-¿Qué?-el rubio se encontraba muy descolocado, no esperaba encontrar al Uchiha mayor por allí si en realidad a esas horas debería estar en su trabajo ocupado en alguna junta o sumido en sus papeles de contabilidad y de maces- ¿qué hace acá Fugaku-sama, no debería estar ocupado trabajando?- cuestionaba el menor ladeando su cara a modo de desconcierto, cosa que era un acto muy tierno.
-sube al auto y te cuento-sacando el seguro de las puertas el Uchiha hizo una seña para indicarle que se subiera, sin embargo el rubio a pesar de que no estaba muy seguro de si sería una buena idea rodeó al auto por delante hasta llegar a la puerta del copiloto.
-¿qué pasó?- el auto había empezado a correr a un velocidad moderada por una de las calles con mayor tráfico a esas horas, les esperaba un largo recorrido por los asegurados tacos que les estorbarían.
-...-no contestaba, parecía muy concentrado en las imágenes que dejaba ver el parabrisas, los autos, las personas, no mostraba ninguna intención de quitar la mirada para prestarle atención al Uzumaki. Estaban a punto de llegar a una esquina, desde su posición se podía observar el semáforo en color verde, no alcanzarían a cruzarlo sin que antes pasara a rojo. Y así pasó, cambió a un tono vistoso de rojo cuando ellos llegaron.
-¿fue algo grave...?- no terminó por la interrupción del conductor.
-los programas más estúpidos que existen son los de farándula, no entregan nada contundente- era una afirmación, bastante extraña para la pregunta que le había hecho anteriormente, pero lo era. El semáforo estaba titilando, pronto cambiaría a verde- un desperdicio de tiempo ¿qué opinas?-
-¿eh?... bueno, cumplen su función, la de entretener y no veo que le hagan daño a la gente, pero como no los veo no tengo tanto criterio como para juzgarlos, prefiero entretenerme con alguna película, es más divertido- la luz cambió y el auto siguió su marcha.
-me esperaba esa respuesta de tu parte- murmuró por lo bajo-pues... tu y yo salimos en el programa de farándula del canal 5, nos relacionan de una forma que supongo no te va a gustar- sinceramente le importaba lo mismo que en la esquina sacaran 2 sabores nuevos de chicle, lo único que en cierta manera lo preocupaba era la reacción del rubio, si antes el acercarse a él simulando que nada sucedía era difícil, ahora lo más probable era que se quisiera ir para que nadie mal interpretara su estadía. Eso no lo permitiría. En parte sentía un poco de responsabilidad por lo ocurrido y por eso prefirió contárselo él mismo, además necesitaba saber su punto de vista. Volteó en una esquina y siguió hasta llegar a una plaza, si la misma plaza que queda enfrente del edificio que perteneció al difunto Madara Uchiha... el mismo en donde durmió por primera vez con el rubio.
-... ¿qué?...¡¡¿¿QUEEEE??!!-la palabra atónito le quedaba corta, sus ojos eran dos platos, la impresión lo superaba. La suerte no lo acompañaba, justo tenía que aparecer la prensa amarillista con sus noticias estúpidas y sin sentido, si, ya pensaba de la misma manera que el empresario. Cuando las cosas iban pasables, casi bien entre ellos-¿¡CÓMO QUE ESTOY EN LA TELE?!-
- Estamos. Vamos bájate, te lo explicaré con más detalle arriba- descendieron del Mercedes para ingresar al antiguo edificio, Naruto todavía no se lo creía, maldijo en su interior a la libertad de prensa, no hay mayor chiste. Sin embargo aún se preguntaba ¿porqué se habrá tomado tantas molestias Fugaku-sama con avisarle personalmente? De partida seguro debió estar ocupado haciendo su rutinaria contabilidad, firma de contratos, y quien sabe que más cosas. ¿Para qué salir de su oficina si su trabajo le ocupaba tanto tiempo?. Sin darse cuenta se le quedó mirando con curiosidad y duda en su expresión.
