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11. Eli no es Gay por dayanstyle

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Notas del capitulo:

lemon lemon lemon

Eli estaba sentado tras el escritorio de su taller, esperando una llamada del banco. Ayer con Kevin habían cambiado las cosas para él. No era de los que se golpeaban la cabeza contra algo hasta sangrar, y si su cuerpo quería a Kevin, Eli podía aceptarlo. Toda esa cosa de hombre-hombre podría ser extraña al principio, pero Kevin hacía que sintiera cosas que con nadie más sentía.

Había tomado una decisión ayer en la noche. Iba a conseguir un préstamo, vender el taller al nieto de Alex que había estado insistiendo en comprárselo, y pondría un taller en el pequeño pueblo en el que vivía Kevin.

Cuando sostuvo ese pene en su mano el día de ayer, ni un gramo de malestar surgió, y eso estaba bien, eso le decía dónde necesitaba estar.

Quería a Kevin.

Eli deseaba al pequeño hombre. La única cosa que le molestaba es que algún día la pareja de Kevin pudiera reclamarlo, y Eli podría ser dejado afuera en el frío. Hasta que ese día llegara, él iba a disfrutar a su cachorro.

Mientras salía del pueblo, Eli había revisado el área. No había talleres mecánicos a la vista. Había un edificio en renta a la derecha de la oficina postal que podría ser perfecto. Él sabía que tendría que trabajar en carros en un pueblo tan pequeño. Ya no más trabajos especializados. Pero al menos vería a Kevin a diario. No más por eso valía la pena las inconveniencias.

El préstamo era algo seguro. Su crédito era excelente. Los bienes de Eli no eran muchos, pero eran suficientes. Con eso podría comprar toda la herramienta nueva, instalarse y empezar el camino que quería. La emoción comenzaba a formarse en su interior. Deseaba que el banco ya le hubiera llamado. Él quería regresar con Kevin.

Eli levantó la vista de los papeles del préstamo que el señor Im le había dejado para la firma cuando Jong In entró en su oficina.

— ¿Dónde está? —El extremadamente alto hombre gruñó.

— ¿Quién? —¿De qué infiernos hablaba?

— Le prohibí venir a la ciudad y tú te lo llevas a mitad de la noche. —Las palmas de las manos golpearon el escritorio y el bote con plumas saltó mientras el escritorio crujía protestando bajo el poderoso cuerpo. Eli se apartó, podría ser capaz de defenderse por sí mismo, pero ese hombre de dos metros diez y con los caninos extendidos no era alguien con quien jugar.

— No sé de qué carajos estás hablando. —Eli se puso de pie, defendiéndose de la rabia que veía en la cara del otro hombre, él no había hecho nada malo así que ¿de qué infiernos hablaba Jong In?

Jong In se enderezó e inclinó la cabeza hacia un lado. — ¿No te llevaste a Kevin?

— No, ¿por qué lo haría? —Eli dejó la pluma que sostenía y miró fijamente a la imponente figura frente a él.

Cinco hombres más llegaron a la oficina. Eunhyuk se empujó hacia el frente y le gruñó. — Yo confié en ti y te abrí mi casa, ¿y así es como pagas mi bondad? ¿Secuestrando al cachorro? —señaló con su dedo acusadoramente a Eli.

— No secuestré una maldita cosa. ¿Puede alguien decirme qué está sucediendo? —Eli le gritó a Eunhyuk, molesto de que esos hombres lo acusaran de algo que no tenía la maldita idea de lo que era.

— ¿Por qué saliste a la mitad de la noche? —Jong In le preguntó calmadamente. Eli no confiaba en ese tono de voz. Estaba demasiado calmado.

Eli levantó los papeles que había firmado y se los mostró al grupo. — Por esto. Estoy pidiendo un préstamo para iniciar un taller en tu pueblo, y estar más cerca de Kevin. Tengo que arreglar los papeles para poder vender este lugar.

— ¿Y no pudiste esperar hasta la mañana? —Jong In gruñó viendo los papeles que Eli tenía en la mano, pero sin hacer el menor intento de tomarlos.

