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32. El oso de Junho (22) por dayanstyle

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Chansung arqueó una ceja mientras Junho gruñía. No estaba seguro de lo que su pareja quería mostrarle, pero Junho lo había arrastrado a un lado de la casa, diciéndole a Chansung que él tenía que «ver esto».

Lo que fuera que eso era.

 

Junho sacudió las manos, exhaló fuerte y entonces se quedó de pie como una estatua. Chansung colocó sus manos en las caderas, esperando por lo que fuera a suceder. No había manera de que Junho lo sacara sólo para mostrarle que podía quedarse de pie inmóvil.

—Silencio. Quiebras mi concentración. Chansung se rio. —No he dicho una palabra.

—No, pero piensas demasiado alto.

 

Chansung sacudió la cabeza. Era la primera vez que él era acusado de algo así.

Chansung Junho le advirtió con el pensamiento.

 

—Bueno, ¿qué es lo que quieres que haga? No puedo evitar que mi cerebro funcione.

Junho gruñó y entonces se quedó inmóvil de nuevo. Chansung se apoyó contra un lado de la casa mientras Hoon y Soo Hyun se le unían. Los tres se quedaron en silencio viendo a Junho.

Chansung se sobresaltó y gimió cuando la piel de Junho comenzó a brillar con una sombra verde. El mismo verde que había tenido cuando recién lo convirtieron.

 

—¿Así que ahora él es una luciérnaga9? —Hoon preguntó inclinando la cabeza de lado—. Todo lo que necesita son alas.

Chansung golpeó el pecho de Hoon. —No te permito que te burles de mi pareja.

—¿Quién se está burlando de él? —Hoon preguntó, pero Chansung podía ver el travieso brillo en sus ojos—. Creo que eso es cool como el infierno.

—¿En serio? —Junho preguntó mientras el brillo comenzaba a desaparecer.

Si Hoon decía algo cínico, Chansung le patearía el trasero hasta el fin de la casa.

Está bien, Chansung. Él sabe que ahora soy un freak.

 

Chansung se alejó de la casa, fue hacia su pareja y tomó la parte superior de Junho entre sus brazos. —Mírame, amor.

Junho veía a todos lados menos a Chansung, y entonces los hermosos ojos verdes se fijaron en él. Chansung estaba agradecido de que los ojos de Junho no hubieran cambiado. Él hubiera extrañado esas pálidas bellezas. —No eres un freak. ¿Me entiendes?

—Hey, solo bromeaba, Junho —dijo Hoon mientras se acercaba, deteniéndose cuando Chansung le gruñó en  advertencia.

—En serio. Eres familia. No importa qué seas, ahora eres uno de nosotros. Eres un Moon, y nadie, ni siquiera uno de nosotros, va a joderte.

 

La ira de Chansung hacia su hermano se calmó un poco ante las palabras de Hoon. Podía sentir la tensión de Junho lentamente drenar y asintió hacia Hoon. —Gracias.

—¿Quieres que me patee el trasero? Lo hago —dijo Hoon.

Junho lanzó la cabeza hacia atrás y se carcajeó. —Eso vamos a verlo.

Hoon gruñó. —Tenías que decir si.

 

Chansung sonrió y empujó a Junho, esperando ver lo que su hermano iba a hacer. Alejó del pensamiento el truco de Junho. No haría nada bien pensar en eso ahora que Junho se había molestado con el comentario de Hoon. Pero después descubriría qué infiernos estaba sucediendo.

—¿Sabes que técnicamente no puedo patear mi propio culo, verdad?

—Si, tú puedes. —Soo Hyun sonrió—. Adelante, bocón, hazlo.

—Niños, vengan aquí —Pa gritó desde el porche de atrás.

