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46. El G.O de Seung HO (27) por dayanstyle

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G.O sintió la calidez filtrarse dentro de él. Su cuerpo había estado tan frio que sus dientes habían estado castañeando y su cuerpo había estado temblando. Lentamente se fue calmando, sus músculos se relajaron con el calor del cuerpo de Seung Ho. Se acurrucó en el calor, hambriento por el oso, mientras trataba de entrar en calor.

—¿Mejor? —Seung Ho preguntó mientras su mano frotaba de arriba a abajo el brazo de G.O, alejando el frío. G.O no se creía capaz de hablar en este momento, por lo   que asintió. Todavía estaba tratando de averiguar qué diablos pasaba con él. Nada tenía sentido, sólo estaba más confundido.

—¿Puedes responder una pregunta? —La voz de Seung Ho estaba tranquila, con un suave tono, movió a G.O un poco para que pudiera ver mejor al oso.

—Sí —respondió mientras se enterraba en el pecho de Seung Ho. Estaba tan caliente allí. G.O todavía sentía frío.

—¿Por qué lo dejaste entrar?

 

Era una pregunta no una acusación. Preguntaba con curiosidad. G.O estaba todavía tratando de averiguar qué infiernos acaba de suceder en su apartamento. —Dijo que su hija estaba en el coche ahogándose y que tenía que usar mi teléfono.

—¿Así que lo invitaste a pasar? —Seung Ho preguntó acomodando las mantas sobre los hombros de G.O.

—Sí —respondió G.O. Normalmente no dejaba entrar a extraños, pero el hombre  se veía tan condenadamente desesperado. G.O no podía entender por qué había sido blanco de ataques. Sabía que debería haberse pegado a su regla de no permitir extraños en su casa. No sólo había puesto en peligro su vida, sino también la de Hansol.

—Hay que hacer las maletas, G.O —dijo Seung Ho mientras acercaba mas a G.O en sus cálidos brazos—. Él era  un vampiro. Ahora que lo invitaste a tu casa, puede entrar cuando lo desee.

G.O no estaba seguro de haber escuchado con claridad a Seung Ho. A lo mejor todavía estaba en shock por lo que había sucedido. Después de todo, perdió un infierno de  mucha sangre. —Lo siento, pero creo que acabas de decir vampiro.

—Lo dije.

 

No, no lo dijo. No había ninguna posibilidad de que Seung Ho acabara de decir vampiro. Ellos no existen. Ellos no podían existir. G.O ya estaba teniendo dificultades para aceptar el hecho de que el hombre que estaba sentado debajo de él, sosteniéndolo cerca, cambiaba a un oso. No, no, no. Los vampiros no existen. No, no podían existir.

«Ah infierno».G.O estaba muy seguro de que se iba a desmayar ante ese conocimiento. Su lógica libraba una guerra con su cordura. Su salud mental estaba perdiendo. —Dilo una vez más. Mi cordura necesita escuchar las palabras una vez más, entonces sabré porqué la perderé.

—Ah, dulzura —dijo Seung Ho, mientras abrazaba más fuerte a G.O—. Si me sintiera bien mintiéndote, lo haría. Me gustaría conservar tu cordura. Pero la verdad es que los vampiros existen. Mira, no voy a mentirte. Eres mi pareja. Nunca te mentiría.

—Dios, por favor, miénteme —dijo G.O enterrando su rostro en el pecho de Seung Ho—. Te voy a perdonar esta mentira.

—Los vampiros no existen.

 

Niño, deseaba poder creer la mentira. Sería tan fácil. Pero, él ya sabía la verdad, y G.O no estaba seguro de mantener la cordura si se enteraba de que alguna otra criatura existía. Tenía miedo de preguntarle a Seung Ho si había más sorpresas. Había tenido suficientes sobresaltos por una maldita noche.

—No me gusta verme forzado a dejar mi departamento r13;confesó.

 

—Lo sé, G.O. Pero ya no es seguro que estés aquí.