Eli se limpió la garganta, se sintió ligeramente avergonzado de las siguientes palabras. — Estoy emocionado por iniciar una nueva vida con el cachorro. Me precipité un poco.

Eso pareció calmar al alto hombre. Sus caninos se retractaron y se relajó visiblemente. — Kevin está perdido. Debió haber descubierto que te fuiste y te siguió.

— Pero él no sabe dónde está el taller. ¿Por qué haría eso? —Eli comenzó a tener pánico. El pensar que su bebé lo estuviera buscando en la ciudad lo aterraba. Kevin era tan joven, tan inocente. ¿Su bebé? Eli se sorprendió con ese pensamiento. Aunque le agradó.

— ¿Sabes lo que somos? —Jong In preguntó.

Eli asintió mientras pensaba por dónde comenzar a buscar a Kevin. — Cuando Donghae se molestaba, sus pequeños caninos solían mostrarse. No creo que él supiera que yo se los veía. No es gran problema.

— Entonces debes saber que Kevin es tu pareja.

Eli se quedó con la boca abierta, en shock. — Le pregunté, él no me dijo quién. ¿Por qué no me dijo?

— Él es joven. Vino a mí por miedo a perderte. De los brazos de su madre pasó a mí para su cuidado. Tú eres su primero en todo.

Eli tenía el presentimiento de que Kevin era virgen. Eso se puso de manifiesto con aquél beso y en la torpe manipulación del pene de Eli. Eso lo acercó más al jovencito. ¿Jovencito? El chico tenía noventa años, y aun así Eli lo sentía inocente e ingenuo.

— Nosotros tenemos que encontrarlo, Jong In. Si algo le sucede a él… —Eli cerró los ojos mientras tomaba una profunda respiración. Él tenía que calmarse y pensar con cabeza fría. Pero una cosa era segura, y era el hecho de que podría desgarrar a la ciudad entera si dañaba a su… pareja.

El corazón de Eli se sintió más ligero al reconocerlo. Ya no habría un día en que Kavin fuera reclamado y alejado de él. Él era de Eli.

— Estoy de acuerdo. Kevin está comisionado a deberes de patrullaje, pero él cuenta con los otros guerreros para ayudarlo si se mete en problemas. Han estado enseñándole el oficio mientras madura lentamente al Centinela que nació para ser. En la ciudad no tiene a nadie —Jong In le explicó a Eli— ¿Cuántos talleres hay en la ciudad? —Jong In tomó el directorio telefónico. Los guerreros y él revisaron los talleres en la lista. Había diez malditos talleres en donde Kevin podría estar.

Jong In levantó la cabeza mirando a Eli directamente a los ojos.

Eli podía decir que Jong In había terminado de explicar y estaba listo para ir a buscar a Kevin. El alto hombre tenía una mirada que decía que hablaba en serio. — Tengo ocho hombres conmigo. Si vamos en pares podremos revisar dos talleres cada uno. Lo encontraremos. —Le dio a cada par dos direcciones e hizo que los guerreros revisaran sus teléfonos para asegurarse de que estaban encendidos— Llamen si alguno de ustedes lo encuentran. Tú vendrás conmigo, Eli.

Eli siguió a Jong In fuera de la oficina, indicándole a Alex que le llamara si Kevin aparecía preguntando por él. Le dio a Alex la descripción de su hombre y salió con Jong In.

Subió a la camioneta y cerró la puerta, preocupado de que algo le sucediera a Kevin antes de que ellos lo encontraran. Eli miraba hacia afuera por la ventana, sus ojos revisaban todo, buscando a su pareja. — ¿Por qué no revisamos un lugar cada uno? Hay diez lugares y nosotros somos diez.

Jong In suspiró. — Porque los lobos tienen la tendencia de cambiar primero y preguntar después. Para que eso no suceda, otro lobo tiene que ir con ellos.

— ¿Ustedes pueden cambiar?

— Sí. ¿No sabías eso?

Eli miró a Jong In. — No, solo sé que son lobos. Hasta ahí llega la extensión de mis conocimientos. Bueno, Kevin me dijo que viven mil años.

— Cierto. Tengo trescientos sesenta y nueve. Aun soy joven, pero Kevin es un bebé en comparación.

