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Fugitivos I: Buscando Una Razón Para Vivir. por diidi1897

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Notas del capitulo:

Hola... Muchísimo tiempo. Lo sé :( pero les tengo noticias.

Me voy a mudar de plataforma para publir esta historia. 

En las notas finales les digo en dónde voy a estar. 

 

En Los Laboratorios... 

 

 

Unos jadeos constantes se escuchaban a lo largo de los pasillos del laboratorio, la noche era silenciosa y muy pocas personas seguían despiertas en ese lugar.

 

 

Un pequeño grupo de 5 científicos llevaban actividades normales junto al sujeto FG985, con la diferencia de que cuando el reloj marcara las 7 en punto de la mañana los científicos cambiarían de turno, pero el sujeto seguiría estando atado en una silla metálica en la que le daban “tratamiento médico” para renovar su sistema nervioso, ya que había salido afectado por complicaciones en varias pruebas físicas.

 

-descarga nivel 4- anunció un científico con bata color azul marino y guantes negros que se encontraba al lado de una pequeña caja metálica que estaba pegada en la pared y que tenía una pequeña palanca para iniciar la descarga eléctrica

-niveles ajustados-le respondió otra científica que manejaba un par de botones. A su lado había otros científicos que anotaban cifras en una computadora.

-iniciando descarga- anunció el científico con bata azul mientras bajaba lentamente la palanca.

La energía eléctrica viajó rápidamente mediante cables de alta tensión que estaban colocados en el techo del pequeño cuarto en el que se encontraban.

 

El cuerpo del sujeto FG985 se convulsionó levemente, sus venas se marcaron y resaltaron más al sentir la fuerte descarga por todo su cuerpo, sus dedos se tensaron a lo máximo haciendo que tomasen formas extrañas. Sus ojos se pusieron blancos y su frente, en donde tenía conectados unos cuantos cables médicos, estaba llena de manchas rojas y unas cuantas heridas nuevas y viejas.

 

-mantengamos el nivel 4, sus nervios están reaccionando de mejor manera- anunció un científico que tenía la vista pegada a una pequeña pantalla en donde se podían ver los latidos por segundo del sujeto y su presión.

-iniciando descarga- habló en voz alta el científico de bata azul.

 

 

La noche continuó de esa manera, el sistema nervioso del sujeto FG985 se estaba restableciendo poco a poco y a un ritmo constante.

 

 

Narra Daniel

 

El cuerpo me pesaba, era una sensación de fatiga insoportable que no me permitía moverme más de lo necesario la mayoría del día, mi cuerpo estaba en completo estado de tensión; sentía mis músculos arder y la sangre me llegaba a “picar” por momentos.

Los científicos habían salido hace poco y me habían dejado solo en esta habitación con las luces encendidas; mi cuerpo atado a la silla metálica no ayudaba mucho al querer buscar una posición más cómoda.

Me quedé quieto viendo fijamente hacia el ventanal que había frente a mí en donde me veía reflejado. Mis piernas estaban amarradas con fuerza a las patas de la silla, mi cuello tenía una tira de cuero alrededor que me mantenía erguido y evitaba que me alejara más de lo necesario de la silla. Empezaba a ponerme un poco desesperado, el silencio hacía que mis oídos zumbaran constantemente.

Suspiré e intenté relajarme, las correas en mis muñecas me estaban matando; los dedos me dolían al igual que la espalda. Quería dormirme pero cada que intentaba cerrar los ojos muchas luces de colores aparecían en la oscuridad de mis párpados. Era insoportable y desesperante.

Quería platicar con alguien, ver a una persona diferente y no sólo a los científicos con sus batas blancas.

Fijé mi vista en el ventanal, sabía que me seguían observando y eso, a veces, me llegaba a incomodar.

 

Volví a suspirar.

 

Me aburría, me aburría, me aburría.

Cerré con fuerza mis ojos y luego los abrí de golpe. Quería quedarme dormido.

 

Me removí en la silla e intenté aflojar un poco más las correas que mantenían atado mi cuerpo a la silla. Volví mi vista al ventanal y me observé más minuciosamente.

Mi rostro seguía siendo el mismo pero no me sentía muy a gusto conmigo mismo. Era una extraña sensación. 

Suspiré y volví a cerrar mis ojos. Realmente estaba aburrido. 

Cuando sentí que una eternidad había pasado desde que había cerrado mis ojos, los volví a abrir. Observé fijamente el ventanal y las luces del cuarto empezaron a parpadear constantemente hasta que una lámpara explotó. 