 

De nuevo, G.O realmente deseaba que Seung Ho pudiera mentirle. Le gustaba sentirse seguro en su propio hogar. Una vez que la puerta estaba cerrada y la cadena en su lugar, G.O siempre se había sentido seguro. Ahora eso se había ido.

¿Alguna vez se sentiría a salvo de nuevo sabiendo que había verdaderas pesadillas por ahí afuera?

 

 

 

G.O suspiró mientras dejaba caer su maleta sobre la cama de Seung Ho. No podía creer que él estuviera aquí. Empacar no le tomó mucho tiempo. G.O no era dueño de nada más aparte de su ropa. A Hansol le habían dado una habitación al final del pasillo. A G.O no le gustaba tener a su sobrino tan lejos. Claro, Hansol había pasado la noche aquí antes, pero hasta donde  entendía G.O, esto era en una base más permanente.

Se preguntó cuánto más podría manejar. El día de hoy le estaba pasando factura a G.O, y estaba dispuesto a huir rápido y lejos. El problema con ese pensamiento era que a G.O no le gustaba huir de sus problemas. Bueno, huyó cuando la mano del cazador apuntó el rifle hacia su cabeza. Pero él no había abandonado el pueblo.

 

Además, ¿hasta dónde podía llegar con Hansol al remolque? La triste verdad era que G.O sabía que tenía que hacerle frente a lo que estaba sucediendo en su vida. Ya sea que lo quisiera o no.

Las cosas estaban cambiando, y no importa lo duro que quisiera poner los frenos en su vida, nada se iba a calmar. Se sentó en la cama, pasó las manos sobre la colcha de un profundo color marrón, preguntándose a sí mismo si realmente podía hacerle frente a los giros y giros ha donde había sido arrojado.

—¿Te instalaste?

 

G.O miró hacia la puerta, el señor Moon estaba ahí de pie, las manos en los bolsillos delanteros y apoyándose en el marco de la puerta. El hombre se parecía tanto a Seung Ho que siempre sorprendía a G.O cuando veía al padre. Todos los hermanos de Seung Ho también se parecían. Era como si hubieran sido creados a partir del mismo molde exactamente.

G.O no podía creer que estaba en un rancho con tantos hombres guapos. Él sólo quería a Seung Ho, pero la dulce vista definitivamente era una ventaja.

—Más o menos —¿Cómo podía realmente instalarse? Esta no era su casa, ni últimamente su vida. G.O no estaba seguro de qué pensar o que más hacer. La vida le había lanzado una bola curva que le golpeó directo en la cabeza.

—¿Ya cenaste?

 

Comida. Eso era la última cosa en la mente de G.O. No había cenado. Estaba demasiado ocupado corriendo de una situación de locos a la otra. Quizás cuando la vida dejara de casi matarlo por el shock, podría pensar en comer. —Voy a ver si Hansol tiene hambre.

 

—No hay necesidad. El cachorro esta abajo comiendo con Seung Ho y Yoogeun.

Eso era una cosa buena de que Hansol estuviera en el rancho de los Moon. Había otro niño aquí. Aunque Yoogeun no tenía más que un año de edad, aun así hacía que Hansol se sintiera mejor, que si  no  hubiera otro niño   con quien jugar. También hacía que G.O se sintiera mejor.

—Voy a pasarme la cena.

 

—Debes comer, hijo. Has tenido demasiados sobresaltos el día de hoy.

El hombre dijo lo que G.O pensaba. No acerca de la comida, sino de los muchos sobresaltos. Pero G.O sabía que ahora no podría comer. Tenía el estómago hecho nudos. —Sólo quiero descansar, si eso está bien.

—Eso está bien. Pero asegúrate de tomar el desayuno.

 

G.O asintió, dándole al señor Moon una sonrisa cortes. El padre salió de la habitación, dejando que G.O recuperara el aliento. Tal vez una siesta era una buena idea. Estar cansado y asustado no era una combinación muy buena. G.O se quitó los zapatos y se acurrucó en la enorme cama de Seung Ho. Metió algunas almohadas bajo la cabeza y suspiró.

