Jimmy se rascó su mejilla mientras miraba fijamente a Hak Yeon. — ¿Quieres que yo haga qué?
—Quiero que me lleves a casa.
Jimmy señaló hacia la puerta. —Está a un paso. Si necesitas ayuda puedo darte un mapa.
Hak Yeon rodó los ojos dejándose caer en el sofá de Jimmy. Jimmy bordeaba el cuarto, no queriendo llegar a ninguna parte cerca de la pareja de Ravi. Ravi no estaba bien de la cabeza y él no iba a cabrear al hombre.
Normalmente no le hubiera importado una mierda, pero él sabía cómo se sentía Ravi acerca de su compañero. Estar con Hak Yeon parecía sacar todo lo agresivo que Ravi poseía a la superficie. Jimmy sabía cómo se había criado el guerrero y él no quería ser parte de esto.
—No seas un asno, sé donde vive Ravi.
Jimmy resopló cruzando sus brazos sobre el pecho. —Entonces explícate porque estoy confundido como el infierno.
—Llévame a la manada de Changjo. —Hak Yeon declaró mientras se ponía de pie—. Una sombra lo hará.
Jimmy dejó caer sus brazos, abriendo sus ojos como platos. — ¿Estás huyendo? ¿Por qué? ¿Y porqué infiernos viniste a mí? Sabía que no nos llevábamos de maravilla, pero no tienes que sentenciarme a muerte.
—Es complicado. ¿Lo vas a hace o no? —Hak Yeon preguntó mientras señalaba con su cabeza hacia la puerta—. Siempre puedo encontrar otra forma de volver si eres demasiado cobarde.
El chico sabía cómo lanzar un maldito golpe. Eso era seguro. Jimmy no era un maldito cobarde y no le gustaba que lo llamaran así. — Bien, pero cuando él venga detrás de mí, me quejaré.
—Lo que sea —Hak Yeon murmuró acortando la distancia y sujetando el brazo de Jimmy—. Vamos.
Dios, eres un imbécil. —Vamos Dorothy, Kansas espera.
Ravi rugió mientras iba de nuevo tras Jimmy. La única cosa que lo detuvo de arrancar la cabeza del guerrero fue Him Chan. —¿Entonces simplemente lo llevaste?
—Lo pidió amablemente…. Y me llamó cobarde.
—¿Es en serio? —Ravi gritó mientras trataba una vez más de alcanzar a Jimmy—. ¿Me estás diciendo que te presionó llamándote cobarde? ¿Eres un jodido estúpido? Kim Soo Hyun ya lo consiguió una vez. ¡Tú sólo lo dejaste indefenso, tú bastardo!
—¡No lo hice! Los lobos lo protegerán. —Jimmy canturreó.
—¡Lobos shifters contra un jodido demonio! —Ravi estaba a punto de tener un aneurisma—. Piensa en eso Jimmy. ¿Honestamente piensas que son rivales para él?
Ravi tenía suficiente. Caminó hacia la sombra más cercana y pensó en su pareja. Pensó en la brillante sonrisa de Hak Yeon y en sus hermosos ojos dormilones.
Tenso y nervioso, Ravi miró a su alrededor. No era la antigua habitación de Hak Yeon en la manada de Changjo. No estaba seguro de dónde estaba, pero Ravi vio a su compañero arrodillado delante de una ventana, mirando como si fuera una estatua.
Él no se movió, aunque Ravi sabía que su pareja había sentido su presencia.
La habitación estaba bellamente decorada. Había una cama grande con cuatro postes, en medio de la habitación, con cortinas que colgaban en cada lado. Había una alfombra oriental con muchos colores e intrincados patrones y gran un armario de caoba al otro lado de la habitación. Hermosos colores salpicados por las paredes y el incienso ardiendo, emitiendo un aroma de miel y jazmín que llenó los pulmones de Ravi.
—¿Dónde estamos? —preguntó Ravi en un susurro.
