Taemin vio el libreto en su mano. ¿Estaba Jongin siendo serio? ¿Quería que Taemin actuara como una vaca? ¿Estaba Jongin siendo serio? ¿Realmente? Gruñó dejando el libreto en la cama y salió a buscar a su primo.
Encontró a Ren corriendo por la Casa con Baekhyun, empujando papel de envoltura brillante rosa y naranja en sus bolsillos. —¿Vas a estar en la obra? —le preguntó a su primo cuando Ren pasaba al lado de él.
Ren se detuvo, se giró, jadeando mientras asentía. —¡Soy la virgen! —Se rio graciosamente y corrió de nuevo tras Baekhyun.
Taemin gruñó. Incluso Ren tenía una mejor parte. ¿Cuán vergonzoso era eso? Se giró y se dirigió al estudio mientras buscaba a alguien más que tuviera una parte en la obra. ¿Por qué ellos tenían que actuar? Nunca lo habían hecho antes. Taemin no estaba seguro si le gustaba la idea de ser vaca. Ni siquiera sabía cómo decir ‘muu’.
Vio a Eunhyuk en la mesa del billar con Kris. —¿Alguno de ustedes va a estar en la obra?
Kris bufó mientras sacudía la cabeza. —Infiernos, no.
Jongin me conoce muy bien para meter mi culo en una obra.
Eunhyuk se reía mientras hacía su tiro. —Yo seré uno de los tramoyistas.
Taemin quería ser un tramoyista. Prefería construir algo que ser una maldita vaca. Vio a Jongin entrar en el estudio y le dio un libreto a Kris.
—¡Es una jodida broma! —Kris gritó mientras tomaba el libreto en su mano.
—Es para los niños. Trata con eso —dijo Jongin sobre su hombro y salió.
—¿Qué parte harás en la obra? —Taemin le preguntó a Kris.
Kris lo hojeó y entonces gruñó. —Seré el posadero.
Taemin quería ser el posadero. No quería ser una apestosa vaca.
—¿Qué jodidos hace un posadero? —Kris preguntó mientras lanzaba el libreto a un lado.
—Revisa la gente que entra en el Holiday Inn —dijo Eunhyuk mientras comenzó a carcajearse histéricamente. Kris gruñó mientras Taemin se alejaba. ¿Por qué él tenía que ser una apestosa vaca?
Entró en el vestíbulo y tomó el pasillo, gruñendo consigo mismo acerca de su parte en la obra.
Levantó la cabeza cuando olió que algo se quemaba. Taemin cambió a su forma de gato y siguió el olor, olfateando el aire hasta que terminó en la cocina. Rasa estaba maldiciendo con energía inclinado sacando algo del horno.
—¡Maldición! Es la segunda horneada arruinada —Rasa murmuró mientras lanzaba la charola sobre el mostrador—. Necesito un maldito horno nuevo.
Taemin maulló, alertando a Rasa que estaba en la cocina. Rasa se giró y le sonrió a Taemin. —Hey, gatito. ¿Quieres una galleta quemada?
Taemin siseó y trotó fuera de la cocina.
—¡Mejor toma una ahora antes de que las tire! —Rasa le gritó a Taemin.
Podría ser un felino, pero eso no significaba que comiera galletas quemadas. Taemin entró a su recámara y cambió, buscando algo de ropa. Notó un traje de vaca en la cama. ¡No había manera! No iba a usar eso. Eso era horroroso como el infierno. Eso tenía falsas ubres pegadas arriba, burlándose de Taemin, burlándose de su parte en la obra.
Al lado del traje había una tanga verde.
Taemin levantó el escandaloso lazo de la tanga, examinándola. Sonrió cuando pensó en Minho viéndolo pavonearse en esa escasa tela. Un lugar donde debería de ir su pene y donde sus bolas deberían de descansar. Muy cool.
Taemin se colocó la tonga en su lugar, moviéndola alrededor, haciendo su mejor esfuerzo para hacerla más confortable alrededor de su trasero. ¿Cómo haría la gente para usar esas cosas?
Oh bueno, si Minho quería ver a Taemin en ellos, podría usarlos. Le tomó un momento a Taemin el acostumbrarse al ardor entre la grieta de su culo, pero logró bajar las escaleras.
Quería encontrar a Minho, dejar que su pareja supiera que los estaba usando. La excitación de Taemin aumentó cuando pensó en la excitación de su pareja cuando lo viera. Apostaría que Minho podría mostrar su gratitud en todas las traviesas maneras que Taemin amaba.
