Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Restaurant : Angeles Culinarios

Notas del capitulo:

perdooooooon!!!!!!!!!!!!!!!!!!

lamento la demora, no tengo explicación decente sólo que intenté actualizar lo más pronto que el tiempo y la falta de inspiración me permitió, pero bueno aquí estoy.

muuuchisimas gracias por los reviews!!! me encantan.

yap a lo que se vino:A LEER EL FIC SE HA DICHO!!! ^^ 

Capítulo 10

 

-excelente trabajo konohamaru, con estas fotos el rating se incrementará en 20 puntos, ¡estoy segura!- la que hablaba era una mujer que redondeaba los 25 años de edad, tenía el pelo morado y atado en un moño alto, piel clara y una actitud confianzuda. Ella era la directora encargada de uno de los tantos programas de farándula que existían en la televisión nacional. En esos momentos estaba con una sonrisa de felicidad absoluta por el exclusivo material que mostrarían los panelistas en el programa de hoy, a la vez que le daban un sentido tergiversado a cada acción y actitud de los involucrados, y para eso eran unos expertos.   

-¡sí, seré reconocido como un grandioso paparazzi!, este es sólo el comienzo de mi exitosa carrera- las añoranzas del joven practicante  lo hacían vagabundear por sus sueños utópicos, y eso se notaba por sus soñadores ojos.

-sigue así gusano, ahora tu misión inicial será seguir a esos dos y tomarles fotos juntos, más te vale que sean muchas. Si te pillan CORRE y que no te quiten la cámara que te pasé ayer, recuerda que te la paso únicamente por el hecho de ser un tema de vital importancia para la sobrevivencia de mi programa- explicaba la dama a su empleado.

-no se preocupe Anko-sama seré como un lince de sigiloso y como un águila por mi ojo biónico para pillarlos en sus momentos de mayor, supuesta, intimidad- el chico tenía el pelo y ojos color marrón, su cabellera estaba atada en una coleta alta por lo que las puntas quedan levantadas, además de su piel clara que lo hacía pasar por un típico joven de su edad. En general sus rasgos no tenían nada de exótico, sin embargo su carácter ambicioso y exigente lo separaba con creses de los demás.

-muy bien estúpido tienes mucho que hace por hoy, debes prepara el material para mañana, que estoy segura que con lo de hoy, los televidentes querrán más información y fotos para mañana jaja mi programa superará de una manera abismante a las otras transmisiones de farándula-su risa autosuficiente se hizo escuchar fuerte y claro por todo el edificio, luego tomó su celular y marcó el número del gerente general del canal para exigirle un aumento de sueldo adelantado por las futuras ganancias que obtendrían por el episodio de hoy que se transmitiría en un rato más, cosa que no accedería fácilmente el administrador.

- pero, toma en cuenta que mi palabra esta abalando las ganancias futuras... si estoy segura... no te estoy engañando... yo quiero un aumento, no una rosquilla adicional en mi pack de las 10:00 a.m.- mientras su jefa discutía con el gerente, Konohamaru salía silenciosamente de la oficina para no interrumpir la amena conversación de los mayores, sinceramente su jefa le daba miedo.

El joven al salir de la oficina se encaminó al ascensor para bajar hasta la salida, con su mano izquierda buscó en el bolsillo de su pantalón su celular y al sacarlo activó la pantalla para ver la hora en el, ya tenía todo su día planeado para conseguir información, pero debía realizar una visita antes de comenzar la cacería. El tener que trabajar en un programa de farándula sólo era el comienzo para su carrera como el más grandioso paparazzi de la historia, para eso debía dar un buen primer golpe para que la gente empezara a conocer su nombre y si para eso debía poner en juego el honor y credibilidad de un respetable hombre de familia, lo haría, sencillamente los escrúpulos no existían en su mente. Todo sea por la meta.

Se subió a su motocicleta y la echó a correr por el pavimento.

