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28. Johnny (05) por dayanstyle

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Johnny cogió el formulario del pedido. —Revísalo, Ji Yeop, y asegúrate de que eso es todo lo que necesitas.

El capataz echó un vistazo a la hoja, asintiendo con la cabeza mientras lo leía. —Parece que está todo. —Se lo devolvió a Johnny—. Vamos a pasar   por  el bar de Jungkook.   Deberías  unirte  a nosotros.

 

Había sido un día largo. Tal vez una noche de estar con amigos le haría bien. ¿Cuánto tiempo hace que no sales? ¿Un mes, quizá dos? — Suena como un plan. Estaré allí tan pronto como cierre.

—Nos vemos ahí. —Ji Yeop saludó con las manos al salir de la ferretería de Johnny.

Johnny sonrió. El capataz era uno de los buenos. Vació el registro y rellenó el papeleo, deslizando la bolsa de dinero en la caja fuerte. Johnny cerró la tienda, caminando al bloque de Jungkook.

De inmediato localizó a uno de sus amigos sentado en una de las cabinas cuando caminó dentro.

Do Young, uno de los soldados del Alfa de Changjo, era su buen amigo. Él le dio una palmada en la espalda mientras tomaba asiento.  —Sé  que cualquier cosa que vayas a decir es todo mentira. —Rió, dando la orden a la camarera.

—Eso es sólo porque tú me conoces tan bien. —Do Young se echó a reír—. ¿Dónde demonios te has estado escondiendo?

—Con todas las obras de construcción en marcha, he estado encadenado  detrás  de ese  maldito mostrador en  la ferretería.

 

—Johnny,   este  es Dong Jun, Insoo, Seyong,  y Joon Kyu.

 

Johnny asintió y se inclinó sobre la mesa, estrechando sus manos. — Encantado de conocerlos.

 

 —Aquí Johnny, Johnny es el que dirige la ferretería por si no has hecho la conexión. —Do Young sonrió mientras tomaba un trago de su cerveza. Johnny miró a Joon Kyu. Los shifters que vivían en la ciudad habían estado allí cuando Jihoon gobernó sobre ellos. Eran oscuros días en aquel entonces, el Alfa exigía el treinta por ciento de sus ingresos, alegando que era para la manada.

Todos celebraron cuando Changjo se hizo cargo. El pesado tributo se levantó y todo el mundo podía tener una vida digna ahora. Aunque los soldados nunca socializaban antes, estaba mejorando ahora que Changjo estaba a cargo.

Fue un proceso largo, pero Johnny iba a conocer a algunos de ellos. Do Young había casi establecido su amistad en Johnny. El tipo estaba lleno de orín y vinagre, y era muy divertido estar alrededor.

—Así que si no has salido de detrás de ese mostrador lo que eso significa que ¿alguien ha estado bajo el cuidado del negocio por ti? —Do Young se rió cuando Johnny lanzó su tapón de cerveza en él.

—Eso no sería de tu incumbencia. Ve a echar un polvo y deja mi vida sexual tranquila. Inexistente tal como es.

El negocio estaba en auge desde que el Alfa Changjo había decidido reconstruir, y la mayoría de las noches Johnny estaba demasiado cansado incluso para usar su mano. Sin embargo, Do Young no necesitaba saber eso.

 

—Aquí viene el mayor alborotador de todos.

Ji Yeop llegó paseando con tranquilidad. —Todo mentira. —Él se rió y se sentó—. Me alegra que lo hicieras, Johnny.

Johnny llevó su botella arriba y luego tomó un trago, sintiendo la amistad alrededor de él en la taberna.

 

Sabía que Sejoon y TaeWoon eran soldados. Johnny sabía todos sus nombres, sólo que no los conocía.—Sejoon y TaeWoon se supone que se unan a nosotros, —dijo Joon Kyu cuando se inclinó y le susurró algo al oído de Seyong, que estaba sentado en el regazo de Insoo. Fuera lo que fuese, el hombre se volvió tan rojo, que Johnny pensó que iba a tener que encender una manguera sobre él para apagar el fuego.

