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15. La Locura de Sungmin por dayanstyle

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Notas del capitulo:

eso me gusta que supliquennn.... mientras mas suplique doble actu HOYYYYY.....

y si lloran lo suficiente.. puuuuessss... otro FIC yupiiiiii

 Rezó porque rápidamente y no demasiado doloroso llegara el final. Incluso si él tuviera toda su fuerza, no era suficientemente fuerte para luchar contra Sa Eun. Él nunca había conocido a una mujer tan poderosa como lo era Sa Eun. Era como si ella fuera dos hombres en lugar de una mujer. Nunca imaginó por qué ella era tan fuerte. Y en ese momento, a él realmente le importaba una mierda.

      —Levántate. —Ella jaló la soga como cuando un propietario obliga a su perro a ponerse de pie. Sungmin rodó los ojos mientras la veía. Él no tenía fuerza ni para levantar el meñique. Sungmin podía sentir su vida drenándose mientras su cuerpo estaba cada vez más frío.

      —Bien. —Sa Eun lo lanzó sobre su hombro y subió la escalera. Sungmin caía flojo, sus brazos y sus piernas colgando y su cabeza se movía de un lado a otro mientras ella subía por la delgada escalera.

      Cerró los ojos deseando una última mirada a su oscuro y encantador lobo. Solo una caricia más, un beso o incluso alguna apasionada palabra antes de que la luz se fuera permanentemente, dándole algo de consuelo en su hora más oscura.

       —Kyuhyun —gimió a través de su seca garganta cuando una sola lágrima se le escapó. Quería a su lobo. Quería lo que era suyo para siempre.

       —Nadie vendrá a ayudarte. —Sa Eun dejó a Sungmin y se apartó, sus pies apenas tocaban la escalera—. Esto realmente no es acerca de un libro. Para que lo sepas no soy tan estúpida para estar aquí y revelarte mis planes. Incluso los idiotas como tú pueden ser afortunados. Aunque realmente lo dudo. — Ella se carcajeó y bajó las escaleras—. Adiós, Sungmin.

     Sa Eun pateó la escalera bajo sus pies, dándole una última mirada antes de salir corriendo de la oficina.

 

      Luhan, Xiumin, y Kibum atravesaban el bosque, los vampiros los seguían de cerca. Ellos fueron muy afortunados de caer al suelo antes de que los vieran. Muy mal que Kibum llevara las malditas cadenas. Xiumin corría tan rápido que sus rodillas golpeaban su pecho y sus brazos se movían a la velocidad de la luz. Su corazón golpeaba sin control mientras sentía sus extremidades arder. Los tres corrieron hasta que llegaron al pueblo. Xiumin iba a enrollar esas jodidas cadenas alrededor de la cabeza de Key.

 

     Luhan corrió haciendo su mejor esfuerzo por abrir la librería pero estaba cerrada. Su cabeza giraba treinta seis grados buscando algo mientras movía los brazos salvajemente. Xiumin vio unos ladrillos en un patrón circular alrededor de un árbol. Se apresuró, levantó uno y lo lanzó hacia el vidrio de la puerta del frente. Cubrieron sus cabezas cuando el vidrio explotó alrededor de ellos, cayendo como una lluvia hacia el suelo.

     Los tres corrieron al interior y se dirigieron directamente al fondo de la librería hacia la oficina de Sungmin.

      —¡Santa mierda!— Kibum gritó mientras se apresuraba a entrar al cuarto y acomodar la escalera, subiendo rápidamente mientras Luhan cerraba la puerta y la bloqueaba. Xiumin corrió al escritorio buscando algo filoso que pudiera usar. Jaló los cajones dejando caer todo al suelo mientras sus ojos frenéticamente revisaban el contenido. Se inclinó y tomó unas grandes tijeras, rodeó el escritorio y se las dio a Kibum. —Esto es lo único que pude encontrar —dijo desesperadamente mientras Kibum las tomaba de sus manos.

      —Xiumin, Luhan, necesito que tomen sus piernas y lo levanten. Quiero que disminuya la presión alrededor de su cuello

—Kibum les gritó.

