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34. Los Papas de Mir (23) por dayanstyle

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Jongin estaba sentado en su oficina, los músculos de su cuerpo relajados por ahora. Levantó los pies arriba del escritorio y lanzó su pelota para el estrés al aire, la atrapó y la lanzó de nuevo. No había descubierto qué hacer acerca del golpe a él y los otros líderes.

El problema que enfrentaba era que no sabía ni cómo ni quién lo había planificado. Los cuatro líderes habían rastreado al que consideraron el líder, Choiza, el tío de Ryeowook — Ryeowook era el vampiro que vivía con los Moon— pero no habían podido dar con el tipo. Habían descubierto que Choiza para nada era el más fuerte, sólo era el hombre más abajo del tótem.

Jongin amaría poner las manos en el tipo. Se inclinó hacia atrás y volvió a lanzar la pelota en el aire mientras suspiraba. ¿Por qué la vida se complicaba a cada momento? El caos parecía siempre saltar justo cuando más confortable y pacífico estaba alrededor.

Habían estado bien por un tiempo, pero eso sólo lo hacía pensar en los planes que tenía que hacer con Changjo, Him Chan, y Jae Hyo. No había manera de que los golpes se terminaran.

Su suerte no es buena.

 

 

 

Lee Joon llevó su flamante motocicleta nueva por el camino de grava mientras se estacionaba al lado del carro de Mir.

 

Estaba tan nervioso como el infierno, caminaría hacia una casa llena de lobos. Solo no sabía qué tipo de recepción tendría.

Desde que descubrió que Mir era su pareja, Lee Joon no había estado aquí. Tenía que tomar las cosas con calma. Infiernos, un caracol se movería más rápido de lo que él lo hacía. Pero Lee Joon sabía que Mir era humano y necesitaba tiempo. Tiempo era algo que Lee Joon no tenía problemas para dar.

Se quitó el casco, dejándolo en el asiento, y entonces caminó hacia la costosa mansión. Cuando Lee Joon subió los escalones y tocó el timbre, notó la cámara que giraba y se enfocó en él, la pequeña luz roja delante parpadeaba rápidamente. Él haría lo que ningún hombre haría cuando ve una cámara.

Se rascó sus  bolas.

 

Lee Joon se rio consigo mismo cuando la puerta se abrió. Su pequeña carcajada murió cuando vio a su pareja. Joder si Mir no se veía como para comerse. —Vine para llevarte a montar en mi hog. —Lee Joon sonrió mientras jugaba con las palabras. Había estado pensado en esa línea durante todo el camino hacia acá. Él debería de mostrar sus cartas. Las orejas de Mir eran de un profundo rojo cuando se ruborizó.

—¿En serio, ahora?

 

Lee Joon estaba orgulloso de si mismo. —Si, ven conmigo.

—Le dio un guiño. Maldición si no estaba caliente como el infierno. Y Mir parado ahí viéndose totalmente delicioso. El pene de Lee Joon pulsaba mientras estudiaba el cuerpo de Mir, lamiendo sus labios ante la tentadora vista. Quería que su lengua bañara esa pálida piel desde las cejas hasta las uñas de los  pies.

 

Lee Joon se movió a un lado cuando Mir salió de la casa y cerró la puerta detrás de él, bajó la voz a un nivel conspiratorio, haciendo que Lee Joon inclinara la cabeza para poder escuchar la conversación. Ahí afuera sólo estaban ellos dos. —Tengo que ir a ver un departamento. ¿Podemos ir mientras estamos afuera?

Sus sentidos inmediatamente se pusieron en alerta.

 

Lee Joon luchó por evitar que su oso saliera mientras el pensamiento de que alguien hiciera a su pareja huir, hacía que sus garras amenazaran con salir de las uñas y romper a alguien en pedazos. Hormigueaba, hormigueaba tan urgentemente, pero logró mantener en la bahía a su oso. —¿Por qué? ¿Tus papás te están molestando por mi causa?

