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10. El Sueño de Leeteuk por dayanstyle

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Notas del capitulo:

porque me gusta complcer a mi publico....

a leer

— Vamos, Kang In. Juega billar conmigo. —Kibum tomó su brazo y lo jaló al estudio. Era la misma pareja que una vez confundido lo había besado. No estaba seguro de que fuera una buena idea.

— Tu pareja aún me ve con ojos de diablo cuando estoy cerca de ti. —Kang In tomó el palo de billar mientras Kibum preparaba el juego.

— Estaremos en el estudio no en tu recámara. Él estará bien. Además, te ves perdido. Sé cómo se siente eso. —Kibum tomó su palo viéndolo al mismo tiempo.

— No lo entiendo. Él actúa como si no sintiera la atracción, no quiere nada conmigo —Kang In confesó mientras se inclinaba y golpeaba las bolas de billar, el ruido retumbó en el estudio. No importaba lo mucho que examinara las razones detrás de la respuesta de su pareja, él no podía dar con una respuesta factible.

Eso solo no tenía sentido.

Kibum sonrió. — ¿Recuerdas cómo era cuando llegué aquí? Insulté a todo el mundo diciéndoles maricas, el odio corría por mis venas, no quería a nadie cerca de mí. Todo eso era una elaborada pantalla. Yo luchaba. Luchaba contra la atracción, luchaba contra la confusión. Quizás tu pareja está haciendo lo mismo. No es que él no te quiera. Es acerca de lo que está en su interior. Trabaja en eso en lugar de la sensación de rechazo.

Kang In miró fijamente a Kibum, asombrado. — ¿Desde cuándo te convertiste en un cachorro tan inteligente? —Kang In se rió. Eso tenía sentido.

— Yo también luché.

Kang In se giró para ver a Baekho entrar. — Nunca entendí eso, Baekho. Ren nunca te dio ninguna indicación de que te fuera a rechazar. Él es un dulce chico. ¿Por qué te rehusabas?

— Exactamente por eso, él es demasiado inocente. Estaba aterrado de no estar a su altura, aterrado de lastimar los sentimientos de Ricky, aterrado de lastimar a Ren. De toda esa mierda, y casi pierdo a mi pareja por eso. —Baekho llegó detrás de la barra y tomó una cerveza y apoyó los codos en el mostrador— No creo que no te quiera, es más acerca de su lucha.

— Xiumin no creía ser suficientemente bueno para Jong Dae. Heechul no creía merecer ser amado por Siwon. ¿Ves el patrón? Todo el mundo sufría por algo de su pasado. Cuando se te permita ver a tu pareja, habla con él y descubre lo que hay en su pasado que le impide aceptarte. —Kibum se carcajeó— Siguiente lección mañana, pequeño saltamontes.

Kang In gruñó. — Imbécil.

— Yo fui herido por alguien. No confiaba en nadie. Quizás esa es su historia. —Rasa voluntariamente se unió a ellos— Jun me juró que estaría a mi lado, pero cuando las cosas se pusieron duras, escapó, desgarrándome y juré que había terminado con los hombres.

— ¿Crees que alguien lo lastimó? —A Kang In no le gustaba la idea. Él quería matar a la persona que metió todas esas dudas en su pareja. Una pequeña parte de él dolía al saber que Leeteuk le había dado su corazón a algún otro.

— Posiblemente —Kibum comentó.

— ¿Quién está con él?

Baekho miró hacia el arco del estudio. — Si dices que te dije, te patearé el culo hasta el domingo.

Kang In asintió. — Lo prometo.

— Minsoo.

Kang In se sintió aliviado de que su mejor amigo vigilara a su pareja. Él sabía que Minsoo lo cuidaría y se aseguraría de que nada le sucediera. El lobo era bueno en lo que hacía. Leeteuk nunca descubriría que estaba ahí.

— No te desanimes, chico grande. Podrás verlo mañana.- Rasa apretó su hombro.