      Una vez que ellos aseguraron las piernas de Sungmin, levantaron el cuerpo y la soga se aflojó del cuello de Sungmin. Xiumin podía ver que eso no era suficiente para retirar el lazo de alrededor del cuello de Sungmin. Quien hubiera hecho esto se aseguró de que Sungmin no lograra salir con vida. Su sangre hervía de ver a Sungmin con los ojos cerrados y los labios abiertos. Xiumin cambió su vista hacia Kibum, no quería recordar la expresión en la cara de la pareja. Sostenía fuerte a Sungmin mientras Kibum trabajaba.

 

        La mandíbula de Kibum tensa mientras abría y cerraba las tijeras con desesperación hasta que logró reventar el último hilo de la soga. Xiumin y Luhan, que aun sostenían el flojo cuerpo de Sungmin, cayeron al suelo con el repentino peso.

       Kibum bajó de un salto, lanzó las tijeras y comenzó a darle resucitación cardio pulmonar a Sungmin. Ellos no podían perderlo.

      Él era uno de ellos ahora. Xiumin rezaba porque Kibum pusiera todo su esfuerzo en salvar la vida del joven medio-lobo.

 

     Jongin corría a través del bosque a toda velocidad. No necesitaba perder tiempo rastreándolos. Sabía exactamente a dónde habían ido esos tres.

       Si una de las parejas estaba en problemas, Luhan estaba listo para luchar y ayudar en todo lo que pudiera. Él alababa a su pareja por su honorable manera de estar unido con los otros pero un día eso le iba a costar su vida, y Jongin no correría ningún riesgo sobre eso.

      Ya llevaban varios años juntos, pero cada día con Luhan se sentía como el primero, y él no quería que eso terminara pronto. Él amaba a su pareja con cada célula de su cuerpo.

     Aunque ahora Nana tenía un lugar especial en su corazón, nadie nunca tomaría el lugar de Luhan.   Su pareja era ingenioso, sexy, divertido y lleno de risa. Él era compasivo y colocaba a los otros por encima de sus necesidades. Luhan era todo lo que cualquier hombre quisiera como pareja, amante, y mejor amigo.

 

       La imagen de su pareja nublaba su visión, la sonrisa que le daba a Jongin hacía que su corazón se detuviera cada vez que lo veía. Aumentó la velocidad sintiendo una opresión en su pecho al pensar en perder al único hombre que lo había hecho sentirse vivo.

        Jongin entró a la ciudad, pasó por el centro recreativo y se dirigió a la librería. Cuando cruzaba la calle un aullido desgarró su pecho cuando vio el estado de la puerta del frente de la tienda.

       Sus orejas se fueron hacia atrás y se lanzó hacia la puerta del frente. No se detuvo ahí, cuando vio a un vampiro tratando de quebrar la puerta trasera de la tienda.

      Jongin se lanzó hacia la espalda del vampiro, desgarrándolo salvajemente en pedazos. Movió la cabeza de un lado a otro soltando al no muerto de sus mandíbulas y entonces golpeó la puerta cerrada con todas sus fuerzas.

      Atravesó la puerta y corrió al interior del cuarto. Las tres parejas perdidas se sobresaltaron y gritaron y entonces Kibum regresó a darle resucitación cardiopulmonar a Sungmin.

      Le tomó un segundo a Jongin reconocer toda la escena, ver todo lo que había sucedido. Cambió, apartó a Kibum y comenzó a trabajar sobre Sungmin con diligencia.

       La pareja llevó aire a sus pulmones, moviéndose mientras abría la boca y dejaba salir un espeluznante grito.

      Kyuhyun aulló su angustia mientras atacaba. No daba dos mierdas al hecho de que era a su Alfa a quien atacaba. Su pareja estaba en el suelo luchando por liberarse y Jongin lo sostenía mientras las parejas observaban lo que sucedía.

     Sungmin estaba primero. Su pareja siempre estaría antes que cualquier otra criatura viva.

 

      Saltó sobre la espalda de Jongin, hundió sus caninos en la suave carne mientras luchaba por su pareja. Sus garras se clavaron en la piel del Alfa luchando por sostenerlo.

