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49. Toma mi Mano (29) por dayanstyle

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Changbum apareció directamente en el dormitorio de Hyuk. Tenía que asegurarse de que el chico estaba bien. Hyukjin se estaba volviendo loco de preocupación por su hermano, y Changbum haría lo que fuera necesario para hacer que Hyukjin estuviera feliz y tranquilo.

Lástima que iba a estar furioso con él cuando regresara al estudio. Era cierto que no le había dicho nada a Hyukjin acerca de los shifter, pero si hubiera sabido que iba haber una guerra sin cuartel en el rancho, se lo habría dicho a su pareja.

Pero, ¿quién infiernos podría haber predicho esta mierda?

 

Cuando Changbum vio que la habitación estaba vacía, abrió la puerta del dormitorio y asomó la cabeza por el pasillo que estaba desierto. Por extraño que pareciera no escuchó ninguna pelea abajo. El silencio era inquietante.

Caminando hacia las escaleras, Changbum vio por casualidad a dos lobos sentados en la parte inferior de los escalones. Bueno, ese era el único camino, no había otra opción. Changbum estaba seguro de que había visto más de una docena de lobos entrar al rancho de los Moon. Eso significaba que había más de diez lobos por aquí en alguna parte.

Pero, ¿dónde?

 

¿Y dónde estaban los osos? Estaba preocupado por sus dos hermanos, pero sabía que Chanyong y Sanghoon podían defenderse solos. Después de todo, habían crecido con un padre como  Sang Kyung.

 

-Vas a decirme dónde está mi hermano, o voy a matar a tu  pareja.

Changbum se quedó helado. No reconoció la voz, por lo que tenía que ser de uno de los lobos. Su ira se disparó al pensar que uno de los osos, o sus parejas estaban siendo amenazados. Podría no confiar completamente en los osos, o cualquier otro shifter, pero ellos lo habían aceptado cuando su propio padre ya no lo quería. Changbum se sentía moralmente obligado a ayudar a los osos. Ellos no eran salvajes, no como su padre, y Changbum estaba empezando a sentir que tal vez en realidad podría establecerse aquí y ser parte de esta familia ahora que  estaba emparejado. Hyukjin necesitaba un hogar estable, un lugar que pudiera llamar suyo. Changbum nunca había pensado en esas cosas antes, no hasta Hyukjin. Él quería a su pareja feliz. Quería un lugar donde construir recuerdos con el humano.

Y ¿qué mejor lugar que un hogar lleno de amor lleno de hombres que podrían ayudarlo a proteger a su pareja? Pero incluso si él no estuviera buscando una manada, Changbum aun así ayudaría a los osos.

Los osos eran siempre agradables con Changbum, lo hacían sentirse bienvenido. Era Changbum quien rehuía de todos, negándose a la atención. Si no se cuidaba podría salir lastimado otra vez. Y una traición en su vida era suficiente.

Pero cuanto más tiempo pasaba en torno a Eric y su familia, Changbum estaba empezando a ver que los Moon eran una raza mejor que la de los vampiros. Quizás. Infiernos, él no estaba seguro, pero Changbum estaba cansado de alejar a todo el mundo. Él quería ser parte de esta familia. Quería que su pareja fuera parte de esta familia llena de amor.

Maldición, el emparejarse lo estaba convirtiendo en un debilucho. ¿Quién iba a saber eso?

 

Viendo a los dos lobos que seguían en el suelo de la parte inferior de la escalera, Changbum sabía que no tenía otra opción. Si él iba a salvar a Hyuk tenía que aparecerse en la sala. Era un riesgo enorme, pero Hyukjin contaba con él.

«Aquí viene otra jodida idea loca».

 

Changbum jadeó, tan pronto como apareció en la sala. Una mano estaba alrededor de su cuello apretándose en segundos, sus garras salieron pero no logró hacer mucho cuando su visión se volvió borrosa.

-¿Quién infiernos eres? -el extraño gruñó.

 

Los ojos de Changbum se inundaron. Se llenaron de lágrimas color rojo sangre, mientras trataba desesperadamente de llevar aire a sus pulmones. Él estaba siendo levantado del suelo, sus pies colgaban mientras la presión aumentaba en su cuello. Dios, el hombre iba a quebrarle el jodido cuello. Changbum luchó para liberarse, pero el control del hombre era demasiado fuerte.

-¡Lo estás matando! -Eric gritó desde el otro lado de la habitación-. ¿Cómo puede contestar si no puede hablar?

