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27. Xero (03) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

-...

Xero inmediatamente agarró la camiseta del cajero al salir de la trastienda del Diablo’s, Ravi y Sung Jae corrieron hacia la habitación. Escucho maldiciones resonando cuando los guerreros volvieron por el pasillo. No se veían muy felices, y eso le dijo a Xero todo lo que necesitaba saber. Soo Man había escapado.

 

¡Mierda!

 

Su noche parecía estar empeorando a cada momento. Esta mierda de vigilar acababa con sus nervios y estaba listo para romper la mesa más cercana. Xero estaba cansado y caliente, y esa no era una buena combinación cuando alguien trataba de joderlo de mala manera.

 

—Estaba allí, pero ya estaba desapareciendo cuando llegamos, — anunció Sung Jae con enojo en su voz. Xero no culpaba al hombre. Estaba cansado de jugar al gato y al ratón. Estaba harto. Distraídamente se preguntaba que estaba haciendo ahora mismo Jenissi. Xero daría cualquier cosa para llevar este pedazo de mierda donde el líder e ir a ver a su bebé.

 

Xero sacó al cajero del club, llevándolo por las sombras. —Ya que desea jugar con Soo Man, le puede decir todo a Him Chan.

 

Los ojos del cajero rodaron mientras se echaba hacia atrás. —No. Te juro que no hice nada malo. — El hombre se retorció mientras caminaban hacia un lado del edificio. Estaba cansado de jugar y más de seguir a este gilipollas. El cajero le iba a decir todo a Him Chan o haría un viaje hasta el portero.

 

Xero sonrió maliciosamente.

 

El cajero podía no ser culpable, pero el viaje lo asustaría hasta sacarle la mierda y que pensara dos veces antes de meterse en negocios ilegales. Xero sabía que el hombre podía no haber tenido elección, pero podía haberles avisado cuando Soo Man se le acercó. Habían resultado un montón de dolores de cabeza por esta mierda. —Vale… está bien. No hay necesidad de que me maltrates. Iré.

 

Xero quería estrangular al mocoso. —Espero que sinceramente no crea que este es un tipo de juego. Tiene mucho que explicar.

 

—Te lo juro, no fue mi culpa. —Xero sacudió al cajero, esperando que eso lo hiciera callar y aliviado cuando lo hizo. Había oído ya muchas historias. Este hombre no sería diferente. Podría ser de otra manera, pero una mentira es una mentira.

 

—Guárdatelo para el líder. Me importa poco. —La única cosa en la mente de Xero era dejar ese pedazo de mierda e ir donde Jenissi. Estaba en el trabajo, donde Useung y Jeonghan mantenían un ojo sobre él.

 

No le importaba.

 

Quería verlo con sus propios ojos y tal vez conseguir un beso de su compañero. Se moría de ganas de tocar a Jenissi. Ya habían pasado unas cuantas horas desde que tuvo al sexy hombre retorciéndose debajo de su cuerpo.

 

Su pene se endureció pensando en la belleza rubia. Maldita sea, Jenissi le afectaba como ningún otro hombre lo había hecho. No era sólo por estar acoplados. Xero en el fondo sabía que Jenissi era su tipo de hombre de principio a fin. Había pensado que no era así antes de dormir con el hombre, pero ahora pensaba que esa era una manera de luchar contra la atracción.

 

Después de probar a su compañero nunca tendría suficiente. Estaba decidido a que nunca le faltara. Y si el gilipollas era una amenaza contra su compañero, bueno, tenía poco tiempo de vida. Sólo aspiraba a estar lejos junto con su compañero.

 

Le entregó a Ravi el cajero, cuando el teléfono en su bolsillo empezó a vibrar. Xero cogió el teléfono, manteniendo una estrecha vigilancia sobre el cajero. A pesar de que Ravi lo tenía, no quería correr ningún riesgo. Podía ver la trampa escrita en la cara del hombre.

 

Colocó el teléfono en su oído, tomando una profunda respiración para calmarse. Ese cajero lo estaba fastidiando. —Xero.

 

—Soy Useung.

 

Los pelos de su nuca se erizaron y un escalofrío recorrió su columna vertebral. Esto no podía ser bueno. La única vez que Useung acordó llamarlo era si algo pasaba. —Hola, —dijo lentamente, como si eso pudiera ralentizar el tiempo, como si pudiera detener lo que sea que estuviera sucediendo.

 

—No es por lo que acordé llamarte, pero necesito que vengas. Algo raro está pasando con Jenissi. —El tono de voz de Useung hizo que corriera lejos de los guerreros y del cajero, apareciendo en la cafetería al mismo tiempo que Useung decía: —Date prisa.

