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46. El G.O de Seung HO (27) por dayanstyle

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G.O tomó la perilla de la puerta, girándola, sólo para encontrarse que la maldita cosa tenía llave. ¿Por qué?, ¿oh, por qué le había puesto ambas llaves y la cadena esta noche? ¿No podría haber olvidado su paranoia al menos durante una maldita noche?

Seung Ho venía tras él. Podía sentir como si el hombre fuera un tren de carga directo hacia él. Buscó a tientas, pero no pudo lograr que la cerradura cooperara. G.O golpeó la puerta con la mano, deseando que la maldita cosa se abriera. Cuando sintió una corriente de aire alrededor de él, G.O se dio la vuelta, pegando la espalda contra la puerta. —Aléjate de mí,   Seung Ho.

—G.O levantó la mano, como si pudiera detener la enorme montaña de músculos que se dirigía hacia él.

Seung Ho se paseaba de un lado a otro frente a él, sus movimientos imitando a un depredador mientras levantaba la cara y olfateaba el aire. G.O se humedeció los labios y dejó escapar un suspiro. Seung Ho estaba actuando como si fuera un animal, un oso, como había afirmado que era. G.O no estaba seguro si podía creerle al hombre. Cosas como esa simplemente no existían, no eran posibles. Era casi como si un león estuviera acechando una gacela, mientras Seung Ho se  acercaba.

—¿Crees que dañaría a mi pareja, G.O? —Seung Ho preguntó mientras daba un paso más cerca, su enorme cuerpo parecía aún más grande, cuando se paró a un centímetro de distancia—. ¿Alguna vez te he dado una razón para temerme, pareja?

 

El corazón de G.O latía como si estuviera a punto de estallar en su pecho y corría a gran velocidad. Su boca estaba demasiado seca, y las palmas, infierno, todo su cuerpo estaba cubierto de una capa de sudor. —No, nunca —Él no  iba a mentir. Seung Ho nunca le había levantado la voz o había hecho algo que no fuera amable. Bueno, excepto por lo de anoche, cuando se convirtió en un bárbaro, pero esa actitud no iba dirigida hacia él, sino al vecino de G.O.

—Entonces debes de saber que preferiría dar mi vida a hacer daño.

—Pero me estás  asustando —respondió G.O.

—Esa  no  es  mi  intención.  Pero  necesitas  saber,  G.O. Necesitas saber lo que Hansol ya puede ver sin verlo.

—Eso es francamente confuso, Seung Ho.

 

Seung Ho sonrió, pero la sonrisa era más depredadora que de humor. G.O pegó sus manos a la puerta detrás de él, sus dedos escarbaron la madera cuando vio los dientes que sobresalían del labio superior de Seung Ho. Nunca los había visto antes y sabía, de hecho, que Seung Ho tenía los dientes  blancos.

—¿Qué eres?

 

Los ojos grises parecían ir a la deriva a un fondo color miel. G.O juró que los había visto aparecer antes, dominando las pupilas y casi cubriendo la parte blanca de los ojos. G.O contuvo la respiración, esperando que Seung Ho cambiara en un monstruo y le desgarrara la carne. Seung Ho se acercó más y G.O gimió. No pudo detener el sonido.

—Tranquilo, pareja. Te juro por todo lo que quiero que nunca te haría daño. —Seung Ho levantó una mano, como si se acercara a un animal salvaje con la intención de acariciarlo. G.O se puso rígido, pero no se movió. La mano de Seung Ho tocó el hombro de G.O y luego recorrió su brazo, la más tierna, suave y gentil caricia.

Aun así eso no hizo que G.O se relajara. —Por mucho que odie admitir alguna debilidad frente a ti, tengo miedo,  Seung Ho.

—No estaba seguro de que admitir su miedo pudiera excitar a lo que fuera que G.O estaba viendo. Seung Ho era un ser humano en todas las formas en que un hombre lo era, pero sus dientes y sus ojos le decían una historia diferente. Ningún hombre o mujer para el caso, podría hacer que los dientes le crecieran o cambiar el color de sus ojos sin la ayuda de lentes de contacto.

