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40. Nam Joon (01) por dayanstyle

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—¿Qué estás haciendo? —Nam Joon preguntó mientras entraba a la cocina, viéndose como si acabara de salir de la cama. JungKook sonrió de una sexy manera a su pareja que estaba ahí parado viéndose aun con el sueño en la cara.

Maldición, el hombre era caliente.

Podía verlo el resto de su vida y no se cansaría de verlo. Nam Joon había llegado a significar mucho para JungKook.

 

Deslizó una bandeja de biscuits13 dentro del horno y se giró para sonreírle a su pareja. Dio a Nam Joon un rápido beso en la mejilla, sabiendo muy bien que estaría gruñendo por su liberación en la cocina. El hombre se veía muy bien.

 

—Haciendo a los chicos un desayuno decente —JungKook finalmente le respondió a su pareja mientras volteaba el tocino en la sartén. Señaló con la espátula el refrigerador—. Los hombres no pueden vivir solo de comida congelada y comida para llevar. Necesitan que alguien prepare comida casera porque su dieta apesta.

 

Tomó una taza con café caliente, se apoyó contra el mostrador, le dio un trago y señaló la taza que seguía en la mesa. —Te preparé también una taza de café.

 

Nam Joon tomó la taza, apoyándose en el mostrador mientras tomaba un sorbo. —Huele bien. ¿Qué estás cocinando?

 

—Sólo es algo simple —dijo JungKook mientras sacaba el tocino del sartén y luego añadió más—. Envié a Lumin a la ciudad con una lista para la tienda de abarrotes. La cena es a las seis.

 

—¿Cena? —Nam Joon preguntó.

—Si, cena. Si veo un contenedor más de comida rápida aquí, voy a gritar.

Nam Joon se rio. —Es la vida de soltero.

—Era —JungKook lo corrigió—. Era la vida de soltero, al menos para ti. Te recuerdo que ahora estás en pareja.

 

—Si, señor.

 

—Sabes —dijo JungKook mientras quebraba los huevos y los vaciaba en un tazón—. Me he estado preguntando algo. Si el príncipe Jaehyo es el vampiro original, ¿dónde encajan ustedes? —Tomó la batidora y batió los huevos, mientras esperaba a que su pareja le respondiera.

 

—Son situaciones totalmente diferentes —respondió Nam Joon—. El príncipe Jaehyo es el vampiro original, nacido de su raza. Nosotros fuimos creados por los dioses para proteger a Zanthar. Nunca deberíamos de estar aquí en el reino humano.

 

Esa noticia molestaba a JungKook. ¿Cómo es que nunca deberían de estar aquí y aun así, los dioses le dieron a Nam Joon una pareja shifter? JungKook tenía la sensación de que los chicos estaban destinados a estar aquí. Ellos simplemente no lo sabían. ¿De qué otra manera se explicaba que Nam Joon fuera su pareja?

 

—Oh —dijo JungKook mientras vertía los huevos en la sartén caliente de hierro fundido. Dejó el asunto en paz. Era demasiado temprano para un debate acalorado—. Creo que entiendo —dijo dejando el tazón en el fregadero—.Ahora diles a los chicos que se laven las manos, que el desayuno está listo. —JungKook envió a Nam Joon fuera de la cocina y comenzó a sacar los platos del gabinete.

 

Se sentía bien cuidando gente de nuevo. Estaba acostumbrado a eso, después de todo era un camarero. JungKook se sentía útil de nuevo, y eso era solo un largo camino para JungKook.

 

—Malditamente caliente —Ray gritó entrando en la cocina—. ¿Estás cocinando comida real? —Inhaló profundamente, sus ojos se cerraron con una mirada de dicha en su rostro.

 

—Sí, y puedes ayudar tomando los platos y poniendo la mesa por mí.

 

—Sí, señor —dijo Ray, mientras tomaba la pila de platos—. ¿Significa esto que puedo conseguir más dado que estoy ayudando?

 

—No, significa que puedes comer.

 

Ray frunció el ceño y gruñó bajo mientras salía de la cocina. JungKook se rio y regresó a apagar el fuego bajo los huevos. Colocó la comida en los platones y los llevó al ruidoso grupo de hombres. Estaban prácticamente babeando, cuando dejó los platones con comida en el centro de la mesa.

 

Cuando WenHan tomó el platón con los huevos, JungKook le dio una palmada en la mano. —Hay que esperar hasta que todos estén en la mesa.

 

—¿Qué diablos quieres decir con que tengo…? — WenHan se detuvo cuando un gruñido se oyó desde el otro extremo de la mesa. JungKook le sonrió a su pareja.

