Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

23. Ryu (02) por dayanstyle

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ryu estaba en el patio trasero de Jeonghan, riendo mientras Joshua ponía en marcha la parrillada. Jin llevo un gran plato de carne para la parrilla.

 

Otro mes ya.

 

Me encantan las barbacoas mensuales. - Dijo Jeonghan mientras se unía a ellos.

 

Jin miraba con nostalgia su compañero. Había esperado tanto tiempo para encontrarlo, y ahí estaba, riéndose con sus amigos. Era surrealista para Jin el poder ver los ojos índigo- azul brillando con alegría, ver la amplia sonrisa que agregaba belleza a la ya magnifica cara.

 

Su Ryu.

 

¿Alguna vez vería una vista más hermosa? Jin tomó una botella de cerveza de la nevera y se dirigió a través del césped para estar al lado del ángel de cabellos blancos. Pudo ver que los ojos de Ryu se iluminaron tan pronto como lo vio. Tener a alguien en su vida que era feliz cuando él estaba cerca era muy emocionante para el guerrero.

 

No le importaba cuales eran las intenciones de Ryu cuando se le acerco. Terminó siendo el compañero de Jin. Se le oprimió el pecho ante la vista de la piel enrojecida de Ryu, sabiendo que su compañero se sentía tan excitado como él.

 

-Veo que estás pasando un buen rato.-

 

Jin lamió la cabeza de la botella mientras miraba a Ryu.

 

-Sí, lo estoy.-

 

Los ojos de Ryu se volvieron hacia el patio, su sonrisa más brillante cuando veía a los niños del barrio filtrándose lentamente en el patio trasero. La barbacoa se celebraba cada mes. Podía ver por qué Jeonghan le estaba dando tanto dolor de cabeza a Joshua sobre el abandonar su casa para el edificio.

 

El estar en la parrilla, en el patio trasero de Jeonghan, le daba una sensación de estar en el hogar, junto a su familia. Si fuera Jeonghan, tampoco querría renunciar a esto.

 

-Prueba con el pudín de plátano. Yo lo hice. - Comento orgullosamente Ryu.

 

-Entonces será mejor asegurarme de obtener un tazón grande.

 

Ryu negó con la cabeza, sus labios con espasmos de humor mientras miraba a Jin.

 

-Lo dices porque fui yo el que lo hizo.-

 

Jin le gusto la alegría que estaba presente últimamente en Ryu. Su polla parecía estar parada, dispuesta todo el tiempo, deseosa de complacer a su pareja de una mala manera. Jin le acarició el pecho al ver la manera en que la diversión brillaba en los ojos de Ryu.

 

Sus muslos se apretaron por la manera lujuriosa que Ryu lo miraba. La necesidad de tomar a Ryu ahora lo apretaba duro. Miró alrededor del patio, viendo a algunos conversando, otros jugando con los niños. Jin se preguntó que si se perdían por, eh, unos veinte minutos, mientras hacía lo que quería con Ryu en el baño, notarían su ausencia.

 

Ryu se mordió el labio inferior y le dio un ligero asentimiento con la cabeza.

 

Jin no tenía que descifrar lo que eso significaba. Colocó una mano en la espalda baja de Ryu antes de mirar una vez más su alrededor, y guiando al delgado demonio a la casa.

 

Hizo una danza feliz en su mente. No importaba cuantas veces se acostaba con Ryu, nunca tenía suficiente. Estaba muy familiarizado con su apetito sexual, con su hambre.

 

Jin estaba enamorado de Ryu y le encantó el hecho de que su compañero estuviera tan hambriento como él.

 

Se metió en la cocina, llevando rápidamente a Ryu al baño tan pronto como cerró la puerta trasera. Se echó a reír cuando su compañero abrió la puerta del baño y la atravesó.

 

- Te necesito.

 

Un suave grito se escapó de los labios de Ryu cuando Jin cerró la puerta y la bloqueo. Extendió la mano y tiró más cerca de Ryu. La adrenalina pulsaba duro en sus venas mientras apretaba el delgado cuerpo de su compañero contra el suyo.

 

Jin besó el cuello de Ryu antes de girarlo para que quedara enfrente del espejo. Quería que lo viera cuando lo tomara. Tiró de la cintura de los pantalones de Ryu. Los ojos de su compañero se oscurecieron a medida que le sostenía la mirada.

 

Se agachó y liberó su polla. Los ojos de Ryu seguían todos sus movimientos. Jin alzó a Ryu, liberando las piernas del demonio de sus pantalones.