       Jongin rugió y cambió, saliéndose del agarre de Kyuhyun. Kyuhyun salió volando hacia el escritorio y oyó a las parejas gritar pero el sonido era muy lejano mientras él luchaba más duro por la batalla de su vida. Kyuhyun se levantó, sacudió la cabeza para aclararla y entonces se movió hacia adelante. Su hocico se retrajo mostrando los colmillos y chasqueando las mandíbulas con fuerza alrededor de Jongin. Él no podría ganar esta batalla, pero estaba demasiado perdido en proteger a su pareja para que le importara.

«¡Mío!»

—¡No!— el grito de Luhan retumbó en el cuarto.

—No es lo que parece —Xiumin gritó.

     —Jongin lo salvó —Kibum gritó con toda la fuerza de sus pulmones.

      Algo de la nube que envolvía su mente se aclaró. Kyuhyun miró a Jongin y entonces a las parejas antes de ver a Sungmin.

      Kyuhyun no podía respirar, no podía tener suficiente aire, cambió y cayó de rodillas. Su pecho se contaría con los sollozos que desgarraban su interior mientras veía la soga alrededor del cuello de su pareja. Sungmin había tratado de suicidarse.

       A Kyuhyun le temblaban las manos cuando retiró la soga del cuello de su pareja. Gemía mientras jalaba a Sungmin más cerca de su pecho, meciéndolo de adelante hacia atrás, llorando abiertamente. No le importaba que las parejas estuvieran en la oficina o que los guerreros comenzaran a llenar el cuarto. Su pareja había tratado de quitarse la vida.

 

      Kyuhyun gruñó cuando Jongin se aproximó a él. Nadie apartaría a su pareja de él. Ni siquiera el mismo Sungmin.

      —Necesitamos llevarlo de regreso a la casa, dejar que lo revise Jaejoong —Jongin dijo suavemente. Kyuhyun no podía entender cómo Jongin podía estar tan interesado después de lo que él acababa de hacer.

      Miró a su alrededor sintiéndose impotente, sostuvo a Sungmin más cerca mientras negaba con la cabeza. No podía pensar. No sabía qué hacer. Kyuhyun veía a su hermosa y quebrada pareja. Se veía tan angelical con los ojos cerrados y tan pacifico.

      Kyuhyun gritó, apretando de nuevo a Sungmin contra él, lágrimas desgarraban su cuerpo mientras se estremecía. Su hermoso rebenka. Casi pierde a su hermoso bebé.

      —Necesitamos sacarlo de aquí ahora. —Jongin colocó su mano en el hombro de Kyuhyun, apretándolo. Asintió, se limpió la cara y se puso de pie sosteniendo fuerte a su pareja en sus brazos.

 

       Jonghyun y Jongdae habían llevado la gran camioneta de pasajeros al frente de la librería. Kyuhyun subió en el asiento trasero y se deslizó hacia la otra puerta. Pasó la punta de sus dedos por la cara de su pareja. —¿Por qué?— murmuró—. ¿No soy suficiente para que me ames? Jonghyun manejó de regreso a la casa, Kyuhyun veía por la ventana hacia la oscuridad que ahora encerraba su corazón.

 

       Jongin regresó a la casa que era un completo manicomio. Los guerreros corrían por todos lados y a las parejas no se les veía por ningún lado.

     —¿Qué jodidos está sucediendo?— Jongin gritó. Esa noche podría mejorar por un jodido segundo.

     —Nana está perdida —Minho le dijo—. Nosotros aseguramos a las parejas en el túnel. Rasa y Leeteuk los vigilan.

        Jongin lanzó la cabeza hacia atrás y dejó caer los brazos a los lados, mientras un sobrenatural sonido desgarraba su alma.

     Repentinamente salió, atravesó la puerta del frente y quebrando un espejo que estaba colgado cerca tomó a Luhan y a Xiumin, y corrió a su oficina.

       —No dejes el jodido túnel, pareja, o juro que te amarraré por los siguientes cien años —amenazó.

      Luhan negó con la cabeza rápidamente. —Lo prometo, Jongin, no lo haré. —Su pareja lo tomó de la cintura con un agarre de muerte—. Te amo, Jongin.

      Jongin pasó una mano por el cabello de Luhan, levantando su cara y besándolo en sus labios. —También te amo, bebé.