Hoy fue un día para los records, y G.O rezó para que el día siguiente fuera más tranquilo.

 

 

 

—No creo que lo esté manejando muy bien —dijo Eric cuando se sentó ante la mesa de la cocina—. Parece que está en estado de shock.

Seung Ho lo miró y luego al Hansol.

—Hijo, el niño sabe muy bien lo que le está pasando a su tío. Hansol es un chico inteligente. No lo insultes ocultándole cosas.

La mandíbula de Seung Ho se tensó vio hacia su plato de comida y luego a Yoogeun. Eric podía ver el dolor en los ojos de  su hijo, y deseaba poder quitárselo. Pero parecía que Seung Ho no tendría un camino fácil. De hecho ninguno de los Moon lo había tenido a la hora de emparejarse.

—No quería esto para él —dijo Seung Ho, mientras se aclaraba la garganta y luego levantó la vista—. No quería que entrara a esta vida medio aterrado de morir. Se está cerrando ante mí, Pá.

Eric deseaba tener una solución fácil para Seung Ho. Pero era decisión de G.O aceptar su nueva vida o alejarse de ella. Rezaba porque el hombre no dejara a Seung Ho sin salida. Sabía que su hijo no se lo tomaría muy bien, y Eric tenía miedo de lo que su hijo pudiera hacer si G.O se iba.

—Dale tiempo. Él tiene que llegar a un acuerdo con todas estas revelaciones que se han lanzado contra él.

—Pero ¿qué si no lo hace? ¿Qué pasa si mi pareja decide que no puede manejar esta vida y toma a Hansol y se va?

—Yo no me voy —anunció Hansol mientras le daba a Yoo Geun un poco de su puré de papas. Eric vio que Yoo Geun babeaba toda la cuchara, dejando una masa pegajosa atrás.

—Esperamos no llegar a eso, Hansol —Eric intentó tranquilizar al cachorro.

—Él va a estar bien —dijo Hansol.

 

Maldición, si el niño no era inteligente como el infierno. Eric estaba impresionado con Hansol. Era muy inteligente para  su  edad. A  veces  el  vivir  una  tragedia  hacía  que una persona   creciera   rápidamente.  Sólo   esperaba  que  Hansol disfrutara de su infancia.

—Voy a ver a G.O. ¿Puede Hansol pasar un rato contigo? Eric asintió mientras le revolvió el cabello a Hansol.

r13;Adelante. Hansol me puede ayudar a bañar a Yoo Geun.

 

Seung Ho se puso de pie, sonriéndole a los niños. —No quiero perder esto, Pá. Por fin tengo una familia, y estoy atemorizado a muerte de que la aparten de mí.

—Sólo ten fe en que tu pareja será capaz de   adaptarse.

r13;Porque si la mirada perdida en el rostro de G.O decía algo, Seung Ho se encontraba en un mundo de problemas.

 

 

Seung Ho estaba junto a la puerta de su recamara, viendo a G.O dormir. Su pareja se veía tan tranquilo. Entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él. Se apoyó contra la puerta cerrada, mirando fijamente a la perfección.

G.O era hermoso. Su cabello negro desparramado sobre su cara, medio escondiendo sus ojos. Los dedos de Seung Ho hormigueaban por retirar el cabello caído sobre sus ojos y besar esos hermosos labios. Su pareja parecía dormir tan tranquilo, como si los demonios que estaban metafóricamente cazándolo, no existieran cuando G.O cerraba los ojos.

Seung Ho cruzó la habitación, se quedó de pie cerca de la cama, lo suficientemente cerca como para tocar a su pareja. Pero no lo hizo. Quería memorizar todas sus características, cada línea y cada ángulo. G.O estaba acostado boca arriba, con un brazo curvado sobre su cabeza, el otro apoyado sobre su abdomen.

