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10. El Sueño de Leeteuk por dayanstyle

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Notas del capitulo:

estamos cerca del fina señores... 

PENULTIMO capitulo.. si se portan bien hoy, me dejan bastantes rw y pasan mas de las 100 leidas HOY... cap final y otra saga heheheh

Kang In salió de la casa detrás de su pareja. Min Seok había corrido a la oficina de Jong In con Nana en sus brazos, diciendo que Leeteuk le había dicho que la sacara del cuarto. Nadie tenía ni idea de lo que sucedía.

— Estaba un hombre parado bajo la ventana —Leeteuk gritó sobre su hombro mientras trataba de rodear la casa. Kang In lo atrapó por la cintura. No había manera que dejara a su pareja correr detrás de un desconocido. Para eso estaba él.

— Maldición, Kang In. Yo hago esto para vivir. Déjame ir. —Su pareja trató de darle un codazo, pero Kang In lo evadió a tiempo.

— ¿Qué sucede? —Jong In preguntó cuándo llegó con ellos.

— Leeteuk vio a un hombre bajo la ventana de Nana.

Jong In rugió, cambió y rodeó la casa. Su Alfa era un enorme lobo. Kang In podría haberlo visto más de mil veces y aun así le asombraba el tamaño del lobo.

Kang In colocó su brazo alrededor de su pareja. Leeteuk solo se quedó ahí viendo en la dirección en la que salió Jong In. — ¿Estás bien?

Aparte de parpadear, su pareja no se movió. — Uh, no.

La cara de Leeteuk estaba en blanco. Kang In tronó los dedos frente a la cara del policía unas cuantas veces, pero eso no ayudó. Empezó a preocuparse. Una luz iluminó su cabeza. Su pareja nunca había visto a uno de ellos cambiar antes.

Kang In lo giró y lo guió al interior de la casa. Leeteuk no protestó. Él solo seguía a Kang In que suavemente lo jalaba del codo.

— ¿Qué le sucedió?

— Vio a Jong In cambiar.

Luhan resopló. — Oh, eso. —Movió su mano— Ya lo he visto muchas veces. A mí ya no me causa un shock.

— Fue su primera vez. —Kang In guió a su pareja escaleras arriba. Si Leeteuk no fuera alcohólico, él le prepararía una bebida para estabilizar sus nervios, pero eso no era opción.

Kang In cerró la puerta de su recámara. — Estás empezando a asustarme, bebé.

Leeteuk miró a Kang In y parpadeó. — Él cambió a lobo.

— Es por eso que nos dicen shifters, amor. —Kang In dijo la única cosa que se le ocurrió. Besó al hombre impactado. Leeteuk no respondió al principio, entonces lentamente empezó a mover la lengua dentro de la boca de Kang In. Frotó con sus manos arriba y debajo de la espalda de Leeteuk, haciendo su mejor esfuerzo para que su pareja reaccionara.

— Te quiero —Kang In habló contra los deliciosos e hinchados por los besos labios. Leeteuk colocó sus brazos alrededor de la cintura de Kang In, jalándolo más cerca. Él podía sentir la erección de su pareja presionándose contra la suya. La fricción era enloquecedora. Kang In nunca tenía suficiente de la sensación del duro pene de su pareja contra su cuerpo.

Kang In bajó su mano de la espalda de Leeteuk al trasero de su pareja, apretando esos lindos y redondos globos. Leeteuk gimió, levantando una pierna a la cadera de Kang In, presionándose incluso más cerca. Separando las nalgas, Kang In palmeó la escondida entrada con su dedo índice.

— Provocándome —Leeteuk siseó, jadeando. Kang In se apartó para ver las ruborizadas mejillas de su pareja, la lujuria se comía el iris. La pasión de la excitación de Leeteuk hacía que la de Kang In se hiciera más fuerte. Su pene quemaba por tomar posesión de su pareja.

— Te mostraré lo que es una verdadera provocación, Teuk.-  agarro sus nalgas y lo acostó en la cama, subiendo sobre Leeteuk para saborear esos dulces labios de nuevo, consumiéndose en ellos mientras su deseo lo consumía.

Sus caninos se alargaron cuando el fuego recorrió su sangre. Su pareja. Era su pareja el que lo enloquecía. Después de doscientos treinta y cuatro años, finalmente él tenía a su pareja bajo él. No había manera en el infierno que pudiera dejar ir a Leeteuk.

