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15. La Locura de Sungmin por dayanstyle

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Notas del capitulo:

Me encantan sus RW..... quizas se lleven doble actu hoy hehe

    Kyuhyun vio hacia la mano de su pareja. ¿Sungmin se habría hecho eso él mismo?

      Kyuhyun abrazó a su pareja llevándola hacia su pecho y comenzó a mecerlo con un lento ritmo. Sentía las lágrimas arder en sus ojos y un nudo en su garganta. Si Sungmin estaba mentalmente enfermo, él se aseguraría de que recibiera la mejor atención posible. No repararía en gastos para darle a su pareja el tratamiento que necesitaba para mejorar. Sungmin mejoraría. Él no esperaría nada menos que darle todo lo que el caso de su pareja necesitara.

—¿Qué está sucediendo?— Jongin preguntó detrás de ellos.

       —Hablaré contigo tan pronto como lo lleve a la cama. — Kyuhyun levantó a Sungmin del suelo y cuidadosamente lo llevó por las escaleras sintiendo que en cada paso se hundía más. Abrió la puerta y cruzó la recámara hacia su cama. Kyuhyun acostó a su pareja y besó su frente, retirando sus hermosos rizos castaños de su hermosa cara.

      —No estoy loco. Ella estaba afuera —Sungmin murmuró presionando su cara contra la mano de Kyuhyun.

       —Hablaremos de eso después, rebenka. —Kyuhyun lo besó una vez más antes de apagar la lámpara en la mesa de noche y cerrar la puerta.

 

       Salió a buscar al doctor residente, le pidió a Jaejoong que revisara el chichón en la cabeza de Sungmin antes de bajar las escaleras y encontrarse con Jongin en su oficina.

       Kyuhyun cerró la puerta y tomó asiento en el sofá de cuero, frotándose la cara con las manos y viendo hacia el suelo durante un momento, haciendo su mejor esfuerzo para que la situación tuviera sentido. Él sabía que cada guerrero que había sido bendecido con una pareja tenía problemas qué resolver, pero el de Sungmin parecía tan devastador. No era un hábito con el que él pudiera luchar para controlar, o un feo pasado que tuviera que superar. Esto era mental. ¿Cómo infiernos podría tratar con algo como esto? Sabía que tendría un largo y duro camino por delante.

      Kyuhyun se limpió los ojos, se recargó en el sofá y vio directamente a Jongin. —No estoy seguro de lo que está sucediendo. Él dice que una mujer lo acosa, lo lastima.

—¿Y tú le crees?— Jongin preguntó.

      Ellos se quedaron en silencio por un largo momento mientras Kyuhyun trataba de entender eso en su cabeza. No encontraba una solución. Estaba tan malditamente perdido.

      —No sé. —Se jaló la banda de hule y pasó sus manos a través de su cabello—. No hay rastros en el patio. Estoy muy seguro de que él me ha mentido en más de una ocasión. ¿Qué se supone que crea?— Estaba desesperado por cualquier consejo que pudiera tomar. El pensar que su pareja estuviera mentalmente enfermo hacía que le doliera su corazón. Sungmin era tan ingenioso y hermoso, tan lleno de vida. Tenía que haber una manera de poder ayudarlo.

        —Eso es difícil de decir. Lo único que puedo decir es que lo vigiles, que vigiles si alguien ronda la librería y lo vigila. Serás capaz de descubrirlo tarde o temprano. —Jongin se recargó en su silla y se pellizcó el puente de su nariz—. Sabes que nuestras parejas llegan a nosotros con sus asuntos. Todos ellos pasaron por mucho. Lo de Sungmin puede ser mental, pero aun así estamos aquí para ambos. Solo mantenlo seguro, incluso de sí mismo si es necesario.

   

   Kyuhyun miró sus manos que estaban sobre sus rodillas. Luego mordió la uña de su pulgar preocupado de todo lo que podría estar en la cabeza de su pareja. —¿Y si todo esto sobre Sa Eun es producto de su imaginación?

—Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él.

      Kyuhyun exhaló desanimado y asintió. Sentía el peso del mundo en sus hombros. Necesitaba descubrir que Sa Eun era real. La salud mental de su pareja dependía de eso.