 

 

 

Leeteuk se tambaleó hacia el mostrador y se sirvió su cuarto vaso de whisky y entonces se tambaleó de regreso al sofá y se dejó caer.

— Él me va a traicionar —Habló con el vaso en su mano.

— ¿Quién? —Minsoo preguntó viendo a Leeteuk beber tirando su vida por la borda. Discutir con el policía sobre dejar la botella había sido inútil. Él no podía tocar a la pareja de otro, pero sintió una urgencia de estrangularlo cuando Leeteuk luchó por quitarle la botella que él sostenía. Para ser un simple humano, era jodidamente fuerte. Minsoo solo podía esperar que Kang In pudiera ayudarlo. No había puesto todo su esfuerzo en ello y decidió dejar que la pareja de Leeteuk tratara con eso, aunque estaba triste de ver a un hombre tan inteligente arruinar así su vida.

— Kang In. Él me va a traicionar, como todos los demás, me han engañado. En ningún hombre se puede confiar. —Leeteuk se frotó la cara— No vayas a decir esto. Esto queda entre tú y yo. —Leeteuk señaló con su dedo a Minsoo. Sus ojos estaban entrecerrados mientras tomaba otro trago del líquido color ámbar.

— Él no te traicionará. Él no hará algo como eso. —Así que al fin estaba llegando a la raíz de los problemas de Leeteuk. El humano también escondía sus emociones. Él había tratado de que se abriera, pero era como tratar de quitar un filete de la boca de un león.

— Todos lo hacen. —Leeteuk se acurrucó en el sofá.

Minsoo caminó hacia el balcón y miró los carros pasando por la avenida. Había pasado una buena semana con Leeteuk. El hombre era divertido, inteligente, y hermoso como el infierno. Su mejor amigo había encontrado a uno bueno. El destino le sonrió a Kang In con Leeteuk. Era una vergüenza que esos dos no pudieran estar más de cinco minutos en el mismo cuarto juntos. Ellos, ambos, estaban locos por el control. Minsoo había imaginado que había mucho más que eso. Ahora él sabía una parte de la razón por la que Leeteuk necesitaba control en su vida. Le había dado su confianza a alguien que abusó de ella y la destruyó. El humano necesitaba control para racionalizar sus actos. Controlar todo lo hacía sentir que se había alejado con el corazón intacto, lo que no podía estar más lejos de la verdad.

Leeteuk ahora estaba contra el amor y pensaba que el concepto no existía. Kang In tendría trabajo para rato. El alcoholismo solo aumentaba el problema ya existente. ¿Por qué le estaba diciendo a Minsoo todo esto ahora? Quizás Leeteuk finalmente estaba hablando porque vería a Kang In mañana. El temor de enfrentarse a él de nuevo podría ser un buen catalizador para sacar sus más oscuros secretos. Cualquiera que fuera el caso, Minsoo estaba feliz de que Leeteuk dejara salir algunos demonios.

— ¿Por qué no puedo sacarlo de mi mente? Siento una profunda necesidad de estar cerca de él —Leeteuk murmuró desde el sofá— ¿Por qué? No entiendo por qué quiero estar con él y alejarme al mismo tiempo.

Minsoo se dio la vuelta, viendo cómo Leeteuk se quedaba dormido, roncando ligeramente. Le recordó a Minsoo un pequeño cachorro perdido, siempre tan triste.

 

 

 

Leeteuk sirvió una pequeña cantidad de whisky dentro de un frasco que sostenía, lo tapó con manos temblosas y lo metió dentro del bolsillo de su chaqueta de cuero. Le dio un gran trago a la botella antes de dejarla en su cómoda. Leeteuk abrió la puerta de la recámara. — Listo —dijo tomando una profunda respiración para calmar los nervios mientras entraba a la sala.

