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36. Gong Chan (07) por dayanstyle

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Baro salió de la sala de emergencias a la sala de médicos, en busca de un bocado para comer. Bostezó al caer algunas monedas en una máquina expendedora, hizo su selección, y luego sacó el envoltorio desde el dispensador.

Se sentó, sintiéndose cansado. Cuando Baro abrió la barra de Granola, pensaba en sus parejas. Un dolor se estableció en el pecho mientras tomaba un bocado de la barra y luego la tiró a la basura, no sintiendo hambre ya.

Gong Chan sólo lo había llamado porque tenía miedo de lastimar a Jinyoung. Eso era todo. No tenía una profunda necesidad de contar con Baro allí, sólo el deseo de ser gentil con su pareja más pequeña. Cuanto más pensaba Baro en ello, más enojado llegaba a estar.

Jinyoung había dicho que lo amaba, pero Baro no podía dejar de pensar que Jinyoung sólo lo había dicho porque él se lo dijo a Gong Chan. Jinyoung no quería que Baro se sintiera excluido. Los omegas estaban hechos de esa manera, para cuidar incluso si ellos no lo hacían.

Baro no era el caso de caridad de nadie. A pesar de que todavía lo consumía el despertar   sólo, después de saber que ambos existían, Baro tendría que hacerse cargo de eso. Se levantó del sofá y caminó hacia la sala de emergencias.

—¿Dónde demonios has estado escondiéndote? —Preguntó HanHae cuando él se apresuró hacia Baro—. Yo te he llamado por el busca tres veces. Tenemos un múltiple accidente en la ruta 22.

Baro se apresuró a asegurarse de que las habitaciones estuvieran listas, mientras esperaba a la ambulancia para que trajeran las primeras víctimas. Este iba a ser un largo día.

Comenzó a trabajar en las primeras personas que trajeron y no había tomado un descanso para respirar hasta que el último fue trasladado a recuperación. Baro salió de la cirugía, apoyándose contra la pared, mientras descansaba por un momento.

—¿Baro?

Se volvió para ver a Jinyoung caminando hacia él, una mirada de preocupación en su rostro.

—¿Qué pasa? —Inmediatamente preguntó, aún en el modo de cirujano. Baro se apartó de la pared, reuniéndose con Jinyoung a mitad de camino.

—No hay nada mal físicamente, —dijo Jinyoung mientras miraba hacia abajo, retorciéndose las manos—. Pero desapareciste justo después de... ya sabes, y me preguntaba si era algo que yo hice.

Baro suspiró mientras metía a Jinyoung en una habitación vacía. Dejó que la puerta se cerrara mientras se sentaba en la cama, deseando sólo poder descansar un rato. No se había sentido bien desde que Gong Chan pasó por su viaje.

Baro no sabía cuál era su lugar con sus parejas, y eso le molestaba, le enfurecía. No estaba acostumbrado a la sensación de tan maldita inseguridad. Era un león. Su naturaleza era hacerse cargo, pero con sus parejas, tenía que andar con cuidado. Sin embargo, tratar con cuidado lo hacía sentir como si él no encajara.

—No eres tú, Jinyoung, —dijo Baro mientras sostenía una mano, Jinyoung inmediatamente acercándose a él. Él pasó un brazo alrededor de su pareja, tiró del hombre más pequeño en el vértice de sus piernas y  apoyó la barbilla sobre el hombro de Jinyoung cuando su pareja se sentó en su regazo.

—¿Entonces qué es? No devuelves mis llamadas, —dijo Jinyoung cuando se inclinó aún más cerca.

Baro se sentía como una perfecta mierda cuando escuchó la inestabilidad en la voz de Jinyoung. No estaba seguro dónde estaba su lugar, pero no tenía solo que desentenderse. Su relación ya era suficiente tensa con lo que Gong Chan estaba pasando. Baro no necesitaba agregar eso, pero necesitaba saber dónde se situaba.

—Dime, Jinyoung. ¿Serías feliz si solo fueran tú y Gong Chan?

