Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ATRACCIÓN OBSESIVA por Melyoan

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Mientras tanto en algún lugar de Akihabara…

-vaya senpai, eres asombroso!!! –decía admirado un castaño claro-

-ya no exageres Kazuki, ni era para tanto

En el poco tiempo que Tsumori había pasado en Akihabara, se hizo un muy buen amigo, Kazuki Okabe, el cual inmediatamente simpatizó con el rubio, además que se ofreció como guía turístico de este; aunque al principio Tsumori estaba muy decaído para ir de paseo por cualquier lugar ya que su plan era permanecer el mayor tiempo posible encerrado en su habitación en el hotel, el castaño logró convencerlo de conocer toda su hermosa ciudad.

-hablas en serio?, pero si le cerraste la boca al patán del Dr. Moeda ja, ja, ja no pensé que alguien se atrevería a contrariarlo y además demostrar su error, en especial en medio de una conferencia

-bueno, pues se tenía que decir… -desvía la mirada- además ese arrogante me cayó mal desde un principio –se excusa Tsumori- si hubiese sido otro el de ese error no lo hubiese dejado en ridículo frente a todos…

-ja, ja, ja como sea, desde ahora en adelante tienes que cuidarte de su ira, de seguro siempre te tendrá en la mira

-al menos ocurrió algo bueno que me levantó el ánimo –susurra-

-senpai?, vas a aceptar la extensión de la prueba para poder obtener un puesto aquí? –pregunta ilusionado-

-no lo creo, no tengo pensado quedarme aquí –dice en un tono triste- aunque allá tampoco tengo a nadie que me espere- pensando en que ya se había rendido al obtener el amor de su dulce ojimiel-

-oh… -desanimado- me hubiese encantado que te quedaras, estoy seguro que serías de gran ayuda aquí, además de que aprendería muchas cosas de ti –le sonríe tiernamente-

-vaya!, que halagador escuchar eso de un colega que no me conoce desde hace mucho, pero si ese es el caso, siempre puedes venir a Tokio, eres muy bueno en tu área, me lo demostraste al enseñarme tu tesis, será fácil que abarques un puesto y más si le hablo de ti al director… -le sonríe- sé que allá podrás evolucionar más rápido

-en serio lo crees senpai?!! –dice entusiasta- la verdad eso me anima mucho, he pensado en ir a Tokio, pero siempre creí que mi nivel no podía ser suficiente

-pues ahora que te lo dije solo debes aumentar tu confianza en ti mismo ok?... –desvía la mirada-

-entonces lo haré, daré mi mayor esfuerzo para no decepcionarte! –contesta muy animado-

-así se habla… sabes? actualmente vivo en un departamento con dos personas más y he pensado mudarme, ya que creo que haré mal tercio si sigo permaneciendo ahí, por eso lo haré y sé que el gasto será mucho, que tal si cuando vengas para allá compartimos departamento, así el gasto se reducirá para ambos, claro eso si no tienes lugar donde quedarte, porque si es así…

-de veras senpai!!! –alegre- eso sería maravilloso!!, de verdad muchas gracias y claro que acepto

-qué bueno, -sonríe- y bien a donde me llevarás mañana mi pequeño guía –dice de manera tierna, mientras despeina los cabellos del castaño, a lo que el menor se sonroja-

Parecía que el camino de la vida le sonreía a Tsumori, pero este aún estaba herido por su amor no correspondido y no se daba cuenta de que tan cerca se encontraba alguien que se estaba volviendo muy especial para él.

-Akihiko… -susurró viendo la imagen de la portada de una revista muy popular de Osaka que se exhibía en un aparador- Akihiko se casó?... increíble… aunque no es nada extraño –sonríe ligeramente -no sé por qué esto no me duele tanto como creí que me dolería, pensé que una noticia así nuevamente me rompería en pedazos el corazón, pero… -piensa sin dejar de observar la imagen de la portada de esa famosa revista

-qué sucede pequeño, por qué tan pensativo?... es que acaso conoces a alguien de esa portada? –pregunta el ojiazul interesado-

