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34. Los Papas de Mir (23) por dayanstyle

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Mir movía sus caderas de un lado a otro con el ritmo de la música que venía del fondo de la librería. Era un ritmo contagioso que hacía que quisiera bailar. Se carcajeó cuando Lee Joon les gruñó a unos cuantos chicos que revisaban sus movimientos de baile.

Por segunda vez en el día, Sungmin se dirigió hacia Lee Joon viéndolo fijamente. —Deja de asustar a mis clientes. Con lo mucho que amo mis telenovelas, no quiero quedarme en casa a verlas.

Mir sonrió cuando Lee Joon gruñó. Su pareja era imposible. Cruzó el mostrador y colocó sus manos en el enorme pecho de Lee Joon. —Tranquilo, chico grande. Tu honey bunny no irá a casa con ninguno de ellos. —Su pareja gruñó, viendo a los hombres universitarios.

—¿Dónde quieres enterrarlos? —Seung Ho preguntó mientras tomaba asiento al lado de Lee Joon—. Sabes que te ayudaré.

—Estoy dentro —Yesung agregó.

—No creo que debíeran sugerir eso —Mir le dijo a Seung Ho y a Yesung mientras regresaba detrás del mostrador a tomar otra orden. Le gustaba la atención que Lee Joon le daba. Incluso le gustaba que su pareja mostrara su lado posesivo. Lo que no le gustaba era que muchos de los hombres le coqueteaban a Lee Joon. Mir no creía que él fuera un jorobado, pero no era extraordinario.

—Hey, sexy. ¿Puedes darme un late grande?

Mir gritó cuando Lee Joon tomó al chico de la bufanda en su cuello. —¡Él es mio!

—Si, imbécil —Seung Ho intervino—. ¿Qué tratas con   todo eso?

Los ojos del tipo parecían que iban a saltar de su cabeza en cualquier momento debido al shock. —Honestamente, sólo estoy tratando de ganar algunos billetes rápido.

Lee Joon gruñó, sacudiendo al hombre. —Respuesta equivocada.

—No. No, es eso —el hombre gritó—. Un tipo me pagó para coquetear con Mir. Lo hubiera hecho gratis porque él es lindo, pero…

—Yo me detendría si fuera tú — Seung Ho le advirtió mientras chasqueaba la lengua—. Mi hermano tiene muy mal carácter. No te gustaría verlo enojado.

—Si, él se vuelve verde y desgarra su ropa. —Yesung bajó la mano secretamente chocando sus nudillos con Seung Ho. Mir rodó los ojos.

El chico universitario inclinó la cabeza para ver a Lee Joon. —Honestamente. No sabía lo que estaba aceptando, o nunca lo habría hecho.

—¿Quién te pagó? —Lee Joon preguntó mientras dejaba al chico sobre sus pies—. Quiero detalles.

—Tiene el cabello rojo. Su nombre es Eun Jo. Solía ir a la escuela con él.

Mir sintió su cuerpo temblar mientras veía del coqueto hombre a su pareja. ¿Qué había tan especial en él para que Eun Jo estuviera acosándolo? Pagar a un tipo para que coqueteara con él frente a su pareja. Eun Jo no podía saber que Lee Joon era su pareja,  novio  quizás.  ¿Qué  jodidos  estaba  sucediendo?   No estaba tan seguro de su teoría de que Eun Jo había regresado a terminar lo que había comenzado, ahora realmente no la creía. El tipo realmente tenía jodida la cabeza.

—Distribuye la palabra. Mir está tomado, y no comparto.

—Lee Joon gruñó mientras se sentaba.

—Lo entiendo —el chico dijo mientras se apresuraba a recorrer la cafetería. Se inclinó, le murmuró a sus amigos y señaló a Lee Joon. El grupo giró, los ojos se abrieron más cuando Lee Joon movió sus músculos. Mir veía todo, no sabía qué pensar. Su cabeza giraba por las noticias de lo que sucedía. Nada de eso parecía real. Si la situación no fuera tan seria se estaría carcajeando de la bárbara conducta que mostraba su pareja.