—¿Tienes tu disfraz? —Luhan preguntó mientras caminaba con Taemin a la cocina. Era en la tarde y sabía que Minho estaría en la cocina buscando algún refrigerio. Minho amaba los refrigerios.
—¿Fuiste tú el que dejó ese horrible traje en mi cama?
r13;Taemin preguntó con el ceño fruncido. La urgencia que sentía de estrangular a Luhan era fuerte, casi tan fuerte como la urgencia que Taemin sentía de estrangular a Jongin en primer lugar por tener la maldita idea.
—Oh, vamos, no está tan mal —dijo Luhan y entonces se rio—. Al menos no era una cabra.
Taemin vio a Luhan divertido. —¿Quién es la cabra?
Luhan sacudió la cabeza. —No lo diré. Lo verás muy pronto.
—Se carcajeaba mientras entraba en la cocina.
Taemin vio a Minho. Su cabello estaba cayendo a su espalda mientras veía a Taemin con adoración. Sentía una urgencia de envolver la trenza alrededor de su cuerpo haciéndole cosquillas en su piel con ese suave cabello.
Cuando Minho se inclinó a tomar algo del refrigerador, el pene de Taemin empezó a endurecerse.
—Jingle balls, jingle balls, jingle all the way…— Taemin miró a su ingle con horror. ¡Su pene estaba cantando! ¡Santo infierno! Vio alrededor del cuarto que cinco guerreros lo veían con la boca abierta.
Rasa tomó el extinguidor y señaló hacia el pene de Taemin.
—¡No! —Taemin gritó, pero era demasiado tarde. Rasa estaba rociándolo con la blanca espuma.
—¿Eso aun te está atacando? —Rasa preguntó y entonces se rio.
—¡Dragonfly! —Minho gritó mientras dejaba caer el refrigerio y cruzaba el cuarto. Taemin estaba mortificado viendo a todos los hombres en el cuarto y entonces a su ingle. ¿Qué infiernos sucedió? Taemin gruñó y trató de limpiarse la espuma del cuerpo. ¡Eso era un pene cantando, no un hombre-comiendo pene!
—¿Estás bien? —Minho preguntó y por la manera en que curvaba los labios le decía a Taemin que estaba luchando por no reír.
Entrecerró los ojos cuando miró a su pareja. —¿Por qué me diste una tanga que canta?
—No te di una tanga cantante, dragonfly. Ni siquiera te di una tanga. —Minho inclinó la cabeza a un lado mientras veía a Taemin. Sus brazos cruzaron su enorme pecho mientras arqueaba una ceja—. Pero estoy muy interesado en saber quién lo hizo.
—¿Cómo funciona? —Rasa preguntó y entonces se rio, cuando Taemin le dio una penetrante mirada, Rasa levantó las manos—. Solo preguntaba. Quiero comprarle uno a E.Den.
Taemin levantó las manos, dio media vuelta y salió de la cocina. Iba a descubrir quién le dejó la tanga y luego lo estrangularía.
Minho salió detrás de él, tomó a Taemin alrededor de la cintura y lo levantó. —Te juro, dragonfly, no dejé eso para ti.
Taemin se quedó flojo en los brazos de Minho y se encogió de hombros. —Alguien dejó esa ropa para mí. Espero que quien sea, tenga furúnculos en sus bolas.
Minho hizo un guiño. —Eso es rudo.
Taemin cruzó los brazos sobre su pecho. —Así fue el tener mi pene cantando frente al cuarto entero.
Minho gruñó mientras subía las escaleras con Taemin. Taemin conocía ese gruñido. Ese gruñido significaba que Minho lo quería de la peor manera posible. Él estaba por todo eso.
Incluso si él no tenía un pene cantante.
—Quiero ver esa maldita tanga. —Pateó la puerta de la recámara abriéndola, entrando y dejando a Taemin de pie. Minho cerró la puerta y le puso llave—. Muéstrame, dragonfly.
Había un brillo en los ojos de su pareja mientras Minho se lamía los labios. Taemin olvidó que estaba enojado cuando se quitó los pantalones, mostrándole el trasero a su pareja. Sabía que Minho amaba ver su trasero desnudo.
—Maldición —Minho gimió mientras Taemin se giraba. La lujuria en los ojos de su pareja hizo que Taemin estuviera duro de nuevo.
—Jingle balls, jingle balls, jingle all the way…
Taemin llevó una mano a su cara. Eso era tan bochornoso.
—¿Estás seguro que no lo compraste para mi?
Minho sacudió la cabeza mientras se acercaba a Taemin, el predador estaba en la superficie. Taemin olvidó la estúpida canción cuando Minho envolvió sus fuertes brazos alrededor de Taemin y lo dejó caer en la cama.