Todas las luces se apagaron y quedé en total oscuridad. 

 

Activando fuente alterna.



Avisaron por los altavoces y la luz volvió a estar presente. Fijé mi vista en el ventanal y vi que en frente de mi había un Daniel que estaba de pie y me observaba fijamente. Por un momento la situación me pareció de lo más normal pero cuando mi “otro yo” atravesaba el ventanal como si de un campo invisible se tratase caí en cuenta de que ese no era yo. Aunque se pareciera a mí. 

Mi otro yo caminó lentamente hacia mí, no lograba ver bien sus ojos por el cabello que los cubría, caminaba de una forma un poco extraña, estaba descalzo y arrastraba las plantas de sus pies a cada paso que daba; llevaba puesto solamente ropa interior blanca. 

 

Vi de arriba hacia abajo su cuerpo y me impresioné por los grandes moretones que tenía en las piernas, tenía diferentes tipos de heridas en el pecho y por su rostro la sangre le resbalaba desde la raíz del cabello. Mi respiración se agitó e intenté retroceder junto con la silla a cada paso que el daba para acercarse a mí. 

Él avanzó con más velocidad y entré en pánico. Mis poderes se salieron de control logrando que mis manos se lastimaran. Logré romper las ataduras a mis piernas y el de una muñeca, intenté deshacerme de la cinta que ataba mi cuello pero mi otro yo corrió hacia mí, se sentó en cuclillas sobre mis piernas y tomó mi rostro entre sus manos. Estaban heladas. Cerré con fuerza mis ojos. 

Enterró sus uñas en mis mejillas y sus manos bajaron hacia mis hombros e igualmente enterró sus uñas. 

-¡ve lo que me has hecho!-  su voz sonó ligeramente distorsionada y en medio de un lamento-¡Ve lo que me has hecho hacer!-

Por mi mente empezaron a pasar imágenes de todos los que conocía en un mar de sangre. Lucy, James, Ana, August, Tom, Sean... Todos estaban acostados sobre un gran charco de sangre. 

-¡Ve lo que les hemos hecho!- las uñas sobre mis mejillas se enterraron aún más en mi carne-¡Fue tu culpa!- empezó a agitar de un lado a otro mi cabeza, por un momento creí que iba a lastimarme el cuello cuando sus movimientos se detuvieron. Aún sentía su peso sobre mis muslos, sabía que la criatura aún seguía ahí, observándome. No quise abrir los ojos.

Iba a perderme.

Sabía que iba a perderme a mí mismo si lo hacía. 

-Siempre haces lo mismo... haces sufrir a las personas-Ahora la criatura me susurraba cerca de mi oreja derecha. Sus uñas se enterraban con menos fuerzas en mis mejillas-Debes hacer algo al respecto- 

Dejé de sentir sus uñas en mis mejillas y su peso sobre mis muslos. 

 

Mi cuerpo empezó a agitarse violentamente y perdí la consciencia. 

 

Desperté de golpe en mi habitación. 

Estaba acostado boca arriba sobre mi cama y con las manos entrelazadas sobre mi abdomen. No quería mover ni un músculo. Me sentía vacío, sin ningún pensamiento en mi mente. 

Estaba viviendo por obligación. 

Las mejillas empezaron a darme un poco de comezón y me di cuenta de que tenía unas gazas sobre lo que eran mis nuevas heridas hechas por ese individuo. 

Tenía miedo.

No sabía que era... eso. 

Nunca me había pasado algo así.

Se parecía a mí. Pero no era yo. Estaba seguro de que no era yo.

¿Cómo estaba seguro de que no era yo? 

Mi mente se quedó en blanco al hacerme esa pregunta y me enderecé en la cama. Lentamente fui bajando mis piernas de la cama y cuando los dedos de mis pies tocaron el piso sentí algo viscoso estrellarse contra ellos. Vi hacia el piso y noté que todo estaba lleno de una sustancia viscosa de color rojo. Me llegó un escalofrío y me abracé a mí mismo.

¿Qué era eso?

-Es su sangre- levanté la vista hacia la voz que provenía del techo. 

Ahí estaba de nuevo. Ese sujeto que no era yo. Porque no lo era. 

-¿De quién?- logré preguntarle al extraño ser que estaba con los pies pegados al techo y el cuerpo recto hacia abajo. Estaba viéndome con una ligera sonrisa. 