—¿Adónde iría Yuta?

Johnny se volvió para mirar por encima del hombro, y su cerebro se quedó vacío. No podía pensar en una palabra para decir cuando su pareja se quedó de pie mirando a la multitud    alrededor de la mesa.

 

—Él mismo se excusó. Creo que fue al baño. —Señaló Insoo en dirección hacia la parte trasera de la taberna.

—Pero esa es la cocina. —Seyong se quedó perplejo  mientras miraba a la pareja de Johnny.

—¿Por qué haría eso? ¿Alguien le dijo algo? —Preguntó el hombre. Tenía un rostro acariciado por el sol celestial con ojos sensuales.

Pero su mandíbula estaba tensa, apretándose, cuando contuvo su ira. ¿Qué estaba pasando? ¿Su  pareja tenía otro?

—No. —Seyong negó con la cabeza—. Insoo dijo que parecía un poco verde, y  dijo algo sobre que su  cara combinaba con la camisa.

Seyong parecía arrepentido. —No me estaba burlando de él, te lo juro. —El hombre parecía a punto de llorar, y Johnny estaba aún más intrigado sobre lo que estaba pasando.

Su pareja maldijo y se dirigió a la parte trasera de la taberna.

—Perdona. —Johnny saltó de su asiento y corrió detrás del hombre—. ¿Hay algún problema con el que pueda ayudarte? —Preguntó mientras alcanzaba a su sexy pareja.

 


—¿Quién diablos eres tú? —El hombre caminó a través de la cocina y miró a su alrededor—. ¿Alguien ha visto a un chico de un metro sesentay siete mas o menos, pelo rojo, sombrero grande de color rojo en la cabeza con una pluma saliendo de ella? —Preguntó al personal que trabajaba en la cocina.

¿Hablaba en serio? ¿Gran sombrero rojo... con pluma?

—Salió por la puerta de tela metálica. —Uno de los hombres respondió.

 

Su pareja salió disparado hacia la puerta. —Soy Johnny. Soy dueño de la ferretería.

Eso llamó su atención. —¿Con el que Ji Yeop trata?

—Ese soy yo. —Johnny rodeó la pared de ladrillo, preguntándose que estaban buscando—. ¿Cuál es tu nombre?

—Ten.  —Se  detuvo  y  levantó  las  manos  en  el  aire—.   Joder.

 

En un segundo yo lo haría. —¿A quién buscas? Tal vez pueda ayudar. —Johnny puso su mano sobre el antebrazo de Ten  para detenerlo. Los músculos debajo flexionados cuando Ten pasó la mano por la cara, con la frustración escrito por toda ella. Su polla se endureció con ese pequeño acto. Hombre, había pasado demasiado tiempo desde la última vez que echó un polvo si algo tan insignificante como un bíceps flexionado le encendía.

—Yuta es mi amigo, y él está huyendo de problemas. Tengo que encontrarlo antes de que algo le suceda. —Los ojos de Ten escanearon la calle mientras hablaba.

Amigo. Está bien, se sentía cien por cien mejor. —¿Qué tal si conducimos  por  los  alrededores  para  buscarlo?  Por  su  descripción,  no debería ser demasiado difícil de encontrar.

Ten le lanzó una mirada. —No te burles de él. Es un hombre muy dulce, que tuvo un respiro en su difícil vida.

 

Ten comenzó a caminar de nuevo, en dirección a la esquina y caminar hacia un buen Camaro. —No debería haber ido muy lejos. — Ten asintió para el lado del pasajero, y Johnny inmediatamente caminó alrededor y entró. Su pareja era compasivo, también. A Johnny le gustaba eso. —No me estaba burlando de él. Yo estaba diciendo que no mucha gente va caminando por ahí con sombreros rojos y plumas. No debería  ser demasiado difícil dar con él.

Una vez dentro del interior cerrado, el olor de su pareja era denso en el aire. La madreselva y jazmín le llenó los pulmones y le tuvo salivando. Ahora no, él tiene en una crisis.