Jinyoung irguió su cabeza hacia atrás, mirando arriba a Baro cuando le dio una palmada en el pecho. —¿Qué clase de pregunta es esa? Yo te dije que te amaba, y no le doy ese afecto a cualquiera. ¿Es por eso que te fuiste?

Baro enfoco sus ojos hacia la pared, sin saber cómo explicar lo que estaba sintiendo. Últimamente Baro cuestionaba todo. Le volvía loco a veces, pero no podía evitarlo. No sólo se sentía como una tercera rueda, sino que temía perder a uno de ellos. Él asintió con la cabeza mientras se quedó mirando hacia abajo en las manos de Jinyoung, sosteniéndolas en las suyas mientras pasaba los dedos a través de los del más pequeño. Solía ser tan confiado, tan seguro de sí mismo, pero ahora estaba destrozado interiormente.

—Baro, —Jinyoung dijo suavemente—, te amo. No sólo porque eres mi pareja, sino porque tienes un corazón tan cariñoso. Eres un hombre bueno, y estoy orgulloso de llamarte mío.

Baro miró a Jinyoung, viendo la verdad en sus ojos. Él pasó la mano por la cabeza de Jinyoung y luego apoyó la frente contra la de Jinyoung. —Lo siento.

Jinyoung suspiró. —Veo que tengo mi trabajo que hacer con mis dos parejas.  Ustedes  me  van a  deber  una  muy  grande  una  vez  que  los organice. No estoy acostumbrado a ser el que nos mantiene unidos. Eso es lo tuyo y trabajo de Gong Chan.

Baro se rió entre dientes mientras besaba la cabeza de Jinyoung. — Vamos, vamos a buscar algo de comer. —Sabía que necesitaba organizarse. Sus parejas contaban con él. Baro necesitaba dejar de lado  sus inseguridades y avanzar hasta la meta.

—Junyoung está esperando afuera con Dong Jun, —dijo Jinyoung, cuando se puso de pie.

—Oh, infierno. ¿Ha visto HanHae a Dong Jun? —Baro le preguntó mientras se dirigía hacia la puerta, llevando a Jinyoung junto con él.

—No estoy seguro. Me olvidé de lo mucho que se gustaban el uno al otro. —Jinyoung se echó a reír cuando Baro abrió la puerta y escuchó a hombres discutiendo. Jodido infierno.

—No me importa quién eres. ¡Puedes clavarte un termómetro por el culo, amigo! —Gritó Dong Jun.

—Si dices una palabra más, una maldita palabra más, y te juro que llamaré a la sala de psiquiatría y serás admitido. ¡Ponme a prueba! —gritó de nuevo HanHae.

Baro miró a Junyoung, quien estaba allí de pie con los brazos cruzados sobre el pecho. Se encogió de hombros cuando vio que Baro le miraba. — Traté de detenerlos, pero parecían estar divirtiéndose mucho.

—Agarra a tu pareja. Nos dirigimos al bar de Jungkook por algo de comer, —dijo Baro a Junyoung cuando comenzó a alejarse. Todo lo que necesitaba era que uno de los jefes de personal viera la pelea en la sala de emergencias. Baro se dio la vuelta cuando escuchó los gritos de Dong Jun. Junyoung había recogido a su pareja y lo lanzó por encima del hombro.

—¡Esto no está acabado tú,... tú... tu enfermero! ¡Te patearé en la cara con el puño, si te cojo en la calle!

—¡Al menos tengo un trabajo! —gritó de nuevo HanHae—. ¡Vuelve aquí de nuevo, y tendré una habitación preparada para ti en cinco segundos, psico-loco!

Baro se cubrió la cara cuando salió, Jinyoung riéndose a su lado. Metió a Jinyoung en sus brazos tan pronto como llegaron a las puertas. —¿Tú pensabas que era gracioso? —Le preguntó, mientras levantaba una ceja a su pareja.