 

-Pon tus manos en el espejo.

 

Jin jadeaba de deseo. Agarró la base de su polla y la alineó.

 

-Juega contigo mismo. Quiero ver.

 

Ryu lentamente arrastro su mano con los dedos jugando alrededor de su ombligo.

 

-Vamos. Muéstrame.

 

Jin sostuvo los pies de Ryu, y sus ojos se clavaron en la mano de su compañero. Los dedos extendidos de Ryu viajaron a acariciar su erección. Jin gruñó, con ganas de ver a Ryu darse a sí mismo placer. Estaba frustrado de que Ryu no lo hiciera, pero el suspenso estaba a punto de hacerlo correrse.

 

Ryu finalmente se compadeció y agarró su pene, acariciándolo lentamente con sus parpados bajos y sus labios separados.

 

Maldita sea, te ves bien. - Jin le dio un golpe a su polla contra el agujero de Ryu, comprobando si estaba listo. Ryu gimió y se empujó hacia atrás. - ¿La quieres? - Preguntó Jin.

 

-Sí.

 

Ryu se acarició la polla más rápido mientras empujaba su culo contra el eje de Jin, una vez más. Dios, Jin necesitaba conectarlos de la peor manera. Su compañero extendido enfrentando el espejo era un espectáculo erótico que estaba poniendo a prueba su auto-control.

 

Empujó hacia adelante, mirando la cabeza roma de su polla separar la piel mientras se deslizaba más allá del anillo de músculos. Su respiración se suspendió por un momento al mismo tiempo que su eje latió dentro del cuerpo de Ryu, y luego se impulsó fuertemente, enterrándose hasta las bolas. Jin podía sentir el agujero pulsando cuando la cabeza de Ryu cayó hacia atrás, su respiración entrecortada, y su mano moviéndose más rápido sobre su polla.

 

Jin se salió hasta la cabeza y luego se empujó duro, haciendo que Ryu liberara su polla para agarrarse del espejo. Jin se rió entre dientes y empezó a asaltar el apretado culo de Ryu.

 

Su compañero se rió mientras dejaba caer los codos. Gracias a Dios la encimera era ancha. Las manos de Jin patinaron sobre las mejillas mientras observaba como el agujero de su compañero se tragaba su polla. Maldita sea si eso no era un agradable  espectáculo.

 

Jin agarró las caderas de Ryu, enseñándole cuando desesperada era su necesidad por correrse. Golpeó el apretado agujero de Ryu. El sudor estalló en su cuerpo mientras golpeaba la carne, gruñendo cuando sus bolas se alistaron. Se puso rígido, y luego explotó lanzando su semen en el culo de Ryu. Puntos brillantes estallaron detrás de sus parpados cuando sus cojones se drenaron.

 

Negó con la cabeza. Sintiéndose un poco mareado cuando se salió y se volcó sobre Ryu, agarrando la polla de su compañero y acariciándola a la velocidad de rayos. Ryu se arqueó mientras los dedos de los pies se flexionaban. Jin deslizó un dedo dentro de su compañero. El culo de Ryu lo apretó cuando disparo cuerdas blancas-nacaradas de su semilla.

 

Infierno santo, hombre. -Sopló Ryu.

 

Podría hacer que lo vieras una y mil veces.

 

Jin se inclinó hacia abajo y suavemente beso a Ryu. Puso la mano sobre su abdomen cuando su compañero trató de levantarse. Agarrando una toalla y humedeciéndola, Jin limpió la semilla del vientre y de las piernas de Ryu.

 

-Bueno, como nuevo.

 

Ayudo a Ryu a bajar del mostrador, mientras arreglaba su propia ropa. Hubo una serie de golpes en la puerta del baño no más Jin término de subirse la cremallera.

 

¿Qué? - Gritó.

 

-¿Pueden separarse el uno del otro para que pueda hacer pis?-

Jenissi gritó.

 

Te lo juro, cuando creo que me agrada, él actúa como verdaderamente es y me demuestra que estoy equivocado. - Jin ayudo a organizar la ropa de Ryu antes de abrir la puerta. - Todo tuyo.

 

-Uh-huh, huele a semen aquí.

 

Jenissi movió su mano delante de su cara mientras arrugaba la nariz.

 

Jin se rió entre dientes, mientras la cara de Ryu se ponía de un rojo brillante.

