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30. La amenaza de Jaehyo (01) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

LEMON???

Jaehyo apareció en el cuarto de Yu Kwon esta vez. Él sabía que el único modo de unir a los tres, era abordando a cada hombre por separado. Cuando Yu Kwon gimoteó, Jaehyo se aproximó rápidamente a su cama. Pasó la mano por el cabello de Yu Kwon, ya que la cara de éste se retorció en agonía mientras dormía.

 

Jaehyo se deslizó en la cama y se tendió a  su lado, arropando al pequeño entre sus brazos. El hombre era tan fiero, tan bravo, que le rompía el corazón verlo de esa manera. Deseaba que Yu Kwon le permitiera quitarle ese dolor.

 

El hombre era  demasiado  orgulloso  para  pedir  ayuda,  ya que lo consideraba vergonzoso. Jaehyo desesperadamente quería ayudarlo con sus demonios. Los dos hombres no tenían ni idea de cómo afectaban a Jaehyo. Su corazón realmente  dolía  al  tener que estar separado de   ellos.

 

El vínculo se estaba formando. Los había  probado a  ambos. Lo único que quedaba ahora, era consumar su unión de pareja, y después, nunca podrían separarlos. Podría saber lo que sentían, pensaban, esperaban y soñaban. Pero ahora, podía rastrearlos en cualquier lugar del planeta.

 

Sólo probando su sangre, podían comunicarse con él  en ambos sentidos, en lugar de ser Jaehyo el único con esa capacidad.

 

Yu Kwon pareció tranquilizarse  cuando se  asentó en el  pecho de Jaehyo. Los rasgos faciales de su pareja se relajaron, haciéndolo ese  maravilloso hombre  del cual se  estaba   enamorando.

 

-¿Por qué estás aquí?

 

Jaehyo creía que su pareja estaba durmiendo, pero al parecer, no. -Para verte. -Se volvió un poco, permitiendo a Yu Kwon estar más cerca, acoplándose mejor a su cuerpo. Jaehyo no podía negar lo bien que se sentía el tener a su fiera pareja entre sus brazos.

 

Min Hyuk era como sostener a un apacible cordero, y Yu Kwon era como sostener un puercoespín, a la espera de que sus espinas lo apuñalaran. Pero se sentía realmente bien.

 

-Podríamos habernos visto en el club -dijo  Yu Kwon, acercando más su espalda al pecho de Jaehyo.  Disfrutó el hecho de  que Yu Kwon quisiera ser sostenido tanto, como Jaehyo sostenerlo. Remontó el pabellón de la oreja de Yu Kwon, disfrutando cómo se sentía la suave piel bajo su dedo.

 

-¿Quieres que  sigamos donde lo dejamos?

 

Yu Kwon se encogió de hombros, pero permaneció callado. Debería haber sabido que su feroz pareja no querría hablar de sentimientos. No estaba en el tope de su agenda tampoco, pero tenían que encontrar puntos en común.

 

-Me gustaría que continuáramos -dijo Jaehyo, bajando una mano por el cuerpo de Yu Kwon. Podía  sentir  cómo Yu Kwon se tensaba con su toque-. No haré  nada  que  no quieras hacer. Sólo tienes que decir una palabra, y  paro.

 

Cuando Yu Kwon no dijo nada, Jaehyo rodó sobre su espalda, y su ropa desapareció en el aire. -Jódeme,  Yu Kwon.

 

La cabeza de su pareja giró, sus ojos tenían una mirada cuestionadora, e iban de su cara a su polla. Jaehyo podía ver la necesidad y añoranza en los ojos de su pareja. Yu Kwon cerró fuertemente sus puños, mirando fijamente el cuerpo desnudo de Jaehyo.

 

Su lengua rosada se deslizó fuera de su boca,  lamiendo su labio inferior según devoraba con los ojos el cuerpo de Jaehyo. Esperó pacientemente, para ver lo que Yu Kwon iba a hacer.

 

Su pareja necesitaba un pequeño empujón. Jaehyo bajó su mano y palmeó su erección, dando pequeñas y moderadas sacudidas. Se puso sobre sus manos y rodillas, con su cabello cayendo a  placer, bloqueándolo de  la  vista de  su pareja.