No le importaba cómo se viera ante los ojos de Mir. Pero si los papás de su pareja estaban haciendo que Mir se fuera, Lee Joon iba a patear sus traseros. Joder si se iba a dejar caer. Respetaba a los hombres por lo protectores, pero hay algunos padres que se apegan tanto a los hijos que casi los estrangulaban. Rezaba que ese no fuera el caso con Mir.

—No —dijo Mir rápidamente mientras sacudía la cabeza negando, jalando a Lee Joon un poco más lejos de la puerta—. Sólo necesito mi propio lugar. Soy un hombre adulto. Necesito pararme sobre mis pies. Es tiempo de que abra mis alas y tome el mundo como un hombre.

—¿Desde cuándo tienes alas? —No quería jugar al bromista ahora, pero a Lee Joon no le gustaba que su pareja viviera solo. No era seguro para Mir estar lejos de la manada—.

¿Por qué no te mudas conmigo? —Maldición, había tenido una brillante idea. Lee Joon se palmeó mentalmente la espalda. Era tan malditamente inteligente.

 

Mir se ruborizó mientras sacudía la cabeza viendo hacia la puerta del frente antes de enfrentar a Lee Joon. —Entonces también podría seguir aquí. Quiero mi propio lugar, ¿sabes?

No. Él no entendía lo genial de vivir solo. Lee Joon estaba acostumbrado a una casa llena de hombres discutiendo y a cenas ruidosas. Amaba absolutamente eso. No estaba seguro de que pudiera manejar el silencio. Eso podría volverlo loco. Lee Joon sabía que podía empezar a hablar consigo mismo y contestarse a si mismo si él tenia que estar solo. No, eso no iba con él.

—Podemos hacer eso. —Dios, él era un marica. Lee Joon tomó la mano de Mir y lo guió por el jardín. No quiso decir lo que realmente pensaba. A Mir podría no gustarle eso.

Le dolía que su pareja no quisiera vivir con él. Eso era, simplemente doloroso. Mir era su pareja, debería de vivir bajo el techo de los Moon, no en alguna mierda de departamento, viviendo solo. Hacía que sus mandíbulas se tensaran ante las posibilidades de lo que le pudiera suceder a su pequeña pareja. No, no le gustaba eso ni un poco.

—Despacio. —Mir jadeó mientras corría al lado de Lee Joon. Y claro, Lee Joon caminó más despacio. No estaba tratando de lastimar a su pareja. Le molestaba el rechazo y le molestaba que su pareja voluntariamente se pusiera en riesgo. Está bien, lo que más le molestaba era que su pareja no quisiera vivir con él. Esa mierda dolía.

—Lo siento —gruñó mientras tomaba el casco del asiento de la motocicleta. Sacó el de Mir de la caja de la motocicleta. Lee Joon había estado tan emocionado cuando se lo compró a su pareja. Ahora sólo lo sostenía sin pensar. También le dio a Mir la chaqueta que su pareja se había probado en la tienda.

—Esto es lindo —dijo Mir mientras pasaba sus manos sobre la piel de la chaqueta.

—Si, lindo.

 

Mir bajó la chaqueta, viendo a Lee Joon con inseguridad en su mirada. Lee Joon se sintió como una mierda por actuar como un niño con rabieta cuando las cosas no se hacían a su manera. Pateó la grava, viendo las piedrecillas cruzar el área. Apoyó las manos en las caderas y tomó una profunda respiración. —Lo siento.

—¿Qué sucede? —Lee Joon podía ver la duda en los ojos de su pareja. Mir se alejaba y eso era lo último que él quería. Era el momento de comer mierda.

—Solo pensaba, que quizás si te mudabas, podrías querer vivir conmigo. —Joder si eso no se oía como si fuera un niño de cinco años con rabieta. Giró los labios a un lado y miró a Mir a su lado. Preguntándose si su pareja no le pegaría con la mano en el trasero. Se lo merecía. Parecía que Lee Joon sólo no pudiera hacer lo correcto cuando era sobre su pareja. Durante los últimos días, él había estado dudando para decir lo correcto y hacer lo correcto y fallaba miserablemente.

