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40. Nam Joon (01) por dayanstyle

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JungKook estaba de pie ante el mostrador colocando algunas de las sobras en el plato, sintiéndose aliviado tan pronto salió Nam Joon de la cocina. Finalmente sería capaz de pensar claramente sin la abrumadora presencia de Nam Joon respirando en su cuello.

 

Había sido testigo del punto de humedad que se extendía por el frente de los jeans de Nam Joon, y JungKook había casi caído de rodillas frente a la gran bestia. Cuando colocó el plato dentro del microondas, JungKook vio hacia la puerta. Cuando no vio a nadie más, presionó la palma de su mano sobre su dura erección.

 

Si él no se alejaba de Nam Joon, JungKook sabía que de hecho caería en la tentación. Había algo poderoso, tan inequívocamente deseable en Nam Joon, que JungKook se encontró anhelándolo.

Trató de pensar en la imagen de Dae Geon, de su perdida y amada pareja muerta. La única imagen que le llegó fue la de Nam Joon tomándolo, jodiendolo hasta que la garganta de JungKook se desgarrara de gritar el nombre del hombre.

 

—Maldición —murmuró.

 

Gruñó mientras golpeaba con su puño el mostrador.

Dae Geon había sido su pareja.

Nam Joon no era su pareja.

JungKook estaba tan malditamente confundido.

 

Sacó el plato del microondas, su hambre olvidada mientras entraba en la sala. —Si voy a quedarme aquí, necesito ir a traer mis cosas —le dijo JungKook a Nam Joon que estaba sentado tras el escritorio trabajando en su laptop, actuando como si JungKook no estuviera parado ahí.

 

—Hecho —dijo Nam Joon sin levantar la vista para verlo—. Hyung Won, WenHan, vayan a la casa de JungKook y recojan sus cosas.

—Espera —dijo JungKook mientras los dos hombres se ponían de pie—. Ellos no pueden solo ir y entrar a mi casa.

Nam Joon cerró su laptop, finalmente levantó la vista para ver a JungKook. —¿No es lo que acabas de pedir?

—No —él contestó—. Dije que YO necesito ir a traer mis cosas, no que envíes a alguien a traerlas.

 

Nam Joon se puso de pie, su altura sobrepasaba la de JungKook mientras tensaba su cara. JungKook podía decir que el hombre estaba tratando de controlarse. —No es seguro para ti salir. Ahora con los perros del infierno cazándote, no arriesgare la vida de mi zaterio.

 

—¡Deja de llamarme así! —gritó con ira. No estaba seguro de dónde salió la erupción, pero el pensar que lo mantenían prisionero lo enojó—. Ahora déjame ir a recoger mis cosas si insistes en mantenerme aquí. —Sabía que estaba siendo irrazonable. Después de todo, Nam Joon solo estaba tratando de mantenerlo a salvo, pero la confusión y los contradictorios sentimientos hacia la bestia lo golpeaban enojándolo.

No sabía qué pensar de eso. —Solo olvídalo —gruñó y caminó hacia la recámara de Nam Joon.

—Bien —dijo Nam Joon detrás de él—. Tomaremos otro camino. —Entro como tromba a la recámara pasando a JungKook.

JungKook lo siguió curioso.

 

Vio a Nam Joon cruzar el cuarto y mover la mano frente al librero. JungKook jadeó cuando el librero se deslizó a un lado, revelando una segunda salida.

 

—¿Cuántas rutas de escape tiene este lugar? —JungKook preguntó mientras se acercaba y veía el interior del pasaje.

—Suficientes para asegurarnos de no quedar atrapados aquí —contestó Nam Joon—. Mejor nos vamos, pero te advierto ahora. El hangar no es seguro, así que nosotros no podemos usar ninguno de los vehículos. Tendremos que volar.

 

JungKook sacudió la cabeza y dio un paso hacia atrás. —Te dije de mi enorme miedo a las alturas, ¿verdad?

Nam Joon asintió rápidamente. —Esa es la única opción que tenemos ahora. Entonces, ¿vamos por tus cosas o no?

—Y qué se supone que haremos, ¿traernos mis pertenencias en la espalda? —JungKook preguntó en un cínico tono.

 

Nam Joon rápidamente movió sus manos y el librero que JungKook había visto moverse regresó a su lugar, un oscuro velo cubrió la cara de la bestia. —Entonces supongo que nuestro viaje tendrá que esperar.

 

Sintiendo la ira y el deseo formándose en su interior, JungKook quería a Nam Joon, lo quería de las peores maneras posibles. Calor y humedad se sentía en el aire cuando Nam Joon se acercó, sus ojos color whiskey oscuro fijos en JungKook.