Eli se rió. — Yo le dije lo mismo, y él se enojó, dijo que no era un bebé. —Dios, él quería a su pareja. Él quería ver esa nerviosa sonrisa. Eli también quería oír a Kevin gritar su nombre de nuevo.

— Nosotros lo encontraremos. El problema es… ¿podrán los vampiros encontrarlo primero?

Giró la cabeza. — ¡No hay una jodida manera! ¿Vampiros?

Jong In asintió. — Hay un aquelarre en la ciudad, pero también llegaron algunos rebeldes, también tenemos lobos rebeldes. Algunos han estado atacando en nuestro pueblo. Si alguno de ellos encuentra a Kevin, ellos lo drenarán.

El estómago de Eli se hizo nudo, y la bilis subió a su garganta. — Nosotros tenemos que encontrarlo.

 

 

 

Kevin estaba tan malditamente perdido. Él había salido apurado en la noche. Cambió a su forma de lobo y corrió a la ciudad. Planeaba rogarle a Eli que regresara a casa. El problema es que cuando cambió a su forma humana, estaba desnudo, sin ropa, ni teléfono, ni dinero.

Estúpido, estúpido, estúpido. Él realmente era un bebé, como Eli le había dicho. Gracias a los dioses todavía estaba oscuro. Kevin se había robado unos pantalones del tendedero del patio de alguien y rápidamente se los puso. No tenía ni camisa, ni zapatos ni chaqueta. Era mediados del verano, así que no necesitaba chaqueta, pero le dolían los pies de pasar horas caminando descalzo sobre el duro pavimento.

— Parece que encontramos a un cachorro perdido, chicos.

Kevin se tensó. Si esa gente sabía que era un lobo, entonces ellos solo podían ser una cosa.

Vampiros.

Kevin caminó más rápido. Sabía que defenderse de un solo vampiro era difícil, y al parecer ahí había más de uno. Ese no era un día afortunado. Gritó cuando uno de ellos saltó a su espalda, mordiéndolo. Kevin luchó tratando de deshacerse de la criatura.

— No dejes que se vaya —uno de ellos gritó. Ellos lo jalaron hacia un callejón, los tres sostenían a Kevin y encajaban sus agudos dientes en la carne de su cuerpo. Kevin gritó ante el intenso dolor. Él se acostó sobre su abdomen, mientras ellos desgarraban su espalda.

Kevin cambió, el dolor recorría su cuerpo mientras luchaba contra los vampiros, mandíbulas y garras rasgaban todo en lo que entraban en contacto. Dos de los vampiros huyeron cuando tuvieron la sangre que buscaban, pero el tercero parecía luchar con más fuerza contra Kevin.

— No soy tan fácil de derrotar —gritó mientras rodeaba al lobo herido.

Kevin esta vez aguardó, no dejaría que el vampiro le drenara la energía hasta el último segundo.

El momento llegó, la criatura obviamente se cansó del juego. Atacó dejando su cuello expuesto. Kevin tomó ventaja de eso, cerró con fuerza su mandíbula mientras movía la cabeza, desgarrando la piel y huesos del vampiro. Kevin fue implacable, no soltó al vampiro hasta que estuvo muerto a sus pies. Se quedó quieto un momento cuando una oleada de náusea lo inundó. Tan mal como se sentía, Kevin sabía que tenía que moverse.

Cojeando se alejó, Kevin se quedó en las sombras. Su visión se volvió borrosa, señalándole que se desmayaría. Él no podía. Los de la perrera se lo llevarían, y nadie pensaría en buscarlo en la perrera. Él tenía que seguir. La caliente sangre escurría por sus costados y flancos. Bilis subió a su garganta. Comenzó a marearse. Todo lo que quería era a Eli, verlo una vez más, besarlo una vez más.

Kevin tambaleándose se apoyó contra un edificio, sus fuerzas amenazaban con dejarlo. ¿Por qué había huido Eli? Kevin sentía la necesidad de llorar al pensar que Eli no quería verlo de nuevo.

Kevin se alejó del edificio solo para tambalearse de nuevo.

Se cayó, no era capaz de levantarse. Sin Eli, no tenía razón para hacerlo.

