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40. Nam Joon (01) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

espero que hayan aprendido la leccion y de ahora en adelante se lo tomen en serio.... me encantaria poner otros grupos pero entiendan, son mas de 100 JODIDOS libros, es la misma saga diferentes series, NO PUEDO REPETIR PERSONAJES, no tendria sentido..

asi que de ahora en adelante van a leer si o si, les guste o shipeen el grupo, no me importa esto ahora es que se pone bueno...

 a leer y si... es una jodida orden

Nam Joon estaba de pie frente al mostrador de la cocina, haciendo su mejor esfuerzo para darle a JungKook tiempo para explorar sus nuevos alrededores. Él había dejado por si solo a JungKook en el pasillo y ahora su pareja estaba en el hogar, su hogar, familiarizándose con las otras Bestias Aladas.

 

Sabía que JungKook necesitaba dar pequeños pasos, pero el calor del apareamiento estaba empezando a hacer que su piel se sintiera caliente, tensa, y hormigueara como el jodido infierno. Su pene estaba tan duro que probablemente pudiera usar la maldita cosa como un ablandador de carnes justo ahora. Sus colmillos picaban por hundirse en la suave carne de JungKook haciendo que Nam Joon se sostuviera del mostrador con un agarre de muerte.

 

No iba a forzar a su pareja a tener sexo con él, pero infiernos si Nam Joon no podía oler el aroma de JungKook en toda la cocina. El denso aroma a almizcle y tierra, hacía que Nam Joon quisiera entrar corriendo a la sala y lanzar a su pareja al piso para mostrarle cómo se emparejaba una Bestia Alada.

 

Sus malditas alas estaban aleteando en la cocina listas para envolverse alrededor de JungKook para reclamarlo.

«¡Contrólate con una jodida!»

 

Esa fue una orden muy directa considerando que el aroma de JungKook era más fuerte con cada segundo. Tensó la mandíbula cuando JungKook entró en la cocina, su clásica buena apariencia le robaba a Nam Joon el aliento en su actual condición.

 

—No te sugiero que entres aquí ahora —Nam Joon advirtió con un gruñido—. Apenas tengo control en este momento.

 

Su pareja se quedó en el marco de la puerta, su cabeza inclinada estudiando a Nam Joon. —¿Es el calor del apareamiento?

 

Nam Joon asintió.

JungKook gruñó cruzando los brazos en su pecho. —No puede ser, porque no somos pareja.

 

Nam Joon se empujó del mostrador viendo directamente la cara de JungKook, sus colmillos se extendieron ante el fuerte aroma de su zaterio. —No puedo empujar el tema, JungKook. No justo ahora. —Eso no quería decir que terminaba con el shifter, pero Nam Joon nunca en su vida había sentido nada cercano a eso. No le extrañaba que las Bestias se volvieran locas cuando no podían tener a su zaterio. Se sentía que se consumía totalmente y ese era solo el primer día.

 

«Los dioses deben de estar teniendo una buena carcajada justo ahora».

 

JungKook tragó saliva mientras se alejaba, asintiendo hacia Nam Joon. —Iré a otro cuarto.

—Hazlo.

 

Tan pronto como JungKook desapareció, Nam Joon metió la cabeza en el congelador, desesperado por enfriar su caliente piel. Eso no funcionó. Era como si la piel de Nam Joon estuviera en algún tipo de estado afrodsíaco, caliente y hormigueando, haciendo que su sangre hirviera hasta el punto de freír su cerebro.

 

 

—¿Es malo? —Hyung Won preguntó entrando en la cocina. Nam Joon podía ver la sonrisa que su mejor amigo trataba de esconder. Cerró la puerta del congelador y se dirigió al fregadero y tomó un vaso con agua.

—No. —No había manera que fuera a decirle a Hyung Won que se sentía como si lo estuvieran pasando a través de un molino. El hombre se divertiría mucho con ese pedazo de información.

—Si es tan malo, siempre puedo lanzarte profundamente en el congelador por algunos días. —Hyung Won se rio y entonces salió del camino cuando Nam Joon lo atacó. Se sentía agresivo como el infierno, y Hyung Won era la perfecta persona que podría tomar esto, permitirle a Nam Joon descargar algo de agresión.

 

—¿Realmente quieres ir a eso? —Hyung Won preguntó rodeando a Nam Joon—. Porque puedo palmear ese trasero tuyo.

—Lo dudo fuertemente, mutante.

—Oh, usando nombres despectivos, ¿no es así? —Hyung Won provocó mientras se preparaba para la pelea. La bestia golpeó el centro de Nam Joon, tumbándolo. Pero no duró mucho. Nam Joon estaba de nuevo de pie en segundos, colocando una llave a Hyung Won.

