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23. Ryu (02) por dayanstyle

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Te enseñaré lo idiota que puedo ser.-

 

Jin rodeó con sus manos la cintura de Ryu y lo tiró dentro de sus fuertes brazos. La cabeza de Ryu cayó hacia atrás mientras Jin comenzó a besarle el cuello, chupándolo y haciendo girar su lengua sobre la manzana de Adán.

 

El cuello de Ryu estaba en llamas cuando Jin hizo un camino de besos hacia la clavícula. La boca de Jin cubrió la piel de Ryu hambrientamente. Ryu agarró el pelo de Jin, sus labios abriéndose mientras las manos de Jin viajaban por su espina dorsal, cubriendo sus nalgas y apretándolas.

 

La polla de Ryu pulsaba al ritmo de la lengua de Jin. El miedo que tenía en su interior desaparecía cuando Jin estaba cerca. Jin levantó la cabeza y lo miró. Sus ojos eran suaves y tiernos. Jin lo miraba como si estuviera frente a las estrellas y a la luna. En ese momento deseaba que Jin nunca se apartara de su lado. Amaba a Jin.

 

Jin ahora pertenecía al corazón de Ryu.

 

- He sido un solitario guerrero hasta ti.

 

Jin tomó sus labios, explorando los rincones de la boca de Ryu. Ryu gimió mientras lentamente Jin lo acercaba a la cama. Lo depositó cuidadosamente en esta. Por cada pulgada que exponía de su pecho, Jin lo besaba, lamía y mordía. Sus dedos poco a poco desabrochaban su camiseta, besando y apretando sus labios sobre el corazón de Ryu.

 

Ryu liberó sus brazos de la camiseta mientras Jin besaba desde su pecho hacia su abdomen. La polla de Ryu saltó cuando Jin bajo lentamente el cierre de sus pantalones, y luego cuando Jin lo chupo a través de la tela. La tensión se comenzó a construir. La necesidad de correrse se acercaba. Cerró los ojos, deseando calmarse.

 

Jin deslizo aún más abajo el cierre de sus pantalones, nunca deteniendo su trabajo oral sobre la polla de Ryu. Cuando su eje finalmente fue libre, Jin lo deslizó en su boca.

 

- Oh. - Se quejó Ryu.

 

Levantó las piernas mientras Jin deslizaba los pantalones hacia abajo y luego los alejaba. Ryu agarró y tiró de sus rodillas, dándole a su amante todo de sí mismo. Su voz mental le decía que se fuera y no mirará atrás. Jin no debía involucrarse. Pero su cuerpo no quiso escuchar.

 

Jin se estaba convirtiendo rápidamente en su mundo, y eso era peligroso.

 

Ryu perdió su tren de pensamiento y jadeó cuando la lengua de Jin se abrió paso entre su anillo de músculos, sus manos deslizándose por la parte trasera de los muslos de Ryu.

 

Su piel comenzó a vibrar cuando Jin lamió un camino hacia sus cojones, rodeándolos y tomando cada esfera en su boca.

¿Nadie había tenido tiempo para hacerle el amor a su cuerpo de esta manera? La cabeza de Ryu golpeó a sus lados mientras sus manos se cerraban.

 

- J-Jin.

 

Ryu podía sentir su líquido pre-seminal goteando sobre su estómago, mientras Jin hacia un camino hacia arriba y luego lamía su abdomen, limpiándolo, tomando su polla en el refugio de su boca. Ryu enloqueció, sus caderas se empujaban mientras los músculos de la garganta de Jin trabajaban en su polla. Ryu se correría con los músculos de la garganta de Jin trabajando sobre su eje. Sus piernas se tensaron, sus pies se apoyaron en la espalda de Jin, mientras jodia la boca con frenesí.

 

Los dedos de Jin masajearon su caliente y sensible piel, enviando sus sentidos a otro reino. Ryu se sentía como si no perteneciera a su propio cuerpo. Jin lo había llevado a la cima más alta, y ahí era donde se cernía ahora.

 

Corrientes de fuego lo atravesaron mientras Jin trabajaba en su polla, teniéndolo tan cerca de la orilla, que podía ver el abismo.

 

- ¡Jin! - Clamó hacia los cielos cuando se corrió.

 

Jin lo bebió, en cuerpo y alma. No había una parte de Ryu que no le perteneciera a Jin ahora.