El chico caminó de regreso, haciendo que Mir se tensara mientras seguía su progreso al mostrador. —Mira, quiero disculparme. No tenía ni idea. Realmente no me importa Eun Jo. Hasta donde puedo recordar, siempre ha sido extraño, pero necesitaba el dinero. Realmente lo siento.

—¿Si lo ves de nuevo, puedes llamar a este número?

r13;Sungmin preguntó mientras le entregaba una de las tarjetas del detective Leeteuk. Mir podía oír un bajo gruñido viniendo de los gemelos y de Yesung. Sabía que ellos querían manejar eso con su propio código de justicia, pero Mir estaba feliz de que Sungmin entregara la tarjeta. No quería la sangre de Eun Jo en las manos de los Moon o de Yesung. No la quería en las manos de su pareja. Con lo mucho que quería que Eun Jo pagara por lo que había hecho, Mir no quería la culpa en su consciencia.

Los ojos del chico se abrieron más cuando vio la tarjeta y vio de nuevo a Sungmin. —Sabía que no era bueno. Llamaré.

Mir hizo su mejor esfuerzo para hacer a un lado su terror dentro de él, para regresar al trabajo. Realmente esperaba que atraparan a Eun Jo pronto.

 

Jongin se apoyó en el manubrio de su motocicleta mientras hablaba por su Bluetooth. Estaba estacionado a un lado del camino, su mirada revisaba el campo. Había recibido una llamada de uno de los granjeros, diciéndole a Jongin que había algunos extraños recorriendo el camino trasero.

—Los guiaré con Choiza. Uno de los matones habló —le dijo a Changjo, el líder de la manada del Este, mientras seguía revisando la tierra. No estaba seguro quienés eran los extraños, pero como estaban las cosas últimamente, el Alfa no iba a correr riesgos.

—¿Estás seguro de que es confiable? El tipo puede estarte engañando.

Jongin suspiró y se apoyó hacia atrás. —Si, esa es una posibilidad. Pero no quiero arriesgarme y dejarla pasar. El tipo puede estar diciendo la verdad.

—Entonces, estoy contigo —Changjo contestó—. Dime en dónde quieres que me reúna contigo.

Jongin se rio y cruzó los brazos alrededor de su pecho.

r13;No hay necesidad. Him Chan nos llevará. Choiza está en el reino de los demonios.

—Realmente odio usar las sombras. ¿No sientes como si fueras a vomitar cuando te lleva a través de eso? —Changjo preguntó.

—En cada ocasión, pero no se lo digas. El jodido ya cree que los demonios son  superiores.

—Si, noté eso. Bueno, voy a tener mi oh-tan-humilde trasero listo. Ricky y Rockhyun necesitan saber que saldré un momento.

Jongin sonrió al pensar en el antiguo miembro de su manada. El pelirrojo había sido una explosión y un dolor de cabeza, pero en ocasiones Jongin realmente extrañaba a Ricky. —¿Cómo está el rojo?

Changjo se rio al teléfono. —No dejes que te oiga que le dices así. Conoces mejor que nadie cómo puede ser de feo su temperamento. Él está bien.

—Díselo cualquier día, yo y él —Jongin provocó terminando la llamada. Vio alrededor del camino antes de sentarse en la motocicleta y dirigirse a su casa. Him Chan estaría ahí en algunas horas. Jongin necesitaba informarle a los guerreros que estaría en el reino de los demonios, y rezó porque Luhan no lo descubriera. Por una extraña razón, a su pareja le encantaba ir ahí.

 

 

Seung Ho y Hoon caminaban entre el bosque en su forma de oso. A Seung Ho no le importaba lo que cualquiera dijera. Eun Jo no iba a salir vivo de esto. Lee Joon era su gemelo. Cuando uno sufría el otro sufría y cuando uno era feliz, entonces el otro lo era. Y cuando uno estaba enojado, el otro también. Y Lee Joon justo ahora estaba furioso.