 

 

 

— ¡Espera! Creo que vi algo. Regresa —Eli gritó, estirando el cuello fuera de la ventanilla.

Jong In movió en reversa la camioneta, lentamente.

— Ahí. —Eli señaló un pequeño rincón— ¿Eso es un lobo?

— Joder, ese es Kevin. —Jong In estacionó la camioneta y ambos, él y Eli, salieron corriendo de la camioneta— ¡Maldición, los vampiros lo atacaron! —Jong In levantó al pequeño lobo en sus brazos, y Kevin gimió fuerte.

— Está bien, bebé. Nosotros te tenemos. —Eli pasó su mano por el húmedo pelo de su pareja, la ira lo recorría cuando vio la sangre en su mano— ¿Qué hacemos?— preguntó con un nudo en su garganta.

— Lo llevaremos a casa y le hablaremos al médico de los lobos.

— Llámale, maldición —Eli gruñó, mientras subía al asiento trasero de la doble cabina con su lobo. Él se sentía inútil al no saber nada sobre heridas de lobos.

Jong In tomó el teléfono, llamó al doctor diciéndole que se encontrarían en su casa, luego llamó a Siwon, le dijo que le avisara a los demás que habían encontrado a Kevin y que estaba herido, y que regresaran a casa.

Jong In se apresuró en la carretera, iba a ciento sesenta kilómetros por hora para lograr que Kevin fuera atendido lo antes posible por el médico.

El lobo estaba sangrando en el asiento. Eli acunó la cabeza de Kevin en su regazo. Haciendo a un lado el hecho de que él era la pareja de un lobo. La única cosa que estaba en su mente ahora era que Kevin recibiera la ayuda que necesitaba y salvaran su vida.

Jong In se estacionó frente a la casa, y Eli salió del asiento trasero, sacó al cachorro y lo llevó al interior de la casa.

Llevó a Kevin al interior de un cuarto en el primer piso y presionó toallas sobre las heridas hasta que el doctor llegara. Diez minutos después, ellos salieron, dejando que el doctor hiciera su trabajo.

Eli estaba como loco. Su pareja era tan delgado, tan frágil. La pérdida de sangre podría causar que su corazón se parara o que tuviera un ataque. Muchas cosas podían suceder. Nunca antes en su vida había sentido la urgencia de una bebida, pero justo ahora podría beberse una cervecería entera.

Él se paseaba por la oficina de Jong In mientras que el Alfa, Eli ahora sabía que él lo era, llamaba a alguien llamado Príncipe Jaehyo, el líder de los vampiros. Todo esto era tan jodidamente bizarro. La mente de Eli quería explotar con todo esto, pero su corazón estaba demasiado preocupado por Kevin.

— Pero la pareja de E.Den fue mordida —Jong In argumentó.

— Un humano. Sangre aburrida, predecible ADN —Jaehyo le informó.

— Me alegra saber que soy aburrido y predecible —Rasa murmuró desde el sofá. Jong In levantó la mano para silenciarlo.

Jong In estaba llamando por el alta voz para que todo el mundo pudiera oír. — El comer carne sangrando y siempre estar sediento es común entre los humanos mordidos. Pero Kevin es lobo, y su ADN es más complejo. No puedo darte una respuesta cuando los efectos son diferentes en cada shifter. He oído que algunos mueren en las primeras veinticuatro horas y otros se vuelven más salvajes.

Eli golpeó la pared. No podía perder a su pareja. El pensamiento era inconcebible. Él acababa de aceptar su nueva vida y estaba ansioso por darle inicio. No había manera de que fuera a quedarse solo ahora que había encontrado a Kevin. Su miedo a perder a otra persona que le importaba amenazaba con volver loco a Eli.

Esto no podía estar sucediéndole.

— ¿Asumo que su pareja fue el que causó el golpe que oí? —Jaehyo preguntó.

— ¡Jódete, chupasangre! —Eli gritó, el miedo de lo que podría sucederle a su pareja lo transfirió al vampiro.

— No tomaré eso como una ofensa. Puede estar totalmente bien. Algunos lobos no tienen síntomas en absoluto. Realmente lo siento, Alfa, no puedo ayudarte más. Y a su pareja, realmente me disculpo por el ataque de vampiros rebeldes. Estoy tratando de detener eso. No tolero a los rebeldes en mi territorio.