 

-Vamos a buscar algo de comida, pequeñín.-

 

-Algo alto en proteínas ya que acaba de perderlas todas aquí.-

Llamó Jenissi antes de cerrar la puerta.

 

¿Cómo diablos conociste a ese chico? - Le preguntó, mientras tomaba un tazón grande de la alacena y sacaba el pudín de plátano de la nevera.

 

Ryu se sentó.

 

-Estaba recibiendo una paliza en el pasillo de nuestro edificio, y no podía sentarme en mi sillón y no hacer nada.

 

Jin podía sentir que su temperamento aumentaba.

 

-¿Quién lo iba a golpear?

 

-Dijo que era su hermano.

 

En ese momento, Jenissi salió corriendo alrededor de la esquina y tropezó con la alfombra, salió a volar. Jin levantó la mano y congeló el tiempo antes de que el humano se golpeara la cabeza con la esquina de la mesa.

 

-Tiene que tener más cuidado.

 

Jin caminó y tiró a Jenissi del aire, poniéndolo de nuevo sobre sus pies. Chasqueó los dedos, y Jenissi sacó los brazos en una reacción de protección.

 

-Mierda, casi me golpeó contra la mesa. ¿Hiciste eso de congelar todo otra vez?-

 

-Por suerte para ti, si lo hice.

 

Jin agarró una cuchara del cajón y excavo en el tazón.

 

 

Ryu se sentó en el suelo entre las piernas de Jin mientras miraba la película. Jin estaba sentado en la silla, y Jenissi estaba extendido en el sofá roncando tan fuertemente como para despertar a los muertos.

 

¿Puedes girarlo antes de que le meta un calcetín a la boca? - Jin levantó el pie y pateó el sofá, inquietando a Jenissi lo suficiente como para darse la vuelta. - Gracias a Dios.

 

Ryu se rió entre dientes y puso el control del televisor en el suelo, disfrutando de la sensación de los dedos de Jin deslizándose a través de su pelo.

 

Apoyó la cara contra la cara interna del muslo de Jin, suspirando profundamente, cuando los dedos comenzaron a masajear su cuero cabelludo. Ryu sabía que Jin lo hacía distraídamente, pues al igual que inclinar la silla, esto se había convertido en un hábito, el que los dedos de Jin atravesaran su pelo.

 

Ryu cerró los ojos, preguntándose cómo se las había arreglado para vivir su vida hasta que conoció a Jin. Cada mañana se levantaba y caía más profundamente enamorado del hombre, tanto que le dolía.

 

Alcanzó la parte trasera de la pierna de Jin y dejó que sus dedos corrieran por la pantorrilla, agradeciéndole a las estrellas su suerte de no haber seguido adelante con el plan de su tío y arruinar lo que había conseguido. Cuando la mano de su compañero acariciaba su oreja, Ryu la agarró y la mantuvo en su lugar, necesitando el contacto.

 

-¿Qué pasa, pequeñín?-

 

¿Qué estaba mal con él? Estaba al borde de las lágrimas y no tenía idea del por qué. ¿Así es el amor? ¿Sentimientos tan poderosos que rompían a un hombre en lágrimas?

 

No sé. - Respondió con honestidad.

 

Jin se agachó y subió a Ryu hasta que estuvo sentado en el regazo del guerrero.

 

Estás llorando. - Dijo asombrado Jin. - ¿Por qué?

 

Ryu enterró su rostro en el pecho de Jin, avergonzado de que lo hubiera capturado. Se quedó allí por un momento hasta que sintió que sus emociones estaban controladas.

 

-Estoy bien. - Dijo mientras se alejaba del musculoso pecho.

 

Jin le miraba con curiosidad mientras Ryu se dirigía hacia el dormitorio. Wow. Nunca antes en su vida había experimentado emociones tan fuertes.

 

Ryu agarró la manta pequeña del extremo de la cama, con ganas de ponerla sobre sí mismo una vez que estuviera devuelta con Jin.

 

Se tambaleó cuando una mano le tapó la boca. Terror crudo se acumuló en su cuerpo. No era la mano de Jin. Conocía el contacto de su compañero. Ryu luchó contra la persona que apretadamente lo arrastraba hacia atrás.

 

Sabía que si llegaba a la esquina donde había sombra, estaría muerto. ¿Por qué demonios se quejó sobre dejar todas las luces encendidas? Jin lo había hecho por una razón, y ahora estaba pagando por quejarse.

