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13. El infierno de Byung por dayanstyle

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Notas del capitulo:

ahora que Byun perdono a Chanhee.. es hora de reclamarse como pareja... asi que ya saben que significa...

Chan Hee despertó en su forma humana. Él debía de estar totalmente curado. Reconoció su recámara, entonces sonrió cuando sintió una caliente piel detrás de él.

Byung Hyun.

Girándose vio al hechizante hombre, vio a su pareja dormir plácidamente a su lado. Sonriendo, Chan Hee levantó las sábanas. Su pareja también estaba desnudo y la vista que presentaba era encantadora.

— Pervertido. —Byung sonrió aun con los ojos cerrados.

— Pensé que dormías.

— Lo hago.

Chan Hee se rió mientras jalaba a Byung a sus brazos. Le dio un suave beso en los labios. Byung gimió y se acercó más. — ¿Has tenido sexo antes?

Byung se ruborizó, bajó la cabeza y asintió.

Chan Hee pasó sus nudillos bajo el mentón, levantó la cara y lo miró fijamente. — Eso está bien.

— Siento no haber esperado por ti —Byung se disculpó.

Chan Hee rodó los ojos. — Como yo.

Byung hizo un guiño de dolor y Chan Hee inmediatamente se arrepintió de sus palabras. — Lo siento mucho, Byung.

— No lo hagas, eso se terminó lo dejaremos en el pasado.- Chan Hee besó a Byung. Sus besos eran lentos, considerados, mientras trazaba con su lengua los suaves y llenos labios de Byung.

— ¿Nuevo inicio? —Chan Hee elevó una ceja totalmente esperanzado de que su pareja pudiera quererlo tanto como él lo quería.

— Está bien —Byung se carcajeó mientras aceptaba.

Chan Hee extendió su mano, — Hola, soy Lee Chan Hee.

Byung se reía graciosamente. — Lee Byung Hun.

— Encantado de conocerte, señor Lee —dijo Chan Hee mientras su erección se presionaba contra la de Byung.

— Yo también, L y L—murmuró jadeando.

— ¿L y L? —A Chan Hee le gustó eso. Rodó a Byung debajo de él, besándolo profundamente— Si pregunto, ¿aceptarías? —Ahí estaba, lo dijo. Si Byung decía no, él podría esperar. Byung lo valía.

Byung envolvió sus brazos alrededor de Chan Hee, enterrando su cara en su cuello. — Sí.

Sintiéndose como si estuviera en un cohete rumbo a la luna, Chan Hee jaló la cabeza de Byung y devoró su boca. Sus manos exploraban cada lugar y todo lugar que pudieran encontrar en la suave y cremosa piel. Chan Hee se apartó para ver el pene de su pareja. — No tienes vello.

— ¿Te gusta? —Byung sonrió mientras se ruborizaba.

Chan Hee gruñó. — Me gusta. —Besó todo el camino hacia abajo por el cuerpo de Byung hasta llegar a su meta. Nunca antes había visto una piel tan suave. La lamió, disfrutando tremendamente su sabor. La suave piel brillaba tras su lengua como un satín.

— Me hace más sensible —Byung gimió y pasó los dedos a través del cabello de Chan Hee.

Debidamente anotado. Chan Hee comenzó su campaña de torturar a su pareja. Su lengua trazaba el desnudo hueso púbico, la punta lo recorría de un lado al otro. Chan Hee se levantó y palmeó el hueso púbico sin vello con la punta de sus dedos, la desnuda piel se puso de un hermoso rojo.

— Oh, Dios —Byung gritó mientras movía sus caderas.

Chan Hee pasó su lengua por el área calmando el ardor antes de guiar su lengua bajo los globos gemelos de Byung. Los lamió, gimiendo su camino.

Chan Hee besó cada uno antes de bajar. «Yum, ¿Qué es lo que tenemos aquí? Un lindo agujero escondido para que mi lengua entre».

Chan Hee empujó las piernas de Byung hacia atrás al pecho de su pareja, obteniendo una vista perfecta. Con un lento y perezoso movimiento, su lengua circuló la delicia rosada, sintiendo cada borde de los tensos músculos. Tensó su lengua y entonces entró.

— Chan Hee, por favor no me tortures —Byung gimió mientras se empujaba hacia la cara de Chan Hee.