Jong In le dio las gracias y colgó.

— ¿A qué se refería con salvaje? —Eli preguntó.

—  Para nosotros, Kevin puede desear sangre, matar indiscriminadamente sin más razón que el sabor de la sangre. No hay razonamiento ni manera de calmarlo. Algunos permanecen en su forma de lobo, desgarrando salvajemente gargantas.

— Se oye como un campamento de verano —Eli trató de bromear cuando lo que quería era gritar ante la injusticia de todo esto.

— ¿Lo amas? —Jong In se recargó en su silla.

Eli se frotó la cara antes de apoyar los brazos en sus rodillas. -No sé. Todo lo que sé es que cuando Kevin está a mí alrededor, mi corazón está más ligero, y quiero reír todo el tiempo. Suena tan malditamente cursi.-

— Todos nosotros hemos estado así. Aun lo estamos —Jong In le aseguró.

— Solo lo conozco desde hace un día. Cuando regresé a la ciudad, miré a otros chicos, tú sabes, para ver si era gay. Pero ninguno de ellos me interesó, ni siquiera las mujeres. Mi visión se cerró hacia un único hombre que ladra a mí alrededor como un pequeño cachorrito emocionado, haciéndome desear envolverlo entre algodones y protegerlo del mundo…y no puedo creer que estoy diciendo esto en voz alta —Eli gruñó.

Chanyeol se rió. — Mírame a mí. ¿Parezco el tipo de hombre que se derrite cuando su pareja le sonríe?

Eli miró a Chanyeol. — No, te ves como si comieras gatitos en el desayuno.

— Exactamente, entonces no te avergüences de lo que sientes por Kevin, y que se joda quien piense que eres débil.

— Como alguien muy sabio una vez me dijo: todos ellos pueden comer penes. —Rasa se rió.

— No me avergüenzo. Solo que nunca he expresado mis sentimientos. Ya sabes. Cosas de chicas —Eli le corrigió.

— No es cosa de chicas decirle a tu pareja que lo amas y demostrarle lo mucho que significa para ti —Jong In defendió.

— Solo espero tener la oportunidad. —Eli se recargó mirando al techo abrumado por el miedo a perderlo. Todo el mundo permaneció en silencio, esperando a que el doctor terminara.

Jong In apoyó los antebrazos en el escritorio. — Realmente creía que ibas a hacer que Kevin luchara mucho antes de reclamarlo. —Jong In se rió— Le dije que estabas enterrado profundamente en el closet.

Eli frunció el ceño con ese pensamiento. Bueno, él le había dado vueltas a eso, pero llegó a otra conclusión. — No creo que sea gay. Realmente creo que es solo con Kevin.

— Como sea, me alegra que no haya tenido que pasar por toda una batalla emocional para convencerte. —Jong In se recargó y se pellizcó el puente de la nariz.

Era pasada la media noche cuando el doctor salió del cuarto y se encontró con el grupo en el estudio. — Detuve el sangrado y el lobo parece estar luchando, no se rendirá. Él es joven. Eso está a su favor. Todo lo que se puede hacer ahora es esperar. Las siguientes horas nos dirán lo que sucederá con él.

Jong In le agradeció al doctor y lo acompañó a la salida. Eli entró en la recámara, subió a la cama, y deslizó su mano de arriba a abajo por el pelaje de su pareja. — Eres realmente hermoso, cachorro. —Lo acarició, cuidándose de no tocar las heridas.

Kevin gimió.

— Estoy aquí. No me iré a ninguna parte —Eli le aseguró, y eso pareció relajar al lobo.

Eli se quedó con su pareja todo el tiempo, entró brevemente al cuarto de baño a ducharse, y se acostó desnudo en la cama, cubriendo su cuerpo y el de Kevin con la sábana. Estudió el hocico de Kevin, sus ojos, y el rubio color de su pelaje. Eli levantó una pata y estudió lo pequeño que era.