—Salvado por la campana —dijo Chansung mientras tomaba la mano de Junho y guiaba a su pareja al interior. Habían pasado tres semanas desde que Junho se enfrentó con los rebeldes, y su bebé parecía estar ajustándose lentamente. Esperaba que su Pa no trajera noticias que pudiera hacer que el progreso de su pareja retrocediera.

Estoy bien.

 

Chansung rodó los ojos y palmeó el trasero de Junho. —Yo juzgaré eso.

—Tomen asiento, chicos —dijo su Pa mientras se sentaba en uno de los reclinables y apoyaba sus brazos en las rodillas—. Jongin llamó. Todo es muy secreto acerca de lo que le sucede   al Príncipe.

 

Chansung se enderezó. Quería saber lo que le había sucedido al hombre que le salvó la vida a su pareja. Él había estado preguntando en varias ocasiones pero en cada ocasión nadie sabía lo que sucedía con el Príncipe de los vampiros.

—¿Cómo se encuentra? —preguntó Chansung mientras deslizaba la mano por la espalda de Junho.

—Por lo que he oído, no muy bien. Él sigue teniendo cambios de su forma de vampiro a su forma original. Va despacio pero el médico espera que se detenga pronto, pero realmente nadie sabe lo que sucede.

Joder. Chansung sentía que debería de hacer algo. Después de todo el vampiro salvó la vida de Junho. Incluso aunque no lo hubiera hecho, aun así Chansung se sentiría con deseos de ayudar. Era así como era y como había sido criado.

Sabes que realmente no podemos hacer nada, Chansung Junho suavemente le recordó. Según tu padre, él es el vampiro original. Estoy muy seguro de que nosotros estaríamos fuera de nuestro elemento con él.

Chansung suspiró. Sabía que su pareja tenía razón. Sólo que odiaba quedarse sentado sin hacer nada. —¿Alguien descubrió quién está detrás de todo esa repentina violencia?

—Ni una pista —dijo Pa—. Jongin sospecha que los vampiros rebeldes, pero no hay forma de asegurarlo.

Chansung miró a Junho cuando su cara mostró un pequeño ceño fruncido. —¿Qué sucede, amor?

—Probablemente no sea nada.

—De cualquier manera dímelo.

—Ryeowook parecía conocer a uno de los vampiros que nos atacó

—dijo Junho—. Dijo que ese tipo no era muy amable.

—¿El tipo no era muy amable? —Chansung arqueó una ceja—. Dices eso.

 

Junho entrecerró los ojos. —¡Muérdeme! Chansung sonrió.

—¿Puedes estar serio por un minuto? —Junho gruñó—. Ryeowook  puede saber quién era ese tipo. Creo que deberíamos hablar con él o al menos Jongin debería hablar con él.

—Prefiero discutir lo de la mordida.

 

Chansung se rio cuando Junho rodó los ojos. Tomó a su pareja y lo abrazó fuerte, besando su bíceps. Hace unas semanas él podría haberle besado la cabeza. Ahora sólo alcanzaba al pecho. Realmente le iba a tomar un tiempo acostumbrarse.

 

—Bien llamémosle a Jongin y hablaremos con Ryeowook  —dijo Chansung.

—Bien, adelante con eso —dijo Pa—, porque yo necesito ir a hablar con Lee Joon.

—¿Qué le sucede? —Chansung preguntó mientras él veía a su Pa y a sus parejas de matriz, Hoon y Soo Hyun. Sus hermanos se encogieron de hombros, pero Chansung podía ver en sus ojos que ellos sabían algo.

—Él…uh. —Pa se frotó el cuello mientras sus ojos veían el porche del frente—. Lo discutiremos después.

A Chansung no le gustaba la mierda de los secretos. Si involucraba a su familia, él quería saber. Él no iba a presionar sobre el asunto ahora, pero no iba a esperar mucho para conseguir respuestas.

 

—Vamos. —Junho jaló a Chansung de la sala hacia las escaleras—. Ese no es nuestro asunto.

