No recorren mucho y llegan a casa casi a la par de sus madres, quienes se sorprenden al verlos ahí tan pronto. Los niños no deciden perder más tiempo y se dedican a ayudarles en la cocina, siendo Eren el más ansioso para dejar una buena impresión. Carla se da cuenta de inmediato ante la inesperada atención de su hijo y decide darle por su lado para no dejarlo mal ante su nuevo amigo.
No se demoran más que lo necesario y después se sientan todos a comer. El menú no es extravagante ni muy elegante, simplemente es modesto, adecuado para una casa cualquiera en un día cualquiera, pero Levi parece más entusiasmado de lo normal, y Kuchel lo mira de una forma tan tranquila que incluso parecería irreal. Eren se da cuenta de ello, pero decide no preguntar ni comentar nada.
Una vez terminada la comida y recogida la mesa, Eren y Levi salen de nuevo, jugueteando por la calle. Miran el atardecer en aquella colina donde Eren suele descansar y se quedan ahí, platicando hasta que comienza a oscurecerse. Suben por la colina y se recuestan sobre el pasto fresco, mirando el cielo oscurecido. El clima es fresco y el ambiente tranquilo. No es una noche excepcional, pero sí muy especial, y ambos niños lo sienten así.
-Te gusta mucho este lugar ¿Verdad?- pregunta Levi.
-Es muy tranquilo, eso me agrada- responde mirando las pocas nubes moverse con el viento –Me hace sentir cerca de…-
-¡Ah! ¡Eren, mira! Es esa de allá- exclama interrumpiéndolo, señalando hacia el cielo –¿La ves? ¡Está justo sobre nosotros?-
-¿La estrella?-
-¡Sí!- sonríe entusiasmado -Mi mamá dice que cuando encuentras la primera estrella en el cielo, puedes pedir cualquier deseo que quieras cumplir-
-Así que un deseo para cumplir…- repite mirando hacia el cielo sin mayor reacción, lo que cohíbe un poco a Levi.
-Ah, creo que es algo tonto ¿No?-
-No, de hecho me parece muy divertido- responde Eren mirándolo –Nunca le habría prestado atención si tú no me lo hubieras dicho-
El pequeño se anima de nuevo. Por un momento olvidó cómo era él -¿Cuál es tu deseo?-
-¿Mi deseo?- se pregunta a sí mismo, pero la respuesta es obvia -Mi deseo es derribar ese muro para que las personas puedan salir y vivir del otro lado, y para eso quiero unirme a la Legión de Reconocimiento y exterminar a todos los titanes-
-¿La Legión de Reconocimiento?-
-Sí, no me digas que no la conoces-
Levi niega con su cabeza.
-Es quizá el grupo más valiente de personas ¡Ellos salen de las murallas y combaten a los titanes! Son muy fuertes y pelean para que la humanidad sea libre algún día-
-¿Y tú quieres hacer eso? ¿Pelear con titanes?-
-Quiero vivir lejos de este lugar- dice mirándolo –No quiero morir dentro de estas murallas… quiero salir y ver cómo es el mundo allá afuera-
-Suena complicado y ambicioso- responde Levi –Y también peligroso-
-¡Por eso me esforzaré mucho! Me inscribiré y estudiaré lo necesario para ser un gran soldado-
Levi se queda callado. Entiende el entusiasmo de Eren, pero no deja de pensar que probablemente no sea la mejor idea. Después de todo, lo que había escuchado sobre los titanes no era para hacer menos, y le preocupaba ver a Eren metido en una situación riesgosa. Regresa su vista al cielo estrellado y siente el calor de la mano de Eren sujetando la suya.
-Levi ¿Confías en mí? ¿Crees que voy a lograrlo?-
Lo piensa unos segundos y asiente -Sí, sí creo en ti Eren, sé que lo lograrás sin importar qué-
-Gracias- le sonríe -¿Y tú? ¿Cuál es tu deseo?-
-Creo que mi deseo siempre es el mismo... quiero tener una casa limpia y que mi mamá no tenga que trabajar más- dice mirándolo con pena –Creo que es algo bastante simple ¿No?-
-No, creo que es un deseo muy bello- contesta mirando de nuevo hacia el cielo –Y ¿Sabes? también tengo otro deseo que me gustaría cumplir-
-¿Cuál es?-
-Quedarme contigo, Levi-
-Eso lo acabas de inventar-
-Sí, puede ser- le sonríe apretando su mano –Pero no por eso quiere decir que es mentira. En verdad lo deseo, quiero que seamos amigos por muchos años más, y quiero presentarte a Mikasa y a Armin ¡Seguro se llevarán muy bien!-
-¿Tú lo crees?-
-Claro, ellos también serán tus amigos-
Levi lo mira y presta atención a su rostro. Algo en él le genera un sentimiento cálido que le hace tener confianza en sí mismo. Suspira y se endereza sin soltarse de su agarre, mirándolo de forma enérgica -¡Entonces yo también deseo eso!-
-¿Ah?-
-Yo también deseo quedarme contigo, Eren-
El chico se endereza por igual -¡Entonces esforcémonos para cumplirlo!-