 

La persona era grande. Ryu estaba pasando un infierno por detener la progresión hacia atrás. Lanzó el codo hacia atrás, escuchando un gruñido, y entonces algo golpeó el costado de su cara. Estrellas parpadearon en sus ojos, pero Ryu no se dio por vencido.

 

Mordió la mano que tapaba su boca mientras le daba un codazo y luego otro, tratando desesperadamente de liberarse. Ryu entró en pánico cuando el hombre puso ambas manos sobre su cabeza. No podía encontrar su voz. Lo había abandonado. Si el intruso le daba un giro, su cuello se rompería.

 

Ryu resistió echando la cabeza hacia atrás, luchando por su vida mientras el opositor más grande perdía el control.

 

¡Jin! - Gritó.

 

La persona lo dejo ir, dándole un buen puñetazo en su rostro antes de desaparecer. Se derrumbó en el suelo, comenzando a temblar incontroladamente.

 

Ryu. - Jin corrió a la habitación y se dejó caer junto a él. Un fuerte y extraño grito escapó de los labios de Jin cuando vio la contusión en la cara de Ryu. - ¿Qué pasó?

 

Sus dedos se cernían sobre la cara de Ryu. Abrió la boca para decirle, pero un sollozo salió en su lugar. La comprensión de que había estado tan cerca de morir lo sacudió en su misma esencia. Su cuerpo comenzó a temblar sin control, mientras Ryu se hacía una bola y lloraba en serio.

 

Jin se tendió en el suelo a su lado y lo acunó en sus brazos, dándole la protección que Ryu necesitaba.

 

Por favor, dime lo que pasó. - Jin le rogó, meciéndolo.

 

 

-Él… él trato de matarme.-

 

El hombre había intentado romper su cuello. Las manos de Ryu se dispararon a su cuello, necesitando asegurarse de que estaba intacto. Había sido una loca decisión, pero no estaba pensando muy claramente en esos momentos.

 

-¿Quién, bebé?-

 

No sé. - Ryu se arrastró más cerca en los brazos de Jin, haciendo todo lo posible por borrar lo que había sucedido con el olor de su pareja. - ---Por favor, no me dejes.-

 

-Estoy aquí, pequeñín. No voy a ninguna parte.- Podía oír la ira en la voz de Jin. Era tensa y baja.

¿Qué pasó? - Joshua y Xero se precipitaron en la habitación. - Jenissi dijo que alguien había entrado.

 

-Trataron de matar a mi compañero.- Joshua se arrodilló junto a ellos.

-¿Está bien?-

 

No. - Gruñó Jin. - Estoy cansado de ver a mi compañero lleno de moretones.

 

El guerrero pasó las manos sobre la cabeza de Ryu, murmurando sobre su cabello mientras la respiración de su compañero retornaba a lo normal.

 

Trato de llevarme. - Gimió Ryu. - Y luego, cuando luché, trató de romperme el cuello.

 

-Lo hiciste bien, pequeñín, muy bien. - Ryu podía sentir la tensión en los músculos de Jin. No protestó cuando Jin lo levantó del suelo. - ¿Dónde están Jeonghan y Jenissi?-

 

En la sala con Ravi y Phoenyx. - Respondió Xero.

 

Jin acercó a Ryu a su pecho mientras encendía todas las luces del dormitorio. Nunca volvería a quejarse de que era demasiado brillante. Jin inclinó la cabeza de Ryu hacia un lado.

 

-Si me entero de quién hizo esto, lo voy a matar.-

 

-¿Me necesitas?-

 

Phoenyx asomó la cabeza en el dormitorio.

 

No, solo unas contusiones. - Dijo Jin.

 

 

Him Chan caminó lentamente hasta el fondo de las celdas de detención. Miró en todas las habitaciones que había en el recorrido. Los sonidos de los condenados hacían eco a través de las cámaras. Unos gritos y chillidos constantes. Nunca se acostumbraría a los sonidos que hacían.

 

Los delincuentes eran traídos aquí para ser juzgados por el guardián. Si ellos eran declarados inocentes, eran puestos en libertad. Si eran declarados culpables, pasarían el resto de su vida reviviendo los horrores cometidos a cada víctima.

 

Continuó su camino mirando en cada celda. Hasta ahora, todos estaban completos. El guardián sabría si alguien se hubiera liberado, pero para la paz mental de Him Chan debía de verlo con sus propios ojos.