Kang In bajó los jeans y se los quitó junto con los calcetines. No olvides los calcetines. Kang In mentalmente se rió por la idiosincrasia de su policía.

Kang In fue directamente a las zonas erógenas de su pareja, en el interior de su muslo. Leeteuk definitivamente era un humano extraño, pero Kang In se encontró profundamente enamorado de él. Esa era una sensación que no había experimentado antes. Kang In jaló a un lado el saco de Leeteuk mientras lamía la parte superior del muslo de su pareja. Leeteuk se estremeció bajo sus manos.

Inhaló profundamente, insertando sus dedos dentro de Leeteuk cuando la necesidad de correrse lo abrumó. ¿Cómo un hombre podía ser su perdición? Leeteuk fue el comienzo de su caída, su control ya no era suyo.

La lengua de Kang In recorrió la parte interna del muslo de Leeteuk a su cadera y a su abdomen.

— Kang In —Leeteuk murmuró.

— Silencio, déjame cuidar de ti. —Kan In raspó con sus caninos uno de los pezones de Leeteuk, lamiéndolos como si fueran helado. Su pareja levantó las piernas y lo rodeó con ellas, tratando desesperadamente de conectar sus penes. Lamentablemente, Kang In lo apartó. Él necesitaba quitarse la ropa, enfriar su cabeza antes de correrse en sus jeans.

La vista de Leeteuk acostado bajo él era magnifica. Kang In se quitó la camiseta sobre su cabeza lanzándola a un lado y se quitó los jeans. Lamió sus labios antes de llegar sobre su pareja, empujando la cabeza dentro del cuello de su pareja, mordiendo la tierna carne.

— Hazme correrme, maldición —Leeteuk gritó acomodándose. Kang In hundió sus dientes en su hombro, Leeteuk gimió entonces gritó su orgasmo mientras el caliente semen golpeaba el abdomen de Kang In. Leeteuk jadeó en sus brazos mientras Kang In tomaba el lubricante de debajo de la almohada. Haciendo su mejor esfuerzo para equilibrarse con sus dientes dentro de su pareja, Kang In lubricó su pene, lanzó la botella a un lado mientras se acomodaba y se empujó al interior.

Kang In tomó el trasero de su pareja mientras se empujaba profundamente, a su mente llegaban los gemidos que Leeteuk daba. Kang In levantó sus manos y las llevó al cabello de Leeteuk mientras sellaba la herida, acariciando la cara de Leeteuk con la suya. Nunca se había dado cuenta lo solo que estaba hasta que tuvo a Leeteuk, hasta que el huracán entró en su vida.

— Te amo. —Kang In besó sus ojos, su nariz, su mentón y sus labios. Kang In sostuvo a su hombre más cerca moviéndose de adentro hacia afuera, perdiéndose en las sensaciones del deseo y placer del cuerpo del otro.

— También te amo —Leeteuk murmuró tan bajo, que Kang In casi no oyó las suaves palabras. Sabía que eran difíciles para Leeteuk decirlas. Probablemente nunca las había dicho antes, y ese era el regalo más precioso para él que cualquier otra palabra que le pudiera haber dicho.

Kang In gritó cuando se corrió, mientras su pelvis chocaba contra el cuerpo de Leeteuk. Miró a su pareja a los ojos impactado al ver el amor en ellos. Kang In besó a su muy jadeante amor.

Kang In salió del cuerpo de Leeteuk, sucumbiendo al sueño de un amante saciado.

 

 

 

— A ella no se le permitirá estar sola dentro de la casa. Alguien tiene que estar con ella a cada momento. —Leeteuk oía a Jong In decretar mientras caminaba dentro de la oficina con Kang In a su lado. El Alfa llegó al frente de la ventana, con sus manos atrás de su espalda, mirando hacia la noche.

No había mucho que Leeteuk pudiera hacer, solo logró vislumbrar al extraño bajo la ventana de Nana sosteniendo al señor Peepers en su mano. No encontró otra evidencia. Pero la cara del extraño se había quedado grabada en la memoria de Leeteuk, podría reconocerlo si lo viera de nuevo.