—Lo sé, amor. ¿Confías en mí, en realidad confias en mí, G.O?

—Sí —admitió G.O sin dudarlo. La palabra se derramó de sus labios de forma automática, sin pensar—. Pero todavía te temo.

Seung Ho le tendió la mano. G.O miró los dedos cicatrizados de la bronceada y fuerte, pero aun así, gentil mano que hacía todo por él. G.O tomó la mano de Seung Ho, rezando para no estar cometiendo el mayor error de su vida. Seung Ho jaló a G.O mas cerca, envolviéndolo en sus fuertes brazos. —¿Crees que nunca te haría daño, amor?

G.O apoyó la mejilla contra el pecho  de  Seung Ho  y asintió. Tenía miedo de hablar, miedo de poder oírse menos varonil si lloriqueaba de nuevo. En su lugar, se quedó ahí y escuchó los fuertes latidos del corazón de Seung Ho. Fue casi un alivio escucharlo. El hombro de G.O se desplomó un poco y su cuerpo se inclinó hacia el de Seung Ho.

Seung Ho no hizo ningún movimiento hacia G.O. Él se quedó ahí, abrazándolo. ¿Estaba loco? ¿No debería estar luchando para alejarse de Seung Ho, huir de él? G.O no estaba seguro de lo que debía hacer, pero sabía que ser sostenido por Seung Ho era como ser sostenido por... G.O frunció el ceño. ¿Por qué los brazos de Seung Ho se sentían como el hogar?

Mejor que el hogar. G.O, por una vez, se sentía a salvo, completa y totalmente a salvo. G.O se estremeció y lanzó un suspiro cuando las manos de Seung Ho se deslizaron por su cabello, masajeando el cuero cabelludo con sus dedos. Tenía miedo de hablar, miedo de romper el momento. —¿Qué eres? —Repitió la pregunta de momentos antes.

—Soy un shifter oso, G.O. —La voz retumbó en la mejilla de G.O, haciendo que el cuerpo de G.O zumbara con la profunda vibración. G.O se acercó un poco más, necesitaba un ancla, mientras se aventuraba a un territorio desconocido. Su mente estaba tratando desesperadamente de captar lo que estaba diciendo Seung Ho, pero era demasiado. G.O sabía que cuando el cerebro no podía comprender un concepto, o no podía    entender lo que había visto, este se cerraba totalmente o descartaba la idea por ser absurda. G.O estaba tratando desesperadamente de hacer que su cerebro aceptara lo que estaba oyendo.

—¿Un oso de carne y hueso?

 

—Quiero decir que sí, pero no quiero asustarte mas esta noche. —Seung Ho tensó sus dedos en el cabello de G.O y luego los relajó.

—Nosotros estamos más allá de no asustarme, Seung Ho.

G.O podía sentir la erección de Seung Ho pulsando en la parte inferior de su abdomen. De pronto estaba muy consciente de lo cerca que estaban. Ya lo sabía, pero al sentir la dura erección atrapada casi le hacía parecer como si el sonido envolviera su mente.

G.O se había convencido de que no estaba preparado para algo más que amistad, y no estaba seguro de qué hacer con lo que estaba diciendo Seung Ho. ¿Estaba dispuesto a ir más allá? ¿Estaba listo para dar ese salto con un… oso shifter?

Con lo vergonzoso que era hacer la pregunta, G.O necesitaba saber antes de que cualquier otra cosa pasara entre Seung Ho y él. —No eres un oso durante las relaciones  sexuales, ¿verdad? —Porque aunque había algunas cosas que G.O estaba dispuesto a explorar con un amante, involucrarse con animales no estaba por ninguna parte en la lista. Ni siquiera en el fondo.

El pecho de Seung Ho retumbó con una carcajada mientras se apartaba y acunaba la cara de G.O. Sus ojos grises estaban de vuelta, y brillaban como estrellas en el oscuro cielo de la medianoche. —No, G.O. Mis dientes puede que crezcan, mis ojos pueden que cambien a los ojos de mi oso, incluso puede que me crezca las uñas, pero no seré todo peludo.