---------------------------------------------------

En Francia, Paris, los problemas iban y venían en una junta que se estaba desarrollando en el veinticuatroavo piso de un imponente edificio del dentro de esta capital. Aquí Yondaime Uzumaki intentaba aclarar la supuesta exportación sin documentos hecha hace un tiempo atrás a este país, por lo que sabía alguien había despachado el envío y además se las había arreglado para burlar a las aduanas, cosa muy impresionante debido a la eficacia que caracterizaba a estos organismos, sólo existía una resolución que daba explicación a este suceso, y ese era que alguien de la compañía se había asociado con alguno de los funcionarios que trabajaban en estos puestos de control para así poder pasar la mercancía sin costo y revisión, pero lo último daba para pensar que además de pasar los repuestos también, de paso, existía la posibilidad de que estuvieran transportando contrabando, ya sea de armas, drogas o en el peor de los casos personas.

-¿Cuántos transportes se han despachado desde mi compañía hasta este país?- preguntaba molesto por las resientes conclusiones que le llegaron del tema. Definitivamente esto tomaría más de lo planeado, mientras más investigaban sobre el tema, más complejo se ponía.

- seis camiones con el logo de la compañía han sido vistos en la ciudad señor, sin embargo, como usted entenderá, esta cifra la ha sacado la policía a pedido de la embajada, o sea que no es una información muy fiable, recuerde que únicamente son los que se han visto, pude que hayan más- explicaba uno de los asistentes.

- señor, ya tenemos una idea de lo que sucedió, lo que nos queda es culpar a algunas personas y demandarlas, con eso recuperaremos lo perdido- quien hablaba era el encargado de finanzas de la compañía, debido a su cargo se le podía tachar de practico y calculador pero sólo en el ámbito laboral ya que como pareja era alguien muy apasionado.

-kakuzu-san esa no es la idea, si demandamos a alguien equivocado la prensa nos hará añicos sin contar que la marca NAUZ se irá al caño, debemos continuar hasta dar con el real culpable, debe haber dejado algo sin cubrir, algo que lo delate- volviendo a centrar la cabeza en los papeles que estaban desordenados encima del escritorio, tomó una factura toda arrugada que no había visto antes, al acercarla a su cara comprobó su fecha de emisión y el nombre de la persona a la que se le había hecho... lo había encontrado.

- creo que ahora no nos falta la persona a quien culpar, sino que contratar a un abogado- su faceta de detective había tenido un golpe de suerte al encontrar ese pequeño documento. Ya podría regresar a su casa sin problemas, es más, tomaría el primer avión que estuviera disponible para volver a su hogar junto a su hijo.

---------------------------------------------------

-hola Naru-chan- saludaba amigablemente Temari al rubio. Se encontraban en la cocina del restaurant, apoyados en la barra, cada uno con el mandil puesto a la espera de la primera orden del día. Las cosas estaban tranquilas, contando que uno de los empleados había hecho hace poco un viaje de placer, porque eso era lo que parecía ya que la persona que lo acompañaba no era de las más santas. De todos modos el ambiente seguía siendo agradable para el que entrara, exceptuando la preocupación que sentía la rubia por su amigo con respecto a su estadía en la casa de los Uchihas.

-hola tema-chan, ¿como estas ttebayo?- la energía inagotable del menor por comenzar el día era bastante impresionante, tanto como la hermosura de la mueca con la cual acompañaba el saludo. Ese día tenían que entregar unos encargos, entre los cuales estaba incluido el hecho por Fugaku, por lo que se necesitaría la mejor disposición del mundo, ese sería un largo día.

-bien, Naru ... ¿cómo estas en la casa de los Uchihas? Sabes que si sucede algo te puedes quedar en mi casa, junto a Gaara y Kankouru, no hay problema, lo sabes y ... ¿sabes qué? Empecé con la pregunta equivocada, debí haber dicho ¡¿POR QUÉ ACEPTASTE QUEDARTE EN ESA CASA?! Teniendo en claro lo poco y nada que sé de ese Uchiha estoy completamente consciente de que es un pervertido, asaltacunas y trabajólico, cosa que ya te dije, que sólo se preocupa de la imagen que tenga su apellido, no es alguien que valga la pena. Naru por favor ven a quedarte con nosotros, no quiero que intente aprovecharse de ti nuevamente- los ojos de la joven estaban suplicantes, realmente le preocupaba la seguridad de su amigo en esa casa.