 

G.O abrió los ojos, mostrándole a Seung Ho lo verdes que realmente eran los ojos de G.O. Se quedó allí mirando a Seung Ho, sin decir una palabra. Seung Ho se quedó ahí paralizado, preguntándose si se le permitía tocar a su pareja. ¿Podría G.O luchar contra él por eso, o cedería a lo que debería ser entre ellos? Ellos habían tenido relaciones sexuales solo una vez, y Seung Ho daría cualquier cosa en este momento para estar dentro del cuerpo de G.O.

—Estás mirándome —dijo G.O, finalmente, un ligero tono de broma en su voz.

—Eres tan malditamente hermoso.

 

El rubor subía por el cuello de G.O y se extendía por su cara, el color agregado a sus pálidas mejillas, lo hacía lucir totalmente comestible. Esa era una apariencia que Seung Ho quería ver tan a menudo como fuera posible. G.O se veía vulnerable, incluso tímido cuando se sonrojaba.

Moviéndose un poco más, Seung Ho se acercó y apartó el cabello de los ojos de G.O. G.O no hizo ningún intento por separarse, ni le dijo a Seung Ho que se detuviera. Tomando eso como una buena señal, Seung Ho se sentó en el borde de la cama, dejando que sus dedos permanecieran en la cara de G.O. Las puntas de los dedos tocando la frente de su pareja, las cejas, y luego bajó para recorrer la mejilla de G.O hasta tocar los suaves labios de G.O. Era como tocar el fuego. La respiración de G.O salió jadeante, con poca profundidad, su aliento haciendo cosquillas a lo largo de la mano de Seung Ho.

—Déjame hacerte el amor —Seung Ho se acercó más,  con lo que su boca estaba tan cerca de G.O que todo lo que su pareja necesitaba hacer era inclinarse un centímetro y se besarían. Pero G.O no se acercó. Respiraba frente a la boca de Seung Ho, pero no acortó la distancia entre ellos. Era frustante y emocionante, todo a la vez. Sin saber si G.O iba a aceptar a

 

Seung Ho, el cuerpo de Seung Ho se tensó ante la anticipación y la  cercanía.

El cuerpo de Seung Ho se tensó aun más cuando la lengua de G.O recorrió sus propios labios. Podía sentir el movimiento de G.O tan malditamente cerca. G.O miraba fijamente a Seung Ho. Supo en ese momento que G.O estaba esperando que Seung Ho hiciera el primer movimiento. Seung Ho podía ver la duda en los ojos de G.O.

—Bésame —dijo G.O con voz entrecortada.

 

Seung Ho se acercó. Sus labios ligeramente sobre los de G.O, apenas tocándolo. Su relación era tan inestable que Seung Ho quería saborear este momento. No estaba seguro de cuando G.O estaría tan receptivo de nuevo.

—Dame un beso, Seung Ho —repitió G.O un poco más fuerte. Cuando Seung Ho miró los ojos verdes de G.O, no podía ver nada más, sino pura lujuria masculina y su mirada estaba desenfocada. Seung Ho acunó la parte de atrás de la cabeza de G.O sosteniéndola mientras sus bocas se unían. No era sólo el beso que tenía al eje de Seung Ho duro, sino la cercanía y la intimidad del acto. Había besado antes, pero los demás no habían sido su pareja.

G.O lo era.

 

Su lengua se abrió paso entre los labios de G.O, devorando la lengua de G.O, deslizándola al techo de la boca de G.O, mientras Seung Ho subía a la cama. Se estiró sobre G.O, siguió utilizando una mano para sostener la cabeza de su compañero, mientras usaba la otra para mantener su peso fuera de G.O.

Cuando Seung Ho se alejó, pudo sentir el cuerpo de G.O tratando de seguirlo. Su espalda se arqueó y estiró el cuello para conseguir otro beso. Seung Ho curvó los dedos en el cabello de G.O, sosteniéndolo en su lugar.

 

—Déjame tenerte.

 

—Si.

 

Seung Ho negó con la cabeza. —No —negó con la cabeza de nuevo—. No creo que entiendas lo que quiero decir.

G.O lo veía confundido. Pero sus ojos estaban ansiosos, incluso rogando. —No entiendo lo que quieres decir.

