Tae Yong gruñó mientras jalaba a su pareja más cerca. La cremosa piel de Jaehyun lo tentaba en formas que hacían girar su cabeza. Tae Yong recorrió con sus colmillos la piel del hombro de Jaehyun mientras su pareja se daba vuelta en su cama. Ellos acababan de terminar de joder, y Tae Yong ya estaba listo para la siguiente ronda.
—Conozco esa mirada —Jaehyun bromeó mientras empujaba su culo en el aire—. Quieres más del culo de Jaehyun, ¿no?
Tae Yong se echó a reír mordiendo a su pareja. —¿Me estás tomando el pelo con ese buen culo tuyo? —Le dio una ligera nalgada y luego apretó la suave piel.
—Tal vez.
—Hmm. Parece que alguien está dispuesto a ir por otra ronda. —Tae Yong no se iba a quejar. Nunca tendría suficiente de su pareja. Podría quedarse enterrado en el culo de Jaehyun por el resto de su vida.
Jaehyun gimió, moliendo la cabeza en la almohada, por lo que Tae Yong se puso duro de nuevo con los sonidos de dulce sexo que estaba haciendo. Tae Yong rodó encima de su pareja, montando a horcajadas su culo mientras acariciaba con las manos la espalda de Jaehyun. Jaehyun suspiró mientras cruzaba sus brazos bajo su cabeza. —¿Va a ser siempre así?
—¿Así qué, bebé?
—¿Apacible entre nosotros? —Jaehyun miró por encima de su hombro a Tae Yong, una esperanzada mirada en sus ojos.
—Mientras que pueda evitarlo. —Tae Yong le guiñó un ojo a su pareja y luego conectó su pene contra los dos deliciosos montículos de Jaehyun—. ¿Listo para otra?
—Uh-huh —Jaehyun gimió cuando llevó sus manos por detrás de él y apartó las nalgas de su culo. La boca de Tae Yong se hizo agua ante la vista. Su pene creció increíblemente duro mientras rozaba con la cabeza de su eje la sensible abertura de Jaehyun. Estaba hinchada y roja, y jodidamente sexi. Se deleitaba ante el conocimiento que era él el encargado de hacer que pareciera tan fruncida.
Tae Yong alineó la cabeza de su pene, reposicionó sus piernas, y luego se hundió profundamente. Vio cómo el cuerpo de su pareja se lo tragaba por completo. Joder si no era una sensación fantástica. Tae Yong cubrió a su pareja extendiendo las rodillas más ampliamente, jalándose hacia atrás y lentamente empujándose hacia adelante, disfrutando de la sesión de sexo perezoso. —¿Se siente bueno, amor?
—Dios, sí —dijo Jaehyun volviendo la cabeza, en busca de un beso—. Te amo —le susurró Jaehyun contra sus labios. Tae Yong hundió su lengua, barriendo el interior de la boca de su pareja en un apasionado beso por causa de las palabras de su pareja. Nada parecía más dulce.
Tae Yong jaló sus caderas hacia atrás, empujándose de nuevo en el culo de su pareja mientras sus dedos se cerraron alrededor de las manos de Jaehyun, entrelazando sus dedos. Rompió el beso, jadeando al sentir construirse su orgasmo. —Estoy cerca, Jaehyun. Córrete para mí.
Jaehyun arqueó la espalda, gritando cuando su agujero apretó y ordeñó la polla de Tae Yong mientras el culo de Jaehyun palpitaba al soltar su liberación. Los latidos del corazón de Tae Yong retumbaron cuando su orgasmo lo tomó, embistiendo el culo de Jaehyun mientras su semilla brotaba de su pene. Tae Yong gruñó, su cuerpo se sacudió con las mini réplicas.
—Joder, cada vez se pone mejor y mejor —dijo Jaehyun entre bruscas respiraciones.
Tae Yong se inclinó y besaba a su pareja cuando sonó su teléfono celular. Quien sea, era mejor que tuviera una maldita buena excusa para llamar cuando él estaba dándole algo de amor a Jaehyun.
—¿Qué?
—Es D.K.. Algo está mal con Dino.
Tae Yong maldijo oscilando las piernas fuera de la cama, agarró su ropa tirando el teléfono a un lado. —Es Dino. Es mejor que te vistas.
