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34. Los Papas de Mir (23) por dayanstyle

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Lee Joon caminó hacia la puerta del frente de su casa, su mano apoyada en la espalda baja de Mir mientras sus hermanos caminaban detrás de él. Sintió que todo el pueblo estaba en alerta para cuando Jongin se fue.

Incluso los humanos que sabían acerca de las were- criaturas le habían prometido al Alfa mantener los ojos abiertos por si veían a Eun Jo. Lee Joon estaba orgulloso de pertenecer a un pequeño pueblo que se unía cuando uno de los suyos necesitaba ayuda.

También ayudaba que Jongin estaba expandiendo el pueblo, nueva vida entraba, y se abrían oportunidades de trabajo para los residentes. El Centro de ayuda, ayudaba a financiar necesidades, el Centro recreativo les daba a los niños un lugar seguro en donde jugar, y nuevos puestos de trabajo se estaban abriendo todo el tiempo, los residentes serían tontos si no ayudaban a su ‘alcalde’.

—Aun tengo hambre —Mir se quejó cuando la familia se reunió en la cocina.

—Yo me encargo —dijo Pa mientras se dirigía a la estufa—. No te ofendas, Mir, pero probé uno de tus pancakes. Creo que deberías de pedirle a Yoseob ayuda en la cocina o solo pedirnos a uno de nosotros que cocine. —Su Pa le dio un guiño, antes de empezar a hacer el desayuno.

Mir cruzó los brazos sobre su pecho, su labio inferior hacia afuera mientras se sentaba en el regazo de Lee Joon. —¿Eran tan malos?

 

—Si, lo eran. —Seung Ho se rio.

—Tampoco puedo cocinar ni para salvar mi vida —dijo DongHo, la pareja de Soo Hyun, inclinándose hacia Mir—. No es tan malo. Al menos tienes a otros cocinando para ti.

Lee Joon se reía mientras veía a su Pa trabajar en la cocina como un maestro. El hombre siempre le asombraba. Su Pa estaba tan fuerte y sólido. Lee Joon no estaba seguro de lo que haría sin el hombre.

Mir se encogió de hombros. —Supongo que es cierto.

Lee Joon podía ver el desánimo en la expresión que su pareja mostraba. No le gustaba eso. —¿Qué sucede, honey bunny?

Gruñó cuando Seung Ho, Yesung, y Hoon se reían disimuladamente. Incluso vio a su Pa sonreír. ¿Qué había de malo en la expresión de cariño que le daba a su pareja? Le gustaba eso. Lee Joon gruñó fuerte cuando vio que Hoon decía con los labios ‘honey bunny’ a Seung Ho. Bastardos. Sólo espera hasta que se emparejen. Entonces verán cómo es.

—Terminen eso, niños —su Pa advirtió.

 

Lee Joon pensaba en cómo lo hacía su Pa. Estaba de espaldas y aun sabía lo que sucedía. El hombre era asombroso.

—No estamos haciendo nada malo, Pa —Seung Ho se defendió—. ¿No es verdad, honey bunny? —le dijo a Mir antes de que Lee Joon se pusiera de pie, dejando a su pareja suavemente de pie, y entonces salió tras su gemelo. Podría ser un hijo solo, realmente ¿quién necesitaba un gemelo?

Seung Ho abrió más los ojos antes de saltar de la silla y salir. Lee Joon lo cazaba. Él iba a mostrarle a su hermano lo que era un verdadero dolor. Pasó al lado de LEO, su hermano mayor, y corrió detrás de Seung Ho quien salía por la puerta de la cocina.

 

—Wow, whoa, whoa —Seung Ho gritó cuando saltó al corral y corrió entre las vacas—. No quise hacer ningún daño. Ahora, cálmate, Lee Joon, antes de que me hagas enojar.

Lee Joon gruñó mientras saltaba la cerca. —Adelante, imbécil.

Seung Ho lo atacó, derribando a Lee Joon al tomarlo de la cintura y cayendo al suelo. Lee Joon se rodó, deteniendo a su gemelo debajo de él. —Rindete.

—No en tu vida —Seung Ho gritó mientras se retorcía para liberarse de Lee Joon, tumbándolo.

—Vas a tener que trabajar más duro que eso. ¿Por qué no dejas primero tu bolsa? —Lee Joon provocó mientras se salía de debajo de su hermano y detenía de nuevo a Seung Ho—. Te lo diré solo una vez más. Dilo.

