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36. Gong Chan (07) por dayanstyle

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Jinyoung entró en el bar de Jungkook con Changjo, Joon Kyu y sus parejas, mirando a su alrededor y sintiendo que realmente no quería estar allí. Era tarde por la noche, lo suficientemente oscuro para que Insoo, la pareja vampiro de Joon Kyu, pudiera unirse a ellos. No estaba seguro de por qué había accedido a venir. Todo lo que Jinyoung sabía era que tenía que salir de la casa.

No había visto a Gong Chan desde ayer, cuando le había dicho a Jinyoung que se perdiera. No con esas palabras exactas, pero así era como él lo había interpretado. ¿De qué manera, se suponía que lo iba a tomar? Gong Chan había sido claro en su deseo, aunque Jinyoung no estaba de acuerdo con ello.

—Hay una mesa vacía allí. —Seyong, una de las parejas de Joon Kyu, señaló el extremo derecho de la taberna. Jinyoung caminaba torpemente a lo largo, deseando que Gong Chan y Baro estuvieran con él. Era difícil ver a los otros shifters que estaban acoplados y no anhelar a sus dos parejas.

Le hacía sentir vacío por dentro, solo.

 

Jinyoung miró a su alrededor a todas las caras felices, las risas, el buen momento que todo el mundo parecía tener, y fue entonces cuando sus ojos se posaron en un hombre de pie sobre la barra. A él le resultaba familiar. Jinyoung no podía ubicar dónde había visto al chico antes, pero lo conocía de alguna parte.

El hombre bajó la cabeza en Jinyoung y luego se dio la vuelta, frente a la pantalla ancha de la televisión, dando su espalda a la habitación. Jinyoung sacudió su mente, pero no podía recordar dónde había conocido al tipo antes.

—¿Qué quieres tomar, Jinyoung? —Changjo le preguntó cuando estaba esperando a que  Jinyoung le dijera.

Jinyoung apartó la vista del hombre y miró arriba al Alfa. —Una Coca- Cola está bien. —Tan pronto como dio la orden, sus ojos se posaron de nuevo en el extraño. El hombre se había movido hacia un lado de la barra, más hacia el cuarto de baño de los hombres, manteniendo su cara oculta.

Su mente estaba tratando de decirle algo, traer un recuerdo de hace mucho tiempo, pero Jinyoung no lo podía agarrar. La memoria le estaba eludiendo. Jinyoung finalmente decidió dejarlo ir. ¿Qué sentido tenía sentarse allí tratando de adivinar? Al infierno con ello. Tenía más acuciantes problemas que dejar pasmado a su cerebro por un extraño al que no podía poner nombre.

—Así que, ¿qué diablos está pasando contigo y tus parejas? — preguntó Ricky mientras tomaba asiento. Su pareja Rockhyun le dio un manotazo a Ricky, dando al lobo una mirada severa, pero Ricky ignoró a su pareja.

Jinyoung deseaba que él supiera.

—Es complicado.

 

Esa fue la única respuesta que podía pensar. Decirle a Ricky que era complicado era decir poco. Jinyoung había pasado la mitad de la noche tratando de averiguar qué hacer, y todavía no había llegado a una respuesta.

Jinyoung desvió la mirada cuando sintió las lágrimas cosquillear en sus ojos. No había manera de que fuera a sentarse en el bar de Jungkook y llorar como un bebé.

—Disculpenme, —dijo mientras se levantaba y se dirigía hacia el baño. Necesitaba un momento para recobrar su compostura. Toda esta situación tenía sus nervios deshilachados cuando se preocupaba por  Gong Chan y Baro. Estaba empezando a sentirse mal. Tenía nudos en su estómago la mayoría del tiempo.

Jinyoung empujó la puerta del baño para abrir, se acercó al lavabo, y se echó agua fría en la cara. Si algo no ocurría pronto, Jinyoung tenía la sensación de que se iba a poner mucho más enfermo. Con el estrés no había que jugar, y él había estado estresado desde hace meses ya.

Alargó la mano hacia el dispensador de papel toalla y se secó el agua de la cara. Se miró en el espejo para ver que oscuras ojeras comenzaban a formarse en sus ojos. Había perdido peso y no estaba comiendo bien. No era que lo estuviera haciendo a propósito, pero no tenía apetito últimamente.

