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27. Xero (03) por dayanstyle

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Jenissi levantó el labio mientras miraba sus dientes puntiagudos en el espejo. No se veían tan mal. Lo que lo enojó fue el hecho de que tendría que chupar sangre por el resto de su vida. Eso era asqueroso. Su boca aun saboreaba el sabor metálico de Xero. No quería ser un vampiro, quería ser un humano. Jenissi siempre quiso ser humano. Su mano se levantó, presionándose contra su pecho. Descubrió que su corazón seguía latiendo. Eso era una buena cosa. Sanso un paso atrás del espejo del baño, Jenissi tuvo la vista de la parte superior de su cuerpo. Era más pálido que antes, pero tenía el mismo aspecto,

 

Sus ojos azules estaban a salvo. No eran negros como en las películas. Gracias a Dios por eso. Jenissi amaba sus ojos azules. Así que lo único que había cambiado en realidad era el hecho de que era un no-muerto y que tenía colmillos afilados que le ayudaban a beber sangre.

 

Se volvió de lado, levantando los brazos en el aire. Bueno, se veía un poco más delgado, pero eso era una ventaja. Jenissi salió del baño, cerrando la puerta detrás de él.

 

El sonido rebotó a través de la habitación, dándole un fuerte recordatorio de que si estuviera muerto, no habría sido capaz de hacer eso. En el fondo sabía que estaba agradecido por estar vivo. Había sido una sorpresa cuando su mente se aclaró y se encontró chupando la muñeca de Him Chan. El tipo era agradable, pero… ¡puaj! Estaba más avergonzado cuando se dio cuenta que estaba teniendo sexo, mientras los otros dos lo observaban.

 

Jenissi se sintió muy mal por lo que le dijo a Xero, pero el hombre lo había follado y abandonado. Aunque lo rescató.

 

Jenissi gimió cuando se dejó caer sobre la cama. Estaba tan condenadamente confuso. Extrañaba a Xero pero lo odiaba al mismo tiempo. Dejó una nota, mi culo. Si el guerrero había dejado una nota, ¿por qué no la había encontrado?

 

Su cabeza se levantó cuando oyó un carraspeo. Xero estaba de pie en la puerta de su dormitorio con una toalla blanca envuelta alrededor de sus bronceadas caderas. Dios, te ves delicioso. — Jenissi empezó a salir de la cama.

 

—¿Te importa? —Xero señaló su tocador. Jenissi se encogió de hombros, mirando al guerrero observar el alrededor. Abrió los cajones y revolvió en las pertenencias de Jenissi antes de pasar a la cómoda y halarla, separándola de la pared. Xero se arrodilló y se inclinó. Levantó las manos, un pequeño trozo de papel escondido entre sus dedos índice y medio.

 

Jenissi salió por completo de la cama, y a regañadientes se puso de pie antes de arrebatarle el papel. Miró a Xero antes de abrirlo.

 

Tenía que correr. Alguien necesita la ayuda de los guerreros. Estaré de vuelta en tus brazos antes de que lo sepas.

 

Tu compañero, Xero.

Jenissi miró al guerrero y luego a la nota. ¿Compañero? —No entiendo. —Jenissi dobló el papel, con miedo de mirar al hombre en rodillas delante de él.

 

—¿Sobre qué? —Xero preguntó suavemente.

 

—¿Qué es “compañero”?

 

Xero puso sus brazos sobre sus piernas antes de mirar a Jenissi. — Eso significa que me perteneces, y yo a ti. El destino nos ha emparejado.

 

Sus manos comenzaron a temblar y el papel se mojó con sus lágrimas.

—Pensé que me habías dejado. —Jenissi se quedó de pie, sintiéndose muy solo.

 

—Nunca te dejaría. Incluso si no fuéramos compañeros, no soy tan insensible. —Xero alcanzó su mano y Jenissi se acercó.