A través de su visión borrosa, Changbum vio el gesto del hombre. -No debería haber venido a nuestra pequeña fiesta.

Con toda la fuerza que le quedaba, Changbum movió la pierna hacia atrás y lanzó un golpe, al parecer conectó con algo, porque el shifter soltó a Changbum y aulló de dolor. «¡Deja que el bastardo recupere sus testículos de su garganta!»

Siendo un hombre, Changbum debería haberlo sabido bien, pero él estaba peleando por  no ser asfixiado hasta la muerte. «Todo se vale...»

Changbum cayó al suelo, arañando su garganta, luchando contra el ardiente dolor mientras llevaba aire a sus pulmones. Él no estaba seguro de si su maldita tráquea se había dañado, pero seguro como el infierno que así se sentía.

Eric levantó a Changbum desde el suelo, empujándolo detrás del enorme oso. Changbum cayó de rodillas, siseando mientras veía al shifter que lo había estado ahogando.

«Adelante, Changbum. No es más que un shifter salvaje. Ellos no saben nada acerca dela bondad o la misericordia. Mátalo y sentirás lo que es librar al mundo de criaturas violentas, sin control».

Las palabras de su padre llegaron a la mente de Changbum mientras sentía su interior calmarse, sentía la sangre en sus manos inundándolo. Sus ojos vieron a otro lobo, este sostenía en sus garras la garganta de Hyesung. Ahora Changbum sabía por qué Eric no había matado al bastardo. Ellos sostenían a su pareja de rehén.

-Entrégamelo -dijo el hombre que había estado ahogado a Changbum mientras se ponía de pie-. Quiero a ese bastardo.

-No -dijo Eric negando con la cabeza.

-Ven por mí -dijo Changbum poniéndose en cuclillas. Su voz era ronca, sonaba a papel de lija, pero él estaba muy seguro de que el hombre lo entendió-. Es decir, si eres lo suficientemente hombre.

-Bastardo chupasangre -gritó el hombre mientras atravesaba el cuarto. Changbum desapareció, reapareciendo justo detrás del lobo que sostenía a Hyesung. En un abrir y cerrar de ojos, Changbum rompió el cuello del shifter y empujó a Hyesung hacia Eric.

El oso rugió, atacando al lobo mientras Changbum tomaba a Hyuk de la esquina en la que el humano estaba hecho bola y desapareció del rancho. Había visto que Sanghoon y Chanyong estaban ilesos, y Changbum sabía que sus hermanos podían cuidar de sí mismos, pero Hyuk no podría.

Cuando llegó al estudio, Sanghoon y Chanyong llegaron con Dongho, Yoseob, Mir, y G.O.. -¿Dónde está Hyesung? -Changbum preguntó.

-Él no los dejaría -dijo Chanyong viendo a  su alrededor-. ¿Dónde está Hyukjin?

-¡Regrésenme! -Mir gritó-. Yo lucharé al lado de mi pareja.

-Pero eres humano -señaló Changbum buscando alrededor a su pareja.

-¿Y? No importa de qué raza sea. Lee Joon es mi pareja. Lucharé junto a él, moriré junto a él, viviré junto a él. Todo lo que soy está entrelazado con mi pareja. Ahora ¡llévenme de regreso!

Changbum se quedó sorprendido por el estallido de Mir. Él nunca había visto a Hyukjin de ese modo. Había visto a su pareja como alguien a quien tenía que proteger y mimar, alguien que lo necesitaba, porque era de una raza más débil. Ver a Mir demandarle a Sanghoon que lo regresara, hizo que respetara al humano y lo viera con una luz completamente nueva.

¿Habría subestimado a Hyukjin? ¿Podría Hyukjin haber luchado junto a él? Changbum pensó acerca de cómo lo ahogaron, y sabía en su corazón que él no hubiera querido eso para Hyukjin. Su pareja humana sería un mayor objetivo.

-Lee Joon pateará mi trasero si te lastiman -señaló Sanghoon pasando su mano sobre el brazo de Mir-. No voy a llevarte de regreso.

Changbum miró a su alrededor, pero no vio a Hyukjin por ningún lado. Sabía que su pareja estaba enojado con él, pero se suponía que debía esperar a Changbum en el estudio. Changbum cerró los ojos y abrió la llamada de la sangre, dejando escapar una serie de maldiciones cuando sintió en dónde estaba realmente su pareja. La sangre de Hyukjin llamaba a Changbum, y era en dirección del rancho.