Jinyoung se rió y asintió con la cabeza. —Fue muy divertido.

 

Baro no podía dejar de reír. Las risitas de Jinyoung parecían ser contagiosas. Él se echó a reír todo el camino al estacionamiento cuando se dirigían al bar de Jungkook.

Sintió esa sensación persistente de nuevo. La misma que tenía la semana pasada cuando regresaba de la tienda de comestibles. Baro miró a su alrededor, tratando de ver si veía a alguien observándolos.

—¿Está todo bien? —Jinyoung le preguntó mientras miraba alrededor. Baro necesitaba dar un repaso a sus habilidades de manera sutil. No era tan hábil como él pensaba.

—Sí, —respondió Baro mientras caminaba un poco más rápido. Una cosa era que lo sintiera cuando él estaba caminando solo en casa. Era algo completamente diferente cuando su pareja estaba con él.

—Está bien, si me tumbas te anotas méritos, señor, —dijo Jinyoung mientras corría. Él divisó a Gong Chan de pie fuera del bar de Jungkook, hablando con uno de los soldados. Gong Chan debía haber visto la mirada de preocupación en la cara de Baro, porque se dio la vuelta y escaneó la zona.

—¿Qué pasa? —preguntó cuando Baro agarró la puerta del bar de Jungkook y prácticamente empujó dentro a Jinyoung. Se volvió para mirar a su pareja y luego plantó un beso en los labios de Gong Chan.

—Te lo diré dentro.

 

—Gong Chan, Junyoung, Dong Jun, y MinGyu, entren en Jungkook. —Vio a Jinyoung sentado en una cabina, con la preocupación en sus manos mientras sus ojos no les dejaba escapar. Tal vez se estaba volviendo loco. Tal vez no era una amenaza en absoluto. Baro odiaba ser él mismo el segundo invitado, pero no iba a tener la oportunidad con sus parejas.

—Está bien, ¿puedes decirnos lo que está pasando ahora? —Dijo Junyoung una vez dentro de la taberna.

Baro se sentó, explicándoles sobre la primera vez que tuvo la sensación de que alguien lo observaba y cómo acababa de experimentar la extraña sensación de nuevo. Trató de restarle importancia, hacer que pareciera como si tal vez él lo estuviera imaginando, pero Junyoung negó con la cabeza.

—Changjo me dijo que el pecus volatile no es leyenda. Son reales, — dijo en voz baja.

La mandíbula de Baro cayó en la confesión. Había oído hablar del mito, pero nunca pensó que fuera verdad. Fue como encontrar que el hada de los dientes era real, sólo que diez veces más ominoso. —¿Así que crees que uno de ellos me está siguiendo? —Preguntó Baro.

Junyoung negó con la cabeza. Baro no estaba recibiendo una buena sensación de esto. Los ojos de Junyoung tenían un mal presagio cuando se inclinó hacia adelante. —Están siendo perseguidos por los incolae infernus.

Bien, ahora estaba nervioso. No estaba seguro de qué jodidos era un incolae infernus, pero no sonaba prometedor. Solo el nombre le hizo temblar y acercar más a Jinyoung. La manera en que Junyoung dijo el nombre hizo tragar a Baro y miró a sus compañeros para ver sus reacciones.

—¿Qué diablos es un incolae infernus? —preguntó Gong Chan. Sí, Baro quería saber y, sobre todo si estaba siendo seguido por uno. Quería saber si podía luchar contra ellos o si se debía besar su culo como despedida. El nombre no sonaba prometedor.

Junyoung se encogió de hombros. —Changjo no lo dijo. Al parecer, el líder del pecus volatile no lo dijo tampoco. Un tipo llamado Nam Joon vino a Changjo, diciendo al Alfa que Jungkook era su compañero y que alejaría al shifter de aquí.

Todos se dieron la vuelta, mirando hacia la barra. Baro divisó a Jungkook hablando con algunos clientes, actuando como si no pasara nada, pero él se dio cuenta de un hombre de pelo oscuro sentado a un lado de la barra, mirando a Jungkook como un halcón.