 

No podía moverse. No podía respirar. Nam Joon estaba envuelto en algún tipo de oscuro y supremo poder que crepitaba en torno a él mientras su piel comenzaba a tomar un color rojo. JungKook sentía que la Bestia chupaba todo el aire del cuarto.

 

La voz de Nam Joon parecía inundar a JungKook cuando habló: —Si no quieres que te tome, te sugiero que regreses a la sala.

 

JungKook no estaba seguro si la referencia de Nam Joon de ‘te tome’ era para dejar el lugar o para ser reclamado. No se movió. Sentía que estaba haciendo raíces en el suelo. Una parte de JungKook quería salir corriendo del cuarto, correr de la Bestia que lo consumía con su mirada.

Pero una parte más grande de JungKook quería probar su punto.

Si él tenía sexo con Nam Joon, y nada sucedía, entonces probaría que no eran pareja.

Estaba también el hecho de que JungKook estaba caliente como el infierno. Pero se apegó a su razonamiento inicial de por qué estaba cerca de rogarle al hombre que lo jodiera.

 

JungKook se quitó la camisa con ira y la lanzó a un lado. Podía ver las aletas de la nariz de Nam Joon moverse y sus labios tensarse en una delgada línea, el hambre sexual oscurecía los ojos del hombre.

Antes de perder el valor, JungKook se desanudó las botas y pateó una a un lado, sus ojos nunca dejaron los de Nam Joon.

 

—¿Qué estás haciendo, JungKook? —Las palabras fueron un gruñido—. Estás tentando a la bestia.

—No —JungKook replicó lanzando a un lado la segunda bota—. Estoy probando un punto.

—¿Y qué punto estás probando? —Nam Joon preguntó mientras sus colmillos se deslizaban fuera de sus fundas.

JungKook lamió sus secos labios ante la vista. Su valor lentamente se deslizaba de él ante el poderoso cuerpo de Nam Joon frente a él. —Yo… yo estoy probando que no somos pareja.

—No —dijo Nam Joon mientras se apartaba un paso—. No quiero tomarte de esa forma.

JungKook aun con su mano sobre sus jean inclinó la cabeza de lado. —¿No quieres qué?

—Enojado, incrédulo. Si te rehúsas a mí en cualquier momento de la reclamación, el lazo no se formará.

JungKook sonrió mientras sus dedos abrían los jeans. — Entonces me aseguraré de no rechazarte. —No podía negar que quería a Nam Joon más de lo que había querido a cualquier hombre desde Dae Geon. No, desde entonces no había deseado a nadie tan desesperadamente.

 

Sus dedos bajaban el cierre mientras se mordía el labio inferior, dándole a Nam Joon una tímida sonrisa. Los ojos de Nam Joon pegados a los dedos de JungKook, esperanza y deseo inundaban sus oscuros ojos.

—¿Aun sigues diciéndome que no? —JungKook preguntó mientras deslizaba sus dedos por la pretina de sus pantalones.

Nam Joon sacudió la cabeza. —Si estás seguro de que en ningún momento durante la reclamación me rechazarás —dijo acaloradamente—. Yo no quiero que digas que no y rompas el lazo. —Nam Joon levantó el brazo derecho, su puño golpeó su hombro izquierdo—. Soy el comandante de las Bestias Aladas. Se me ha dado un zaterio con quien caminar la vida. Los dioses se aseguraron de que lo supiera tan pronto como te encontrara. No hay duda en mi mente de que eres tú, JungKook, eres mi pareja. Y a menos de que entres en esta reclamación con este conocimiento, esto nunca funcionará.

La sonrisa de JungKook cayó y sus manos se detuvieron.

Nam Joon era tan firme, estaba tan seguro de su afirmación que incluso una duda entró en su mente sobre lo que había tenido con Dae Geon. No podía ser un tramposo. No con la vehemencia en la mirada de Nam Joon. El hombre creía con todo el corazón lo que estaba afirmando.

JungKook asintió. —Lo creo.

 

Deslizó los pantalones hacia abajo y los pateó a un lado.

Nam Joon gruñó cuando saltó.

 

Nam Joon cerró los ojos mientras sostenía a su zaterio en sus brazos. Rezaba a los dioses que JungKook le creyera y no lo rechazara. Sus alas se expandieron, acurrucando a ambos cuerpos, envolviendo en sus brazos a JungKook.

Inhaló el aroma de su pareja, la bestia en su interior gruñó bajo, en un oscuro, profundo y secreto lugar que le decía a Nam Joon que el reclamo se había iniciado. Sus brazos se deslizaron hacia abajo hasta que los apoyó en la cintura de JungKook. El calor de la carne de su zaterio era intoxicante.

 

—¿Ha comenzado? —JungKook preguntó nervioso.