 

La mandíbula de Xero cayó abierta y mientras alejaba lentamente el teléfono de su oreja. Su mano quedo libre en el aíre sosteniendo el teléfono mientras miraba a su compañero. ¡No puede ser esta mierda!

 

Su compañero estaba luchando con Jeonghan detrás del mostrador tratando de quitarse la ropa. Jeonghan luchaba para mantener los pantalones de Jenissi mientras que Jenissi trataba de morder a Jeonghan y quitarse sus pantalones. Su camisa ya se había ido, y el desnudo pecho estaba a la vista. Xero gruñó cuando la cremosa de piel se revelaba a todos los que veían.

 

¡Mío!

 

Xero corrió alrededor de la esquina del mostrador, levantando a Jenissi mientras corría hacia la dirección por la cual había llegado. —Quiero saber lo que está pasando, —le gritó Useung a Xero, pero él desapareció con su compañero luchando.

 

No tenía tiempo para responderle al hombre. Estaba malditamente ocupado de impedir que su compañero se rasgara la maldita ropa.

 

—Jenissi, para, —ordenó Xero, pero su compañero seguía tratando de tirar sus jeans. Estaba actuando como loco. No estaba seguro de que estaba mal, pero este no era Jenissi.

 

Xero gruñó cuando vio el collar de oro alrededor del cuello de Jenissi. No estaba seguro de cómo terminó allí, pero brillaba contra su piel.

 

—¿Cómo lo conseguiste? —Lo sacó del cuello de Jenissi, y lo observó colgar en su mano. Su compañero dejó de atacar sus pantalones y comenzó a atacar a Xero. Uñas negras salieron de sus dedos, mientras trataba de recuperarlo.

 

—Jenissi, detente, —gritó, sujetando los brazos de su compañero contra el pecho. Xero tuvo que aferrarse a él, mientras caminaba hacia atrás y terminaba en el apartamento de Him Chan. Arrojó el collar al líder, depositando a Jenissi en el sofá. Su compañero seguía luchando, con el rostro brillante de sudor.

 

—¿Se lo volviste a entregar? —Gritó mientras Jenissi trataba de morderlo. Tiró su brazo a distancia para mantenerse lejos de los afilados colmillos de su compañero—. Trató de desnudarse en el trabajo.

 

Xero agarró las muñecas de Jenissi y las colocó sobre su cabeza mientras cubría el cuerpo de su pareja. Podía sentir a Jenissi temblando debajo de él.

 

El líder miró el collar en su mano y sacudió la cabeza. —No. Lo había dejado al lado del bar, esperando a que el portero viniera a recuperarlo. — Him Chan se alejó, desapareciendo de la vista.

 

Una vez que el líder no estaba por ningún lado, Jenissi dejó de luchar por su libertad y comenzó a entrar en pánico.

 

Su pecho se expandía y contraía a un alarmante ritmo mientras los ojos de Jenissi se movían frenéticamente.

 

—Xero, —llamó con un tono de hiperventilación. Su compañero estaba lleno de miedo, lo veía en sus ojos. Sus pupilas eran enormes cuando Jenissi miró alrededor.

 

—¿Estás conmigo, cariño? —Corrió sus manos por el cabello rubio de Jenissi. Su compañero respiró Joshua y asintió—. ¿Puedes decirme lo que pasó, amor?

 

El corazón de Xero se rompió ante la mirada perdida y asustada en los ojos de su pareja. Los dedos de Jenissi se curvaron en su camisa, mientras que sus ojos suplicaban a Xero para que le ayudara a darle sentido a esto. —No… no me acuerdo, —exclamó Jenissi mientras sus dedos excavan de la camisa hasta su carne.

 

Xero se arrodilló dejando que su compañero se sentara, y no mostrando ningún signo de agresividad. Estaba trabajando con Jeonghan, un buen día. Estábamos hablando y riendo, y luego estoy aquí. —Jenissi miro alrededor como si el cuarto tuviera la respuesta.

 

Tomó una profunda y calmante respiración antes de posar sus ojos sobre Xero. Xero quería saber qué diablos estaba pasando. Nadie podía olvidar un suceso del día. Era muy extraño, y tenía la sensación de que el collar era el culpable. —Tenías puesto el collar, bebé.

 

Jenissi miró a Xero con el ceño fruncido. —¿Qué collar? —Sus manos llegaron a su cuello y palparon.

 

—El de oro que encontraste en tu caja ayer, el que tenía un colgante de corazón.

