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34. Los Papas de Mir (23) por dayanstyle

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Mir sostenía la mano de Lee Joon mientras recorrían la calle. Se dirigían al restaurante a cenar. Ambos estaban exhaustos por ordenar el departamento de Mir. Había sido un día largo y todo lo que Mir quería era comer, ducharse y dormir. Estaba emocionado de que Lee Joon hubiera aceptado quedarse a pasar la noche.

Para ser honestos, estaba un poco asustado de dormir solo en un nuevo lugar. Mir nunca había vivido solo antes, y descubrió que no le gustaba. Estaba demasiado avergonzado para decirle a Lee Joon que lo había reconsiderado. Después de toda la ayuda que había recibido de la manada, Mir ahora se sentía obligado a quedarse ahí.

Estaba tratando duro de ser un hombre y pararse sobre sus dos pies. Admitir que se había equivocado dañaba su ego. Justo ahora Mir tenía que aguantarse y tratar con eso. Vio la calle cuando se acercaban al restaurante y el corazón de Mir empezó a latir más fuerte. Eun Jo estaba afuera de la oficina de correos, su espalda contra la pared y un pie apoyado en el edificio.

Mir evitó verlo y apretó más la mano de su pareja. No había visto a Eun Jo desde el verano en que llegó por primera vez. Y Mir no había querido verlo desde entonces.

—¿Estás bien, honey? —Lee Joon preguntó mientras pasaban al lado de Eun Jo. El pelirrojo le sonrió cínicamente e inclinó la cabeza ligeramente cuando Mir pasó. Rápidamente alejó la mirada e inclinó la cabeza distraídamente.

 

—Si. Estoy bien. Solo hambriento y cansado. —Eso era parcialmente la verdad. Vio hacia atrás y vio a Eun Jo viéndolo. Mir nunca había sido más feliz que el día que descubrió que su papá, Eli, había despedido a Eun Jo por encontrarlo robando. Pensó que nunca vería al chico de nuevo. ¿Qué estaba haciendo aquí ahora? Mir sabía que Eun Jo vivía en una de las granjas de las afueras del pueblo, pero no lo había visto en años.

¿Por qué ahora?

 

—Vamos. Consigamos algo de comida para ti.

 

Mir no iba a discutir. Caminó rápidamente hacia el restaurante, apresurándose a entrar mientras Lee Joon mantenía la puerta abierta para él. Inmediatamente el ruido de conversaciones y cubiertos lo rodeó mientras Mir veía alrededor.

—Tomen asiento, chicos —Donghae, el mesero y una de las parejas, les dijo. Mir vio a Ren y se dirigió directo al mostrador.

—¿Es en donde quieres sentarte? —Lee Joon preguntó siguiendo a Mir al mostrador.

—Si. ¿Te molesta?

 

—No —dijo su pareja mientras se sentaba en una de las sillas altas—. No me molesta para nada.

Mir tomó asiento al lado de su pareja y frente a Ren, la pareja de Baekho preparaba una malteada. —Hey, Mir. ¿Puedo ofrecerte algo?

Mir le sonrió al chico de aspecto femenino. Aun estaba asombrado que Ren fuera un tigre —uno pequeño, pero nada menos que un tigre. Mir vio a Baekho charlando con su socio, Jae Suk. Todo parecía normal aquí. Incluso había algunos guerreros    con sus parejas en las mesas. Si, todo estaba normal. 

 

Hasta que vio a Eun Jo entrar y tomar asiento a unas sillas de él. Mir perdió el apetito pero no quería que Lee Joon lo interrogara. —Quiero una malteada de fresa-banana.

—Suena bien. También quiero una —dijo Lee Joon chocando el hombro con el de Mir. Mir le sonrió a su pareja, feliz de estar alrededor de él y viendo los ojos grises de su pareja. Podía ver el amor en ellos. Mir sintió su cara ruborizarse cuando Lee Joon se inclinó y le dio un rápido beso.

—Quiero lo mismo —dijo Eun Jo. Mir se tensó.

—¿Estás bien? —Lee Joon preguntó de nuevo mientras se apartaba para ver a Mir a los ojos.