 

Jenissi se secó los ojos mientras se movía una pulgada más cerca. — Pero soy un vampiro ahora. ¿Seguimos siendo compañeros?

 

—Puedes convertirte en un perro de agua con dos cabezas, y aún seguiríamos siendo compañeros.

 

Jenissi asintió con la cabeza. Miró a su alrededor, preguntándose si eso era verdaderamente cierto. —No quiero ser un vampiro, —susurró.

 

—Tuve que tomar una decisión de último segundo, amor. Te elegí. — Xero tocó el pecho de Jenissi con un dedo—. No importa lo que seas, sólo quería que vivieras toda la eternidad conmigo. Siento si sueno egoísta, pero me gustaría hacer la misma elección si tuviera que hacerlo.

 

Jenissi negó con la cabeza. —No suenas egoísta. Estoy agradecido, sólo… no sé. —Lloró cuando Xero lo haló a sus brazos. Jenissi colocó su cabeza sobre el hombro de Xero, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del guerrero y prendiéndose de él como si se le fuera la vida en ello—.¿Realmente tuvimos sexo delante de ellos?

 

Podía sentir el cuerpo de su compañero temblar de la risa antes de que Xero se echara hacia atrás y tomara su rostro. —Me temo que sí. No me gusto, pero necesitabas alimentarte, y eso es lo más importante.

 

—¿Vamos a tener que hacerlo cada vez que tenga que alimentarme? ¿Otras personas nos verán?

 

Xero gruñó: —No. Eso fue cosa de una sola vez. Habías perdido mucha sangre y necesitabas reponerla. Nadie va a ver tu sexy culo de nuevo.

 

Era el turno de gruñir de Jenissi. —Me pinchó con una aguja. Odio las agujas. Haz que pague, Xero.

 

Su compañero dio un aterrado gruñido, sus ojos marrones llenándose de ira. —Va a pagar por lo que te hizo.

 

—Eres un paquete caliente cuando estás vengativo. —Jenissi se rió y entonces recordó sus palabras de despedida—. Acerca de lo que te dije hace un momento.

 

Xero sacó a Jenissi de sus brazos mientras se ponía de pie. — Olvídalo.

 

Jenissi dejó de sentirse sólo. Xero no era el culpable aquí. Era ese hijo de puta con la punzante aguja a quien iba dirigida la ira de Jenissi. Echó la cabeza hacia atrás y se rió mientras Xero le mordía el cuello. — Me haces cosquillas.

 

—Había extrañado tu risa. —Xero enteró su rostro en el cuello de Jenissi, inhalando profundamente.

 

—¿Te dije que tengo una cama? —Jenissi bromeó señalándole a Xero la cama.

 

—Quizás lo hiciste. —Xero corrió sus labios sobre el cuello de Jenissi, haciéndolo temblar de necesidad—. Estoy contento de que estar aquí.

 

—No pudiste resistirte a mis encantos. ¿Fue por la caja de condones?

 

Xero se echó a reír mientras abrazaba a Jenissi. —Ese no fue el factor decisivo, pero fue una ayuda en el gran camino de convencerme.

 

Jenissi suspiró, preguntándose cuán mala sería su vida si iba a ser así.

 

 

 

Ryu y Jeonghan se sentaron en la sala de Him Chan, esperando a que el líder de los Demonios Guerreros les dijera por qué estaban allí.

 

El tío de Ryu estaba causando problemas. Tal vez el líder le iba decir que se fuera. Sin embargo, no era su culpa. Ryu se acercó más a su compañero, Jin, que lucía preocupado con las manos en su regazo.

 

Jin se estiró y uso sus manos para acariciarlo con sus grandes dedos.

Ryu le dio una sonrisa agradecida antes de volverse a Him Chan.

 

—Los he llamado para informarles de lo que está pasando. — Him Chan estaba en el bar, bebiendo whisky y mirando primero a Jeonghan seguido a Ryu—. Como saben, Jenissi fue secuestrado y le drenaron casi toda la sangre. El príncipe Jaehyo tuvo que convertirlo para salvarlo.