Seung Ho sabía que no lo hacía. —Déjeme tenerte de la forma que quiero tenerte.

La piel entre las cejas de G.O se arrugó cuando frunció el ceño. —Aun no entiendo.

—Entonces déjame que te muestre.

 

G.O se encogió de hombros a medias, pero Seung Ho todavía podía ver la confusión en los ojos de G.O. Soltó el cabello de G.O y luego se deslizó por el cuerpo de G.O. Él levantó la vista para ver que G.O lo observaba atentamente. Seung Ho acarició con su cara la ingle de G.O. Todavía estaba completamente cubierta por los jeans, pero Seung Ho aún así podía oler a su pareja a través del material. Mordisqueó la erección delineada en los jeans de G.O.

G.O se estremeció y jadeó, separando las piernas. Seung Ho desabrochó los jeans y los bajó por los muslos de G.O. Se inclinó de nuevo, frotando la mejilla, a lo largo de las piernas de G.O, su nariz recorrió el saco de G.O.

—Quítamelos —dijo G.O, casi lloriqueando las palabras.

 

Seung Ho negó con la cabeza, mientras pasaba ligeramente sus labios por los muslos de G.O, primero uno y después el otro. G.O se estremeció. Seung Ho miró a G.O, viendo a su pareja viéndolo. Sonrió y luego dejó que su lengua recorriera la piel de G.O que se había erizado en piel de gallina.

 

—Por favor, Seung Ho. Deja de provocarme. Quítame los pantalones.

Seung Ho negó con la cabeza. Su lengua seguía subiendo, hasta que saboreó el saco de su pareja. Seung Ho lo abrió mas, tomando una bola en el interior de su boca.

—Seung Ho.

 

Seung Ho liberó la derecha y tomó la izquierda dentro, su lengua bañaba el cuerpo de G.O mientras absorbía el olor de su pareja. Lo abrió más y tomó todo el saco dentro de su boca tarareando mientras su mano tomaba el dolorido eje de G.O. Estaba duro y escurría pre-semen de la cabeza del pene.

 

—Seung Ho, no me hagas correrme de esta manera, por favor.

 

Seung Ho dejó que las bolas de G.O se deslizaran de entre sus labios, dándole a su pareja un momento de respiro. —¿Por qué?

 

G.O se ruborizó. —Quiero correrme cuando estés dentro de mí.

 

Seung Ho envolvió su mano alrededor de la base del pene de G.O y apretó. G.O se retorcía debajo de él. —Déjame tenerte.

G.O miró a Seung Ho. Sus ojos verdes se volvieron más oscuros. Vaciló y luego asintió. Seung Ho tomó el eje de G.O dentro de su boca sin dejar de ver a G.O mientras abría los labios y deslizaba el caliente eje de G.O dentro de su boca. Su pareja estaba totalmente duro. Seung Ho deslizó el pene de G.O hacia la parte posterior de su garganta. Fue un poco difícil de tragar. Seung Ho sabía que G.O era grueso y llevarlo profundamente a su garganta sin ahogarse le costó un poco.

Encontró que si no luchaba, que si no luchaba ante la posibilidad de ahogarse, podía tomar a G.O. Respiró a través de su nariz y luego deslizó el eje de G.O más abajo. No fue fácil, pero Seung Ho encontró que relajar la garganta ayudaba. Podía haber tenido relaciones sexuales con otros hombres, y podía haber compartido hombres con su gemelo, pero Seung Ho no bajaba con frecuencia. Por lo general le gustaba el placer de recibir más que de dar.

Pero G.O era su pareja, y Seung Ho quería que G.O lo tuviera todo. Sus labios finalmente tocaron la suave piel del cuerpo de G.O y sabía que lo había tomado totalmente. Dejó que su lengua se deslizara alrededor del eje de G.O antes de sacar el eje de su pareja. G.O siseó y movió sus caderas.

Seung Ho se quedó sin aliento, pero feliz de lo que había hecho. Tomando un profundo trago de aire, deslizó la boca hacia abajo del eje de G.O.