—Si —mintió alejando la vista de su pareja. Mir odiaba el hecho de mentirle a su pareja. Odiaba el hecho de que Eun Jo estuviera a unas sillas de él. ¿Por qué estaba jodiéndolo? No había otra explicación.

—Aquí están —dijo Ren mientras colocaba las malteadas frente a Mir y Lee Joon. Mir le agradeció y tomó la pajilla para tomar la fría bebida. Los ojos de Eun Jo seguían viéndolo, así que giró el cuerpo para estar frente a su pareja.

—¿Podemos ordenar para llevar? Estoy más cansado de lo que pensaba.

—Seguro, honey. —Lee Joon envolvió los hombros de Mir con su largo brazo, haciendo que se sintiera seguro en el mundo. Mir prácticamente se enterró en un costado de Lee Joon mientras bebía su malteada. Yoseob salió de la cocina con sus órdenes, mientras Mir hacía su mejor esfuerzo para no ver a la derecha.

 

Una vez que tuvieron la comida y pagaron, Mir estaba malditamente cerca de salir corriendo del restaurante. No quería pasar un segundo más en donde estaba.

—Tranquilo, honey. —Lee Joon tomó a Mir de la cintura mientras Mir se dirigía a la puerta. No quería tranquilizarse. Mir quería llegar a su horrible nuevo departamento y sólo subir a la cama con su pareja. Quería que su oso envolviera su cuerpo y le diera el calor y la protección que necesitaba ahora.

—Estoy cansado.

Lee Joon lo veía extrañado. Mir bajó la mirada mientras esperaba a que Lee Joon lo liberara. —Está bien, pero tranquilo.

Mir asintió y su pareja retiró el brazo. Se dirigieron a la puerta caminando lentamente, abrió la puerta y salió a la calle. Una calle en la que no estaba Eun Jo. Cuando pasaron frente a un gran panel de vidrio, vio a Eun Jo de nuevo viéndolo. El estómago de Mir se hizo un nudo mientras caminaba de regreso a su casa con su oso.

Se dejó caer en una de las sillas de la cocina, agradecido de levantar sus pies. Mir realmente estaba exhausto. El día había sido demasiado largo y extenuante. Lee Joon sacó los contenedores de hielo seco de la bolsa de plástico, incluían utensilios y los abrió para Mir. —Empieza, honey.

Mir ya no tenía mucha hambre, pero se obligó a medio comer lo que su pareja había comprado. Hizo su mejor esfuerzo para no mostrar su nerviosismo pero no creyó que Lee Joon se lo creyera. Gracias a Dios su pareja no le preguntó de nuevo.

Comieron en un relativo silencio. La tensión era tan gruesa que Mir casi se sentía ahogar. Hizo el contenedor a un  lado.

r13;Estoy lleno.

 

Lee Joon asintió, viéndolo más de cerca mientras él también cerraba su contenedor. —Si quieres que me vaya a casa, sólo pídelo, honey.

Mir se quedó con la boca abierta ante su pareja. Eso era lo último que quería que Lee Joon hiciera. —¿Por qué diría eso?

Lee Joon llevó los contenedores a la basura y se lavó las manos en el fregadero de la cocina. Mir veía cada movimiento, preguntándose cómo saldría de esto. No le gustaba la mirada de decepción en los ojos de su pareja. Ellos habían pasado un día genial, aparte del extenuante trabajo, pero incluso eso fue divertido con su pareja a su lado. La única cosa que había estropeado su día fue el ver a Eun Jo.

—Voy a extender el sofá —dijo Lee Joon y salió de la cocina antes de que Mir pudiera decir una palabra.

¡Joder!

 

Niel le quitó el volumen a la pantalla del monitor. No le gustaba oír a las parejas discutir. Sabía que el oso no se iría a ningún lado esta noche. Así que se concentró en los otros monitores.

Ellos parecían una pareja agradable. Niel no sabía nada acerca de osos, pero por la mirada de Lee Joon, podía decir que Mir era su mundo. No entendía por qué ellos discutían, pero sabía de hecho que Mir estaba escondiendo algo.