Baro gimió. Como si no tuviera suficientes problemas que enfrentar.

 

Gong Chan escoltó a Jinyoung y Baro a la casa, mirando sobre su hombro mientras cerraba la puerta principal. No encajaba bien que alguien estuviera siguiendo a una de sus parejas. Gong Chan todavía no estaba seguro de dónde lo llevaría su nuevo camino, y el pensamiento le daba miedo como el infierno, pero él no iba a tener una o ambas de sus parejas amenazadas.

Eran suyas. Sabía eso. Infierno, Gong Chan se estaba adaptando a la idea mejor de lo que pensaba, pero él todavía no podía ver hacia dónde le llevaba, y a Gong Chan no le gustaba lo desconocido. Todavía temía herir a Jinyoung, pero sabía que Baro no se lo permitiría. Si simplemente Baro permaneciera el tiempo suficiente.

—¿Por qué te fuiste? —Preguntó a Baro, una vez que estaban de vuelta en el dormitorio de Jinyoung. A Gong Chan no le gustaba su habitación. La de Jinyoung era más acogedora y hogareña.

—Yo tenía trabajo que hacer, —respondió Baro bruscamente mientras miraba alrededor de la habitación.

—¡Estás mintiendo! —gritó Gong Chan y luego se aclaró la garganta, mirando de Baro a Jinyoung. Su pareja más pequeña se quedó con los ojos muy abiertos mientras se acercaba a Baro—. Creí que dijiste que yo me había curado.

Jinyoung negó con la cabeza. —Y lo estás, pero ¿piensas que sería todo flores y alegría ahora?

—Sí, —respondió Gong Chan con honestidad. Había estado en realidad entusiasmado con ese aspecto de ser sanado. Todavía se sentía como si fuera a hacer daño a Jinyoung, y no le gustaba esa sensación ni un poco.

Jinyoung extendió su mano, tocando el hombro de Gong Chan. —No es que no estés curado. ¿Cómo te sientes cuando piensas en Jihoon ahora?

Gong Chan se encogió de hombros. Los sentimientos fuertes, opresivos ya no estaban allí. Ni siquiera el sueño de sus días con Jihoon estaba ya más, pero todavía se sentía ansioso, reservado. —Era un bastardo podrido que merecía morir. Ojalá hubiera sido por mis manos. —¿Se suponía que debía sentir de esa manera? ¿Hacía eso que lo convirtiera en un monstruo por querer ser el único en matar al antiguo Alfa? Gong Chan no estaba seguro de nada.

Se sentó en la cama, pasando sus manos sobre su cabeza, y luego miró por encima de sus parejas. —¿Qué hay de malo en mí?

Jinyoung caminó por toda la sala, tomando asiento junto a Gong Chan y colocando una mano sobre la suya. —No es que no estés curado. Es que no conoces otra forma. Tienes que aprender a saber quién eres ahora, aprender lo que es aceptable en una relación y lo que no. Prácticamente creciste bajo la sombra de Jihoon. ¿Cómo puedes amar cuando nunca has sido amado?

Gong Chan apartó bruscamente sus manos, la vista clavada en sus uñas. — ¿Así que estos extraños sentimientos que tengo, no son amor? —Gong Chan había rezado para que estuviera mejorando, que estuviera empezando a sentirse humano de nuevo, pero por lo que Jinyoung le estaba diciendo, es que él seguía siendo el mismo hombre.

—Sólo porque no sepas qué es el amor, no significa que no sepas cómo sentirlo, —agregó Baro mientras se acercaba a la cama y se arrodilló frente a Gong Chan—. Va a llevar un tiempo.

—¿Y yo adivino que tú serás el que me enseñe? El mismo hombre que no pudo quedarse después de que nosotros jodimos, —se burló Gong Chan. No le gustaban esos arrebatos, o eso es que él no estaba milagrosamente curado. No le gustaba sentirse como si estuviera en una montaña rusa que estaba a punto de colisionar. No se suponía que debiera ser así.