Miró por encima del hombro cuando la puerta del baño se abrió. El familiar extraño entró y se dirigió al urinario. Jinyoung se lavó las manos, sin querer parecer que estaba allí de pie mirando embobado. Los hombres no veían amablemente que otro hombre les mirara en el baño. Ya sea porque se ofenderían o pensarían que era una insinuación. Él no quería que el extraño estuviera tampoco  en su ruta.

Jinyoung agarró más toallas de papel, prolongando su visita al baño de hombres, haciendo todo lo posible para averiguar quién era este hombre.

El desconocido se acercó al lavabo, dando a Jinyoung una  sonrisa amable cuando él se lavaba las manos. El extraño se secó las manos, y fue entonces cuando las campanas de alarma sonaron en la cabeza de Jinyoung. Sus ojos se abrieron al recordar dónde había visto al hombre.

—Hola, Jinyoung.

¡Bane!

 

Jinyoung dio la vuelta y trató de correr. Gritó cuando el hombre le agarró un puñado de su pelo y tiró de él hacia atrás, colocando una mano sobre su boca. —Ahora, ¿por qué tratarías de llamar la atención sobre nosotros?

Jinyoung luchaba al tratar de liberarse. Este era uno de los hombres de Remus. El tipo no había jugado un papel importante en los  planes de Remus para hacerse cargo de Fisher Valley, pero era un pesado detrás de la escena. Jinyoung había visto al hombre sólo una vez antes. Por eso le llevó tanto tiempo recordar. Sus dedos se apoderaron del pelo de Jinyoung más fuerte y Jinyoung luchaba para liberarse.

El agarre alivió su pelo cuando Bane alcanzó su teléfono móvil. Su brazo se deslizó alrededor del cuello de Jinyoung, aplicando una ligera presión, diciéndole a Jinyoung que rompería el cuello si trataba de liberarse. Jinyoung se preguntó si esa era mejor opción que encontrarse con Remus de nuevo. El Beta de Fisher Valley, el lugar donde Jinyoung creció, era un bastardo sádico que estaba fuera de su alguna vez amorosa mente. Jinyoung nunca quiso ver a Remus una vez más por el tiempo que viviera.

—Estoy en el baño de hombres en el bar de Jungkook, —dijo Bane y luego volvió a deslizar su teléfono en el bolsillo. Los ojos de Jinyoung se abrieron ampliamente cuando un hombre relucía en el cuarto de baño. Él luchó con todo lo que tenía, tratando desesperadamente de salir de allí. Prefería tener su cuello roto antes  que volver con Remus.

—Míralo lucha. —Rió Bane cuando el otro hombre puso su mano sobre el hombro de Jinyoung, brillando los tres en el cuarto de baño.

 

 

Gong Chan estacionó su camioneta en la calzada. Las cosas no habían salido exactamente como él las quería ayer por la noche, y había pasado el día siguiente completamente tratando de averiguar lo que iba a hacer con sus parejas.

Baro podía haberle reclamado, pero Gong Chan todavía se sentía solo, frío y confuso. Se sentía como si estuviera de pie en el exterior, aislado, viendo pasar la vida sin él. Gong Chan estaba cansado de estar cansado. Sus huesos se habían cansado de la lucha contra sus demonios durante tanto tiempo. De alguna manera, tenía que poner fin a este dolor que era una constante en su mente, su corazón, y lo que quedaba de su alma.

Se bajó de su camioneta, cerró la puerta, y luego se apoyó en ella mientras miraba hacia el cielo.

No era como él quisiera estar donde estaba. Odiaba sentirse como si fuera el único en el mundo que estaba pasando por esto. Sinceramente, lo era, pero eso lo hizo sentirse alienado. Gong Chan quería tomar ese camino, pero estaba aterrado de volver a su pasado, aterrorizado de traer ese indecible dolor a Jinyoung.

Lo que no daría para retener a Jinyoung y reírse, abrazarlo apretado e incluso joder a su más pequeña pareja hasta que las cejas de Jinyoung se curvaran. Quería dejar entrar a Baro, ser dominado por el león, y saber que Baro no iba a tratar de controlarlo, le dolía, y luego tirarlo a un lado. Tantos malditos temores, y todos eran fantasmas, volutas de humo que no tenían una base sólida para  permanecer de pie.

Estaba atrapado en una especie de abismo que desesperadamente quería arrastrarlo fuera. El dolor se dirigía hacia él, y Gong Chan se sentía como si estuviera cayendo más profundamente dentro de ese lugar oscuro. Tenía dos parejas ahora. Él no podía quedarse donde había vivido durante tanto tiempo en su mente. Necesitaba luz. Quería la libertad de las cadenas de Jihoon que aún tenía alrededor de su cuello.