- te preguntas por qué te fui a recoger... no pretenderás que después de ese programa los trabajadores de mi compañía te mirarían sin hablar cosas de ti "cosa que no pienso aceptar". Sería como darles pie para que hablaran de ese programa, sin contar que ya he pillado a unos cuantos conversando de la posible veracidad de esas fotos- buen argumento. El rubio dio un sonoro suspiro resignándose al mal día que recién estaba comenzando en tanto Fugaku estaba a unos pasos más adelantados cuando le comentó lo último.
- bueno, tiene razón... ¡¡PERO IGUAL TTEBAYO, CÓMO LLEGAMOS A ESTO!! Con lo que me había costado dejar de pensar en ust...- su mejillas estaban más sonrojadas que nunca y varias gotitas caían al lado de su cabeza demostrando el horrible bochorno que el mismo se había hecho pasar, cuando aprendería a pensar antes de hablar, sin embargo ya era muy tarde para reprenderse y arrepentirse, ya había hablado, de lo único a lo que se podía agarrar era que el empresario, por esas oportunas casualidades de la vida, se hubiera distraído o de paso que no escuchase nada de lo que él dijo, cosa casi imposible, pero no estaba de más rogar por un milagro.
-... ¿has hablado con tu padre?- recuperó el sentido justo a tiempo, se impresionó bastante con las palabras del menor, pero no lo suficiente como para alterar su postura, pero si lo bastante como para que sus pensamientos se repletaran de la imagen del joven rubio y de los miles de matices que esa frase tenía.
"...ed, te faltó eso. Me imagino tu carita de ángel sonrojada al máximo, hermosa imagen. Entonces yo no fui el único que estuvo pensando en el otro, sino que fue reciproco después de todo, me pregunto si habrás reconsiderado mi proposición de convertirte en mi amante, conociéndote no habrías tenido en cuenta en esos lapsos de que estoy casado y lo más probable es que se te olvidara por completo, obvio no serías capaz de sentir ese morbo al desear a alguien prohibido como yo cuando te imagino en mi oficina, sentado en sima de mi escritorio usando una de mis camisas blancas, sin nada más y con las piernas levemente abiertas insinuando, ofreciendo tu ser para que yo sea el único, y de eso me encargaría personalmente, que te tocara y mirara... genial, de nuevo divagando como enfermo psicótico por el Uzumaki. Acotando, en estos últimos días me he dado cuenta de que tengo un autocontrol inquebrantable, ya que si careciera de eso, bueno digamos que a estas alturas no iría al trabajo y tu no estarías en mi casa sino a aquí, de donde no pondrías un pie fuera de la cama. Ya llegamos"
Ya estaba en frente de la puerta del departamento de su abuelo, en tanto Naruto seguía sosteniendo el encargo de comida, cosa de la cual recién cayó en cuenta al voltear atrás para mirarlo de reojo, con la mano derecha insertó la llave en la rendija de la perilla, al abrirla retrocedió unos pasos.
-¿mmh?-estaba con la cabeza gacha, distraído, intentando ordenar sus pensamientos, cuando sintió que el peso que sostenían sus manos ya no estaba, levantó la vista para encontrarse con que estaba a centímetros del rostro del empresario quien era el que cargaba la bolsa en esos momentos. Se quedó quieto y no movió ningún musculo, sencillamente se quedó prendado con la mirada del mayor. La distancia que los separaba no era mucha, unos 10 centímetros como máximo se podía estimar, romper ese espacio era sencillamente una tentadora idea para cualquiera. Fugaku miraba los labios del rubio "una vez más" quería probarlos una vez más, se fue acercando de apoco para no ser tan precipitado y tampoco alejarlo, que no se diera cuenta de sus intensiones hasta que ya sea tarde para intentar alejarse.
- ¡SÍ!, si he hablado con mi padre, se encuentra bien- justo a tiempo. Al parecer se demoró más de la cuenta por cuidar de no ser precipitado, sólo le quedaba esperar que en la próxima no fallaría, al demonio el autocontrol, después de todo careció de el cuándo se propasó con el rubio y si quería una nueva oportunidad debería desconectarse del entorno, como lo hacía cada vez que cierta cabecita enérgica y rubiecita pasaba por sus fantasías nocturnas.