—No estoy listo para eso, chico grande —Mir dijo suavemente mientras colocaba su mano en el pecho de Lee Joon haciendo que jadeara—. Infiernos, apenas si estoy listo para el sexo. —Su pareja apartó la mano, curvó sus labios y se volvía de un tono rosa mientras sus ojos veían alrededor. Ahora Lee Joon realmente se sentía como una mierda. Si él había interpretado correctamente…

¡Santa jodida! Mir era virgen. El darse cuenta golpeó a Lee Joon como un tráiler Mack a mil kilómetros por hora. Gruñó, olvidándose de todo lo que había estado pensando mientras jalaba a Mir a sus brazos, chocando su boca con la de su pareja. Entonces eso era lo que estaba mal con él. Lee Joon estaba feliz de saber que no era porque él había actuado  como un total imbécil. Él quebró el beso, sonriéndole a su pareja. —No te preocupes, iré despacio.

—¿Qué acerca de la soga? —Mir preguntó mientras Lee Joon lo dejaba de pie. Se detuvo, preguntándose en dónde infiernos su conversación se perdió. Él tenía muchas ideas locas en su cabeza de lo que podía hacer con Mir cuando finalmente lo reclamara, pero sogas nunca habían entrado a su mente…hasta ahora.

—Uh, ¿soga?

 

Mir movía sus manos frente a él mientras sacudía la cabeza de un lado a otro. —No importa. Las parejas me dieron el consejo, pero no creo que supieran de lo que hablaban.

Lee Joon estaba curioso acerca de la cosa de la soga.

¿Exactamente qué le habían dicho a su pareja? —Continua —lo animó, quería detalles, muchos, muchos detalles.

Mir sacudió la cabeza más duro, sus ojos decididos. —No hay manera. Olvídalo.

Se rio mientras le colocaba el casco a Mir en la cabeza, cerrando las correas en su lugar. —Lo descubriré. —Se inclinó más cerca, tomó el mentón de Mir entre sus dedos mientras veía los ojos verde hierba de su pareja—. Pero para futuras referencias, si quieres saber algo acerca del sexo, pregúntame. —A Lee Joon le gustaba el hecho de que su pareja estuviera tan nervioso como para preguntar alrededor. No sabía por qué, pero lo hacía.

Mir levantó la mirada mientras Lee Joon levantaba una pierna y montaba en su nueva motocicleta. —Sube, bebé.

Su pareja tomó sus hombros y se deslizó detrás de él. Lee Joon estaba listo para jalar a Mir de nuevo a la tierra y joderlo como un oso salvaje. El chico se sentía muy bien ahí atrás. La  intimidad  lo  estaba  volviendo  loco.  Los  pequeños dedos encajándose en sus hombros lo aturdieron más mientras Mir se sentaba.

Lee Joon condujo a través del pueblo y se estacionó frente a un edificio de departamentos que estaba al lado de la estación de policía. Esperó a que Mir desmontara antes de bajar. Ellos caminaron hacia el departamento ‘En renta,’ y Lee Joon tocó.

Aun no le gustaba que Mir viviera solo. Se preguntaba lo que sus papás pensaban sobre eso. Se preguntaba si incluso Mir les había dicho. Lee Joon tenía el presentimiento de que no.

—¿Si? —Un hombre mayor abrió la puerta, viéndose irritado hasta que vio a Lee Joon. Su cara cambió y entonces vio a ambos nervioso—. ¿En qué puedo ayudarles?

Lee Joon apoyó un brazo en el marco de la puerta, mostrando toda su enorme altura, señaló con la cabeza hacia Mir. —Mi novio quiere ver su departamento.

—Seguro, seguro. —El hombre se apresuró a regresar al interior de su departamento y entonces corrió de regreso a la puerta con un juego de llaves.