 

       Cerró la puerta, le puso llave y tomó una profunda respiración. Si algo le sucedía a su pareja…Jongin se estremeció y se alejó. Dejar a su pareja en los túneles que él temía tanto, era la cosa más difícil que el Alfa podía hacer.

      —¿Ahora quien jodidos tomó a mi princesa?— Jongin se tensó y se unió a los otros en la búsqueda.

 

      Kyuhyun dejó a su pareja en la cama de la clínica que Jongin había creado sin escatimar gastos. Contaba también con un quirófano y una oficina para el doctor residente, el doctor Kim Jaejoong, que era también pareja.

       La pareja de Jaejoong era Yunho, estaba gritado y aullando que no iba a ayudar a buscar a la pequeña Niña mientras que Jaejoong permaneciera en los cuartos médicos y no estuviera seguro en los túneles. —Ni siquiera la fuente original del universo me separará de mi pareja —Yunho le gruñó a E.Den—. Realmente siento que ella esté perdida. Realmente, pero Jaejoong está antes que mi propia vida. Mientras que él esté tratando a Sungmin, yo me quedaré.

      —Está bien, Yun. Todo el mundo lo entiende. Quédate con tu pareja y protégelo. —E.Den palmeó su hombro y entonces cerró la puerta tras él.

       Kyuhyun se paseaba de un lado a otro, preocupado porque Sungmin pudiera tener daño cerebral. No sabía cuánto tiempo su rebenka había estado colgado de la soga antes de que las parejas lo encontraran. Era un milagro que su cuello no se hubiera roto, era un milagro del que Kyuhyun siempre estaría agradecido. Pero temía que la asfixia pudiera haber causado daños severos.

       ¿Por qué? ¿Por qué su pareja haría esto? ¿Sería por su inestabilidad mental? Kyuhyun quería sostener a Sungmin en sus brazos y nunca dejarlo ir, no le importaba si su pareja estaba mentalmente perturbado. Estaría al lado de él por siempre y juntos atravesarían todo esto.

      —Kyuhyun, te necesito aquí. Se está poniendo agresivo —dijo Jaejoong sobre su hombro.

      Kyuhyun ignoró el gruñido de Yunho y llegó al lado de su pareja. Las lágrimas de Sungmin bajaban por los lados de su cara mientras se enfocaba en el techo. —Yo no hice esto. —Movía sus manos salvajemente, llorando y luchando por liberarse.

      —Tranquilo, rebenka. Hablaremos después. —Kyuhyun pasó sus manos a través del suave cabello de Sungmin, sintiendo sus lágrimas bajar por su cara mientras veía la mirada de desesperanza en Sungmin.

      —No, Sa Eun lo hizo. Yo no me hice esto. —Sungmin elevó la voz, comenzaba a ponerse histérico, mientras golpeaba las manos de Kyuhyun y trataba de levantarse de la camilla de exploración. Su pareja estaba pálido y débil por la pérdida de sangre y la falta de oxígeno, pero él no dejaba de luchar.

      Kyuhyun tomó las manos de su pareja, pasando su pulgar por la suave piel mientras Jaejoong le inyectaba un calmante.       Su corazón estaba hecho trizas, y sentía como si su alma muriera al ver la desvalida y perdida expresión en los ojos de Sungmin.

      Kyuhyun maldijo al destino por darle a su pareja esa enfermedad. Sungmin era divertido, gracioso y era sexy como el pecado y tenían que lanzarle una enfermedad mental.

      Pasó sus dedos a través del más suave cabello que hubiera sentido mientras Jaejoong atendía a su pareja. Kyuhyun pensó en su primer encuentro. Un hachador.

     La risa debió de perderse en un mar de turbulentas emociones. No sabía si volvería a reír de nuevo.

 

      Pensó en su pareja parado detrás del mostrador con el valor de decirle que lo golpeara antes de su telenovela. Kyuhyun pensó en la manera en que su bebé se le entregaba libremente mientras hacían el amor o en la manera en que sus ojos brillaban cuando le sonreía.

     Levantó los hombros, giró la cabeza y se secó las lágrimas que caían libremente de sus ojos.

      —No lo hice, no lo hice, no lo hice —Sungmin repetía en su aturdido estado.