-...bien- el tono que utilizó fue una combinación de frustración y resignación, el realmente quería ese beso. Ambos entraron al departamento, se dirigieron a la pequeña sala de estar y sobre la mesita se desempacó la comida. Naruto miraba rememorando cada característica del lugar, por la curiosidad de saber si había hecho algún cambio desde la última vez que estuvo allí, igual no había pasado mucho tiempo desde esa vez pero igual, era eso o recordar que estaba sobre el mismo sillón en donde casi era violado. No había por donde perderse.
-iré por platos y cubiertos- dijo a la vez que se internaba en el pasillo que se encontraba en un costado. Al llegar abrió una de las repisas superiores para sacar la dichosa loza y luego una gaveta para extraer los utensilios.
"que lo halla traído aquí no ahorra el problema de que lo miren excesivamente y hablen cosas de él, poniendo en duda su moral, eso si que me enferma, el mayor perjudicado es él debido a que en lo personal me vale lo que hablen de mi, ya estoy acostumbrado a esas cosas. La única manera para que la noticia pierda brillo y se tome por mentira es que, aunque esto me enferme mucho más, se consiga una pareja... JÁ si claro que lo permitiré, debe existir otra alternativa"
-aquí están- ya se encontraba con todo lo que necesitaba en el living, repartió las cosas entre ambos y empezaron a comer. Ya eran cerca de las 2:00 p.m. el ambiente era tranquilo un tanto molesto para el menor que estaba acostumbrado al ruido y a la compañía inquieta y expresiva.
- ¿cómo se enteró de ese programa?-
- mi secretaria, tenten, llegó exaltada por la mañana para avisarme de esa noticia y me preguntó si quería que llamara a mi abogado o directamente hablar con el director del canal para exigirles una explicación...-
- y qué hizo- se precipitó a cuestionar-
- le dije que cancelara todos mis compromisos, tomé mi auto y te fui a buscar para que habláramos, no me pareció que fuera adecuado que hiciera algo sin que tu estuvieras al tanto "ni con mi esposa tuve tanto cuidado en respetar su posición con respecto a algún tema", además corrías el riesgo de que te enteraras de una manera no muy grata, sin contar que algún periodista te hubiera abordado para hacerte preguntas- expresó antes de sorber un poco de vino de su copa.-si tenemos suerte tal vez sigan dando algo de la transmisión-
Tomó el control remoto que estaba debajo de una servilleta con la mano izquierda, apretó power y luego uno de los tantos botones que estaban uniformemente distribuidos por todo el aparato. La imagen en la televisión cambiaba al compas de los pequeños clicks que emitía el mando. Llegaron al dichoso canal 5 para ver si la noticia seguía siendo emitida, para su suerte, o mala, la pudieron pillar.
-...sí, ya lo creo, serían una hermosa pareja y ejemplo a seguir para las y los yaoistas, pero aún así hay algo que no me cuadra en todo esto- decía uno de los panelistas del programa, en total eran 5 los que se sentaban en bancos rodeando una mesa semicircular blanca con varios anuncios publicitarios colocados en la delantera de la mesa, por detrás de de ellos se mostraba una imponente pantalla plana, que precisamente en esos momentos enseñaba la imagen de un rubio y un azabache dentro de un mercedes del año. El más joven hacía de copiloto y sonreía calmadamente al conductor, quien por su parte miraba de reojo a su acompañante, la foto captaba sus labios levemente abiertos, haciendo una mueca, como si le dijera algo al contrario, que por obvias deducciones, lo hizo feliz.
-¿si?, pero todo esto lo deja muy claro, esos dos tienen algo, yo creo que el único misterio sería saber cómo tuvo tanto descaro este chico ¿Naruto, se llama así? para ponerse en el medio de una pareja de casados, es increíble, me dejó atónito porque yo pensaba que proviniendo de una "cuna de oro" tendría bien colocados sus principios, cosa que vemos no es así, tal vez le falta algo en su vida, quizás haberse criado sin madre...- ¡¡CRASHH!! Fue la gota que derramó el vaso, lo que faltaba para desatar toda su furia. El televisor se había apagado por el impacto que lo azotó. Por los costados chorreaba la bebida de la copa que yacía tirada en el suelo, o los pedazos que quedaban de ella, las gotas mojaban la alfombra grisácea dejando rastros desteñidos del vino. Luego de ese arrebatador estruendo la calma llegó abrumadora, molesta, dando al lugar un tinte de temor para el otro, para Naruto.