-De los que asesinaste- Su sonrisa se hizo más grande- ¿Recuerdas?, lo disfrutaste- El abrazo que me estaba dando a mí mismo se intensificó y sentí que mis brazos temblaban. 

-yo no he matado a nadie- el cuello empezaba a dolerme por estar viendo hacia el extraño ser que empezaba a reírse de mis palabras

-Claro que si- Empezó a caminar hacia atrás por el techo aún sin apartarme la vista. Lo vi moverse sobre el techo hasta que pasó a la pared de enfrente. Moviéndose sin dejar de verme con esa sonrisa. 

Cuando el extraño ser colocó sus pies sobre el piso cubierto de... la viscosidad roja se detuvo

-yo no he hecho algo como eso- le volví a asegurar

El ser dejó de sonreír. 

-¡Lo hiciste!- Gritó y su voz retumbó por toda la habitación. Sentí que la cama tembló ligeramente y yo bajé la vista al ver que su expresión había cambiado. 

Pude escuchar que se acercaba a mí porque sus pies hacían ruido al estrellarse con la viscosidad del piso. Cerré mis ojos y mi auto-abrazo tomó más fuerza. 

-Lo hiciste...- Ahora sabía que estaba parado frente a mí-Solamente que no quieres recordarlo...- Sentí sus frías manos sobre las mías, intentando deshacer mi auto-abrazo. Sus uñas se enterraron en mis antebrazos- Ese día estábamos los dos juntos... jugando- Su presión a mis brazos aumentó y me mordí mi labio inferior para evitar sollozar-No llevábamos mucho tiempo de conocernos pero nos queríamos-sus uñas dejaron de hacer presión en mi piel y yo suspiré un poco aliviado. 

Error.

Logró separar mis brazos y en un rápido movimiento se sentó sobre mis muslos.

Mis ojos se mantuvieron cerrados y mi cabeza inclinada hacia abajo. 

-Los demás nos molestaban porque no les hablábamos- Colocó sus manos sobre mis hombros-no nos dejaban en paz- se acomodó de mejor manera sobre mis muslos y sentí que empezaba a acariciar mis cabellos-Tú eras un gran chico, no tenían por qué hacerte eso- la duda llegó a mí.

-¿Qué me hicieron?- 

-Me alejaron de ti- 

-¿Por qué?

-Porque me tenían miedo- sus manos viajaron desde mis hombros hasta mis manos, que ahora reposaban extendidas sobre la cama

-¿Por qué te tenían miedo?- 

-Porque eras mío- Sus manos jugaron con mis dedos

-Era tuyo...-Una de sus manos tomó mi barbilla y empezó a elevar mi rostro. Mis ojos aún estaban cerrados

-Puedes volver a ser mío- frotó ligeramente sus dedos en mi barbilla. 

Mi boca estaba entre abierta y mi cuerpo pedía que abriera mis ojos. Estaba sintiéndome totalmente relajado. Me sentía a gusto. 

-¿Cómo?- logré preguntar ante la paz que me invadía. 

No obtuve una respuesta de inmediato. Me sentía tan relajado con ese ser sentado sobre mis muslos. 

-Tienes que abandonarte-sentí algo frío chocar contra mis labios y la respuesta no me gustó

-no puedo hacerlo- susurré al sentirme tan cansado de un momento a otro.

Dejé de sentir sus dedos sobre mi barbilla y la paz se esfumó. Su peso dejó de sentirse sobre mis muslos y por fin abrí mis ojos. 

El ser ya no estaba y el piso volvía a ser blanco. Ahora me agradaba más verlo de ese color. 

En un arranque de valentía elevé mi vista hacia el techo y no lo encontré. Suspiré tranquilo. 

Volví a recostarme sobre mi cama en posición fetal; con una mano bajo mi almohada y con la otra apretada entre el calor de mis muslos. Me quedé viendo hacia la puerta

-¿Qué eres?- susurré antes de quedarme dormido.  

 

 

 

2 Semanas Después

En La Fábrica... 

 

 

Narra Lucy

 

 

 

Tomé un poco de jugo de uva del vaso que tenía a mi lado sin apartar mí vista de las pantallas que había frente a mí. Los datos seguían llegando en cada una de las 6 pantallas que tenía. 

-nada... nada, nada- susurré al terminar de ver cada rostro que se mostraba frente a mí. Mi dedo se movía casi en automático sobre el mouse para pasar a la siguiente imagen en media fracción de segundo. Suspiré y me recargue sobre el respaldo de la silla giratoria que había estado ocupando desde hace tiempo. 

