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PARECIDO por Mariela

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Notas del capitulo:

Es hora de saber que paso entre Kardia y Degel, llegan respuetas.

RESUELTO

 

Kardia y Dégel llegaron al edificio donde vivía el hermano menor de el de Acuario  y fueron recibidos inmediatamente por el pelirrojo en su departamento, donde para Dégel no fue una sorpresa encontrar también al hermano menor de Kardia, quien era la pareja de Camus.

 

-Adelante Dégel, Kardia. Tomen asiento-invitó el menor sentándose junto a su novio.

 

-Gracias. Hola…Milo-saludó el francés secamente, algo que no pasó desapercibido por los demás.

 

-Hola Dégel-respondió, para luego sonreír al posar su mirada en su hermano-Ha pasado mucho tiempo, hermanote mayor.

 

-Lo mismo digo bicho. ¿Cómo has estado?

 

-Mal. Me tienen en abstinencia por sonreírle a la vecina… ¡Auch!-se quejó al recibir el codazo de su pareja.

 

-¡Cállate Milo!

 

-¿Qué? No dije nada malo.

 

La mirada fulminante que Camus le lanzó al de cabellos azules hizo reír al mayor, lo cual le causó molestia a su hermano.

 

 -Ejem. ¿De qué querías hablar, Dégel?

 

-Eso es bastante obvio, Camus- quiero saber que más sabes de tu amigo Kanon.

 

-¿Por qué?

 

-Porque lo investigue y todo coincide con tus sospechas, ese hombre si está involucrado en este caso.

 

-¿Él fue quien asesino a Aioros?

 

-No-respondió, mirándolo a los ojos-Más bien al padre de Aioros, y creemos que lo secuestro.

 

-¿Qué?-exclamó Milo sorprendido-Pero el periódico dijo que…

 

-Hey animal, ¿vas a creerle más a un periodista entrometido que a mí que soy tu hermano? Me rompes el corazón-Kardia fingió ofenderse.

 

-¿Quieres decir que Aioros no está muerto?

 

-No, hasta donde logramos excavar. Aun nos faltan piezas, así que será mejor que empieces a hablar Camus.

 

-Está bien. ¿Qué quieres saber exactamente?

 

 

-¿Desde cuándo conoces a ese tal Kanon?-preguntó Dégel.

 

-Desde hace tres años. Estaba haciendo una nota sobre personas que pertenecieron a la delincuencia juvenil por distintos factores y él encajaba en el papel.

 

-¿Sabes si tuvo parejas anteriores o alguna relación con alguien más?

 

-No. Hasta donde me contó, nunca ha tenido una pareja que le dure más de una noche.

 

-Vaya, le gustaba coger, eh. Perfecto, me pregunto si tuvo una diferente por cada día de la semana-comentó Kardia.

 

-Concéntrate, Escorpio-reprendió el de cabellos verdes-Camus, tú me dijiste la noche anterior que Kanon estaba obsesionado con Aioros y que te contaba las obsesivas cosas que hacía para llamar su atención, ¿podrías decírmelo todo?

 

-Bueno…Kanon dijo que conoció a un chico en una cafetería donde solía ir para pasar el tiempo leyendo y que se había  enamorado  a primera vista de esa persona. Yo lo apoyé, por su puesto, me parecía perfecto que por fin se hubiera enamorado y que dejara de andar de mujer en mujer, pero…-bajó la vista al suelo-Cuando me dijo que era casado no pude seguirlo apoyando. Le pedí que se olvidara de él, pero Kanon no quiso escuchar, y dijo que haría lo que fuera para “conquistarlo”-hizo comillas con sus dedos-Luego, me contó que iba a buscarlo a su trabajo, que le enviaba flores, chocolates, regalos, que incluso lo seguía a todas partes para llamar su atención, pero nada de esto funcionaba. Empezó a asustarme cuando decía con mucha determinación que estaba dispuesto a llegar al límite si Aioros no dejaba a su esposo. Me dijo que había descubierto que este le era infiel y que, aunque muchas veces se lo dijo a Aioros, él nunca lo escuchó y se negó a creerle. Lo peor de todo es que hace unos días, Kanon me llamó para pedirme el número de Tenma, ¿lo recuerdan? El ex novio de Sasha, quien tiene un taller mecánico.

 

Kardia y Dégel se miraron, así que de ahí había salido la llave y el vehículo sin matrícula. Una pieza más al rompecabezas.

 

-¿Te dijo para qué lo quería?

