Al día siguiente luego de que Luka volvió del colegio y terminó de hacer sus deberes estaba con él acompañándolo a merendar.
-Cariño, necesito contarte una historia muy importante para mi.
-Te escucho papi-me dijo dejando su plato en la lava vajilla y volviéndose a sentar.
-Cuando tu estabas en mi vientre...yo no estaba con tu papá Cristóbal.
-¿Entonces con quien estabas?-me preguntó preocupado.
-Pues era un chico de mi edad que me había ayudado mucho y acompañado en esos momentos.
-¿No es Roberto?-mencionó a uno de los amigos de Cristóbal
-No. Aun no tenía a ninguno de mis amigos de ahora. El se llama Erland.
-¿No vive en el país? Nunca te había escuchado decir su nombre y yo tengo muy buena memoria.
-Pues, tuvimos un problema y luego nos alejamos, por mucho tiempo, pero él te quiere muchísimo, entonces siguió preocupado por ti.
-¿Como puedes ser si yo no se de él?
Me levante-Quiero que vengas conmigo- tomé su mano y subimos al ático. Me senté en un banquillo y puse uno a mi lado para Luka quien se sentó algo confundido- En este baúl, está la prueba de que Erland siempre ha estado pendiente de ti.-lo abrí con mucho cuidado y en una caja estaban las cartas y tarjetas que el le había enviado.
-¿Por que nunca me las entregaste? Son todas para mi-dijo molesto revisándolas una a una.
-Ese es el problema. Si tu padre se entera que Erland sigue manteniendo contacto contigo él se molestaría mucho.-en ese instante dejó las cartas y cerró el baúl.
-Entonces no quiero saber nada de él-me sorprendió su actitud-Si esto hará triste a papá Cristóbal, prefiero no saber de ese señor.
-Cariño, no es necesario que tu padre se estere.
-Yo no quiero mentirle a mi papá. Tu me enseñaste que es malo mentir.
-En algunas situaciones en bueno hacerlo, para no dañar a las personas. Erland estaría muy feliz de verte, pero tu padre no puede saber que fuimos con él.
Luka me miró muy desconfiado.
-El sábado vamos a un parque de diversiones y lo conocerás. Verás lo bien que lo pasamos.
-¿Un parque de diversiones?-parecia un poco mas interesado con aquella idea.
-¡Si lo pasaremos muy bien los tres!-entonces volvió a sonreir
Llegó el sábado y salimos temprano para tratar de llegar apenas abrieran los juegos y junto a la rueda de la fortuna ya estaban esos ojos turquesas que adoraba. Nos acercamos y aunque parecía imposible su sonrisa iluminó todo el lugar, me miró y luego se agachó para mirar a los ojos a Luka.
-Hola. Tu debes ser Luka.- le acarició el cabello
-Buenos días señor. Soy Luka. ¿Tu eres Erland?-le ofreció su mano y Erland la tomó fingiendo seriedad.
-Que niño tan educado eres Luka. Si soy Erland Wolff.
-Mis padres me han enseñado muy bien.-se giró y comenzó a inspeccionar los juegos. Erland aprovechó este descuido y besó rápidamente mis labios, yo lo alejé riendo.
-Comportese señor Erland.-dije en un susurro.
Disfrutamos de cada entretención, juego, la comida, aunque Luka siempre estaba algo a la defensiva con Erland. Mi rubio cada descuido y distracción de Luka aprovechaba de darme un roce, una caricia, un beso leve. Ya casi anocheciendo, Luka estaba en el carrusel, nosotros estábamos observándolo.
-No se si fue correcto haber traído a Luka. Ha estado muy a la defensiva contigo, quizás no lo has pasado muy bien con esto.-le miré preocupado
-Por supuesto que no. Al contrario me lo he pasado tan bien como en mucho tiempo no lo hacia, estar con ambos me ha llenado el corazón de felicidad. Ver a Luka tan grande, su inteligencia, los gestos que me recuerdan a ti-me quedó mirando con una gran sonrisa.-Solo refuerzan la idea que tengo de recuperarlos. El cariño de Luka.-volvió su mirada a mi hijo-Me lo ganaré en algún momento. Lucharé por ello.
Ya estábamos despidiéndonos para irnos. Erland me miraba como un cachorro abandonado.
-Luka ¿puedes esperarme un minuto en el auto? Vuelvo enseguida-esperé que se subiera y tomé a Erland del brazo corriendo a la parte de atrás de la boletería donde no estaba iluminado.
-¿Para que...?-me miró extrañado, pero no lo dejé continuar me abracé a su cuello besándolo apasionadamente, el correspondió y sujetándome por la cintura me apegó contra la pared profundizando el beso. Nos alejamos mirándonos. Acaricié su rostro.
-Fue el mejor día en años-susurró, cuando iba a contestar...
-Papi...-empujé rápidamente a Erland y me acerqué bastante incomodo a mi pequeño
-Cariño te dije que me esperaras en el auto-le acaricié su cabeza
-Es que extravié mi conejito en el carrusel. ¿Podemos volver por él?
-Claro-tomé su mano y miré hacia atrás a Erland quien estaba algo descolocado.-Adios Erland.
-Que lleguen bien-hizo un gesto de adiós que Luka respondió rápido y se apresuró enmostrarme el camino al carrousel.
Volvimos a casa y luego de un baño se quedó profundamente dormido. Recibí la llamada de Erland.
-¿Te encuentras bien? Cuando nos despedimos estabas bastante descolocado.
-Estoy bien. Solo que no quiero que la imagen que Luka tiene de mi se destruya y Cristóbal pueda usar eso en mi contra.-sentí un largo silencio al otro lado, parecía no haberle convencido mi respuesta.-Erland, quiero volver a estar contigo, pero no quiero cometer errores que me puedan separar de mi pequeño Luka.
-Entiendo, solo me fue chocante la manera que reaccionaste.
-Te lo compensaré. Te lo juro.
-¿Por que no vienes en la semana? Te invito a cenar en mi penthause.
-De acuerdo. Me pondré de acuerdo con la niñera y te estaré avisando.
-Excluyendo lo último...fue un día realmente maravilloso.
-Para mi también lo fue. Aunque lamento lo que pasó al ultimo. No debí haber exagerado.
-Está bien. Ya lo olvide. Solo por que vendrás pronto y podremos estar solos.
La manera que lo dijo hizo que se me subiera el rubor a las mejillas.-Entonces nos vemos.
-Te esperaré con ansias.-sentí el tono de colgado en el móvil. Me lancé sobre la cama imaginando que aquellos gestos que había tenido este día eran mas profundos, mas largos, mas...
-Ya quiero que llegue ese día Erlan-susurre sonriendo
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