-eh?... lo siento, es solo que… -nuevamente se queda pensando- quizás es porque desde que vi a Misaki supe que ya nunca tendría el amor de Akihiko?… o tal vez… -se sonroja al mirar por el rabillo del ojo a su acompañante- como sea –se negaba a admitir los sentimientos que ya sabía tenía por Nowaki- solo me siento triste por no haber estado a su lado apoyándolo en un día tan importante para él, pero  si me aparezco no quiero ni pensar en cómo me mirarán por haber causado la muerte de Haruhiko ni sama… de seguro me deben odiar, por eso lo mejor es volver a irme sin decir nada, pero y si ni sama no murió?, no!, imposible, yo lo vi-

-… -Nowaki no quería presionarlo, le parecía extraña su reacción, la fotografía mostraba y anunciaba claramente a Usami Akihiko, por la reacción reiterada del menor sospechaba que este sabía algo del famoso escritor ya que con anterioridad había reaccionado igual cuando le regalo un libro escrito por esa persona; por lo que sospechaba que esa persona tenía algo que ver con su Hiro chan, pero no quería obligarlo a hablar y menos inmiscuirse en algo en lo que el menor no le diera la suficiente confianza para hacerlo, así que solo se limitó mostrarle su apoyo tomando la mano del menor con la suya, causando un pequeño sonrojo en el mejor, que aunque algo distraído lo había sentido claramente y no hizo nada por deshacer el agarre, ya que le hacía muy feliz tener al ojiazul a su lado-

Caminaron por un largo tiempo en silencio, que para Nowaki fue un tanto desolador no poder seguir escuchando la voz de su amor, mientras que Hiroki seguía sumido en sus pensamientos, aunque la mirada perdida y un poco triste que mostró en un principio, con el paso del camino se fue tornando pacífica hasta el punto en que llegó a esbozar una pequeña sonrisa, por lo cual el mayor se tranquilizó más aún; a ese paso lento pudieron encontrar un buen lugar, pagaron para reservarlo dejaron reposar en un florero las flores que aún cargaban y se fueron a cenar, ya durante la cena Hiroki dejó su silencio de lado, pero no habló de lo que estuvo pensando por tanto tiempo, al contrario solo desvió la conversación a como la pasarían al día siguiente, lo feliz que estaba por no haberse tenido que marchar y que sería feliz dejándole esas bellas flores a su madre, Nowaki le siguió la corriente, lo menos que quería era volver a ese silencio, al salir del restaurante caminaron de regreso al alojamiento aún tomados de la mano.

-estás bien Hiro chan? –le pregunta el ojiazul a su amado, ya que desde antes de que llegaran a su habitación se había puesto muy nervioso-

-ah… si… - pronunció apenas sentándose en la cama-

-bien será mejor que durmamos, puedes ocupar la cama, yo dormiré aquí –extiende una colcha en el piso-

-pero… no sería justo –susurra lo último-

-qué, -se acerca hasta él y se pone en cuclillas para estar al mismo nivel- quieres que durmamos juntos? –le sonríe pícaramente-

-yo no dije eso!! –grita aún más nervioso y  cerrando los ojos, como si pensara que con ese acto su sonrojo dejaría de ser tan notorio-

-jump…- trata de ocultar la risa al ver la ternura que le producía el puchero del menor, así que tomó delicadamente con sus dos manos el rostro del castaño, haciendo que lo mirase- Hiro chan… sé que me estoy aprovechando al estar en esta situación, es decir, solos y lejos de nuestro hogar, pero no puedo evitar decir que te amo, te amo más que a nada y nadie en este mudo y que nada me haría más feliz que aceptes mis sentimientos, que estés a mi lado de ahora en adelante y juntos hacer que nuestro amor florezca, -el menor lo mira embelesado aún con un sonrojo- porque sé que no te soy nada indiferente y me atrevería a decir que sientes más que solo cariño por mi… -es silenciado por los dedos del castaño que los había puesto sobre los labios del mayor para que no dijera más-

-no sigas, te lo suplico… -desvía la mirada hacia abajo, todo lo que Nowaki le decía era verdad, pero no quería admitirlo, porque si lo hacía sabía que le haría mucho daño a Tsumori y lo más seguro es que los médicos dejarían de ser amigos e incluso podrían dejar de hablarse-