-...no tienen ningún derecho a hablar así de ti... si supieran que soy yo el bastardo enfermo que está interesado en tenerte a ti como amante- dijo muy enojado, más bien emputesido con esos "periodistas" de espectáculo, JÁ, espectáculo era el que daban ante las cámaras, eran un chiste de profesionales que realmente no merecían un espacio en la televisión. Después de unos segundos más ya se había calmado y tenía la cabeza fría para pensar, sin contar que luego de oír esas palabras se había quedado con un mal sabor en la boca que descargaría sin piedad en contra de los responsables y para eso debía realizar unas cuantas llamadas.
-¿Fugaku-sama se encuentra bien?- se acercó al susodicho paulatinamente hasta posar su mano en el hombro del contrario, se fijó en sus facciones, se notaban enfurecidas, estresadas, no era una de las mejores expresiones que él haya visto en su persona y no le agradó en lo absoluto por lo que inconscientemente para resolver el problema que lo agobiaba deslizó su mano hasta la espalda con el fin de masajearla en círculos, de forma cercana, queriendo demostrar preocupación por su persona y, por qué no, cariño.-relájese, no importa lo que digan, nosotros no tenemos nada- eso dio donde más le dolía, lo peor de toda esa intriga que estaban generando los medios era que no era cierta, no era real, a pesar de que poseía todos los indicios para pensar algo así, y en especial su consentimiento. Para lo único que sirvió esa frase fue para agravar su impotencia, pero a pesar de todo el sentir la mano, el contacto que por propia voluntad entablaba Naruto, lo relajaba, como quería el rubio, que se relajase, lo logró. Levantó la mirada y descubrió la hermosa sonrisa con la que lo observaba, alegre y amplia, sencillamente hermosa, no quería que nadie se la quitase, bueno que sólo desapareciera para ser reemplazada por los gemidos que él todavía se proponía conseguir del menor, pero eso era cuento aparte, el punto era que lo defendería.
Se incorporó del sillón y extrajo de su pantalón el blackberry para llamar a su abogado, quería saber su opinión del tema y de cuál sería el mejor movimiento para aplacar a la prensa y restablecer la imagen del Uzumaki. Mientras escuchaba a su asesor en materias legales, y por qué no, de imagen, se paseaba por el living, rodeando los muebles, caminando pausadamente y con una mano en el bolsillo, miraba de vez en cuando al techo o sino deslizaba la mirada hacia el televisor que soltaba de vez en cuando unas pocas gotas, siguió caminando por el pasillo hasta ingresar a su habitación. Se sentó en una de las orillas laterales y abrió la mesa de noche para sacar una libreta que contenía números, fechas y socios.
-... entonces te lo encargo, sólo arregla todo este embrollo sin importar el método, si es necesario amenaza con alguna demanda o el posible sierre de su programa, pero que los imbéciles se disculpen y se retracten por todo en especial con el hijo de Minato, no quiero que cuando regrese se encuentre con esta desagradable sorpresa- decía, sin embargo no con el mismo énfasis que usó para mencionar la disculpa que quería para con Naruto.
-no te preocupes Fugaku, ya tengo todo planeado...lamento si me estoy inmiscuyendo más allá en el tema, pero realmente tienes algo con este joven, porque viendo las fotos que se mostraron, el niño es todo un plato, realmente muy exquisito- dijo alabando la hermosa apariencia del involucrado- te lo digo en el caso de que no sea así, te soy sincero cuando te digo que no me molestaría conocerlo y...-
-cuando termines lo que te pedí te das una vuelta por mi oficina y discutimos tu posible despido si sigues haciendo preguntas estúpidas y sugerencias que te pueden costar el puesto - y cortó, no le dio ni tiempo de alegar o siquiera disculparse, eso de los celos debería empezar a tratarlos, esta era la segunda vez que dejaba que lo dominaran, pero por ser tan orgulloso todavía no los consideraba un problema, total él era así y ya. En su mente seguía insultando a su abogado por interesarse con su rubio, el se consideraba el único con derecho a mirarlo y pensarlo en tono lujurioso.