Seung Ho se retorcía, salió de  debajo  de Lee Joon.

r13;También puedo decir honey bunny. —Se carcajeó mientras pasaba entre un par de vacas. Lee Joon gruñó y le dio caza.

—El desayuno está listo —Pa gritó desde el porche.

—¿Tregua? —Seung Ho preguntó mientras caminaba al lado de Lee Joon.

—Infiernos, si. Estoy hambriento.

 

Caminaron de regreso, saltaron la cerca y se dirigieron adentro de la casa.

Su Pa señaló hacia los escalones que estaban entre ellos y la mesa. —Huelen a mierda. Vayan a bañarse antes de sentarse a la mesa.

 

 

Lee Joon bajó la vista y vio estiércol de vaca pegado a su ropa. Seung Ho no estaba nada mejor. Tenía mierda por toda su espalda. Arrugó la nariz y se dirigió a las escaleras y se regresó y se dirigió directo hacia Mir.

—Necesito un abrazo.

—¡Moon Lee Joon! —Mir gritó y corrió alrededor de la cocina—. Si me tocas, no te dejaré tocarme.

Lee Joon se detuvo. —Aguafiestas. —Se rio y se dirigió a las escaleras. Dejó la ropa sucia en la canasta antes de entrar en la ducha. Sonrió, cinco minutos después, cuando su pareja entró con él.

—¿Necesitas ayuda? —Mir se ruborizó mientras tomaba la toallita para baño, su mirada en todos lados menos en Lee Joon.

—Infiernos, si. —Sonrió de oreja a oreja mientras levantaba sus brazos, dejando que su pareja moviera la toallita a donde malditamente le placiera. Un bajo gruñido salió de sus labios mientras Mir lavaba su velludo pecho. Los húmedos dedos de su pareja jugaban con el húmedo vello, enredando sus dedos entre ellos.

—¿Te he dicho que amo todo de ti? —Mir preguntó tímidamente mientras sus dedos seguían jugando.

El corazón de Lee Joon se aceleró bajo sus costillas. Era la primera vez que Mir declaraba su amor. Ese era un momento especial, un monumental momento. Tragó saliva mientras bajaba los brazos. —No.

—Lo hago —Mir murmuró, su mirada fija en uno de los pezones de Lee Joon.

Lee Joon llevó su nudillo bajo el mentón de su pareja, levantándolo para que Mir lo viera con esos ojos verde-hierba.

 

—También te amo, honey bunny. —Su pecho se tensó mientras veía a su pareja—. Tienes una montaña que vencer, lo sé, pero siempre recuerda que estás a salvo conmigo.

Mir asintió, su manzana de Adán se movía, mientras sonreía débilmente a Lee Joon. No podía tomar más. Ver a su pareja parado ahí, todo lubricado por el agua, lo estaba volviendo loco. Se inclinó y capturó los labios de Mir.

Su pareja gimió mientras apoyaba las palmas contra el húmedo pecho de Lee Joon. Ese fue el beso más dulce. Lee Joon empujó su lengua y la pasó por la boca de Mir, su pareja la abrió. Lee Joon tomó a Mir de las caderas, acercándolo mientras su pene se llenaba de vida.

Estaba impactado cuando Mir quebró el beso, y entonces sus ojos se abrieron más cuando Mir se colocó de rodillas. —Mir, no.

Mir sacudió la cabeza, aferrándose con sus dedos a los muslos de Lee Joon. —No quiero que él arruine lo que tenemos juntos.

Lee Joon apoyó los brazos en los azulejos al lado de él mientras Mir se inclinaba hacia adelante y lamía la cabeza del pene de Lee Joon. Sus piernas temblaban con la urgencia de empujarse hacia adelante. Tenía que dejar que su pareja fuera a su ritmo. Eso era algo que Mir quería hacer.

Los labios de Mir se abrieron, lamiendo el pre-semen que drenaba del pene de Lee Joon. Lee Joon veía fijamente cómo Mir se daba un festín con su pene. Mir se veía como un ángel arrodillado frente a él. Nunca había visto una vista más hermosa.

Mantuvo su espalda hacia la regadera, asegurándose que el agua no golpeara a su pareja. Los chorros de agua bajaban por los muslos y el pene de Lee Joon como listones de seda mientras Mir lo bebía. Su pareja se inclinó más cerca, llevando la cabeza de su pene al interior de su boca.