 

—Lo escuchamos, —interrumpió Jeonghan—, pero, ¿qué tiene que ver eso con nosotros?

 

Him Chan sonrió. —Paciencia, Jeonghan.

 

Ahora la curiosidad de Ryu despertó totalmente. Se inclinó hacia adelante, escuchando atentamente.

 

—Él es diferente. Quería que ambos lo vieran tal cual como es. Si tienen algún problema con que sea vampiro, díganmelo de una vez.

 

—Es mi amigo. No me importa lo que sea, —afirmó Jeonghan.

 

—A mi tampoco, —agregó Ryu.

 

—Eso es lo que quería oír, —dijo Xero cuando entró en la habitación con Jenissi a su lado—. Es mi compañero, por sí no lo sabían.

 

—Genial. —Ryu le sonrió al hombre pálido. Si pensaba que Jenissi le faltaba asolearse, ahora, mierda santa. Pero Ryu decidió mantener eso para sí mismo. No ayudaría a su amigo escuchar algo así.

 

—¿No te importa? —Jenissi los miró—. Porque si es así, díganmelo ahora. No quiero que hablen a mis espaldas.

 

—¿Por qué nos importaría? —Preguntó Jeonghan—. Eres nuestro amigo.

 

Ryu notó que Jenissi se acerca un poco más a Xero. —Si puedes manejar que seamos demonios, podemos manejar que seas un vampiro.

 

—Nunca lo pensé así. —Jenissi frunció el ceño, como si estuviera pensando en ello. Sus ojos se encendieron después de un segundo, mientras una sonrisa cruzaba su rostro—. En ese caso… —Jenissi cruzó la sala, saltando en el sofá y atacando en broma a Ryu—. Les revelaré que chupe sangre ayer.

 

—Basta, los colmillos. —Se rió Ryu, cubriéndose la cabeza—. Me muerdes y haré que comas ajo.

 

Jenissi se rió cuando se bajó del sofá, los guerreros riendo. Jenissi se puso serio cuando enfrentó a Him Chan. —¿Puedo comer ajo? Espero que sí. Me encanta, excepto cuando tengo que besar a alguien.

 

Xero gruñó mientras halaba a Jenissi a sus brazos, abrazándolo posesivamente contra su pecho. —La única persona que vas a besar es a mí.

 

Ryu sonrió ante la escena bárbara. Jin a menudo actuaba de esa manera con él, una gran excitación. Podía ver en los ojos de Jenissi que lo afectaba de la misma manera.

 

—¿Sabes por qué estaban tratando de robar la sangre de Jenissi? — Jin preguntó.

 

—Yo sí. —Him Chan asintió—. Después de cavar y hacer muchas preguntas, he encontrado la respuesta. Al parecer, es por el mismo problema que se extiende en el mundo humano. De acuerdo con el Alfa Jong In, el medicamento se llama Ira líquida. Enmascara el olor de las criaturas paranormales mientras que se fortalecen. El efecto secundario es agresividad extrema.

 

—Eso debe ser lo que Soo Man se inyecto. Se puso violento como el infierno después de hacerlo, y demasiado fuerte, —dijo Joshua desde el sofá.

 

—Creo que sí. Sin embargo, el hecho preocupante de esta droga es que si los humanos se inyectan, se mueren.

 

—Mierda, —susurró Xero.

 

—El componente principal y más necesario es la sangre humana. Es por eso que se están perdiendo los humanos del ‘Reino Humano’. Soo Man los toma como una donación para el banco de sangre. Les drena hasta la última gota.

 

Ryu se sintió incómodo cuando todo el mundo lo miró. No tenía nada que ver con las malas acciones de su tío. Nunca se comportó así y nunca lo haría. Esa era una de las razones de porque Soo Man lo había golpeado cada vez que lo veía, y por el hecho de que fuera gay.