      Kibum se sentó en el sofá del estudio viendo a las otras parejas jugar videojuegos. —¿Crees que realmente esté loco? Xiumin se encogió de hombros y movió sus manos frente a él.

r13;Nunca me pareció que estuviera loco.

     —Si, a mí tampoco. —Kibum pasó su mano sobre su mandíbula—. Nunca he conocido a una persona fuera de balance antes—eso no incluía a su padre—, pero Sungmin no parece de ese tipo. Un poco alocado pero no loco.

       Algo que no agregó, fue que él vio a la mujer en la tienda, vio el miedo en los ojos de Sungmin cuando ella pasó frente a la ventana. No creía que la pareja mintiera y definitivamente no creía que estuviera loco.

 

    Mantendría los ojos y los oídos bien abiertos. Tenía que haber una manera de probar que el propietario de la librería, y ahora pareja, no había inventado las cosas.

     Kibum solo rezaba por poder encontrar las pruebas. A él le agradaba Sungmin y no quería que lo encerraran lejos de ellos.

 

      Sungmin jaló las sábanas hasta su mentón, sus dedos se curvaron en la tela. Las imágenes de Sa Eun de pie frente a la ventana en la noche con su enloquecida mirada quemaban su cerebro. Nunca había visto nada tan atemorizante en su vida.

       Qué mal que nadie le creyera. Él sabía que ella era real, incluso si nadie le creía.

     Se frotó el chichón en la parte de atrás de su cabeza e hizo un gesto de dolor. Él estaba cansado de ser lastimado, y realmente cansado de ser una víctima.

     La ira de Sungmin creció al pensar en todas las cosas que Sa Eun le había hecho y de cómo él era la única persona que pensaba que ella era real.

       Apartó las mantas. Bien, si nadie le creía, entonces él no necesitaba estar aquí. Lástima no era algo que él quisiera ver en los ojos de todos cuando lo vieran. Él no estaba loco.

        Sungmin se quitó la camiseta de Kyuhyun. Una abrumadora tristeza lo inundó al pensar en dejar a su oscuro y encantador lobo, pero no se iba a quedar en donde todo el mundo le tuviera lástima o pensaran que mentía.

     Lanzó la enorme camiseta al suelo y se puso su propia camiseta y tenis.

«Que se jodan todos». Él iba a salir de este maldito zoológico y nunca vería hacia atrás. Las cosas de su departamento estaban  casi todas empacadas y todo lo que tenía que encontrar era una compañía que empacara y trasladara las cosas de su tienda.

Dejaría atrás a Sa Eun y a todo este salvaje reino animal también.

       Eso les enseñaría a pensar que él no mentía. No tenía que aguantar eso. No era como si estuviera pegado aquí. Podía salir por la puerta del frente cuando quisiera.

 

     Ese pene dorado no valía tanto como para ser encerrado en un cuarto acolchado. Al diablo con tener que probar algo. Una vez que estuviera en medio del país ya no tendría que preocuparse por sus traseros nunca más.

       Sungmin abrió la puerta de la recámara y corrió bajando las escaleras. Caminaría hacia la ciudad. La oscuridad no lo asustaba, solo la gente que lo acechaba. ¿Cómo la Cindernightmare lo había encontrado? Ese pensamiento lo asustó cuando consideró caminar hacia su casa. Con lo enojado que estaba, lanzaría el loco trasero de ella a una zanja si ella intentaba algo esta noche. Solo inténtalo, solo inténtalo, maldición, y él dejaría ir a su macho salvaje contra la imbécil psicótica.

—¿A dónde vas?

        Sungmin tragó saliva. Jongin. La única persona con la que él nunca quería encontrarse de nuevo. Esa voz sacó el vapor de sus reflexiones mentales.

       —A casa. —Sungmin siguió caminando. Él podía no ser lo suficientemente valiente como para no darle un poco de atención, pero no iba a dejar que lo detuvieran. Ni siquiera al hombre que se veía como un motociclista del infierno.

—Te llevaré con Kyuhyun.

      Sungmin movió un dedo y siguió caminando. —No lo creo. Él cree que la imaginé.

—¿Lo hiciste?— Jongin preguntó.