       —Tranquilo, rebenka. Estoy aquí. —Kyuhyun calmaba a su pareja y le dio un beso en la frente. ¿Cómo sería su vida? ¿Necesitaría Sungmin vigilancia constante? Kyuhyun sabía que lo que  fuera que la salud de su pareja requiriera él se encargaría de que lo tuviera.

      —Él va a dormir un rato. ¿Por qué no haces lo mismo?— Jaejoong palmeó el hombro de Kyuhyun y le dio una triste sonrisa.

      —No puedo. Solo…no puedo. —Kyuhyun se quedó con Sungmin, viéndolo mientras Jaejoong lo atendía lo mejor posible. Nadie podría arreglar la mente de su pareja. Eso era algo con lo que Kyuhyun tendría que aprender a vivir.

     —Con el medicamento apropiado él puede tener una vida bastante normal —Jaejoong le informó mientras seguía atendiendo a Sungmin. «¿Bastante normal?» Kyuhyun absorbió las palabras, digiriéndolas y queriéndolas vomitar al mismo tiempo, Eso era Tan malditamente injusto para Sungmin.

—Podemos hablar de eso después, doc.

     —Seguro. Me quedaré aquí en lugar de irme a los túneles en caso de que Sungmin necesite más cuidados.

 

      En otras palabras en caso de que su pareja se agite de nuevo. Kyuhyun les dio la espalda a los dos hombres en el cuarto, concentrado en la angelical cara con los labios ligeramente abiertos que dormía plácidamente.

        Suavemente trazó sus dedos sobre la contusión roja y púrpura que circulaba el rededor del cuello de Sungmin. ¿Le quedaría una cicatriz permanente? Kyuhyun tragó unas cuántas veces a través del gran nudo en su garganta. La venda blanca que cubría el hombro de su pareja era a causa de la herida infligida por el vampiro y eso le recordó a Rasa. ¿Podría quedar con una sed constante? ¿Anhelando la carne sangrando? Rasa ahora estaba así después del cruel ataquede esos bastardos chupasangres.

      Kyuhyun le agradeció a Jaejoong cuando le acercó una silla. Se sentó vigilando a su rebenka que finalmente conseguía algo de paz.

 

       Había nueve guerreros lobos Timber, incluyendo a Jongin, rastreando a la pequeña Nana hasta una granja en los alrededores del área urbana. Cada uno estaba agotado por la batalla anterior, con falta de sueño y listos para agredir a quien fuera que hubiera sacado a su princesa de la casa. Jonghyun llevaba la camioneta mientras los otros seguían el rastro. Una vez que encontraron la granja en la que ellos lo tenían, cambiaron a su forma humana, tomaron su ropa del vehículo y se vistieron rápidamente.

 

Jonghyun estacionó la camioneta detrás de unos árboles conduciendo los últimos kilómetros en total oscuridad para no advertirles de su presencia.

       Se acercaron en completo silencio a la casa. Chanyeol señaló que formaran un apretado círculo alrededor de la casa para evitar que alguien escapara.

      Todos los planes se fueron al infierno cuando Jongin se lanzó como un depredador contra la puerta del frente arrancándola de sus bisagras. Entró atacando sin discriminación. Sus garras salieron de sus dedos cuando atacó al primer imbécil que lo atacó.

       Los guerreros se filtraron dentro de la casa, revisando cada cuarto mientras Jongin hacía un ejemplo para todos los que quisieran tomar alguna vez a su princesa.

       Habían diez hombres en total, todos humanos, y todos tratando de bloquear a los guerreros para mantener lo que no les pertenecía. Ninguno de los guerreros cambió, ellos se encargaron de los humanos como humanos con sus manos desnudas.

      Dispararon armas y los guerreros lucharon contra ellos eliminando uno a uno al enemigo.

—¡Lo encontré!— KangIn gritó desde un cuarto del fondo.

       Jongin se lanzó contra ellos y entró al pequeño cuarto yse arrodilló al lado de la cama, tomando a Nana de los brazos de KangIn y acunándola contra su pecho. —Necesitamos llevarla con Jaejoong —dijo Jongin viendo la pequeña cara angelica de ella.

       Sabía que siendo ella una fey, era especial. Las Elvin (elfos) criaturas no se habían visto en siglos, el era invaluable. Había llamado a su padre y le había pedido los ancestrales pergaminos, los estudió con vehemencia cuando llegaron a la mañana siguiente.