Ya era hora de que fuera un hombre y asumiera su responsabilidad. Ya era hora que permitiera a Jinyoung y a Baro en su vida. Sus parejas se merecían tanto. Tenía que luchar contra sus demonios y ser la pareja que se merecían. No estaba seguro de cómo iba a lograr ese objetivo con Jinyoung, pero Gong Chan quería que el hombre más pequeño supiera lo mucho que se preocupaba por él.

Gong Chan se apartó de la camioneta, sintiendo como si estuviera caminando a su destino cuando entró en la casa, en busca de Jinyoung.

—¿Por qué coño no has contestado a tu teléfono? —Gritó Changjo mientras caminaba hacia Gong Chan. Gong Chan se encolerizó con el tono indignado. No tomaba demasiado bien que nadie hablara así con él. Había caminado por el infierno y se ganó sus galones al respecto.

—Está apagado. ¿Por qué? —Él marcó, mirando a Changjo a sus ojos. Sabía que era un desafío hacerlo, pero Gong Chan ya había tenido suficiente de Alfa dominante para que le durara toda la vida.

Gong Chan bajó la cabeza hacia un lado, mirando hacia atrás a Changjo para ver por lo menos a siete soldados de pie detrás del Alfa. Un escalofrío corrió por su espina dorsal y se instaló en su estómago cuando miró a Changjo.

—¿Qué pasa? —Susurró al ver la mirada sombría en el rostro de Changjo.

—Se han llevado a Jinyoung.

 

Gong Chan dio un paso atrás cuando asimiló las palabras y su cabeza comenzó a girar. Miró a los soldados que lo miraban con una mezcla de simpatía y rabia, y algo se liberó dentro de Gong Chan.

Podía sentir el monstruo resurgir que Jihoon había intentado tan duro crear, y salivaba sangre. Gong Chan echó atrás la cabeza y aulló, y luego giró sobre sus talones y se fue hacia la puerta.

—Nos dirigíamos a Fisher Vall...

 

Gong Chan estaba fuera de la puerta antes de que Changjo pudiera acabar la frase. Él parpadeó un par de veces, tratando de aplacar la cosa horrible que vivía dentro de él. Tan desesperadamente como él quería que Jinyoung volviera, no podía permitir que eso se apoderara de él.

Justo cuando llegó a su camioneta, un coche negro brillante  se detuvo en la entrada, y Baro salió. Gong Chan desgarró la puerta del conductor de su camioneta, subiendo al interior. Nada más le importaba en este momento, excepto conseguir que Jinyoung volviera.

La puerta del pasajero se abrió de golpe, Baro de pie mirándole. — ¿A dónde demonios vas?

—Entra o lárgate de aquí.

Baro saltó y cerró la puerta cuando se volvió en su asiento. — Háblame, Gong Chan, —exigió.

—Jinyoung ha sido secuestrado. ¿Es eso suficiente hablar para ti? — Gong Chan estaba siendo un idiota, y lo sabía. Apartó la vista de Baro cuando dio marcha atrás a la carretera, los neumáticos girando mientras apuñalaba el volante y se alejó de Pride Pack Valley.

—¿Quién? —Tronó Baro a su lado. Gong Chan cambió de marcha y disparó la camioneta a la carretera, saliendo a encontrar a su pareja.

—Su viejo Beta fue injusto con él.

 

—¿Estás seguro de que él es el que se llevó a Jinyoung? —preguntó Baro, cuando se abrochó el cinturón.

—Sino, entonces los dos mejor empezamos a rezar porque no tengo ni jodida idea, dónde más buscarlo, —dijo Gong Chan cuando apretó el pie en el aceñerador. Miró por el espejo retrovisor, viendo por lo menos cuatro camionetas siguiendo detrás de él a una gran velocidad.

Gong Chan se apoderó firmemente del volante mientras miraba la larga y oscura carretera por delante de él. —Llegué a casa para aceptar a Jinyoung. Yo quiero a ambos en mi vida, —confesó en voz baja dentro del  oscuro interior de la camioneta.

Baro estaba en silencio a su lado. Gong Chan quería saber lo que Baro estaba pensando. Era posible que hubiese despotricado cuando su pareja le reclamó, pero él no era un total gilipollas.

Él quería a sus parejas.

 

Él no sabía cómo dejar entrar a nadie. Todo su tiempo con Jihoon lo había pasado tratando de mantener a todo el mundo fuera, tratando de proteger su corazón y su cordura.