—Por favor —gimió G.O.

 

Seung Ho no estaba seguro de lo que su pareja pedía, pero no se detuvo, ni salió. No le dio tiempo a G.O para recuperar el aliento. Seung Ho se abrió y lo tomó totalmente.

—¡Seung Ho!

 

Su garganta se movía alrededor de la erección de G.O, y podía sentir la garganta cerrarse alrededor del duro eje. El pene de G.O estaba enterrado tan profundamente en su garganta. Mordió suavemente antes de apartarse subiendo totalmente y luego forzándose a bajar.

—S-Seung Ho.

 

Seung Ho levantó la vista para ver las manos de G.O enroscadas en el respaldo, rodando los ojos hasta que sólo se veía la parte blanca. El verde se había ido. G.O comenzó a patear sus piernas, como si tratara de liberarse de la mezclilla.

 

Seung Ho utilizó una mano para agarrar el pantalón entre las piernas de G.O y mantener las piernas en su lugar mientras sacaba la erección de su boca dejando un rastro de humedad por la saliva de Seung Ho que colgaba de su boca al pene de G.O.

—Dios, Seung Ho, por favor.

 

Seung Ho lamió la cabeza del eje de G.O, limpiándolo antes de apartarse. Le quitó un zapato y luego el otro y agarró los jeans de G.O de los tobillos y los deslizó fuera del cuerpo de G.O.

Seung Ho desabrochó sus pantalones, y liberó su pesado pene, palmeó la carne y se movió de lado, dejando que G.O tuviera una vista completa mientras se acariciaba. —¿Qué estás pidiendo?

G.O echó la cabeza atrás y se río. —Dios, tú eres el mejor amante que he tenido, y ni siquiera puedo pedirte que me jodas sin sentirse avergonzado como el infierno.

Seung Ho sonreía mientras apretaba su eje, estremeciéndose ante la sensación de ligero dolor. —¿Por qué es tan difícil para ti pedirme que te joda?

G.O dejó caer la cabeza a la cama viendo al techo mientras suspiraba. —No estoy seguro.

—Dímelo.

 

—¿Creo que tu me quieres tranquilo, cuando me tienes a tu manera?

Seung Ho se soltó, se quitó los zapatos y luego deslizó los jeans fuera de su cuerpo. Se quitó la camisa y estuvo sobre G.O en segundos. Se inclinó sobre su pareja, flexionando sus brazos para estar frente a los ojos de G.O. —Te quiero a mi manera pero no te quiero tranquilo, dulzura. Quiero saber que te complazco, que te vuelvo loco.

 

—Lo haces.

 

—Entonces dime que te vuelvo loco. Dime lo bien que te sientes cuando te toco. Dime lo que quieres que haga contigo, incluso si decido hacer algo diferente. No voy a saber lo que te gusta a menos que me lo digas, G.O.

De nuevo se ruborizó. —No soy muy bueno para hablar durante las relaciones sexuales, Seung Ho.

—Entonces necesitamos trabajar en eso, amor. Necesito saber lo que quieres, lo que deseas, lo que anhelas. Por mucho que te ame no soy capaz de leer tu mente, ese talento se ha perdido en mí. —Seung Ho se acomodó entre las piernas de G.O, su eje sobre el de G.O—. Dime cómo te hago sentir, G.O.

—Tú me haces sentir maravilloso, Seung Ho.

 

—¿Solo maravilloso? —Seung Ho no tenía intención de dejar salir el dolor en su voz, pero él creía que había ido más allá de lo maravilloso a la tierra de jodidamente fantástico.

G.O sacudió la cabeza, sus ojos suplicando a Seung Ho que le ayudara. —Te dije que no soy bueno para hablar durante el sexo. Estoy jodido en eso.

Seung Ho envolvió sus dedos alrededor de las muñecas de G.O, sosteniéndolas en su lugar. —¿Quieres que te sostenga?

G.O jaló sus brazos, pero Seung Ho era demasiado fuerte para lograrlo. Podía oler la excitación que salía de su pareja.