 

       No había aprendido mucho, los fey o criaturas Elvin como se les decía a ellos, se encargaban de sí mismos así que no había muchos registros. Pero hacían mención de que ellos tenían un tipo de poder especial. Jongin apostaría lo que fuera, a que esa era la razón por la cual enemigos estaban llegando al pequeño pueblo.

 

     Ahora la pregunta era, ¿Cómo ella había desaparecido de una casa con sensores en las ventanas y cámaras? Jongin salió hacia el porche del frente. —Quémenla. Los hermanos Wu asintieron.

       —¿Quién la tomó?— Minho preguntó abriendo la puerta trasera de la camioneta para que Jongin entrara.

       —No sé pero pronto lo descubriremos y ellos estarán respirando a través de sus culos.

      —Pudo ayudar haberles preguntado antes de matarlos. — Minho levantó las manos cuando Jongin lo miró fijamente—. Solo decía.

     —Ellos no merecían otra respiración —dijo Jongin tomando la puerta de las manos de Minho y cerrándola.

        Pasaba su mano por los suaves rizos de Nana mientras se dirigían a la casa.

      Una vez que llegaron, Jongin salió del asiento trasero y llevó a Nana con Jaejoong, asegurándose de que todo estuviera seguro antes de colocar a uno de los guerreros frente a la puerta del cuarto de exploración.

       Jongin fue a buscar a su pareja. Encontró a Luhan con los otros reunidos en su oficina. Caminó directamente hacia Luhan y lo jaló a sus brazos, se quedó de pie ahí solo sosteniéndolo mientras agradecía a quien escuchara que su pareja y su princesa estuvieran a salvo y de regreso en la casa en donde pertenecían.

—Lo siento, pero Sungmin nos necesitaba —Luhan gimió.

       —Lo sé. —¿Cómo podía castigar a su pareja, cuando todo lo que hizo fue ayudar a otro?—. Todo lo que pido es que me avises. Que me digas lo que sucede. Eres el latido de mi corazón, si algo te sucede, bebé. —Jongin lo jaló más fuerte, rezando para que el destino nunca fuera tan cruel como para llevarse a Luhan a causa de su bondadoso corazón—. Vamos, tenemos que ver a nuestra princesa. Luhan se limpió los ojos. —¿Ella está bien?

       —Ella está con Jaejoong ahora. —Jongin se puso de pie y llevó a su bebé a las escaleras y al cuarto de exploración. —¿Cómo está ella?— Luhan preguntó.

     —Solo agotada. No encontré nada. —Jaejoong levantó a Nana de la mesa de  exploración y se la entregó a Luhan.

       —Vamos, princesa, tiempo de la historia para ir a la cama.

r13;Luhan sostenía su mano y los tres caminaron hacia la habitación de ella.

 

      Sungmin estaba en los brazos de Kyuhyun en su cama. Pasó sus manos por su cuello y gruñó interiormente cuando sintió la gasa que cubría su hombro. Había sido advertido que podía estar sediento, pero hasta ahora no había sucedido.

 

      Trazó sus dedos sobre el dolor que rodeaba su cuello y quería gritar con toda la fuerza de sus pulmones al recordar lo que Sa Eun había tratado de hacerle. Jodida perra.

      Aunque fuera lo último que hiciera, ella pagaría. Una cosa era golpearlo con el martillo y otra era colgarlo y hacerles creer  a todos que lo había hecho él mismo.

       Volviendo a pensar en lo que había sucedido, podía entender por qué todo el mundo pensaba que él mismo lo había hecho. Cindernightmare era buena. Ella hizo todo para aparentar que había tratado de colgar su flaco trasero de la lámpara de su oficina.

     —Hey, rebenka. —Kyuhyun abrió los ojos y le sonrió. Dios, el hombre podía detener el corazón de Sungmin con esa sonrisa. Rápidamente olvidó lo que estaba pensando. —¿Cómo te sientes?

     Sungmin se acurrucó más cerca. —Caliente y hambriento. Con un pene como el tuyo puedo atender ambas cosas al mismo tiempo.

—Rebenka —Kyuhyun gimió—. No deberíamos.