Lee Joon gimió. No había manera de que lo detuviera. No podía contenerse. Quería que Mir supiera cuánto placer le estaba dando. Necesitaba que Mir supiera que amaba cada minuto de su tiempo juntos.

La lengua de Mir giró alrededor de su eje, tomando a Lee Joon un poco más. Sus dedos se curvaron alrededor del pene de Lee Joon mientras lentamente chupaba el eje de Lee Joon. El pene de Lee Joon saltó mientras él luchaba contra la necesidad de cerrar los ojos. Quería ser testigo de cada segundo.

Su pareja acunó las bolas con su otra mano, masajeándolas y jalándolas suavemente mientras creaba un ritmo, haciendo que casi se corriera. Si él no se detenía iba a disparar en la garganta de Mir. Y había otro lugar en el que Lee Joon quería liberar su carga.

Tomó el lubricante a prueba de agua del estante. —Ponte de pie, bebe.

Mir levantó la vista para ver a Lee Joon bajo sus largas y húmedas pestañas, dándole a Lee Joon la perfecta imagen para una masturbación. Él cerró los ojos, luchando contra su orgasmo, con cada fibra de su ser. —Si no te detienes, voy a correrme, y quiero estar enterrado dentro de ti cuando lo haga.

Lee Joon jadeó cuando Mir liberó su pene. Un fuerte ‘pop’ se oyó dentro del cubículo de la ducha, cuando su eje salió de la boca de su pareja. Lee Joon tomó una profunda y controlada respiración para no lanzar a Mir contra la pared y joderlo.

 

Mir se puso de pie y le sonrió a Lee Joon. —¿Te gustó eso?

Lee Joon relajó sus tensos músculos y tomó a Mir en sus brazos mientras las piernas de Mir rodeaban su cintura. —¿Los osos cagan en los bosques?

Mir lanzó la cabeza hacia atrás y se carcajeó, dándole a Lee Joon el más dulce sonido que hubiera oído. Lee Joon lubricó sus dedos y los deslizó por la apretada entrada de su pareja haciendo que Mir se carcajeara y gimiera de placer.

Mir se aferraba a sus hombros, sus labios abiertos mientras Lee Joon lo estiraba. —¿Te gusta esto? —preguntó aprehensivo. Lo último que quería era que Mir reviviera algo malo de lo que le había sucedido.

—Uh-huh —Mir gimió.

Lee Joon se rio. Podía ver que su pareja no podía pensar ahora. Retiró los dedos, y separó los montículos de Mir, alineó su pene, y lo empujó profundamente.

—¡Joder! —Mir gritó mientras Lee Joon se empujaba una y otra vez dentro de él.

—Esto va a ser rápido y sucio, honey bunny.

—Si —Mir siseó mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello de Lee Joon—. Más duro, oso, más duro.

Lee Joon gruñó mientras reforzaba sus pies y apoyaba sus palmas en los azulejos de la ducha frente a él, y empezaba a mover sus caderas a la velocidad de la luz. Mir gritaba como si lo estuvieran matando mientras se sostenía para el viaje.

—Ah, ¡joder! —Lee Joon gritó cuando Mir comenzó a saltar sobre su pene. Lee Joon se sostenía, permitiendo que su pareja lo montara—. Tómame, bebé —jadeaba mientras veía que Mir lo montaba duro, gritando un segundo después de que su pene explotó entre ellos.

 

Lee Joon rugió mientras tomaba las caderas de Mir, y empujaba su pene dentro del culo de su pareja, mientras llegaba a su propio orgasmo. Su cuerpo se estremeció cuando su pene hizo erupción dentro del apretado culo de su pareja. Lee Joon comenzó a estremecerse desordenadamente. —Ahora, estoy hambriento.

 

 

Ryeowook bajó los escalones, desesperado por una taza de café. La sangre que el Príncipe Jae Hyo le enviaba era muy buena, pero una taza del viejo java era lo que el vampiro realmente anhelaba. Se preguntaba si podría mezclar ambos.