 

 

Se detuvo en una celda en particular y se asomó. La vista le trajo a la mente un recuerdo de una batalla. Una batalla que transcurrió hace tanto tiempo y que casi pierde. Dejo escapar un suspiro de alivio al ver a Kim Woo Bin encerrado, viviendo todos los horrores que había cometido. Para la mayoría de los habitantes en las celdas de detención, esto era una tortura sin igual. Pero para Kim Woo Bin, Him Chan tenía la sensación de que aumenta su ego.

 

-Todavía está bajo llave.-

 

El guardián, un hombre alto y de edad desconocida, se acercó al lado de Him Chan. Miró a su derecha, maravillado por la belleza del hombre. Pero era una ilusión. Solo Him Chan había visto su verdadera forma.

 

Era algo que no le importaría ver nuevamente.

 

Quiero poner un guardia en su puerta. No me fío de Soo Man. No puede saber acerca de Kim Woo Bin, pero no quiero correr ningún riesgo.

 

-Estoy de acuerdo.

 

El elegante guardián se volvió y se alejó. En unos segundos, un centauro, más o menos de dos metros con cincuenta, estaba custodiando la puerta de Kim Woo Bin.

 

Satisfecho, Him Chan pensó en su casa y desapareció.

 

 

 

 

-Estoy bien, maldita sea.-

 

Ryu golpeó lejos la mano de Jin. Jin sabía que era el miedo a que casi muere y la vergüenza de llorar delante de todos, por lo que siguió ignorando el arrebato de su compañero.

 

Había tratado de consolar a Ryu, pero su compañero parecía inalcanzable. Hacía dos días que Ryu se había roto y le gruñía a todo aquel que se acercara. Jenissi le había hecho la oferta a Jeonghan de quedarse en su casa mientras Ryu superaba esto. Jin nunca se había sentido tan impotente en toda su vida. Su compañero estaba herido, y no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto.

 

Jin se sentó en la silla, frotando su mentón con los dedos mientras miraba a Ryu que estaba en forma de bola en el sofá. Sabía que si se acercaba, su compañero solo lo alejaría.

 

Sacó su teléfono cuando comenzó a sonar, mirando fijamente a Ryu que parecía perdido en una televisión que no veía.

 

-¿Si?-

 

-¿Cómo está? - Preguntó Him Chan.

 

Jin odiaba que todos los guerreros hubieran llegado a ver a su compañero roto y quisieran saber de él. Supuso que el líder quería evitar una mala situación, llamando en lugar de ellos.

 

-Igual.-

 

-Déjame saber si necesitan algo.-

 

-Lo haré.-

 

Jin colgó el teléfono. Vio a su compañero que con cuidado se levantaba del sofá y se acercaba, escalando hacia el regazo de Jin. Envolvió con sus brazos fuertemente a Ryu mientras los delgados brazos de su compañero lo rodeaban.

 

Lo siento. - Murmuró Ryu.

 

-Tienes razón de estar así. Pasaste por algo traumático y tu cabeza debía superarlo.-

 

Jin pasó las manos sobre la espalda de Ryu mientras le daba las gracias a Dios, a los cielos, porque finalmente Ryu volvía a él.

 

-No me siento a salvo.-

 

-¿Quieres vivir con Jeonghan durante un tiempo?-

 

Jin odio la pregunta. Eso significaría que pasaría mayor tiempo en la casa de Jeonghan, pero si Ryu se sentía más seguro, no importaba.

 

-No me siento seguro en ninguna parte.-

 

-Lo sé, pequeñín.-

 

Jin exhaló profundamente, preguntándose cómo iba a hacer para que su compañero se sintiera seguro una vez más en su casa.

 

Him Chan había dicho que el guardián estaba a punto de hacer un nuevo hechizo, que mantendría a todos, que no sean guerreros, lejos. Los mismos guerreros podían llevar a personas a visitar, pero nadie que no estaba viviendo allí los podría encontrar.

 

Levantó la cabeza cuando oyó que un sonido venía desde la cocina. No había nadie allí, solo ellos dos. Ryu comenzó a temblar en sus brazos mientras Jin se ponía de pie y lo colocaba en la silla. Se acercó en silencio y con pasos medidos, a la cocina.

 

Miró hacia atrás para ver a Ryu hecho una bola y mirando con horror. Jin se puso un dedo sobre la boca y asintió con la cabeza hacia Ryu.

 

Al doblar la esquina, levantó sus manos en el aire, listo para congelar a cualquier cosa que pudiera haber. Se detuvo en seco, mirando una maravillosa y horrible vista.

 

 continuara..

Notas finales:

O_O


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).