Dirigiéndose al trabajo al día siguiente, una idea golpeó a Leeteuk. ¿Qué si el hombre tomó el juguete por su olor? ¿Pero por qué? Leeteuk no podía pensar en ninguna razón para que alguien quisiera dañarla.

Leeteuk sacó su teléfono, sonriendo cuando pensó en lo que Kang In le había dicho acerca de este invento. — Jong In, creo que esta es una advertencia.

— ¿Por qué? ¿Quién? —el profundo timbre de la voz preguntó.

— No estoy seguro. Pero sigo teniendo la escena en la cabeza. Ese tipo me dejó verlo, tenía una diabólica sonrisa en su cara. Era como si estuviera esperando que alguien lo viera.

— La pregunta es ¿cómo pasó a los Centinelas? El oído de ellos es superior —el Alfa preguntó. Leeteuk no podía pensar en alguna respuesta que darle a Jong In.

— Te llamaré si pienso en algo más. —Leeteuk colgó, preguntándose cómo habían entrado al cuarto y por qué.

Cuando la estación estuvo a la vista, Leeteuk se hizo a un lado del camino. Era su primer día de trabajo. ¿Podría manejarlo sin ir al cuarto de baño para un rápido trago de su frasco? Él ya no lo tenía, se lo había dado a Jong Dae, pero la urgencia aún seguía.

Se quedó ahí sentado en lo que sintió como horas hasta que lentamente dirigió el carro al estacionamiento, apagando el motor. Miró el edificio gris preguntándose si había cometido un error.

Metió las llaves en el bolsillo, subió corriendo los escalones del frente y empujó la puerta entrando en el ruidoso caos. Él solía amar llegar a trabajar cada día. Lo consumía la impaciencia por tener un nuevo caso en su escritorio. Ahora todo lo que podía hacer era estar ahí, viendo a todo el mundo con sus propias vidas. Sintiéndose que se había quedado atascado.

— Es bueno verte de regreso, Park —Un compañero le dijo— ¿Vamos a salir después del trabajo, quieres unirte a nosotros?

Eso significaba ir a beber, Leeteuk no podía salir de nuevo. Rogando por una excusa se dirigió a la oficina del capitán. El capitán había mantenido su palabra y no le había dicho a nadie el porqué de su ausencia.

— Hey, te ves cien por ciento mejor. —El capitán le indicó que entrara— Toma asiento.

Leeteuk pasó el resto del día revisando casos que él había tenido. Seguían recuperando expedientes. Esas eran cosas que podía hacer dormido. Era obvio que le estaban dando los casos fáciles. Eso le molestaba a Leeteuk. Él era un maldito buen policía, no necesitaba mimos.

Aunque tomó los expedientes y regresó a su escritorio, la mayoría de ellos solo necesitaban cerrarse.

Leeteuk abrió el cajón del escritorio para guardar algunos de los expedientes, vio la botella escondida de whisky que había dejado olvidada. Él lo cerró, mirando por si alguien había visto lo que había en el interior. Llama a Kang In, a Min Seok. A alguien.

Leeteuk lentamente abrió el cajón, su boca se hizo agua inmediatamente ante la vista del líquido color ámbar. Solo una probada. Él podría manejar solo una probada.

Lanzando su chaqueta al cajón, sacó la botella con manos temblorosas, usando la chaqueta para encubrir lo que estaba sacando. Bajó los escalones del frente, subió a su carro y se dirigió al parque.

Se sentó en el gazebo, viendo la botella. Leeteuk la destapó e inhaló profundamente. El intoxicante aroma hizo que su pecho se oprimiera y que sus glándulas salivales trabajaran tiempo extra.

Leeteuk tomó una profunda y temblorosa respiración.

Su corazón se aceleró y sus manos temblaban, miró hacia el pequeño pueblo que llamaba su hogar. ¿Cómo había terminado aquí? ¿Cómo su vida había dado un giro tan equivocado? Rodando la botella en sus manos, Leeteuk vio el whisky moverse alrededor de la botella.

Podía manejar un trago.

 

 

 

Kang In caminó alrededor del gazebo, aproximándose a su pareja lentamente. Leeteuk le había llamado, diciéndole que ya no podía más, que la lucha era demasiado difícil. Kang In se apresuró a salir de la casa, y encontró a su pareja con la cara en sus manos.