Sus reflexiones se detuvieron cuando entró a la cocina y vio a su pareja. ¡Santo infierno! Yesung estaba ante la mesa, viéndose tan bueno como para beberlo. Sus colmillos dolían al ver al lobo. Cuando Yesung se puso de pie, Ryeowook gritó y salió corriendo de la cocina, su cafeína le hacía olvidar que los shifters y los vampiros eran enemigos. No había vuelta de hoja sobre eso. Dolía como el infierno el alejarse de su pareja, pero Ryeowook no quería ser desgarrado en pedazos. Sus hermanos se lo habían dicho durante toda su vida. Ellos le dijeron que los shifter preferirían verlo muerto que ser amigos de él.

Ryeowook sabía que los Moon eran diferentes. Ellos eran amigos de Junho, así que ellos no contaban. Ellos eran raros como shifters porque a ellos realmente les agradaban los vampiros. Él no quería correr riesgos con Yesung.

Se suponía que no había parejas entre las dos   especies.

¿No se lo habían dicho sus hermanos una y otra vez? Junho también era diferente. Él era un vampiro…híbrido…algo, así que no contaba.

 

Estaba seguro que si era una de las muchas excepciones a la regla, sus hermanos le habrían arrancado la garganta.

Ryeowook subió las escaleras corriendo y cerró la puerta con llave, apoyando su espalda contra ella. Se secó los ojos mientras lágrimas de sangre caían.

Ser pareja apestaba.

 

 

 

—¿Suerte con los compañeros? —Lee Joon preguntó cuando regresaron a la cocina mientras Yesung seguía ahí. Mir le dio un codazo a su pareja, apretando los labios en una línea y viéndolo con desaprobación—. ¿Qué?

—Se supone que no digas eso —dijo Leo mientras tomaba asiento ante la mesa—. Ryeowook y Yesung son pareja. —Su hermano mayor se recargó, dándole a Lee Joon una mirada de desaprobación. Lee Joon odiaba cuando Leo lo veía de esa forma. Levantó la vista y vio a su hermano mayor.

—¿Cómo se supone que lo supiera? —Se frotó las costillas, viendo avergonzado a Mir.

—No es tu culpa —dijo Yesung mientras movía su mano hacia Lee Joon.

—¿Entonces cuál es el problema? —Lee Joon preguntó, ganándose otro codazo de su pareja.

—Infiernos si lo sé. Él ni siquiera  habla  conmigo para decirme lo que sucede. He tratado de hablar con él. Pero tu padre siempre contesta el teléfono y me dice que Ryeowook  no quiere hablar. No puedo imaginar qué sucede —dijo Yesung tomando asiento ante la mesa.

 

Eso apestaba. —Deberías de subir las escaleras y darle tu opinión a través de la puerta. Si él no quiere hablar, al menos tú le habrás dicho lo que piensas. —Lee Joon se sentía orgulloso de si mismo. Se oía como un psicólogo. Quizás debería de buscar trabajo en el Centro de ayuda. No, él amaba demasiado ser ranchero.

—¿Sabes qué? —Yesung preguntó levantándose de la silla en la que acababa de sentarse—. Tienes razón.

—Oh infiernos —Mir murmuró mientras sacudía la cabeza.

—¿Qué? —Lee Joon preguntó. Para él se oía como un buen consejo. Habría una puerta entre ellos. Así que si Ryeowook  no quería hablar, todo lo que tenía que hacer era ignorar al lobo. Para él se oía muy inteligente. ¿Qué había mal en eso?

—Tengo que ir al  trabajo mañana. Sungmin  me  necesita r13;dijo Mir mientras tomaba su cena.

 

—¡Infiernos no! —Lee Joon gruñó, palmeando la mesa antes de poder controlar el exabrupto.

—¡No soy un prisionero! —Mir le contestó.

—Tranquilos, niños —dijo su Pa mientras bajaba el tenedor y entrelazaba los dedos—. No veo el porqué tu pareja no pueda ir a trabajar.

Lee Joon se quedó con la boca abierta ante su Pa, sus manos en un puño sobre la mesa. Su Pa levantó las manos y se recargó en la silla. —Él sólo tendría que tratar con algunos osos alrededor de la librería.

Mir abrió la boca y entonces la cerró. Lee Joon realmente esperaba oír que eso no era posible. No le gustaba que su pareja estuviera ante el ojo público, pero Mir pronto se revelaría si sentía que él estaba siendo encerrado. Y entonces la real diversión comenzaría.

—Está bien —Mir finalmente dijo.

