Tae Yong estaba aplastado. Rome había borrado los recuerdos de Jaehyun acerca de los vampiros. Incluso la noche que habían pasado juntos ya no existía en la memoria de Jaehyun. Fue un duro golpe para él. No estaba seguro de si debía continuar su conversación con su pareja o ir y matar a Rome. Fue un hermoso momento el que habían compartido juntos, un momento que Jaehyun ya no recordaría. Se estaba inclinando fuertemente hacia la idea de arrancarle hasta la última gota de vida al presumido de Rome.
—Soy Jaehyun. —Su compañero le tendió la mano. Tae Yong la tomó, acariciándola con los dedos mientras miraba los cristalinos ojos azules de Jaehyun. Sonrió cuando Jaehyun miró nerviosamente a su alrededor y luego a él. Su compañero era adorable.
—¿Quieres venir conmigo? —Tae Yong hizo un gesto con la mano hacia atrás en la entrada del club. No podía dejar esta noche The Manacle. No con el Aquelarre del Norte de visita. No había manera de poder llevar a su compañero a casa y hacerle el amor dulce y lento, y llevarlo a uno de los cuartos oscuros cuando Jaehyun no tenía ningún recuerdo de ellos dos juntos le parecía un poco grosero.
Jaehyun miró los muros de ladrillo del club. —Realmente no me gusta este lugar. La última vez que estuve aquí, tuve sueños muy extraños.
Tae Yong miró a Rome una vez más y luego le sonrió a Jaehyun.
r13;Puedo garantizarte que recordarás nuestra estancia aquí, y no como un sueño.
Jaehyun vaciló y luego asintió con la cabeza. —Está bien.
Eso fue un alivio para Tae Yong. No estaba seguro de qué habría tenido que hacer si su compañero se hubiera negado. No estaba dispuesto a dejarlo ir. Tomó La mano de Jaehyun y lo condujo de nuevo a través de la puerta. —No hagas eso otra vez —susurró bajo y amenazadoramente a Rome. El enorme vampiro se encogió de hombros como si estuviera aburrido.
—Es mi trabajo. Debiste haber dicho algo y no saltarme encima.
Tae Yong decidió ignorar a Rome antes que matar al bastardo engreído y luego llevó a Jaehyun través de la multitud. Vio a Min Hyuk en la pista de baile con Kikiwang, bailando como si sus pequeñas almas se fueran a salir de sus cuerpos. Se preguntó si Min Hyuk le ayudaría a Jaehyun con su nueva vida si le pedía a Jaehyo que convirtiera a su pareja. Eso sería si Jaehyun estaba de acuerdo.
Tae Yong amaría a su pareja, incluso si Jaehyun decidía quedarse como humano. Los pasos de Tae Yong vacilaron al darse cuenta de lo que había acabado de pensar. ¿Acaso ya amaba a Jaehyun? ¿Era eso posible? Miró a su pareja, viendo la mirada de aprehensión que estropeaba las hermosas facciones de Jaehyun. Se dio cuenta que iba a hacer todo lo necesario para que su pareja fuera feliz. Sabía que eso significaba no alimentarse de algún otro humano. Jaehyun era para él, y se sorprendió de encontrar que ese pensamiento no le molestaba.
Le dio la mano a su pareja dándole un ligero apretón, cuando lo llevó hacia la barra.
Jae Kyung, el barman, le asintió con la cabeza, mientras caminaba hacia ellos.
—¿Lo usual?
Tae Yong se volvió hacia su pareja. —¿Qué quieres tomar? —No estaba seguro de si debía beber un vaso de Crimson, al estar de píe junto a su humano compañero que no podía recordar quién era él. Tener un vaso de sangre podía ser un poco demasiado en estos momentos.
Jaehyun se acercó un poco más cerca, inclinando levemente el cuello. Las fosas nasales de Tae Yong flamearon cuando se dio cuenta que su pareja seguía padeciendo lachtára tou aímatos.
Sabía que si no mordía a su pareja pronto, Jaehyun empezaría a sufrir.