Chan Hee sonrió mientras se salía y entonces volvía a entrar, sintiendo los músculos expandirse para darle la bienvenida a su invasión. Llevó sus labios alrededor del estrellado agujero, chupándolo suavemente.

— Vas a hacer que me corra —Byung le advirtió moviendo las caderas y colocando sus pies en la espalda de Chan Hee.

Ese era el punto. Chan Hee sacó la lengua y la pasó de un muslo al otro, acariciando con su nariz la piel en el trayecto. Le dio un último beso al pequeño premio de Byung como homenaje a las grandes cosas por venir.

Chan Hee siguió su viaje de tortura hacia las bolas de su pareja y qué encantadoras eran. Su lengua jugó con ellas recorriendo entre las esferas, permitiendo a su lengua trazar cada arruga.

— Te lo advertí, Chan Hee —Byung siseó con placer, sus dedos se cerraban y abrían en el cabello de Chan Hee.

Chan Hee pasó su mejilla por la arrugada piel antes de pasar su lengua por la base del erecto pene de Byung. Se sobresaltó ante el sensual contacto. Aun sosteniendo las piernas de su pareja hacia atrás, Chan Hee chupó la piel todo el camino hacia la cabeza del pene y luego volvió a bajar.

— No soy una maldita armónica.

— Sabes como una. —Chan Hee se apartó y entonces deslizó el pene de su pareja en su boca y tarareó. Byung iba a enloquecer. Se retorcía y derretía, gritando al techo mientras chorros de caliente semen se disparaban hacia la garganta de Chan Hee. El castaño chupó la corona del pene un poco más, lamiendo a su pareja, limpiándolo, entonces subió por el cuerpo de Byung tomando de nuevo posesión de su boca, compartiendo el sabor.

— Maldición, tengo buen sabor —Byung sonrió dentro del beso.

— Mmm, lo tienes. —Chan Hee barrió con su lengua el interior de la boca de Byung, buscando el sabor único de su pareja.

— Reclámame, lobo.

— Será un placer. —Chan Hee tomó el lubricante y cubrió sus dedos. Sonrió al recordar el saludo del apretado agujero de Byung y entonces recorrió la apretada estrella con sus lubricados dedos. El aroma seguía en su cara mientras los músculos se relajaban lo suficiente para ser penetrado.

— Ugh, espera un momento.

— Bien —Chan Hee murmuró en la boca de Byung cuando se inclinó a besar a su pareja de nuevo. Provocaba el agujero de Byung hasta que un tercer dedo se unió— ¿Listo? —Su pareja no era una cara anónima en el club. Él se tomaría su tiempo para prepararlo, para asegurarse de que Byung Hun estuviera listo y entonces tomarlo suavemente. Este era el único hombre que importaba.

— Si, tómame.

Retirando sus dedos, Chan Hee se apartó. ¿Por qué sus manos estaban temblando? Esto era como si fuera su primera vez. Tomando una profunda respiración para calmar sus nervios, Chan Hee se empujó al interior.

— Mierda.

— ¿Te estoy lastimando? —Chan Hee no movía ni un músculo.

— No, solo se siente tan bien. —Byung soltó una inestable respiración.

Chan Hee sabía que su pareja estaba sintiendo dolor. Si esperaba un momento, entonces Byung podría sentir el ardor.

Hizo su mejor esfuerzo para ser suave, dejando que su pareja se acostumbrara a su eje. Pasó las manos por la suave piel, acariciándole las caderas y piernas. Chan Hee se inclinó hacia adelante y chupó el cuello de Byung. Gimió ante la marca y pasó su lengua alrededor lamiéndolo.

— ¿Me aceptas como tu pareja, Byung Hun? —Chan Hee empujó las piernas de Byung más hacia atrás, sus pulgares circulaban alrededor de los tobillos de su pareja.

— ¿No desperdicias el tiempo, verdad?

Chan Hee gruñó.

Byung le sonrió. — Si, Chan Hee. Ahora muérdeme.

Chan Hee hundió sus caninos en la suave piel. Byung se movió liberando sus piernas del agarre de Chan Hee y envolviéndolas alrededor de la cintura de Chan Hee mientras gritaba.

Byung gritó su nombre, eso era música para sus oídos. Sintió sus almas unirse y sus corazones sincronizarse mientras Chan Hee sellaba la herida. Su lengua recorrió hacia el otro hombro, lamiendo el chupetón que le había hecho ahí.