Ten conducía por la ruta 22, con los ojos observando alrededor mientras buscaba a este personaje, Yuta. —¿Así que trabajas para  Ji Yeop?

 

Ten asintió con la cabeza, pero sus ojos nunca dejaron de    buscar.

—Llevo con él unos diez años. De hecho crecimos juntos. Cuando decidió abrir el negocioo, yo fuí la primera persona a la que contrató. Somos más como hermanos que amigos.

—¿Él nunca te hizo socio de negocios?

Ten dio un resoplido. —Yo no quiero serlo. Soy más o menos mi propio jefe, y me gusta que sea así. Puedes tener dolor de cabeza dirigiendo el espectáculo.

Johnny lo miró con asombro divertido. ¿Qué le gustaba de su pareja, aparte de esta misión de rescate? Esto sólo lo hacía al hombre aún más atractivo para Johnny por cuidar de un amigo, tanto como para salir de su camino para encontrarlo.

—Yo mismo no tengo ningún socio. Estaba pensando en contratar a alguien hasta que el proyecto de Changjo termine. Ustedes, chicos me han estado manteniendo en pie con largas horas y ordenando los suministros que  necesitáis.  Solo  los  pedidos  de  material  me   mantienen    ocupado.

—Eso fue idea de Changjo. Quería que la comunidad se beneficiara del proyecto. Parece un tipo muy agradable, —elogió Ten.

 

—Él lo es, en comparación con el último... alcalde. — Ese fue el título que los shifters utilizaban cuando hablaban a los humanos sobre su Alfa. No eran conscientes de que las were-criaturas existían, y esa era la manera que ellos querían mantenerlo. Ni siquiera la gente del pueblo lo sabía, pero no era demasiado difícil ocultárselo a ellos. Cuando el lobo de Johnny quería correr, él sólo salía al bosque que rodeaba la ciudad y dejaba a su lobo libre.

Hubo unas pocas llamadas cuando una persona lo vio, pero los shifters eran siempre amenazantes, de modo que la gente humana del pueblo los dejó solos.

—Mierda. —Ten salió a la orilla de la carretera y saltó fuera del coche. Johnny hizo lo mismo. Vio a un hombre caminando en la orilla de la carretera, y él realmente llevaba un sombrero rojo con una pluma blanca de gran tamaño erguido en la cima de la misma. Wow, su combinación de colores parecía un arco iris confuso.

Lo que realmente tiró de las fibras del corazón de Johnny era la total desesperación en el rostro del hombre. ¿Qué demonios estaba pasando aquí?

 

Johnny esperó en el coche, porque no quería interferir cuando Ten hablaba con el hombre. Él ya había visto suficiente cuando Ten ahuecó la cara del hombre y se inclinó, besando su mejilla. No se trataba de amistad a los ojos de Johnny. Él se acercó para arrancar a su pareja cuando, por segunda vez en la noche, su cerebro tartamudeó para detenerse. El olor de cítricos y jarabe de menta se infiltró en su cabeza y pasó zumbando a través de su cuerpo.

No había manera de que pudiera oler a su pareja... otra vez. ¿Tal vez el aroma de Ten había cambiado? Nunca había oído hablar de algo así, pero era posible.

—Vamos, gominola, ¿cómo puedes decir eso? —Ten preguntó al tímido hombre.

 

—Porque, señor, sería mejor si me fuera así no habría ningún problema en tu camino.

Sabiendo que el hombre más pequeño estaba en problemas hizo que los pelos de la nuca de Johnny se le pusieran de punta. Nadie iba a hacer daño a este pequeño arco iris confuso.

El hombre debió haberse dado cuenta por fin de la presencia de Johnny, porque sus ojos le crecieron rodeándole, y se cayó de rodillas, con la cabeza inclinada, y su mano posada en su muslo. Johnny no había visto nunca a nadie sentarse así y se preguntó por qué el chico lo haría ahí en medio de la nada.