Acarició con sus nudillos el cuello de Jaehyun mientras le sonreía —¿Hay algo que quieras, mi amor?
Jaehyun parpadeó un par de veces y luego bajó la mirada hacia sus manos. —No-no estoy seguro. Me siento como...
Tae Yong sabía exactamente lo que estaba sintiendo. —¿Por qué no le das a Jae Kyung tu orden? —Vio a su pareja aclararse la garganta y luego asintió con la cabeza en sus manos.
—Una Coca-Cola, por favor.
Jae Kyung cogió un vaso y lo llenó con la oscura bebida gaseosa, deslizándolo hacia Jaehyun.
—¿Y tú? —Jae Kyung le preguntó a Tae Yong mientras estudiaba a Jaehyun. Tae Yong no podía culpar al vampiro. Jaehyun parecía tan fuera de lugar mientras miraba a su alrededor inocentemente, la mirada perdida en su rostro. Jae Kyung le sonrió a Jaehyun antes de volver su atención hacia Tae Yong.
—Lo de siempre. —¿Qué otra cosa había para beber? ¿En serio? Él era un vampiro. No era como si pudiera pedir un vaso de leche como Min Hyuk solía beber antes de ser convertido, y que aun bebía. Sólo esperaba que Jaehyun no se diera cuenta de lo que estaba bebiendo antes de que Tae Yong pudiera decirle a su pareja que era un vampiro.
—Sabes que todavía estoy enojado contigo.
La cabeza de Tae Yong giró de golpe para volver a mirar a su pareja. —Cómo... —¿Cómo diablos Jaehyun había recordado la discusión? Su mente había sido borrada. No debería tener ningún recuerdo de lo ocurrido. ¿Qué psicótico infierno estaba sucediendo?
—Si significara mucho para ti, no me habrías dejado.
Tae Yong miró alrededor del club, preguntándose si tal vez no era él quien estaba sufriendo de algún tipo de enfermedad. Tal vez se había golpeado la cabeza antes. No había manera que Jaehyun recordara.
—Tenía que dejarte, amor. La luz del sol me hubiera hecho mucho daño. —Si Jaehyun recordaba que era un vampiro, entonces era seguro explicarle las cosas a su compañero.
—Podrías haber dejado una nota —balbuceó Jaehyun. Tae Yong agitó una mano delante de la cara del hombre sexi, preguntándose si tal vez Rome no le habría provocado un cortocircuito al cerebro de Jaehyun. ¿Podía eso suceder? ¿Rome le había limpiado el cerebro hasta jodérselo? Había una sola manera de averiguarlo.
Tae Yong tendría que beber de Jaehyun. No creía que su pareja se opusiera ya que estaba afectado con lachtára aímatos tou.
—Ven conmigo, Jaehyun. —Puso su vaso sobre la barra y agarró a su pareja de la mano, llevándolo de nuevo hacia los pasillos traseros. Maldijo cuando vio al vampiro que le había dado problemas adicionales con su pareja.
Iba tener que matar a ese hijo de puta. Él lo sabía. Ese tipo no parecía entender lo que una jodida pareja significaba.
El hombre impulsó su cabeza hacia arriba cuando Tae Yong se acercaba, una maliciosa sonrisa curvaba sus labios. —No puedes permanecer a su lado para siempre.
Tae Yong gruñó y dio vuelta, empujando a Jaehyun detrás de él mientras se agazapaba. —Pruébame. —Sí, iba tener que matar a ese hijo de puta.
Min Hyuk le dio un codazo Kikwang. —¿Algo malo le sucede a Tae Yong?
Kikwang miró más allá de Min Hyuk. —No estoy seguro, pero ese hombre no es de nuestro Aquelarre.
A Min Hyuk no le gustó que alguien le hiciera jugarretas a su nueva familia. Ellos lo habían tratado muy bien y lo habían aceptado como nadie lo había hecho —excepto Yu Kwon. No iba a permitir que nadie se metiera con uno de los miembros de su familia.
—Creo que tenemos que detenerlo. —Min Hyuk palmeó las manos en su cadera, mirando hacia los pasillos traseros. Sabía que Jaehyo y Yu Kwon le tenían prohibido volver ahí, pero ¿cuándo eso lo había detenido antes?