No estaba seguro de cómo revertir eso. Gong Chan estaba aterrorizado de dar su confianza a otra persona más, a abrirse y dejar a Jinyoung y Baro entrar. Él sabía que había decidido dejarlos entrar por la parte trasera de la casa. Pero ahora era el momento para manejarlo o callarse, Gong Chan se sintió apagarse.

Todo en él gritaba desconectar y mantener a los dos hombres fuera. Gong Chan sabía que no podía hacer eso con Jinyoung y Baro. Él tenía que dejarles entrar si iba a liberarse, o perdería a los dos.

 

Iban en silencio, cuando Gong Chan presionó más allá del límite de velocidad. Todo tipo de escenarios estaban pasando por su cabeza acerca de lo que el Beta podría estar haciendo a su pareja. Gong Chan había visto verdaderos horrores y rezó para que Jinyoung no estuviera experimentando incluso lo más suave de lo que había pasado Gong Chan.

—¿Le dolería a Jinyoung? —Baro preguntó desde su lado.

Gong Chan podía oír el miedo en la voz de Baro y quiso consolar a su pareja. Él no estaba seguro de cómo enfocar eso.

Tragó saliva el nudo seco en la garganta y tomó la oportunidad. Gong Chan se acercó y agarró la mano de Baro, entrelazando sus dedos en los de Baro. Sus palmas estaban húmedas de miedo mientras se obligó a aguantar. Gong Chan no sabía cómo consolar a nadie. Era un concepto extraño para él. Pero iba a tratar con Baro.

—No sé, —respondió Gong Chan con honestidad. No iba a acaramelar una maldita cosa. Baro necesitaba estar preparado para lo peor. El lobo de Gong Chan se sentó sobre sus patas traseras con impaciencia. Él sabía que una vez que llegara a Fisher Valley su lobo lucharía por la libertad. Tenía que pensar con la cabeza clara y no dejar que sus emociones le guiaran. Esa era una tarea difícil, pero necesaria para conseguir a Jinyoung de vuelta de una sola pieza.

Después de lo que parecía ser para siempre, ellos pasaron una señal de bienvenida a Fisher Valley. La camioneta de Changjo pasó al frente de Gong Chan, desacelerando en una parada. Gong Chan puso su camioneta en el parque, viendo a  Changjo salir.

—¿Qué está pasando? —Preguntó Baro.

—No estoy seguro, —dijo Gong Chan mientras miraba por el espejo retrovisor. Las otras camionetas se había detenido también y los soldados salían—. Quédate aquí.

—Como el infierno, —gruñó Baro mientras salía de la camioneta. Gong Chan rodó los ojos. ¿Por qué el destino le da una pareja de cabeza dura? Él era el soldado no, Baro. Su pareja no tenía ni idea de en qué tipo de mierda podrían estar entrando. Dejó la voluntariedad de Baro ir por ahora. No había nada malo con que Baro escuchara. Él podía querer que Baro lo dominara, pero aún así era trabajo de Gong Chan proteger a sus parejas.

Hon ha estado aquí antes, —dijo Changjo cuando Gong Chan, y los otros hombres se unieron al Alfa—. Así que él conoce el lugar mejor que nosotros. Tenemos que idear un plan.

—¿Qué hay de asaltarlo allí y pasar sus culos por sus gargantas? — dijo Gong Chan con vehemencia. Sabía que el Alfa estaba en lo cierto, pero su lobo estaba demasiado cerca de la superficie y esa bestia parda  que habitaba en el fondo dentro de él. Gong Chan tuvo que luchar mentalmente para que ambas aparecieran.

—Quiere libertad, hermano, lo sé —SeJoon puso una mano sobre el hombro de Gong Chan—, pero no puedes dejarle ver la luz del día.

Gong Chan asintió y frunció las manos en puños. Baro le miró con extrañeza, pero no dijo una palabra. Gong Chan estaba agradecido por ese pequeño favor. No quería explicar a su pareja acerca de lo que Jihoon les había hecho a todos ellos, y hecho con él.

—Él está en una costosa casa a dos manzanas de aquí, —dijo Hon cuando miró a Gong Chan—. El muy hijo de puta tiene un montón de hombres que trabajan para él, y llevan armas.

Los nueve hombres escucharon cuando Changjo explicó su plan. Ellos estaban lo suficiente lejos en las afueras de la ciudad que ninguno de los hombres de Remus debería verlos. Por lo menos Gong Chan esperaba que fuera cierto. El elemento sorpresa era su as en la manga.