 

Yu Kwon alcanzó con una vacilante mano el cabello de Jaehyo retirándolo, para que pudiera verlo. Sus ojos se centraron en los de Jaehyo, cuando el Príncipe dirigió la mano hacia atrás, y empezó a estirar su propio agujero.

 

Yu Kwon se movió despacio, tentativamente, y se bajó de la cama, para ver mejor lo que Jaehyo estaba haciendo. Sostuvo la mirada de Jaehyo, y luego se puso detrás de él. -¿Me dejarías? -preguntó susurrando y con voz    asombrada.

 

-Sólo si es lo que realmente quieres.

 

Yu Kwon gruñó, quitándose de un tirón el pijama, y colocándose entre las piernas de Jaehyo. Pudo ver el fuego en los ojos de Yu Kwon cuando colocó su verga en su agujero, y se introdujo profunda y duramente en él. Jaehyo  sostuvo su aliento. Había pasado mucho tiempo desde que había tenido un amante rudo. Y amaba eso.

 

-Castígame -ordenó a Yu Kwon cuando éste enterró sus dedos en las caderas de Jaehyo, con sus uñas  introduciéndose en su carne. Jaehyo gimió, ya que el escozor hizo que su polla se pusiera más dura. Yu Kwon se empujó  más profundamente, con pequeños gruñidos escapando de sus labios.

 

Jaehyo se sorprendió cuando Yu Kwon se echó para delante, y mordió su espalda. -Más duro -le exigió a Yu Kwon, que aporreaba contra su culo.

 

Sus colmillos crecieron y sus ojos se pusieron rojos brillantes. Quería morder algo, lo que no era nada adecuado en ese momento.

 

Jaehyo se agarró al cabecero, apretando sus dedos contra él, y haciendo que se astillase la madera.

 

Lo arrancó, introduciéndolo en la pared de yeso, cuando Yu Kwon se tensó y gritó detrás de él. Jaehyo estaba al borde mismo, su propio orgasmo a punto de explotar. Sintió a Yu Kwon llegar por debajo de él, apoderándose de su polla, y comenzar a sacudírsela  con  fuerza.

 

Yu Kwon golpeó su pelvis contra el culo de Jaehyo unas pocas veces más, antes de que Jaehyo rugiera; su cabeza se movía de lado a lado cuando se corrió sobre las sábanas. Perdió visibilidad por la necesidad de alimentarse, cuando sintió una mano frotándole la espalda.

 

Jaehyo se tiró sobre la cama, atrapando a Yu Kwon debajo de él, perdiéndose en ese apetitoso aroma.  Gimoteó cuando empezó a lamer la picante carne, necesitaba probarlo con desesperación. Algo en su mente le dijo que no estaba permitido atacar a su  presa.

 

Jaehyo continuó lamiéndolo hasta que la niebla se   empezó a disipar. Conocía  ese aroma. Era familiar para él. Jaehyo  besó el cuello, raspando la carne con sus  colmillos.

 

-Muérdeme.

 

«Yu Kwon».

«Su pareja».

 

Jaehyo se inclinó hacia atrás, y miró hacia su pequeño. Yu Kwon lo observaba fijamente con ojos reservados. -Si lo necesitas, tómalo.

 

Estaba asombrado de que su soldado se lo  ofreciera. Yu Kwon había sido una mierda desde el principio. -Te ofreciste libremente. Te devuelvo el favor.

 

Jaehyo hundió sus dientes, bebiendo de  su  pareja  hasta que la necesidad pasó. Selló la herida, besando su camino hacia arriba por el cuello de Yu Kwon. -Gracias, pequeño.

 

-Te he dicho que no me llames así -se quejó Yu Kwon.

-Tan fuerte, tan orgulloso -sonrió Jaehyo mientras su lengua chupaba la oreja de Yu Kwon. Sintiendo que Yu Kwon se tensaba en sus brazos, añadió-: Ha sido perfecto,  Yu Kwon.

 

El cuerpo de su pareja se relajó. Sabía  que  su  pareja  no quería hacerle daño. Su soldado estaba así porque quería algo del control que había perdido. Por la forma en la que  Yu Kwon lo había follado, le dejaría hacerlo cada vez que surgiera la necesidad.

 

Era una bestia.

 

Jaehyo continuó bañando a Yu Kwon con  su  lengua.  Su piel era tan picante, tan embriagadora. Pellizcó su cuello antes de colocarse al lado de Yu Kwon.