—Pero no puedes, Príncipe. Estás embarazado. Jaehyo y Yu Kwon me echarían al sol sólo para darme una lección, si dejara que te metieras en una pelea. —Kikwang lo agarró del brazo, haciendo todo lo posible para que Min Hyuk diera marcha atrás.
Min Hyuk todavía no podía creer que estuviera embarazado. Eso lo había desconcertado. ¿Cómo puede un hombre quedar embarazado? Se había desmayado cuando el médico le dio la noticia. Yu Kwon se había hecho aplicar algún tipo de inyección, pero Min Hyuk le tenía miedo a las agujas y se había negado. Vaya, tal vez debió haber superado su fobia a las agujas. No era que no quisiera tener al bebé, sólo estaba desconcertado por ello. —Pero Jaehyo aún se está recuperando —replicó, desafiante. ¿Cómo podía el Príncipe darse cuenta si él no estaba aquí?
—Pero Yu Kwon no —dijo Kikwang nerviosamente mientras señalaba hacia la salita en el segundo piso. Min Hyuk levantó la vista para ver si Yu Kwon lo estaba observando de cerca. Desde que supieron que estaba embarazado, Yu Kwon lo vigilaba como un halcón. Si alguien lo miraba bizco, Yu Kwon iba directo a por su garganta, poniéndolos en su lugar. Era dulce, pero irritante a veces.
—Ve a distraerlo —dijo Min Hyuk cuando comenzó a ir hacia el pasillo posterior.
—Oh, diablos —chilló Kikwang mientras corría hacia las escaleras. Min Hyuk sonrió. Sabía que Kikwang era su socio en el crimen. Oraba para que el pequeño vampiro encontrara a su pareja. Era demasiado bueno para no estar acoplado. El hombre que reclamara a Kikwang mejor que fuera agradable, o Min Hyuk le patearía el trasero.
—Qué está sucediendo… —Min Hyuk gritó cuando fue arrojado al piso.
«Oh, mierda».
Jaehyun estrelló su espalda contra la pared cuando todo el club parecía converger en el pasillo trasero. Joder, estaba a punto de morir y él lo sabía. No había nada más que vampiros rodeándolo. Sólo podían ser vampiros. ¿Por qué un humano iba a interferir en esto?
El sudor corrió por su rostro y sus manos empezaron a sudar cuando un elegante hombre de cabello negro y ojos rojos apareció en el pasillo de la nada, la multitud fue despedida por él. Parecía como si todos en el lugar fueran sus enemigos y estuvieran a punto de morir.
«Mierda, mierda, ¡mierda!» Jaehyun miró nerviosamente a su alrededor, preguntándose si iba a salir con vida de esta. De alguna manera la tranquilidad de Tae Yong lo hizo sentir que estaba a salvo cuando el hombre se acercó a ellos.
—¡Quién lastimó a mi pareja! —gritó el hombre elegante mientras que un hombre más bajo salió disparado hacia adelante, suavemente recogió al hombre que había sido derribado. Jaehyun notó el abultado abdomen en el hombre caído y tragó. No estaba seguro de que estuviera viendo bien. Después de todo, era un hombre... tal vez. Era lo suficientemente bonito como para ser una mujer... tal vez. Seguro como el infierno tenía las curvas de una mujer. Jaehyun estaba jodidamente confundido. Se frotó las sienes mientras observaba la escena desarrollándose frente a él.
Tae Yong hizo una reverencia y luego se enderezó. Jaehyun miró entre los dos, preguntándose si el hombre alto iba a dañar a la persona que había vuelto al revés el mundo de Jaehyun y su interior. La rabia emanó desde su interior ante la idea de que Tae Yong pudiera ser dañado. Quería agarrar a su amante y correr tan lejos de este lugar como les fuera posible.
—Fue un accidente, Príncipe —dijo el hombre caído mientras el "Príncipe" lo envolvía en sus brazos. El Príncipe se volvió hacia Tae Yong, un gesto desaprobatorio tiraba en su cara, lo que lo hacía lucir oscuro y ominoso. Jaehyun se estremeció ante las chispas de ira que disparaban los ojos del hombre.
