Se sentía tan cansado. Tony ya no encontraba la fuerza para levantarse cada día e ir a Stark Industries o quedarse en su laboratorio haciendo modificaciones a sus trajes. Sólo lo hacía porque no podía mostrarse débil.
Iba al trabajo arreglado impecablemente como siempre, con pasos firmes y una sonrisa ladina llena de superioridad. Pero la mayaría de las noches permanecía despierto, sin motivo para cerrar los párpados y descansar. Miraba la nada en la oscura habitación, sin moverse, sólo escuchándose su respiración. Sólo con el pensamiento insistente de que se sentía agotado.
Quizá la edad le estaba golpeando. Tendría que admitirse que no era joven más, que su cuerpo estaba muy destrozado debido al arc reactor y todo lo que dejó detrás. Pero tenía que seguir por lo poco que le quedaba. Rhodey había sacrificado demasiado, Tony tendría que estar como un apoyo para él. Por ello no podía mostrarse cansado.
Rhodey no estaba todos los días en la base, Tony estaba casi a solas con Vision y era como estar solo. Había seguido en contacto con el niño Parker, le dio el traje nuevo, y le guiaba a ser un mejor héroe de lo que él pudo haber sido. Todo porque quería dejar algo bueno antes de sentirse más cansado. Pero Tony siempre hace las cosas mal, ¿cierto? Aunque se esforzara todo terminaría en desastre. Para muestra estaba lo sucedido con Steve y el resto de los vengadores.
En todo momento creyó que estaba haciendo lo correcto, que los acuerdos eran el mejor camino. Había aprendido a trabajar en equipo, a no ocultar nada que pudiera hacerles daño. Se había esforzado tanto y no sirvió de nada. Los Vengadores sólo le habían robado su energía. Steve había destrozado la confianza que pudo haber tenido en alguien más. Steve… ¿por qué dolía más cuando pensaba justamente en él?
Durante el tiempo en que vivieron juntos como equipo, Steve y él habían avanzado mucho en su relación como amigos. Tanto que después Tony distinguió algo más, o tal vez sólo lo imaginó. Steve parecía buscar la oportunidad de pasar más tiempo cerca de él, le miraba con insistencia y siempre con una sonrisa, procuraba tocarle, al menos poniendo sus grandes manos en sus hombros, le preguntaba si necesitaba ayuda cuando Tony estaba en su laboratorio. Steve había parecido preocupado por Tony, y tal vez…, interesado románticamente. Claro que esto lo había pensado Tony antes, porque después de lo ocurrido con los acuerdos y con la reaparición de Barnes, supo que sólo fueron ilusiones suyas.
Aun así, dolía.
Steve se fue, todos los demás también, y lo dejaron como el malo. Como siempre. No importaba cuánto se esforzó. Ya no importaba, porque Tony estaba tan cansado que ya no quería lidiar con ningún problema ni con los recuerdos.
La vista desde la punta de la Avenger Tower era impresionante, el viento llegaba a mover su cabello y desordenarlo, Tony miró hacia abajo y suspiró, tomándose un momento.
El celular en su bolsillo comenzó a vibrar y lo tomó para contestarlo sin pensar mucho en ello y sin moverse de la orilla de la terraza, siendo tan vulnerable.
“¡No lo hagas, Tony, por favor!”, se escuchó la voz angustiada de Steve al otro lado de la línea.
Tony sonrió, siempre estuvo seguro que de alguna forma le vigilaban.
Soltó el celular y vio caer el aparato hasta perderlo de vista. Después dio un paso hacia enfrente y cayo por el mismo vacío al que había caído la voz de Steve. Porque en realidad Tony había estado tan cansado de vivir.