—Bastardo —Hyung Won gruñó mientras movía su cuerpo alrededor, sosteniendo el aliento y jalando el brazo de Nam Joon contra su espalda. Eso era demasiado fácil. Nam Joon tenía a Hyung Won contra la pared, sus colmillos extendidos y listos para atacar cuando su mejor amigo se carcajeó en su cara—. Joder si el calor del apareamiento no se come las células cerebrales.

 

Eso era cierto. Nam Joon no estaba seguro lo que estaba sucediendo en el interior de su cuerpo, pero quería alejarlo.

Nunca se había sentido de esa manera antes, y joder si él quería sentirlo de nuevo. La Bestia en su interior estaba tratando de emerger, y su garganta estaba tensa y seca. Quería beber de JungKook hasta que le rogara que lo jodiera.

Sacudió la cabeza, liberando a Hyung Won y alejándose. —No creo que pueda permanecer lejos de él.

—Será mejor que pienses en algo. Si fuerzas a JungKook, el emparejamiento no funcionará. Lo sabes.

 

El cerebro de Nam Joon sabía ese hecho, pero su cuerpo lo ignoraba totalmente, Los dioses tenían un jodido sentido del humor. Si JungKook lo negaba en cualquier momento de la reclamación, el lazo no los uniría. Los dioses habían sido misericordiosos creando a las Bestias Aladas y permitiéndoles tener parejas, pero ellos apestaban con esa jodida cláusula.

 

No es que Nam Joon pudiera forzar a JungKook, pero si su pareja estaba enojado y decía no… Nada. No habría vínculo. Nam Joon tomó una profunda respiración antes de dejar la cocina. No sería tan malo si JungKook no luchara contra esto. Si su zaterio solo reconocía que eran pareja, entonces Nam Joon podía ceder al calor y joder a JungKook contra la pared.

Él no iba a ser tan afortunado.

JungKook podía ver las líneas de estrés formándose en la cara de Nam Joon mientras caminaba hacia el escritorio y se sentaba. No había manera de que Nam Joon estuviera fingiendo el calor. Su piel estaba ligeramente roja y estaba sudando profusamente.

¿Podría Nam Joon ser su pareja?

JungKook no estaba seguro qué pensar. Sabía que Dae Geon había sido su pareja. ¿No es así? Gruñó ante la duda que lo llenaba ahora. Nunca antes JungKook había tenido dudas de lo que Dae Geon era para él, pero el ver a Nam Joon sentado en el cuarto viéndose como si fuera a entrar en combustión en cualquier momento, lo tenía revisando profundamente sus recuerdos.

Él había sentido la atracción. JungKook lo recordaba claramente. Había caído ante la bondad, dulzura y las cariñosas maneras de Dae Geon. El hombre realmente había sido una obra de arte. Su pareja perdida no tenía un hueso de crueldad en su cuerpo.

JungKook había amado todo acerca del hombre.

 

Y también estaba el hecho de que no sentía la atracción con Nam Joon, solo lujuria. El tipo era caliente como el infierno, pero JungKook no podía ceder ante él —otra cosa era que quería tener sexo que quebrara huesos con el tipo.

 

¿Cómo podrían ellos ser pareja?

La única cosa que JungKook sentía era calor.

Justo cuando pensó eso, Nam Joon levantó la cabeza, entrecerró los ojos hacia JungKook como si pudiera oler el fuerte aroma de la libido de JungKook. La manera en que la bestia lo veía hacía que JungKook sintiera dolor y deseo.

 

Nam Joon levantó la cabeza y olfateó el aire, de nuevo sus colmillos salieron de sus fundas. Si, el hombre definitivamente podía oler la lujuria de JungKook. El hombre arqueó una ceja ante JungKook, como si preguntara si quería hacer algo acerca de su rabiosa erección.

 

JungKook alejó la mirada.

No podía seguir sintiendo la mirada de Nam Joon en él.

—Fuera.

 

JungKook se quedó de pie ante la orden de Nam Joon hasta que Ray sacudió la cabeza ante él. —Se refiere a nosotros. ¿Te quedas?

 

JungKook no estaba seguro si quería quedarse a causa de la totalmente llena de lujuria expresión que ardía en los ojos de la bestia. ¿Le habría dado Dae Geon una mirada así antes? JungKook tenía que recordar eso porque su piel se sentía como si estuviera cobrando vida, zumbando por un toque.

 

—Puedo oler tu lujuria, zaterio.