       Sungmin podía sentir su temperamento subir. Debió de mantener la boca cerrada y nunca haberle hablado a Kyuhyun de ella. Al parecer eso solo le consiguió un infierno. Sungmin movió la mano desestimando la pregunta de Jongin y abrió la puerta del frente. Él no tenía que contestarle a nadie. No había roto ninguna ley, así que nadie podría detenerlo. Sungmin dio un paso hacia afuera y detuvo su camino. Kyuhyun estaba parado del otro lado.

      —Maldicion, realmente no necesito tu mierda ahora, Kyuhyun.

r13;Sungmin pasó frente al hombre, queriendo acurrucarse en sus brazos en lugar de caminar por el camino de grava y alejarse del único hombre que al parecer quería seguir con él. Alejó esos pensamientos y dio el primer paso alejándose del lobo. Él podría hacer esto, no había problema. Kyuhyun no podría detenerlo.

—Puedo darte un aventón.

       Sungmin se giró y señaló con su dedo al lobo. —Oh, tú ya hiciste eso. Apuesto que quieres mis cosas en tu camioneta y traerme de regreso a esta divertida granja, eso no sucederá, destructor. r13;Sungmin se giró y salió como una tromba.

        Kyuhyun corrió a su lado, manteniéndose con él. —No puedes solo irte caminando a casa desde aquí.

       —¿Ves estos zapatos?— Sungmin señaló hacia sus tenis—. Ellos me llevarán más y más lejos de este loco lugar al que llamas hogar. Ve mi culo moverse de un lado para el otro hasta que lentamente desaparezca de tu vista. Tomaste algo del loco botín, así que ve y has alarde con tu familia y déjame con un infierno en paz. —Sungmin siguió caminando, escuchando la grava crujir bajo sus pies mientras pensaba en el más erótico hombre que había entrado en su vida. Al infierno con él, Kyuhyun no valía el admitir que estaba loco cuando no lo estaba. Ni que el pene fuera tan bueno.

      —Caminaré contigo. —Kyuhyun llegó a su lado, caminando a su derecha.

       —Mira, esto fue divertido, explotaba la mente y detenía el corazón. El viaje terminó. Me pongo los pantalones para retirarme y salir a buscar mi siguiente aventura. —Sungmin se giró hacia Kyuhyun señalando con su dedo el sólido pecho—. Y tú no eres parte de eso. Ve y seduce a alguien más y entonces desgarrale el corazón. Yo prefiero tener a un vagabundo.

        —¿Crees que nuestro emparejamiento no fue real?— Kyuhyun jaló el antebrazo de Sungmin deteniéndolo.

      Sungmin lo jaló liberándolo. —Tan real como tú crees que Sa Eun es. Creo que tuviste un buen momento mordiéndome hasta sacar la mierda de mí, ahora vete. —A Sungmin le dolía el corazón, pero él no iba a permitir que le impusiera cómo tenía que manejar esa situación. Él ya había terminado con seguir siendo una víctima. Todos ellos podrían besar su pálido trasero.

      Sungmin levantó su mano frente a la cara de Kyuhyun, deteniéndolo antes de que algo saliera de sus labios. —Yo he terminado. Esto fue divertido. Ahora me iré de una jodida vez. — Sungmin se giró y caminó rápidamente hacia el camino pavimentado.

    —No dejaré que camines hasta tu casa, al menos no solo. r13;Kyuhyun testarudamente caminaba a su lado.

      Sungmin lo ignoró. Si veía a su oscuro y encantador lobo, iba a ceder, y él no iba a hacer eso. Él tenía su orgullo. —Entonces envía al tigre para que me escolte. —Él es demasiado joven.

 

      Sungmin casi tropieza ante las palabras de Kyuhyun. Él realmente no necesitaba tener una conversación. Sólo quería que lo dejaran solo. Está bien, no realmente, pero no quería que Kyuhyun lo viera como si él se hubiera escapado de una institución mental con la camisa de fuerza siendo arrojada en algún lado.

—¿Por qué no hablas conmigo?

      Sungmin caminó más aprisa, haciendo su mejor esfuerzo para dejar a Kyuhyun detrás junto con su corazón. —¿Para qué? No crees ni una palabra de lo que digo —Sungmin bufó.

—Tienes que admitir que me has mentido.