 

Cayó en la cama mientras Jin se cernía sobre él, mirándole con ojos entornados. El guerrero se sacó la camisa sobre la cabeza, arrojándola a un lado, sin apartar sus ojos de los suyos.

 

El corazón de Ryu latía con fuerza en su pecho mientras Jin pateaba sus jeans. Su amante se quedó gloriosamente desnudo, su polla golpeando su abdomen. Ahora no había vuelta atrás, y Ryu no deseaba otra cosa.

 

Jin se deslizó en la cama, sus manos patinando sobre su cuerpo mientras la fuerza de Jin lo cubría.

 

- Sabía que te tendría en mi cama.

 

Jin bajó la cabeza y tomó uno de sus pezones en su boca. Podía sentir la polla de Jin contra su ano, el líquido pre- eyaculatorio relajando sus músculos.

Ryu abrió más las piernas, deseando que su amante se enterrara profundamente dentro de él. ¿Por qué no podía meterse dentro de Jin y vivir con seguridad allí por siempre?

 

Sus manos cayeron sobre la cabeza de Jin, tirando de su pelo caoba cuando le mordía con suavidad los pezones, burlándolos con los labios. La piel de gallina estalló en Ryu mientras trazaba con sus dedos los hombros y los brazos de Jin.

 

Ryu levantó las piernas por encima de Jin mientras lentamente él se empujaba, violándolo, tomando su cuerpo en un sentido mayor que el físico. Podía sentir la polla de su amante bien profundo, cuando el guerrero levantó la cabeza y lo miro fijamente a los ojos.

 

- Eres mío. - Jin bajó la cabeza, trazando con su lengua los labios de Ryu. - Nunca te dejare ir.

 

Sus labios chocaron en un feroz juego de deseo, tomando con avidez lo que se le ofrecía.

 

Pero solo voy a romper tu corazón, susurró en su mente.

 

Envolvió las piernas alrededor de la cintura de Jin, sintiendo el eje que entraba y salía de su cuerpo.

 

Ryu gritó cuando sintió que la unión comenzaba. ¡No! Jin no podía ser su pareja. Dios, no. Esto no podía estar sucediendo. No era seguro para Jin estar cerca de él, pero ahora eran compañeros. Una lágrima se deslizó por un lado de su cara al pensar que ahora Jin también estaría en peligro.

 

Ahora ambos lo estarían.

 

Ryu. - Exclamó Jin, cerrando sus ojos. Una sonrisa se formó en la cara de Jin. - Sabía que eras el indicado. Desde el momento que te vi, lo supe.

 

Ryu podía sentir como perdía el control cuando Jin se empujaba más fuerte. Su polla era aplastada por su cuerpo y los sólidos músculos del guerrero. La fricción iba a ser que perdiera la cordura.

 

Mi pequeñín. - Jin besó tiernamente su cuello. - Mi Ryu.

 

Jin. - Susurró el nombre, sintiendo que su cuerpo se encendía cuando Jin lo envolvía en sus brazos y se corría.

 

Su compañero gritó cuando le llenó el culo con su caliente semilla.

 

Ryu alcanzó entre ellos, acariciándose por segunda vez. Apretó las piernas alrededor de Jin cuando se corrió.

 

Jin estaba envuelto a su alrededor cuando Ryu miró el techo. ¿Cómo todo estaba tan bien y tan mal, todo al mismo tiempo?

 

Jin se volvió a su lado y tiró de él hacia su pecho, acurrucándose mientras le acariciaba su espalda.

 

- Mi compañero.

 

Besó la cabeza de Ryu.

 

Ryu se quedó allí hasta que supo que Jin estaba dormido. Se apartó y se vistió.

 

Se detuvo en la puerta del dormitorio y miro al dormido guerrero. Esto era horripilante. Jin era inocente. ¿Por qué tendría que pagar por sus pecados? No debía, y Ryu se aseguraría que no lo hiciera. Pagaría el precio por mantener a salvo a su guerrero. Incluso si el precio era que su corazón fuera arrancado de su pecho.

 

Le sonrió nuevamente a Jin, quien roncaba fuertemente como para despertar a los muertos.

 

Su compañero.

 

Te amo. Ryu bajó la cabeza mientras daba la vuelta y se marchaba.

 

 

 

Joshua entro dentro de Malcor’s, Xero y Jin flaqueándolo. Miró a su alrededor, observando el concurrido restaurante. El lugar era el ideal para mostrarse o para entretener a un grande grupo.