Byung trataba de subir en Chan Hee. Sus piernas avanzaron más y más arriba sobre la espalda de Chan Hee. Gimió cuando Chan Hee tomó sus tobillos jalándolo sus piernas arriba de su cabeza. — No soy un pretzel.

— Joder, te ves bien. —Chan Hee se empujó más profundo. Su pareja se abría para su placer. El sudor hormigueaba por su cara y caía en la piel de su pareja mientras él se empujaba como un taladro neumático a su interior— Mío —Chan Hee gruñó posesivamente, su pareja lo atraía igual que las flamas a las polillas. Chan Hee se lanzó hacia adelante meciéndose profundamente en la apretada vaina de Byung

— Tuyo —Byung aceptó mientras se empujaba él mismo apartándose de la cabecera. —  Sabes cómo follarme —Byung lo alabó.

Abrió los labios cuando Chan Hee acercó los suyos besándolo y tragándose el grito de su pareja. Byung se corrió, líquido caliente hizo erupción entre ellos. Chan Hee se apartó y se volvió a empujar en el interior del culo de Byung sosteniendo a su pareja en el lugar.

— Mío —Chan Hee reclamó una vez más cuando sintió el hormigueo subir por su columna y bajar a su ingle. Sacudió la cabeza, su cerebro estaba completamente lleno por una nube de lujuria.

Las sensaciones recorrían todo su cuerpo, atrapándolo en un sensual control mientras su cuerpo explotaba con euforia. Lanzó la cabeza hacia atrás y gritó el nombre de su pareja cuando su alma parecía dejar su cuerpo, entonces su cabeza se aclaró y su visión regresó.

Chan Hee colapsó, acunó la cara de Byung dejándolo por un momento torcido como un pretzel. Besó suavemente a Byung. Con su corazón aun fuera de control y su pene aun enterrado profundamente. Chan Hee se apartó lentamente.

— Santa mierda, sabes follar —Byung Hun se carcajeó.

 

 

 

Byung miraba hacia afuera por la ventana de la recámara, el viento golpeaba fuerte. La lluvia golpeaba las ventanas, se frotó el trasero esperando alejar lo adolorido.

Su pareja estaba en sus deberes de patrullaje, dejando a Byung solo. Extrañaba a Chan Hee. Byung miraba en busca de algún signo en el exterior. Sabía que era demasiado joven. Alguien más maduro podría encontrar algo que hacer para ocupar su tiempo, pero Byung no. Él buscaba en la oscuridad lo que era suyo.

Tocaron a la puerta mientras él seguía buscando en la fría y oscura noche.

Byung se giró. — Adelante.

Baekhyun asomó la cabeza en la puerta. — Todos vamos a ver una película. ¿Quieres sentarte conmigo?

— No, gracias. —Byung no estaba de humor para ver una película. Él quería a Chan Hee.

Baekhyun entró al cuarto.  —Eso te ayudará a apartar tu mente de Chan Hee. Eso me ayuda cuando Chanyeol no está aquí.

Ahora ¿cómo podía decir no ante eso? — Vamos. —Byung tomó su mano, bajó las escaleras y se sentaron en el estudio.

— Es una de terror, así que todos los que tengan miedo sosténganse de alguien —Heechul advirtió antes de presionar el botón de play.

Byung estaba aterrado para cuando la película terminó. Él y Baekhyun estaban acurrucados juntos con las manos entrelazadas.

— Yo–yo me voy a la cama. —Byung corrió por las escaleras y saltó bajo los cobertores, temblando cada vez que oía un ruido. La casa era vieja y crujía mucho, haciendo que Byung estuviera listo para orinarse en sus pantalones.

Gritó como una chica cuando una mano entró bajo los cobertores y tomó su tobillo.

— Relájate soy yo. —Chan Hee jaló a Byung a sus brazos— Estás temblando. ¿Qué sucede? —Frotó la espalda de su pareja, haciendo tranquilizadores sonidos en su oído.

— Ella trató de huir, pero el hombre la pilló en el bosque y la atrapó y la cortó. —Las garras de Byung salieron— Ella trató de alejarse, pero él la mató, entonces la cortó y escondió su cuerpo, entonces le mintió a la policía, entonces fue detrás de la familia de ella, entonces…

— Tranquilo, te tengo. —Chan Hee lo sostenía más cerca— Ahora, tú también morirás.