      —Bien, tú habla acerca de lo que sea, yo voy a deslizarme hacia abajo y lamer la salchicha polaca entre tus piernas. — Sungmin empujó a Kyuhyun y lanzó todas las preocupaciones por la ventana mientras se lamía los labios. Maldición, su pareja tenía un buen pedazo de carne. «No deberíamos mi culo». Kyuhyun estaba duro como una roca.

 

      Sungmin no iba a pensar en lo que había sucedido. Él tenía a su lobo de regreso. Su  último deseo se había vuelto realidad. Podía vivir negando el resto.

     No quería pensar en lo que había sucedido. Todo lo que Sungmin quería era perderse en Kyuhyun.

       Tomó la linda Polica salchicha y la envolvió entre sus labios, causando que su pareja siseara. Sungmin gimió.

      Probó el celestial sabor del presemen en su lengua, un sabor que disfrutaba enormemente. Él normalmente odiaba dar mamadas a quien fuera que fuera su pareja en el momento en que empujara su cabeza hacia el pene. «Como si él ya no estuviera ahí. Imbéciles». ¿Pero Kyuhyun?

       Acariciaba el cabello de Sungmin sus gemidos hacían eco en el cuarto. Joder si el sonido no elevaba su ego.

      Sungmin circuló con su lengua alrededor del caliente eje, lamiendo el presemen que escurría de la pequeña grieta. Se colocó sobre sus rodillas y empujó el pene más allá dentro de su garganta. Sungmin se tomaba su tiempo, después de todo él no era un experto en esto. Tomó una profunda respiración a través de la nariz, Sungmin llevó a Kyuhyun todo el camino hacia su garganta.

      —Rebenka —Kyuhyun gritó mientras movía su cadera de un lado al otro.

       Sungmin masajeó y rodó las bolas de Kyuhyun en su mano. Levantándolas entonces deslizó el eje hacia su garganta. Sus mejillas se hundían mientras hacía su mejor esfuerzo para darle a su oscuro y encantador lobo un buen trabajo.

 

      —Ven. —Kyuhyun trató de levantar a Sungmin, pero Sungmin se apartó y sacudió la cabeza, aumentando el ritmo, bombeando su cabeza arriba y abajo mientras su lengua exploraba la vena y la sedosa piel se deslizaba dentro de su boca. Entró en pánico cuando sus colmillos descendieron. Antes de poder liberar el pene de Kyuhyun, sus caninos se hundieron en él.

     —¡Joder! —Kyuhyun gritó mientras empujaba sus caderas hacia la garganta de Sungmin. Kyuhyun colocó sus manos sobre la cabeza de Sungmin, pero no se sentía como en otras ocasiones. Sungmin le dio la bienvenida a eso.

—Ven. —Esta vez Kyuhyun gruñó.

      Sungmin lamió y limpió a Kyuhyun y luego subió al cuerpo de su pareja. Se acostó sobre su pecho y apoyó su mentón sobre las manos. —Hola.

      Kyuhyun se rió, sus dedos retiraron los cabellos de Sungmin. —Hola hermoso. —Pasó sus manos a través del cabello de Sungmin mientras lo veía a los ojos. Sungmin se apoyó en la mano de Kyuhyun. Se sentía tan bien, entonces, ¿por qué todo tenía que estar tan mal alrededor de él?

     —Te amo. —Kyuhyun tomó el mentón de Sungmin, rehusándose a permitirle el privilegio de esconder su cara ante la declaración. Sungmin colocó sus manos sobre las de Kyuhyun y le sonrió.

        —¿Loco y todo?— Estaba bromeando, pero él pudo ver la tristeza en los ojos de su pareja.

       —Totalmente. No hay nada en ti que pueda alejarme de ti. r13;Kyuhyun le dio una débil sonrisa, frotando con su pulgar su labio inferior—. Esa fue una muy buena mamada.

     —Bien, Jesús. Yo iba por el oro pero pensé que solo había conseguido la plata. Kyuhyun se rió. —Obtuviste las tres.

 

      Sungmin subió más y besó a Kyuhyun con todas las emociones que lo recorrían.

       Kyuhyun quebró el beso y juguetonamente mordió su labio inferior. —Necesito encontrar al vagabundo y decirle que me devuelva tu corazón.