Vio a Minsoo levantar la nariz. Debió de oler el alcohol, a Leeteuk no le importaba. Iba hacia un lugar al que no quería ir y al que no podía esperar para ir. Esa mezcla de emociones había estado toda la semana. Cerró la puerta detrás de él mientras seguía a Minsoo a su camioneta.

— Yo te sigo. —Leeteuk caminó hacia su carro y abrió la puerta.

— No, no vas a manejar tomado. —Minsoo abrió la puerta del pasajero y esperó. Leeteuk gruñó su malestar pero cerró la puerta de su carro y subió al vehículo que lo esperaba.

Los dedos le hormigueaban por un pequeño trago, pero él sabía lo que Minsoo diría. ¿Le importaba en este momento? No realmente. La única cosa que lo detenía era la mirada de desaprobación que Minsoo le daba mientras manejaba. Él tenía demasiado en su mente como para tener que oír un sermón acerca de su hábito de beber.

Llegaron a la entrada y las palmas de Leeteuk comenzaron a sudar. Se las frotó en los jeans mientras salía de la camioneta. ¿Por qué estaba aquí? Realmente no tenía por qué venir. Esto había sido una petición, no una orden. Leeteuk sentía la urgencia de decirle a Minsoo que lo llevara de regreso a su casa. La única cosa que lo detenía era que necesitaba ver a Kang In de nuevo.

Aunque ellos no parecían llevarse bien, Leeteuk quería echarle otra mirada al hombre, tener la oportunidad de ver su hermosa cara.

Minsoor guió el camino. Ellos pasaron por el vestíbulo y entraron en lo que Leeteuk recordó de su visita anterior era la oficina de Jong In.

El corazón de Leeteuk se aceleró. Kang In estaba más hermoso que la última vez que lo había visto. La necesidad de acercarse, tocarlo y ser tocado era abrumadora.

— Por favor, tomen asiento, caballeros —Jong In señaló con su mano el sofá de cuero.

— ¿Por qué estoy aquí? —Leeteuk preguntó a nadie en particular. Miró alrededor, dándose cuenta que había unos cuantos hombres más en la oficina. Él no podía entender por qué tenían público pero en ese momento no le importaba.

— Para arreglar las cosas entre tú y Kang In —Jong In lo dijo como si fuera algo obvio.

— No hay nada que arreglar. A él no le agrado y a mí no me agrada —dijo de manera infantil. Esa era la única cosa que se le ocurrió decir. Kang In estaba tan confiado que eso enojó a Leeteuk. ¿Por qué él debería ser el único afectado por todo esto?

Kang In se giró hacia él. — Eso no es cierto, Leeteuk. ¿Por qué crees eso? Sé que fui un imbécil, pero traté de disculparme. No puedo imaginar por mi vida por qué me odias tanto. ¿Qué te he hecho? —Kang In rogó. Debió haber arrojado su orgullo por la ventana, en opinión de Leeteuk. El hombre estaba sentado allí mirándolo fijamente.

Leeteuk no tenía ni idea de cómo contestar a eso. Él pensó que Kang In era imperturbable. Pero ver la vulnerabilidad en los ojos de Kang In lo ponía nervioso.

— No tengo que escuchar esto. —Leeteuk se puso de pie, quería alejarse lo más posible del hombre que gradualmente derrumbaba su armadura. A Leeteuk no le gustaba la manera en que Kang In lo hacía sentir. Sentía que su resolución lentamente se resquebrajaba, y no podía permitirse eso. Kang In sería solo otro Patrick. Tenía que serlo. No se podía confiar en ningún hombre. Ni siquiera cuando veían a Leeteuk como si fuera su mundo entero. ¿Cómo podía Kang In verlo de esa manera? Leeteuk estaba confundido.

No, no podía confiar en él.

— Adelante, dile, Leeteuk —Minsoo habló suavemente.

La ira que Leeteuk no había sentido en mucho tiempo subió a la superficie con esas palabras. Olvidó que estaba en un cuarto lleno de gente cuando la ira tomó el control. — ¡No te atrevas! —Leeteuk giró y le gritó a Minsoo.