—Él va a vivir solo, pero yo estaré todo el tiempo con   él

r13;dijo Lee Joon advirtiéndole al salir, y el hombre bajó la cabeza entendiendo. Bueno, el hombre no era estúpido. Lee Joon no quería malos entendidos respecto a que Mir estaría bien cuidado y vigilado.

—No hay problema. La mayoría de los vecinos están solos. No tenemos problemas aquí dado que estamos justo al lado de la estación de policía. No, es realmente un buen edificio. —Aun así, eso no tranquilizaba las preocupaciones de Lee Joon mientras el gerente les guiaba al primer departamento. Movió las llaves hasta que encontró la correcta y abrió la puerta, permitiéndole a Mir y a Lee Joon entrar.

Lee Joon colocó su mano en la baja espalda de Mir mientras entraban al departamento. No le gustó el lugar. Era tan malditamente pequeño. A Lee Joon tampoco le gustó el color del suelo o el papel tapiz de las paredes, ni el calentador, ni una maldita cosa. Sabía que estaba siendo prejuicioso, pero no podía evitarlo.

—¿No tiene algo más grande?

 

Mir levantó la vista y le regaló una devastadora sonrisa. La sonrisa hizo que su corazón se detuviera, haciendo que Lee Joon estuviera duro como una roca justo ahí, mientras entraba en el armario del departamento. —Voy a vivir solo, Joon. No creo que necesite mucho espacio.

Lee Joon se estremeció cuando oyó a Mir decir su nombre. Deseaba ya estar sobre una cama en ese pequeño departamento. Miró a su pareja más cerca mientras su pareja vagabundeaba. Eso le tomó dos segundos. El lugar era pequeño. Infiernos, si él cambiaba iba a hacer un agujero en una de las paredes. —Aun así digo que necesitas uno más grande. —Le sonrió a su pareja, esperando que captara la insinuación.

Mir abrió más los ojos y entonces se limpió la garganta. Niño, él podía hacer que su pareja se ruborizara. Lee Joon estaba orgulloso de ese hecho. —Más grande puede ser mejor, pero no estoy seguro de estar listo para uno más grande.

Lee Joon inclinó la cabeza y vio hacia su pareja. ¿Estaban hablando de departamentos? Tenía la sensación de que no era así, entonces sólo siguió con eso. —Deja de preocuparte tanto. Sólo porque es más grande no quiere decir que no lo disfrutes. Estoy malditamente seguro de que podrás manejarlo.

—Tengo un departamento más grande —el gerente interrumpió viendo a ambos con curiosidad.

—¿Pero qué si es tan grande que no ajusta? —Mir preguntó tímidamente, finalmente la raíz del problema. Lee Joon quería carcajearse. ¿Eso era a lo que le temía su pareja? Sus miedos eran infundados. No había manera de que no ajustara perfectamente en el interior del cuerpo de Mir. Apostaría su vida a eso.

—¿Huh? —el gerente preguntó viéndose aun más desconcertado—. ¿Ajustar en qué?

—Realmente dudo eso, Mir. El destino no me daría una pareja que no ajuste. Deja de preocuparte. —Envolvió su brazo en los hombros de Mir mientras se giraba hacia el gerente. Quería reírse ante la expresión perdida del tipo—. Muéstrenos el más grande, por favor.

Ellos siguieron al redondo hombre dos pisos arriba. Lee Joon estaba jadeando para cuando llegaron al departamento. Quizás él necesitaba dejar su tercera porción de cena. Eso estaba comenzando a pesarle.

—Aquí es —dijo el gerente mientras le quitaba la llave y entonces se apoyó contra la pared, envolviendo una mano en su cara.

Lee Joon estaba a cinco segundos de unírsele, necesitaba salir más a correr.

—Wow —Mir jadeó mientras entraba—. Este es perfecto.

 

Lee Joon miró alrededor. Tenía que admitirlo, había mucho más espacio. Ese tenía dos recámaras, pero le gustaba que tenía mucho más espacio. Más espacio era bueno. No se golpearía las espinillas contra las mesa de café solo al pasar.

r13;¿Te gusta este?