—Si —Nam Joon contestó mientras sus labios suavemente recorrían el cuello de JungKook, recorriéndolo. Nam Joon no protestó cuando JungKook levantó su camisa, tratando de quitársela. Nam Joon levantó los brazos permitiéndole que se la quitara.

 

Sus dedos recorrían la mejilla de JungKook mientras el hombre se arrodillaba y jalaba los pantalones de Nam Joon.

Una vez que su ropa se había ido, Nam Joon jaló a JungKook de nuevo a sus brazos. El calor de su desnuda piel finalmente tocándose enviaba fuego a través de todo su cuerpo.

Su pene se hinchó contra el musculoso abdomen de JungKook, incitando la carne del hombre mientras Nam Joon inclinaba la cabeza de su zaterio y capturaba sus labios.

El mundo alrededor de Nam Joon se desvanecía mientras rodeaba completamente a JungKook. Sus dudas y reservas habían desaparecido, siendo remplazadas por felicidad y paz.

Su zaterio estaba en sus brazos, y Nam Joon planeaba nunca dejar ir a JungKook.

 

JungKook se apartó, viendo a Nam Joon con esos ojos de ámbar líquido que eran capaces de hacer detener el corazón de Nam Joon. Se habían oscurecido con el deseo y su rosada lengua se deslizaba por el labio inferior.

 

—¿Cómo reclaman a su pareja las Bestias Aladas?

—Con el centro de su ser —Nam Joon contestó mientras sus manos recorrían la suave piel de JungKook hasta que acunó sus ruborizadas mejillas. La cabeza de JungKook cayó hacia atrás y sus ojos se cerraron. Un gemido salió de sus labios mostrándole a Nam Joon lo bien que JungKook respondería a su toque cuando lo tomara.

—Eres una hermosa criatura —le dijo pasando suavemente sus nudillos sobre la garganta de JungKook. Dejando caer la cabeza, Nam Joon pasó su lengua a través de los labios de JungKook y la deslizó dentro del cálido calor de la boca de JungKook.

 

Los brazos de JungKook subieron y rodearon el cuello de Nam Joon mientras se abría más. Nam Joon estaba desesperado por asegurarle a JungKook tanto placer como fuera posible. Jaló a JungKook más duro hacia su pecho, su zaterio instintivamente envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Nam Joon. Sentía el culo de JungKook apoyándose sobre el pene de Nam Joon que estaba imposiblemente más duro.

 

—Tómame en la cama —JungKook tímidamente rogó mientras apartaba sus besos hinchados de besar de Nam Joon.

—Todo lo que quiera mi zaterio.

 

Nam Joon, con sus alas aun envolviendo a JungKook, caminó hacia la gran cama en el centro del cuarto, manteniendo a JungKook seguro contra él mientras Nam Joon pasaba sus colmillos por el cuello de JungKook.

 

—Quieres morderme —JungKook declaró.

—Lo quiero —Nam Joon aceptó.

 

Un gruñido salió de él cuando JungKook inclinó la cabeza, entregando voluntariamente a Nam Joon el precioso regalo de su sangre. Tomó el control de sus instintos, evitando tomar a JungKook y beber hasta saciarse. JungKook se había entregado a él libremente. Eso no era necesario.

 

—Tómame —dijo JungKook mientras érl tragaba—. Bebe de mí.

 

Nam Joon lamió su camino hacia la clavícula de JungKook y su mandíbula, provocando la piel de su zaterio. —En un momento. —Esto no era algo para tomarlo con prisas. Esta era su pareja. Nam Joon se tomaría su tiempo para explorar a JungKook, darle el máximo placer.

 

Sus respiraciones se mezclaron cuando Nam Joon le robó unos cuantos ligeros besos antes de bajar por la mandíbula de JungKook, la incipiente barba de JungKook raspaba los labios de Nam Joon mientras su lengua seguía bajando por el suave cuello, sus dedos recorrían los hombros de JungKook, sintió en sus yemas la piel de JungKook erizarse en piel de gallina.

Los dedos de JungKook se aferraron al cabello de Nam Joon, curvándose en los mechones y jalándolo mientras gemía. Los labios de Nam Joon recorrían el pecho de JungKook, apenas tocando la carne, solo tomando el abrumador aroma, llevándolo a sus pulmones donde se impregnaba de su ser.

 

Nam Joon presionó sus manos en el colchón, manteniendo su peso fuera de JungKook mientras su lengua provocaba y circulaba el redondo y café pezón. Su lengua recorrió la levantada punta, sintiéndola endurecer mientras el frío aire tocaba su húmeda piel.

 

—Por favor —JungKook rogó, su voz rasposa.

 

Nam Joon cerró los dientes sobre la punta, rodando alrededor antes de besar la húmeda carne y entonces se movió al otro. Su bestia estaba en la superficie. Sus colmillos como hojas de rasurar mientras recorría la carne sobre el corazón de JungKook y entonces su lengua tomaba el néctar.