Jaehyun se puso de pie, empujando sus piernas en los pantalones mientras intentaba conseguir ponerse los zapatos, todo al mismo tiempo. Tae Yong no trató de detener a su pareja. Él sabía que Jaehyun era un manojo de nervios cuando se trataba de su mejor amigo. Sólo porque Tae Yong había conseguido tener éxito en su primera conversión no quería decir que fuera un experto en ello. Podría haber estropeado tremendamente la segunda.
Había un delicado equilibrio al convertir a alguien y al no tener experiencia en convertir, el resultado podría ser desagradable. Rezó para que ese no fuera el caso de Dino.
—¿Está bien? —Jaehyun preguntó mientras metía la cabeza a través de su camiseta—. ¿Es por eso que te llamaron? ¿Dino despertó?
—Lo sabremos muy pronto, bebé. —Tae Yong envolvió con sus brazos a Jaehyun y se difuminó. Soltó a su pareja una vez que llegaron a la oficina de Jaehyo. Tae Yong rápidamente se dirigió al sofá.
Dino estaba ahí acostado gritando y retorciéndose de dolor. Oh mierda. ¿Qué se supone que debía hacer ahora? D.K., estaba allí mirándolo como si tuviera la cura para su pareja. No había cosa más alejada de la realidad. Tae Yong no tenía ni idea qué hacer.
—¿Dónde está Jaehyo? —preguntó Tae Yong mirando a su alrededor.
D.K., se retorcía las manos negando con la cabeza. — Min Hyuk entró en trabajo de parto. Él está con sus parejas y el médico.
«Fan-jodidamente-tastico». Ahora, ¿qué se supone que iba a hacer? Nunca había visto a nadie tener dolor antes, no cuando se estaba convirtiendo. No es que fuera un experto en el tema. Tae Yong se sentía impotente y estúpido. Nada le venía a la mente mientras Dino gritaba. D.K., cayó de rodillas, jalando a Dino en sus brazos, meciéndolo.
—¡Haz algo!
—¿Qué? Jaehyo acaba de darme estos poderes. No vienen con un manual. —Tae Yong estaba desesperado. Escuchar los gritos de Dino a causa del dolor era ensordecedor y doloroso al mismo tiempo. Le dolía ver al mejor amigo de Jaehyun y pareja de D.K. en tal agonía.
—Finaliza la conversión —dijo Jaehyo al entrar en la oficina.
—¡Pero lo hice! —Tae Yong no quería gritarle a su Príncipe, pero los gritos estaban tomando su cuota.
—Si lo hubieras hecho, no tendría dolor. Ahora, deja de discutir conmigo y termina eso —le ordenó Jaehyo, mientras caminaba por la habitación y se paró frente a D.K.—. No le diste un pedazo de tu esencia.
—¿Mi qué? —Tae Yong se quedó mirando al Príncipe como si le estuviera hablando en otro idioma.
—Esa es la razón por la cual no se puede convertir en vampiro a cualquiera otro. Tienes que darle una parte de lo que eres. Es por eso que no corro por los alrededores convirtiendo a cada Tom, Dick y Harry. Toma algo de ti el que des una nueva vida. Ahora dale una parte de ti para que complete su conversión o se volverá loco.
Tae Yong empujó a D.K. a un lado deslizándose en el sofá. — ¿Cómo? —Miró a su Príncipe para recibir orientación.
—Jaehyun ya era tu pareja. Así que la esencia vino naturalmente.
—¿Tengo que joderlo? —preguntó Tae Yong con asombro. Tanto Jaehyun como D.K., gruñeron.
—No. —Jaehyo negó con la cabeza—. Tienes que abrir la mente y darle una parte de ti. Muérdelo y abre tu mente. Verás lo que quiero decir.
Tae Yong no estaba muy seguro sobre esto, pero ¿qué sabía él? Jaehyo era el maestro en esto. Tae Yong era el torpe estudiante que sólo consiguió hacerlo medio correctamente y se sentía como una mierda por ello. Mordió en el cuello a Dino, oyendo a D.K. gruñir mientras abría su mente.
Se sorprendió al ver su esencia fluir alrededor de él perfectamente. Mentalmente extendió la mano, agarrando una parte de ella y luego la empujó dentro de Dino a través de la herida abierta. Todo fue mental, pero Tae Yong podía sentir una parte de él fluir hacia el otro hombre.
Cuando Dino se calmó y Tae Yong sintió el vínculo formarse, se levantó. Jaehyo no le había dicho nada acerca de un vínculo.