—Infiernos, si no lo es —Chansung gruñó mientras seguía a su pareja a la recámara, donde él había dejado su teléfono celular.

 

Junho escuchaba a Chansung hablar con Jongin. Vio hacia sus manos, preguntándose cuándo sería un buen momento para decirle a su oso que él estaba sintiendo pánico. Podría estarse acostumbrando a su nuevo cuerpo y a su nueva vida, pero aun tenía sus viejas costumbres y sus viejos miedos.

Uno de ellos era el hecho de que aun quería huir de todo eso. Claro que Chansung era genial, pero Junho aun sentía que lo consumía el miedo de que de alguna manera pudiera arruinarlo.

Ahora tenía dos grandes compromisos, permanentes, sobre su regazo desde hace más de un par de semanas, y aun no estaba seguro de qué hacer con todo eso. No es que pudiera hacer algo, pero su mente aun no procesaba completamente lo que le había sucedido.

Junho levantó la vista del escalón en donde se había sentado y vio a Chansung recargado en el barandal con su mano   sobre el cabello de Junho. No estaba seguro si Chansung lo hacía para tranquilizar a Junho o si lo hacía para ser tierno.

Esa era otra cosa. Junho sentía como si sus más privados pensamientos ya no fueran suyos. No es que no le gustara ser capaz de hablar con Chansung sin que nadie los oyera. Era el hecho de que todo el mundo merecía tener sus propios pensamientos para si mismo, compartirlos sólo cuando se quería hacerlo.

 

Lo sé, bebé. Es difícil para ambos Chansung pensó mientras seguía hablando.

Junho se puso de pie, salió como tromba al patio y cruzó frente al establo, hacia el bosque. ¿Qué tan lejos tendría que ir para ser capaz de pensar sin que su pareja oyera casa maldita palabra?

—¡Mierda! —Junho gritó cuando cayó al suelo, un gran oso en su espalda.

¿A dónde crees que vas, Junho?

—Lejos, Maldición. Necesito pensar. Necesito pensar en cómo salir de esta mierda. Necesito…

Estás huyendo. ¿Crees que no lo sé? No voy a dejar que salgas corriendo solo. Es demasiado peligroso. Y además, debes de dejar de huir y hablar conmigo. Sé que le temes al compromiso, pero huir no resuelve una maldita cosa.

Junho vio al bosque mientras se acostaba en el suelo. ¿No había pensado hace semanas que quería que Chansung estuviera a cargo? ¿Eso lo hacía incapaz? Ahora que Chansung estaba a cargo, Junho podía sentir que algo en su interior se rebelaba. ¿Realmente estaba jodido?

La nariz de Chansung recorrió la mejilla de Junho, su lengua lamió un lado del cuello de Junho. Eres mi pareja, amor. Te necesito tanto como tú me necesitas. Estamos enlazados. Si sólo te abres y te conectas conmigo, podemos hacer que esto funcione.

Junho sintió sus lágrimas amenazando salir. Eso es lo que realmente quería, conectarse con alguien, con algún lazo. Sólo una cosa lo detenía para tener lo que más deseaba.

—Estoy asustado, Chansung —Junho confesó mientras apoyaba la mejilla en la hierba debajo de él.

Lo sé, amor. Lo sé. Y te prometo que siempre seguirás en mi mente cuando sientas deseos de huir, pero no te puedo permitir que huyas, bebé.

 

Junho se estremeció cuando sintió que Chansung cambiaba a su forma humana. El hombre desnudo acostado arriba de él besó un lado de su cuello, su duro pene presionaba el culo de Junho. La sensación de su pareja cubriéndolo era lo que Junho había estado buscando. Quería sentirse protegido, totalmente. Y Chansung estaba haciendo justo eso.

—¿Por qué no me lo dices? —Chansung gruñó en su oído colocando sus rodillas a los lados de las caderas de Junho—. ¿Por qué no me dices que necesitas que yo esté a cargo, ordenándote?