—Si.

 

Ahora estaban llegando a alguna parte. —¿Quieres que sea gentil o que te tome fuerte?

—¿Cómo una violación? —Preguntó G.O, con los ojos muy abiertos.

 

—No, nunca violación, G.O. Ese no es mi estilo. —Podía oler el alivio en la piel de G.O. «Bueno». Hubiera sido difícil estar con G.O si él fantaseaba con una violación. Eso no sería fácil para Seung Ho. Sabía que cada uno tenía sus propios gustos en el sexo, pero Seung Ho no creía que pudiera complacer a G.O si a él le gustaba la fantasía de violación.

—Entonces, ¿qué quieres decir? —G.O preguntó mientras jalaba de nuevo sus muñecas. Seung Ho ni siquiera estaba seguro de que G.O estuviera consciente de lo que estaba haciendo. Apretó su control.

—Quiero decir, ¿te gusta el sexo duro?

 

G.O lo veía como si estuviera pensando en la pregunta de Seung Ho. Realmente pensando en eso. «Bien». Seung Ho no quería una respuesta rápida. Si iban a ser pareja para el resto de sus vidas, y compartir su cama, Seung Ho necesitaba la honesta verdad de G.O.

—No estoy seguro. Nunca he tenido sexo duro antes.

 

—¿Estás dispuesto a intentarlo, o es algo que no te interesa? —Seung Ho se movió un poco, dejando que su dura erección se deslizara sobre la de G.O. G.O abrió la boca y luego gimió, cerrando los ojos brevemente y luego abriéndolos.

—¿Vas a dejarlo si no me gusta?

 

—Todo lo que tienes que hacer es decirlo y me detendré.

 

—¿Lo prometes?

 

Seung Ho se inclinó hacia adelante y besó a G.O lentamente, con suavidad. —Nunca te haré daño a propósito, G.O —dijo en la boca de su pareja—. Tu me dirás hasta dónde puedo llegar y cuándo parar.

—¿Así que estaré en control? —G.O preguntó, mientras se retorcía bajo Seung Ho.

—Siempre.

 

G.O abrió las piernas, su mirada era confiada cuando asintió. —Entonces tómame.

Un gruñido suave retumbó en la garganta de Seung Ho mientras tomaba el lubricante y preparaba a su pareja. G.O gritaba y se retorcía bajo el tacto de Seung Ho, y le rogaba que lo jodiera, pero Seung Ho no cedió hasta que G.O estuvo bien lubricado y estirado. Jaló su mano liberándola y entonces dejó que la punta de su pene rosara la entrada de G.O.

Sus manos se deslizaban por los brazos de G.O, por sus costados, y luego  descansaron en las caderas de  su     pareja.

r13;¿Me dirás si te hago daño? G.O asintió. —Lo haré.

Seung Ho tomó la palabra de G.O y se hundió en el cuerpo de su pareja, tomando de nuevo las muñecas de G.O y sosteniéndolas en su lugar. G.O gritó, pero Seung Ho sabía que el grito de su pareja era de placer. Él no cedió. G.O jalaba sus muñecas, pero Seung Ho las mantenía firmemente en sus manos.

Cuando G.O clavó las uñas en las manos de Seung Ho, gruñó, sintiendo que sus dientes salían. Seung Ho podía sentir cuán profundamente las uñas de G.O se clavaban y la sensación solo hizo que Seung Ho se empujara mas duro. G.O jaló sus muñecas, casi luchando.

—¿Quieres que te libere? —Seung Ho preguntó mientras se empujaba dentro del cuerpo de G.O tan duro que sus malditos dientes castañeaban. Su voz se había hecho más profunda, y Seung Ho sabía que su oso estaba cerca de la superficie. Tuvo que luchar para mantenerlo en el interior, para no dejar que siguiera su curso y se liberara. G.O encendía a Seung Ho, conectándose en una parte tan profunda de él que Seung Ho solo había tocado en su fantasía.