 

-No, pero puedo darles el número de Tenma, si desean saber.

 

-No, déjalo Camus. La enana nos facilitara la dirección-dijo Kardia, para luego mirar a su hermano-Tengo una pregunta para ti, bicho. ¿Sigues trabajando en el hotel “El Zodiaco”?

 

-Sí, pero ya di mi testimonio a la policía. ¿Por qué?

 

-¿Y no viste nada raro esa noche? ¿Algo inusual? Porque Kanon tuvo que escapar por algún lado y no fue por la puerta principal.

 

-Bueno, ahora que recuerdo, sí. Aunque no es del todo inusual-dijo, captando la atención de los detectives-Verán, esa noche vi salir a un sujeto con un chico en sus brazos por la puerta de atrás, pero no me pareció tan extraño ya que por ahí salen muy a menudo los huéspedes como esposos infieles, adolecentes ebrios, etc. Tampoco lo reporte porque tendría que explicar que hacía afuera, y pues, si decía que salí a dejar a Camus a su auto me metería en problemas con mi jefe.

 

-¿Camus estaba contigo?

 

-Sí. Él fue a verme y tuvimos, digamos, algo de diversión-Camus se sonrojo.

 

-¿Viste a dónde lo llevó?

 

-A una chatarra sin matrícula, una que por cierto, sino mal recuerdo, vi en el taller de Pegaso cuando fui a verlo hace una semana.

 

Otra pieza más. Su teoría era cierta, luego de cambiar los lugares de padre e hijo, Kanon si sacó al castaño por la puerta de atrás y lo subió a su vehículo. La pregunta es, ¿a dónde se supone que lo llevó?

 

-Camus, ¿Kanon era acaudalado?-preguntó Dégel.

 

-No-negó con la cabeza-La fortuna de la familia Solo fue absorbida por el estado al no haber testamento, Kanon solo se quedó con una casa que le fue heredada por parte de su otro padre, Unity.

 

-¿y supongo que no sabes donde la tiene, verdad?

 

-Lo lamento, pero no. Su padre viajaba mucho con el dinero de su esposo, y según sé, compró muchas casas en diferentes ciudades y países. No sé cuál le habrá dejado.

 

-Ya veo.

 

-Oye, bicho menor-Kardia reclamó la atención de su hermano, quien tan solo cruzó los brazos esperando a que le hablara-¿Estás seguro que no pasó nada más fuera de lo usual? Digo, con la memoria que tienes no me confió.

 

-Pues…-alzó la vista al techo tratando de recordar-Ahora que lo preguntas, pues sí. Hubo otro hombre que apareció como a la 1: 20 o 1:30, nos sorprendió a mí y a Camus, mientras nos besábamos, y temí que le dijera a mi jefe porque me despedirían. No era la primera vez, pero me habían dejado en claro que no lo tolerarían de nuevo.

 

-¿Y qué paso?

 

-Algo digno de una comedia barato-rió-Ese hombre que se hacía llamar Sísifo, me propuso un trato absurdo y tonto: si lo dejaba pasar a ver a su hijo no le diría  a mi jefe que me encontró en actividad romántica con mi pareja, y acepté. No vi problema si se trataba de su hijo, y ya conocía lo estrictas que eran las reglas del hotel, así que pensé que no pasaría nada por ayudarlo. Además, no creía que fuera a sacar una pistola y arremetiera contra todos, eso solo pasa en las películas.

 

-Al fin sirves de algo, Milo. Vámonos Dégel, ya terminamos aquí-dijo caminando hacía la salida, seguido por el francés.

 

-Que trabajen juntos de nuevo…-murmuró a su amante-¿Debo de alegrarme o preocuparme?

 

-No lo sé. Supongo que todo depende de ellos.

 

-O más bien, de él.

 

-¿De Kardia?

 

-No. De mi hermano, Dégel…

 

OOOOOOO

 

“…el que se empeña en decir que lo traiciones, no se da cuenta que solo se está lastimando así mismos”.

 

 

-Le pediré a Albafica que investigue las propiedades de Unity y que analicé el caso de la fortuna Solo, no puedo creer que sus padres hayan sido tan malditos para dejarlo sin nada-comentó el de cabellos verdes poniendo en marcha su automóvil.

 

-Así son los millonarios Dégel, tanto dinero se les sube a la cabeza.

 

-Eso no los justifica, lo trataban como si fuera más un desconocido que su hijo.