-tema-chan... yo sé que los problemas por los que está pasando mi papá son complicados y que si me buscó una casa fue debido a que el viaje estaba muy encima y sería muy largo como para pasar todo ese tiempo en la mansión solo, fue la mejor opción que encontró, sólo eso, no le quise hacer más problemas, además no la estoy pasando mal, al menos la primera noche, pero para que te quedes tranquila te prometo que si tengo algún problema... me iré a vivir contigo-concluyo en tono amable mientras le tocaba el hombro a su amiga. La campanilla que anunciaba la entrada de una orden sonaba en ese momento, la burbuja que los encerraba en ese ambiente de confianza se interrumpía para dar paso al trabajo que tenían que hacer, eso molestó a la Sabaku No, quería seguir hablando del tema para saber los detalles de todo lo que estaba aconteciendo en esa casa entorno a su amigo.

-bueno es tiempo de trabajar y alegrarle la vida a nuestros clientes con un delicioso platillo- festejaba el Uzumaki, trabajar era su pasión y eso lo entendía a la perfección su compañera por lo que no iba a interrumpir ese momento tan sagrado para el ojiazúl con sus preguntas, esperaría. Lo que en realidad la acomplejaba era que al final de todo eso él se terminara enamorando, cosa muy posible debido a su carácter propenso para ser encantado y encantar a las personas, del empresario, sería lo peor que le podría ocurrir. En general ella siempre lo ha tratado de apoyar y guiar en todos sus amoríos, sin importar el pelmazo de novio que se cargase, ella estaba allí y este último "pretendiente" era el más extraño de todos, sin contar que el más dañino que se pudo haber conseguido... Si tan solo no tuviera una argolla en el dedo anular de la mano izquierda, sería al menos pasable.

-sí, creo que tienes razón- si ya su ambiente de confidencia se había hecho añicos con la campanilla, de ella no sería la culpa de que el entorno agradable en el que siempre se desenvolvían se esfumara con sus preguntas inquisitivas, esa tranquilidad era algo preciado para todos, incluyendo los clientes- ¡este día todos nuestros clientes aumentaran 2 kilos por la adicción que le producirán los platillos que prepararemos! Jajaja- si ese ambiente había que apreciarlo y cuidarlo.

---------------------------------------------------

El parque es un lugar tranquilo para descansar y admirar la naturaleza anacrónica que se presenta entre tanta edificación impropia y vasta, el contemplar en silencio toda esa impuesta flora da paz y relajo es un gran método anti-estrés ante todas las presiones del día a día, sin vacilación es mejor que gastarse millones en psiquiatras.

Entre todas las bancas de ese sector un joven estaba recostado con los ojos cerrados, sobre el estaba un libro del icha icha paradice abierto, dando a entender que la lectura que había tenido fue provechosa por las pocas páginas que quedaban por ser leídas. Su pelo largo y lustroso se iluminaba con el sol, era de contextura delgada... casi femenina, pero eso no daba pie a poner en disputa su total belleza. Asistía a una de las universidades más prestigiosas de esa ciudad, estudiaba artes, era alguien bastante expresivo y... explosivo por su forma de ver el mundo. Sus clases habían sido interrumpidas por un corte de energía en todas las salas, por lo que no halló mejor forma de pasar el tiempo que escapándose un rato a leer su libro favorito.

-¿qué haces aquí? No esperaba encontrar a alguien más en este parque-alguien le estaba haciendo sombra por lo que al abrir los ojos no distinguió con toda claridad a la persona que le estaba hablando.

-¿eh? a bueno estaba leyendo mi libro, como no hay clases por el corte de luz, que bueno que todas las clases que se hacen son explicadas en Datta show ¿no?- decía el joven incorporándose en el asiento y desperezarse.