-esta vez no desistiré, por favor mírame Hiro chan… -muy lentamente el castaño levanta la mirada, hasta toparse con el hermoso color azul de los ojos del médico- dime la verdad… me amas? –suplicando con la mirada por una respuesta positiva-

-yo… -la mirada del ojiazul le dolía, no podía seguirlo torturando de esa manera cuando él sentía lo mismo, por más que trató de evadir ese sentimiento fue inevitable y lo sabía, sabía que se había enamorado de Nowaki desde hace ya mucho, sin siquiera verlo en persona, tan solo escuchando su voz en las conversaciones telefónicas que tenían cuando el médico estaba lejos, ya era suficiente, ya no lo negaría más- si… te amo Nowaki san –le caen un par de lágrimas-

-Hiro chan… -eso era todo lo que necesitaba escuchar, esas palabras hechas por el menor le devolvieron a la vida, llevándolo directo al paraíso; sin esperar más le dio un tierno beso en los labios- gracias –beso nuevamente- muchas gracias Hiro chan –dándole otro beso- gracias por enamorarte de mí!

-tonto… -susurra- no tienes que agradecerme por eso, -le sonríe- más al contrario, gracias a ti por enamorarme, por no rendirte y especialmente por salvarme… -por salvarme de la desolación –piensa mientras le da un tierno beso- te amo Nowaki san… -se secas las lágrimas- y me alegra hacerlo

-a mí también… -se acerca al castaño, atrayéndolo hacia sí haciendo presión en la nuca del menor y sin perder más tiempo lo besa apasionadamente, beso que fue muy largo y que para satisfacción del ojiazul fue correspondido por Hiroki, aunque con algo de temor, justamente eso es lo que Nowaki quería evitar, pero sabía que si cortaba ese beso en ese instante podría dar más pasos atrás que adelante, por eso deshizo el beso solo cuando el aire faltó y se separó del ojimiel delicadamente- Hiro chan, ha, no creo que me pueda, ha, controlar –dice entre jadeos y con una mirada llena de lujuria, para luego volverlo a besar-

-mhh… -gime entre el beso al sentir como la mano cálida del mayor acariciaba su abdomen por debajo de su playera - mmhh –intenta alejar la mano del mayor con una de las suyas y con la otra lo empuja levemente para deshacer el beso- ah, ah… -jadea- lo siento, ha, ha, tengo miedo… -dice apenas bajando la mirada-

-quieres que paremos aquí?... –pregunta comprensivo Nowaki, a lo que solo recibe como respuesta el movimiento de cabeza del castaño a modo de negación, a lo que el mayor sonríe feliz- Hiro chan… -tomando sus manos para repartir en ella tiernos besos- prometo que haré desaparecer tus temores, te amo y haré que estés seguro de eso con cada parte de tu cuerpo –cuidadosamente lo comienza a desvestir al menor para luego recostarlo sobre la cama- no cierres los ojos Hiro chan, solo tienes que mirarme –el menor obedece a duras penas, no quería hacerlo por la vergüenza que tenía, pero cedió ante la seductora voz del mayor-

Al obtener la atención del ojimiel, Nowaki empezó a desvestirse, causando un mayor sonrojo a Hiroki, cuando termino de hacerlo se posicionó encima del menor atrapando sus labios en un largo beso, con su lengua abrió el camino para intensificar el beso, el aire al cabo de segundos hizo falta y apenas terminó el beso francés el médico no perdió ni un segundo para empezar a marcar el cuerpo de Hiroki con besos y suaves mordiscos que iban descendiendo desde su mentón, pasando por su cuello y bajando hasta toparse con sus rosados pezones, que no dudaron en mostrar que el castaño ya estaba excitado, provocando que Nowaki los atacara succionándolos como si quisiera que algo saliera de ellos.