 

—Bien —WenHan dijo con un puchero recargándose en la silla.

Se río y se giró hacia Seung Hoon. —¿Te importaría traer la jarra de jugo de naranja?

 

—No hay problema —dijo Seung Hoon, que se levantó y fue a buscar la jarra de vidrio para traerla a la mesa. JungKook se sentó y vio que Ray había hecho un buen trabajo al poner la mesa. Cuando Seung Hoon regresó con el jugo de naranja y lo dejó sobre la mesa, JungKook asintió hacia WenHan.

 

—Ahora pueden comer.

 

—¿Por qué demonios tenemos que esperar? —WenHan gruñó mientras llenaba su plato.

 

JungKook había hecho más que suficiente para estos hombres grandes, sabía lo grande que era su apetito. Vio cómo todos terminaban la comida de sus platos, y se recargaban en sus sillas con una sonrisa de satisfacción de sus caras.

 

Él bebió un sorbo de jugo de naranja, cruzando las piernas y dejando que su pie se moviera debajo de la mesa.

 

—Ah, por cierto —dijo JungKook cuando el cuarto se quedó en silencio—. Dado que yo cociné, a ustedes chicos les toca limpiar.

 

—¿Qué? —Los hombres protestaron y se quejaban alrededor de la mesa—. ¿Qué quieres decir con que tenemos que limpiar?

 

Nam Joon gruñó y golpeó la mesa con su puño. — Oyeron a mi zaterio. Si él puede esclavizarse en la cocina para sus lamentables traseros, al menos ustedes pueden limpiar el desorden.

 

JungKook sonrió ante la manera en que Nam Joon lo defendía. Su pareja le dio un guiño, haciendo que JungKook se sintiera mil veces más alto. Nunca pensó ser feliz de nuevo, pero lo era, incluso más feliz con su gran familia sentada alrededor de él. Ellos podrían ser una revoltura de lunáticos, pero JungKook estaba comenzando a quererlos.

 

Incluso comenzaba a querer al agrio de WenHan.

 

—Quiero a Red y a Jin patrullando hoy —Nam Joon anunció—. Nuestras vacaciones se terminaron. Necesitamos proteger a la gente de los perros del infierno. Tendremos turnos de ocho horas, Ray y Peniel seguirán. Les dejaré el horario y quiero que lo sigan religiosamente entonces sabré quién está afuera todo el tiempo.

 

—¿Qué infiernos haremos con el cuerpo cuando matemos a alguno de ellos? —Hyung Won preguntó—. A mi me tiene sin cuidado. Yo los dejaría donde caigan.

 

—No pueden hacer eso —JungKook protestó—. ¿Qué si algún cachorro o alguien más ve el cadáver? —preguntó estremeciéndose—. Podrá no importarte, pero importa.

 

—¿Entonces qué infiernos quieres que haga con el cuerpo? —Hyung Won preguntó—. No voy a cargarlo sobre mi hombro.

 

—Realmente hemos estado fuera del juego mucho tiempo —dijo Nam Joon desde el otro lado de la mesa—. Ellos son residentes del infierno, ¿lo recuerdan? Ellos vienen del infierno. Ellos se incendian, se queman en segundos.

 

—No puedes ir por el pueblo prendiéndole fuego a los cuerpos —dijo JungKook moviendo la mano alrededor de todos—. El pueblo apestaría a mierda.

 

Nam Joon se recargó, entrelazó los dedos y los apoyó en su lleno estómago. —Entonces, estoy abierto a sugerencias.

 

JungKook no estaba seguro de qué sugerir, pero prenderle fuego a un cuerpo en la calle Trenton no le sonaba correcto. Todos lo verían. —No hay que olvidar que hay humanos que viven ahí que ignoran acerca del mundo paranormal.

—Aun espero una sugerencia —dijo Nam Joon.

 

JungKook estaba dispuesto a estrangular al hombre. Él se estaba volviendo irritante sentado en el otro extremo de la mesa con una sonrisa en su rostro. —No tengo una solución, pero no pueden incendiarlos en la ciudad.

 

—¿Así que aun sugieres que los transporte? —Hyung Won preguntó—. Eso puede ser un problema después de unas horas.

 

La cara de JungKook se arrugó con malestar. —Eres jodidamente asqueroso.

 

—Aun así…

 

—Tienen alas, úsenlas. Vuelen con ellos a algún remoto lugar en las montañas y quémenlos ahí.