¿Esa era la razón por la que el Príncipe tenía a tantos leales seguidores? Nah, Jaehyo era un buen líder, se había hecho un nombre por sí solo. Sin embargo, esa impresión hacía que su alma se agitara.
—¿Está bien? —D.K. preguntó mientras recogía a Dino, acunándolo estrechamente contra su enorme pecho.
—Está bien —dijo Jaehyo colocando una mano sobre el hombro de D.K.—. Llévalo a casa, y acuéstalo en tu cama.
—¿Cómo está Min Hyuk? —preguntó D.K., aplastando a Dino contra él. Tae Yong pensó que el pequeño hombre se iba a ahogar a causa del feroz abrazo de D.K.. Sentía la necesidad de insertar un tubo de respiración o alguna otra cosa.
—Mejor de lo esperado. Está manejándolo bien. Sin embargo, sólo está comenzando. —Jaehyo les guiñó un ojo mientras salía de la habitación.
—Lo siento, D.K.. No lo sabía —ofreció Tae Yong mientras observaba al pequeño hombre dormir en los brazos de D.K.. El contraste entre el tamaño de sus cuerpos era increíble para Tae Yong.
—Estamos bien. Sé que no lo hiciste a propósito.
—Cuida de él o te patearé el culo —le advirtió Jaehyun mientras miraba a D.K.. Tae Yong sintió ganas de reír, pero no quería dañarle a Jaehyun su intimidante mirada. Era demasiado adorable.
—Promesa. —D.K. sonrió mientras se difuminaba. Tae Yong no tenía ninguna duda de que Dino estaba en buenas manos. Tenía la sensación de que D.K. acabaría con cualquier persona que llegara a estar cerca del hombre más pequeño.
Jaehyun entrelazó los dedos con los de Tae Yong riendo. —Bueno, eso fue muy emocionante.
Tae Yong sacó a su compañero de la oficina. Había sido una larga noche y todo lo que quería hacer era ir a dormir. —Vamos, bebé. Volemos fuera de este lugarcito.
Jaehyun miró alrededor de la casa para ver si se había acordado de agarrar su colección de CD de Rolling Heads cuando el timbre sonó. Él sonrió mientras caminaba hacia la puerta principal.
—¿Es tu familia? —preguntó Tae Yong desde el sofá.
—Algunos —respondió mientras abría la puerta.
—¡Jaehyun! —Irene se echó en brazos de Jaehyun—. ¿Dónde demonios has estado?
—Sí —gruñó botón colocando sus pequeños puños en las caderas—. ¿Dónde demonios has estado?
—No, cariño. No puedes decir eso —dijo Irene a su hija mientras Jaehyun se reía. Su sobrina ignoró a su madre dándole a Jaehyun una ofendida mirada.
—Grrr —Wendy le gruñó a Jaehyun—. El oso te va a comer por no estar en casa.
Jaehyun se sentía aterrado de decirle a Irene lo que estaba pasando. Y doblemente asustado de que Wendy tuviera miedo de él ahora. Hizo todo lo posible para ocultar sus colmillos mientras llevaba a su hermana y su sobrina a la sala de estar.
—Irene, botón, este es Tae Yong. Él es, eh, mi novio. —Jaehyun dio un paso atrás, a la espera de preguntas. Se sorprendió cuando Irene abrazó a Tae Yong.
—Ya era hora de que él encontrara a alguien. —Ella se echó a reír cuando se alejó, su hinchado vientre lograba meterse en el camino de todo.
—¿Él es mi tío, también? —preguntó Wendy.
Tae Yong se puso en cuclillas delante de su botón. —Lo soy. ¿Cómo estás, princesa? —Tae Yong estrechó la pequeña mano y Wendy se rio.
—Mi nombre es botón —ella corrigió a Tae Yong.
Jaehyun se echó a reír. Sabía que le gustaba ese nombre.
«Mocosa». Estaba contento de ver a su familia y que Tae Yong les hubiera caído tan bien, pero seguía siendo un manojo de nervios. Había cosas que necesitaba discutir con su hermana, cosas con las que ella no iba a estar muy feliz. —¿Puedo hablar contigo en la cocina, hermana?
Wendy rodó los ojos. —¿Cuando me vas a tratar como a un adulto?
Jaehyun sonrió mirando de su sobrina a Tae Yong.
—Yo lo hago pequeña señorita botón. Sigue por favor. — Tae Yong sonrió cuando comenzó una conversación acerca de osos y dinosaurios con Wendy.