Baro se quedó allí, caminando hacia el vestidor, golpeó con el puño en la veta de madera. —Me fui porque...

—Dilo, —gritó Gong Chan.

—No es así, —dijo Baro mientras se daba la vuelta, en dirección a la puerta. Jinyoung se levantó de un salto, corriendo por la habitación  y colocando las manos contra la puerta del dormitorio.

—No, tú no te vas. Si tengo que patear a ambos el culo, aprenderás a comunicarte. No resolveremos nada huyendo de nuestros problemas. Ahora siéntate, —Jinyoung controló mientras señalaba hacia la cama.

—¿Pensé que eras un Omega? —Gong Chan preguntó, asombrado de oír hablar a Jinyoung de esa manera. En todo el tiempo que había conocido el pequeño lobo, Jinyoung había sido siempre tan humilde, tan tranquilo. A él le gustaba este nuevo Jinyoung.

—Lo soy. Pero cuando se trata de mis parejas, lo considero negocios. Y de eso se trata. Somos parejas. ¡Ahora saquen todo fuera de sus pechos, o juro que mi zapatilla va a ir directa en el culo de alguien.

—¿Crees que va en serio? —Preguntó Baro a Gong Chan. Una ceja  negra y espesa se elevó cuando él metió las manos en los bolsillos traseros y miró a Jinyoung.

Dios, el hombre era sexy como el pecado. Gong Chan quería lanzarlo en la cama y... no, eso no estaba bien. Él quería mover a Baro en la cama y montarlo hasta que sus ojos se cruzaran. —Creo que sí.

—¡Estoy siendo serio. Ahora habla! —Jinyoung pisoteó un pie al cruzar los brazos sobre el pecho, mirándoles a los dos.

—Es caliente, —dijo Gong Chan.

—Sí, lo es, —Baro acordó cuando se quedó allí, junto a Gong Chan.

Jinyoung les miró asombrado con los brazos bajados. —¿Creén que soy caliente?

—Demonios, sí, —dijo  Gong Chan cuando se puso de pie, paseando  por la habitación hacia el hombre más pequeño. Los ojos de Jinyoung se abrieron, mientras sostenía las manos en alto delante de él.

—No, no, no. Se supone que debemos estar hablando de lo que está pasando con ustedes dos. —Retrocedió, sus hombros golpeando la puerta cuando sacudía la cabeza adelante y atrás rápidamente. Gong Chan no se dejó engañar. Podía ver la lujuria y el deseo en los ojos marrón chocolate de Jinyoung.

—Tú puedes hablar todo lo que quieras mientras yo voy a joderte. — Gong Chan gruñó bajo, acercando a Jinyoung en sus brazos—.¿No es verdad, Baro?

—En eso tienes razón.

—Oh,  infierno,  —se  quejó  Jinyoung—.  Yo no voy a ganar esto, ¿verdad?

Gong Chan se encogió de hombros. —Eso depende de cómo se mire. Creo que ser follado por dos hombres que te quieren es una situación de ganar- ganar.

—¡Eso no es lo que quise decir!

—Así me sonaba a mí.

—A mí también, —agregó Baro mientras presionaba su pecho en la espalda de Jinyoung.

—Ya ves, aquí está la cosa. Estoy jodido en la cabeza, obviamente, pero tengo dos parejas magníficas que me muestran el camino. Ahora   que hemos despejado el aire... —Gong Chan recogió a Jinyoung, llevándole sobre la cama.

—Y estoy inseguro acerca de mi lugar en esto, —dijo Baro mientras ponía su camisa sobre su cabeza y sacaba sus pantalones vaqueros hacia abajo.

—¿En serio? —Preguntó Jinyoung cuando observaba a Baro.