—No —G.O gritó moviendo la cabeza de un lado a   otro.

r13;Por favor, no te detengas.

—¿Entonces    por   qué   estás  tratando de liberarte?r13;preguntó mientras su eje se hundía más profundamente en el cuerpo de G.O con cada poderoso impulso que daba.

—No sé —G.O gimió mientras levantaba las piernas y las envolvía alrededor de las caderas de Seung Ho—. Pero no te detengas. Por favor, no te detengas.

—No lo haré. —La voz de Seung Ho era dolorosamente baja mientras movía sus caderas con fuerza, dándole a G.O lo que rogaba, y lo que Seung Ho también quería.

G.O gritó, y Seung Ho sintió sus garras salir. El sudor brillaba sobre su cuerpo mientras luchaba por retraerlas. Podía ver que G.O realmente estaba disfrutando lo que Seung Ho le estaba haciendo, pero él no quería hacerle daño a su compañero, no así, de ningún modo. Sólo quería darle a G.O lo que rogaba a gritos.

—Oh, dioses —G.O gritó arqueando la espalda.

—Dime —gruñó Seung Ho mientras se empujaba más fuerte.

—Tan grueso, tan bueno. —G.O gimió—. Tan lleno.

—Eso es porque estas tan apretado —respondió Seung Ho mientras su pene entraba a su hogar.

Seung Ho se inclinó hacia adelante y lamió el cuello de G.O. Podía sentir el pulso debajo de la lengua. Sus dientes dolían por morder la suave carne. Empujó su eje dentro de G.O hasta que no había más lugar y entonces se deslizó fuera. G.O gimió hasta que Seung Ho empujó su erección de nuevo dentro del cuerpo de G.O con fuerza bruta.

 

—Me estoy ahogando, Seung Ho. Por favor, me estoy ahogando.

—Déjalo ir —dijo Seung Ho, mientras lamía a lo largo de la clavícula de G.O—. Déjame tenerte.

Pequeños sonidos salieron de los labios de G.O, mientras Seung Ho provocaba la piel de su pareja con su lengua. Él se levantó lo suficiente como para ver a su pareja. G.O tenía los ojos medio cerrados y los labios ligeramente abiertos, su brillante mirada causó un estremecimiento en Seung Ho. Besó cada mejilla y bajó la mirada para ver su eje entrando en G.O. El golpeteo de piel contra piel era el más fuerte que incluso hubiera oído. Seung Ho cerró los ojos un momento. Sentir a G.O rodeando su pene era todo y más.

Seung Ho abrió los ojos y luego hundió sus dientes en el hombro de G.O. Empujaba su pene más duro y más rápido al interior de G.O. Era tan duro, tan rápido y tan profundo que por un fugaz instante, Seung Ho temió herir a G.O.

—No te atrevas a reducir la velocidad, Seung Ho   —advirtió G.O.

 

Seung Ho le clavó los dientes más profundo en el cuello de G.O mientras retomaba de nuevo el ritmo. Se empujaba dentro de G.O mientras saboreaba a su pareja entre sus labios. G.O gritó, su cuerpo se estremecía mientras su semilla explotaba entre ellos. Seung Ho no se detuvo hasta que su orgasmo lo golpeó. Gruñó alrededor de la herida, liberando su sostén y lamiendo la marca mientras se empujaba rápidamente sintiendo su semilla vaciarse dentro de su pareja.

—Seung Ho —G.O jadeó, dejando de luchar y quedándose inmóvil en la cama.

 

Seung Ho sabía que pasaría un momento antes de que pudiera salirse. Tomó a G.O de la cintura y se dejó caer sobre su espalda con G.O sobre su pecho.

—¿Te he hecho daño? —Seung Ho le preguntó mientras pasaba las manos sobre el cabello de G.O.

—No, para nada —dijo G.O y luego bostezó y se acurrucó más cerca de Seung Ho.

Seung Ho envolvió sus brazos alrededor de G.O, sonriendo mientras yacía allí disfrutando del resplandor postorgasmico.

 

 

 

 continuara..

 


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