{{Narra: Naruto}}
Me pregunto qué estará haciendo en la habitación Fugaku-sama, ya ha pasado un buen rato desde que salió por el pasillo, espero que haya mejorado su humor, no se veía muy bien... ni siquiera alcanzó a comer a aunque sea la mitad del plato, mmm mejor lo boto y preparó algo, después le dará hambre además no me cuesta nada, sin embargo ya se me está haciendo tarde para regresar al restaurant, mejor me doy prisa para terminar antes con todo esto y así me marcho. Me levanto del asiento y recojo los platos, a decir verdad yo tampoco comí mucho, todavía queda una buena porción. Si Fugaku-sama tuviera algún perro o gato toda esta comida no se desperdiciaría por completo, pero bueno aunque me duela tendré que tirarla, dudo mucho que él esté acostumbrado a ingerir cosas recalentadas. ya tengo todo en mis manos: los cubiertos sucios, ambos platos, las servilletas y el vaso que se salvó de ser estrellado contra el televisor, el otro después lo recojo con una pala, en cuanto a la mancha... creo que si corro el mueble que sostiene a la tele un poco más adelante ni se va a notar, sip eso siempre funciona, bueno al menos en mi habitación cuando mi nana no está, después de todo uno tiene que sobrevivir como puede.
Ya estoy en la cocina, revisando los estantes ya sé lo que prepararé, calentaré el agua para empezar. Ya se está demorando más de la cuenta, lo voy a ir a ver, no, mejor espero a que el hervidor se apague para llevaré un café. Saco una taza, el café y los coloco en la mesa, en eso escucho un "Click" a mis espaldas y listo. Con todo en su lugar me encamino a la habitación, no queda para nada lejos, es más, es la puerta consecutiva. No se encuentra cerrada por lo que con el codo la empujo para no soltar la bandeja, lo veo pensativo en la cama y ¿enojado? Sip eso parece.
-Fugaku-sama- no contesta, intentaré con otra cosa- ¡FUGAKU-SAMA!- y tampoco me toma en cuenta, me acuerdo que una vez kiba, un amigo de la infancia, me contó que para llamar la atención de alguien, en especial si ese alguien era un pervertido, si ya lo tengo catalogado con esa etiqueta, tenía varias opciones: hablarle al oído, abrazarlo, sentarme en sus piernas, o la infalible según él, mostrar un poco de piel, pero como sé que con la mayoría de las acciones peligra mi cuerpecito tomaré la menos riesgosa.
-Fugaku-sama- le dije al oído, él en seguida me miró, por lo que sonreí, los consejos de mi amigo perruno funcionaron-tomé, ¿se encuentra mejor? Bueno al menos su cara no se ve tan mal como antes- me sigue mirando con esos ojos y no es con enojo, ni con estrés por lo que está pasando, hay veces en las que pienso que realmente disfruta mi compañía, y en el fondo, fondo me agrada saber eso.
-trajiste café- me dice y toma la taza, sorbe un poco con ese porte elegante que siempre tiene, me pregunto si desde chiquito se comportaba así.
{{Narra: yop}}
Se terminó el café rápido, lo necesitaba para recomponerse después de haber hablado con el pelmazo que tiene, o tenía, por abogado.
-y... ¿en qué terminó todo? O sea ¿a quién llamó? - preguntaba curioso, porque principalmente él era uno de los afectados.