Los gemidos de Hiroki salieron con mayor volumen, estaba asustado, nunca creyó que podía sentirse así a tal punto de producir esos sonidos tan eróticos y tampoco sabía cómo dejar de hacerlo, Nowaki estaba devorándolo y cada parte que le tocaba con sus labios, dientes y manos, eran como si le que quemaran, luego de agonizantes minutos de placer sintió como su miembro, ya erecto, era tomado por dos manos expertas, eso lo descolocó y cuando bajo la vista vio como el médico bajaba hasta quedar frente a su palpitante erección, sabía lo que iba a pasar, por lo que Hiroki sujetó la cabeza de su amante antes de que este lo atacara con su boca para detenerlo, pero tal acción fue inútil, su fuerza fue insuficiente y Nowaki cumplió su cometido, introduciendo completamente el miembro excitado de su amante a su boca y sin perder tiempo comenzó a succionarlo al mismo tiempo que usaba su lengua para degustarlo por completo, el toque de Hiroki en su cabeza y sus sonoros gemidos solo lo excitaron aún más, causando así que su propia erección estuviera a tope.

Hiroki llegó al clímax rápidamente, eyaculando por primera vez en esa noche, por lo que el mayor no desperdició ni una sola gota, disfrutando y saboreándolo en su totalidad, una de muchas que esa noche pensaba disfrutar.

–Hiro chan eres tan delicioso –relamiéndose los labios- ahora… -empujando las piernas de menor hacia arriba hasta que se toparan con su abdomen- sujeta tus piernas Hiro chan… -le pidió al castaño que todavía no se recuperaba de esa experiencia tan placentera, pero que aun temblando obedeció-

En esa posición Hiroki quedaba totalmente expuesto, era un deleite para Nowaki tener a su amado así, se acercó y sin recato comenzó a probar esa pequeña cavidad prohibida, lubricando cada parte de esta, movía su lengua de tal manera que parecía que lo estaba penetrando con ella, Hiroki no hacía más que retorcerse de placer y a duras penas mantenía sujetas sus piernas, ya que estaba temblando; cuando el médico terminó de lubricarlo comenzó a prepararlo con sus dedos…

-es necesario que haga esto Hiro chan, no quiero lastimarte, por favor relájate –le decía cariñosamente ya que había sentido como el castaño había dado un respingo ante tal invasión provocando que se tensara, una vez que lo sintió más relajado introdujo un segundo dedo y así siguió hasta poder introducir tres dedos, los cuales se movían de tal manera que Hiroki no pudo evitar correrse nuevamente- ya estás listo Hiro chan, voy a entrar –menciona excitado a más no poder y con el propio semen del menor se untó todo su miembro para lubricarlo posicionó las piernas del castaño sobre sus propios hombros, dirigió su miembro embravecido a la entrada del castaño y lentamente lo introdujo de a poco, parando cuando veía que Hiroki hacía una expresión de dolor y continuando cuando se relajaba, cuando al fin logro estar por completo dentro de su amado, esperó lo suficiente para que se acostumbrara –ha, ha -jadeando- estás bien Hiro chan? Te duele?

-ahhh… si, un poco… -dice entre cortadamente, produciendo una sonrisa en el mayor-

-puedo moverme? –recibe un asentimiento lento e inmediatamente comienza el vaivén que en un inicio era lento y constante hasta volverse en uno voraz y desenfrenado, las embestidas que Nowaki le propinaba a Hiroki eran cada vez más rápidas, no podía controlarse, el castaño lo volvía loco, al principio temía que le hiciera daño si seguía así, pero en determinado momento sintió que el menor lo resistiría, no le importó nada más que darle el máximo placer a su amado niño y sentirlo el del mismo modo; pasaron unos minutos y Hiroki volvió a correrse, la tensión que le provocó hizo que presionara el miembro del mayor dentro suyo, Nowaki no quería que terminara, pero esa acción lo estaba torturando y no pudo evitar hacerlo, derramando todo su semen en el interior de castaño, terminando ambos muy exhaustos, Nowaki salió lentamente del interior de Hiroki, observando con lujuria como su esencia salía del castaño quien respiraba agitado-

Nowaki se levantó de la cama con intensión de ir en busca de algo para limpiar al menor, pero no pudo avanzar ya que este lo detuvo agarrando su mano…

-no te vayas por favor… –le dijo soñoliento por lo que no pudo negarse y se recostó a lado de Hiroki encerrándolo protectoramente en sus brazos, esperando hasta que el sueño lo venciera-

-me pregunto qué tanto daño te hicieron, cuánto habrás sufrido mi Hiro chan y quién fue el malnacido que se atrevió a arrebatarte la inocencia –pensó furioso, odiando a esa o esas personas que tanto daño le habían causado a su amado- pero no te preocupes Hiro chan, que de ahora en adelante te protegeré de todos y de todo –susurro muy bajito-