 

-¿Seré uno de los tuyos ahora? -preguntó Yu Kwon cuando Jaehyo lo rodeó con un brazo.

 

-¿Quieres serlo?

 

-No respondas a una pregunta con otra pregunta,  Jaehyo.

El Príncipe cerró los ojos. El sonido de su nombre en los labios de  su pareja era pura  magia.  -No,  no lo  serás.

 

Yu Kwon se situó cerca de él, con el cuerpo relajado y su respiración se hizo estable. -¿Te hice daño? -preguntó  Yu Kwon en  voz baja.

 

El cuidado y preocupación que mostraba su pareja, hicieron que el corazón de Jaehyo se apretara en su pecho. -No.

 

-Bien -Yu Kwon asintió y se echó a dormir.

 

Jaehyo se quedó tumbado a su lado por un tiempo, manteniendo los demonios de Yu Kwon lejos. Mientras  estuviera cerca del feroz hombre, se aseguraría de que Yu Kwon no soñase con  las  malas  experiencias  pasadas.

 

 

 

Hong Bin analizó el club, y a todas y cada una de las personas. Los pequeños Príncipes iban a estar ahí esa noche, y no quería ningún tipo de problemas. Aún recordaba el incidente del collar.

 

Min Hyuk no sabía nada acerca de eso, pero el  Dom  sí  que  lo sabía. Min Hyuk no se comportaba como un sumiso, sólo estaba excitado al tener algo que los demás tenían. El idiota tenía suerte de estar vivo.

 

-¿Están ya aquí? -preguntó Jun uniéndose con él en el bar.

-Aún no. ¿Dónde están D.K. y Tae Ho?

 

-Están explorando el lugar, y esperando instrucciones -dijo Jun cuando Jae Kyung, el camarero, le dio un vaso de crimson. Esa era la belleza del club. El Príncipe había dispuesto que pudieses tener sangre fresca de ambas formas, tanto de la vena de alguien, como en un vaso. La sangre se mantenía en unidades en el frigorífico, lo que hacía que se calentase fácilmente.

 

Esto era bueno para algunos vampiros que aún eran un poco tímidos como para pedirle a alguien que fuera con ellos a los cuartos oscuros, como Kikwang. El pequeño vampiro era como un cachorro, ladrando a los pies de todo el mundo, pero con miedo de invitar a cualquier humano a los cuartos oscuros  para alimentarse.

 

El Príncipe siempre dejaba que cada uno tomara sus propias decisiones.

 

-¿Quién conduce para el Príncipe esta noche? -Odiaba que Jaehyo cambiara de conductor de vez  en cuando.  Jun debería ser  su única  opción. Confiaba  en todo el aquelarre, hasta  cierto punto. Los únicos vampiros en los que tenía 100% de fe, eran él mismo  e Jun.

 

-Rome -respondió Jun, bebiendo su líquido carmesí.

 

Hong Bin asintió mientras vigilaba a una pareja discutiendo  en la pista de baile. Antes de que se pudiera levantar a  ver  qué estaba pasando, Sam estaba allí, gruñendo a ambos para que llevaran su mierda afuera.

 

La pareja asintió rápidamente y salieron por la puerta. Sonrió cuando Sam se giró, y volvió a vigilar el club.

 

Jun chasqueó su lengua, apoyándose contra la  barra.  -Te dije que esto funcionaría.

 

-Es su primera noche. Preferiría esperar a ver qué pasa, antes de empezar a jactarme que tomaste la decisión correcta. Y recuerda -Hong Bin se giró hacia Jun y subió un lado de la boca con una sonrisa-, ellos fueron tu elección.

 

-No dirás eso cuando Jaehyo diga “quiero dar las gracias a quien quiera que haya contratado a estos dos”. Ten en cuenta mis palabras -dijo Jun con aire de suficiencia, bebiendo sorbos de su vaso.

 

-Ya  veremos.  No  seas tan jodidamente fanfarrón.

 

Se cuadraron, cuando el Príncipe entró al club con los pequeños Príncipes a su lado. Min Hyuk tenía su habitual excitación en sus ojos cuando recorría la pista de baile, y D.K se puso a su lado inmediatamente. Hong Bin se estremeció cuando Jaehyo se puso delante del vampiro en un segundo.

