Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Paro de emergencia por Shinjimasu

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La noticia llegó a mí como una bomba.

Apenas y pude avisar en mi trabajo por qué salía despavorido, pero a fin de cuentas eso me tenía sin cuidado. Ya después me disculparía y daría mis motivos junto con una sincera disculpa; ahora lo más importante era Yoshio. En cuanto ingresé al hospital corrí hasta donde Konoe me había dicho y lo encontré sentado en la sala de espera del tercer piso.

-Shingo…-

-Yoshio ¿Dónde está Yoshio? ¡Tengo que verlo!-

-Espera, no seas imprudente- dijo deteniéndome –El médico acaba de entrar a la habitación. Será mejor esperar aquí-

Por supuesto tenía razón, pero la incertidumbre no me dejaba –¿Qué sucedió? ¡Necesito saberlo!-

Konoe no me respondió. En cambio, inconscientemente hizo una expresión que nunca había visto en su rostro. Eso bastó para hacerme entender que realmente todo era tan serio como temía. No tenía razones para esperanzarme, yo mejor que nadie sabía sobre esas cosas.

-No sobrevivió ¿Verdad?-

Me miró sabiendo que era inútil tratar de lamentarse conmigo –Lo siento-

No me di tiempo para terminar de procesar la información incompleta de mi cabeza -¿Cómo lo encontraste?-

-Iba a verte, pero no había nadie en el departamento. Supuse estabas trabajando, así que caminé hacia el restaurante- respondió calmadamente –Cuando pasé frente al callejón tuve recuerdos no muy agradables… no sé por qué mire al fondo, pero cuando lo hice vi a alguien dentro- pausa –Él… creí que…- suspiro –Los médicos dijeron que fue un parto prematuro: al parecer todo se aceleró mientras lo atacaban-

-Prematuro…- dije en voz baja pensando en todos los posibles escenarios para que eso sucediera de la manera correcta, pero ninguno de ellos estaba bien definido en mi mente. Simplemente no podía imaginar un final feliz, sin embargo, mi expresión era tan normal que bien pude haber dicho cualquier otra cosa, no adelantarme a la muerte de mi hijo. Todo era tan predecible como el final de una mala historia. Ignoré las palabras de Konoe y me llevé las manos al rostro, alborotándome el cabello. Parecía no reaccionar como era debido; cualquier otro padre se lamentaría en serio, lloraría, maldeciría, incluso golpearía o rompería cosas, yo no, no tenía la necesidad.

-De verdad lamento mucho esto, Shingo- lo escuché sin responder.

No había nada para decir. Pensar que Konoe pudo haber llegado antes o actuar más rápido era estúpido, para empezar fue una suerte que estuviera cerca de ese lugar: Yoshio habría muerto sin duda alguna.

-Gracias- dije al pensar en ello, sin embargo antes de que cualquiera de los dos pudiera agregar algo más, un alboroto en la habitación nos hizo reaccionar. Entramos de inmediato y miré a Yoshio quejándose frenéticamente contra el médico que había entrado y un par de enfermeras.

El ambiente tenso y frío, el aroma a medicamentos, las maquinas, los cables, tubos y jeringas, todo me impresionó. Por la conmoción olvidé que los hospitales me hacían sentir inseguro. Comencé a marearme contra mi voluntad y con un gran esfuerzo me controlé para llegar a su lado e intentar calmarlo.

-¡Yoshio, tranquilízate!- exclamé apresurándome a llegar a su lado -¡Yoshio!-

-¡No te acerques! ¡Déjame!- se quejó bloqueándome.

-¡Por favor, contrólate!- agregué tratando de sujetarlo sin evitar perturbarme por el sonido de las agitadas maquinas a las que estaba conectado -¡Ya basta!-

-¡No, no, no, no! ¡No es verdad!-

-¡Espera, ya!-

-¡Déjame en paz! ¡Todo es una estúpida mentira! ¡Quiero verlo, quiero verlo ahora!-

Konoe también intervino y logramos controlarlo cuando una enfermera se acercó cargando una jeringa. Estuve por decirle que alejara esa cosa de él, pero sin duda era mejor sedarlo lo antes posible.