— Cree que lo traicionarás, que le serás infiel —Minsoo le dijo a Kang In.

Leeteuk quería estrangular a Minsoo. Estaba furioso ante esas palabras. Cómo se había atrevido a revelar lo que habían hablado en privado. Leeteuk se puso de pie sin tener idea de cómo reaccionar. Su ira burbujeaba en su interior.

— ¿Eso es lo que crees? —Kang In lo miró confundido— ¿Crees que podría traicionar tu sagrada confianza?

Leeteuk no iba a tratar con esto. Se dirigió hacia la puerta de la oficina. E.Den bloqueó la salida. Todos los años de embotellado resentimiento hacia su padre y la traición de Patrick llegaron al frente de su mente. Sin importarle quién estuviera en el cuarto, Leeteuk explotó.

Se giró y gritó con toda la fuerza de sus pulmones. — Confié en ti, Minsoo. Confié en ti en esto, y al igual que todo el mundo ¡me traicionaste! Debería saberlo mejor y no confiar en nadie, especialmente en un hombre. Lo único que lograste es confirmar mis creencias.

— Aquí no tenemos secretos. Necesitas hablar —dijo Minsoo— Si tú y Kang In van a tener una posibilidad de lograr arreglar las cosas, necesitas abrirte. Yo hubiera preferido que lo trataran en privado pero estás todo solemne cuando estás solo con Kang In o sarcástico como el infierno, eso no ayuda a la situación.

¿Minsoo estaba hablando en serio? Leeteuk estaba demasiado enojado como para escuchar lo que él tuviera que decir. ¿Por qué jodidos tenía que confiar en alguien? Una vez más, lo habían tomado por imbécil. ¿Cuándo iba a aprender?

— Yo no te traicionaría, Leeteuk. Nunca —dijo Kang In— ¿Cómo puedes pensar una cosa así?

— Todos lo hacen. Todo el mundo lo hace y justo cuando piensas que estás a salvo se dan la vuelta y te clavan el cuchillo en el corazón. Las piezas lentamente se descubren por sí mismas. Una vez que las juntas, ¿sabes qué muestra el rompecabezas? ¿Qué muestra la fotografía? ¡Muestra a mi jodido amante en brazos de otro hombre! —Leeteuk le gritó a Kang In, señalándolo con su dedo acusadoramente. La injusticia de lo que Patrick le había hecho hacía que su interior se retorciera. ¿Cómo podía confiar en Kang In?

— Necesitas sentarte y hablar de eso como adulto —Minsoo le aconsejó a Leeteuk.

Jong In levantó la mano y habló por primera vez desde que la diatriba de Leeteuk había comenzado. — Déjalo que saque todo.

Leeteuk se giró hacia Jong In, algún instinto de supervivencia en su interior le advirtió que no arremetiera en contra del hombre sentado del otro lado del escritorio.

— Eres igual que mi padre. —Leeteuk se giró y decidió tomarla mejor contra Kang In— Controlador, manipulador y un bastardo infiel. Ella se suicidó a causa de su traición. No voy a seguir el mismo camino. ¡No voy a darte ese poder!

— ¿Quién se suicidó? —Kang In presionó.

Leeteuk tomó el frente de la camisa de Kang In. — Eso no es tu maldito asunto. ¡Solo déjame salir de aquí! —Leeteuk gritó a un par de centímetros de la cara de Kang In, empujándolo. El lobo tomó a Leeteuk y luchó con él en el suelo.

— ¡Déjame ir! No te permitiré entrar. No te permitiré lastimarme.- Leeteuk lloró en la última parte, finalmente la represa estalló permitiendo que el alma que había mantenido tras la puerta sin permitirle ver la luz del sol, saliera. Kang In solo lo sostenía, acurrucándolo. Leeteuk no sabía lo mucho que necesitaba de esos fuertes brazos, la ternura de un hombre en quién refugiarse.