—¿Es eso cierto, Tae Yong?
Jaehyun esperaba con gran expectación mientras la multitud se engrosaba. Podía sentir a los demás vampiros empujándose cada vez más cerca, aglomerándose en su espacio personal, y eso no le gustaba. Estaban demasiado cerca, y todos tenían expresiones enojadas. Los dos más cercanos a él lo miraban como si fuera su próxima comida.
Eso no era bueno.
—Tuvimos un mal entendido, Príncipe. No vi a tu pareja hasta que fue demasiado tarde.
La mandíbula de Jaehyun cayó. Estaba a cinco segundos de preguntarle a Tae Yong por qué no le decía la verdad. Ese hijo de puta que seguía apareciéndose como si fuese una plaga había golpeado al hombre más pequeño, derribándolo. No Tae Yong. ¿Por qué no le decía eso al Príncipe?
—Quiero a los dos en mi oficina, ¡ahora! —gruñó el Príncipe y luego jaló más cerca al hombre con el vientre hinchado. No iba a decir embarazado, ya que era físicamente imposible. Jaehyun tragó cuando se dio cuenta que se quedaría a solas con el club entero de vampiros. Tal vez él iba a ser su próxima comida.
Vale, entonces sus sueños no eran sueños y todo esto era real. Maldita sea, si no le hacía falta una copa en estos momentos. El constatar que los vampiros realmente lo habían atacado la primera vez que estuvo aquí y que Tae Yong realmente se alimentó de él cuando lo había jodido lo estaba golpeando duro, pero ahora Jaehyun estaba más enfocado en los no-muertos a la vista.
El alivio lo inundó cuando Tae Yong sostuvo su mano. El Príncipe ojeó a Jaehyun —quien quería decir su última oración y rogarle para que su muerte fuera rápida y sin dolor, pero no dijo nada. Jaehyun presionó su cuerpo cerca de Tae Yong mientras se abrían paso entre la multitud que se había reunido, pero Tae Yong caminaba demasiado rápido para que Jaehyun se mantuviera cerca.
Algunos hombres olieron a Jaehyun, mientras pasaba. Jaehyun aceleró el paso para mantener el ritmo. El que lo olieran realmente lo estaba aterrorizando. ¿Qué era él, suavizante de telas?
Rápidamente olvidó el ser olido mientras observaba cómo Tae Yong caminó doblando la esquina y se dirigió hacia un pasillo oscuro. No podía evitarlo. Tae Yong caminaba tan bien, tan varonil. El pene de Jaehyun comenzó a endurecerse mientras que su cuello dolía porque Tae Yong bebiera de él. No podía entender por qué estaba tan desesperado porque Tae Yong lo mordiera, pero el sentimiento lo estaba montando duro.
Lo que tenía más desconcertado a Jaehyun era la sensación de hormigueo en sus encías. ¿Desde cuándo él quería morder a alguien? No era un mordedor. Nunca lo había sido. Sabía que algunas personas estaban en eso, pero Jaehyun no era uno de ellos.
Sacudió la cabeza, tratando de borrar esos pensamientos. Este no era el momento oportuno para desear al oscuro y guapo hombre. Su vida pendía de un hilo, y en todo lo que Jaehyun podía pensar era en el grueso y largo pene de Tae Yong llenando cada centímetro de él. Joder, estaba caliente como el infierno mientras se dirigía hacia su sentencia. ¿No era eso retorcido?
Entraron en una elegante oficina, con estanterías y alfombras muy bonitas. Parecían jodidamente costosas. Jaehyun tenía miedo de caminar sobre éstas o tocar algo.
El Príncipe se sentó detrás de un escritorio oscuro, de madera. Fue entonces cuando Jaehyun se dio cuenta de lo cansado que el Príncipe parecía. ¿Podían los vampiros cansarse? El Príncipe puso al hombre con el vientre hinchado sobre su regazo. El hombre con el pelo corto que se había unido a ellos en la entrada al pasillo posterior se situó detrás de la silla del Príncipe, casi como si estuviera custodiándolos.