Junho podía sentir su cuerpo entero ruborizarse cuando sus deseos fueron vocalizados. ¿Cuánto tiempo había querido decírselo a Chansung? Quizás eso de la mente tenía sus beneficios.

—Eso no importa. Lo sé ahora. —Chansung comenzó a jalar la pretina de los pantalones de Junho.

—¡Espera! —Junho se salió de entre las piernas de Chansung, dejando a su pareja arrodillado en la hierba, el bosque estaba justo detrás. Dios, el hombre se veía tan malditamente bien, ahí arrodillado, desnudo y con su duro pene pulsando. Eso era algo bello.

Chansung inclinó la cabeza a un lado, estudiando a Junho antes de que Junho derribara a Chansung, su pareja cayó de espaldas en la tierra. Junho no perdió tiempo. Tragó a Chansung hasta que el vello púbico picaba en su nariz.

—Joder, Junho. Eso es, chupa mi pene. —Chansung separó las piernas y empezó a empujarse hacia la boca de Junho. Junho palmeó la parte de atrás de las rodillas de Chansung, empujando las piernas hacia atrás mientras chupaba a Chansung como si fuera un pirulí.

 

Sacó el pene de Chansung de sus labios, bajó la cabeza y lamió las bolas de su pareja. Chupó una esfera dentro de su boca, los bañó con su lengua, y entonces hizo lo mismo con la otra. Podía oír los gemidos que salían de su pareja mientras la lengua de Junho giraba, jalando las bolas de Chansung con sus labios.

—Chúpalo, bebé.

 

Junho liberó la caliente piel y tomó el pene de Chansung de nuevo en su boca. Levantó la cabeza haciendo su mejor esfuerzo para darle a su pareja la mejor mamada de su historia.

—Lo haces, bebé. Lo haces —Chansung gruñó mientras sus dedos se aferraban a la hierba.

Junho estaba desesperado porque lo jodieran, sentir ese largo pene que pasaba entre sus labios dentro de su culo. Pero estaba renuente a dejarlo. Quería ambos. Junho quería todo.

Chansung se salió, haciendo que Junho trastabillara en sus rodillas. Su oso se puso de pie, su húmedo y duro eje saltando orgulloso. —Quítate la ropa, Junho —le ordenó.

Junho desgarró los pantalones, tratando desesperadamente de quitárselo. Él sabía lo que Chansung quería, y Junho estaba más que feliz de que lo obligaran. Luchó con los lazos de sus botas, sus dedos no cooperaban, temblaban demasiado. Finalmente, los desanudó y se quitó las botas de sus pies. Sólo le tomó unos segundos a Junho quitarse los pantalones. Se rodó hasta que se colocó sobre sus manos y rodillas. Su agujero pulsando con la anticipación de ser llenado.

—No, bebé. Sobre tu espalda —dijo Chansung colocando una mano en el desnudo trasero de Junho.

Junho vaciló.

 

—Sobre tu espalda, Junho. Ahora. —La voz de Chansung   era dura.

 

Junho se rodó de nuevo, viendo hacia su pareja. Podía sentir los músculos de su abdomen temblar ante la órden, mientras Chansung se colocaba entre las piernas de Junho. —Quiero ver tu pene danzando para mi, mientras te jodo, bebé.

Junho asintió, colocó sus manos detrás de sus rodillas y jaló sus piernas hacia atrás. Podría ser más grande que Chansung ahora, pero Junho no quería ser quien guiaba, nunca.

—No tienes que preocuparte por eso. No hay una oportunidad en el infierno, amor. Recuerda, ¿quién está sobre su espalda?

Junho le sonrió a su oso. —Te amo, oso.

 

Chansung se rio y escupió en sus dedos. —Sólo lo dices porque voy a joderte en el bosque.

Junho se encogió de hombros. —Quizás.