-Hyukjin regresó al rancho -dijo mientras se tambaleaba un poco hacia atrás. Su pareja se había ido de nuevo a la batalla. ¿En qué jodidos estaba pensando su pareja? ¿No confiaba que Changbum pudiera mantener a Hyuk seguro? Changbum no estaba seguro de si debería estar enojado u ofendido.

-Entonces me llevas con él -dijo Hyuk agarrando el brazo de Changbum y jalándolo-. Mi hermano arriesgó todo para salvarme. No puedo dejar que luche solo.

Changbum vio los ojos grises claro de Hyuk, sin saber qué debía hacer. Hyukjin no lo perdonaría nunca si Hyuk resultaba herido, pero su pareja había desobedecido a Changbum poniéndose en peligro.

Iba a palmear el trasero de Hyukjin.

-Debería de estar peleando -dijo Mir con las manos en un puño a sus costados-. Las parejas no somos criaturas que deban ser escondidas cuando una  mala mierda suceda. Luchamos con nuestras parejas.

Hyuk asintió. -Quiero regresar con Leo.

 

¿Sabría Hyuk que Leo era su pareja, o él solo sentía la atracción? -No puedo -dijo Changbum desapareciendo rápidamente del estudio. No había manera de que llevara a las parejas de nuevo a la batalla. Los osos lo matarían.

Changbum apareció en el patio del rancho, viendo que los lobos Timber habían llegado y se habían unido a la lucha. Changbum gruñó cuando vio a Luhan. Ese hombre era nada más que problemas. En el corto período de tiempo que Changbum conocía a  la manada tenía la clara impresión de que Luhan era terror sobre pies.

 

-¿Dónde está Hyukjin? -Changbum gritó.

 

Luhan negó con la cabeza mientras Zelo levitaba la parrilla del porche trasero y la lanzaba a un lobo. -Corrió al interior.

Su pareja iba a acortar la vida de Changbum. Esta vez Changbum usó la puerta. No quería correr el riesgo de ser atrapado de nuevo con la guardia baja y lograr que lo ahogaran. Una vez fue suficiente. Entró en la cocina, escuchando los combates en la sala. Changbum se adelantó, al ver a su pareja subir corriendo las escaleras, y un lobo siguiéndolo de cerca.

«¡Maldición!»

 

-¡Hyuk! -gritó Hyukjin mientras Changbum subía corriendo las escaleras, derribó al lobo que seguía a su pareja. «Maldición». Esta noche iba de mal en peor. Si Hyukjin jodía todo y se lastimaba, Changbum se iba a enojar.

Después de luchar con el lobo, Changbum logró liberarse y siguió a su pareja. Se preocuparía por matar al lobo en las escaleras después, estaba carcomiendo su conciencia que tenía que tomar una vida.

Él no era su padre.

-¿Dónde está Hyuk? -Hyukjin preguntó en un ataque de pánico, sus ojos café revisaban salvajemente el pasillo.

-A salvo, en donde deberías de estar tu -gruñó Changbum, tomando a su pareja de la cintura y llevándoselo al estudio.

-¡Hyukjin! -gritó Hyuk-. Oh Dios. Pensé que esos lobos iban a matarte.

Changbum vio como Hyukjin tomaba a Hyuk, con lágrimas en sus ojos mientras abrazaba a su hermano. Ahora que sabía que ambos hombres estaban a salvo, Changbum regresó a la lucha.

Trataría con su pareja después.

 

 

-Vámonos, Hyuk -dijo Hyukjin mientras jalaba a su hermano hacia la puerta. Tenían que salir de este lugar de locos. Si no lo hacían, él podría terminar tan loco como todos los demás. Sólo era una batalla y Hyukjin sabía que no podría manejar el vivir aquí.

Estas personas estaban jodidamente locas.

 

Y el más grande de todos los locos era Changbum.

-Pero no me quiero ir, Hyukjin -dijo Hyuk mientras cubría la mano de Hyukjin con la suya.

-¿Qué quieres decir con que no te quieres ir? -Hyukjin preguntó, mientras jalaba la mano de Hyuk, tratando de lograr que su hermano se moviera-. Viste lo que sucedió ahí. ¿Puedes honestamente decir que no te quieres ir? Acabamos de ver a hombres cambiar a animales. ¿Cómo no te quieres ir, Hyuk?

-Porque -fue la única respuesta que dio Hyuk.