Niel limpió la estación de monitores con toallitas desinfectantes y alejó la discusión de la pareja de su mente.

 

 

Lee Joon despertó cuando sintió a su pareja subiendo a su lado. No estaba seguro de lo que le sucedía a Mir. Temía que su pareja no lo quisiera aquí, pero su lenguaje corporal decía una historia diferente. Si Mir no quería hablar de lo que le sucedía, Lee Joon no podía presionarlo, aunque eso le molestaba como un infierno.

Envolvió los brazos alrededor de su pareja y lo jaló frente a él. Mir enterró su cara en el pecho de Lee Joon mientras seguían acostados en silencio.

—Estoy aquí para ti.

 

Mir asintió pero no quitó la cabeza del pecho de Lee Joon. Abrazó fuerte a su pareja y suspiró. Las cosas de pareja no eran tan fáciles como había supuesto. Lee Joon creía que su ganadora personalidad podría conquistar a su pareja rápidamente. Chico, estaba equivocado. Eso había sido lo opuesto, y apestaba. No estaba seguro qué hacer o qué decir, especialmente considerando que no sabía qué infiernos sucedía con su pareja. No leía mentes.

Sonrió cuando sintió que la mano de su pareja se deslizaba por su pecho y acunaba su pene a través de su ropa interior. Quizás Mir se había mostrado tímido de pasar toda la noche juntos. Lee Joon había pensado que él sería cool ahora que ellos ya habían pasado su primera vez de esa manera. Quizás también se había equivocado en eso.

Parecía que se equivocaba mucho últimamente.

 

—¿Qué quiere hacer mi honey bunny?

Podía sentir a Mir carcajearse. Su cuerpo entero se estremeció mientras se apartaba. —¿Tu qué?

Eso finalmente hizo que Lee Joon se ruborizara. —¿No te gusta ese nombre? —A Lee Joon le gustaba ese nombre. Podría ser grande y de apariencia feroz, pero cuando llegaba con su pareja, se sentía todo cálido y sentimental en su interior. Como una dulce barra.

—No, no. Me gusta eso, pero… ¿no es eso para una chica?

 

Lee Joon se rio mientras se rodaba sobre su espalda, sentando a su pareja en su ingle. Joder si Mir no se veía bien sentado arriba de él. —No, es algo cariñoso de parejas, y nosotros somos pareja.

—Oh —dijo Mir. Su pareja se mordió el labio inferior y bajó la mirada. Parecía que habían tenido la misma idea. Lee Joon inhaló profundamente cuando Mir se puso de pie en el sofá y se bajó los boxers. Infiernos si no era una vista gloriosa. Su pene saltó libre, haciendo que a Lee Joon se le hiciera agua la boca.

Mir se volvió a sentar, frotando su culo sobre el duro como una jodida pene de Lee Joon. Lee Joon se movió, dejando que su eje frotara arriba y abajo de la grieta de Mir.

r13;Aun no me has dicho qué quieres.

 

Mir colocó sus manos sobre el pecho de Lee Joon sonriéndole. —¿Vas a hacerme que lo diga en voz alta, verdad?

—Infiernos  si.  Quiero  oír  qué  tan  sucio  habla  mi  pareja.

r13;Lee Joon rezó porque Mir no se acobardara. Necesitaba urgentemente oír a su pareja decir todo lo que quería que Lee Joon le hiciera.

Era un pervertido, eso seguro.

 

—Nunca he hablado sucio antes —Mir admitió mientras frotaba su culo contra la ingle de Lee Joon. Podía ver a su pareja deseoso pero inseguro de qué decir, así que Lee Joon tomó el control.

 

—Dime qué es lo que quieres que te haga.

 

Mir se rio graciosamente mientras pasaba sus manos por el pecho de Lee Joon. —Quiero que me jodas.

«Grr». —¿Y qué más, hon?

 

Mir lo veía intrigado. —¿Qué más hay?

 

—Oh infiernos. No tienes idea, ¿verdad? —Lee Joon preguntó mientras desde abajo de su pareja se bajaba su ropa interior sosteniendo a Mir mientras se la terminaba de quitar. Separó las piernas y jaló a su pareja un poco más atrás.