 

-Hey francesito, no exageres. No creo que…-se quedó estático repentinamente, observando un punto en especial de la carretera.

 

-¿Qué sucede?-preguntó al notar la expresión del griego.

 

-…-

 

-¿Kardia?

 

-Nada-respondió volviendo en sí-Solo pensaba en algo. Como sea, ¿a dónde vamos, Dégel?

 

-¿Yo? A mi departamento. ¿Tú? No tengo idea. Te dejare en tu oficina y eso será todo.

 

-Vaya, vaya, que frío eres, Acuario-rió-Yo creí que podríamos ir a divertirnos.

 

-No sé porque creíste eso.

 

-Porque en todo el día apenas como me dirigías la palabra, y ya que ahora estabas más comunicativo, pues era lógico que lo pensara, ¿no crees?

 

-No.

 

-Que cortante-se recargó en el asiento con los brazos detrás de su cabeza-No recuerdo que fueras así francesito, solías encajar como anillo al dedo con tu nombre.

 

No hubo respuesta.

 

-Ahhh-suspiró-¿Qué nos pasó Dégel?

 

-No necesitas preguntar lo que ya sabes-apretó el volante.

 

-¡¿Otra vez con eso?!-exclamó fastidiado-¡Te dije millones de veces que las cosas no fueron como las crees!

 

-Sí, claro. Y tú no tenías a mi hermano menor encima, besándote como si no hubiera un mañana, ¿verdad?-dijo con sarcasmo.

 

-¡Estaba demasiado oscuro y Camus había bebido demasiado! Ambos, a decir verdad. ¡Lo que pasó esa noche fue que nos confundimos por el efecto del alcohol y el apagón! Tú más que nadie sabe la poca resistencia que tiene al beber.

 

-¡¿Se confundieron?! ¡Que estupidez es esa! ¡¿Me crees idiota?!

 

-¡No!-Dégel detuvo el auto abruptamente frente a la oficina del de ojos azules-Y eso es lo que me enfurece, Dégel. ¡No confías en mí! ¡No lo hiciste antes  y no lo haces ahora!

 

 

-¡¿Te haces la víctima?! ¡Solo eso faltaba Escorpio! ¡¿De verdad crees que puedes engañarme?! ¡Te vi con mis propios ojos, Kardia!

 

-¡¡Solo viste lo que quisiste ver y creíste lo que quisiste creer!!

 

-Ah, ahora resulta que es mi culpa, ¿no?

 

-¡Jodete francesito!-salió del auto echó una furia y se dirigió con pasos apresurados a las escaleras metálicas de su oficina.

 

-¡Kardia!-gritó, pero el de cabellos azules no se detuvo.

 

Dégel bajó también del auto y corrió hacía él, alcanzándolo antes de que cerrara la puerta, para luego colocar su pie evitando que la cerrara.

 

-¡¿Qué te pasa, idiota?!

 

-¡¿A ti que te pasa?! En estos jodidos años nunca he escuchado ni una sola disculpa por engañarme con mi hermano, ¡¿Y ahora te atreves a aparecer como si nada hubiese pasado?!

 

-¡No me disculpe porque no hice nada! Yo lo único que trate de hacer fue arreglar las cosas contigo, pero ya veo que es imposible. Cuando este caso termine, no quiero volver a saber de ti, Dégel.

 

-¡Kar…

 

Portazo.

 

El de Acuario apretó los puños y regresó a su auto para marcharse. Estaba furioso, demasiado furioso, en todo este tiempo ni su hermano ni Kardia habían cambiado en algo, ambos seguían siendo unos cínicos que ahora  tomaban el papel de víctimas como si el único que estaba mal fuera él.

 

Sin embargo, no podía entender porque entonces sentía su corazón acelerarse con la más mínima cercanía con el de cabellos azules, porque esa sensación de calidez al volver a verlo después de tanto tiempo. ¿Por qué?

 

Sintió una opresión en el pecho. Tan fuerte que tuvo ganas de llorar.

 

-Maldición…

 

Su celular comenzó a sonar. Lo tomó y al ver de quien era la llamada, supo que era momento de tomar una decisión. Una que lo definiría todo.

 

-Hola Dégel, ¿te gustaría venir a mi casa? Estoy solo ya que mi compañero salió a divertirse, y pensé que podríamos pasar un buen rato. ¿Qué dices?-decía la voz del otro lado de la línea.

 

Suspiró antes de contestar.