 

Jenissi se mordió el labio inferior mientras negaba con la cabeza. —No recuerdo ningún collar, Xero. ¿Qué collar? —Preguntó, su voz ganando un tono histérico—. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo recordar cómo llegué aquí, y ahora el collar que dices?

 

—Cálmate. —Xero abrazó con fuerza a su compañero contra su pecho. Quería las respuestas de esas preguntas.

 

 

Jenissi tocaba su cuello cada cinco segundos, asegurándose de no tener ningún collar. No podía entender qué había sucedido, pero si Xero había dicho que tenía un collar de oro alrededor de su cuello, se quería asegurar de no tenerlo.

 

Rápidamente guardó los platos que su compañero había usado para la cena. Jenissi había intentado comer, sólo para correr a vomitarlo. Era inútil intentarlo de nuevo. A pesar de que el olor y sabor era delicioso, no volvería a intentarlo.

 

—¿Por qué los lavas a mano? —Preguntó Xero mientras entraba a la cocina y se apretaba contra él. Dios, su compañero se sentía muy bien detrás de él.

 

—Me da algo que hacer, pero si me quieres follar, estoy seguro que encontraría algo mejor que hacer. Ejemplo, devastar tu cuerpo.

 

Tulip escogió ese momento para entrar a la cocina ladrando, haciéndoles saber de sus necesidades. Xero se rió entre dientes mientras se inclinaba y la alzaba. —Yo la llevo.

 

—No te olvides que tenemos una cita cuando regreses, —llamó Jenissi mientras dejaba drenar el agua de la pileta. Se limpió las manos en la toalla y barrió el suelo, esperando a que su compañero volviera.

 

Jenissi corrió a la habitación cuando terminó con la cocina y tomó la ducha más rápida del mundo. Se secó rápidamente y luego corrió a la habitación, tumbándose en la cama, haciendo todo lo posible para lucir sexy. Se acostó de lado, con una pierna sobre la otra y la cabeza apoyada en la mano.

 

Bueno, eso no es suficiente. Jenissi se volvió de espaldas, abrió las piernas, las palmas de la mano en su polla. Pudo oír ladrar a Tulip. Cerró los ojos, esperando a que Xero se le uniera, cuando sintió el movimiento en la cama y luego su rostro se humedeció por una rasposa y larga lengua.

 

—¡Tulip! No, chica, vete. No puedes ver a papá teniendo sexo. Eso está mal. Ahora vete. —La ahuyentó sólo para ver a Xero de pie en la puerta, riendo.

 

—Parece que es muy apegada a ti.

 

Jenissi arrugó la nariz. —No bromees con eso. Y cierra la puerta para que no tenga un ataque al corazón al ver al grande papá tratando de matar a su pequeño papá.

 

—¿Matar? —Xero preguntó mientras cerraba la puerta del dormitorio.

 

—Eso espero. —Jenissi rodó sobre sus manos y rodillas, y movió el culo—. Hazme sentir que muero y que voy al cielo.

 

Jenissi miró que los ojos de Xero se oscurecían y ardían de deseo. Era la cosa más caliente que hubiera visto. Sus colmillos atravesaron su labio inferior mientras observaba como Xero se desnudaba poco a poco, dejando descubierta su suculenta y bronceada piel. Las encías de Jenissi comenzaron a doler mientras Xero subía a la cama y se inclinaba hacia abajo entre sus piernas, dándole un largo lametazo entre las mejillas de su culo. Su cabeza cayó contra la almohada al mismo tiempo que Xero circulo con la lengua su agujero, presionando hacia dentro y haciéndolo gemir.

 

Brincó cuando sintió un dedo entrar en él, y luego Xero comenzaba de nuevo a bañarlo con su lengua. Oh diablos, se ponía cada vez mejor y mejor, el estar con su compañero. Sus rodillas cayeron mientras Xero lamía su piel.

 

Las manos ahuecaron su culo, amasando sus mejillas mientras Xero profundizaba con su lengua en su agujero. Sus ojos rodaron y sus labios se abrieron. Ahora sabía que su compañero trataría de cumplir su deseo. Intentaría llevarlo al cielo.

 

Su cuerpo se estremeció cuando Xero retorció el dedo y su punto caliente fue rozado. —Otro, otro, —gritó.

 

Él se jodía en el grueso dedo de Xero, jadeando cuando su compañero añadió un segundo. Xero no necesitaba extenderlo con sus dedos —su polla pulsaba un lubricante natural que relajaba su estrecha entrada —pero sentir los dedos en él era un juego erótico que necesitaba.

 

Estaba al borde, y cuando Xero alterno entre joderlo con su lengua y dedos, su mente se hizo puré.