 

-Será mejor que los apruebe -dijo Hong Bin, pasando entre la multitud, y acercándose a ambos. Jun estaba pegado a él, cuando se pararon justo al lado del Príncipe.

 

-¿Es esta tu elección, Hong Bin? -Se giró Jaehyo hacia él.

 

«Maldita sea. Hablando de ponerse en el punto de mira. Jodido Jun». -Sí, Príncipe. Él es D.K, y está aquí para proteger a Min Hyuk.

 

-¿Y para Yu Kwon?

 

Hong Bin se preguntó dónde coño estaba Yub. No se lo tuvo que preguntar por mucho tiempo. -Tae Ho -asintió hacia Yu Kwon, un alto vampiro estaba ubicado detrás del pequeño Príncipe.

 

-Ellos son mis parejas. No creo que tenga que  decir nada más. -Jaehyo cabeceó hacia D.K., y después, hacia Tae Ho. Ellos hicieron una leve reverencia a Jaehyo antes de que el Príncipe subiera, junto con Yu Kwon, al segundo  nivel.

 

-Te dije que funcionaría -dijo Jun riéndose silenciosamente-. Tranquilízate. Lo van a hacer bien.

 

Hong Bin resopló. Esta iba a ser una larga noche. Vigilaba al pequeño Príncipe que seguía a Jaehyo escaleras arriba. Aún parecía rebelde, pero había algo diferente en él. Estaba más relajado alrededor del Príncipe esta noche. El hombre no se veía tan amargado.

 

Fuera lo que fuera, deseaba que continuase así. Le gustaban de verdad los pequeños hombres.

 

Yu Kwon siguió a Jaehyo arriba. Se preguntó qué pasaría ahora que habían tenido sexo. ¿Le  trataría el Príncipe  aún como un hombre frágil? Eso estaba bien para Min Hyuk. Él necesitaba caricias y cariño. Yu Kwon no.

 

No podía negar que se había sentido bien tener un poco de poder, sentir que tenía el control por una vez. Era como una droga para él. Quería más. La manada con la que vivía, le trataba con amabilidad, pero no como el hombre que era.

 

Claro que hacerse el ingenuo no ayudaba. Pero ninguno de ellos lo notó, sólo Jaehyo lo había hecho. No lo admitiría ante el Príncipe, pero respetaba al hombre, por ver más allá de  su fachada, lo que él realmente era.

 

-¿Quieren tomar algo? -preguntó el camarero cuando se sentaban.

 

-Crimson -dijo Jaehyo, y luego, miró hacia Yu Kwon.

-Agua helada.

 

Una vez que el camarero se fue, Yu Kwon se inclinó hacia el Príncipe, y preguntó en voz baja. -¿Qué es ese Crimson que  pides?

Jaehyo sonrió mirándolo. -Sangre.

 

Yu Kwon tembló ante la idea de beber sangre de un vaso, la necesidad de sangre. El pensamiento hizo que se le formase una mueca.

 

-Es normal para los míos -sonrió Jaehyo al ver la cara que ponía Yu Kwon.

 

-Si tú lo dices. -Sus pensamientos se fueron  a  lo  que habían compartido juntos en su habitación-. ¿Pero no has bebido ya de mí? -Yu Kwon tenía que admitir que la experiencia había revolucionado su mundo. No le importaría donársela de nuevo.

 

-Y qué afrodisíaco fue. Pero nunca tomaría de ti lo que realmente necesito. Soy mayor que cualquiera de aquí, y requiero alimentarme más de una vez a la semana. Cuanto más mayor eres, más necesitas. Es lo mismo que cuando tú eras joven.

 

-Es confuso -admitió Yu Kwon.

 

Jaehyo sonrió. -Lo entenderás cuando hayas estado en el aquelarre por un tiempo.

 

Hong Bin y Jun se introdujeron en la sala. Yu Kwon los miró a ambos. No estaba seguro de cómo tratarlos aún. ¿Lo tratarían con guantes de seda como lo hicieron los lobos?

 

-Sabemos que Jong Wan está causando problemas -dijo Hong Bin, dejando el vaso en la mesa. Por lo que parecía, él también estaba bebiendo Crimson, el líquido carmesí.

 

-Ah, y me pregunto cuándo va a mostrar sus verdaderas intenciones el padre de Ji Yong. Temo que aún está enojado porque yo sé quién es verdaderamente Ji Yong. Teme que tome represalias contra él.