 

Malcor’s tenía un ambiente agradable. Todo el mundo parecía estar pasando un buen momento. Había parejas riendo juntas, no mirándoles con tanta atención como todo el mundo hacía. Joshua se alegró de que él y Jeonghan hubieran manejado eso sin preocupaciones. No fue fácil, pero finalmente tenían de vuelta la diversión amistosa que habían compartido durante tanto tiempo.

 

Joshua olfateó el aire. Los aromas que flotaban eran tentadores. Estaba dispuesto a agarrar un asiento y ordenar.

 

- Por allá.

 

Joshua asintió con la cabeza hacia la mesa de un hombre muy grande que estaba sentado con media docena de hombres. Sus cejas se dispararon hacia su cabello, y luego rápidamente oculto su expresión. El elfo estaba allí. El mismo que había acudido a Jeonghan para advertirle que no todo era como parecía.

 

Podía ver el miedo vertiéndose de la criatura. Joshua se preguntó porque el elfo estaba sentado con estos demonios de aspecto rudo, pero mantuvo la pregunta para sí mismo. Si los ojos del elfo servían para algo, las preguntas no serían bienvenidas.

 

Los tres guerreros se acercaron a la mesa, Joshua apartó los ojos del elfo cuando Jin habló.

 

-Estoy buscando a alguien que mantiene mucho por aquí. Se llama Ryu. Mide unos 1,70 mts, ojos azules, y tiene el pelo blanco.

 

El hombre grande se echó a reír, pero no antes de que Joshua viera el furor en las profundidades de los ojos del bastardo. Este hombre sabía algo. Estaba allí sentado, mirándolos con aire satisfecho. Era un hombre que pensaba que no le debía nada al mundo, pero que el mundo le debía todo. Joshua odiaba a la gente de ese estilo.

 

-Solo como aquí. ¿Qué le parezco, el propietario, un camarero? Vayan y pregúntenle al dueño.-

 

El hombre hizo un gesto de desdén con su mano, como si los guerreros fueran una mosca que zumbaba alrededor de su cabeza. Una molestia.

 

Joshua agarró el antebrazo de Jin cuando se tambaleó hacia delante. Podía ver la furia en la cara de Jin, y el guerrero no la enmascaraba. Joshua ardía en deseos de dejar a Jin libre, para borrar la mirada de suficiencia de la cara del bastardo. Pero no funcionaba así. Los guerreros eran los buenos.

 

Gracias por su tiempo. - Joshua asintió con la cabeza dándole otra mirada al elfo antes de caminar hacia el bar. - Le preguntare a Malcor pero dudo que él sea la clave de todo.

 

¿Por qué Teddy Park diría que Ryu estaba aquí si nadie sabe sobre quién estamos hablando? - Preguntó Xero.

 

Necesito encontrar a ese jodido. - Dijo Jin con los dientes apretados mientras abría la puerta y salía del restaurante.

 

-Ve y cálmalo antes de que congele toda la calle. Tengo que hacer una llamada telefónica.-

 

Xero asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta.

 

Joshua sacó su teléfono celular, observando a todos los clientes del restaurante.

 

-Him Chan.-

 

-Soy yo. Nadie sabe sobre Ryu en el Malcor’s. O eso es lo que están diciendo. Tengo la sensación de que si lo conocen-.

 

Joshua lanzó una mirada hacia la mesa antes de apartarla.

 

-¿Recuerdas sobre el elfo que te hable?-

 

-¿Está allí?-

 

-Sí-.

 

Joshua apretó la mandíbula antes de mirar por el rabillo del ojo. El elfo permanecía rígido junto al gran demonio. Podía decir que el elfo no se iría a ningún lugar, solo se quedaría en la mesa. Joshua se dirigió a la puerta, sabiendo que tenía problemas más urgentes. Se odió por dejar la delicada criatura atrás.

 

-No sé qué hacer con él. Está sentado en una mesa llena de hombres, lleno de miedo.-

 

-Déjamelo a mí. Ve a Bernard’s Buybacks. El propietario dice que tiene información sobre el cristal.-

 

-Lo haré, jefe.-

 

Joshua guardó el teléfono y se unió a los dos guerreros.