—Quiero una explicación de por qué mi Min Hyuk estaba sobre su culo mientras lleva a mi hijo. —Los colmillos del Príncipe se alargaron, por lo que Jaehyun prácticamente se conmocionó ante la vista. Quería concentrarse en el hecho de que un hombre estaba embarazado, pero en todo lo que podía concentrarse era en los colmillos.
Maldita sea, eran largos. ¡Las puntas tocaban su jodido mentón!
Jaehyun se frotó el cuello, rezando para que éste no le fuera arrancado. Tal vez venir aquí con Tae Yong no fue buena idea. Estaba comenzando a pensar que habría sido mejor haberse arriesgado a quedarse con la jauría de vampiros, en lugar de con este hombre que parecía que podía hacer que Satanás huyera gritando.
—Yo estaba defendiendo a mi pareja, Príncipe.
—¡Los vampiros no se enlazan con los seres humanos! — gritó el hombre que había estado jodidamente molestando a Jaehyun—. Ellos son ganado. Gente con quien jugar y de la cual alimentarnos. Aparte de eso, no tienen ningún otro uso.
Jaehyun agarró la mano de Tae Yong más duro cuando el Príncipe se inclinó hacia delante, siseándole al baboso ahí de píe soltando chorros de mierda. El hijo de puta tenía que ser un completo arrogante para hacer una afirmación como esa. Jaehyun se preguntó brevemente si era así como Tae Yong lo veía. ¿Era sólo ganado o su amante?
Realmente no lo creía. Tae Yong lo miraba como si él le importara. ¿Alguien que sólo quería jugar con él actuaría de esa manera? Jaehyun empezó a sentir un maldito dolor de cabeza.
—Mis parejas eran humanos antes de su conversión —dijo el Príncipe amenazadoramente, retorciendo sus labios hacia arriba, mirando a al Sr. Burro con desdén—. Te sugiero que cambies de opinión respecto a ellos antes de que termines comiendo sol.
El hombre parecía bastante apaleado. Le empezó un tic en su mandíbula cuando se inclinó rígidamente. —Sí, Príncipe.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó el Príncipe, pareciendo como si eso realmente le importara una mierda. A Jaehyun ya le gustaba el Príncipe. Más o menos. Después de todo, tenía dos enormes jodidos colmillos.
El hombre desvió la mirada, pero no sin antes de que Jaehyun notara el fulgor malicioso que disparó en Min Hyuk. —Soy Sang Gon, Príncipe.
—Eres parte del aquelarre que está de visita, Sang Gon. Harías bien en cuidar de tus modales. Usurpar la pareja de otro está prohibido y es castigado fuertemente. Esta es una única advertencia. Tienes mi permiso para irte. —El príncipe se echó hacia atrás, mimando al pequeño hombre en su regazo e ignorando la manera indignada en que Sang Gon había salido de la habitación. Tenía la sensación de que ésta no sería la última vez que verían al imbécil. ¿Qué le importaba? No era como si Jaehyun fuera a volver a este manicomio. Iba a irse tan lejos como pudiera y no miraría atrás.
Jaehyun estaba listo para salir como alma que lleva el diablo de allí. Empezó a caminar para alejarse cuando Tae Yong lo jaló de vuelta. ¿Qué carajo? ¿No dijo el Príncipe que tenían su permiso para irse? Estaba jodidamente confundido. Cuando vio que Tae Yong no se movía, Jaehyun apretó su cuerpo en el lado del hombre.
Toda esta noche había sido enormemente única, un jodido loco sueño para él. Nada de esto parecía ser real. Jaehyun quería regresar al concierto y olvidar que alguna vez había venido aquí. Quería olvidar que soñó todo esto sólo para descubrir que todo esto era real. ¿En qué demonios se había metido?
Sabía que venir a The Manacle desde la primera vez que lo hizo había sido una estúpida idea, ahora mira lo que le estaba sucediendo, jodidos locos sueños que no eran sueños, hombres embarazados, Príncipes, Aquelarres de visita, y colmillos por todas partes. ¿Dónde estaba esa maldita bebida?