 

-Había escuchado que está trabajando con los rebeldes.

 

Yu Kwon estaba alucinado de que hablasen  de  los asuntos del aquelarre delante de él. Changjo nunca lo había permitido. Él y Min Hyuk siempre eran despedidos cuando se  celebraba  una reunión en su oficina. Fue del asombro al shock cuando  Jaehyo le incluyó en lo que estaban discutiendo.

 

-Tengo un hijo, Yu Kwon. Ji Yong es mi  hijo.  Vive  con  los lobos Timber, y está emparejado con uno de ellos. El hombre con el que creció, y que pensaba que era su padre, no lo era. Ese hombre, Jong Wan, mató a la madre de Ji Yong cuando estaba en el último periodo de gestación, y se guardó la noticia de que Ji Yong era mi hijo para él mismo. Jong Wan ahora teme que tome represalias por la forma atroz en la que trató a mi hijo.

 

Yu Kwon miró de Jun a Hong Bin, y después, a Jaehyo. -¿Y qué está haciendo ahora?

 

-Por la información que he recopilado, está tratando de aumentar su aquelarre bastante. No estamos seguros de por qué. Está trabajando con los rebeldes por alguna razón. Mi fuente no me da respuestas para eso.

 

Yu Kwon pensó en eso por un momento. -Envía un topo. Alguien  que pueda acercarse a Jong Wan  y recopilar la información que necesitas. Puede que tome un tiempo para que confíen en el topo, pero si le das algo de tiempo, puede funcionar.

 

Los tres lo miraron por un momento. Yu Kwon no estaba seguro de qué pensar. Sonaba plausible para él. Podría funcionar si se enviaba a la persona correcta.

 

-¿Cómo un vampiro de encubierto? -Hong Bin preguntó.

-Sí, ¿por qué no?

-¿Qué ha pasado con tu mal hablado coreano? -preguntó  Jun.

 

Yu Kwon le ignoró. Se sentía bien, no sólo estar en una reunión, sino formar parte de ella. Le gustaba el hecho de que se tuviese en cuenta su opinión.

 

-Me gusta -dijo Jaehyo mirando de Yu Kwon a Hong Bin-. ¿Tienes a alguien en mente?

 

-Podemos mandar a  Si Hyoung. Se le da bien el engaño -respondió Hong Bin.

 

-También pienso que es una buena elección. -Jaehyo levantó su vaso y tomó un sorbo de Crimson-. Tráelo aquí, y ponlo al tanto de todo. Quiero que se vaya esta misma  noche.

 

Por primera vez en su vida, Yu Kwon sentía que iba  a explotar de orgullo. Creció en una familia rica, pero siempre fue ignorado. Sus padres lo llevaron a un internado, donde aprendió cómo luchar y también la mejor educación, pero le faltaba algo.

 

Podría haber vuelto a casa cuando lo rescataron de sus secuestradores, pero ¿qué razón tenía para volver? Sus  padres sólo tenían ese título. Nunca habían actuado como los padres debían hacerlo. No tenía a nadie que le apoyase. Además, Min Hyuk le necesitaba.

 

La manada lo había tratado como a cualquiera de las parejas. Nunca lo incluían en las decisiones importantes, incluso en aquellas que tenían que ver con él. Aquí con Jaehyo, tenía algo que decir, aunque no le concerniese. Yu Kwon amaba  ese sentimiento.

 

-Un pensamiento muy inteligente. -Jaehyo le  guiñó un ojo cuando Hong Bin y Jun dejaron la mesa-. Sabía que eras  listo.

 

Por primera vez en años, Yu Kwon sonrió. Quizás esto funcionase, después de todo. Paseó la mirada hasta  dar  con Min Hyuk, el cual estaba hablando con otro vampiro. -¿Está a   salvo?

 

-Sí -respondió Jaehyo-. Ese es Kikwang. Es inofensivo y muy amistoso. Esos dos se llevan realmente bien.

 

-¿Y quién es ese hombre  tan grande  que lo vigila?

 

-D.K.. Es lo que podríamos llamar el guardaespaldas de Min Hyuk.

 

Yu Kwon se volvió hacia Jaehyo, observándolo por un momento. -Nosotros somos tus parejas, ¿verdad?

 

continuara..

Notas finales:

ese lemon de dejo asi como O_O

dejen rw


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