— Mi madre se suicidó. Ella no podía tolerar más traiciones. Yo no puedo. No puedo permitirme darte ese poder —Leeteuk murmuró— Patrick me traicionó. Yo bajé las barreras y él me traicionó. Nunca de nuevo. —Leeteuk no se movió cuando el peso que lo sostenía cambió. No había manera de que sintiera pelaje bajo sus manos. Eso tenía que ser todo un sueño. Cerró los ojos deseando que el lobo se alejara— Es solo un sueño. No eres real.

Jong In se puso de pie, lentamente rodeó el escritorio y se arrodilló al lado de Leeteuk. — Es real, como todos nosotros. Esa es la razón por la que nunca te traicionará, Leeteuk. Nosotros somos lobos Timber, tenemos una pareja de por vida. Tú eres su pareja. Él nunca deseará a otro, nunca te dejará, y cuidará de tu salud y tu felicidad por encima de la suya. Nosotros no somos humanos. No tenemos ese rasgo traicionero. No cuando se trata de nuestras parejas.

— ¿Entonces el vampiro también era real? —La cabeza de Leeteuk giraba con las noticias. ¿Cómo?

— Sí —Jong In declaró.

— Necesito un trago. —Leeteuk siguió acostado ahí. El calor del lobo arriba de él era reconfortante. Se sentía como un niña pequeño, tan malditamente aterrado. El peso cambió de nuevo, y un desnudo Kang In estaba acostado sobre él. A nadie en el cuarto pareció importarle su desnudez. El hoyo del conejo solo parecía hacerse más y más profundo.

— No necesitas un trago, amor. —Kang In pasó sus manos por el cabello de Leeteuk y besó su sien.

— Si, lo necesito. —Leeteuk trató de empujar a Kang In para quitárselo de encima, quería llegar al bar más cercano y perderse en él. Esto era demasiado para que su cabeza lo entendiera.

— Eres un alcohólico. Necesitas ayuda. —Jong Dae se arrodilló frente a él— Mi pareja está en recuperación de su adicción a las drogas. Asiste a reuniones una vez por semana, más si se encuentra mal. Yo me siento con él, pero honestamente puedo decir que no lo entiendo. Nunca he sido un adicto. Tú lo eres. Tú podrás entenderlo. ¿Quieres ir con él? Me sentiría mejor sabiendo que alguien que también está luchando contra eso está con él cuidándolo.

Leeteuk asintió. Él ya se había dado cuenta que su bebida estaba fuera de control, y que necesitaba ayuda. Esto ya no era algo de yo-puedo-detenerlo-cuando-yo-quiera. No podía detenerlo. La botella le llamaba y tenía el control de su vida. Leeteuk tragó saliva. - Iré con él. —No quería terminar como su madre. No quería perder lo que él era, el potencial de lo que podría tener. Leeteuk deslizó su mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó el pequeño frasco entregándoselo a Jong Dae con manos temblorosas.

— Gracias. —Jong Dae se puso de pie, dejándolo con Kang In.

Un suave beso acarició su cuello. — Gracias.

Leeteuk oyó a los otros salir, cerrando la puerta detrás de ellos. Se rodó y miró esos profundos ojos color ámbar. — ¿Un lobo, huh?

— No era exactamente la manera en la que quería decírtelo.-Kang In se rió.

Dios, esa sonrisa. Eso era impactantemente hermoso. Leeteuk bajó los ojos. — Tengo un largo camino por delante. ¿Estás seguro de estar preparado para eso?

— Bebé, nada puede evitar que esté contigo. Tu dolor es mi dolor, y tu pena es la mía. Lo que necesites lo proveeré.