G.O estaba más aliviado de lo que creía posible. En tanto Seung Ho siguiera viéndose como humano, quizás él podría hacer esto. —¿Qué es una pareja? Me has llamado así ya dos veces.

El brillo de los ojos de Seung Ho se desvaneció, la vacilación y la preocupación lo sustituyó. —Eso significa que eres para mí, G.O. No voy a tener a ningún otro.

Chico, ¿eso era un sólido compromiso o qué? G.O no estaba seguro de estar listo para eso. —Sólo te he conocido por dos meses, Seung Ho. ¿Cómo puedo hacer un compromiso tan grande? No sólo tengo que pensar en mí, sino también en Hansol.

—¿Qué sientes cuando me ves, G.O? ¿Puedes pensar en mí saliendo de tu vida y jamás verme de nuevo? ¿Puedes ver que me vaya? ¿Te sientes feliz cuando piensas en nosotros juntos?

G.O pensó en Seung Ho saliendo por la puerta y que no regresara nunca. El pensamiento retorció su estómago y lo hacía sentirse enfermo.

Siempre sabía que Seung Ho regresaría cuando dejaba a G.O, pero el pensar que Seung Ho nunca regresara hacía que se sintiera tan frio que un hielo se sentiría caliente. Siempre estaba feliz cuando Seung Ho estaba cerca. G.O tenía la más ridícula sonrisa y no podía hacer que se fuera cuando Seung Ho cruzaba su puerta. Pero, ¿era eso suficiente para hacer un compromiso, para construir una vida?

—Yo veo el hogar cuando te veo, Seung Ho. —Nada más que la verdad. Sin mentiras.

—Eso se llama atracción, amor. Es la forma que el destino nos une. Tú fuiste elegido para mí y yo para ti por el destino. Sé que estás asustado, G.O. Pero confía en mí, yo nunca te haría daño. Es el honor de un shifter hacer a su pareja feliz y protegerla de cualquier daño.

«Wow. Simplemente... wow».

 

—Veamos si entiendo esto correctamente. Si nos emparejamos, entonces ¿harás todo lo posible para hacerme feliz, realmente feliz, y me protegerás de los abusadores?

Seung Ho se río. —Algo así.

—¿Y qué recibes a cambio, Seung Ho?

—A ti. —Seung Ho jaló a G.O para otro beso, uno más suave, uno más conmovedor que hizo que los dedos de los pies de G.O se curvaran dentro de sus zapatos.

—La idea de no verte más hace que me sienta como si el sol no saliera de nuevo —dijo G.O dentro de la boca de Seung Ho.

—Lo mismo digo, amor. —Seung Ho se apartó jalando a G.O con él. G.O lo siguió, aferrándose a la camisa de Seung Ho con los dedos. G.O sabía lo que sentía por el hombre desde que vio a Seung Ho acostado en la cama del hospital. Sintió como si su mundo se derrumbaba a su alrededor. Y G.O sabía que   había caído duramente enamorado del hombre, pero ¿un compromiso de por vida? Chico, los shifter no se contenían. Era todo o nada.

G.O gritó cuando Seung Ho se dejó caer en el sofá, llevándose a G.O con él. G.O se las arregló para apoyar las manos sobre el pecho de Seung Ho, pero Seung Ho jaló a G.O, hasta que quedó acostado contra la solida pared de músculos.

—Si tenemos relaciones sexuales, eso es todo. No hay vuelta atrás.

G.O se sentó a horcajadas en el regazo de Seung Ho, mirando fijamente a los ojos a Seung Ho, los ojos que se habían convertido en dos oscuras nubes de tormenta, lujuria brillaba en el iris duramente. Se inclinó hacia delante, tomando los labios de Seung Ho, besándolo con hambre mientras sus manos exploraban el pecho de Seung Ho, los hombros, los brazos, y todo lo que sus dedos podían alcanzar.