-sí, tienes razón en eso, menos mal que Sakura se halla ido antes de enterarse de lo del corte eléctrico, sino la muy loca me fastidiaría el resto del día- se desplomó al lado de su amigo con un deje de fastidio por recordar a la Haruno, en tanto su compañero lo miraba expectante por haber mencionado a la peli rosa, esa muchacha no le agradaba en lo más mínimo, era desesperante, pegote y hueca, tenía todas las características necesarias para odiarla, sin embargo la más importante radicaba en que estaba detrás de Sasuke.

-¿te volvió a invitar a salir?- preguntó con un perfil desinteresado.

-sí, como siempre- respondió- ¿te pasa algo? te ves un poco molesto, mph no me digas que te volviste a pelear con el maestro Sasori, dei-chan- el tono burlón y auto suficiente que utilizó para decir la última parte hizo que, bueno, "explotara".

-¡ni que dei-chan, ni que ocho cuartos, como me vuelvas a decir de esa forma y te relleno la boca con arcilla!- no le agradaban los diminutivos de su nombre por el simple hecho de que lo hacía recordar su aspecto un tanto femenino, siendo que él se auto consideraba un semental de pura sangre-¡¿me oíste?!-

-jeje si, si, como tu digas...- respondió con un dejo de desinterés burlón, como siempre sacando de quicio a su amigo. Se conocían desde hace ya baste tiempo, desde la secundaria en donde iban en la misma clase y tomaban el mismo electivo de Arte, sin embargo el aprecio que sentía el uno por el otro no era igual en ambos. Deidara era el típico niño con complejo de canapé, siempre quería salir en todo, le gustaba darse a conocer a todo el mundo y esto era potenciado por su carácter espontáneo e irreverente que hacía agradar a la mayoría de sus cercanos, claro exceptuando a Sasuke en un principio, con deidara era lo mismo, de presencia no se pasaban lo que hizo que para mostrarse superior el uno al otro se fueran fijando en todos los detalles del contrario, desde notas hasta la familia. Condensando todos esos años de convivencia se puede decir que fue una de las peores relaciones que se pueda haber visto, muchas veces se agarraron a golpes en los recesos, diciéndose entre gritos todos sus defectos y hasta de lo que se iban a morir, como consecuencia siempre estuvieron juntos en cada castigo con el subdirector.

Lo más gracioso es que mientras más defectos se encontraban más se aceptaban tal cual eran, compartían varias cosas y a pesar de lo que se dijeran para ambos era agradable pasar un rato peleados o "meditando" sobre sus actos, como el cuidador de turno que los acompañaba en los castigos repetitivamente les decía.

-no jodas Uchiha- decía el artista cortante. Este joven era el que había sufrido el mayor cambio de sentimientos: primero lo odió, para luego aceptarlo y paulatinamente apreciarlo como compañero de clases, con los años se dio cuenta que el cariño fue aumentando al grado de convertirse en celos cada vez que veía a Sakura y su séquito detrás del azabache... lamentablemente ya era muy tarde cuando noto el amor que sentía por Sasuke.

- bueno creo que es momento de regresar a la U, la energía debe haber llegado- Sasuke se levanta de la banca y se acomoda su ajustada chaqueta grisácea- nos vemos-

-¿piensas dejarme aquí luego de haberme insultado? Si que eres un bastardo Uchiha- el rubio se levanta y se posiciona a un costado del pelinegro, de todas maneras él igual pensaba que ya era tiempo de volver a sus clases, la luz ya debería de estar reanudada.

-no te quejes y  vamos, no creo que te quieras ir caminando a la universidad- sin más se fueron, uno a regañadientes y el otro divertido por la actitud de su compañero, caminando hasta llegar al auto del ojinegro.