 

JungKook ni siquiera se molestó en corregir al hombre. Temía que si contradecía en algo a Nam Joon lo reclamara justo ahora. El deseo, la necesidad y la lujuria salían en oleadas del hombre. JungKook se sentía enraizado a ese lugar mientras Nam Joon cruzaba el cuarto, caminando como depredador.

 

—Yo… yo no sé de lo que estás hablando. —«Eso  es correcto. Juega al tonto, imbécil».

 

Nam Joon se detuvo a unos centímetros de distancia, levantó la mano y pasó el dorso de sus nudillos por la mejilla de JungKook. La piel del hombre estaba tan caliente que JungKook instantáneamente se sobresaltó.

 

—¿Sientes lo que me haces? —Nam Joon preguntó mientras se movía unos centímetros más cerca—. Esto solo empeorará mientras más esperemos.

¿Estaba culpando a JungKook por su condición? JungKook giró sus labios y palmeó la mano de Nam Joon alejándola. —Ve a tomar una ducha fría, amigo.

Nam Joon entrecerró los ojos hasta una ranura mientras un bajo gruñido salía de su pecho retumbando. —Podría acostarme entre el hielo ahora y se derretiría. Nada puede enfriarme excepto hundirme en tu apretado culo.

 

El pene de JungKook saltó ante las crudas palabras. Ellas lo encendieron en un momento.

Vio alrededor, preguntándose si un recorrido por las recámaras sería una idea inteligente, pero necesitaba alejarse de Nam Joon. El hombre estaba jodiendo su cabeza.

«No sientas lastima por él. Él no es tu pareja. En primer lugar él es quien te metió en todo este lio».

—Eso puede ser cierto, pero soy el único que puede mantenerte a salvo ahora. —Nam Joon gruñó mientras se acercaba. JungKook estaba impactado de que Nam Joon fuera capaz de leer sus pensamientos.

 

—¿Cómo?

 

Nam Joon lanzó la mano al aire mientras sacudía la cabeza. —Como pareja, podemos hablar con el otro a través del lazo que lentamente se está formando entre nosotros. Ahora que estás aquí conmigo, eso solo se hará más fuerte.

 

—No puedo ser tu pareja —JungKook argumentó débilmente. Él estaba empezando a dudar sobre muchas cosas desde que llegó aquí. Nada tenía sentido para él, pero no podía rechazar la evidencia justo frente a él.

 

Nam Joon estaba sudando profusamente, y sus pupilas estaban dilatadas. Sus colmillos extendidos, y su cuerpo aun ligeramente coloreado con el fuerte color rojo sangre. Pero había un hecho que no podía dejar pasar, un hecho que evitaba que creyera lo que reclamaba Nam Joon. —A nosotros solo se nos permite tener una pareja, y la mía murió hace mucho tiempo.

 

Nam Joon gruñó y sus labios se curvaron hacia arriba. JungKook podría jurar que justo ahora podía ver el interior del alma de Nam Joon en ese momento, el hombre movió su mano hacia él, girándose y caminando de regreso hacia el escritorio. —Estoy cansado de discutir este punto. Siento ser yo quien te diga esto, pero Dae Geon no era tu pareja. Lo soy yo, y entre más pronto aceptes eso, más pronto superaremos esto.

 

—¿Cómo lo sabes? —JungKook le preguntó acaloradamente.

 

—Porque solo hay un elegido para cada Bestia, y ¡tú eres el mio! —La profunda voz de Nam Joon retumbó en las paredes mientras su pecho se elevaba rápidamente, sus colmillos se mostraban claramente y su puño golpeaba el pequeño escritorio, haciendo que crujiera en protesta—. Nosotros solo tenemos uno. No puedes haber estado emparejado antes de mí. ¡Eso es imposible!

 

JungKook también estaba cansado de discutir. Se giró dirigiéndose a la escalera, para salir de ese manicomio. No se iba a quedar parado ahí, escuchando que Nam Joon devaluaba lo que había tenido con Dae Geon.

 

Cuando JungKook llegó a la escalera, la puerta estaba cerrada bloqueando la salida. Se giró hacia Nam Joon, frunciendo el ceño con ira y señalando al imposible hombre.

 

—Déjame salir de aquí.

 

—No —dijo Nam Joon sin arrepentimiento en su tono—. No es seguro que vagabundees abajo. ¿Olvidas a los perros del infierno que están tras de ti?

 

No había manera de que JungKook pudiera olvidar algo así. Su piel aun se estremecía al pensar en los jodidamente grandes perros en la taberna. —Prefiero arriesgarme con Fido. —Pudo ver el inmediato dolor en la cara de Nam Joon y se arrepintió de sus palabras, pero JungKook estaba enojado.