 

-Hola Afrodita, veras yo…

 

OOOOOO

 

Despertó con un fuerte dolor en la cabeza, no recordaba nada de lo que había pasado y lo último que lograba enfocar en su aturdida mente, era que sintió  un golpe por la espalda, y a Aioria gritarle mientras era subido a una camioneta negra. Nada más.

 

“Aio…ria”

 

Cuando se recuperó por completo, comenzó a removerse con desesperación al darse cuenta que estaba atado de manos y piernas y amordazado. Recorrió con la vista el lugar, todo estaba oscuro pero podía distinguir perfectamente que se encontraba en una habitación vacía de paredes blancas y sin ventanas.

 

“¡¿Qué demonios?!”-Escuchó un ruido proveniente del otro lado de la puerta, un sonido similar al agua desparramándose en el suelo y quizás, eso era. Fuertes pasos se dejaron escuchar caminando hacía donde se encontraba, pensó que era su atacante, por lo que no sería extraño si le hablaba para decirle lo que quería de él y sus razones para tenerlo ahí.

 

Sin embargo, contra todo pronóstico, ese sujeto simplemente entró y siguió desparramando ese extraño líquido sobre el suelo. Prácticamente empapó todo el piso, y al terminar, le lanzó ese mismo líquido a su cuerpo.

 

-¡mng!-trató de quejarse cerrando fuerte los ojos para evitar que entrara en ellos.

 

Al distinguir el olor que ese líquido desprendía, su corazón se congelo. ¡Gasolina! Lo había empapado de gasolina, y no conforme con eso, lo rodeó de un charco de esta. Por primera vez en su vida, tuvo miedo. ¿Es que acaso quería matarlo? ¿Por qué? ¿Quién era ese hombre?

 

-Listo-exclamó victorioso-Ya estás listo para la función, Saga.

 

El de cabellos azules se sobresaltó. ¡¿Cómo demonios sabía su nombre?! Y más importante que eso, ¿Había oído mal o esa voz era idéntica a la suya? ¿Qué estaba pasando?

 

-Supongo que tienes muchas preguntas, ¿no?

 

-¡mng!

 

-Jejeje. Tranquilo, tendrás  las respuestas que quieres mañana. Por ahora, trata de dormir que pronto enfrentaras el castigo por tus pecados, al igual que la zorra que tienes por novio.

 

“¡Aioria! ¡¿Qué le hiciste a Aioria desgraciado?!”-Se removió con más violencia, causando la risa burlesca de su secuestrador.

 

-Vaya, ¿pero quién lo diría?  Te pones peor que un toro enardecido cuando se trata de la zorra, aun cuando por la única persona por la que deberías  preocuparte eres tú-sus pasos se fueron alejando, provocando el aumento de la desesperación de Saga-Y no te preocupes, tu amante está bien, no lo he tocado…aun, jajaja-rió.

 

“¡Maldito!”-se removió aún más-“¡Aioria! ¡Aioria! ¡AIORIAA!”.

 

OOOOOO

 

Al día siguiente, Dégel se levantó apresurado sin desayunar ni arreglarse del todo, subió a su automóvil y se puso en marcha con Albafica al teléfono, quien lo único que hacía era alterarlo más.

 

-Cálmate, Albafica. No entiendo nada, ¿Por qué dices que debemos ir allá? ¿Y cómo eso de que Saga y su amante no aparecen?

 

-¡Porque Kanon está ahí y tiene secuestrado no solo a Aioros sino también a Saga y a Aioria!

 

-¿Qué?

 

-Escucha, Camus tenía razón. Unity tenía al menos dos casas en diferentes países como Francia, Italia, Londres, América y Japón, pero solo una en Grecia, justo a las afueras de la ciudad. Esta descuidada, pero puede alojar a cualquiera, y su costo tal alto casi dejó en la ruina a su esposo Julián. Te estos mandando una fotografía de ella.

 

-Sí, ya la recibí-dijo, observando la pantalla de su celular y tratando de no perder el control del volante-Parece un castillo y está lo suficiente alejada de la ciudad como para que alguien pueda volver a pie, es el perfecto escondite para cuando se comete un secuestro. Por mi parte, ya confirme con Tenma que Kanon le pidió la llave y el auto sin dar explicación, pero que…

 

-¡Eso no importa ahora! Pasa por Kardia y nos vemos allá. Yo y Sasha ya le hemos informado al capitán Dohko, así que les daremos alcance con las patrullas más tarde.

 

-De acuerdo-respondió cortando la llamada.