 

Hyukjin entrecerró los ojos. -No quieres dejar  a Leo, ¿verdad? ¿Es eso? No quieres dejar esa casa de locos, ¿porque tienes algún tipo de enamoramiento por ese chico? Ni siquiera es un hombre, Hyuk, Leo es un oso. -¿Cómo podía hacer que su hermano viera lo que Hyukjin veía? Quedarse aquí sólo era pedir ser atacado de nuevo.

Hyuk se encogió de hombros, con una petulante expresión.

¿Estaba el hombre haciendo pucheros?

 

No necesitaba eso ahora, porque si Hyukjin admitía la verdad, no iba a querer irse. Pero no podía arriesgar la vida  de Hyuk. Su hermano significaba más para él que toda la locura en el mundo.

O en la Villa Kim.

-Escúchame -Hyukjin liberó la mano de su hermano, acunando la cara de Hyuk-. Tenemos que permanecer juntos. A  donde yo voy, tu vas, y viceversa. ¿Te acuerdas?

-Hyukjin preguntó, sonriéndole débilmente a su hermano menor, presionando sus manos con más firmeza en el rostro de Hyuk-. ¿Qué pasa si la próxima vez te hacen daño, o algo peor? No podría vivir con eso, Hyuk.

Hyuk parecía al borde de las lágrimas, pero asintió, colocando sus manos sobre las de Hyukjin. -De acuerdo.

Hyukjin se sintió aliviado de que Hyuk no iba a pelear con él en esto. Agarró la mano de Hyuk, y lograría salir con un infierno de este lugar. Por mucho que odiara la oscuridad, Hyukjin estaba dispuesto a enfrentar su miedo con el fin de lograr que Hyuk dejara este pueblo.

¿Qué pasa si la próxima vez Hyuk no lo lograba?

 

La idea hizo que Hyukjin se sintiera físicamente enfermo.

 

Cuanto más se acercaban al pueblo, el corazón de Hyukjin se sentía más pesado. Pensó que sería fácil irse, que sería fácil salir, dejar a Changbum. No lo era. Hyukjin no se había dado cuenta de lo mucho que había llegado a preocuparse por el hombre. En un corto período de tiempo, Hyukjin se había enamorado. Él dejó escapar un suspiro lento, haciendo todo lo posible para ocultar adentro su miseria por la separación de Changbum. Esto era lo mejor. Y saber que estaba alejando a Hyuk de esta locura no hacía que le doliera menos dejar a Changbum.

Pensó en cómo Changbum lo sostenía como si le importara. Como si él fuera la única cosa en el mundo que a Changbum le importara. Hyukjin pensó en la bella sonrisa del hombre, la forma en que Changbum lo tocaba con cuidado. La forma en que los besos del hombre llevaban a Hyukjin al borde en cada ocasión.

Joder necesitaba dejar de pensar en Changbum.

 

Si no dejaba de pensar en cómo Changbum lo hacía sentir, o lo que Changbum le hacía a su corazón, Hyukjin nunca se iría. Él regresaría con Changbum como una polilla atraída por una llama ardiente. Cuando Hyuk no podía verlo, Hyukjin se limpió las lágrimas que habían comenzado a caer.

Dios, ¿por qué alejarse de Changbum era tan duro? Era como si su corazón estuviera encadenado al hombre, y no podía liberarse sin importar la distancia que pusiera entre ellos.

 

-Siempre podremos regresar -dijo Hyuk en silencio a su lado.

Sí, podrían hacerlo. Pero, ¿dónde estarían mañana en la noche, o pasado mañana? Solo rezaba por ser lo suficientemente fuerte para mantenerse alejado. Esto lo estaba matando. Hyukjin quería irse, y quería quedarse. Estaba tan confundido. Era una decisión difícil. Quería el placer que conoció con su pareja, la felicidad que sabía que podía encontrar con el hombre, pero no podía lidiar con el dolor de saber que Hyuk estaría en constante peligro.

También se dio cuenta de que Changbum estaba en constante peligro. ¿Podría vivir sabiendo eso? ¿Podría enfrentar el hecho de que podía perder al hombre? Dios, no sabía qué hacer. Él solo no sabía qué hacer.

-Hyukjin, escúchame -dijo Hyuk poniendo su mano sobre el brazo de Hyukjin-. Tenemos que regresar. Huir no resuelve nada.

-No estamos huyendo -replicó Hyukjin, haciendo todo lo posible para ocultar el hecho de que había estado llorando.

-A mí me parece que estás tratando de convencerte de ese hecho -dijo Hyuk-. Te importa Changbum. ¿Por qué estás huyendo de él?

«Porque».