- no te preocupes, eso ya está resuelto, para mañana todo se habrá olvidado- miró al frente, a la pared, y recordó que el tiempo no era eterno, que ya era tiempo de que el rubio regresara a sus deberes con el restaurant, ya lo había retenido demasiado con el tema de los paparazis, en parte se lamentaba no haber aprovechado bien el momento, haberlo disfrutado porque luego de esas fotos publicadas sería bueno no volver a ver al ojiazul por un tiempo. Por precaución. Nunca en todos sus años de casado se había lamentado de eso, de estar casado, normalmente no le veía importancia, solamente lo tomaba como algo que debía vivir y que le ayudaba a su imagen de hombre exitoso, sin contar que su abuelo le había exigido ese compromiso y él bien obediente accedió sin mayores arrepentimientos... pero tenía que toparse con él, tenía que encontrarlo luego de tantos años, todo sería más fácil si ese ángel terrenal no hubiera aparecido con su sonrisa aniñada y esa gentileza que llegaba a ser absurda. Finalmente había encontrado a la persona que lo hacía cometer errores, que lo sacaba de sus casillas... que lo hacía interesarse por alguien más que no fuera él, ni su imagen.- ya es hora de que te marches- mencionó.
-eso creo ttebayo, pero antes le cocinaré algo ya que no pudo terminar de comer a gusto su plato por lo del programa, no me tardo- sonrió a la par de mencionar lo último y alcanzó con su mano la taza que sostenía el empresario para depositarla en la bandeja que aún sostenía en su regazo- luego vuelvo- se levantó de la cama y dio la espalda al contrario para avanzar hasta la puerta.
-es increíble- comentó el otro con un tono cansado y deteniendo el caminar del rubio-... con todos los problemas que hemos tenido, principalmente inducidos por mí, sin contar que intente... aprovecharme de ti...pero que quieras prepararme algo de comer sencillamente no lo entiendo, ¿acaso no sientes un poco de rencor por lo que te he hecho pasar?, ¿acaso no has pensado en denunciarme por acoso y así dejarte en paz?- la cercanía entre ambos disminuía a cada paso que el mayor daba hacia el Uzumaki y a cada paso que este se aguantaba a dar-... ó ¿acaso sientes algo por mi? - Naruto ante esto agachó la cabeza y con la intención de darse la vuelta para ir en dirección a la cocina Fugaku rápidamente le sostuvo el ante brazo y lo acercó hasta él- jeje no cualquiera tiene las agallas de ignorarme y de dejarme hablando solo- al escuchar la disimulada risa del otro levantó lentamente la cara para apreciar la ternura con la que lo observaba- ...sabías que antes de conocerte yo no cometía el mismo error dos veces- el comentario fue hecho en un susurro en frente de los labios duraznos del ojicielo antes de tocarse.
"... no le haré daño, sólo quiero probar su boca una vez más antes de que se marche, no forzaré la situación más de lo necesario"
Naruto sintió la necesidad de corresponder el afecto que Fugaku le profesaba, por lo que por voluntad propia empezó a mover los labios, acariciando los suavemente con los del otro, no hay que mencionar que esto sorprendió al empresario, sin embargo no pudo evitar sentir, a demás, la necesidad de ver hasta qué punto le dejaba llegar el rubio. Con la intención de colocar las manos en la cintura se topó con la bandeja que sostenía él, por lo que la tomó y sin la menor parsimonia la arrojó al suelo provocando un sonido ensordecedor al chocar con el suelo. Ahora tenía el camino libre. Rodeó la cintura de este con sus brazos, levantando lo levemente del suelo, dejándolo en la punta de sus pies, por su parte Naruto se aferró a su cuello. Sus cuerpos entraron en completo contacto, nada los separaba, sus bocas se movían acompasadamente, la lengua del mayor rememoraba cada sección de la cavidad del Uzumaki, sintiendo que la primera vez no la había degustado lo que hubiera querido, por todo el forcejeo que eso involucró.
Los besos continuaban hasta acabar en la cama, todo se sentía genial, se sentían cómodos el uno con el otro. Despacio Fugaku se separó de los labios de su amante y lo miró directo a los ojos quienes demostraban: sinceridad. Sin necesitar otra prueba más de aceptación por todo lo que ocurriría, con sus manos empezó a remover las prendas de el ojicielo , primero la polera que a cada indicio de piel descubierta la besaba y marcaba como suya. Naruto se dejaba hacer, sólo disfrutaba de las caricias, ya había perdido la culpa y en esos momentos no le importaba. El mencionado empezó a ayudar con lo de la ropa aflojando el nudo de la perfecta corbata, hizo lo mismo con los botones de la camisa, cuando ya estuvo terminado el trabajo se quedó sorprendido con el pecho del otro, sencillamente perfecto y bien trabajado para ser alguien que acostumbraba a pasar horas en su escritorio viendo papeles.