Hak Yeon siguió mirando por la ventana, sin moverse ni reconocerlo. Ravi podía oír su corazón rompiéndose al ver el dolor grabado en el bello rostro de Hak Yeon. Él había hecho eso. Él era el responsable de toda esta situación.
Ravi se arrodilló junto a su compañero, mirando por la ventana un árbol de flor de cerezo. Los pequeños pétalos volaban desde el árbol, creando confeti de color rosa mientras la brisa soplaba. —Te amo.
Oyó un pequeño sobresalto de Hak Yeon, pero Ravi mantuvo su mirada centrada hacia el frente. »Crecí en Baku. Es una ciudad en el reino demonio que alberga lo peor. Mi madre me abandonó a mi suerte.
Cuando Hak Yeon no dijo nada, Ravi continuó rezando porque su pareja lo estuviera escuchando. »Him Chan me sacó de allí y me enseñó a ser un verdadero demonio guerrero —Ravi tragó mientras sus dedos se cerraron en los muslos—. Pero nadie me enseñó a amar.
—El amor no puede ser enseñado Ravi. Viene del corazón. — Hak Yeon finalmente habló, pero fue tan suave, casi un susurro y estaba lleno de angustia—. Vive dentro de ti esperando solo ser liberado.
Ravi asintió mirando al árbol afuera. Él no iba a ser perdonado.
Podía oírlo en la voz de Hak Yeon.
—Yo acababa de ver a alguien morir una muerte sin sentido. Él era sólo un niño. Yo estaba perdido, sintiendo como si nada en el mundo tuviera sentido. Mientras caminaba por una sombra, rogué al destino que me diera a alguien que me pudiera consolar, que me demostrara que la vida no era cruel e insensible.
—¿Y fue cuando caminaste fuera de mi closet?”
Ravi asintió. —Estaba muy asustado tratando de hacer mi mejor esfuerzo por consolarte cuando en realidad no tenía idea de lo que estaba haciendo. Eres tan pequeño que temí que la vida te rompiera. Eras tú quien se veía como si necesitara consuelo.
—Así era. —Hak Yeon admitió, sin mirar ni una sola vez a Ravi, con la cabeza hacia adelante, los ojos fijos en la ventana—. Sentí como si muriera cada día que no estuviste aquí.
Ravi cerró sus ojos sintiendo su corazón hacerse pedazos. —Quiero protegerte cada segundo de cada día. Me vuelve loco tenerte fuera de mi vista por un segundo.
Hak Yeon finalmente se volvió y lo miró con sus atormentados ojos. — Pero entonces me marchitaré y moriré. Necesito extender mis alas Ravi. Permanecí a salvo por muchos años. Quiero vivir la vida pero quiero vivirla contigo.
Ravi no veía la solución. Básicamente estaba maldito si lo hacía y maldito sino. No podía detener la necesidad de proteger a Hak Yeon. Estaba grabado de alguna manera en su ADN. Pero si seguía por ese camino, iba a perder a Hak Yeon de todos modos. Simplemente no había manera de salir del infierno que estaba viviendo.
Esto era peor que Baku, peor que el infierno.
—¿Qué quieres que haga Hak Yeon? —Susurró Ravi—. Sólo dime qué hacer y lo haré. —Contuvo el aliento mientras esperaba que Hak Yeon hablara, pero ningún sonido salió del hombre. Hak Yeon sólo volvió a mirar por la ventana.
Hubo un largo silencio entre los dos. Ravi comenzó a pensar que quizá Hak Yeon no tenía una respuesta para él. Tal vez no había una. Tal vez Hak Yeon estaba en lo cierto y ellos no estaban hechos para estar juntos.
Ravi dejó salir un tembloroso suspiro y lentamente se puso sobre sus pies. Realmente parecía que una sola cosa le quedaba por hacer. Ravi tenía que darle a Hak Yeon la libertad que él parecía desear tanto. Incluso si eso significaba que moriría lentamente, dolorosamente, agonizando mientras su corazón era arrancado de su pecho.
»Lo lamento pequeña flor. —Ravi tragó duro el nudo de dolor que se construía en su garganta. Retrocedió hasta el borde de las sombras y comenzó a pasar a través de ellas—. Te doy tu libertad.