     —Si admito eso, entonces me llamarás mentiroso.—Él le había mentido a Kyuhyun, pero no lo iba a admitir. Eso podría darle al hombre el combustible necesario para todo un infernal fuego.

      Sungmin cayó a tierra cuando algo pesado golpeó su espalda. Al principio pensó que Kyuhyun lo estaba atacando hasta que vio a su lobo luchar contra otro tipo.

      —Apártarte con un infierno de mí. —Maldición, no de nuevo. No iba a ser víctima de nuevo. Él había tenido suficiente para el resto de su vida.

      Sungmin trató de rodarse pero el tipo lo sostenía firmemente. Mientras luchaba por liberarse un fuerte dolor cruzó su hombro y su espalda. —¡En serio tratas de comerme!

        El hombre siseó y hundió sus dientes más profundamente. — ¿Un pariente de Kyuhyun?— Sungmin preguntó mientras se retorcía y gritaba. Sentía cómo su piel estaba siendo desgarrada. Sungmin jaló el cabello del tipo con fuerza.

 

       El dolor en su muñeca no era nada comparado con lo que el tipo le estaba haciendo.

       Sungmin gimió cuando el peso repentinamente le fue retirado. Se rodó sobre su espalda y vio a lobos luchando contra el hombre que lo había atacado. Oh, esto era malditamente demasiado para él. Sungmin se puso de pie, se quitó la camiseta e hizo presión sobre su hombro.

      Salió corriendo, alejándose del pandemónium como le era posible. Joder con empacar, Sungmin saldría de aquí esta misma noche. A él no le importaba la tienda ni sus pertenencias. Todo lo que quería eran miles de kilómetros entre él y estos Diabólicos Residentes.

     Se detuvo abruptamente cuando una oscura figura salió de detrás de un árbol. Oh, eso no era bueno.

      Kyuhyun se encargó del último de los vampiros. Ellos estaban convirtiéndose en un gran dolor de cabeza. Estaba enfermo de pelear contra ellos. Todo el mundo sabía que iban tras Nana porque ella era una fey, pero suficiente, ya era suficiente.

       Kyuhyun miró alrededor buscando a su pareja, pero Sungmin no estaba en ningún lugar a la vista. Un estremecimiento de miedo recorrió la columna. ¿Dónde infiernos estaba su pareja?

      Caminó hacia donde Sungmin había caído y vio tanta sangre que se estremeció. El miedo y la ira desgarraron un gruñido desde su pecho. Si uno de esos jodidos había llevado a su pareja dentro del bosque para terminar con él, Kyuhyun se encargaría de que murieran lenta y dolorosamente.

 

     Miró alrededor y encontró un rastro de sangre alejándose de donde ellos habían estado peleando. Siguió el rastro que lo guiaba al bosque. Kyuhyun estudió la tierra buscando señales de Sungmin mientras entraba al bosque en su forma de lobo.

      Siguió las manchas de sangre. Ellas empapaban la tierra en un patrón que hacía que aumentara su preocupación a cada minuto.

     Kyuhyun temía encontrar el cuerpo muerto de su pareja. Su corazón se aceleraba en su pecho mientras pensaba en los peores escenarios.

      Gimió cuando se acercaron al pequeño pueblo. El rastro de la sangre de Sungmin aumentaba. La pérdida de sangre era enorme.

       No había una manera posible de que estuviera caminando por sí mismo, no con la enorme pérdida de sangre. Quien fuera que tuviera a su pareja iba a pagar con su muerte.

       Había dos guerreros acompañándolo, también seguían el rastro de Sungmin. La sangre en el camino era de su pareja. «Su pareja». Nada de esto parecía real.

 

      Kyuhyun se volvía loco mientras lentamente seguía el rastro de la sangre de Sungmin. Si él iba más rápido podría perder el rastro. Algo que no se podía permitir.

     Este ritmo era demasiado malditamente lento. Sentía que habían pasado horas. Los colmillos de Kyuhyun se mostraron cuando encontró la ensangrentada camiseta en la tierra. Esa era la que estaba usando Sungmin.

