibum se acercó a Jonghyun, anhelando el contacto con la piel. Jonghyun jaló la espalda de Kibum hacia su pecho mientras lo rodeaba con sus brazos. No quería que Jonghyun lo dejara.
— Está bien chicos, ustedes entren, Nosotros esperaremos aquí- Jong In indicó tomando asiento en una silla de la pequeña sala de espera, se movió tratando de encontrar una manera de estar más cómodo en la silla. La silla no estaba hecha para guerreros de dos metros con diez.
Baekhyun corría a la salida cuando Chanyeol lo tomó de la cintura y lo dejó al lado de Luhan.
— Pero no quiero ir —Baekhyun le lloriqueaba a Chanyeol.
— Lo siento, lindo bebé. La higiene bucal es importante. —Chanyeol le besó la nariz y palmeó su trasero.
Baekhyun hacía pucheros mientras seguía a las otras parejas al interior.
Ellos entraron a un gran cuarto con sillas reclinables. El asistente dental les dijo a todos que tomaran asiento y que el dentista llegaría en breve.
Ren se veía como un ciervo deslumbrado viendo alrededor todos los brillantes instrumentos dentales.
Luhan jugó con un pequeño tanque, girando los botones. — Ven aquí, Baek. Esto puede ayudarte a relajarte.
Kibum se mordió una carcajada cuando Luhan colocó la máscara sobre la cara de Baekhyun. Después de un momento, los ojos de Baekhyun brillaban y él comenzó a reírse graciosamente.
— Discúlpenme señores, pero necesitamos ayuda aquí atrás —el asistente del dentista dijo asomando la cabeza en la puerta.
— Espero que Baek no le haya dado un difícil momento al dentista. —Chanyeol sacudió la cabeza y él y los otros guerreros se dirigieron al cuarto de atrás.
— ¿Qué infiernos? —Jonghyun se rascó la cabeza cuando vio a todas las parejas en las sillas del dentista riéndose.
— Al parecer ellos descubrieron el gas hilarante. —El asistente dental sonrió.
— ¡Luhan! —Jong In gruñó.
......