—¿Qué pasa, Yuta? —Ten observó a Johnny, con una mirada perpleja y luego volvió hacia abajo al arco iris brillante—. ¿Es Johnny?

 

—Señor, yo no era consciente de que esto podría suceder.

Johnny sabía que Yuta estaba hablando con él. —Levántate. — Suavemente le ordenó—. No te inclines ante nadie.

Yuta se levantó con piernas temblorosas, dejando al descubierto su cuello a Johnny. Dio un paso adelante, oliendo el cuello de  Yuta, tomando su olor. Bien, maldita sea, él realmente era la pareja de Johnny.

¿Tenía dos?

—Uh, ¿qué está pasando? —Ten miró a los dos—. ¿Es esto cosa de lobos shifters?

—Oh, señor, ¿cómo sabías sobre los shifters? —preguntó Yuta con sorpresa. Johnny quería saber lo mismo.

—Ji Yeop me lo explicó ayer cuando vio que yo era posesivo contigo. No te mentiré, eso me mandó al infierno, pero he tenido tiempo para absorberlo. ¿Así que tú eres uno, también? —Preguntó Ten mientras se volvía a Johnny.

Johnny asintió con la cabeza. —Lo soy. —Esto ayudaría. Johnny se preocupó sobre cómo explicar las cosas a su pareja humana, mientras viajaban en el coche, pero parecía que el capataz se encargó de eso— .¿Cómo lo sabe Ji Yeop?

 

 

—Él dice que está acoplado a Junyoung y Dong Jun. —Ten sonrió, sacudiendo la cabeza, hablando con incredulidad—. Nunca pensé que Ji Yeop tendría dos hombres a la vez. Fue una sorpresa. Él no es de ese tipo.

 

—¿Estás ofendido por eso? —preguntó Johnny mientras miraba de su tímida pareja a Ten.

Ten se encogió de hombros, una sonrisa perversamente sexy jugando en sus labios. La polla de Johnny estaba poniéndose dura sólo de mirar al magnífico hombre. —Nah, vive y deja vivir.

La despreocupación de su pareja acercó a Johnny a sentirse  relajado.

¿Debería revelar a Ten que él también tenía dos parejas? El hombre pareció aceptar las cosas bastante bien. Tal vez más tarde.  Ellos necesitaban sacar a Yuta fuera de la oscura carretera.

Johnny no le gustaba que ninguna de sus parejas estuviera aquí. Todavía tenían amenazas de shifters renegados y vampiros, y a Johnny le dolía el estómago pensar en que cualquier cosa le podía suceder a cualquiera de ellos. A pesar de que Ten parecía que podía defenderse. Johnny no iba a correr el riesgo por su pareja humana. —Deberíamos llevarle a casa.

—Él vive conmigo, —dijo Ten sobre su hombro a Johnny cuando guió a Yuta hacia el coche.

—No puedo ir, señor. ¿Qué pasaría si... las cosas que suceden a  uno o a ambos les hace daño? —Yuta sacó su brazo libre de las manos de Ten y retrocedió.

Johnny realmente odiaba hacer esto teniendo en cuenta que el lobo parecía tan frágil. —Métete en el coche, ahora —le ordenó con suavidad pero con firmeza. Era mejor que la alternativa, lo cual lo dejaría aquí  fuera para valerse por sí mismo. No había manera en el infierno que Johnny siquiera considerara esa posibilidad.

 

Yuta agarraba una especie de bloc de notas en el pecho, y con lágrimas en los ojos, se acercó al coche. Dios, el hombre parecía tan malditamente herido. Johnny odiaba a lo que él tuvo que recurrir para mandar a su pareja, pero una vez más, no podía arriesgarse a que anduviera por aquí por su propia cuenta.

—No le hables de esa manera. Él ya ha tenido suficiente. Yo te dije eso. —Ten le espetó a él y luego corrió detrás de Yuta.