       Rabia como la que nunca antes en su vida había sentido lo recorría. Sentía como si lo consumiera, desgarrándole el pecho y haciéndole difícil respirar. Kyuhyun no sabía qué hacer con tanta furia que hervía en él. Pensó que podría sofocarse ante la intensa presión de la negativa emoción.

       La necesidad de tener a su pareja a salvo en sus brazos estaba haciendo que aumentara el ritmo, pero él no podía arriesgarse a perder el rastro. Uno de los guerreros empujó su cabeza hacia el hombro de Kyuhyun, advirtiéndole que bajara el ritmo.

 

      Kyuhyun ignoró a T.O.P y corrió hacia la librería cuando vio el vidrio de la puerta quebrado y esparcido por el suelo. Saltó mientras trataba de escuchar algún sonido. Oyó un grito saliendo de la oficina de Sungmin.

      El corazón de Kyuhyun se congeló en su pecho mientras se apresuraba a rodear el mostrador y llegar a la parte de atrás.

     Se detuvo en la puerta y lo que vio le heló la sangre y un desgarrador aullido salió de lo profundo de su alma.

      Kibum, Xiumin, y Luhan caminaban silenciosamente por la casa. Ellos estaban en la oscuridad esperando.

      Todos los guerreros estaban tan ocupados con una pelea que ellos aprovecharían su oportunidad para escapar. Sabían en dónde se habían colocado todas las cámaras, pero también sabían cómo pasar sin ser detectados.

       Aunque Niel estaba con ellos al cien por ciento en su búsqueda para recuperar a Sungmin, un guerrero estaba detrás de los monitores.

 

        Luhan se tocó con el dedo índice el labio inferior y señaló hacia el camino de grava. Dos de los Centinelas estaban teniendo una acalorada discusión. El asunto no le interesaba. A ellos lo único que les preocupaba era lograr irse.

    Sabían que los lobos tenían un oído superior, pero con los hombres discutiendo, ellos rezaban porque no los detectaran.

      Los tres se dejaron caer sobre su abdomen y se arrastraron al bosque de un lado de la casa, usarían los árboles para cubrirse. Sungmin era inocente y estaba siendo culpado, ellos lo sabían y la pareja necesitaba de su ayuda.

     Los tres estaban determinados a probar que Sungmin tenía un acosador y que Sa Eun era real. Todo lo que ellos necesitaban eran pruebas.

      Este no era el momento ideal para ir tras eso, pero ¿qué mejor oportunidad para salir que tener a los guerreros distraídos? Solo esperaban no ser la siguiente comida de los vampiros.

      No había manera de que dos humanos y un media raza pudieran luchar contra un vampiro, si eran más, eso firmaría su sentencia de muerte.

     El pensamiento de quedarse seguros en la casa pasó por su mente, pero eso sólo los beneficiaría a ellos. ¿Qué acerca de Sungmin?

      Él también era una pareja. Necesitaba tanta protección como el resto de ellos. Solo porque todo el mundo acusaba falsamente a Sungmin de estar loco, no lo hacía menos merecedor de lo que todos ellos tenían.

     Ellos tres lo encontrarían y probarían que él no mentía, y matarían a la perra que lo estaba acosando.

 

      A ellos les agradaba Sungmin. Él era un poco extraño, pero eso no lo hacía mentalmente perturbado. Si ese fuera el caso, la mitad de los guerreros y sus parejas estarían viviendo ahora en un cuarto acolchado.

        Sungmin siempre había sido bueno con ellos y se aseguraba de encargarse de sus pedidos. Él ahora era una pareja, uno de ellos. Las parejas estaban juntas. Atravesaban las cosas cuidando la espalda del otro.

        Luhan tuvo que intervenir cuando todos quisieron acompañarlos. No había manera de que todos ellos pudieran salir, ahora ellos eran demasiados.

     Los demás, con renuencia, se quedaron pero les hicieron prometer a los tres que regresarían con Sungmin.

       —Apúrense —dijo Xiumin hablando sobre su hombro a los otros dos.

—Estamos llegando —Luhan murmuró hacia Xiumin.

    —Si Kibum no usara esas cadenas que tintinean en sus jeans, nosotros podríamos movernos mucho más rápido sin hacer ruido. r13;Xiumin entrecerró los ojos a los dos detrás de él.