Sus gritos eran terribles, jamás lo había escuchado quejarse de esa forma. Me asusté mucho más de lo normal al escucharlo quejarse tan lastimosamente, tan herido. Lo sostuve contra mi pecho y lloró de una forma tal, que destrozó mi corazón. No había lamento más desdichado, uno que pudiera expresar tanto dolor como ninguno. Finalmente el sedante hizo efecto al cabo de unos segundos y cayó dormido en mis brazos.

Konoe se quedó con él mientras el médico hablaba conmigo sin decirme algo que yo no supiera ya, solo confirmó lo que suponía. Al parecer, el parto sería prematuro con o sin intervención de quienes lo atacaron, pero el haber sido estimulado y dilatado de esa manera sin duda aceleró la situación. Aún estaban por determinar si el bebé murió antes o después de nacer, pero para mí era irrelevante: fuera cual fuera la respuesta, no hubo nada por hacer considerando que cuando Konoe llegó, el bebé ya había fallecido. Y por si todo eso fuera poco, Yoshio probablemente no podría embarazarse de nuevo.

Me sentí culpable por Konoe, él no debió presenciar eso.

Pasaron escasos segundos cuando lo vi salir del cuarto y pararse a un lado de la puerta, hablando por teléfono. Sin duda sería Taichi, su expresión lo delataba. Quizá lo llamaba para preguntarle dónde estaba, si tardaría mucho, si todo estaba bien o simplemente para recordarle que lo amaba. Esa era su relación, así funcionaban las cosas para ambos. Era hermoso presenciarlo, y más aún saber que lo que yo tenía con Yoshio era muy parecido.

Quedaba en mí desear que eso no cambiara ahora.

Ignoré las últimas palabras del médico y entré a la habitación mientras Konoe seguía hablando. Asentí cuando pasé junto a él y caminé hacia dentro ignorando la incomodidad del ambiente presionando mi cuerpo. En verdad odiaba estar ahí dentro.

Acerqué un banco y me senté junto a Yoshio para sujetar su mano. No esperaba verlo despertar, solo quería estar ahí con él. Dormido parecía tan tranquilo que era difícil entender la razón de los moretones y rasguños en su cuerpo a pesar de ser perfectamente consciente del motivo y el causante; no quería pensar en ello.

Presté atención a la puerta abriéndose y miré a Konoe.

-Lo lamento, era Taichi-

-Está bien, seguramente estaba preocupado-

-Había prometido llamarle, pero perdí la noción del tiempo- respondió caminando hacia mí -Sigue dormido-

-Sí, no creo despierte sino hasta mañana- suspiré haciendo una pausa –Nunca lo vi actuar de esa manera-

-No es de impresionar, estaba confundido y asustado-

-Cuando despierte será peor- agregué –Yoshio es muy temperamental-

Hubo un silencio para nada extraño, después de todo no había mucho qué decir.

-Deberías volver a casa-

-¿Estás loco? No pienso dejarte-

-Ya hiciste mucho- respondí a Konoe –Siempre haces mucho y ahora debes ir con Taichi, él está preocupado-

-Le dije que volvería más tarde-

-Sí, pero tú quieres estar con él. Después de lo que sucedió no me extrañaría que quisieras verlo cuanto antes, a él y a tu hijo-

-Shingo…-

-Está bien- contesté –Te mantendré informado… además la hora de visita casi termina, te sacarán de cualquier manera-

-Sabes que ese no es problema para mí- me sonrió -¿Estás seguro?-

Asentí correspondiendo la sonrisa. No podía impedir que él viera a su familia ahora que más quería hacerlo. Entendía ese sentimiento, después de todo yo querría hacer lo mismo.

Cuando Konoe se fue, solo me quedé a esperar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).