 

Mir asintió mientras deslizaba su brazo alrededor de la cintura de Lee Joon. Oh hombre, él le daría a Mir cualquier cosa que quisiera, y lo sabía. Él estaba perdido. —Me gusta este.

—Genial —dijo el gerente mientras entraba al interior, viéndose aun un poco jadeante—. Si vamos a mi oficina, podemos empezar a firmar los papeles.

Mir se reía graciosamente mientras levantaba sus brazos al aire. Lee Joon se reía ante el entusiasmo de su pareja. Bajar las escaleras fue mucho más fácil. Lee Joon decidió que volvería a correr a diario. No le gustaba el hecho de estar fuera de forma. Necesitaba estar en buena condición por su pareja. Tenía la sensación de que una vez que Mir pasara su primera vez, el chico iba a ser una bestia. Lee Joon veía eso.

También rezaba por eso.

 

Se sentó al lado de su pareja mientras Mir se encargaba de los arreglos de la renta con el gerente. Una vez que ellos terminaron, regresaron a la motocicleta y llevó a su pareja de nuevo al camino.

—¿A dónde vamos? —Mir gritó al oído de Lee Joon. Lee Joon sonrió. —A mi casa. —Se rio cuando sintió que Mir se tensaba detrás de él. Habían pasado semanas desde la comida en el patio, y Mir no había regresado desde entonces. Su Pa había hablado acerca de conocer al jovencito de  Lee Joon.

Era un misterio que su Pa sólo aceptara que todos sus hijos fueran gay. No podía entenderlo. Cualquiera que fuera la razón, estaba agradecido.

Tomó el camino hacia su casa, vio a Seung Ho y a Hoon sentados en el columpio del porche. Les dio un bajo gruñido mientras disminuía la velocidad de su moto. Lee Joon    quería que Mir conociera a su familia, pero ¿por qué esos dos tenían que ser quienes le dieran la bienvenida?

Seung Ho sonreía de oreja a oreja mientras Lee Joon estacionaba su motocicleta. Amaba a su gemelo, en realidad lo hacía, pero había días que quería estrangularlo. Conocía a Seung Ho como la palma de su mano y no era nada sino problemas. Usualmente Lee Joon disfrutaba entrando en problemas, pero no hoy.

—Bienvenido a casa, hijo perdido —Seung Ho bromeó mientras Mir desmontaba. Hoon vio a su pareja, no dijo una palabra. Eso sólo podía significar problemas—. ¿Encontraste cómo conseguir su culo? —Seung Ho preguntó mientras se levantaba del columpio y se apoyaba en el barandal.

—¿Parece eso? —Lee Joon preguntó mientras se quitaba el casco y lo dejaba en el asiento, Mir hizo lo mismo. Su pareja inmediatamente se puso al lado de él, deslizando su mano en la de Lee Joon. Le dio un leve apretón antes de guiar a Mir a los escalones del porche.

Lee Joon gruñó cuando Seung Ho se acercó, jalando a Mir y dándole un gran abrazo de oso. Los ojos de Mir parecían que iban a saltar de su cabeza mientras movía sus brazos alrededor. Lee Joon palmeó la parte de atrás de la cabeza de Seung Ho. —Déjalo ir, tonto.

Mir gritó cuando Hoon lo tomó y corrió al interior de la casa con él. Lee Joon casi arranca la puerta de malla cuando fue detrás de su pareja. —¡Bájalo!

—¿Qué es todo este alboroto? —Pa preguntó mientras se limpiaba las manos en una toalla de la cocina, Yoseob y DongHo al lado de él. Lee Joon señaló a Hoon, gruñendo las palabras.

r13;Estoy cerca de matarlo. Solo te daré una justa advertencia y una oportunidad de despedirte del imbécil.