 

Nam Joon estaba ahí burlándose de lo que había tenido con Dae Geon, y JungKook no iba a quedarse con eso. El hombre no tenía idea de lo que ellos habían compartido, y no iba a escuchar a Nam Joon desgarrar su amor por su pareja muerta.

 

—Él no es tu pareja.

—¡Sal de mi cabeza! —JungKook gritó y comenzó a caminar hacia los dormitorios. No estaba seguro de cuál cuarto podría usar para acostarse, pero él prefería correr el riesgo con las otras Bestias que quedarse a escuchar la irritante calma de Nam Joon un segundo más.

 

—La última puerta a la izquierda.

«¡Molesto, bastardo arrogante!»

 

Una fuerte carcajada siguió a JungKook mientras salía de la sala rumbo a la última puerta a la izquierda. Mientras JungKook recorría el pasillo, notó lo finamente decorado que realmente estaba ese lugar. Había gruesas alfombras en el suelo y decorativos tapices en las paredes, y madera de caoba por todos lados en los que veía.

 

Si no hubiera visto el exterior de ese lugar con sus propios ojos nunca hubiera imaginado que estaban en el interior de una montaña. Las puertas estaban ornamentalmente labradas con extraños símbolos. JungKook no pudo resistirse. Se detuvo y caminó hacia una puerta cerrada, pasando sus dedos por el labrado.

 

—Son hechizos que Nam Joon colocó en su montaña para evitar que alguien nos encontrara —un hombre con abundante cabello negro cruzaba el pasillo—. Hermoso, ¿no es así?

JungKook asintió. —¿Qué dice?

 

El hombre caminó hacia JungKook, pero mantuvo una prudente distancia con él. Los dedos del chico recorrieron la oscura madera mientras sonreía. —En términos laicos dice que te alejes con una jodida o un indescriptible dolor caerá sobre el intruso.

 

JungKook sonrió ante la diversión en la voz del hombre. — Soy JungKook.

—Sé quien eres —dijo el hombre con una cínica sonrisa

—. Mi nombre es Hyung Won.

 

« ¿En serio?» —¿No eres uno de esos perros que vi en la taberna, verdad? —Porque eso realmente enloquecería a JungKook. Ver una vez esas peludas cosas era suficiente para él.

Hyung Won sacudió la cabeza. —No, esos eran perros del infierno. Yo soy una Bestia Alada, gran diferencia.

—¿En qué tipo de bestia te conviertes? —Nam Joon no fue claro en ese punto cuando le explicó a JungKook que era una Bestia Alada y cómo ellos habían sido creados.

—¿Viste a Nam Joon cuando entró en la taberna cuando Rae Hwan y Feeldog estaban tras de ti?

¿Cómo infiernos Hyung Won sabía eso? —¿Si?

—Esa es su Bestia. Solo que tú no puedes ver sus alas. Yo me convierto en un más divertido color azul. —Hyung Won se rio—. El color de nuestra piel cuando somos bestias indica nuestra edad y rango.

«Interesante». —¿Qué significa el rojo?

Hyung Won se carcajeó de nuevo. —Pensé que Nam Joon te había explicado eso.

—No acerca de su color.

 

Hyung Won se apoyó contra la pared, cruzó los brazos sobre su pecho mientras estudiaba a JungKook. —El rojo significa que Nam Joon es el comandante de todas las Bestias Aladas. Él te dirá que solo ordena sobre doce, pero no te dejes engañar.

Los dioses lo señalaron como nuestro comandante y eso fue por lo que fuimos expulsados. El Rey Julien odia que Nam Joon tenga ese poder, y no hay nada que el Rey pueda hacer dado que los dioses se lo dieron a Nam Joon. Todas las Bestias Aladas obedecen la voz de Nam Joon. Ni siquiera el mismo Julien puede controlar a las bestias.

 

JungKook estaba confundido. —Pero Nam Joon dice que cuando el Rey fue nombrado se le dieron poderes incalculables, fuerza que nadie más tiene.

 

Hyung Won asintió. —Cierto. Pero Nam Joon es el único a los que los dioses le dieron el poder de regir a las Bestias. Julien tiene el poder de matarnos, destruir nuestra raza, pero él no puede ordenarnos. Y eso, mi amigo, es a lo que le teme el Rey. Dado que no puede controlarnos, nos exilió.

 

—Entonces, ¿por qué solo Nam Joon no convoca a las Bestias Aladas y patea el trasero del Rey? —Se oía lógico para él.

 

—¿No me has oído? —Hyung Won preguntó—. Nam Joon nos ordena, pero Julien tiene el poder de destruirnos. Hasta que otro Rey tome el lugar del bastardo, estamos jodidos.