Eli contuvo el aliento cuando Kevin finalmente abrió los ojos. Bueno, su pareja no había muerto, pero ¿se volvería salvaje? El lobo lo miró durante un momento, el miedo era evidente en su mirada. - Está bien. Puedes cambiar —Eli lo tranquilizó.

— Regresaste —Kevin dijo en un suave y atemorizado tono.

— Cachorro, no me fui a ningún lado. Solo fui a la ciudad a vender el taller. Quiero abrir uno aquí, para estar contigo.

Kevin comenzó a llorar. — Lo siento. —Su cuerpo temblaba mientras se acurrucaba al lado de Eli.

Eli lo jaló más cerca, pasó su mano a través del cabello de Kevin. — Estás a salvo, eso es todo lo que importa. Hablaremos de tu castigo después.

Kevin se secó los ojos. — S–sí, señor. —Tenía hipo mientras se acurrucaba en los brazos de Eli— ¿Está Jong In enojado conmigo?

— Bueno, yo diría que ninguno de los dos estaba muy feliz de encontrarte casi muerto en una calle de la ciudad.

Kevin abrió los ojos. — ¿Tú me buscaste?

— Claro que lo hice. Eres mi pareja. ¿Crees que te dejaría afuera completamente solo? —Eli pasó sus nudillos por la mejilla de Kevin, feliz de que su pareja hubiera sobrevivido y estuviera intacto.

— ¿Lo sabes?

Eli gruñó. — Ni siquiera se te ocurra esconderme secretos de nuevo, ¿entendiste?

— Si, señor.

— ¿Cómo te sientes?

— Bien. Estoy sanando. Un poco dolorido, pero sin daños permanentes.

Eli rodó a Kevin bajo él, lo besó suavemente mientras se acomodaba entre las piernas de su cachorro. Sostuvo ambas muñecas de Kevin con una mano arriba de la cabeza de su pareja. — No las muevas.

— Sí, señor.

Eli sonrió. Besó la suave piel de Kevin hasta que el pene de su pareja golpeó su mentón. No había mejor momento que el presente para aprender algo nuevo. Kevin gimió, empujando sus caderas. —Sostente. —Eli detuvo sus caderas.

Sosteniendo el pene de Kevin en una mano, Eli lo estudió. Se veía como un pene y se sentía como uno. Eli no estaba seguro de qué esperar, pero nada llegaba a su mente. No había repulsión ni vacilación. Él era Kevin, su pareja. Esto se sentía natural, correcto.

Un líquido claro salía de la pequeña abertura. Eli sacó la lengua y lo saboreó.

No estaba mal.

Salado.

Lamió alrededor de la cabeza y vio a su pareja luchando para no moverse. Eli acunó las bolas de Kevin y las rodó en su mano. Eran firmes y suaves. Dejó que sus dedos experimentaran el arrugado patrón, acostumbrándose al cuerpo de un hombre.

Eli lamió un camino a la base y entonces regresó a la punta de nuevo, Kevin irradiaba placer mientras gemía. Eli humedeció su pulgar, entonces lentamente lo llevó a través del interior de la apretada estrella de su pareja, los músculos apretaron su dedo. Lentamente jugueteó allí, mientras chupaba el duro pene de Kevin.

— Te quiero…

— Silencio, cachorro —Eli gruñó mientras tomaba dentro de su boca la punta del pene. Kevin gimió. Eli sacó el pene de entre sus labios, riéndose— ¿Qué es lo que quieres?

— Quiero que me folles —Kevin gimió, sus piernas temblaban obedeciendo la orden de Eli.

— No tienes dudas sobre eso. Lo quieres. —Eli lo chupaba cuidando de no ahogarse. Kevin se movió, gritando porque Eli hiciera algo, cualquier cosa para aliviar la presión. Deslizó hacia afuera su pulgar y besó la cabeza del pene de Kevin, antes de levantarse. Eli se arrastró por encima del cuerpo del pequeño hombre— ¿Tienes lubricante?

— No sé, no es mi cuarto. —Kevin jadeó con los ojos fijos en los de Eli.

Eli revisó los cajones. Bingo. Se preguntó brevemente si Jong In surtiría con eso todos los cuartos.