 

Jin hizo una explosión de velocidad, saltó por el aire, y abordo a Teddy Park. Su cuerpo rodo varias veces antes de que Jin se pusiera de pie y alzara al bastardo, golpeándolo contra la pared.

 

¿Dónde coño está? - Gruñó.

 

-Te lo dije. Lo mantiene en el Malcor’s.-

 

El demonio gritó cuando el puño de Jin golpeó la pared de ladrillos al lado de su cabeza.

 

-No está allí, y nadie sabe de quién hablábamos. Inténtalo de nuevo o serás alimento para el troll del río.-

 

¡Jin! - Joshua gritó mientras él y Xero lo alcanzaban. - Déjalo ir.

 

Jin miró una vez más al demonio antes de abrir su mano y dejar que el idiota cayera al suelo. Ryu había desaparecido de su cama, y había pasado dos días desde que lo había visto. Jin iba a perder su mente por preocupación.

 

-Tengo que encontrar a mi compañero. - Gritó Jin a los dos demonios. - ¿Y si le ha pasado algo? - Giró sobre sus talones y comenzó a caminar por Broadvew. - ¿Jeonghan lo ha visto?

 

-Me llamó. Dijo que no había visto o escuchado de Ryu. - Informó Joshua.

 

Jin. - Xero agarró su brazo y le dio la vuelta. - Tenemos que hablar con el dueño de la tienda de videos.-

 

Jin sabía que tenía el deber de encontrar el maldito cristal. Que tenía prioridad sobre la búsqueda de Ryu. Si los presos de las celdas quedaban libres, este reino se convertiría en un infierno. Había criaturas allí abajo, que nunca debieron de haber nacido. Alguien tan malo como Ryu, o alguien de ese lado, no estarían seguros. La ciudad se convertiría en un lugar de alimentación para los condenados.

 

 

Jin liberó su brazo y comenzó a caminar hacia la tienda. Estaba enojado como el infierno cuando despertó y Ryu no estaba a su lado.

 

Había tenido suficiente con sus desapariciones.

 

Jin azoto la puerta abierta, casi arrancándola cuando entro a la tienda de videos de segunda. La preocupación y la ira lo llenaban. ¿Dónde estaba Ryu?

 

- Creo que yo debería de hablar con él.-

 

Joshua miró a Jin antes de dar un paso adelante, en dirección de Bernard, el propietario.

 

Jin se quedó atrás. Se estrujó el cerebro tratando de averiguar donde se había desvanecido Ryu. Había revisado el apartamento del demonio y la casa de Jeonghan. Jin había tomado la palabra de Teddy Park y había ido al restaurante de Malcor’s.

 

Ryu no estaba en ninguna parte donde pudiera encontrarlo. Jin comenzó a revisar la estantería de videos, haciendo todo lo posible por alejar eso de su mente. Si seguía pensando en que su compañero se había alejado de su lado, esta tienda terminaría hecha escombros.

 

- Tengo entendido que llamo a Him Chan y le dijo que tenía información sobre el cristal. - Joshua le dijo al propietario.

 

Ya no era un secreto que el preciado cristal, la única llave al inframundo, había desaparecido. Los guerreros podían entrar, si iban tres juntos, pero nadie más podría ir. No a menos que ensayara y supiera como usar el cristal.

 

También tenían que saber dónde se guardaba por las historias. Kim Goo había desaparecido de nuevo, pero sus historias seguían siendo publicadas. El vampiro parecía saber bien lo que sucedía en ambos bandos. Esto tenía desconcertado a los guerreros y a su líder, Him Chan.

 

El propietario se inclinó sobre el mostrador, mirando a su alrededor antes de susurrarle al par de guerreros. Jin eligió una película y se acercó.

 

 

- Nos encontraremos en cinco minutos.

 

Los ojos del dueño recorrieron la tienda antes de sonreír y saludar a uno de sus clientes.

 

Jin rodó los ojos hacia James Bond. No tenía tiempo para reuniones secretas y apretones de manos. Si el cambia-formas tenía información, pues que la diera para que Jin pudiera retomar su búsqueda de Ryu.

 

Xero golpeó el pecho de Jin con la mano mientras asentía con la cabeza.

 

-Vamos, hombre. Cuanto antes acabemos con esto, más pronto podremos buscar a tu pareja.-

 

Jin siguió a los guerreros a la puerta principal y por el lado del edificio. Jin arrebato el teléfono de su chaqueta cuando el maldito comenzó a sonar.