       —Ya lo tienes. —Sungmin se levantó cuando Kyuhyun palmeó su trasero con su pene. Hombre, ¿estaba duro de nuevo? Qué semental.

       Sungmin siseó cuando Kyuhyun rápidamente tomó el lubricante y lubricó su eje. Él no estaba preparado. Lo único que Kyuhyun había hecho era lubricarse.

 —¿Demasiado?

      —Nunca. —Sungmin sacudió la cabeza mientras se sentaba. Kyuhyun dobló las rodillas y plantó los pies, tomó las caderas de Sungmin y lo sostuvo firme mientras lo jodia. Sungmin apoyó sus manos en el pecho de Kyuhyun, su cabeza cayó hacia atrás, gimiendo sintiéndose lleno y complacido.

—Moe serdtse, moya zhizn, moya dusha —Kyuhyun murmuró.

     —Traduce —Sungmin rogó mientras lentamente subía y bajaba por el duro eje de Kyuhyun.

      —Mi corazón, mi vida, mi alma. —Kyuhyun pasó sus manos por las caderas de Sungmin.

       Sungmin giró la cabeza mientras tomaba su pene, las palabras envolvieron su corazón y lo calentaron. Se acarició con el ritmo de Kyuhyun.

       —Tan sexy —Kyuhyun jadeó mientras se empujaba hacia arriba.

      Sungmin movía sus caderas, sintiendo el duro eje de Kyuhyun pulsando en su culo. Sus propias bolas frotando eróticamente el duro abdomen de Kyuhyun. Su pareja levantó sus brazos cuando Sungmin apoyó sus manos en ellas y las usó como palanca para permitir a su mente que se hundiera en la belleza de sus cuerpos unidos.

 

   Dejó que todo lo demás saliera de su mente mientras Kyuhyun se movía con él.

      —Te amo, bebé —dijo Kyuhyun mientras se empujaba más duro dentro de Sungmin.      Jaló su mano y tomó de nuevo su pene para terminar de masturbarse sobre el cuerpo de su pareja.

       Kyuhyun se empujaba hacia arriba y su mano se unió a la de Sungmin ayudándolo a caer del borde y chorros de semen salieron de su pene, cayendo sobre el pecho y el brazo de Kyuhyun.

      Kyuhyun tomó los costados de Sungmin, golpeando su culo con su pene mientras se tensaba y gritaba. Sungmin colapsó sobre el pecho de Kyuhyun. —También te amo.

     Kyuhyun jaló a Sungmin más cerca, sosteniéndolo mientras sus corazones se calmaban. —Te amaré por siempre.

 

     —Hey, Minnie. —Kibum se dejó caer en el sofá al lado de Sungmin.

      A él realmente le agradaba el chico. Kibum era siempre amable y gracioso cuando iba a su tienda. Levantó el cuello de su camisa. Le avergonzaba que todo el mundo viera lo que creían que se había hecho él mismo.

       —No necesitas esconderlo. Sé que tú no te hiciste eso. — Kibum se acomodó de lado en el sofá de cara a él—. Xiumin, Luhan, y yo fuimos a tu tienda esa noche para probar que tú realmente tienes un acosador. Aunque no la vimos cuando llegamos, nosotros te creemos.

       Sungmin no sabía qué decir. ¿Las parejas le creían? ¿Por qué no tenía ese tipo de seguridad en su propia pareja? Era molesto que Kyuhyun lo hubiera juzgado y declarado culpable sin un juicio. Él estaba siendo acusado erróneamente por todo el mundo incluso por su pareja. Eso lo enojaba, pero Sungmin estaba tratando de mantener la paz así que trataba de que no se viera la marca de la horca para que ni siquiera tuviera que comentar.

      Sungmin se limpió la garganta, sus dedos se congelaron alrededor de su cuello. —Gracias, significa mucho para mí. —Y era cierto... Había pensado que todos estaban seguros de que él estaba loco y que estaban listos para lavarse las manos con respecto a él. Esa era una solitaria sensación cuando crees que estás por tus propios medios.

       —La atraparemos. Entonces le haremos pagar. —Kibum tronó sus nudillos.

 

continuara...

Notas finales:

si nenes... ganense la conti...

dejen rw


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