Byung despertó gritando y dando tumbos hasta que un cuerpo lo aplastó. — ¡Quítate de mí!

— ¡Byung! —Chan Hee gritó, pero Byung seguía llorando y luchando por quitar el peso de encima de él.

— Maldición, Byung. —Chan Hee jaló a su pareja de la cama y lo envolvió entre las sábanas hasta que lo tuvo asegurado, entonces se sentó en el suelo con él en su regazo— Despierta bebé.

— No, no eres real. Quieres matarme. —Byung Hun se retorcía tratando de liberarse.

— No más películas de terror para ti. ¿He sido claro? —Chan Hee demandó. Su pareja gritaba completamente asustado con esos malditamente agudos gritos de chica.

— No eres real. No eres real. —Byung parecía como si tuviera un quiebre emocional. Chan Hee no parecía poder llegar a él.

Poniéndose de pie con Byung en sus brazos, Chan Hee tomó su teléfono celular.

— Será mejor que sea importante.

— Señor Lee, soy Chan Hee. ¿Cómo infiernos hago para que Byung se calme?

— ¿Vio una película de terror?

— Sí.

Seug Gi chasqueó su lengua. — Nunca dejes que haga eso. Frota detrás de su oreja derecha, háblale suavemente y esto va a sonar extraño pero dale helado.

— Gracias. Lo siento, pero me tengo que ir.

— Hasta luego.

Chan Hee lanzó el teléfono. Corrió escaleras abajo con su pareja aun balbuceando y patinó hasta detenerse en medio de la cocina.

Mierda, tendría que dejar a su pareja para sacar el maldito helado. Chan Hee miró alrededor, tumbando todo lo que había en el mostrador y dejando ahí a Byung. Fue hacia el congelador y sacó el helado de fresa. Sin importarle nada, metió los dedos en el helado y los llevó dentro de la boca de Byung mientras su pareja murmuraba.

Chan Hee dejó el bote de helado a un lado y comenzó a frotar detrás de la oreja de su pareja. «Esto no está funcionando. ¿Por qué infiernos no funciona?» Mierda, era la oreja equivocada. Byung comenzó a tranquilizarse cuando Chan Hee acarició detrás de su oreja derecha. — Está bien, bebé. Te tengo. Nadie va a lastimarte. Estás a salvo.

— ¿Realmente eres tú?

— Soy L y L. —Chan Hee sonrió cuando Byung se apoyó en su mano y cerró los ojos mientras Chan Hee frotaba detrás de su oreja— ¿Ves? Todo está bien.

— Soñé que entrabas a nuestro cuarto, me jalabas de debajo de los cobertores y me acurrucabas mientras te platicaba la película. Entonces dijiste que ibas a matarme, que yo seguía. —Byung se aferró a Chan Hee.

— No más películas de terror, ¿entendiste?

— Yo no quería.

Chan Hee levantó a Byung. — Vamos, bebé. Regresemos a la cama.

 

 

 

— ¿Quién demonios destruyó mi cocina?

Mierda, Chan Hee podía oír a Rasa desde arriba. Él había olvidado todo sobre eso.

— Creo que estamos en problemas. —Byung se escondió bajo los cobertores.

— Yo también lo creo. —Chan Hee se unió a él.

— ¿Crees que podremos salir furtivamente? —Byung le murmuró bajo los cobertores.

— Podemos tratar y tomar un descanso. —Chan Hee apartó los cobertores. Byung se reía graciosamente y ellos se apresuraron a vestirse, salieron corriendo por la puerta del frente y rodearon la casa.

— ¡Libertad! —Byung saltaba y gritaba con los brazos al aire.

— Vamos, vayamos a correr.

Ambos se desnudaron y cambiaron. Chan Hee lo guió por el camino de césped. Byung corría al lado de él, mordiéndole el cuello juguetonamente mientras corrían. La conducta de Byung era la de un cachorrito, saltando por todos lados, se apoyaba en las patas delanteras y levantaba las traseras.

Ya estaban suficientemente lejos de la casa ahora, Chan Hee cambió y cayó en la tierra carcajeándose cuando Byung lamió su cara. — Cambia.