 

¿Qué? - Preguntó cortante.

 

-Es Him Chan. Necesito que vayas al río.-

 

-Estamos a punto de interrogar al dueño de la tienda de videos.-

 

-Déjaselo a Xero y a Joshua. Ve-. Him Chan desconecto la llamada.

-¿Pueden manejar esto? El jefe me envió a otra misión. - Les preguntó mientras guardaba su teléfono.

 

-Adelante. Nos encargaremos. - Dijo Joshua.

 

Jin corrió hacia la parte trasera del edificio, buscando una zona oscura para entrar en ella y surgir en el río. Miró a su alrededor, absorbiendo la belleza del Black River. Fluía sin problemas, lo que le hacía dar una admiración pacífica.

 

Se le corto la respiración cuando vio al troll sentado al borde del agua, Ryu sentado al lado de la criatura.

 

Jin cruzó el césped hasta que quedo a centímetros de su compañero. Ryu lo miró, la tristeza llenaba sus ojos.

 

-No tenía a donde ir. Ahora saben dónde vivo.-

 

Ryu se secó las lágrimas que comenzaron a caer lentamente.

 

-Podrías haberte quedado conmigo, pequeñín.-

 

Jin se arrodilló delante de su compañero, sorprendido de no estar enojado. Tal vez las lágrimas se lo impedían, o el hecho de ver que su compañero estaba a salvo.

 

-No puedo. Ellos vendrán tras de ti, también. No hay ningún lugar donde pueda ir. - Ryu tiró sus rodillas a su pecho, y envolvió sus brazos alrededor de sus piernas, mientras descansaba el mentón en las rodillas. - No tengo un hogar.

 

-Ven a casa conmigo, Ryu. Puedo protegerte. - Jin se sentó en el césped y cogió una hoja caída, rodándola entre los dedos. - Nadie puede entrar al edificio. Es el lugar más seguro para ti.-

 

El troll miró a Ryu y luego, con una muy grande mano, le dio unas palmaditas en la espalda.

 

-Ve. Aquí no es seguro.-

 

Incluso con sus 2,07 metros, Jin se sintió pequeño en comparación con la enorme criatura sentada en la orilla del río.

 

-No quiero involucrarte, Jin.-

 

Ryu colocó su mejilla en su rodilla, mirando por encima de Jin.

 

-¡Ve!-

 

El troll se puso de pie y tiró a Ryu hacia Jin.

 

Jin miró hacia atrás para ver a los mismos hombres del departamento de Ryu, rumbo en su dirección. Se acercó y tomó en sus brazos a Ryu, rodeando la orilla del río mientras el troll los ocultaba.

 

 

Jin obtendría respuestas. Correr no era su estilo, y estaba cansado de hacerlo.

 

Levantó la mano y congeló a todos en su lugar mientras agarraba a Ryu fuertemente, y luego caía al agua, hundiéndose bajo la superficie.

 

 

 

Los ojos de Ryu se abrieron con miedo cuando Jin puso una mano sobre su boca. Rodaron hasta que Jin estaba debajo de su pequeño compañero. Tenía miedo de aplastar a Ryu.

 

Jin se llevó un dedo a la boca, indicándole a Ryu que se estuviera tranquilo.

 

-¿Dónde crees que estamos? - Le susurró Jin en su oído.

 

-No lo sé. ¿Tú?

 

Esto no era bueno. Si ninguno de ellos pensó donde querían ir cuando entraron en el río, entonces quién sabe dónde fueron a parar.

 

Lo mismo digo. - Susurró Jin mientras recorría con la mirada el lugar.

 

Conozco este lugar. - Ryu habló suavemente al oído de Jin. - No es un buen lugar.

 

-¿Dónde estamos exactamente?-

 

Jin vio que la habitación estaba vacía, pero no quería correr ningún riesgo. Había una mesa con seis sillas vacías a su alrededor, unas cajas apiladas a un lado, cajas que parecían contener botellas de vino.

 

Malcor’s. - Dijo Ryu con desesperación.

 

Jin halo a su compañero más cerca. A pesar de que estaban en una mala situación, estaba contento de tener a Ryu devuelta en sus brazos.

 

¿Por qué esa es una mala cosa?

 

Ryu miró a Jin, el miedo presente en sus índigo-ojos.

 

-Mi tío está aquí.-

 

continuara...

Notas finales:

problema problemas....

 

 


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