 

—No buscará a Jenissi pues la sangre que corre por sus venas no es humana. Sin embargo, debemos encontrarlo rápidamente. Soo Man tomó dos frascos con él y tiene el cristal. Es letal en este momento, en todas las cartas. —Him Chan terminó tragando el resto de su bebida—. Vayan a buscarlo.

 

Los guerreros salieron con sus compañeros. Ryu se preguntó cómo estaba relacionado con Soo Man. Sabía que su tío tenía una manera retorcida de pensar, pero nunca había conocido lo verdaderamente malo que el hombre era.

 

 

 

—Mírate. —Peter levantó los brazos cuando Xero y Jenissi entraron al Useung’s Java. Habían pasado nueve días desde que la vida de Jenissi había cambiado para siempre. Xero todavía no podía creer que Jenissi lo hubiera convencido de volver a trabajar.

 

Su argumento era que estaba seguro al estar aquí, y ahora que era un vampiro, no estaba como “el más deseado” de la  lista.

 

—¡Mío! —Xero rompió hacia Peter.

 

El vampiro rodó los ojos antes de mirarlo. —Te contaré un pequeño secreto. Tan lindo, divertido, sexy, buena persona, sexy…

 

—Dijiste sexy dos veces, —cortó Xero.

 

—Verdad, pero mi punto es, que no es mi tipo. Tengo mis ojos puestos en alguien, así que llévate tus gruñidos a otra parte. Jenissi es mi amigo. — Peter abrazó a Jenissi, sacándole la lengua a Xero.

 

Xero, relajándose, le devolvió el gesto. Ahora que sabía que Peter no estaba interesado en su compañero, se enfrió. Había otra persona a la que tenía que dejarle claro su relación con Jenissi. Sabía que se estaba comportando positivo casi como si estuviera orinando su territorio, pero Xero casi había perdido a Jenissi una vez. No se iba a arriesgar en lo más mínimo.

 

Se acercó a Useung, ofreciéndole la mano. —No creo que nos hayan presentado. Soy Xero, compañero de Jenissi.

 

Los ojos de Useung se iluminaron de alegría mientras estrechaba la mano de Xero. —No soy un cazador furtivo y no estoy interesado en Jenissi. Soy Useung.

 

Xero sintió más ligero su corazón. Había mal interpretado las intenciones de Useung y Peter. —Ahora que Jenissi está de vuelta en el trabajo, tengo que pedirle un favor.

 

Useung le dio una palmada en la espalda mientras caminaban alejándose de todos. —No es necesario. Mantendré una estrecha vigilancia sobre él. Al igual que en Jeonghan para Joshua.

 

A Xero le dieron ganas de reír. Toda esa mierda que Joshua había hablado esta mañana sobre lo suave que se estaba volviendo Xero, y el grande rudo también se comportaba como una niñera con su compañero. Era un gilipollas.

 

—Gracias. —Xero le dio a Useung su número de celular personal en lugar del número al que los ciudadanos llamaban cuando necesitaban de la ayuda de los Demonios Guerreros en algo de la sociedad. Useung lo anotó y guardo su teléfono en el bolsillo.

 

—No hay problema.

 

Xero salió de la cafetería, sintiéndose mejor acerca de que su compañero estuviera en el público. Saber que Useung estaba cuidando de ellos era de ayuda para dejar su mente a gusto y permitirle hacer su trabajo de manera más eficiente, aunque una parte de él siempre se preocuparía por Jenissi.

 

Se reunió con Joshua y Ravi, siguiendo la orden de ir tras Soo Man. Miró con aire de suficiencia a Joshua, mientras se abrían paso por Serenity Savings. Quería pinchar al guerrero de ser suave, pero lo dejó pasar. Xero sabía cómo se sentía Joshua.