 

Chansung juguetonamente palmeó su pierna. —También te amo, bebé. Ahora extiéndete.

Junho se carcajeó y jaló las piernas mas hacia atrás, viendo el juguetón brillo en los ojos de Chansung cambiar a lujuria. —Joder, bebé. Eres tan malditamente hermoso.

Junho siseó cuando Chansung empujó dos dedos sobre el anillo y entonces los abrió como tijeras. Su respiración se volvió jadeante cuando su pareja golpeó su próstata.

—¿Te gusta esto? —Chansung lo provocaba mientras apoyaba la mano libre en la pierna de Junho y lo veía con sólo amor en esos ojos grises. El pecho de Junho se tensó por la manera en que su oso lo veía.

Nadie lo había visto de esa manera antes.

 

—Tonta pregunta. —Junho jadeó y entonces le sonrió, sintiendo que algo en su interior caía en su lugar. No había nada en el mundo que no haría por su oso. El hombre había pasado sus defensas y envuelto consigo mismo el corazón de Junho. Se comprometió allí mismo que haría todo lo posible para superar su miedo al compromiso. Chansung merecía que alguien lo amara completamente y Junho planeaba ser ese hombre—. Infiernos si, me gusta eso.

La expresión de Chansung cambió. Si Junho no se equivocaba, vio el brillo de lágrimas en los ojos de Chansung. Su pareja se limpió la garganta, bajó la mirada mientras tomaba su pene y lo alineaba con el agujero de Junho. Junho se mordió el labio inferior mientras Chansung se empujaba, fácilmente su eje entró en el culo de Junho.

Junho gruñó moviéndose, tratando de que Chansung se moviera más rápido. Quería sentir cada parte de su oso en su interior.

—Paciencia, amor.

 

Junho asintió, sus uñas enterradas en la hierba mientras Chansung se empujaba más profundo, llenándolo lentamente. Pensó que él iba a volverse loco para cuando Chansung comenzó a moverse. La sensación era jodidamente fantástica.

Chansung colocó su mano sobre el abdomen de Junho, sus dedos recorrían su febril piel. Junho moría por envolver sus piernas alrededor de la cintura de Chansung, pero temía aplastar al hombre.

—¿Qué te dije, Junho? —Chansung gruñó mientras empujaba su pene más duro dentro del culo de Junho—. No soy de vidrio. Ahora rodéame con tus malditas piernas.

Junho sonrió e hizo lo que su pareja le ordenó. Se rio cuando Chansung gruñó y asintió, como si Junho estuviera siendo ridículo. Junho hizo su mejor esfuerzo por esconder la sonrisa cuando Chansung se empujaba hacia adelante un centímetro, pero su oso no dijo nada acerca de eso.

Pronto olvidó lo que pensaba cuando Chansung comenzó a mostrarle a Junho justo lo bien informado que realmente estaba sobre el sexo. El interior de Junho se derretía, su cerebro era un distante recuerdo cuando el pene de Chansung comenzó a golpear dentro de su culo, una y otra vez.

—Cerca —Junho le advirtió mientras arqueaba la espalda y enterraba las uñas más profundo dentro de la tierra. Gimió y entonces gritó cuando chorros de semen salieron de su pene, cayendo sobre su pecho. Su cuerpo entero se estremeció mientras sus sentidos hacían un corto circuito.

—¡Junho! —Chansung gritó, empujándose hacia su culo con una fuerza brutal. Junho gimió y se retorció mientras Chansung se corría en su interior. Acostado, jadeando y con la fresca brisa recorrer su piel. Junho parpadeó, vio a la luna. Ese era el lugar más romántico en el que hubiera tenido sexo, y parecía que sólo iba a mejorar con su oso.

Chansung se liberó y se acostó al lado de él, viendo también el cielo. —Siempre trataré de hacer lo mejor para ti, amor.

Y eso era todo lo que Junho podía pedir.

 

 

continuara...


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