—Buen intento, —dijo Baro mientras se metía en la cama, gateando hacia los dos como si estuviera a punto de saltar. Gong Chan se puso duro como una roca mirando los ojos grises de Baro oscurecerse cuanto más se acercaba a ellos. Fue una subida de pura adrenalina observar a Baro asumir el papel de depredador. Gong Chan no tuvo reparos en entregar su personalidad dominante a su pareja de león.

Gong Chan se giró hacia Jinyoung para que pudiera ver la mirada de depredador de Baro. —Es el hombre y la bestia en su estado salvaje. —Su voz adquirió el acento de un experto en vida salvaje australiana—. El león hambriento fija su vista en su presa, ansioso por saltar y derribarle, — continuó Gong Chan mientras quitaba la camisa de Jinyoung y comenzó a trabajar en sus pantalones.

—La pregunta es, inmovilizará a su presa y pareja, o asolará su cuerpo antes de consumirlo. —Jinyoung se estremeció al oír las palabras de Gong Chan cuando desnudó los pantalones de Jinyoung—. Es el mayor desafío del hombre. ¿Ganará él, o la bestia?

Gong Chan saltó de la cama cuando Baro pegó un brinco, inmovilizando a Jinyoung. Gong Chan rápidamente se desnudó y se arrastró junto a Jinyoung, manteniendo su acento mientras bajaba sus labios para tocar la concha de la oreja de su pareja. —Cuando nos enfrentamos a un gran depredador, siempre es mejor darse por vencido y darle lo que quiere.

Jinyoung gimió cuando él abrió las piernas separándolas, palmeando su polla. —La bestia gana, fácilmente.

Gong Chan se rió entre dientes mientras se levantó y tomó la polla Jinyoung en su boca.

Ve despacio. No le hagas daño.

 

Gong Chan empujó las piernas Jinyoung hacia atrás cuando rodeó con su lengua las bolas de su pareja. Podía oír a Jinyoung hacer el más lindo de los pequeños ruidos del sexo cuando Gong Chan tomaba una esfera a la vez en su boca.

—Maldita sea, —Baro exhaló mientras miraba a Gong Chan.

 

Gong Chan había sido visto muchas veces. Tener sexo y ser mirado no era nada nuevo para él. ¡Basta ya! Esto no es como lo era entonces. ¡Estas son tus parejas! Gong Chan cerró los ojos y respiraba lentamente por la nariz mientras se concentraba en la imagen de Baro y Jinyoung, los dos hombres que amaba. O eso era lo que esperaba que fueran esos sentimientos erráticos.

—Mírame, Gong Chan, —ordenó Baro—. No nos excluyas.

 

Gong Chan abrió los ojos, mirando arriba a Jinyoung y Baro. Él chupó una larga línea desde las bolas de Jinyoung a la punta de su polla, abriéndose para tomar la cabeza dentro. Baro le miraba atentamente, con los ojos encapuchados cuando Gong Chan se daba un festín de Jinyoung.

Los ojos de Gong Chan siguieron los movimientos de Baro cuando su pareja se levantó, de rodillas ante Jinyoung y tocando los labios suculentos de Jinyoung con su polla. —Abre.

Gong Chan tomó la base de la polla de Jinyoung, apretando con fuerza al ver a Jinyoung abierto para Baro, chupando la polla del león en la parte posterior de la garganta. Cuando Jinyoung gimió, Gong Chan se dio cuenta que estaba sosteniendo a su pareja con demasiada fuerza, por lo que le alivió. Cuando Jinyoung gemía, Gong Chan sonrió.

—Ya te dije que lo conseguirías, —dijo Baro mientras miraba hacia abajo a Gong Chan, y luego su cabeza cayó hacia atrás sobre sus hombros, sus caninos desenvainándose lentamente a medida que sus labios se abrían. Gong Chan nunca había visto un espectáculo más impresionante.

Él liberó la polla de Jinyoung, al oír el gemido de su pareja una vez más. Sólo que esta vez sabía que era una protesta de Gong Chan tomando el placer de él. —No te preocupes, Jinyoung. No he terminado contigo todavía. —Llegó sobre él y agarró el lubricante del cajón, enganchándolo y luego volviéndolo a colocar en la cumbre de los muslos de Jinyoung.