Sus dedos hormigueaban ante cualquier piel que G.O tocaba. Su mente estaba zumbando mientras se intoxicaba con el cuerpo de Seung Ho, con la emosión de saber lo que estaban a punto de hacer. No podía pensar, y con toda honestidad, no quería. Todo lo que G.O quería era sentir. Las manos de Seung Ho recorrían la espalda de G.O, sus hombros, y luego hacia abajo, jalando la bastilla de la camisa de G.O.

G.O levantó los brazos para que Seung Ho le quitara la camisa. G.O se estremeció cuando el aire frio lo rodeó. Podía sentir su cuerpo ruborizarse mientras lentamente Seung Ho lo revelaba. G.O no era virgen, ni mucho menos, pero Seung Ho era el hombre mas hermoso que G.O hubiera visto, y estar ahí, desnudo de la cintura para arriba y sentado a horcajadas en el regazo de Seung Ho era un poco intimidante.

Estaba lejos de estar tan bien construido como Seung Ho. G.O era delgado, sus bíceps palidecían en comparación con los de Seung Ho. Su pecho parecía una maldita tabla de planchar  en comparación con los abdominales de lavadero de Seung Ho y sus  gruesos músculos pectorales. G.O se mordió el labio inferior cuando Seung Ho curvó los dedos en las caderas de G.O, empujándolo hacia arriba, G.O se deslizó hacia adelante. Podía sentir cuan duro estaba Seung Ho bajo sus jeans.

Un estremecimiento recorrió la espalda y los brazos de G.O cuando sintió la erección de Seung Ho bajo su culo. Quería sentir el pene de Seung Ho enterrado profundamente en su culo. G.O contuvo la respiración mientras Seung Ho lo subía por el sofá acostándolo sobre su espalda, Seung Ho sobre él.

Seung Ho comenzó por el cuello de G.O y se abrió camino hacia abajo, besando suavemente a G.O en algunos lugares, más duro en otros. Las piernas de G.O estaban a ambos lados de Seung Ho, las rodillas dobladas, mientras Seung Ho se abría camino hasta el ombligo de G.O. Seung Ho besó su camino por un lado de las caderas de G.O a la otra, con la lengua siguió el rastro de la orilla de sus jeans.

Oh Dios, se iba a correr en sus pantalones. No había manera de que G.O pudiera aguantar eso por mucho más tiempo. —Quítame los pantalones —dijo jadeando.

Seung Ho mordió el botón de los jeans de G.O, mirando a G.O con esos vivos ojos grises. Seung Ho le sonrió, algo mezclado con la seducción y la anticipación mientras su lengua lamía la parte delantera de los jeans de G.O. G.O tragó, rezando por no correrse antes de iniciar.

—Seung Ho. —Era una baja advertencia, una suplica, un ruego para que Seung Ho le quitara los jeans. Seung Ho bajó el cierre y enterró la nariz en la ingle de G.O mientras separaba los lados.

G.O enterró sus dedos en el cabello de Seung Ho, jalándolo mientras Seung Ho curvaba sus dedos en la pretina de los jeans de G.O. Seung Ho jaló a G.O, levantando las caderas, sintiendo el torrente de emoción cuando su pene fue liberado y Seung Ho lanzó los jeans de G.O a un lado.

G.O se sentía desnudo y expuesto, mostrándose frente a Seung Ho, pero el ver a Seung Ho de rodillas delante de él, sus ojos recorriendo el cuerpo de G.O, no lo avergonzó. Eso encendió a G.O. Estaba en la punta de la lengua preguntarle a Seung Ho si le gustaba lo que veía, pero G.O se contuvo. Él no iba a buscar cumplidos. Quería que Seung Ho se los diera libremente. G.O no era de los que se creía digno de elogio, pero la mirada en los ojos del hombre era ligeramente desconcertante. G.O quería saber qué estaba pensando Seung Ho.

La mano de Seung Ho se deslizó por el pecho de G.O, sus uñas raspaban ligeramente la piel de G.O. G.O se estremeció. Vio la profunda hambre en los ojos grises de Seung Ho, algo que le decía a G.O que al hombre realmente le gustó lo que veía. Eso era un alivio. Por un segundo, G.O pensó que Seung Ho le iba a preguntar por qué era tan malditamente pálido. G.O no podía evitarlo. Tenía sangre irlandés. Nunca había sido bueno bronceándose. Pero era malditamente bueno quemándose.