JungKook estaba comenzando a ver claramente la imagen de lo que sucedía en Zanthar y cómo las bestias estaban realmente jodidas. —Entonces, ¿aquí viven doce de ustedes?

—Trece —Hyung Won lo corrigió—. No te olvides del comandante. —Se rio.

 

¿Cómo podía olvidar al más arrogante hombre que JungKook hubiera conocido? JungKook escuchaba cuidadosamente a Hyung Won, viendo que los colmillos del hombre se asomaban sobre sus labios cuando hablaba.

 

—Ya conociste a Ray. Y a mi —dijo Hyung Won—. Y también están a Red, WenHan , T.K., Lumin, Seung Yub, Seung Hoon, Eddy, Peniel , E.Co y Jin. La mayoría de ellos están afuera ahora, pero finalmente los conocerás a todos.

 

JungKook sabía que no iba a recordar ni la mitad de esos nombres. Ni siquiera estaba seguro de quedarse lo suficiente para conocer a todos. —¿Cómo puedo lograr que los perros del infierno me dejen en paz?

—Muriendo —Hyung Won contestó con un estoico rostro—. Esa es la única manera.

JungKook maldijo al darse cuenta que estaba atrapado ahí. No tenía planeado morir pronto. De cualquier manera no es como que tuviera que ir a algún lado. —Gracias —dijo tranquilamente, mientras seguía por el pasillo.

—Cuando quieras. —Hyung Won se rio y desapareció detrás de la puerta por la que había salido.

 

JungKook llegó a la última puerta a la derecha y la abrió. Se quedó en el umbral jadeando ante el cuarto frente a él. Se parecía a algún lugar en donde debería de vivir un Rey. El cuarto estaba decorado en ricos y oscuros colores verde y azul cobalto con una cama centrada en el medio que parecía que podían dormir diez hombres en ella. Había libreros alineados con libros encuadernados con piel. Incluso había cosas que JungKook no podía nombrar.

El cuarto era magnífico.

 

En lugar de acostarse, JungKook lo exploró. Pasó sus dedos por el lomo de los libros alineados en los libreros y entonces se dirigió hacia una antigua mesa que tenía lo que parecían ser antiguos pergaminos. El que estaba desenrollado estaba escrito en un idioma que no reconoció.

 

Mientras caminaba alrededor del cuarto oyó que alguien entró. Se quedó en silencio sin hacer ruido, pero JungKook sintió el malestar en el aire. Estaba llenándose de una poderosa presencia que solo podía ser Nam Joon.

 

—¿Qué idioma es? —preguntó sin girarse.

—Zantharian —Nam Joon contestó mientras se acercaba—. Si quieres te lo puedo enseñar.

 

JungKook podía oír la necesidad en el tono de Nam Joon. Podía también detectar que la bestia estaba luchando por mantener la distancia. No había otra manera en que pensara en Nam Joon que como la bestia. Parecía un hombre, pero JungKook podía ver detrás de la externa fachada lo que el hombre era realmente.

 

—Me agradaría eso —contestó pasando los dedos por las antiguas páginas del pergamino abierto—. Parece ser un hermoso idioma.

 

—Zymbartudio, zaterio.

JungKook inclinó la cabeza, preguntándose qué era lo que había dicho Nam Joon. —Traduce.

 

Nam Joon realmente se ruborizó mientras seguía en el marco de la puerta. Eso le decía de muchas maneras a JungKook que Nam Joon no solo era una poderosa figura que dominaba cualquier cuarto en el que entraba sino que estaba nervioso con todo esto.

 

—Eres el latido de mi solitario corazón, pareja — Nam Joon dijo inseguro.

 

El corazón de JungKook se detuvo. Nadie nunca le había dicho nada ni remotamente parecido antes. Eso era hermoso.

—Honestamente crees que soy tu pareja, ¿no es así?

Nam Joon asintió. —Eres mi zaterio. Nuestro lenguaje es muy simple. Con una palabra decimos muchas cosas.

Y Nam Joon había dicho mucho con esas dos palabras. Vio al hermoso hombre bajo sus pestañas, preguntándose en ese momento si Nam Joon era realmente su pareja. No sentía la atracción, pero la atracción crecía fuerte entre más tiempo pasaba alrededor de la bestia.

 

JungKook encontraba difícil luchar contra la atracción que sentía hacia Nam Joon, y eso lo asustaba. Tragó saliva y se giró hacia el hombre que reclamaba ser lo que JungKook y Dae Geon habían sido. —Creo que me acostaré.

 

continuara...


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