El sol salió y Nowaki le había ganado en despertar, no podía dormir, estaba demasiado feliz por haber ganado al fin el corazón de su amado y su pequeño ojimiel se lo había demostrado de la manera más dulce que podía hacerlo, entregándole todo de sí sin objetarse en lo más mínimo, claro que se reprochaba mentalmente por no haberse podido controlar y dejarse llevar de tal manera, temía haber lastimado a Hiroki y que este se sintiera muy adolorido como para salir de la cama, así que lo dejó dormir para que pudiera reponer sus fuerzas, mientras se alistaba para salir a comprar el desayuno; cuando regresó encontró la misma visión, parecía que el castaño no despertaría en todo el día, quería asearlo pero decidió no interrumpir su siesta reparadora, a regañadientes desayunó solo y luego solo se quedó viendo a su pequeño dormir, el que solo se removía ligeramente haciendo sonreír a su amante.

Ya era medio día y su pequeño amante seguía en el quinto sueño, eso le hubiera preocupado mucho de no ser que ya había verificado muchas veces que su respiración y pulso eran normales, así que nuevamente a su pesar salió para comprar el almuerzo.

-mhh… -Hiroki empezaba a despertarse- donde… -tratando de acostumbrar sus ojos a la luz, se tapa levemente con el dorso de su mano-

-buenas tardes dormilón! –sonriente ingresa llevando dos platos de comida-

-Nowaki san… -susurra tapándose casi toda la cara con la frazada, dejando descubierto solo sus ojos-  

-sí que dormiste mucho –se acerca con el almuerzo en manos- estás bien?

-s… si… ya es tan tarde?

-sí, ya casi es la una, toma, -entregándoles un delicioso platillo- espero te guste o prefieres que te dé de comer, por mí no hay problema –sentándose en una silla a lado de la cama-

-no está bien, yo puedo solo –intenta sentarse- ahh –suelta un alarido de dolor-

-Hiro chan… -lo observa preocupado- lo siento, es mi culpa que estés… -Hiroki sella sus labios con dos de sus dedos para que no diga más-

-no te disculpes Nowaki san, yo también quise hacerlo… -se sonroja a gran manera- y no me arrepiento –le sonríe con ternura- nunca lo haré

-Hiro san! –el médico no resiste más, deja la comida en el mueble y abraza con mucho amor al menor- te amo y no sabes lo feliz que me haces al decir eso –le da un beso tierno en la frente y luego en los labios- bueno será mejor que comamos o si no se enfriará, además tenemos que ir al cementerio a no ser que quieras quedarte otro día aquí –le sonríe de forma pícara-

-no digas eso!! –le da un almohadazo, agarra su plato y comienza a comer como desesperado-

-jump –ríe el médico- adoro cuando te pones así –piensa enternecido quitándose la almohada que había quedado estampada en su rostro-

Luego de Terminar de comer,  el mayor ayudó al castaño a alistarse para salir inmediatamente y llevarle las flores que con tanto cariño había escogido para su madre; no tuvieron que caminar por mucho tiempo para llegar, pero aun así se apresuraron porque ese día el cementerio cerraba más temprano que de costumbre.

-mira Nowaki san, sigue abierto!! –va corriendo pasando la entrada, en eso sale un guardia de tras del menor, a lo que Nowaki pregunta si hubo algún problema y después de unos minutos le da alcance al menor- que pasó Nowaki san?

-nada importante, -reinician su caminata- es solo que hubo robos dentro del cementerio y por eso ahora todos los visitantes deben registrarse, pero como tú entraste corriendo quiso detenerte pero ya le explique que eres menor de edad y anoté nuestros datos

-ah ya veo, pero es extraño, este lugar siempre fue seguro, creo que la delincuencia va en aumento cada día y ya ni respetan un cementerio; bien ahora si  te llevaré a conocer donde están mis padres –sonriendo lo lleva a paso rápido hasta llegar a las lápidas de sus padres- aquí es…

-woow estas orquídeas se ven tan reales… -menciona Nowaki tocando las flores- son reales?… por…

-las deja una persona que apreciaba mucho a mi madre y prometió siempre dejarle sus flores favoritas –teniendo la vista perdida en la lápida, le dolía mucho recordar a su padre y saber que nunca descuidaba la tumba de su madre lo ponía peor-

-ah, vaya que generosa es esa persona, digo, esas flores son muy costosas, lo sé porque antes trabajaba en una floristería… -dice sonriente- conocías muy bien a esa persona Hiro chan?