Eso no salió según lo planeado. Johnny pasó sus manos por el pelo, desorientado sobre cómo manejar esta situación. Nunca había estado en una relación seria antes y no estaba seguro de que lo estuviera haciendo correctamente. Lo único que alivió su conciencia fue tener la certeza de que Yuta no iba a estar aquí solo.

—Yo no estaba tratando de ser un idiota, —Johnny dijo a Ten, cuando se encontró con él, poniendo la mano sobre el brazo de su pareja—. Pero si yo no le hubiera ordenado hacer lo que dije, podríamos haber estado aquí durante horas tratando de convencerlo. Y si alguien realmente va detrás de él, entonces eso no sería prudente.

—Entiendo porqué lo hiciste. Sólo no quiero que le hables de esa manera. —Los ojos de Ten parecían desaprobar mientras subía al asiento del conductor. Johnny se deslizó en la parte posterior. Esto iba a llevar mucho trabajo.

—Lo siento, Yuta. —Johnny se sentía horrible. La cara de Yuta estaba manchada de lágrimas, y se negó a mirar a Johnny. ¡Qué manera de comenzar con sus parejas recién descubiertas!

—Está bien, señor. —Yuta se limpió la cara y comenzó a cantar—. Tú eres mi sol, mi única luz... —Johnny inclinó la cabeza y miró a Yuta por un momento antes de volverse a Ten para una respuesta.

—Lo hace cuando está nervioso. —Ten se estiró más y pasó su mano arriba y abajo del brazo de Yuta—. Deja de cantar, golosina. Johnny no te hará daño. —Ten lanzó una mirada a Johnny desde el espejo retrovisor.

 

 Johnny suspiró mientras se sentaba de nuevo. Ten dio la vuelta y se dirigió a la ciudad con Yuta todavía cantando. Esta era la mierda más extraña que Johnny había presenciado jamás. Él guardó sus pensamientos para sí mismo todo el recorrido de vuelta. Parecía que no estaba haciéndolo muy bien con estos dos, y él no quería acumular más puntos de mierda con ellos.

 

Ten palmeó el volante, llevando al coche en un camino de entrada, y cortó el motor. —Quiero que Yuta se acomode antes de llevarte a casa.

 

Johnny no quería irse a casa. Él quería estar con sus parejas. Pero desde que Ten no era consciente del hecho de su condición, Johnny sólo podía asentir en acuerdo, cuando él los siguió al interior.

 

Ten llevó caminando a Yuta a la casa y por el pasillo, dentro de un dormitorio. —¿Ustedes dos comparten habitacion? —Johnny miró alrededor y se dio cuenta de una mesa de dibujo en una esquina. Debía ser para el trabajo de Ten.

—No, desde que apareció Yuta, he estado durmiendo en el dormitorio de los invitados, —Ten le informó.

Johnny se apoyó en el marco de la puerta cuando Ten guió a Yuta al cuarto de baño. —Consigue algo más cómodo, golosina. Él quitó el sombrero a Yuta y cogió el bloc. Cuando Yuta emitió un sonido de protesta, Ten pasó la mano sobre la espalda del hombre más pequeño—. Voy  a  poner  esto  en  tu  mesa  de  dibujo.  No  va  a  ninguna  otra  parte.

 

Los ojos de Yuta se precipitaron en Johnny y luego desapareció en el cuarto de baño.

—¿Tiene retraso mental o algo así? —Preguntó Johnny mientras observaba a Ten colocar las cosas de Yuta sobre la mesa. No  le hubiera importado a Johnny. Sabía que encontrar a una pareja era una cosa rara,  y  los  tomaría     de  cualquier  manera  que  pudiera      conseguirlos.

 

Ten entrecerró los ojos, señalando con el dedo en la dirección del cuarto de baño. —No, y ni siquiera jodidamente pienses en tratarle así. Él sólo  tiene problemas  que  resolver. Yo  te llevaré  a casa  en  un momento.