—No, no lo sé.

 

Lee Joon estaba duro como una roca mientras deslizaba a su pareja un poco más abajo. —¿Qué acerca de chupar mi pene?

Cuando Mir se tensó, evitando su mirada, Lee Joon detuvo todo movimiento. Él no iba a forzar a su pareja a hacer algo que no quisiera hacer. Quizás a Mir no le gustaba chupar penes. O quizás él pensaba que Lee Joon era demasiado grande, no estaba seguro, pero tenía una turbada expresión en su cara.

—Hey. —Lee Joon se enderezó, pasó los nudillos bajo el mentón de Mir, girándole la cara—. ¿Por qué no me dices lo que quieres, hon? ¿Está bien?

Mir asintió, estiró la mano al suelo hasta que su mano tocó la botella de lubricante y colocó su mano en el pecho de Lee Joon. —Hazme el amor.

Lee Joon no estaba seguro de lo que le iba a suceder, pero él voluntariamente haría lo que fuera para cambiar esa mirada distante por una de placer. Lubricó los dedos y entonces acercó a Mir, haciendo que su pareja se acostara sobre su pecho. Tomó los labios de su pareja en un suave beso mientras llevaba sus dedos a la entrando de su pareja. Mir gemía mientras Lee Joon lo preparaba para su invasión. Una expresión de lujuria brillaba en los ojos verde hierba de Mir cuando Lee Joon quebró el beso. Lubricó su pene y entonces tomó los costados de Mir, levantando a su pareja y entonces lo veía maRavillado mientras Mir se empalaba en el eje de Lee Joon.

—Te ves como un dios sentado ahí arriba.

 

Mir gimió y le sonrió. Su pareja tomó el respaldo del sofá con una de sus manos y comenzó a montarlo. Lee Joon veía cómo los músculos abdominales de Mir temblaban, sus músculos se hinchaban y flexionaban. ¡Se iba a correr sólo por la manera en que su pareja se movía!

Lee Joon se inclinó y jaló a Mir con él mientras devoraba su boca, palmeando las caderas de paso. Empujó profundamente su pene, tratando de enterrarse en el interior de su pareja. Mir gritaba mientras Lee Joon golpeaba duro sus caderas, sintiendo que se construía un orgasmo de proporciones épicas.

—Córrete para mi, honey bunny. —Movió más rápido sus caderas, el apretado culo de su pareja lo llevaba a la locura. Lee Joon usó la fricción para lograr que su pareja se liberara sin tocarlo ni una vez. Mir gritó el nombre de Lee Joon, haciendo que su ego creciera rápidamente mientras sentía la humedad entre ellos.

—Voy a correrme en tu culo, bebé —Lee Joon advirtió mientras lanzaba la cabeza hacia atrás y soltaba un bajo gruñido. Sus caninos descendieron mientras su cuerpo explotaba. No dudo cuando sintió que Mir empujaba su cuello hacia sus dientes. Lee Joon se hundió profundamente, cortando la carne mientras lo reclamaba una vez más.

 

Niel extendió los dedos, revisando si la escena íntima ya había terminado. Cuándo vio a la pareja dormida en el sofá, apagó el monitor. Se quedó unos minutos, tamborileando sus dedos en la estación antes de correr a su recámara y buscar a su pareja, Minsoo.

Quizás él no debería de tener tampoco una cámara en la sala. No estaba muy seguro acerca del ‘gran plan’ de Eli de mantener vigilado a su hijo. Estaba seguro de que el humano tatuado podría masticar clavos si realmente viera lo que había sucedido.

Si, mañana iría al departamento de Mir y quitaría la cámara de la sala. El único lugar en el que la dejaría sería la cocina.

—Por favor, no dejen que tengan sexo ahí también.

 

 

 

Mir caminó hacia la librería de Sungmin con la sección de ofertas de trabajos del periódico bajo el brazo. Si él iba a mantener su departamento, que era la última cosa que quería hacer, necesitaría un trabajo, algo que le ayudara a pagar las cuentas.