Ninguno de ellos había captado el aroma de Eun Jo, pero esperaba tener suerte y atrapar al bastardo. Los dos osos caminaban al borde del bosque cerca de la casa de la mamá de Eun Jo. Observaron por un momento la casa.  Parecía una casa derruida que necesitaba ser tumbada con un buldócer. La casa estaba en muy pobre forma.

Seung Ho y Hoon entraron un poco más en el bosque, viendo a una camioneta entrar. Seung Ho no estaba seguro de lo que sucedía. Él podría jurar haber oído que la mamá de Eun Jo vivía sola y una camioneta verde se estaba estacionando a un lado de la casa.

Hoon golpeó con su cabeza el flanco de Seung Ho cuando vio al pelirrojo salir de la camioneta. Hoon corrió frente a Seung Ho sacudiendo la cabeza de un lado a otro. Seung Ho no entendía  por qué su hermano lo detenía hasta que vio a Eun Jo gritarle a un jovencito que estaba en el asiento del pasajero de la camioneta.

—Por favor, ¿por qué estás haciendo esto? —el jovencito lloraba mientras Eun Jo lo jalaba arriba de los escalones del porche. La mamá de Eun Jo salió, sus ojos más abiertos cuando vio la escena.

—Eun Jo, no. No de nuevo —la mamá de Eun Jo protestó.

Su hijo la ignoró mientras empujaba al chico por la puerta del frente.

Seung Ho esperó hasta que la madre entró antes de dirigirse a la casa, Hoon justo detrás de él. Justo entonces dos lobos salieron gruñendo del bosque.

Los cuatro cambiaron.

 

—¿Qué están haciendo aquí? —Chanyeol, el comandante de los lobos Timber preguntó. Seung Ho conocía al hombre. Chanyeol tenía una presencia inconfundible.

—Salvando una vida —dijo Seung Ho mientras los cuatro caminaban hacia la casa. Chanyeol tomó un pequeño paquete de su pierna. Seung Ho vio la pequeña bolsa de viaje. Nunca había pensado llevar una de esas cuando estaba en su forma de oso. Claro, sus piernas eran mucho más grandes que las del lobo.

Chanyeol sacó su teléfono celular y presionó algunos botones.

—Está en casa de su madre, y trajo a un jovencito en contra de su voluntad. —Chanyeol colgó el teléfono y dirigió al pequeño grupo a la puerta trasera—. Esperamos.

—¿Eso es una jodida locura? ¡Él está aquí ahora, probablemente violando al chico! —Seung Ho sabía que necesitaba bajar el tono, pero la arrogancia de Chanyeol hacía que apretara los dientes.

Chanyeol lo vio durante un momento y entonces asintió. —Yo tomaré a Eun Jo y tú salvarás al otro hombre.

Como sea. Seung Ho iría tras Eun Jo. No había duda de eso. El hombre estaba mostrando el monstruo que realmente era. No había manera de que Seung Ho le dejara tomar otra respiración.

Chanyeol y Siwon entraron primero. Seung Ho y Hoon lo siguieron. El pecho de Seung Ho se tensó cuando oyó un horrible grito. Vio a la má de Eun Jo sentada ante la mesa de la cocina con las manos en los oídos. Ella no merecía ninguna amabilidad. Incluso aunque ella estuviera en contra de lo que sucedía, no trataba de detenerlo. Ella podría decirle a alguien.

—Por favor, deténganlo —ella gritó cuando los vio. Ella ni siquiera dijo algo acerca de cuatro extraños, cuatro extraños desnudos, entrando en su casa.

Los cuatro subieron las escaleras, tomando dos escalones a la vez.

—Quítate la ropa ahora —alguien dijo del otro lado de la puerta. Seung Ho sabía que la voz le pertenecía a Eun Jo. Chanyeol fue el primero en atravesar la puerta. Seung Ho gruñó cuando oyó un tiro y vio con horror a Chanyeol caído.

—Vamos, acérquense y él morirá —dijo Eun Jo tomando al aterrorizado  jovencito  y  rodeando  su  brazo  alrededor  de   su cuello, con la pistola apuntando a su cabeza. Los ojos del jovencito estaban cerrados y caían lágrimas.