Gong Chan lubricó sus dedos y luego volvió a tomar la polla de Jinyoung en su boca mientras introducía un dedo. Los montículos gemelos de Jinyoung se tensaron por un momento, haciéndole parar a Gong Chan. ¿Le había herido? Gong Chan esperó con el corazón atronándole hasta que Jinyoung se  relajara y asintió con la cabeza alrededor de la polla de Baro.

Dejó escapar el aliento que había estado conteniendo mientras deslizaba su dedo todo hacia adentro. Jinyoung apartó las piernas, dando la señal a Gong Chan que estaba disfrutando de lo que Gong Chan le estaba haciendo. Gong Chan tomó la oportunidad y deslizó otro dedo dentro cuando pasó la lengua por las venas prominentes que corrían a lo largo de la polla de Jinyoung.

Ve despacio, ve despacio, ve despacio. Gong Chan repitió el mantra en su cabeza mientras llevó un tercer dedo hacia la estrecha entrada de Jinyoung.

—La bestia quiere verte joderle, —dijo Baro mientras pasaba  la mano por la mandíbula de Jinyoung, empujando su polla dentro y fuera de la boca dispuesta de Jinyoung. Jinyoung gimió su acuerdo.

Gong Chan liberó la polla de Jinyoung y luego se echó hacia atrás. Le temblaban las manos mientras vertía lubricante sobre su dura erección, rezando para no volverse loco.

—Estarás bien, —dijo Baro en voz baja.

 

Gong Chan asintió y lanzó la botella a un lado y empujó las piernas Jinyoung hacia atrás contra su pecho. Apretó la cabeza de su polla contra el agujero de Jinyoung que estaba esperando, tomó una respiración profunda, y luego empujó hacia adelante.

Jinyoung gritó, haciendo que los ojos de Gong Chan golpearan en Baro.

—Dale un momento.

 

Gong Chan se humedeció los labios secos, mirando hacia abajo a donde él y Jinyoung estaban conectados. La vista dejó su aliento atrapado en su garganta. Era un espectáculo íntimo. Él volvió a mirar Jinyoung arriba, viéndolo devorar la polla de Baro.

—Jódele, Gong Chan.

 

Gong Chan agarró las piernas Jinyoung y comenzó a presionar, cerrando los ojos. El placer era puro y explosivo cuando sus caderas empujaron más fuerte. El canal de Jinyoung estaba tan apretado como un puño alrededor de su polla, trayendo a Gong Chan niveles más altos de éxtasis que él nunca supo que existían.

Gruñó, empujando las piernas de Jinyoung más atrás cuando vio la polla ser tragada por el cuerpo de Jinyoung. Sudor salió por todos los sitios cuando Gong Chan sentía sus bolas tirando fuerte de su cuerpo, un cosquilleo  arañando su camino hasta la columna vertebral.

Echó la cabeza hacia atrás y gritó mientras su cuerpo estalló, enviándole a la atmósfera exterior, donde nada más que el placer existía. Se estremeció cuando su semilla llenó a Jinyoung.

Gong Chan dejó caer las piernas de Jinyoung, sacó su polla ablandada libre, y luego llevó la polla de Jinyoung a su boca, chupando el eje endurecido con vigor.

Podía oír el rugido de Baro cuando se retorcía en torno a Jinyoung. Su más pequeña pareja brincaba, sus caderas volando de la cama mientras gritaba, llenando la boca de Gong Chan con su esencia. Gong Chan bebió con avidez, hasta la última gota.

Cuando se echó hacia atrás, Baro se abalanzó hacia  adelante, tomando los labios de Gong Chan, en un beso que le conmovió el alma. —Sabía que podías hacerlo.

Gong Chan sonrió en la boca de Baro. Tal vez estaba realmente en el camino hacia una vida mejor después de todo.

 

Continuara..

Notas finales:

dejen rw


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