—Colócate sobre tus manos y rodillas —Minho ordenó mientras la pieza de hilo dental se encogía entre la grieta de Taemin. Gritó mientras lo veía sobre su hombro. Minho estaba parado ahí sonriendo, viendo la maldita tela.
Su agujero se estremecía cuando un dedo lo recorrió. Sintió que separaban sus nalgas y el dedo entraba.
Taemin gemía mientras Minho lo estiraba. Las sensaciones lo inundaban y su piel zumbaba. Se empujó hacia atrás, hacia el largo dedo de su pareja mientras su pareja tomaba sus caderas.
—Aun estás tan apretado, dragonfly. —La cantarina voz de Minho envolvía su cabeza como un hipnótico hechizo. Su cuerpo se sintió vivo cuando Minho insertó otro dedo dentro de él. Sus manos se aferraron a las sábanas cuando Minho abrió los dedos como tijeras, rozando la próstata de Taemin. Gritó cuando su pene estaba increíblemente duro.
—Jingle balls, jingle balls, jingle all the way…
—Quítame esa maldita cosa —Taemin se quejó, jalando la pequeña tira.
Minho se reía mientras palmeaba la mano de Taemin. —Me gusta. Déjalo, dragonfly.
Taemin gruñó y bajó la cabeza. ¿A Minho realmente le gustaba su pene cantante? ¡Hombre!
Taemin olvidó la maldita cosa mientras sus hombros tocaban el colchón, permitiendo que su trasero se levantara. Estaba tan malditamente caliente que estaba por rogar a su pareja que lo jodiera cuando Minho retiró sus dedos y empujó lentamente su pene, centímetro a centímetro, mientras Taemin dejaba caer la cabeza gimiendo de placer.
—Más. —Jadeaba de necesidad.
—¿Qué es esto? —Minho preguntó levantando el disfraz de vaca.
Taemin tomó el traje y lo lanzó a través del cuarto. r13;Estúpida vaca.
—¿Hay algo que debería de saber? —Minho preguntó recorriendo la espalda de Taemin con la palma, rascando con sus uñas la columna de Taemin.
—Si, Jódeme. Eso es todo lo que necesitamos discutir ahora.
La cama se hundió cuando Minho se movió detrás de él. Minho gruñó mientras jaló la maldita tanga una vez más. Taemin iba a quemar la maldita cosa tan pronto como se saliera de su cuerpo. Sus pensamientos se desanimaron cuando Minho entró en él. Taemin jadeó a través del ardor mientras se empujaba hacia atrás al pene de su pareja.
—Mio —Minho gruñó mientras hundía la cabeza y lamía la espalda de Taemin. Su cuerpo estaba en fuego por su pareja. Su mente giró cuando Minho se empujó más duro dentro de él. Taemin se fragmentó, su semilla hizo erupción mientras Minho se empujó más profundo. Gritó su liberación mientras Minho tomaba sus caderas, mordiéndolo tan duro que la maldita cosa comenzó a cantar de nuevo.
Minho envolvió a Taemin en sus poderosos brazos mientras le mordía el hombro, fijándolo en el lugar mientras enterraba su pene dentro del culo de Taemin.
Su pareja tomó la tanga, jalándola y acariciándolo. Liberó el cuello de Taemin murmurándole en su oreja: —Amo esa tanga, dragonfly.
Demasiado para destruir la maldita cosa.
Minho se apartó saliendo del culo de Taemin y volviendo a entrar. Su pareja se tensó y entonces rugió su liberación mientras lentamente se empujaba. Taemin colapsó en la cama mientras trataba de recuperar su respiración.
—Prométeme que la usarás tan a menudo como puedas hasta navidad —dijo Minho mientras sacaba su flácido pene de Taemin.
«Maldición, maldición, maldición». —Lo prometo. —Ahora estaba atascado con un pene cantante. Seguro que le gustaría saber quién dejó esa tanga.
El elf se reía mientras recorría el pasillo, oyendo la tanga cantar con la pequeña tonada de navidad. Se vengaría de Siwon por hacerlo usar esas malditas mallas que le daban comezón en lugares inmencionables. Se iba a asegurar que cada una de las parejas tuviera una muy especial navidad.
Movió la mano, multiplicando los regalos que Chanyeol había escondido para que Baekhyun encontrara. Sonrió mientras caminaba por el pasillo silbando… hasta que vio a Heechul.
La pareja entrecerró los ojos levantando un dedo hacia el elf. Joder. Debería saber mejor sobre confiar en un lobo.
continuara....