Siwon se acercaba centímetro a centímetro con las manos en alto. —Sólo voy a revisar a mi amigo.

Eun Jo veía como salvaje, de Siwon a Seung Ho y entonces a Hoon. Finalmente bajó la mirada hacia Chanyeol. —¿Quiénes jodidos son? ¿Por qué infiernos están desnudos?

Seung Ho mantuvo su mirada al mismo tiempo en la pistola y en el asustado jovencito. Tenía que haber una manera de distraer a Eun Jo. Estaba aliviado de ver que el jovencito aun estaba vestido. Eun Jo aun no lo había atacado.

Seung Ho trató de quedarse lo más inmóvil posible mientras la puerta del fondo del cuarto se abría lentamente. No estaba seguro quién era, pero no quería que esa persona se alejara. Recordó que Chanyeol había hecho una llamada de teléfono.

Sus ojos se abrieron más durante una fracción de segundo cuando vio a Jongin caminar en total silencio, era asombroso considerando el tamaño del hombre. Eun Jo debió de haber atrapado su mirada porque giró la cabeza. Eso era todo lo que Seung Ho necesitaba. Se lanzó, derribando a Eun Jo. La pistola se disparó de nuevo y Seung Ho vio a Hoon caer esta vez.

Vio rojo. Seung Ho cambió, atacando a Eun Jo mientras que Jongin tomaba al jovencito de las garras de Eun Jo, girando su cabeza hacia su enorme pecho. Seung Ho desgarró a Eun Jo, la rabia lo consumía hasta que oyó a Siwon decir que Hoon estaba vivo.

Sintió un peso sobre él. Siwon estaba tratando de detenerlo. Seung Ho movía la cabeza, su mandíbula estaba malditamente cerca de desarticularse mientras le rugía al lobo. ¡Eun Jo necesitaba morir!

—Está muerto, Seung Ho —dijo Jongin antes de escoltar al jovencito fuera del cuarto. Seung Ho le dio una buena mirada a la victima de Eun Jo. Su estómago se hizo nudo cuando vio que el chico apenas era un adolescente. Rugió y movió el cuerpo de  Eun Jo de nuevo. ¡Él era la madre de todos los monstruos!

—Vamos, Seung Ho. Necesitamos sacar a Chanyeol y a Hoon de aquí —dijo Siwon mientras levantaba a su comandante. Seung Ho cambió y levantó a Hoon del suelo. Llevó a su hermano bajo las escaleras, notando que el lugar estaba inundado de shifters y humanos. Leeteuk vio cómo Seung Ho sacaba a su hermano de la casa sin decir una palabra. Estaba feliz de ver que el nuevo compañero de Leeteuk no estaba.

—Dámelo —su Pa dijo tomando a Hoon de los brazos de Seung Ho. Su Pa y LEO llevaron a Hoon a la caja de la camioneta.

—Cambia, hijo —su Pa dijo una vez que Hoon estuvo acostado. LEO regresó con Seung Ho, dándole unos jeans y una toalla. Seung Ho hizo su mejor esfuerzo por limpiarse la sangre de su cuerpo y vestirse.

—Jongin se va a encargar del cuerpo —dijo Leeteuk mientras se aproximaba—. La madre será llevada a otro lugar. No pregunté a dónde.

—¿Y el niño? —Seung Ho preguntó mientras veía de su hermano al detective.

—Él es un fey. El Alfa lo lleva de regreso a su tribu. Ve a casa. Todo está arreglado aquí.

Seung Ho vio sobre su hombro a la casa, viendo a Jongin verlo mientras dirigía al jovencito a su vehículo. Las quijadas del Alfa se tensaron e inclinó la cabeza ligeramente hacia Seung Ho.

 

Lee Joon estaba sentado en el columpio del porche mientras la camioneta entraba levantando polvo cuando la familia regresaba. Estaba más enojado de lo creíble cuando Chansung le dijo que habían encontrado a Eun Jo y estaban tratando con él.