 

—Con lo mucho que amo volar —Nam Joon intervino—, tratamos de no hacerlo alrededor de áreas pobladas. La gente tiende a enloquecer cuando ven a un hombre volando en el aire.

 

—Entonces que no los vean —JungKook dijo poniéndose de pie y llevándose su plato a la cocina.

 

Jin caminaba cuidadosamente a través del bosque. Él había visto antes a un perro del infierno olfateando alrededor de la estación de policía, pero el perro había sido demasiado rápido, alejándose de Jin antes de que él pudiera matar al residente del infierno.

 

Ahora lo estaba rastreando, siguiendo el pútrido olor que robaba la tranquilidad al barrio alrededor del Valle de Pride Pack. El olor aún era fuerte en el aire, guiando a Jin.

 

—No está demasiado lejos —comentó Red, a su lado—. Su olor es cada vez más fuerte.

 

Jin podía olerlo, pero también sentía que algo no estaba del todo bien. La luna estaba alta y las calles estaban en silencio, difícilmente había un alma alrededor, pero Jin sentía una oscura sombra rodeándolos. —¿Sientes eso?

 

Red lentamente se detuvo, levantó la cabeza y olfateó el aire. Después de un momento, sacudió la cabeza.

 

—No, no siento nada, pero todavía puedo oler a ese perro.

 

Había más que eso. Jin no pudo sacudirse la incómoda sensación en la boca del estómago. El aire soplaba a su alrededor, con lo que a Jin le llegó un aroma que hizo que su sangre se helara.

 

Empezó a caminar de nuevo, haciendo caso omiso de Red, mientras seguía el olor que lo guiaba.

 

—¿Qué demonios sucede? —Red preguntó llegando junto a Jin—. El olor va para el otro lado.

 

Jin siguió caminando, como si sus pies tuvieran mente propia. El aroma lo llamaba, le indicaba que lo siguiera. Jin desenvainó los cuchillos que tenía atados en sus muslos, aumentó el ritmo hasta que iba entre medio trote y medio correr.

 

—Será mejor que sea jodidamente importante o Nam Joon va a tener nuestro culo.

 

Jin no podía explicar las sensaciones que le llegaban que lo consumían de formas que nunca antes había sentido. Sus pies vacilaron cuando Red lo agarró del brazo, jalándolo para que se detuviera. —¿Qué jodidos te pasa?

 

«Me gustaría saberlo».

 

—Sólo sígueme.

 

 

Red torció los labios hacia un lado, viéndolo escéptico, pero finalmente asintió. —Si ese perro del infierno ataca a alguien, me aseguraré de que Nam Joon sepa que fue tu culpa —dijo y luego hizo un gesto con la mano para que Jin indicara el camino—. Sólo lo estoy diciendo.

 

Jin olfateó el aire una vez más, recogiendo el olor de nuevo, y entonces lo siguió. Se encontró caminando por un camino residencial, en dirección al patio trasero donde se congeló.

 

—¿Qué infiernos? —Red preguntó deteniéndose junto a Jin.

 

Jin vio a un pequeño hombre humano sosteniéndose el brazo, sangre se filtraba a través de sus dedos mientras retrocedía de un perro del infierno. Sus ojos estaban muy abiertos, y tropezó una o dos veces, los vio antes de seguir retrocediendo.

 

—Maldición, ¿cuántos hay por aquí? —Red preguntó con ira antes de pasar a Jin e ir tras el perro.

 

Jin estaba concentrado en el humano.

 

Maldijo cuando el perro regresó, sus largos caninos fuera y sus ojos negros. No era extraño que el hombre pareciera como si estuviera viendo su propia muerte. El ver a un perro del infierno a medio cambiar era atemorizante como el infierno... para el humano.

 

Red comenzó a luchar contra el perro del infierno, levantó los pies mientras volaba y luego pateó al perro en la cabeza. El humano veía a Red, y luego rodó los ojos, Jin cruzó el patio atrapando al hombre antes de que cayera al suelo.

 

La cabeza del humano colgaba a un lado cuando Jin lo levantó en sus brazos.

 

—¿Qué estás haciendo? —Red preguntó cuando finalmente apuñaló al perro del infierno en la marca—. ¿Llevándote mascotas perdidas a casa?

 

—Recoge al perro. No quiero tener una pelea con JungKook si lo quemas aquí —dijo Jin, ignorando la pregunta de Red y el comentario—. Te veré en casa.

 

—Gracias por dejarme con el cadáver.

 

Jin vio alrededor, asegurándose de que nadie estaba viendo antes de emprender el vuelo.

 

continuara...


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