Hak Yeon estaba fuera de su mente. Después de sus palabras crípticas, Ravi simplemente había desaparecido. Nadie parecía saber dónde estaba o ellos no lo decían. Regresar a Japón pareció ser una buena idea cuando Changjo lo mencionó, pero ahora que estaba tan lejos de todas las personas que conocía y amaba, parecía el borde del infierno.
No ayudaba que cada vez que traía a colación el nombre de Ravi, todo el mundo o se quedaba realmente callado o cambiaban de tema tan rápido como podían. Nadie hablaba de él. Y los demonios no estaban hablando con Hak Yeon.
Él los había visto aquí y allá, cuando él estaba fuera de la casa. Sabía que Jimmy, incluso ahora lo vigilaba desde el otro lado de la calle. Por todas partes que Hak Yeon iba había un guerrero demonio vigilándolo. Por supuesto, si Hak Yeon intentaba acercarse a ellos, daban un paso atrás en las sombras y desaparecían.
Hak Yeon se estaba quedando sin ideas sobre cómo encontrar a Ravi. No había querido que el hombre lo dejara para siempre. Ellos solo necesitaban tiempo para pensar, los dos. Decidir lo que querían de la relación entre los dos, iba a ser la única manera de mantenerse unidos. Ellos estaban cambiando y eso significaba que su relación estaba cambiando también.
Hak Yeon amaba a Ravi pero también necesitaba tener la libertad de descubrir quién era realmente. Eso no significaba que quisiera estar solo, solamente necesitaba extender sus alas y volar un poco. Habría preferido hacerlo con Ravi a su lado.
¿Por qué nadie podía entender eso?
Hak Yeon sentía que estaba peleando una batalla perdida. Nadie le diría donde estaba Ravi o incluso le hablaría. Aparentemente se había convertido en un paria para los demonios guerreros. Ellos no tenían nada que ver con él. Y una vez más estaba solo. Sólo que esta vez él sabía exactamente lo que le faltaba…. la otra mitad de su alma.
Hak Yeon se colocó sobre sus pies y cruzó al otro lado de la habitación hacia el teléfono. Sólo había una persona que conocía, que pudiera ayudarlo a regresar a Pride Pack Valley. A partir de ahí, iba a comenzar su búsqueda de Ravi y él no pararía hasta que encontrara a su compañero perdido.
Hak Yeon marcó el número que se sabía de memoria entonces se volvió para sonreírle al guerrero demonio que podía ver de pie al otro lado de la calle, apoyado contra un edificio.
Él tenía un plan.
—Yu Kwon, hablas con Hak Yeon. Necesito un pequeño favor.
Jimmy se enderezó mientras observaba las luces en la casa de Hak Yeon oscurecerse de repente. Eran apenas las diez de la noche. Las luces no deberían haberse apagado tan temprano. Algo no iba bien. Él lo sabía y si jodía esta tarea, no habría suficientes piezas que recoger para pegarlo de nuevo. Him Chan estaría cabreado.
No era solo por Him Chan por quien estaba preocupado. Tan temible como el hombre era, Jimmy estaba más asustado de Ravi en este momento. El demonio había perdido su siempre amorosa mente y Jimmy no estaba seguro de que alguna vez la fuera a encontrar de nuevo.
Luego de que Ravi regresara de hablar con Hak Yeon, Him Chan se lo había llevado lejos.
Ninguno de los otros demonios sabía dónde estaba exactamente y Him Chan tampoco había hablado al respecto. Solo había regresado y ordenado proteger a Hak Yeon las veinticuatro horas. No tenían permitido acercarse a Hak Yeon o hablar con él a menos que su vida estuviera en peligro y entonces sólo podían llevarlo a un lugar seguro.
Jimmy aún no estaba seguro de lo que había pasado entre Hak Yeon y Ravi. De nuevo Him Chan tampoco decía nada. Jimmy y el resto de los demonios guerreros que habían sido ordenados vigilar a Hak Yeon comenzaron a sospechar que Hak Yeon había rechazado a Ravi.