 

 

Ten se apoyó contra la mesa y dejó a Johnny hacerse cargo. La lengua de Johnny trazó esos labios carnosos, atrayéndolo para  probarlos más profundamente. Había un indicio de arrogancia exasperante en la respuesta de Ten, y a Johnny le resultaba emocionante y el corazón se le aceleraba.Esa era la última cosa que quería hacer Johnny. Cruzó la habitación y agarró a Ten por la parte superior de sus brazos, aplastando sus labios juntos cuando él apoyó a su compañero en la mesa de dibujo. Ten estaba rígido y reticente, al principio, pero luego se abrió y permitió que Johnny cubriera sus labios con el exigente dominio.

 

Johnny tiró el cuerpo de Ten hacia adelante, sus erecciones chocando entre sí cuando conectó con sus caderas, encantado de eso su pareja se entregó a su intimidad inicial. La mano de Ten agarró el cuello de Johnny, tirando de él por la simple diferencia de unos centímetros de altura   cuando   él   tomó   lo   que   Johnny  le   ofreció.   Casi exigiéndolo.

 

Él sostuvo la cara de Ten gentilmente mientras inclinaba hacia atrás a su pareja sobre la mesa. Johnny tenía urgencia por reptar sobre la mesa y reclamar a esta magnífica criatura. Ten rompió el beso y hundió el rostro en los músculos del cuello de Johnny, pellizcando la carne de Johnny, casi mordiéndolo. Johnny gimió cuando deslizó sus manos sobre el cabello de Ten, luchando por el control cuando él arrastraba las suaves hebras ligeramente. Sus colmillos se redujeron, y los ojos  de  Johnny habían cambiado.

La cabeza de Johnny se disparó cuando oyó un grito desde la puerta del baño. —No te asustes, Yuta. —Podía oler la inquietud y la excitación viniendo de su arco iris.


—No lo estoy, señor. —Un rubor como una sombra recorrió sus mejillas, haciendo que ellas se encendieran vivamente—. Puedo ir a la otra habitación si los dos quieren estar solos.

Johnny quería atraer a Yuta en su abrazo, pero vio la indecisión en la postura del hombre. —Eso no va a ser necesario. —Johnny salió de los brazos de Ten, tomando una respiración profunda y temblorosa, y luego se dirigió hacia Yuta, tocando con los dedos uno de los rojos mechones del pelo extraviados que le caían sobre los ojos del hombre más pequeño—. Habrá tiempo de sobra para eso.

—¿Estás listo? —Preguntó Ten, con la voz ahogada por la emoción.

 

—Estoy listo. —Respondió Johnny, y el significado de sus palabras no escaparon a los oídos de Yuta. Ahí va ese rubor de nuevo. Él sonrió y pasó  el  pulgar  sobre la frente de  Yuta—. ¿Está todo  bien si vuelvo?

 

—Sí, señor. —Yuta rebotó en la punta de sus talones, con una sonrisa radiante a Johnny. Qué adorable.

—¿Vas a dejarle solo? —Johnny preguntó a Ten, sin apartarse de su pelirroja cabeza.

Ten inhaló, mirando a Johnny como si estuviera haciendo una pregunta estúpida. —No es un cachorro.

Johnny pudo ver que Ten era un alfa a su manera. Era caliente y, al mismo tiempo, frustrante. —Sólo estaba preguntando porque él tiene problemas tras de sí. ¿Crees que eso es prudente o seguro?

—Voy a estar bien, señor. —El sonrojo de Yuta se profundizó mientras se chupaba el labio inferior.

Johnny besó la nariz de Yuta, pasándole el pulgar por la mejilla de Yuta, y luego siguió a Ten fuera de la casa. No quería salir, pero podía ver que  Yuta necesitaba  tomar  las  cosas  lentamente.


—¿Por qué sigue utilizando la palabra, señor? —Preguntó Johnny, una vez que estaban fuera.

 

 —No tengo ni idea, y he intentado una y otra vez conseguir que pare. Creo    que   tiene que ver  con  la  persona   de     la  que  está   huyendo.

Johnny estaba muy interesado ahora en saber exactamente de lo que Yuta había escapado.

 

 

 continuara...


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