-algo así –esa pregunta lo había puesto nervioso-

-y no te gustaría visitarla?

-no creo, además tenemos poco tiempo y vive lejos de aquí –presionando las flores con fuerza- traeré agua para las flores, ya vuelvo –deja las flores y se va corriendo-

-Hiro… chan… -mira extrañado el escape del castaño- quizá hablé de más, fufh, sé que quiero saber todo de Hiro chan pero debo esperar a ganarme su confianza por completo, bueno –se agacha para coger las flores- será mejor que las prepare… -luego de unos minutos Hiroki regresó con el agua y acomodaron las flores, para luego rezar en frente de las tumbas-

-perdón por no poder venir tan seguido mamá, papá, espero me entiendan y nunca olviden que siempre los amaré, yo ahora al fin encontré la felicidad y les pido su bendición –pedía en silencio, lo mismo que un ojiazul-

-señores Kamijou, soy Kusama Nowaki y solo quiero decirles que su hijo es a quien más amo en el mundo, espero bendigan nuestra relación desde donde estén y ténganlo por seguro que haré muy feliz a Hiroki –con esos pensamientos se despidieron y salieron del cementerio al cual no regresarían en mucho tiempo-

Después de esa ansiada visita no les quedó mucho tiempo para dar otro paseo y se dirigieron a la estación de trenes para regresar a su hogar, ambos debían volver a su rutina, pero eso sí, pensaban en cómo sería su relación de ese día en adelante.

Llegaron al caer la noche y a pesar de que no hubo algún contratiempo como en la ida, llegaron al borde del cansancio pero pese a eso Hiroki corrió a atender a sus peces, muy feliz los atendió como corresponde, por otro lado Nowaki pensó que como ese sería su último día en pasar solos, ya que al día siguiente llegaría Tsumori del congreso, quiso dormir con Hiroki, pero solo abrazados, no quería agotar a su amado y menos sabiendo que desde ya era tan suyo como él lo era del castaño. El día siguiente llegó con pesar, sabían que antes que nada debían hablar con Tsumori, era lo justo, Hiroki se sentía mal ya que sabía muy bien lo que el rubio sentía por él y sabía que su relación le dolería mucho, pero sería más injusto ocultar lo que a leguas era evidente, mientras que para Nowaki no era muy distinto, con la diferencia de que sabía que su senpai le había admitido su derrota antes de que saliera de viaje, pero no le correspondía informarle a Hiroki de la decisión de Tsumori, así que solo decidió esperar a que eso sucediera para que así su amado se quede tranquilo con respecto a esa situación.

Mientras tanto en un lugar no tan lejano, el aeropuerto de Narita; Tsumori había pasado una semana muy entretenida, contrario a lo que creía y todo gracias a Kazuki el cual había sido muy tierno, amable y servicial ya que le había alegrado toda la semana, incluso había pensado en todo más relajado y estaba totalmente convencido de que hacerse a un lado había sido la mejor decisión tomada, ya se lo había dicho a Nowaki, aunque no muy convencido entonces, pero ahora lo estaba, quería la felicidad de su amigo y de su amado castaño; no sabía qué había pasado entre ellos durante toda esa semana, pero si no había pasado nada, golpearía a Nowaki, estaba seguro de eso y pues ahora solo le quedaba hablar con Hiroki para que no se sintiera triste de haber elegido a Nowaki.

Estaba muy cerca de su hogar, el taxista se había apresurado sin que se lo pidiera, pero lo agradecía internamente. Ya en la puerta dio un largo suspiro y se adentró, grande fue su sorpresa al no encontrar ni a Hiroki, sabía que era probable que su kouhai estaría en el hospital, pero el castaño estaba de vacaciones, luego pensó que probablemente había ido de compras, idea que se hizo más sustentable a ver el refrigerador casi vacío; después de esperar alrededor de una hora, tiempo justo que le dio para acomodar de nuevo sus cosas en su recámara, escuchó que alguien entraba en el departamento. Se apresuró a darle alcance y solo vio como Hiroki entraba a la cocina llevando las compras.