El problema era, que ni siquiera recordaba el haber venido hasta aquí. ¿Existía una salida para este loco paseo? ¿Se le permitiría bajarse en la próxima parada?
—¿Ustedes se han enlazado?
—Sí, Príncipe —respondió Tae Yong con una leve sonrisa.
—Por la expresión en la cara de tu pareja, yo diría que no es consciente de eso —dijo el Príncipe mientras jalaba al hombre embarazado más cerca. Dios, Jaehyun no podía hacer que su cabeza aceptara ese hecho. Escuchaba acerca de todo ese asunto de ser pareja, pero ahora sabía que, con suerte, no iba a morir, lo del embarazo le parecía fascinante. No podía apartar los ojos de la hinchada barriga. Era tan... raro.
Una sonrisa se dibujó en el rostro del Príncipe mientras miraba a Jaehyun. Guau. Bueno, Jaehyun podía ver lo guapo que el hombre realmente era ahora que no parecía que estaba a punto de matarlos a todos con su mirada. Su cuello palpitaba mientras miraba los largos colmillos aun reluciendo en la boca del hombre.
Jaehyun salió de su estupor cuando sintió un brazo envolviéndose alrededor de su cintura. El Príncipe le sonrió y luego miró a Tae Yong. Jaehyun sintió la necesidad de pedirle al Príncipe que lo mordiera. Se desconcertó por tener esos pensamientos. Él sólo estaba interesado en un hombre. Y no era el Príncipe.
—Voy hacer que alguien vigile a Sang Gon mientras que esté aquí.
—Gracias, Príncipe —dijo Tae Yong mientras jalaba a Jaehyun hacia la puerta de la oficina. Jodidas gracias. Estaba cansado de estar ahí como si el Príncipe lo tuviera bajo un microscopio. Jaehyun fue derechito hacia la puerta sin mirar atrás. No le gustaba sentirse como si le fuera a suplicar a cualquiera que lo mordiera.
¿Acaso se había convertido en una puta?
Tae Yong rio entre dientes mientras cerraba la puerta de la oficina detrás de ellos. —¿Tienes prisa? —preguntó mientras envolvía a Jaehyun en sus brazos.
—Sí. —Jaehyun hizo un puchero, puso su mano sobre el pecho de Tae Yong. Joder si no se sentía sólido como una roca bajo su mano—. Estoy en un club al que no recuerdo haber venido. Abordado por un vampiro que no sabe cómo detenerse. Convocado a la oficina del Príncipe de los vampiros en la que pensé que estaba a punto de tener que entregarle mi culo. Y encima de todo un hombre está embarazado. Quiero decir, eso no puede ser posible, ¿verdad?
Tae Yong extendió la mano y corrió los nudillos por el cuello de Jaehyun, lo que hizo temblar todo su cuerpo. —Eso no es justo r13;gimió. Inclinó su cuello, su piel zumbando mientras esperaba que lo mordiera. Si alguien no lo mordía pronto, Jaehyun iba a empezar a arrancarse el cabello.
—Nunca he dicho que jugara limpio, mi amor. —Tae Yong sonrió, y fue pura seducción. ¿Qué diablos le pasaba? Nunca había dejado que una persona le afectara de esa manera.
Joder, había utilizado eso con las mujeres con las que había salido, donde él era la parte dominante. ¿Cómo era que había cambiado de posición? No se oponía a estar con un hombre. Jaehyun nunca tuvo que elegir entre uno u otro sexo. Aunque Tae Yong era el segundo hombre con el cual había dormido, Jaehyun siempre había pensado que terminaría casado con una mujer.
Ser bisexual no era una molestia para él o su familia, pero tener un futuro al lado de un hombre era algo que no había esperado tener.
Y un futuro con un vampiro, bueno, ni siquiera había estado contemplado en el plano de la realidad. Jaehyun suspiró. De alguna manera sabía que estaba jodido.
Y no precisamente con un duro pene.
continuara...