      —No puedo evitar que creas que es un capricho. No me diste tiempo para cambiarme. Solo vigila que esos malditos chupasangres no nos vean.

       Los tres salieron del bosque de la propiedad y corrieron entre los árboles y los troncos caídos. Ellos tenían que ser rápidos. Una vez que los guerreros descubrieran que habían salido, era cuestión de minutos antes de que los rastrearan y los regresaran a casa. Eso no ayudaría a Sungmin, así que necesitaban apresurar sus traseros.

 

      Su plan tenía que funcionar. Si ellos caían, Sungmin podría pagar el precio. Un precio demasiado alto para que pagara alguien erróneamente acusado. Xiumin detuvo el camino, Luhan y Kibum corrieron con él y los tres cayeron al suelo. Luhan levantó la vista y tragó saliva. Eso no podía ser bueno.

      Jongin rugió cuando descubrió que su pareja estaba perdida. Con la batalla contra los vampiros afuera, su corazón se aceleraba en su pecho con su pareja desaparecida.

     Golpeó el escritorio con ambos puños, haciendo que la madera se astillara bajo el abuso. Sus caninos estaban totalmente descendidos y sus garras totalmente extendidas.

      Cuando su temperamento se desataba era casi incontrolable. Sus ojos miraban a cada guerrero en el cuarto. Había un gélido frío en sus palabras cuando habló. —Quiero saber cómo infiernos ellos pasaron a través de la seguridad. Jonghyun y Jongdae refunfuñaron y gruñeron, sus parejas tampoco fueron encontradas. Ellos habían revisado cada cuarto de la casa, pero las parejas no estaban en ningún lugar de la casa.

       Nadie tenía una explicación. Sus labios eran tal delgados como una línea por la ira y las aletas de su nariz se movían con furia cuando salió de la habitación y se dirigió hacia la cocina.

      Las parejas mantenían el secreto. Ni siquiera la abrumadora presencia de Jongin y su apenas controlada ira los hizo hablar.   Él apreciaba Su lealtad pero al mismo tiempo quería estrangularlos.

      No podía perder su tiempo haciendo que hablaran. Tres parejas estaban afuera en algún lugar y estaba perdiendo un tiempo precioso.

      Jongin salió como tromba por la puerta de la cocina y cambió, ni siquiera le importó desgarrar la ropa. Su gran forma de lobo recorrió el perímetro en busca de alguna señal de las parejas.

      Si alguno de esos vampiros había logrado pasar la seguridad y tomado lo que era suyo y a los otros, él se sentiría responsable de la más sangrienta guerra registrada en los anales de la historia were, que estaba a punto de desatar.

      Pero si Luhan se había escapado de nuevo, oh, su pareja pronto aprendería la lección.

      Él nunca había visto la ira de Jongin dirigida hacia él, pero si él a propósito se había puesto en peligro y a los otros también, Luhan estaba cerca de ver por qué él era el Alfa.

 

        Sungmin gimió cuando Sa Eun ató una soga alrededor de su cuello. —Te lo advertí. —El tono era agresivo con un toque de locura y un toque de alegría—. Tenías que involucrarte con los shifters. Gran error de tu parte.

     Sungmin no tenía fuerza para discutir. De cualquier manera  a él no le importaba. Él se estaba desangrando, había sido golpeado y estaba cansado de todo eso.

      ¿De qué serviría seguir luchando si su vida parecía ser una interminable batalla solo para mantener la cordura? El estrés estaba cobrando su cuota dejándolo agotado y golpeado.

     Solo no podía seguir más con eso. Su cuerpo estaba adormecido y su corazón quebrado. No podía pensar en una buena razón para tratar de luchar contra la loca perra.

      De cualquier manera no era como si tuviera fuerzas. Había perdido tanta sangre que apenas si era capaz de levantar los brazos.

       Hizo un gesto de dolor cuando la gruesa soga rozó la piel de su cuello desgarrado. Se sentía como un chuchillo caliente sobre su lastimada piel. Podía sentir las lágrimas amenazando caer por la manera en que su vida terminaría, pero Sungmin ni siquiera tenía la fuerza para permitir que cayeran. Solo estaba tan cansado.

 

continuara...

Notas finales:

oh diossss que desastre....

dejen rw y los compensare 

oxoox


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