 

Entraron en el banco, mirando a su alrededor. Xero vio a los cajeros detrás del mostrador y a diferentes personas caminando de aquí para allá. Todo parecía normal. Habían recibido un aviso anónimo de que el dinero de Soo Man se controlaba en este banco. Xero no podía creer que el tenso Jinu  hiciera algo para romper la ley. No era su estilo.

 

La persona que había hecho la llamada quería permanecer en el anonimato, pero Joshua había reconocido la voz. Era el joven juguete elfo de Soo Man. Todos se habían maravillado, incluso Ryu. ¿Por qué el elfo no sólo desaparecía del control de Soo Man? Si les informaba y despreciaba tanto a Soo Man, ¿por qué aún estaba con el hijo de puta?

 

Por supuesto, la información les ayudo enormemente, pero, ¿qué quería a cambio el elfo? Xero se dio cuenta que uno de los cajeros los veía de cerca. Sus ojos se movían entre los tres, y luego devuelta al mostrador.

 

—¿Qué es esto? —Jinu exigió mientras se les acercaba—. ¿Por qué están aquí? ¿Acaso no pueden esperar hasta que cerremos?

 

—En realidad, —dijo Ravi, devolviéndole el mismo irritado tono—, hemos venido por usted. Him Chan le gustaría tener unas cuantas palabras.

 

Jinu falló en su paso. Sus ojos se movían entre los tres antes de sonreírles a los entrometidos cajeros detrás del mostrador. Jinu asintió con la cabeza y luego se acercó a un joven vestido exactamente igual que Jinu, solo que el joven parecía estar fuera de lugar con el caro traje. El tipo parecía más de jeans y una camiseta.

 

El propietario de Serinity Savings se volvió hacia los guerreros, una tensa sonrisa en su rostro. —Estoy listo.

 

Los tres siguieron a Jinu a su oficina. El propietario del banco apagó las luces, sumiendo la oficina en oscuridad. Los guerreros sin ningún problema tomaron a Jinu y entraron a la sala de estar de Him Chan. Era la única habitación en la que el líder les permitía entrar sin previo aviso.

 

El líder estaba sentado casualmente en el sofá, mirando hacia la grande ventana que llegaba del suelo hasta el techo, y que daba una maravillosa vista de la ciudad. Him Chan parecía perdido en sus pensamientos al lado del bar.

 

—He oído que está ayudando a Soo Man a guardar su dinero en el banco, —dijo Him Chan sin volver la cabeza. Si Xero no malinterpretaba la expresión de su líder, Him Chan estaba triste.

 

Jinu se puso rígido, dando un bufido indigno. —Nunca haría una cosa así.

 

—Eso no es lo que nos dijeron, —gruñó Xero—. Nos informaron por una fuente anónima que Soo Man estaba financiándose, y que le está ayudando a esconder su dinero en varias cuentas.

 

 

—Nadie está haciendo algo sucio en mi banco, —le gritó Jinu al grupo. Sus puños se apretaban a sus lados al tiempo que miraba a todos y cada uno de ellos. Se veía francamente molesto. Xero se hubiera echado a reír si la situación no fuera tan grave. Pero es que ver al tenso propietario molesto era algo cómico. Su nariz estalló aleteando mientras sus mejillas se ponían de un rojo brillante. El grifo, el cambia—formas luchaba por no transformarse.

 

—Entonces, te necesito para saber quién es, de manera discreta. No quiero que la persona sepa que estamos al tanto. Necesitamos una manera de rastrear a Soo Man.

 

—Si alguien está haciendo negocios ilegales en mi banco, cuente con ello. —Jinu resopló hacia Him Chan y pasó sus manos a través de su oscura cabellera. Parecía que estaba tratando de controlarse.

 

—Eso es todo. —Him Chan los despidió con un gesto desdeñoso, ni una sola vez mirándolos. Xero se alejó y Joshua junto a Ravi llevaron el indignado cambia—formas al banco.