Ese era su trabajo, y su familia lo hizo por él. No había palabras que pudieran tranquilizar a su oso. Se puso de pie y vio a su Pa y a LEO sacar a Hoon de la caja de la camioneta. —¿Qué jodidos sucede?

Seung Ho salió de la camioneta y se dirigió hacia su Pa y su hermano. Ellos llevaron a Hoon al interior de la casa sin decir ni una palabra. Seung Ho subió los escalones del porche. El aroma de   sangre inmediatamente le llegó a Lee Joon. Miró a su hermano y vio las manchas secas de sangre en la parte superior del torso.

—No podía dejarte hacerlo.

 

Lee Joon tensó su mandíbula mientras veía a lo lejos, al jardín del frente mientras trataba duro de no odiar a Seung Ho.

r13;Eso no te correspondía.

—Quizás no, pero no podía dejar que mancharas tus manos de sangre —la voz de Seung Ho era decidida.

Lee Joon se recargó, viendo a su hermano mientras suspiraba, sabiendo en su corazón que nunca podría odiar a su gemelo. —¿Hoon está bien?

Seung Ho también se recargó, viendo al patio, sus ojos nublados por la ira. —Él le disparó… —Lee Joon se quedó escuchando a su gemelo explicar todo lo que había sucedido. Lee Joon se sintió enfermo cuando oyó que Eun Jo había secuestrado al jovencito fey. Eso hacía que quisiera correr a su casa y abrazar fuerte a su pareja. Nunca había estado más agradecido de que Mir hubiera logrado huir, antes de que Eun Jo lo hubiera lastimado realmente. Si, lo que Eun Jo le hizo hacer   a Mir había sido bestial y hacía que se le retorciera el estómago, pero él tenía la sensación de que Eun Jo había sólo empezado cuando Mir lo golpeó en la cabeza con la roca y huyó.

—¿Eso es de él? —Lee Joon le preguntó, viendo toda la sangre que manchaba a Seung Ho, y el olor en el aire, pero necesitaba oír las palabras. Si alguien más iba a eliminar al bastardo, prefería que fuera su gemelo. Pero apestaba que ahora Seung Ho llevara esa carga, una carga que debería tener el oso de Lee Joon.

Seung Ho asintió poniéndose de pie. —Mir está a salvo, hermano. —Seung Ho apretó el hombro de Lee Joon antes de caminar al interior de la casa. Lee Joon respiró por solo cinco segundos afuera antes de que Mir caminara lentamente a un lado de la casa. Lee Joon maldijo.

—¿Cuánto has oído?

—Todo. —Mir estaba temblando—. ¿Me odia ahora?

—¿Quién? —Lee Joon preguntó. No creía que hubiera un alma que odiara a su pareja.

—Seung Ho —contestó, acercándose un poco más, deteniéndose en el escalón inferior, viéndose como un cachorro perdido.

Lee Joon se levantó del columpio, caminó a las escaleras y jaló a Mir a sus brazos. —Nada de esto es tu culpa, bebé.

—¡Pero él mató a un hombre por mi culpa! —Mir protestó fuerte, lágrimas caían de sus ojos verde hierba.

Lee Joon sacudió la cabeza, rehusándose a permitir que su pareja tomara la culpa de algo de eso. —Lo que Seung Ho hizo fue por el jovencito que Eun Jo había secuestrado y por dispararle a Hoon y al lobo. Eun Jo hubiera sido entregado a Leeteuk si no hubiera llevado  las  cosas  al  extremo.  Los  hombres  de  Jongin  se asegurarían de eso. Eun Jo se hizo eso él mismo.

Mir se apoyó en el pecho de Lee Joon. Sus dedos se curvaron en su camisa. —Estoy cansado. ¿Podemos irnos a la cama?

—Si, bebé. —Lee Joon llevó a su pareja a la casa, llevándolo arriba y depositándolo en la cama. Se acurrucó al lado de Mir y lo jaló más cerca, sosteniéndolo y agradeciendo a los poderes el tener a su pareja a salvo.

 

 continuara..


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