Tal vez no pudo manejar ver a Ravi en batalla. Tal vez era toda la cosa de los demonios. Tal vez Hak Yeon nunca había tenido verdadero cariño por Ravi, aunque Jimmy dudaba esto último. Había visto como Hak Yeon miraba a Ravi.
Lo que fuera que hubiese pasado, estaba destruyendo a Ravi y eso era algo que Jimmy no podía perdonarle a Hak Yeon. Ravi había crecido en el infierno. Se suponía que Hak Yeon era la recompensa de Ravi por la horrible vida que había vivido y las cosas que había tenido que ver y hacer para salvar al mundo de los chicos malos. No se suponía que continuara viviendo en el infierno.
Jimmy se empujo a si mismo del borde del edificio y lentamente comenzó a caminar cruzando la calle. Sabía que supuestamente no debería acercarse a Hak Yeon, pero quizá si hablaba con el chico podía convencerlo de regresar con Ravi, lo que fuera para detener el sufrimiento de su amigo.
Además necesitaba revisar a Hak Yeon y asegurarse que él estaba bien.
Jimmy cruzó la calle y luego hizo su camino hasta las escaleras de la casa que Hak Yeon había pedido prestada a un amigo. Se armó con un poco de coraje y esperanza de que no estuviera empeorando las cosas y luego llamó a la puerta.
Después de unos momentos de silencio, volvió a llamar y luego otra vez. Para cuando dio el cuarto golpe, el temor lo llenaba.
Jimmy dio vuelta a su cuerpo un poco y empujó la puerta hasta que cedió y se abrió. Irrumpió en la casa dispuesto a darle a Hak Yeon un poco de cordura. Ya no estaba interesado en tratar de arreglar las cosas entre Hak Yeon y Ravi. Quería masticar a Hak Yeon por no estar a salvo. Las luces debían estar encendidas en todo momento. Era la única manera segura de saber que nadie vendría de entre las sombras.
Una rápida búsqueda en el lugar le dejó saber a Jimmy que estaba en un profundo problema. La casa estaba totalmente vacía. ¡Su culo estaba tan frito! Ravi lo destrozaría después que Him Chan lo hiciera, asumiendo que aún quedara algo de él.
Jimmy caminó a través de la sombra más cercana y entró directamente a la sala de Him Chan. El hombre estaba sentado en la mesa bebiendo algo rojo de un vaso. Lentamente dejó el vaso y dobló su periódico sobre la mesa cuando Jimmy se acercó. Entonces se giró hacia él y arqueó una ceja.
Jimmy tragó saliva duramente. —Lo perdí.
Him Chan se puso de pie, su tamaño se elevó sobre Jimmy mientras el asesinato brillaba en sus ojos. Había pasado un tiempo muy largo, millones de años, desde que el líder había estado tan enojado con él. Y Jimmy recordaba la última vez.
No había sido bonito.
—¿Te di un único trabajo para hacer y lo arruinaste?
Antes de que Jimmy pudiera abrir su boca para defenderse -y no estaba seguro de lo que debía decir de todos modos- Him Chan se había ido.
—Bien, joder. —Jimmy sabía de hecho, que esto no había terminado. Adonde fuera que el líder se hubiese ido, lo que fuera que estuviese haciendo, él no olvidaría el error de mierda de Jimmy.
Solamente rezaba para que Him Chan no se lo dijera a Ravi.
»¿Cómo diablos me quedé atrapado en este lío de todos modos? — Se preguntó al tiempo que cogía el vaso de vino que Him Chan había abandonado. Aspiró el líquido y luego tomó un trago, secándose la lengua en la manga mientras dejaba el vaso.
»¿Desde cuándo bebe vino?
Ah, joder, ahora estaba hablando consigo mismo. Jimmy gruñó cuando salía del penthouse de Him Chan y caminaba de regreso a su propio departamento en espera del regreso del líder.
Ravi le debía una grande por esto.
Si no despedazaba a Jimmy primero.
continuara...