Lee Joon había regresado al rancho. Dijo que había mucho que hacer, y su Pa le patearía el trasero si no lograba que el trabajo estuviera terminado al final del día. Mir se rio al ver el miedo en los ojos de su oso al hablar sobre el señor Moon. Eso era realmente cómico.

—Mir —Sungmin, una de las parejas que sucedió que era medio  lobo  y  medio  humano,  lo  saludó.  Sungmin  había sido siempre amable con Mir, aunque Mir sospechaba que estaba un poco loco.

—Hey, Sung. Vine a aplicar para el trabajo de  asistente

r13;dijo Mir mientras rodeaba el mostrador cubierto de vidrio. Dejó el periódico y miró alrededor para ver a algunas personas entrar en la pequeña librería.

—Oh, gracias a Dios. Ha venido una pandilla de chicos universitarios para aplicar que no conocerían un libro de pasta dura ni aunque los golpeara en la cabeza. —Sungmin movió la mano alrededor de la tienda mientras caminaba hacia Mir—. Incluso desde que abrieron el cyber café al otro lado de la librería, no puedo mantenerme a la altura. Dime, ¿sabes hacer café exprés?

Mir podía sentir su cara arder mientras sacudía la cabeza negando. —Lo siento. Pero soy muy rápido para aprender.

Sungmin lo  miró por un  momento antes de suspirar.

r13;Entonces te enseñaré. Prefiero tener a alguien de la manada que a un chico universitario que sólo está interesado en el sexo y el más reciente teléfono android.

Mir estaba cerca de puntualizar que tenía la edad de los chicos universitarios y que ahora amaba el sexo, pero cerró la boca. Realmente necesitaba el trabajo. Si él iba a probar que era independiente, necesitaba mantener ese horrible departamento. Aunque se había acostumbrado a que la tubería hiciera ruido cada vez que alguien del edificio tomaba una ducha. Pero a las dos de la mañana, eso lo ponía nervioso. A pesar de que tenía a Lee Joon con él, eso aun lo asustaba.

—Déjame mostrarte el lugar y así podemos ir a la parte de atrás de la librería para dejar las cosas —dijo Sungmin mientras guiaba a Mir a un lado de la librería y detrás de un mostrador con una gran máquina cafetera y botellas de líquido de sabores. Rezaba porque no se le cayera en la cabeza. Él estaba  aliviado cuando Sungmin le dio un instructivo de cómo hacer el café de todos esos diferentes sabores.

—El latte de especies-calabaza es el de esta temporada, todos lo ordenan. Quizás deberíamos de empezar con ese.

Después de cerca de una hora, Mir no estaba ni cerca de hacer ni la mitad de las órdenes correctamente. Sungmin continuamente lo tranquilizaba de que podía entender las cosas. Logró conseguir el sabor de la temporada. Mir charlaba y se reía, con los clientes que llegaron.

No estuvo tan mal como había creído. A Mir le gustaba trabajar con Sungmin. Sonrió ampliamente cuando su pareja entró. Lee Joon les gruñó a algunos de los chicos universitarios que estaban frente al mostrador, charlando con Mir. Pensó que era divertido cuando su pareja se inclinó sobre el mostrador, acunando su cara marcando su reclamo.

Muy extraño que llegaran más chicos junto al mostrador. Ahora era Mir quien gruñó. No le gustó que los hombres le dieran tanta atención a su pareja. Lee Joon se rio mientras tomaba asiento con una cínica sonrisa. —¿No te gustó que se giraran los papeles, verdad?

—Ni un poco. —Mir hizo un puchero.

—¿Sabes que solo a ti te quiero, honey bunny, verdad?

 

Mir gruñó mientras algunas personas se reían disimuladamente. No solía hacer demostraciones públicas. Por Lee Joon, se acostumbraría rápidamente. Pero si el ‘honey bunny’ era parte de eso le iba a tomar tiempo acostumbrarse. Como diez años.

Mir tomó una taza para hacer otro café y le sacó la lengua a su pareja mientras lo hacía. Justo cuando se giró para provocar más a Lee Joon, vio a Eun Jo entrar a la librería.

 

 

 continuara...

 


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