La información llegaba, no paraba de llegar... pero no con los datos que queríamos. 

No había ningún registro de Daniel. 

Cada equipo iba cumpliendo al pie de la letra con las tareas que les fueron asignadas. Todos se encontraban concentrados en encontrar a Daniel pero no lográbamos dar con él. 

Habíamos terminado de registrar los laboratorios al derecho y al revés. Expedientes antiguos y nuevos eran robados por nosotros sin dejar rastro. Volví a suspirar y llevé mi mano derecha sobre mi vientre

-no lo encontramos...- susurré levemente mientras me frotaba lentamente al rededor del ombligo de una forma distraída

-¿Lucy?- escuché la voz de James a través de la pequeña bocina que tenía sobre el escritorio. Alejé mi mano de mi vientre y me enderecé para acercarme al pequeño micrófono que había adelante de mí. 

-Dime- más información me llegó a la pantalla principal y mi mano se movió en automático sobre el mouse 

-¿ya revisaste el laboratorio 115?- mis ojos se movían de una pantalla a otra

-me acaba de llegar- pasé mi vista de una imagen a otra mientras los datos seguían llegando. Escuché a James suspirar y me apresuré a revisar cada imagen y folder que llegaba. Bufé.

-no hay nada- James volvió a suspirar y guardamos silencio. 

Esto nos estaba consumiendo. 

-volveremos al laboratorio, se acabó por hoy- dijo James antes de cortar la comunicación. Suspiré.

Me deslicé hacia otro escritorio que contaba con 3 computadoras más y di clic derecho a la pantalla de inicio. Di clic en la opción de "nueva carpeta" y creé una nueva.

"Laboratorio 115" le puse de nombre. Hice una inter-conexión con las otras 6 computadoras y pasé la información del laboratorio 115 a la nueva carpeta. 

Me alejé un poco de las tres computadoras y vi en una lista enorme y muy larga las 115 carpetas que llevábamos. Sin contar la centena de información que habíamos guardado referente a las instalaciones de cada laboratorio y los demás datos relevantes.

Ningún maldito dato que nos sirviera. Me crucé de brazos. 

Sabíamos que estaba la posibilidad de que no tuvieran registrado a Daniel, también sabíamos que podían alterar los datos y poner información muy falsa o muy verídica en cada uno de sus registros. 

Éramos conscientes de que probablemente jugaban con nosotros. Que ya sabían de nuestros movimientos y simplemente nos tomaban como entretenimiento al ver que nuestras acciones eran muy desesperadas. 

Sospechábamos que aún no se habían dado cuenta de que estábamos hurgando en sus bases de datos pero preferíamos ignorar esa posibilidad que a veces resultaba tentadora. 

 

Me giré sobre la silla y le di la espalda a las computadoras que yo ocupaba. Mi vista viajó hacia el rincón más apartado del bunker; en ese rincón había 2 computadoras con grandes pantallas. Arriba de ellas, en la pared, había un pequeño tablero con varios datos que Sean anotaba en las noches; datos como rutas, números que yo no entendía, cifras enormes con números y letras y palabras en otros idiomas. 

Cuando regresaba de buscar físicamente a Daniel llegaba aquí y se enfrascaba en buscarlo cibernéticamente. A veces nos quedábamos trabajando juntos a altas horas de la noche y muchas otras yo me iba porque el sueño me vencía o James venía por mí. 

 

Pero Sean se mantenía aquí.

 

Frente a las malditas posibilidades de que Daniel estuviera frente nuestras narices y nosotros sin percatarnos de eso. 

Volví a suspirar al recordar cómo encontraba siempre a Sean a la mañana siguiente:

Dormitando sobre varias hojas de papel, con las computadoras encendidas y lapiceros con poca tinta entre sus dedos. Había dejado de insistir sobre tomarse un descanso; me escuchaba, se quedaba callado y seguía tecleando o escribiendo en las hojas de papel en una especie de trance del que no podías sacarlo.

Se estaba perdiendo a sí mismo. 

Y a él parecía no importarle. 

 

Me froté el rostro con ambas manos y con un poco de frustración. Extrañaba a Daniel. Quería tenerlo entre mis brazos y quería que viviera junto a mí todas las experiencias tan maravillosas de la vida y de mi embarazo. Él seguía siendo el único en saberlo junto con Ana. 

Me entretuve girando un poco sobre la silla, el bunker era un lugar muy silencioso pero demasiado estresante. 