—¡Hoon! —su Pa gritó, y Hoon inmediatamente dejó a Mir. Su pareja prácticamente corrió hacia él. Lee Joon levantó los brazos y envolvió a su Mir.

—Hazlo de nuevo, y sabrás dónde dormirás —le advirtió al trillizo mientras lo veía amenazadoramente.

—Solo lo traía con Pa —Hoon bromeó mientras se reía—. No hice daño.

¿En dónde infiernos había entrado? Mir veía a los grandes hombres alrededor de él y se preguntaba si era demasiado tarde para salir corriendo de la casa gritando. Solía estar con hombres grandes. Infiernos, vivía con toda una manada de ellos, pero estos tipos eran enormes.

—Hola, soy el señor Moon, pero tú puedes llamarme Pa.

—El padre de Lee Joon extendió su enorme mano. Parecía ser el más grande de todos ellos. Mir lo había visto en la comida en el patio, pero sus ojos habían estado pegados a Lee Joon. Ahora que veía a los hermanos y al papá de su pareja, ellos lo asustaban mucho.

—No te preocupes por Hoon y Seung Ho. Si ellos ponen una mano en ti, solo grítame y ellos se apartarán. —Pa le dio un guiño. Mir no sabía qué pensar, así que sólo asintió. Conocer gente estaba bien, pero cuando ellos iban a ser familia, eso lo aterraba. La última cosa que Mir quería hacer era verse como un tonto frente a la familia de Lee Joon, así que no dijo ni una palabra.

—Sígueme, bebé —dijo Lee Joon mientras guiaba a Mir hacia las escaleras. Mir tragó saliva al darse cuenta a dónde se dirigían—esa era la habitación de Lee Joon. ¿Estaba listo para eso? Mir no estaba seguro, pero estaba cerca de descubrirlo.

 

Lee Joon abrió una puerta a la mitad de un largo pasillo y se hizo a un lado mientras le daba una gran sonrisa a Mir para que entrara al cuarto. Si, correcto, esa era su recámara.

«No beses a otro hombre, usa soga, baila para Lee Joon, déjale que actué como un cavernícola y que se haga cargo». Se preguntaba si Lee Joon tendría pizza en su recámara. Mir dio un paso adentro y se detuvo. La cama era tamaño mamut, viéndolo y tentándolo, diciéndole a Mir que él estaba cerca de ser partido por la mitad. Mir sacudió la cabeza, tratando de quitar esas imágenes mientras tragaba alrededor de su seca garganta.

—Sólo te estoy mostrando mi cuarto, Mir. No necesitas asustarte —Lee Joon le dijo suavemente mientras presionaba su mano en la baja espalda de Mir, empujándolo a que entrara más en la recámara, y entonces cerró la puerta detrás de él. Si él no tenía por qué estar asustado, entonces ¿por qué la cama se burlaba de él?

Joder. Estaba perdiendo la maldita cabeza. Mir podía sentir su cuerpo comenzar a temblar mientras recorría el cuarto. Notó a Lee Joon apoyarse en la cómoda, cruzando sus brazos sobre su enorme pecho. El hombre estaba actuando como si él esperara que Mir bailara para él.

Mir movió un pie hacia adelante y luego lo deslizó hacia atrás, decidió que no había una maldita manera de que fuera a bailar para el gran oso. Ni una jodida manera. ¿Por qué Lee Joon no decía algo? Estaba poniendo a Mir nervioso como el infierno que sólo estuviera viéndolo.

—Entonces, ¿este es tu cuarto? —Mir preguntó, mientras se golpeaba mentalmente. Duh, ¿qué no es eso obvio? ¿No acababa el oso de establecer ese hecho? Él era un verdadero y enorme tonto, y lo sabía. La palabra torpe danzaba en su cabeza mientras veía alrededor.

 

Lee Joon se apartó de la cómoda y caminó hacia Mir como el depredador a su presa, su enorme cuerpo rápidamente se comió la distancia mientras se dirigía directo a él.

Joder. Ahora estaba en profundos problemas.

 

 continuara...


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