-aahh...-gimió el rucio al sentir que sus nalgas estaban siendo tocadas por un par de manos. Estas se dirigieron a las caderas para desabrochar el pantalón y quitarlo junto con los bóxers. La calentura de ambos cuerpos aumentaba con cada roce, con cada suspiro que escapaba fugitivo de sus labios. El empresario estaba extasiado con su acompañante, sencillamente le fascinaba cada parte de él, esto no era cualquier capricho, lo reconocía, querer poseer tanto a alguien y que ese ser fuera únicamente exclusivo para ti no debía ser normal.
Ambos cuerpos estaban desnudos y sudados enteros, las sábanas se habían vuelto pegotes y mullidas por el movimiento, sin embargo no era suficiente. Fugaku empezó a tocar con deleite los descubiertos muslos del rubio, luego se deslizó hasta los músculos de su entrepierna para dirigirse al miembro excitado de su amante y darle unos cuantos estímulos.
-ah...fuga...ku-sama...aah- el mayor ya no podía más con esa imagen, su rubio ángel gimiendo su nombre sin control con sus mejillas sonrosadas por el calor y los ojos perdidos en el placer "mi zorrito en celo". Siguiendo con las estimulaciones de su mano y los besos apasionados en los que dejaba morir los gemidos del menor lo llevó a su clímax manchando su mano y la cama, la esencia la observó detenidamente con deseo y perversión.
-creo que esto nos ayudará mi niño- Naruto lo miraba confuso y expectante, se preguntaba qué estaría cruzando por la depravada mente del business man, algo nada bueno para él, obviamente.-ponte en cuatro-
El rubio se incorporó y adoptó la posición pedida. El empresario con la mano manchada introdujo un dedo en la entrada del menor, luego el otro haciendo con ambos movimientos de tijera, el dolor era soportable, algo incómodo, sin embargo era placentero. Al meter el tercero, la cavidad se tensó, lo que produjo un dolor en el chef.
-duele... bastante- mencionó.
-relájate, no te preocupes- dijo con un tono de voz tranquilo del que sólo el Uzumaki tenía el privilegio de escuchar-ya pasará-
Luego de unos momentos la entrada ya estaba dilatada por lo que con la punta la ubicó para dar una estocada profunda y certera. Casi no le dolió al menor, ya que rápidamente se transformó en placer, queriendo aumentar más su placer el ojiazul se comenzó a masturbar con una de sus manos, mientras que con la otra se afirmaba de la cabecera de la cama. Las embestidas eran profundas y deliciosas para ambos, el mayor le sujetaba las caderas creando ese bamboleo frenético que los consumía a ambos, no cabía más excitación en ambos, era como tocar el cielo. Siguieron en eso hasta que ya no resistieron más.
-AAAaah Naru... to- exclamaba al llegar a su culminación derramando su semilla en el ser de su amante, quien por su parte llegó a su término junto con él.
-Fugaku... Aaahh...- con el último gemido perdió todas sus fuerzas para sostenerse de la cabecera del acolchado mueble, por lo que instintivamente se dejó caer hacia atrás, quedando con su espalda en el pecho de su acompañante, quien lo recibió con un abrazo escondiendo su cara en su cuello para besarlo, era agradable sentirse sin ninguna barrera.
-Naruto, dime una cosa... - el mencionado cansado, pero a la vez feliz, se giró un poco para alcanzar a verlo.-si yo no estuviera casado... ¿te vendrías a vivir cerca de mi?- cuestionaba dubitativo.
Lo miró a los ojos y con una sonrisa contestó- me hubiera gustado que me esperaras antes de casarte y formar tu familia-
"...eso es lo mismo que me hubiera gustado a mi."
end chapter eleven