-dei-chan hoy no tenías la evaluación de tu escultura-

-sí, pero es para la tarde, sin embargo espero por tu bien y por el mio que no vuelvas a llamarme de esa forma porque no me importará romperla en tu cabecita de hurraca emo-

- rubio descerebrado-

-estereotipo mal hecho-

-artista de cuarta

-Pues tú eres más desabrido que galleta soda, médico frustrado-

-no soy ningún frustrado, y para que tú sepas no quise ser médico porque consideraba que habían muchos doctores y no era rentable a largo plazo-

-si claro, y dime eso lo pensaste antes o después de despertarte luego de desmayarte por haber visto TU PROPIA SANGRE cuando te cortaste con un bisturí en la clase de biología-

-para empezar tú fuiste quien me cortó, virolo, se suponía que a la rana debías hacerle una incisión para matarla mientras yo la sujetaba, alguien con párkinson tiene más pulso-

-realmente esperabas que lo matara, qué clase de monstruo eres, era inofensivo-

-a claro, era mejor desangrarme a mí que a la estúpida rana, al menos pudiste haberte tomado la molestia de abrir los ojos mientras utilizabas el cuchillo nenita-

-tú moviste la mano, yo ya tenía calculado perfectamente donde enterrar el cuchillo-

-tu mano tiritaba esperabas que me sintiera seguro y tranquilo con alguien que tenía menos seguridad que abuelita cruzando la calle -... algunas cosas no cambian por mucho que se madure.

-esa comparación fue fome, te morirías de hambre si fueras humorista- y lo más posible que nunca cambien.

---------------------------------------------------

-naruto-sama iré a dejar los pedidos ¿tiene alguno que me quiera encargar?- el reloj ya marcaba el mediodía y parte de la mayoría de los encargos eran hechos para la hora del almuerzo, por familias, empresas, y uno que otro evento que podía ser una boda o bautizo.

-eeh... no es necesario, además con este me comprometí a hacerlo personalmente- el rubio estaba concentrado arreglando dos encargos con los típicos platos de aluminio grueso para mantener el calor de la comida.- listo-

-en ese caso nos vemos luego señor Uzumaki- se despedía el empleado a la vez que salía de la cocina. Naruto lo miró cancinamente ya que le frustraba que a la mayoría del personal se le hiciera difícil llamarlo por su nombre, según él era muy sencillo Na-ru-to, no tenía ninguna complicación gramatical ni nada por el estilo, pero bueno, con el tiempo ya cambiarían.

- ¿ya te vas?- una voz lo sorprendió en su que hacer y tembló levemente para luego darse vuelta y responder.

-sí, ya es hora de ir a dejar estos pedidos tema-chan- la rubia tenía en el brazo un mantel blanco, con el cual empezó a limpiar parte del desorden que habían dejado los restos de salsa y sobras que habían en los platos.

-mi Naru-chan, si pasa algo, no dudes en llamarme que yo corriendo te voy a sacar de los brazos de ese empresario-pedófilo- dijo tan tranquila, que realmente parecía que ese apodo se le acomodaba a la perfección al Uchiha.

- jeje no te preocupes que no pasa nada, bueno nos vemos ttebayo- dijo con una sonrisa tranquilizadora e inocente, no quería que su amiga se preocupara, y lo que tampoco quería era que su preocupación se le contagiara, por que sino la estadía en la gran mansión se le podría hacer más difícil.

-está bien, ¡pero lo último no era broma!-le gritaba mientras veía desaparecer la espalda del menor por la puerta de doble bisagra.

Estaba en camino para el lugar de trabajo del señor Uchiha cuando de la nada una bocina suena fuerte y claro a su lado, un auto negro se posiciona a su lado y el vidrio del conductor, polarizado, empieza a descender lentamente.

-buenos días... hay un cambio de planes- le dice la masculina voz desde el interior del auto.

-¿fugaku-sama?-

                                                                                         

                                                                                                                     end chapter ten

Notas finales:

 

como ustedes saben cualquier comentario en un review lo ponen y encangtada lo leo ^^

se me cuidan, un gran beeso

y como ya dije gracias por sus review!!!!!!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).