— ¿Tú…?

Leeteuk levantó la cara, sus ojos estaban inyectados de sangre. Era obvio que su pareja había estado llorando. — No, la tiré.

Kang In soltó una respiración de alivio. Se arrodilló frente al sobrio hombre y acunó la cara de Leeteuk entre sus manos. — Lo hiciste bien, bebé.

— Me siento como una mierda.

— ¿Por la lucha o por la tentación?

— Ambas. —Leeteuk se inclinó hacia adelante y apoyó la cabeza en el hombro de Kang In— Me sentía tan malditamente perdido. Me sentía como si estuviera quebrado en mi interior. No quiero perder lo que tenemos. Nada parecía claro. Solo tan malditamente perdido.

— Puedo comprarte un GPS.

Leeteuk sonrió mientras se secaba las lágrimas de sus ojos. — Si eso pudiera ayudar, te dejaría hacerlo.

— ¿Quieres regresar a casa? Nadie pensaría menos de ti. Xiumin tuvo una recaída cuando estaba en su primera etapa de recuperación. —Kang In besó a su pareja. Él estaba agradecido con el cielo de que Leeteuk le hubiera llamado en lugar de perderse en el fondo de la botella. Vio la botella en el jardín, la tapa no estaba en ningún lado a la vista. Podía oler el oscuro líquido y quería alejar a su pareja. Sin duda, él también podía olerlo.

— No, necesito regresar al trabajo. El capitán puede notar mi ausencia después de un tiempo. No le dije a nadie que saldría.- Leeteuk no hizo ningún intento de moverse, en cambio se sostenía fuerte de Kang In.

— Vamos, bebé, iré contigo. Puedes decirle a los demás que soy un reportero haciendo una historia de detectives. —Kang In se puso de pie y levantó a Leeteuk. Estaba orgulloso de la manera en que su pareja había manejado esto. Estaba orgulloso de que fuera tan malditamente testarudo que quisiera regresar.

— No necesito una niñera. —Leeteuk mordió su cuello.

— Sigue así y necesitarán la manguera del departamento de bomberos para separarnos. —Kang In jaló a Leeteuk lejos del profundo olor a whiskey, guiándolo al carro y al aire limpio.

— No envíes a Minsoo de nuevo a vigilarme. Ese lobo estaría jodido antes de que cumpla las veinticuatro horas de vigilancia.

Kang In lanzó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. — No me dijo eso. Eres bueno, bebé. Nunca nadie se había enterado de que él los vigilaba.

— ¿Cómo crees que comió tan bien esa semana?

— ¿Él estuvo dentro de tu casa?

— ¿Ahora quien es sexy cuando está celoso? —Leeteuk se sentía mejor. Kang In no se había enfocado en lo que había sucedido. En lugar de eso, trató de distraerlo. Dios, lo amaba.

— Voy a regresarte al trabajo antes de ir a cazar a un viejo y querido amigo. —Kang In siguió a Leeteuk a la estación de policía. No era un gran edificio, siendo el pueblo tan pequeño y la mayoría de las familias que vivían aquí tan pobres, pero Jong In había donado una gran cantidad para modernizar el precinto, con lo que se agregó la división de detectives. Su capitán siempre hablaba bien de Kim Jong In. En ese tiempo, Leeteuk no tenía ni idea sobre quién estaba hablando. Ahora él se rió consigo mismo. Si el capitán supiera lo que realmente era Jong In.

Leeteuk había trabajado en la ciudad sus primeros años de novato. Cuando se abrió un lugar aquí, él lo tomó inmediatamente. Los casos eran más fáciles que los crímenes en la gran ciudad, pero a Leeteuk no le importaba. Él disfrutaba cómo se sentía en el pequeño pueblo.

— Hey, Kang In, ¿qué te trae por aquí? —Un colega estrechó la mano de su pareja.

Leeteuk estudió la cara de su pareja. Bastardo estaba sonriendo. -Solo entré.-

Kang In se encogió de hombros cuando lo dejó solo con su pareja.

— ¿Lo conoces?

— ¿Estamos jugando a colocar la etiqueta de celoso? Supongo que eso significa que lo estás.

— Habla. —Leeteuk lo miraba fijamente.