 

 

Dégel, aun en contra de su voluntad, tuvo que pasar por Kardia a su oficina, y ambos se pusieron en marcha hacía la ubicación indicada.

 

 

Durante el recorrido lo único que se podía escuchar entre ellos era la molesta melodía proveniente del celular del de cabellos azules, que indicaba una llamada entrante, pero éste no parecía interesado en responderla, y el sonido comenzaba a irritarlo hasta que por fin, se dignó a hablar.

 

-¿No vas a contestar?

 

-No-su voz salió seria, casi fría.

 

-Tu cliente estará molesto. Tiene derecho a recibir información sobre el caso que te encomendó. ¿Ya le dijiste que…

 

-Sí, ya se lo dije.

 

-¿Cómo se lo tomó?

 

-Pues, se puso a bailar de la felicidad-respondió sarcástico-¡¿Cómo crees imbécil?! ¡Está destrozado!

 

El cuerpo de Dégel temblaba ligeramente por su cercanía, mientras lo miraba de reojo. Había algo que siempre quiso preguntarle, y pensó si sería correcto hacerlo ahora, en ese momento y situación, y después de su discusión anterior. Quizás no lo vería de nuevo según lo que había dicho antes, por lo que decidió realizar esa pregunta que desde hace dos años quiso dar respuesta.

 

 

-Kardia-volvió su mirada hacía él y sintió el calor invadir sus mejillas al notar la seriedad en ella, algo que simplemente le gustaba, le atraía-¿Por qué…¿Por qué…amm…¿Por qué aceptaste ayudarnos? Tú caso ya se cerró y la información que nos diste era suficiente.

 

“¡Idiota!”-se recriminó al no ser capaz de preguntar lo que realmente deseaba saber.

 

-¿Por qué? Hmps. Porque Sísifo también era mi amigo, lo justo es que atrape a su asesino y ayude a su hijito.

 

-¿Qué?

 

-Escucha Dégel, no puede ayudar a un amigo antes, a Alone, llegué tarde y una vez más, he llegado tarde, no creas que no le tenía aprecio a Sísifo. Por Alone no pude hacer nada, pero por Cid, por Sísifo, por ellos si hay algo que puedo hacer. Sagitario tiene un hijo, uno que amó hasta el final, y al que ha dejado nuevamente solo en las manos de un desgraciado. No llegare tarde de nuevo, lo ayudare, lo regresare a casa, y haré que ese bastardo se refunda en prisión. Lo haré por él, por Cid, por Sísifo, y por mí.

 

Dégel sintió una punzada en su pecho, algo removerse en él, y recordó que siempre amo esa parte sensible de Kardia, quien siempre se mostraba como alguien desinteresado y cruel con los demás. Esa parte que lo enamoro la primera vez, y tuvo miedo de que lo hubiese hecho de nuevo. Pero nuevamente apareció esa pregunta que necesitaba saber, y ya no esperaría más.

 

-Kardia… ¿Por qué renunciaste  hace dos años?

 

Se estremeció al ver la fría mirada que le dirigía, pero se relajó al verlo suspirar con cansancio.

 

-Si no quieres decirme, no es necesario que…

 

-Está bien, francesito. Sé que si no te lo digo la duda seguirá carcomiéndote las entrañas.

 

-Eso no es verdad-regresó su mirada al volante.

 

-Sí, lo que digas-sonrió-Veras, “deshielo”, la razón por la que Sasha y yo renunciamos hace dos años fue porque ya no podíamos seguir ejerciendo ese trabajo.

 

-¿Por qué?

 

 

-Porque…-su mirada se volvió nostálgica-Porque el caso de las gemelas nos afectó a ambos. Como detectives habíamos visto y pasado por todo, pero las cosas que vivimos nos dejaron secuelas que parecían imborrables. Por eso renunciamos.

 

-Pero Sasha y tú eran los mejores en la comisaría, y…

 

-“Éramos”-remarcó-Tú mismo lo dijiste.

 

-¿Cómo fue que cambiaron las cosas?

 

-No lo sé. Solo sé que me sentía deprimido, desesperado, frustrado, y Sasha no estaba mejor. Creó, sin embargo, que todo comenzó con la muerte de Alone. Sí, tal ver eso fue. Cuando desapareció lo buscamos día y noche, y cuando lo encontramos ya era tarde. Pero nadie sabía que para encontrarlo tuvimos que dejarnos atrapar. Vimos a personas en condiciones infrahumanas sino es que peor, vimos a mujeres ser violadas por salvajes en celo, vimos como las ejecutaban, y como les sacaban los fetos a las embarazadas, arrojándolos luego a bolsas de basura como si fueran solo eso. A Sasha la obligaron a ver como descuartizaban el cuerpo de su hermano ya muerto, igual que a mí. Cuando la policía nos alcanzó, ellas habían escapado, y nosotros prometimos no parar hasta encontrarlas-cerró los ojos-Por ese tiempo, tú y yo nos separamos, Dégel.