Cerré un momento mis ojos pero escuché el sonido de una nueva notificación en las 6 pantallas que estaban a mis espaldas. 

Suspiré, volví a frotarme el rostro con ambas manos y me acerqué a las computadoras mientras empezaba a teclear y hacer el mismo procedimiento de esas dos semanas. 

 

Teclee rápidamente y observé por un momento la nueva carpeta.

"Laboratorio 116". 

No había nada relevante. 

Volví a tomar un sorbo de jugo de uva mientras veía fijamente el teclado frente a mí.

Estaba cansada de no obtener resultados. 

 

-Lucy- escuché una voz a mis espaldas. Vi hacia la entrada del bunker y vi a James dejar su pequeña arma sobre una mesa

-hola...- le sonreí y él se acercó a mí. Se le veía cansado.

-¿Aún no llega Sean?- revisó la hora en su reloj- son casi la 1 de la madrugada- él también se sorprendió de ver esa hora marcada en el reloj. Se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos. Me dio un pequeño beso en los labios.

Las cosas entre nosotros estaban bien pero no como me gustaba. 

Todo era para mantener mi secreto a salvo. 

-no ha de tardar, no me ha mandado datos desde hace 3 horas del área que fue a revisar- James frotó su nariz con la mía mientras me escuchaba con los ojos cerrados. Se separó un poco de mí y me sonrió. Le devolví la sonrisa. 

 

Escuchamos que alguien entraba al bunker. Ambos nos separamos un poco y vimos hacia la entrada. 

Sean había llegado. 

Nos prestó atención por un momento mientras se quitaba la sudadera que llevaba. 

-¿Cómo te fue?-le pregunté mientras el alejaba su atención de nosotros y la ponía en su área de trabajo. 

-como siempre- respondió sin ninguna emoción y tomó asiento frente a las computadoras dándonos la espalda. Revisó unos cuantos papeles mientras esperaba a que las computadoras cargaran el nuevo programa en el que estaba trabajando desde hace poco más de 4 días. Nadie se acercaba a su área, solamente él sabía manejarla a la perfección.

James y yo nos vimos en silencio.

-vamos a dormir- hizo que me levantara de la silla giratoria y mi retaguardia dio un respiro. Me estiré un poco y vi a James acercarse a la salida del bunker. 

Di un último vistazo a Sean. 

-Hay café caliente por si quieres tomar un poco, también te dejé comida en la nevera- Sí. El bunker estaba bien acondicionado para pasar largos lapsos de tiempo encerrado en ese lugar.

No esperaba una respuesta y me sorprendí al escucharlo. 

-gracias- fue un susurro muy débil de su parte. 

Sabía que ese gracias abarcaba todo lo de ese día y los días pasados. Sonreí a su espalda. 

-Lo hago con gusto. También lo quiero de regreso- 

 

Notas finales:

Bueno.

Me mudo a Wattpad.

Podrá ser lo más estúpido que haga en mi vida xD pero quiero darle una oportunidad a esa plataforma que he ido probando desde hace como 4 meses y la verdad... es que me gustan mucho las opciones que te ofrecen. (También he visto de los problemas que tienen para publicar y todo eso)

He estado editando cada capítulo de esta historia, he hecho borradores y un montón de correciónes que a veces volvían a quedar en lo mismo xD jaja 

Seguiré subiendo la historia aquí pero solamente quiero que por si ven esta historia en Wattpad sepase que soy yo jaja :3 

Les vuelvo a asegurar XD no voy a dejar la historia y así nos hagamos viejitos leyéndola espero que la disfruten :) 

Tantos años juntos aquí y pues... muchas gracias. Creo que aún no termino bien bien esta historia porque no me quiero despedir de mis personajes :( Aún tengo muchos planes para estos personajes y pues... espero que les guste. 

Lamento la espera. Los pienso siempre al igual que esta historia. 

Más adelante les publicaré mi perfil en Wattpad.

Déjenme hacer bien los arreglos y listo. La siguiente actu que suba será con la info de mi perfil de Wattpad.

Espero verlos por allá. 

Amor yaoi tiene historias increíbles y siempre le voy a tener cariño a esta página y a ustedes, quienes leen mi historia :) 

Bai Bai. Nos vemos pronto. 

n.n/

P.d: también quiero que lean otras historias que ya están en libreta xD es que aaag por eso me caigo mal. No termino esto y ya estoy con lo otro :/ Ahora si. Bai. 

Sigan leyendo mucho aquí y en donde quieran. 


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