— ¿Por qué? Estaba divirtiéndome. —Byung hizo un puchero después de cambiar y cayó sobre el pecho de Chan Hee.

Chan Hee se giró, Byung terminó arriba de él. — Porque quiero que me montes.

— ¿Montarte? —La expresión de Byung era cómica

Chan Hee movía sus caderas con Byung montado a horcajadas arriba de él. — Móntame. —Chan Hee se rodó de nuevo, colocando a Byung sobre sus manos y rodillas— Aunque, primero necesito que estés listo. —Una larga línea de saliva escapó de los labios de Chan Hee, cubriendo la grieta de su pareja y entonces Chan Hee la extendió alrededor de su apretado agujero.

— Chan Hee —Byung gemía.

— Ahora, móntame. —Chan Hee se acostó de espaldas, entrelazó sus dedos detrás de su cabeza. Su pareja se sentó en su ingle, tomó su pene y con inseguros intentos se empalaba.

— ¿Necesitas ayuda? —Chan Hee arqueó una ceja.

— Si quieres follarme, entonces sí —Byung gritó cuando Chan Hee lo jaló hacia adelante, sus manos se apoyaron en el pecho de Chan Hee.

Tomó su pene y lo sostuvo en alto. — Aquí voy.

Byung plantó sus pies y bajó en dirección al pene de si pareja, perforando la barrera de su agujero.

— ¿Lo tienes?

— Uh-huh. —Byung asintió, lentamente fue bajando mientras Chan Hee acomodaba su mano detrás de su cabeza. Él aún estaba adolorido del reclamo pero siguió hasta que estuvo totalmente abajo.

— Móntame, bebé.

Byung se ruborizó. Nunca antes había tenido sexo en esta posición. Estar abierto de esa forma lo hacía más consciente mientras su pareja lo veía con ojos llenos de lujuria. Apoyando las manos en el pecho de Chan Hee y plantando los pies en el suelo, Byung comenzó a moverse de arriba abajo. Oh Dios, se sentía tan bien.

Chan Hee gruñó. Byung comenzó a moverse, al principio descoordinado y luego encontró su ritmo. Chan Hee tomó sus caderas. — Inclínate hacia atrás.

Byung lo hizo y Chan Hee tomó el control, empujándose hacia arriba y jalando a Byung hacia abajo. Byung realmente podía sentir el pene de su pareja crecer y engrosarse. Se preguntaba cómo se vería desde el punto de vista de Chan Hee, hasta que su pareja se empujó más profundamente y su cerebro dejó de funcionar.

Byung se inclinó hacia adelante, besó a Chan Hee mientras se empalaba una y otra vez. La cabeza de Byung cayó hacia atrás, enfocada en las ondas eléctricas que lo recorrían. Se inclinó hacia atrás y rodeó con sus brazos las rodillas de Chan Hee.

Chan Hee mordió su labio inferior y se empujaba hacia Byung más duro y más rápido. Byung sintió su pene saltar de arriba abajo, golpeando su abdomen mientras que Chan Hee lanzaba la cabeza hacia atrás, arqueaba la espalda y se corría.

Byung lo siguió. Dos jalones y gruesos chorros perlados cayeron en el pecho de Chan Hee. Byung cayó hacia adelante, probándose a sí mismo del pecho de Chan Hee.

«El hombre simplemente folla como un dios», Byung pensó mientras trataba de recuperar su respiración.

— Tenemos que cambiar. Está demasiado frío para nuestras formas humanas. —Chan Hee se giró y se deslizó fuera con Byung protestando. Chan Hee se rió— Lo sé.

Byung cambió, Chan Hee lo siguió. Empujaba a Byung, animándolo a dirigirse hacia la casa.

Jong In veía a los dos lobos trotar hacia la casa después de salir del bosque desde la ventana de la cocina. Estaba aliviado de no tener que ejecutar a Chan Hee. Esa imposición lo había estado carcomiendo. Hubiera sido devastador para todos si lo hacía, pero él no tenía elección… tendría que haberlo hecho.

Dejando al par se giró hacia la cocina, Jong In fue a buscar a su pareja. Su mente estaba llena a toda capacidad, su corazón pesado con la responsabilidad de Alfa. Necesitaba el gentil toque de su pareja, una tabla de salvación en donde podía relajarse aunque sea solo por un momento.

 

 continuara....

 

 

Notas finales:

dejen RW nenesss


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