—Vamos a conducir nuestros vehículos en el bosque y esconderlos y luego cambiar, —terminó Changjo.

—Tú te quedas aquí con las camionetas, —Gong Chan dijo a Baro.

 

Baro apretó la mandíbula mientras movió la cabeza. —Yo me quedaré con las camionetas tan pronto como esté de acuerdo en utilizar una caja de arena.

Un estallido de risas arrancó del pecho de Gong Chan. Se sentía ajeno y extraño en sus labios. La risa era tan rara que lo tomó por sorpresa, y todas las expresiones de los demás, les tomó por sorpresa también. Baro sonrió de oreja a oreja, una espectacular vista en opinión de Gong Chan, mientras movía las cejas.

—Justo así ¿no?

Gong Chan sintió que su cara se ruborizaba cuando miró hacia otro lado. Había cambios produciéndose dentro de él, y él estaba cagado de miedo. No estaba seguro de qué hacer con ellos, por lo que lo empujó fuera. Gong Chan gruñó cuando dio la vuelta para ver a los hombres desvistiéndose, incluyendo a Baro.

—¡Tú no vas a desnudarte delante de ellos! —Las palabras arrancaron de sus labios mientras miraba a su pareja. El veneno detrás de su tono de voz le sorprendió.

Baro sonrió a Gong Chan y luego miró por encima de él. —¿Pueden darse la vuelta antes de que a Gong Chan se le rompa un vaso sanguíneo?

Gong Chan se volvió a ver a algunos de los soldados sonrientes, pero todos le dieron la espalda, entre ellos el Alfa. Tragó saliva, por temor a mirar a Baro. No estaba seguro de lo que iba a hacer si veía a Baro completamente desnudo. No se había atrevido a mirar en la habitación del hospital cuando Baro le tomó por sorpresa, pero ahora Gong Chan giró lentamente la cabeza hacia atrás, incapaz de resistir la tentación.

Respiró cuando asumió la fuerte estructura de Baro. Era impresionante. Su cuerpo parecía cincelado en líneas de profundidad y dimensión que hicieron a Gong Chan jadear y gemir.

Baro no era voluminoso, con músculos como la mayoría de los soldados. Tenía un físico más refinado, desde sus hombros fuertes hasta  su delgado y ondulado estómago y caderas estrechas. Los ojos de Gong Chan vagaron hacia abajo para ver que Baro estaba duro como el acero. Su corazón empezó a martillear detrás de las costillas al tomar la vista completa. Incluso los muslos de Baro estaban esculpidos a la perfección.

Maldito.

 

—¿Te gusta lo que ves? —Preguntó Baro en broma, con  una profunda seducción enlazando su pregunta.

Gustar ni siquiera era algo aproximado. Gong Chan estaba mucho más allá de querer de lo que sus ojos estaban empapándose.

—Cambia, —ordenó. Si continuaba comiéndose con los ojos a su pareja, ellos estarían en el suelo, como animales salvajes en celo.

Baro se inclinó hacia adelante, apretando la mano detrás del cuello de Gong Chan, y tomando los labios en un beso que todo lo consumía antes de que diera un paso atrás, él cambió en su forma de león. Gong Chan se quedó allí atónito, mientras miraba a su pareja. Baro había dicho que era un león, se lo había dicho después de haber reclamado a Gong Chan, pero en realidad verle en su forma de shifter era un espectáculo para la vista.

—¿Tu pareja es un león? —preguntó con asombro MinGyu.

—Bueno. ¡Habrase visto! —dijo Changjo, cuando los hombres comenzaron a darse la vuelta, todos mirando a Baro.

—¡No es un monstruo! —Dijo Gong Chan al tiempo que miraba a los hombres a su alrededor. Se quedó inmóvil, cuando Baro saltó sobre él, metiendo cabeza en el muslo de Gong Chan. Alargó una mano temblorosa, corriendo por la melena de Baro.

—Nadie dijo que fuera un monstruo. Creo que es jodidamente genial, —dijo MinGyu cuando él asintió con la cabeza hacia Baro—. Es genial como el infierno, hombre.

 

La ira de Gong Chan hacia sus hermanos se disipó mientras se  desnudaba y cambiaba. No estaba seguro de lo que pensaba ahora. Baro era hermoso, y su manada pensó lo mismo.

Él sonrió mentalmente mientras trotaba en el bosque, sintiéndose orgulloso por primera vez desde que podía recordar.

 

continuara....

Notas finales:

dejen rw


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