 

Jenissi logró tomar una inestable respiración cuando la lengua de Xero salió de su entrada, y comenzó a lamer un camino hacia sus bolas. Empuñó las sabanas cuando la lengua de Xero se arremolinó alrededor, burlándose de cada pelota.

 

Su mano se movió hacia abajo para rodear su polla, pero la mano de Xero la apartó. Su cuerpo se tensó. Necesitaba venirse. —Necesito…

 

Xero quitó los dedos y volteó a Jenissi, haciendo que se apoyara sobre su espalda mientras Xero volvía a insertar sus dedos y sellaba la cabeza de su polla entre los sensuales y gruesos labios. Las piernas de Jenissi cayeron a un lado mientras una gran mano acariciaba su polla y la otra le jodía el culo.

 

La lengua de Xero pasó por encima de la pequeña ranura, sacando líquido pre-eyaculatorio, dejando a Jenissi temblando de placer. Sus bolas se morían por la liberación cuando Xero lo tragó todo el camino.

 

Jenissi apretó los dientes, tratando de evitar su inminente orgasmo, con ganas de venirse cuando Xero lo follara con fuerza y profundamente, pero su cuerpo tenía otras ideas. Sensuales sonidos se derramaron de sus labios mientras Xero trabaja en su polla mágicamente.

 

Jenissi jadeó con dientes apretado al mismo tiempo que una poderosa sensación atravesó su cuerpo. —¡Sí! Chúpame, Xero, chúpame en tu garganta, —exclamó Jenissi antes de que su cuerpo estallara como una bomba nuclear. Palabras incoherentes empezaron a abandonar sus labios, seguido de un ronco grito cuando Xero lo bebió.

 

Su espalda golpeó la cama cuando Xero sacó su polla de la boca, con una amplia sonrisa en su rostro. —¿Te he matado?

 

—Uh-huh. —Jenissi asintió, sintiéndose como si no tuviera huesos y sin poder dar una respuesta real. Sus piernas quedaron en los brazos de Xero cuando su compañero se puso de rodillas y se acercó más a Jenissi.

 

Un gemido suave salió de sus labios cuando Xero se hundió profundo, su polla hundiéndose todo el camino hasta la empuñadura. Se resistió y disparó, su cuerpo respondiendo a su compañero a pesar de que su mente hace mucho tiempo lo había dejado.

 

Los empujes de Xero se volvieron más vigorosos mientras sus caderas se movían más rápido, y más rápido. Tembló en los brazos de Xero mientras buscaba su boca hasta que finalmente la encontró. Un torbellino de sensaciones lo bombardearon cuando la lengua de Xero barrió a través de su boca.

 

Jenissi pasó la mano sobre el marcado abdomen de Xero, sintiendo como los músculos se contraían cuando la polla de su compañero asaltaba su culo.

 

Xero rompió el beso, sus labios reposaron en el oído de Jenissi. — Córrete para mí, —susurró. Su voz estaba llena de pasión.

 

Jenissi agarró el hombro de su compañero, arqueándose en la cama. Un caleidoscopio de sensaciones explotaron en su interior, su polla estallando como una bomba. Su orgasmo asaltó mientras gritaba el nombre de Xero.

 

Xero gruñó, empujando las piernas de Jenissi jodidamente por encima de su cabeza, mientras golpeaba carne a carne, el sonido rebotando contra las paredes y zumbando en sus oídos.

 

Su compañero cumplía una misión. Con ojos entrecerrados, vio el sudor acumulado en la cara de Xero, haciéndolo lucir como si acabara de salir de la ducha. Su mandíbula estaba tensa, sus labios apretados y se empujó una, dos y tres veces antes de que su cuerpo se quedara rígido y su cabeza cayera hacia sus hombros para poder gritarle al techo.

 

Jenissi podía sentir los disparos de semilla caliente golpear contra su culo. Cayó de espaldas a la cama mientras su cuerpo perdía momentáneamente la capacidad para moverse.

 

Xero se inclinó, jadeante, y puso un rápido beso en los labios de Jenissi. Cayó a su lado, tomando a Jenissi y tirándolo cerca.

 

Jenissi podía oír el corazón de su compañero tronando, igualando el suyo. Bostezó y se acurrucó en el cuerpo caliente de Xero mientras lentamente cerraba los ojos.

 

Puedo sentir a Xero moverse y luego los cobertores estaban sobre ellos. Jenissi pasó una pierna sobre el abdomen de Xero mientras lo abrazaba fuertemente y se quedaba dormido.

 

Jenissi estaba allí esperando a que la alarma dejara de sonar, disfrutando de la sensación de su compañero envuelto a su alrededor. Pensó en lo que Xero había dicho antes.