Kang In tomó asiento detrás del escritorio de Leeteuk. — No hay mucha gente que no conozca aquí. Ayudamos mucho a la comunidad. Jong In es un gran benefactor. Yo fui parte del equipo de renovación, cuando ellos decidieron renovar el edificio.

— ¿Trabajaste en la construcción? —Leeteuk estaba impresionado. El imaginar a Kang In con un casco de protección. Joder él ahora estaba duro.

— Soy un hombre con muchos talentos. —Kang In movió sus cejas, viendo el bulto en los jeans de Leeteuk— Puedo mostrarte uno de mis talentos si quieres que me encargue de eso.

— Provocándome. Estoy de turno. No uses trucos. —Leeteuk se sentó en la silla al lado, le gustaba el hecho de que Kang In se sentara en su silla. Se veía bien sentado ahí. Él sería un caliente policía.

— No eres divertido. —Su pareja hizo un puchero. Leeteuk jaló el labio inferior de Kang In— Pásame los expedientes del cajón inferior, sexy.

Kang In se giró, tomó un puñado de expedientes y los dejó frente a Leeteuk. — ¿En qué estás trabajando?

— Hace unos meses uno de los detectives se volvió avaricioso, aceptó dinero e hizo un lío desapareciendo expedientes. Los recuperamos, él está en la cárcel y ahora tenemos el divertido trabajo de cerrar la mayoría de ellos. —Leeteuk levantó el de arriba— Así es como terminé tocando a tu puerta hace unas semanas. El caso de Luhan estaba en el último grupo.

— Sabes que no lo hizo. Su ex es realmente un pedazo de mierda.

— Lo imaginé desde la primera vez que fui ahí. Solo quería sacarlo de mi escritorio.

Kang In sonrió. — Me alegra que lo hayas hecho.

— Déjame en paz, estoy tratando de trabajar y me distraes. Ve a verte caliente como el infierno allá. —Leeteuk señaló el armario del conserje.

— Solo si te unes conmigo.

— Kang In —Leeteuk gruñó.

— Bien, ¿En qué trabajas ahora?

— Tres hombres perdidos. El capataz llamó para informar que no se presentaron al trabajo. Es como si se los hubiera comido la tierra.

 

 

 

Kang In veía cómo Leeteuk entraba en su modo de detective. Agradecía a los cielos que su pareja fuera tan minuciosa. Si no hubiera sido así, solo hubiera cerrado el caso de Luhan y nunca se hubieran conocido. Kang In miró alrededor del segundo piso de la estación. Ahí había cinco personas más, la recepcionista, el mensajero, y tres detectives para atender los crímenes de la ciudad.

La fuerza policial hacía un buen trabajo manteniendo al mínimo los delitos, eran excelentes hombres y mujeres, pero cuando un misterio aparecía su pareja era llamada. Infiernos si eso no era caliente. El detective que ayuda a la ciudad cuando necesitan apoyo. La mitad de los expedientes que Leeteuk tenía frente a él eran expedientes de la ciudad.

Miró a Leeteuk. El policía tenía una sexy erección. Lindo y cincelado pecho, cabello oscuro, y usaba sus jeans con propiedad. Incluso era sexy la funda de la pistola alrededor de su hombro. A Kang In incluso le gustaba la placa con su nombre que colgaba de su cuello. Eso lo hacía verse oficial. Y a Kang In le gustaba.

— Puedo sentirte viéndome —Leeteuk advirtió.

Incluso la profunda voz de su pareja era seductora, hacía que Kang In estuviera duro en cero punto cinco segundos. Su pareja tenía la apariencia de detective que hacía que lo tomaran en serio. Kang In sentía la urgencia de subir al escritorio, tumbar a su pareja al suelo y reclamarlo frente a todo el mundo.

— No sucederá.

Kang In sonrió. Infiernos si el detective no era inteligente. Incluso sabía lo que estaba pensando.

Ellos pasaron todo el día de esa forma, con Leeteuk tomando notas, y a Kang In cayéndosele la baba por él, deseando poder jalar a Leeteuk dentro del armario del conserje. Al final, Kang In estaba listo para clavar su duro pene dentro del suave agujero de su pareja. Joder, él estaba caliente.