 

El sudor estalló sobre el cuerpo de Nam Joon y sus piernas se estremecían. Tomarse su tiempo, saborear el cuerpo de su zaterio, tomaba cada gramo de autocontrol que tenía. Él podía ser el único con alas pero JungKook era un real ángel. Su cuerpo se estaba entregando, suavemente, y el sabor era como la comida de los dioses.

 

Cerró los labios sobre el otro lado de JungKook, depositando pequeños y ligeros besos sobre la caliente carne mientras bajaba por el suave y firme cuerpo. JungKook se estremecía debajo de él, sus caderas se empujaban hacia Nam Joon.

 

Cuando tomó el caliente y grueso pene de JungKook dentro de su boca, sus alas salieron, moviéndose, abanicando el polvo de apareamiento que caía sobre ellos como fresca y nueva nieve. Eso fue ligero, tan ligero como el fino polvo, pero era una parte del ritual que los uniría para toda una eternidad.

 

—T… tienes alas —JungKook tartamudeó y gimió cuando Nam Joon pasó su lengua por su largo y grueso pene. La declaración de JungKook de que podía ver las alas de Nam Joon era la prueba de que el hombre era realmente su zaterio.

 

Nam Joon tragó el pene de JungKook y entonces se apartó, sus manos sobre los muslos de JungKook, separándolos mientras veía el hermoso cuerpo del hombre. Pasó su lengua por arriba de uno de sus muslos y luego bajó por el otro, dejando un rastro de humedad antes de enderezarse.

 

Pasando un dedo por el pre-semen que escurría de su cuerpo, Nam Joon lo usó como lubricante, sus dedos circularon el agujero de JungKook y entonces hundió dos dedos profundamente.

 

—Nam Joon —JungKook gimió moviendo su cabeza de un lado a otro, sus párpados se movían.

 

Nam Joon se inclinó hacia adelante, chupando la carne del cuello de JungKook mientras su lengua recorría la suave piel. La combinación del olor de la excitación de JungKook con el olor de su sangre tenía a la bestia de Nam Joon en el borde.

 

Necesitaba desesperadamente saborear a JungKook, beber de él. Nam Joon no podía detener más que sus dolorosos colmillos se hundieran dentro de la suave carne de JungKook.

En un suave movimiento, Nam Joon retiró sus dedos, mordió la yugular de JungKook y empujó profundamente su pene dentro del cuerpo del hombre.

 

—Uh —JungKook gruñó fuerte mientras Nam Joon tomaba de él, bebía de él, y caía en los deseos de su zaterio, todo al mismo tiempo. Una erótica posesión asumió el control de Nam Joon circulando sus brazos alrededor del cuerpo de JungKook, sosteniéndolo cerca mientras deslizaba su pene dentro y fuera del apretado canal de JungKook. Se sentía como un apretado puño que se envolvía alrededor de su eje mientras Nam Joon apartaba su boca llena del dulce sabor de JungKook.

 

Cuando sacó sus colmillos y lamió la herida, vio su creación junto con el nacimiento de JungKook. Las dos vidas corrían juntas una al lado de la otra a la velocidad de la luz mientras ellos vivían hasta que chocaron y se entrelazaron, uniéndose juntas para siempre.

 

JungKook gimió y apartó la cabeza. Sus ojos ámbar cambiaron a su forma de lobo y sus caninos bajaron. —Mi pareja —le dijo en shock.

 

—Si —dijo Nam Joon con alegría mientras se rodaba dejando a JungKook arriba de él, sus alas alrededor de ellos creando un velo privado mientras Nam Joon empujaba sus caderas, empujando profundamente su pene dentro del culo de JungKook.

 

JungKook lo veía fijamente, respirando con dificultad, la piel entre sus ojos arrugada y el párpado inferior levantado dándole a los ojos de JungKook la apariencia de estar casi cerrados. La posesiva expresión en la cara de JungKook podía no solo ser vista sino sentida. Las aletas de su nariz se movían y sus labios eran una delgada línea, y el blanco alrededor de sus ojos ámbar estaban inyectados de sangre mientras las lágrimas amenazaban con caer.

 

JungKook cayó hacia adelante, hundiendo sus caninos dentro del hombro de Nam Joon, reclamándolo. Nam Joon gritó cuando su liberación explotó, bañando el sedoso canal de su pareja, completando la reclamación mientras el semen de JungKook hacía erupción entre ellos.

 

—Mio —Nam Joon gruñó posesivamente mientras acunaba la cara de JungKook—. Eres mi zaterio.

Las lágrimas finalmente cayeron mientras JungKook asentía.

—Tú eres mio.

 

 

 

 continuara....

 


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