 

No importa lo mucho que lo intentara, no podía recordar un collar. Y pensar en que pudo haber sucedido lo enojaba. No le gustaba que nada ni nadie lo controlara.

 

Him Chan había dicho que cuando bebió su sangre, ese pequeño sorbo hizo que lo usaran en su contra.

 

No tenía ningún sentido. El plan de usar el collar para controlar a Jenissi, de acuerdo con Xero, había fracasado desde el principio. Realmente no había un punto en el mismo.

 

Lo que sea, y quien fuera, tuvo que estar al tanto de lo que había sucedido. Había que averiguar quién era el culpable aunque tuvieran que buscar por los próximos diez años. Jenissi se inclinó para apagar la alarma, que había empezado a zumbar. El único punto brillante en su vida, aparte de su compañero que iluminaba su mundo, era trabajar en la cafetería. Le encantaba estar allí con Jeonghan y Useung. Pero tendría que dejarla, porque nadie lo quería ver hacer de nuevo el ridículo.

 

Jenissi se deslizó de la cama y se duchó, disfrutando desde ahora su día. Se ató una toalla a la cintura mientras con otra se frotaba el pelo.

 

—¿Cómo te sientes esta mañana?

 

Jenissi le sonrió a Xero. —Bien. Me siento como mi viejo yo. Caliente y feliz. —Se rió y tiró la toalla al cesto—. Ahora bien, si no dejas de mirarme como el filete que soy, llegaré tarde al trabajo.

 

Xero se rió mientras él salía del cuarto de baño. —No queremos eso.

 

—No, no queremos. Ahora vete mientras me visto. Sabes que no puedes resistirte a mí desnudo trasero.

 

Xero a propósito acarició el culo de Jenissi antes de salir de la habitación. Jenissi rodó los ojos mientras caminaba hacia el armario y se vestía. Cuando abrió la puerta del dormitorio, Tulip se le acercó ladrando.

 

—Lo sé, chica. Papá te llevara a dar un largo paseo cuando llegue a casa. Tal vez Mitzy y Mickey se unan.

 

Se encontró a su compañero en la cocina tomando una taza de café.

—Hombre, echo de menos eso. —Sonrió mientras llenaba el plato de Tulip.

 

—Lo siento. —Xero cruzó el cuarto y arrojó la taza al fregadero. 


—¡Hey! No tenías que hacer. El hecho de que no pueda disfrutarlo más no significa que tengas que sufrir. No vuelvas a hacer eso. —Jenissi resopló mientras tomaba el collar de Tulip—. Ahora acompáñame para que Tulip haga sus necesidades.

 

Xero enjuagó la taza y tomó la mano de Jenissi, saliendo y yendo al parque en cuestión de minutos. Tulip olfateó, tomándose su tiempo, como de costumbre. Jenissi observó a su compañero mientras su perrita atendía sus necesidades.

 

—Vale, ¿qué te molesta?

 

—No me gusta que tu vida haya cambiado tanto. Si no hubiera sido por nosotros, todavía estarías en el ‘Reino Humano’, ignorante y feliz.

 

Jenissi se echó a reír. —¿Ser ignorante me haría feliz?

 

Xero gruñó. —Sabes lo que quiero decir. Esa fue la razón por la qué luche en tu contra por tanto tiempo. No quería que te usaran contra nosotros. Ahora mira lo que ha sucedido.

 

—¿Qué? ¿Qué encontré a mi compañero? Eso es lo único que a sucedido. Y alucinante sexo, no podemos olvidar eso. Eso de por sí solo valió la pena por el viaje a villarara.

 

—¿Cómo puedes ser tan optimista acerca de todo esto?

 

Jenissi seguía detrás de Tulip mientras escuchaba a Xero que a su vez lo seguía. — Bueno, podía correr como un enojado coño, o enfrentar lo que me sucedió y hacerme una limonada.

 

—¿Limonada?

 

—Cuando la vida te da limones, debes hacer limonada.

 

—Los seres humanos son extrañas criaturas. —Xero negó con la cabeza, como si tratara de comprender la analogía de Jenissi. No creía que su compañero lo lograra. Xero era un vaso medio vacío y Jenissi uno medio lleno. Hablando de una pareja extraña.

 

Tal vez no. Tal vez Jenissi era justo lo que necesitaba Xero. Alguien que le mostrara que la vida estaba llena de todo tipo de sorpresas.

 

Hacer que Xero viera una bandera de arco iris en todo iba a ser una difícil tarea.

 

De alguna manera lo haría, aunque lo dudara..

 

continuara...

Notas finales:

...


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