— Es tu propia culpa, no deberías ser un viejo verde. —Leeteuk tomó su chaqueta. Ellos fueron a cenar al restaurante. Todas las cosas estaban a poca distancia como para ir caminando por el pueblo. Kang In palmeó su trasero mientras salían de la estación, deseando tener un poco más de privacidad.

Caminaron hacia el restaurante, Kang In tratando de manosear a Leeteuk, mientras él alejaba su mano. Entraron al restaurante con Leeteuk protegiendo su trasero de ser pellizcado.

— Hey, Ren. —Leeteuk tomó asiento frente al mostrador con Kang In a su derecha, aún más caliente que el infierno.

— Hola, Leeteuk.

— ¿Descubrieron algo sobre el hombre en el cuarto de Nana? —Baekho preguntó enderezándose.

— Aun nada.

Justo en ese momento un hombre atravesó la puerta. Leeteuk saltó y derribó al extraño.

Kang In y Baekho se apresuraron y tomaron al hombre y lo arrastraron a la cocina. Gracias a Dios el restaurante no tenía clientes en ese momento.

— ¿Te molestaría decirme por qué atacaste a un extraño? —Kang In le preguntó mientras Baekho detenía los brazos del hombre detrás de su espalda.

— Él es el que entró al cuarto de Nana. Estás bajo arresto, amigo. —Leeteuk sacó las esposas.

Kang In levantó el brazo y golpeó al intruso dejándolo inconsciente. Rasa les dio soga para que amarraran las manos y pies del tipo.

— Oh, infiernos no. No lo echarás en mi carro. No voy a ir a la cárcel por secuestro. Soy demasiado lindo —dijo Leeteuk.

Kang In y Baekho rodaron los ojos, sacando al inconsciente hombre del carro de Leeteuk y lanzándolo en la caja de la camioneta de Kang In. — Puedes regresar a la estación y actuar como si nada de esto hubiera sucedido o puedes seguirme. Solo hay dos elecciones en este momento.

Leeteuk miró a los dos lobos. — ¿Estás seguro de que Luhan no golpeará a este tipo?

— No. ¿Ahora qué eliges? —Baekho regresó por la puerta trasera del restaurante, dejándolos solos.

Kang In abrió la puerta del conductor y esperó la respuesta.

— Maldición, voy contigo. —Leeteuk maldijo su estupidez todo el camino de regreso a la casa. Aparentemente Baekho había llamado. Jong In y algunos centinelas ya estaban afuera esperándolos. Jong In tenía una expresión que asustaría a los demonios del infierno.

— Síganme —Jong In le ordenó a los lobos que sacaron al inconsciente hombre de la camioneta. Los ojos de Leeteuk se abrieron más cuando Jong In empujó algo del librero en su oficina y un pasaje secreto fue revelado. Él los siguió, deteniéndose en un pequeño cuarto con paredes de tierra. Una silla estaba en el centro, y una linterna en el suelo. Había luz iluminando todo el pasillo, así que Leeteuk asumió que la linterna era solo para efectos especiales.

— Leeteuk, quédate detrás de él, no quiero que pierdas tu trabajo —Jong In le indicó mientras el hombre era bruscamente colocado en la silla.

Leeteuk hizo lo que se le indicó. La parte de él que era policía gritaba que tomara al perpetrador y siguiera el procedimiento del libro, y no dejara a los lobos tenerlo. Entonces pensó en la cara de la pequeña Nana y cómo ese hombre saldría después de llamar a un abogado. Se apoyó en la pared de tierra, cruzó los brazos sobre su pecho y solo observó.

Jong In le dio un dios golpe al rostro del extraño con la mano, el ruido de piel contra piel hizo eco en la cámara.

— No creo que eso lo vaya a despertar. Aunque quizás le tumbaste algunos dientes y le quebraste la mandíbula —comentó Chanyeol.

— No, pero se sintió malditamente bien. —Él miró al extraño— Eso fue por asustar a mi Nana. —Jong In se alejó— Avísenme cuando despierte. Dudo que sea capaz de abrir ese ojo.

Leeteuk se asomó para ver la cara del hombre. El golpe de Kang In le había puesto ambos ojos negros y le había quebrado la nariz. Maldición, el hombre era caliente cuando usaba su fuerza.

 

continuara...

Notas finales:

ganence el final para hoy y el nuevo fic nenesssss... dejen

rw


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