Leeteuk se mordió el labio inferior, luchando con la pequeña parte de sí mismo para dejar entrar a Kang In. Confianza no era algo que solía dar libremente. Sus párpados bajaron y un gruñido salió de sus labios cuando unos cálidos labios tocaron su cuello. Leeteuk dejó ir todo pensamiento cuando Kang In besó su camino hacia abajo, sacando la camiseta de la pretina del pantalón y empujándola sobre sus brazos, circuló uno de los bronceados pezones con su húmeda lengua. Ahí en el suelo de la oficina de Jong In, Leeteuk se entregó a Kang In, en mente, cuerpo y alma. Movió sus caderas alrededor mientras Kang In acomodaba su peso entre las piernas de Leeteuk.

Leeteuk tomó el cabello de Kang In, jalándolo para poder perderse en los profundos ojos color ámbar, los ojos que lo acecharon durante toda la semana. — Bésame.

 

 

 

Kang In se entregó a Leeteuk, gruñendo subió por el cuerpo de Leeteuk y lenta y seductoramente bebió a su pareja con la mirada.

Kang In se levantó apoyándose en sus brazos y bajó su boca hacia la de Leeteuk.

Leeteuk colocó sus manos en los brazos de Kang In, sosteniéndolo mientras inclinaba la cabeza y pasaba su lengua por sus labios, mordiendo el labio inferior. Kang In se apartó cuando Leeteuk trató de tomar más. Él había esperado tanto jodido tiempo que temía que iba a terminar en un latido del corazón.

Kang In bajó su torso.

Los grandes e inocentes ojos de Leeteuk eran solo una cortina de humo y Kang In era consciente de eso.

Las manos de LeEteuk se movieron hacia los brazos de Kang In y envolvieron su cuello en un suave movimiento. La lujuria brillaba en esos hermosos ojos.

Sí, había una cortina de humo. Kang In se levantó y le quitó la camisa a Leeteuk y sostuvo sus muñecas, fijándolo en el lugar.

Leeteuk lamió sus labios mientras jadeaba, mirando a Kang In.

Kang In metió la mano entre ellos, desabrochó los jeans de Leeteuk, y sacó su pesado y doloroso pene. Él le dio un último mordisco al labio del humano antes de empujarse hacia atrás y devorar el pene de su pareja. Kang In no lo tomó ligeramente, no era de los que dudaban. Chupó la corona del pene de su pareja, circulando su lengua alrededor y entonces se apartó. Necesitaba a su pareja ahora.

— Provocando —Leeteuk siseó.

— Te quitaré esos jeans y te mostraré una provocación. —Kang In jaló la pretina de los jeans y la ropa interior bajándolos hasta los tobillos, le quitó los zapatos. Kang In sacó la ropa el resto del camino.

— Calcetines…dejaste mis calcetines. No puedo tener sexo con ellos. Eso sería extraño.

Kang In arqueó una ceja ante lo que Leeteuk dijo pero se los quitó sin preguntar. Kang In estaba sobre Leeteuk, dándole a su pareja todo lo que podía ofrecer.

— Estoy impresionado. —Leeteuk trató de bromear, pero la lujuriosa manera en que su pareja lo veía tenía a Kang In más duro que una roca.

Kang In se acostó sobre Leeteuk, tomando el pene de su pareja en su puño. Besó a Leeteuk, vertiendo todas sus emociones en ese íntimo acto. Una oleada de excitación lo rodeó mientras apretaba el eje de su pareja, su pulgar sobre la cabeza del pene que escurría.

Kang In gruñó cuando la puerta se entreabrió y lanzaron una botella de lubricante antes de cerrarla de nuevo.

Él se rió.

— Maldición, ¿no hay privacidad aquí? —Leeteuk preguntó cuándo Kang In se estiró y tomó la botella. Su pareja aprovechó la oportunidad para lamer el abdomen de Kang In, la húmeda lengua lo tenía cerca del borde.

— ¿Te quejas cuando es algo que ambos queremos? —murmuró.

— Supongo que no.

Kang In tomó ambos tobillos de Leeteuk en una mano levantando las piernas y empujándolas hacia el pecho de Leeteuk. El apretado agujero de Leeteuk le sonrió y los dientes de Kang In dolían por el deseo de probarlo.