 

 

-¿Qué?-exclamó sorprendido.

 

-Sí. La noche en que todo sucedió, Milo me había convencido de distraerme un poco del caso, por eso acepte ir con ustedes a esa cita doble.

 

-Ya veo-Dégel suspiró.

 

La noche a la que Kardia se refería era aquella en la que ellos y sus hermanos tuvieron una cita doble y fueron a una disco para divertirse como en los años de la universidad. El Escorpio mayor sabía que su hermano era pareja de su entonces novio Dégel, por lo que no se le hizo extraño que quisieran tener su primera cita doble, y ya que necesitaba despejar su mente del caso que investigaba acepto acompañarlo.

 

Admitía que siempre le impresionó el parecido que existía entre su pareja y Camus, y sabía que a Dégel también le impresionaba la apariencia casi similar que él mismo tenía con Milo, pero esa noche maldijo ese parecido de mil formas ya que este le había traído problemas.

 

Claro que habían bebido demasiado esa noche, tanto que ya daba traspiés, sin embargo, Camus en especial estaba casi cayéndose de borracho debido a la poca resistencia que tenía al alcohol, y cuando su pareja le pidió que lo acompañara a los baños, la disco sufrió un apagón que oscureció el lugar a tal grado que apenas podían ver sus manos.

 

La confusión hizo que algunos se alborotaran, lo que trajo como consecuencia que se separara del menor, por lo que tuvo que buscarlo por todo el pasillo a los sanitarios. Desgraciadamente, él también estaba muy ebrio y el pasillo demasiado oscuro como para causar una confusión o al menos ser parte de una. Pues, Camus, al verse en completa oscuridad, trató de buscar a Milo para que se marcharan y le pareció verlo a la mitad del pasillo buscándolo también. Tan similar era la persona a la que veía que de verdad creyó que se trataba de él, y ya que la falta de luz no le permitió examinarlo bien, ni el alcohol poder diferenciarlo, termino por lanzarse a sus brazos para besarlo de forma apasionada justo en el momento en que las luces volvían y los dejaban en evidencia frente al verdadero Milo y frente a su hermano mayor.

 

Claro que al principio Milo también se sintió traicionado, pero cuando Kardia y Camus le explicaron lo que había sucedido, termino por perdonarlos. Sin embargo, Dégel no fue tan comprensivo ni creyó sus palabras cuando se lo contaron, él fue más testarudo que corto todo contacto con su hermano y termino su relación con Kardia, para luego mudarse dejando todo atrás.

 

 Eso, hace dos años y no se habían vuelto a ver hasta ahora. Además, por ese tiempo, Dégel aún era un policía y todo lo que sabía del caso de Paradox e Integra fue lo que todos sabían a través de los medios de comunicación, pues había dejado a Kardia apenas tres semanas después de la muerte de Alone.

 

-Dégel-el de cabellos verdes lo miró-En ese entonces no solo estaba afectado por la muerte de un buen amigo, ni por lo que había visto o por una amiga que se caía en pedazos a cada segundo. No. También estaba afectado por tu partida, por tu desconfianza, por tu ausencia.

 

-Lo lamento-dijo con cierto tono de tristeza-Lamento lo de ayer, y…-se mordió el labio sin creer lo que iba a decir-Y todo. De verdad, siento no haber confiado más en ti, yo-mng.

 

Un beso llegó para callar sus palabras sin importar si chocaban en plena carretera. Dégel se sintió hipnotizado, hacía tanto que no probaba esos labios que ya hasta había olvidado lo bien que le sabía amar, porque lo amaba. Lo supo en cuanto lo vio, lo seguía amando tanto como el primer día.

Notas finales:

HOLA, HOLA, yo aqui trayendo una nuevo capi, jejeje

lamento la tardanza, espero que les haya gustado. ya casi llegamos al final ,asi que no se lo pierdan.

 

buajajaja, siguiente cap, tortura, jeejje

griacias por lerr, por favor dejer reviews

muchos besos y abrazos,

chao, chao


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