Vertiendo algo entre sus dedos, Eli dejó la botella en la cama. No podía ser diferente a preparar una mujer para el sexo anal. Deslizó un dedo al interior, siendo tan suave como podía ser, sabiendo que su pareja era nuevo en esto. Los músculos de Kevin se resistieron al principio. Un reflejo que era común. — Relájate, bebé, déjame entrar. —Eli pasó su dedo por el suave y caliente interior.

— ¡Eli!

— ¿Te gusta esto? —Eli se rió.

— Dios, sí.

Eli no le iba a decir que Jong In lo había separado y le había dado algunas indicaciones sobre cómo amar a un hombre. Con lo bochornoso que fue eso, Eli había puesto atención a todo lo que el Alfa le había dicho, especialmente acerca de la próstata.

Eli agregó un segundo dedo, entonces un tercer dedo, estirando a su pareja hasta que sintió que Kevin estaba listo. Kevin gimió, su culo trataba de seguir los dedos de Eli cuando se deslizó hacia los pies de la cama.

Palmeó la cadera de Kevin. —Compórtate.

— Pero se sentía tan bien —Kevin se quejó.

— Tengo algo que se sentirá incluso mejor. —Eli movió sus cejas, una risa salió de su pareja.

Dios, era tan bueno oírlo reír de nuevo. Jong In también le había informado que los condones no eran necesarios. Los shifters no podían atrapar enfermedades humanas, esa sería la primera vez que tendría sexo sin condón desde su novia de la preparatoria.

Eli lubricó su pene cuidadosamente. Dejó la botella a un lado y empujó las piernas de su pareja hacia atrás. — Dime si necesitas que me detenga.

Kevin asintió, enterrando sus dedos en el tatuado bíceps de Eli. Se sentía poderoso bajo sus manos. Aun se asombraba del dios que era suyo. Sintió dolor y luego una ardiente sensación, y entonces más dolor. Kevin tomó aire, como su pareja le había indicado. Él no era ingenuo. Sabía que podría ser doloroso la primera vez. Avergonzado pero determinado, él tuvo que pedir consejo.

Kevin no era tan estúpido para pensar que estaría arriba de Eli. El hombre era puro Alfa. Él tampoco se hubiera sentido cómodo haciéndolo. Las parejas fueron felices explicándole las cosas. Luhan había sido demasiado gráfico y Baekhyun demasiado rudo. El chico no podía explicar las cosas sin ser demasiado directo. Heechul… bueno, los dientes de Eli también cortaban y él no estaba seguro de querer que su pareja lo mordiera. No podía entender la necesidad de Heechul de ser mordido por su pareja, pero Kevin no lo juzgaba. Había escuchado todo y vio que todos ellos habían estado de acuerdo en algunas sugerencias: “Respira y empújate hacia abajo”. Eso fue lo que Kevin hizo y algo del dolor desapareció.

Las parejas también le dijeron a Kevin que ellos los trataban como frágiles piezas de cristal, y si él quería que fuera duro tendría que decirle a su pareja.

Kevin le había preguntado a Jong In acerca del reclamo, preocupado de que no funcionara si Eli estaba arriba. El Alfa le dijo que mientras mordiera a Eli, funcionaría. Cuándo Kevin le preguntó acerca de Rasa y toda la cosa de que “E.Den tenía que estar arriba”, Jong In le había confiado a Kevin que él le había dicho a E.Den eso debido a que había soñado eso.

Cuando Kevin trató de que Jong In le explicara, el Alfa se había rehusado, diciéndole a Kevin que él no necesitaba saber más detalles de los que ya había revelado acerca de cómo se emparejaban las otras parejas.

Las parejas también le dijeron a Kevin como había ocurrido.

— ¿Estás bien bebé? —Eli estaba tomando las cosas con calma, y Kevin asintió. Eli se empujó lentamente hasta que estuvo totalmente en el interior. Todo el cuerpo de Kevin tembló cuando los labios de Eli lo llevaban a un sensual éxtasis.

Kevin estaba impactado ante su anhelante respuesta al toque de los labios de Eli.

Kevin se sintió transportado a una suave y etérea nube, rezando porque Eli nunca lo dejara de nuevo.

 

continuara...

Notas finales:

NEEEEEEEXT


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