-ahh –suspira dejando las pesadas bolsas de compras sobre la mesada- esta vez sí que fue mucho –pasando el dorso de su mano por su frente para secarse el sudor formado por el esfuerzo que había realizado-

Hiroki!! –corre hasta él y sin esperar a que se diera vuelta lo abraza por detrás- ya llegué pequeño –levantándolo del piso y comienza a dar vueltas, le emocionaba mucho ver al castaño-

-Tsumori san! –se sobresalta-

-si soy yo ja, ja, ja, -se detiene y le da la vuelta a Hiroki para quedar de frente- me extrañaste verdad?  -le pregunta sonriente-

-claro que si Tsumori san –responde evitando mirarlo a los ojos- bienvenido a casa –sonríe quedamente-

-sucede algo Hiroki? –extrañado por las facciones forzadas que mostraba el menor-

-descuida Tsumori san, no es nada… -se desvía hacia las compras- que te parece si comemos, como sabía que el tiempo no me sería suficiente traje algo ya preparado y así mientras comemos me puedes contar cómo te fue en tu viaje –sonríe más naturalmente-

-ok… -responde siguiéndole la corriente, no quería alterarlo de buenas a primeras así que solo tomó el plato que le ofrecía y ambos se fueron a sentar en el sillón-

Tsumori le contó toda su travesía en Akihabara, el cómo conoció a un colega que se brindó a ser su guía turístico, hasta como había parado a ese médico engreído, cosa que el menor lo reprochó por su falta de respeto a sus superiores y mayores, eso le hizo reír al rubio, contagiando a Hiroki, ni bien estaba por contarle como eran esos lugares que conoció, llegó Nowaki quien un tanto sorprendido saludó feliz a su senpai, sabía que llegaba ese día, pero era raro que el congreso no durara más de una semana como solía hacerlo, aun así lo saludó emocionado y con fraternal abrazo; entonces Tsumori no se  molestó en contar nuevamente todo lo que había vivido y disfrutado en su viaje, dándole un gusto a Nowaki ya que el hecho de que su senpai conociera a alguien, era avanzar mucho después de haberse dado por vencido con su amado castaño.

Así entre conversación y conversación pasó todo el día y el plan de Tsumori de hablar con Hiroki se fue al caño, al día siguiente no fue muy diferente ya que tuvo que pasar mucho tiempo en el hospital, pese a estar fuera por solo una semana debía reincorporarse y archivar su nuevo certificado en su currículo.

Ya cuando tuvo tiempo para lograr su cometido, parecía como el mundo conspirara para no hablar con Hiroki, ya que hubo un grave accidente y como faltó personal requirieron sus servicios desde temprano; un nuevo día llegó, estaban en la segunda mitad de la semana y aún no había podido lograr su cometido, había tratado de hablarle o pedir hablar con él, pero Hiroki solo lo evadía, casi nunca lo miraba a los ojos e inventaba excusas baratas para no estar a solas con él como que tenía mucho que hacer, o atender a sus peces u alguna otra tontería; harto de todo Tsumori se puso firme, no permitiría que otro día pasara sin decir nada y así decidido llegó a su departamento donde encontró al castaño ordenando el comedor.

-hola Hiroki!

-Tsumori san!, bienvenido…

-te invito a comer un helado, qué te parece?

-no lo sé Tsumori san, quería hacer una limpieza general y… -ahí estaba, evitando mirarle a los ojos y otra vez inventando una excusa-

-eso puede esperar, en serio necesito hablar contigo –lo mira seriamente-

-es que también tengo que preparar la cena

-ya Hiroki!, vamos y de regreso compraremos algo para cenar –dice autoritario, evitando así cualquier replica por el menor, quien no supo cómo más negarse, así que cabizbajo asintió derrotado, sabía que ese momento llegaría, lo había tratado de evitar, pero ya era mucho; llegaron a un lugar modesto se sentaron en un lugar un tanto aislado y como el rubio le dijo le compró un helado, el cual Hiroki apenas daba pequeños bocados-

-Hiroki, mírame por favor –le suplica-

-… -se tensa al escuchar aquella petición, pero con mucho esfuerzo lo logra hacer, pero su mirada reflejaba dolor, mezclado con un tanto de traición y temor al mismo tiempo-

-fuffh… -suspira al ver esa mirada, pero solo decide responderle con una pequeña sonrisa- tranquilo Hiroki, no te cité aquí para juzgarte ni reprocharte nada, al contrario, solo quiero tu tranquilidad… -suelta confundiendo un poco al castaño- elegiste a Nowaki, verdad?

