Era la primera vez que tenían relaciones sexuales juntos, ya que apenas habían comenzado su relación hace tres semanas. También era la primera vez que ambos intimaban con un hombre, sin embargo, ahí estaba Tony, con la erección de Steve en la boca, chupándole con la intención de enloquecerlo.
Tony no le había confesado a Steve que se estaba aventurando a darle un oral en su primera vez juntos porque en realidad había estado practicando con un juguete. Pero carajo, deseaba tanto a Steve que no había querido llegar como un virgen cuando se acostara con él, por lo que hizo investigación independientemente de lo que ya sabía del sexo gay, además se había comprado un dildo con el que intentaba garganta profunda, imaginando que era la verga de Steve. Se preguntó si Steve también había comprado un juguete, pero estuvo seguro de que no; el capitán se habría muerto de vergüenza. Pero tal vez a Steve sí le gustaría saber que algunas noches Tony se corrió mientras chupaba un pene de plástico y tenía dos de sus dedos dentro de su culo imaginando que era el capitán.
Lo que Tony tampoco sabía, era que Steve también había hecho su propia investigación para cuando llegara el momento del sexo no decepcionarle. Lo cierto es que Steve no era virgen, pero tampoco había estado en una relación con un hombre antes. Estaba consciente de que llegado el momento no sería igual que en sus fantasías mientras se masturbaba pensando en Tony, con ayuda del recuerdo de su aroma, cuando le abrazaba y su lengua y saliva de los besos que compartían. Estaba resultando mucho mejor desde el momento en que su ‘sesión’ de besos de ese día se tornó más caliente, quizá porque estaban en la cama, o tal vez porque el deseo ya era demasiado. Tony se había colocado a horcajadas sobre Steve, moliendo sus entrepiernas juntas, jadeando en el salivoso beso. Simplemente fue demasiado.
Terminaron quitándose su ropa, quedando desnudos, contemplándose un momento averiguando que el deseo seguía ahí. Se besaron un poco más, mordiéndose ocasionalmente los labios. Las manos de Steve recorriendo todo el cuerpo de Tony con ansiedad, apretando sus muslos, las nalgas y la cintura, manteniendo la fricción en sus entrepiernas. Entonces fue cuando Tony se deslizó por el cuerpo de Steve hasta poder meter la erección en su boca. El gemido que salió de Rogers fue una delicia para Tony.
Tony estaba cumpliendo con su propósito, Steve estaba en el cielo. La lengua que acariciaba su pene, la saliva que le recorría y la garganta apretada y caliente era mucho mejor de lo que pudo haber imaginado. No podía creer que en algún momento la fantasía de tener a Tony de esta forma podría sucederle. Y cuando Tony se colocó sobre sus rodillas sin dejar de chuparle, Steve jadeo un poco más fuerte; moría por colocarse detrás de esas nalgas que se alzaban y tomar a Tony por completo. Sentir algo más apretado y caliente alrededor de su verga. Escuchar los gemidos de Tony en ese momento, ver su expresión.
“Steve…”, Tony le murmuró, volviendo a sentarse en su regazo, esta vez con sus nalgas haciendo presión en la erección mojada por su saliva. “Cógeme ya”.
Steve no necesitó más, rápidamente colocó a Tony de espaldas y lo preparó con cuidado como lo investigo, y al momento que pudo penetrarle sólo se guio por su deseo y el de Tony, quien se miraba tan agitado y ruborizado por las sacudidas de las embestidas, pidiéndole a Steve que no parara.
Fue mejor que en sus fantasías.