—Cariño, tienes un buen cuerpo —dijo Seung Ho, mientras bajaba su boca hacia la ingle de G.O. La anticipación tenía el  pene de G.O pulsando, pre-semen escurría como ríos sobre su abdomen, deslizándose por la cadera. Seung Ho lamió el claro líquido, como si estuviera disfrutando de cada gota. G.O gimió, sus caderas seguían a Seung Ho, haciendo todo lo posible para conseguir que el hombre chupara su pene.

—¿Quieres algo, G.O? —Seung Ho preguntó, sabiendo muy bien lo que G.O quería. Era lo que cualquier hombre querría. Enterrar su pene entre esos húmedos labios.

G.O quería gritar su triunfo cuando Seung Ho envolvió sus labios alrededor de la erección de G.O, su lengua recorría la caliente carne. La pierna izquierda de G.O colgaba del respaldo del sofá, la otra pierna en la espalda de Seung Ho. Su cabeza  hacia atrás mientras se mordía el labio inferior, rezando porque Seung Ho fuera bueno dando sexo oral. Solo por el hecho de que  un hombre tuviera un pene, no significaba que sabía qué hacer con uno. Normalmente, eso quería decir que el hombre era hetero, pero incluso algunos hombres gay no tenían ni idea.

—Mierda —dijo G.O, cuando Seung Ho lamía sus bolas. El hombre sin duda sabía lo que estaba haciendo. La garganta de Seung Ho se abrió, y el pene de G.O se deslizó hacia la parte posterior. Santa mierda, Seung Ho ni siquiera tuvo arqueos. G.O iba a conservar a Seung Ho.

Seung Ho lamió su erección antes de arrodillarse frente a G.O. G.O se abrió ante Seung Ho. —¿Cómo conseguiste quitarte los pantalones?

¿Y cómo iba a caber todo eso dentro de él? Parecía que los dioses habían sido muy amables con Seung Ho.

—Tengo muchos talentos que compartir contigo, amor. r13;La voz de Seung Ho era una mezcla de provocación y estrangulada  contención. G.O vio hacia abajo para ver la punta de la lengua de Seung Ho provocar la cabeza de su pene. G.O rodó los ojos.

G.O podía sentir las puntas de los dedos de Seung Ho jugar ligeramente sobre sus caderas mientras tomaba a G.O de nuevo en su boca, explorando cada línea y cada arista que la mitad inferior de G.O poseía. Le gritó a Seung Ho cuando la lengua del hombre recorría el saco de G.O.

—Por favor, Seung Ho —rogó G.O.

 

Una risita llegó de entre las piernas de G.O, y sabía que Seung Ho lo estaba torturando a propósito. Seung Ho se  colocó  entre las piernas de G.O, su pene sobresalía largo y grueso.

 

G.O podía sentir el sudor cubrir su piel mientras se lamía los labios secos. Lo quisiera o no, necesitaba sentir a Seung Ho dentro de él.

G.O jaló sus piernas y se giró, presentando su culo ante el hombre. —Tómame.

Seung Ho se hundió, lamiendo una larga línea desde el coxis de G.O a su saco. G.O se estremecía todo el tiempo. La húmeda lengua se detuvo alrededor de su entrada, y luego Seung Ho deslizó profundamente dentro de G.O, dos dedos. G.O volvió a gritar, bajando los hombros al sofá, mientras Seung Ho se arrodillaba detrás de él, estirando con sus dedos a G.O. Podía sentir la erección de Seung Ho deslizarse a lo largo del saco, la suave y sedosa piel recorrer las terminaciones nerviosas mientras G.O abría ligeramente los labios.

—Voy a reclamarte, G.O. Después de esto, tú eres mío. r13;La mano libre de Seung Ho rodeó a G.O y tomó su pene. Seung Ho aplicó la más ligera presión, haciendo vibrar la erección de G.O entre sus dedos.