-cómo?... –susurra-

-lo sé?, _pregunta interrumpiendo al menor- vamos Hiroki, cómo no saberlo, la manera en que lo miras, el cómo se hablan y otras sutilezas que es inevitable pasar desapercibidas fueron la que los delató y no lo digo solo por lo de recién, desde antes de mi viaje ya lo sospechaba, desde entonces me percaté de lo diferente en cómo nos mirabas a cada uno, pero aun así quise seguir intentándolo, aún tenía la esperanza de que tal vez veía mal, pero solo me estaba ilusionando, lamento no habértelo dicho antes, yo los quiero mucho, a ti y a Nowaki, es por eso que no podía seguir jugando con los sentimientos de ambos y solo debía dejarlo florecer…

-lo siento… yo no quería lastimarte Tsumori san, pero me enamoré de Nowaki san… -suelta algunas lágrimas-

-lo sé, no voy a negarte que me duele, pero ya tomé mi decisión, prefiero verlos a ambos muy felices, que restringiéndose solo para no dañar mis sentimientos, no es tan malo, aún soy joven y no soy nada feo, -se ríe- todavía puedo volver a enamorarme, verdad? –Hiroki asiente quedamente con una pequeña sonrisa- pero esta vez me aseguraré en no tener competencia y menos alguien tan bueno como Nowaki, ja, ja –se ríe  con mayor fuerza contagiando al menor-

Luego de esa necesaria conversación, todo se apaciguó, Hiroki se reprochaba mentalmente por todo el desplante que le hizo al rubio al tratar de evitarlo a toda costa, cuando Tsumori solo quería que todos estuvieran bien, sin duda seguía comportándose de forma inmadura, pero era normal aún tenía 16 años y a esa edad la mayoría solo quiere evadir los problemas y no enfrentarlos, cuando la mayoría de las veces, enfrentarlos resulta mucho más fácil que huir de ellos. Cuando Nowaki llegó los encontró riendo felices y supo que al fin podían dejar de ocultar su amor, claro que tampoco era de darle tanta rienda suelta; comieron, vieron una película, rieron, todo los tres juntos.

Así pasó el resto de la semana con bastante tranquilidad y con un par de tortolitos enamorándose más día tras día, aunque para Hiroki era sigue difícil mostrar sus sentimientos, ya que seguía siendo un poco aprensivo con ellos, pero resuelto a cambiar y ser más espontáneo, decidió que ese día sería más cariñoso, preparó una deliciosa cena y los vestigios de una velada romántica, ese día Nowaki llegaría antes del anochecer y para su suerte Tsumori no terminaría su turno hasta entrado el día siguiente, quería sorprender a su novio y mostrarle que él también tenía iniciativa. Tan afanado estaba en terminar todo a tiempo que casi no escucha el timbre y un poco extrañado va a abrir la puerta.

-será que Nowaki san olvidó su llave? –se pregunta mentalmente, mientras lentamente abre la puerta ilusionado por ver a su amado- … -queda petrificado y sin habla al ver que no se trataba de su amado ojiazul, si no de alguien que nunca más creyó ver, no tuvo más reacción que hiperventilarse por el miedo-

Ahí estaba él, en la entrada se encontraba su peor pesadilla hecha realidad, con una sonrisa sádica y llena de satisfacción, la persona que más daño le había hecho y que deseaba nunca más volver a ver en su vida, pero sobre todo al que creía muerto.

-al fin te encontré, –adentrándose en la vivienda- Hiroki… -sonríe satisfecho de lograr su cometido-

Le satisfacía de sobremanera ver la aterrada expresión que mostraba su presa

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).