—¿Qué pasa, Jaehyun? —preguntó Irene cuando entró en la cocina y se apoyó en el contador.
—Quería decirte que me voy por un tiempo. Te dejaré la casa para ti y Ye Jun.
Irene sonrió mientras se frotaba el vientre. —Tenía la sensación que este día llegaría.
Vale, Jaehyun estaba confundido por su reacción. —¿Qué quieres decir?
Irene se aclaró la garganta cuando se apartó del mostrador, tomando las manos de Jaehyun entre las suyas. — Mamá nunca te dijo acerca de tu adopción, ¿verdad?
Jaehyun negó con la cabeza. —No, ella simplemente me dijo que fui adoptado. Nunca me dio ningún detalle.
Irene suspiró. —Le dije que debía decírtelo todo. Ahora me toca a mí enterarte de todo. Eso no es justo. Por favor, no me odies por mantener su secreto.
Los vellos en el cuello de Jaehyun se erizaron liberando sus manos de las de su hermana. —Suéltalo.
—Un hombre vino a mamá, esperando que ella te tomara. Le dijo que había algo muy especial acerca de ti, pero que tus padres habían muerto y que necesitabas de un buen hogar lleno de amor en donde crecer.
Esto comenzó como una de esas historias que tenían un “pero”. Podía sentirlo. —¿Pero?
Irene miró por encima del hombro de Jaehyun y luego se aclaró la garganta. —Naciste de un vampiro, pero el hombre dijo que algo había salido mal en el útero. Yo realmente nunca lo creí. Fuiste un niño normal y saludable mientras crecías. Tanto mamá como yo pensamos que el tipo estaba loco.
—¿Y papá?
Irene negó con la cabeza una vez más mientras ella metía la mano en la nevera y sacaba una botella de jugo. —Pensaba que mamá solo quería un hijo, así que aceptó. Nunca supo lo que el hombre le había dicho.
—Así que yo fui una especie de adopción de callejón. ¿Un extraño regalo? —Jaehyun preguntó con su mandíbula apretada y las manos en puño—. Hubiera sido bueno saberlo, Irene. He pasado un infierno toda mi vida preguntándome por qué yo era diferente. Por qué tenía unas ansias de las que no podía hacer nada al respecto. No tenía ni una jodida idea de lo que eran esas ansias.
—Pero no eras diferente —protestó Irene.
Jaehyun levantó la mano. —Sí, lo era. —Le enseñó los colmillos, demostrándole a Irene que el misterioso hombre que lo dejó en la puerta de unos humanos estaba en lo cierto.
—Oh. —Irene se cubrió la boca con la mano y luego se acercó a Jaehyun, tocando las puntas de sus colmillos con sus uñas—. Guau.
—¿Son reales? —preguntó Wendy mientras corría a la cocina. Jaehyun vio a Tae Yong de pie en la puerta, una mirada de apoyo emanaba de su rostro. Jaehyun sabía que Tae Yong estaba allí para protegerlo, pero ésta era su hermana. Era innecesario. Si ella no lo aceptaba, él trataría con la pérdida. Pero el gesto fue muy preciado.
—Ahora eres un oso. —Wendy chilló de alegría—. Cool.
Jaehyun miró a Irene por un momento antes de que él se inclinara por la cintura y alzara a su sobrina, pasando la mano sobre su hermosa cabellera. —Ella siempre será protegida y amada. No la alejes de mí.
Irene parecía a punto de llorar mientras le sonreía a Jaehyun. Tae Yong vino detrás de él, poniendo su mano sobre la espalda de Jaehyun. —Nunca podría alejarla de ti. Cada vez que quieras verla, ya sabes dónde vivimos.
Tae Yong pasó su mano arriba y abajo por la espalda de Jaehyun inundándolo de alivio. —Dile a mamá lo que te he dicho. Lo que has visto. Hazle saber que su hijo realmente es un vampiro.
—Cool —dijo Wendy mientras escarbaba con los dedos sus colmillos—. ¿Quieres venir a mi escuela y mostrárselos a todos? No me van a creer.
—Hablaré con ella —dijo Irene, haciendo rodar los ojos—. Además, todo el mundo pensará que está pasando por una etapa.
—No —gritó Wendy y luego se veía arrepentida—. Lo siento, mamá.
Jaehyun apretó a su sobrina contra su pecho antes de dejarla abajo. —Ahora que todo está arreglado, permítanme terminar de empacar.
continuara...