—Bien —dijo Pa asintiendo—. Seung Ho, Lee Joon, y Yesung pueden ir contigo.

Seung Ho sonreía de oreja a oreja mientras se    recargaba.

r13;¿Cuántos chicos universitarios calientes hay? —le preguntó a Mir.

Lee Joon gruñó. —Mi pareja no sabe quién es caliente. Él está emparejado. ¡Duh!

—Emparejado, no muerto. —Seung Ho le puntualizó a Lee Joon antes de girarse hacia Mir—. ¿Cuántos hay?

—Muchos. —Mir se rio graciosamente mientras se alejaba de Lee Joon.

—Quiero ir —dijo DongHo del otro lado de la mesa.

—¡Tu qué! —Soo Hyun gritó y entonces gruñó—. Infierno, no. No hay manera. Fuera de toda maldita discusión. A menos que quieras que mate a todos.

DongHo bufó. —No quiero revisar a los chicos universitarios calientes. Quiero trabajar ahí.

Soo Hyun se quedó con la boca abierta. —Pero tu trabajo es ser mi pareja.

DongHo colocó las manos en las caderas, viendo fijamente a Soo Hyun. —Ese no es trabajo. «¿O lo es?»

Soo Hyun tragó saliva, dándole a Lee Joon una amenazadora mirada antes de girarse hacia su pareja, y besarlo. Lee Joon se rio. A la pequeña pareja le gustaba pavonearse en la  recámara  con  medias,  pero  él  sabía  quién  llevaba    los pantalones en esa relación. Soo Hyun se derrumbaba cada vez que  DongHo tenía un puchero.

—Marica. —Chansung se reía. La sonrisa cayó de su cara cuando vio que su pareja, Junho, lo veía fijamente. Lee Joon sabía que ellos podían comunicarse telepáticamente y apostaba hasta su último dólar que Junho lo estaba reprendiendo.

—Está bien, está bien —dijo Chansung mientras levantaba las manos.

—¿Ahora quién es el marica? —Doo Joon, el más joven de los hermanos se carcajeó. Yoseob le palmeó la parte de atrás de la cabeza mientras sacudía la cabeza.

Lee Joon vio a su Pa que les sonreía. Al parecer las parejas estaban dirigiendo la casa. A Lee Joon no le importaba. Él dejaría a Mir dirigir lo que quisiera. Eso era divertido como el infierno, el ver a los pequeños hombres dirigir a los grandes.

—Todos ustedes fueron derrotados. —LEO gruñó mientras levantaba su taza de café y le daba un trago.

—Solo espera, hijo. Encontrarás a quien darle tu  corazón

r13;dijo su Pa.

—Difícilmente —Leo gruñó, apartando la silla y poniéndose de pie—. Mi pareja hará lo que yo diga y eso es todo.

—No puedo esperar a ver cuando caiga de culo —Doo Joon gruñó.

—Dale un descanso —dijo Pa—. El ver a sus hermanos menores con pareja ha sido difícil para él.

—¿Qué acerca de ti, Pa? —Lee Joon preguntó mientras jalaba a Mir a su regazo—. ¿No quieres a alguien que caliente tu cama?

 

Su Pa le sonrió a Lee Joon. Vio líneas de soledad en sus ojos que no había visto nunca. Joder si Lee Joon no se sentía como una mierda por preguntar.

—¿Postre? —Yoseob preguntó poniéndose de pie, Doo Joon lo siguió, ayudando a su pareja a poner los roles de canela y el pastel de manzana en la mesa. A Lee Joon se le hizo agua la boca. Tomaba un rol de canela cuando Yesung bajó como tromba las escaleras.

—Muchas gracias, Lee Joon —gruñó y salió por la puerta de malla de la puerta de la cocina.

—¿Qué? —Lee Joon preguntó dándole una mordida a su rol de canela y luego alimentando a su pareja. Mir abrió la boca y le dio una gran mordida. —Hey, deja algo para mi

r13;Lee Joon se quejó.

—Hay muchos —dijo Yoseob y vio a los hombres en la mesa—. Pensándolo bien, será mejor que consigas el tuyo ahora.

 

 

 continuara...

 

Notas finales:

les recuerdo para los que no recuerden que Pa, e realidad se llama Eric Moon, por lo tanto sus hijos conservan el apellido obviamente...


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