Las palabras de Seung Ho estaban tratando de penetrar la niebla que rodeaba la cabeza de G.O. Había un cosquilleo en la parte posterior de la mente de G.O, diciéndole que prestara atención, pero con los dedos de Seung Ho enterrados tan  profundamente en el interior de su cuerpo, G.O no podía pensar con claridad en su cabeza. La idea se perdió con el golpeteo de  los dedos de Seung Ho.

G.O rodó por el suelo, justo debajo de Seung Ho. No estaba seguro de por qué había hecho eso, las rodillas golpearon la alfombra. Seung Ho estaba detrás de él, saltando del sofá y cayendo de rodillas como si hubiera hecho esto un millón de veces.

—Seung Ho —G.O sacudió la cabeza, tratando de recordar lo que le iba a decir a Seung Ho.

—Te advertí sobre huir de mí —dijo Seung Ho con un gruñido justo antes de que se empujara dentro del culo de G.O. G.O gritó, cuando el placer se estrelló sobre él. Tener a Seung Ho dentro de él le hizo olvidar todo. El pene de Seung Ho era grueso, estiraba a G.O casi al punto del dolor. Gritaba, pero sin palabras, sin sonidos. G.O se sentía como si estuviera siendo consumido.

G.O sentía como si su alma estuviera siendo bebida por Seung Ho. Ola tras ola jalaba a G.O más abajo en el abismo que no contenía nada, solo a Seung Ho. Estaba siendo absorbido por el  hombre, dentro de la bestia. G.O podía sentirlo. Seung Ho mordió el cuello de G.O, la tierna carne entre el cuello y el hombro. Eso no era normal, pero G.O no pudo encontrar su voz para decir una palabra. No cuando estaba siendo montado tan  duro.

El orgasmo recorrió a G.O, sus piernas temblaban sus músculos se tensaron, mientras Seung Ho lo llevaba a través del deseo. G.O oyó a Seung Ho gritar, sintió su cuerpo temblar, pero seguía duro, seguía tomando a G.O rudamente… G.O tragó saliva cuando se dio cuenta que el pene de Seung Ho se había  hecho mas grueso. Eso era imposible, pero G.O podía sentir su cuerpo estirarse, dándole a Seung Ho el lugar que necesitaba.

Seung Ho liberó sus dientes, su lengua acarició la piel de G.O mientras un leve gemido salía de sus labios. G.O pensó que todo había terminado, que Seung Ho había terminado. Sin embargo, se enteró de la verdad cuando Seung Ho cerró sus brazos alrededor de G.O en un Full Nelson y luego comenzó a empujarse en su cuerpo una vez más.

G.O estaba malditamente cerca de arrancar la alfombra cuando Seung Ho mordió la parte posterior de su cuello, justo la parte  blanda  debajo  de  la  línea  de  su  cabello. Sus piernas cedieron,  pero  G.O   no  cayó.  Las  piernas  de   Seung Ho lo sostuvieron sus musculosos muslos acunaron a G.O.

G.O gritaba el nombre de Seung Ho, medio por placer, medio de dolor cuando su cuerpo se estremeció con su liberación. Su liberación debió de ser lo que Seung Ho estaba esperando, porque él rugió detrás de G.O, su pene que estaba enterrado en lo más profundo del interior de G.O pulsó cuando la semilla de Seung Ho se derramó en su interior.

Su pecho empujando borbotones desiguales de aire, G.O quedó flácido en los brazos de Seung Ho. Ni siquiera conseguía mantener los ojos abiertos, mientras Seung Ho lentamente lo bajaba al suelo y entonces acarició con su nariz la cara y el hombro de G.O.

G.O sentía los dientes afilados pasar por su piel. Pero en lugar de hacerle daño, causó que un escalofrió recorriera su cuerpo.

 

—Mi pareja —murmuró Seung Ho, su erección aún dentro de G.O.

 

G.O dejó escapar una respiración entrecortada y luego dejó que la sensación de saciedad lo inundara mientras caía débil y bien jodido.

 

Continuara...


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