Después.

Necesitaba estar en el interior de Leeteuk ahora. Maldición, ahora no era lo suficientemente pronto para Kang In. Lubricó su pene con una mano, esparciendo lubricante por todo el lugar, e importándole una mierda eso.

Lanzó la botella y se colocó de rodillas, con su corazón acelerado mientras su pene se acercaba a su lugar. Y Leeteuk era su lugar. Kang In lo sabía hasta en sus huesos.

Después de su mal comienzo, él no quería perder la oportunidad, ni esperar.

— Oh, Dios —Leeteuk gimió cuando Kang In se empujó duro y profundo. Su pareja rodeó el cuello de Kang In con sus tobillos e inclinando su espalda se empujó incluso más profundo.

— ¿Me aceptas como tu pareja, Leeteuk?

— Si, Kang In —Leeteuk gruñó— Solo no te detengas. Te dispararé si te detienes —le advirtió lleno de lujuria.

Kang In tomó las muñecas de Leeteuk, levantándolo y llevándolo sobre el escritorio de Jong In, acomodando a su pareja sobre su espalda, levantó la pierna izquierda y la subió al escritorio, entrando más profundo en el culo de Leeteuk. Kang In lanzó la cabeza hacia atrás, sus caninos se alargaron y movió la cabeza de un lado a otro.

Kang In levantó la cabeza y vio la pasión en la cara de Leeteuk. Esa era una expresión que Kang In había anhelado.

Leeteuk aulló cuando los dientes de Kang In se encajaron en su hombro, chupando en la mordida mientras empujaba sus caderas contra el culo de Leeteuk.

— Joder, si —Leeteuk gritó, tomando los hombros de Kang In mientras se corría duro. Las bolas de Kang In dolían por una similar liberación. Se empujó más duro mientras bebía de Leeteuk.

Kang In sintió sus almas individuales desanudarse de sus cuerpos, danzando alrededor la una de la otra, entonces lentamente se enlazaron en una sola pieza con la de su pareja para siempre. Sus corazones latían fuertes también sincronizándose. Ellos eran una pareja enlazada.

— ¿Dijiste que eras un lobo o un vampiro?

Kang In sonrió alrededor del cuello de su pareja y finalmente selló la herida, empujando su cabeza hacia atrás mientras un aullido se desgarraba desde su pecho. Se corrió rápido y duro mientras su pareja gritaba corriéndose de nuevo. Kang In colapsó sobre Leeteuk, sudado, pegajoso y saciado.

— Mío. —Kang In besó la herida, empujando sus manos bajo Leeteuk, acercándolo.

— ¿Qué acabas de hacer? —Leeteuk empujó a Kang In para mirarlo a los ojos.

— Te reclamé como mi pareja. —La guardia de Kang In lentamente subió al ver el malestar de Leeteuk.

— ¿Sin preguntarme?

— Lo hice, me dijiste que sí. —Kang In se levantó y miró a su pareja.

Leeteuk se rodó fuera del escritorio y se puso de pie.

— ¿Qué significa ese reclamo?

— Significa que soy tuyo. De nadie más. —¿Qué tenía a su pareja tan enojada? Kang In se preparó para la lluvia radiactiva, cerrando los puños esperó las venenosas palabras.

— ¿Y qué acerca de ti?

Una luz se encendió en la cabeza de Kang In. — Tú eres el último. El tren ya no saldrá más. No te seré infiel, Leeteuk. Nunca. Ni siquiera desearé a nadie más.

Leeteuk lo miró fijamente durante un momento, sonrió y la oscura expresión se borró de su hermosa cara. — Puedo vivir con eso.

Kang In soltó el aliento. Por un momento pensó que tendrían otra demoledora discusión.

Leeteuk miró a Kang In a la cara. — Realmente creo que estoy soñando.

 

 

 continuara...

Notas finales:

owwww... terapia de parejas que lindooo

*_*

dejen rw


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