 

Xero se dirigió a su apartamento y entró para encontrarlo inquietantemente tranquilo. Camino hasta su habitación para encontrar a Jenissi arrodillado junto a su cama, sus hombros temblaban mientras gemía en voz baja.

 

—¿Cuándo llegaste a casa? —Preguntó Xero suavemente mientras se acercaba a su compañero.

 

Jenissi saltó, su cabeza volviéndose para mirarlo. —Temprano. El guerrero Jimmy me trajo ya que estabas en una misión.

 

Xero se arrodilló junto a su compañero, corriendo un dedo por su mejilla y capturando las lágrimas. —¿Por qué lloras?

 

Jenissi negó con la cabeza mientras miraba sus manos que yacían en su regazo. Xero tenía la sensación de sabía. Su compañero se había negado a alimentarse de él con regularidad desde que había sido convertido y bebido de su sangre y la del líder.

 

—¿Tienes sed? —Xero limpió el otro lado de la cara mientras miraba los ojos azul—cobalto de Jenissi. 


—N-no. —Sacudió la cabeza otra vez, pero Xero podía ver el hambre en sus ojos. Estaba mirando con nostalgia el cuello del guerrero. Jaehyo le había dicho que Jenissi necesitaba alimentarse a menudo. Su pobre bebé debía de estar muriéndose de hambre. Colocando sus brazos debajo de Jenissi, Xero lo levantó a la cama.

 

—Come. —Se arrodilló ante Jenissi, inclinando la cabeza y exponiendo el cuello. Cuando Jenissi vaciló, Xero alcanzó la nuca de Jenissi, tirando a su compañero hasta que la cara de Jenissi tocaba su cuello—. Come.

 

Jenissi lloró mientras hundía sus colmillos profundamente en la carne de Xero. Su polla se puso instantáneamente dura cuando Jenissi drenaba la sangre de su cuerpo. Su compañero envolvió sus brazos y piernas alrededor de Xero mientras chupaba su cuello.

 

—Oh, mierda, —gritó Xero cuando Jenissi empezó a empujarse contra su estómago. Metió la mano por la cintura de los jeans de su compañero, tirando de ellos hacia abajo, e hizo lo mismo con los suyos. Xero puso a su compañero en la cama, inclinándose sobre él y alineó su polla contra el agujero de Jenissi, dejando que el lubricante natural trabajara.

 

Después de un momento de esforzarse para no perder el control, Xero se deslizó en el cuerpo de Jenissi. Sus ojos se cerraron en deleite por unos segundos, disfrutando de la sensación de sed de su compañero y como se alimentaba, y la necesidad sexual.

 

Jenissi fue el primero en moverse, meciendo sus caderas mientras bebía. Gimió hasta que Xero se hizo cargo y lo jodió, duro. Su polla se clavaba en el apretado culo de Jenissi, mientras sostenía la cabeza de su compañero contra su cuello.

 

Jenissi lo soltó, lamiendo la herida para que se cerrara y luego continuando hasta bañar la mandíbula del Xero con su lengua.

 

—Infiernos, cariño. —Agarró las caderas de Jenissi, golpeando mientras su polla se hundía más y más. Llegó entre ellos, su mano sobre el eje de Jenissi para acariciarlo.

 

—Hazme correr, —gritó Jenissi.

 

—Vale, amor. —Xero duplicó sus esfuerzos, golpeando en el culo se su compañero mientras pasaba el pulgar sobre la ranura de la polla de Jenissi.

 

Jenissi se retorcía debajo de él, sus movimientos frenéticos y sus labios abiertos. Gritó mientras bañaba a Xero con su semilla.

 

Xero empujó unas cuantas veces más antes de que también fuera arrollado por la ciega ola del éxtasis. Se puso de pie, jadeando mientras se daba la vuelta y caía de espaldas, tirando a su compañero a su costado.

 

—Te nalguearé, si no te alimentas.

 

continuara....


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