«Maldición». Hyukjin sabía por qué estaba huyendo.

 

Estaba huyendo, porque no podía confiar su corazón en las manos de Changbum. Estaba demasiado aterrorizado para dejarse llevar y amar al hombre. Él era un preocupón, un pesimista. Y el Señor sabía que Hyukjin era el más grande sobre analizador del planeta. Había revisado su relación con Changbum una y otra vez, pero no podía encontrarle ningún sentido.

«Mierda».

 

Hyukjin dejó de caminar, pasando sus manos por su cabello mientras maldecía en voz baja. El hombre lo emocionaba y lo asustaba al mismo tiempo, y Hyukjin no sabía cómo manejar eso.

-Porque, Hyuk, él me asusta -confesó Hyukjin.

-¿Por qué? -Hyuk se veía sorprendido-. ¿Por qué te asusta Changbum?

-Porque tengo su corazón.

Hyukjin se dio la vuelta para ver a Changbum de pie detrás de él.

-¿Cómo infiernos hiciste eso?

-Oh -dijo Hyuk mientras los veía a los dos-. Esto es extraño.

Si Hyukjin no estuviera tan malditamente confundido se habría reído. Hyuk golpeó su cabeza con la uña. Changbum siempre se las arreglaba para escuchar las cosas que Hyukjin no quería que él supiera. Hyukjin sabía que sólo debería irse, simplemente salir de la Villa Kim y no regresar jamás. Pero  su cuerpo lo traicionó. No quería nada más que correr a los brazos de Changbum.

Pero estaba asustado.

 

Así muchos “qué pasaría sí” corrían por su mente que Hyukjin no sabía qué dirección tomar.

-¿Realmente temes que te lastime? -Changbum preguntó mientras daba un paso más cerca.

Hyukjin vio a Hyuk, mordiéndose el labio inferior mientras se metía las manos en los bolsillos delanteros y se encogía de hombros.

-Dale al hombre una oportunidad -dijo Hyuk-. Nunca lo sabrás si al menos no lo intentas.

Sí, pero eso implicaba confiar. ¿Se atrevería?

-Hyukjin.

 

Hyukjin se giró hacia Changbum, perdiéndose en esos hermosos ojos negros del hombre. Él podría ahogarse en ellos, y Hyukjin lo sabía. Vio el miedo en los ojos de Changbum y supo por primera vez que Changbum estaba tan asustado como él lo estaba.

¿El hombre también temería ser lastimado?

-Hyukjin, tan solo toma mi mano -dijo Changbum llegando junto a Hyukjin-. Sea lo que sea, vamos a caminar a través de ello juntos.

-Awww -dijo Hyuk mientras empujaba el hombro de Hyukjin-. Mejor dale una maldita oportunidad.

-He encontrado que a veces los hermanos menores saben de lo que están hablando -dijo Changbum.

Hyukjin veía la mano extendida de Changbum y sabía que no podía alejarse. Sabía que no podía irse dejando su corazón atrás.

 

Estaba aterrorizado. Aterrorizado de todo.

No solo tenía miedo de amar a Changbum, sino de tomar su corazón y confiárselo a otra persona. Nunca había estado enamorado antes, y le asustaba. Vio cómo su madre nunca fue la misma después de la muerte de su padre. Cómo lloró su muerte hasta el día de su muerte. La oía llorar por él en su habitación por las noches, y no había nada que Hyukjin pudiera hacer para consolarla.

No quería saber cómo se sentía el dolor de ese agujero en su corazón.

A pesar de la locura de la que había sido testigo aquí en este tranquilo pequeño pueblo, o del miedo que había envuelto sus garras en él cuando pensaba que Hyuk estaba en problemas, o cuando Changbum había desaparecido y que no tenía idea de si su pareja—«Dios, mi pareja».

Hyukjin sabía sin duda que tratar de alejarse de Changbum había sido el movimiento más tonto de su vida. Había estado cerca de tirar lo que podría equivaler a una vida feliz y loca como el infierno, pero feliz.

No podía dejar que su miedo a perder a Changbum cuando muriera le impidiera vivir.

Hyukjin levantó el brazo, colocando su mano en la de Changbum. Su pareja le dio un leve jalón, y Hyukjin, Dios le ayude, cayó en los brazos de Changbum. Rodó los ojos cuando Hyuk comenzó a aplaudir, y gritar detrás de él. El hombre no tenía ningún maldito sentido común. Podía sentir las vibraciones de la risa de Changbum en su pecho.

-Vamos, bebé, vamos a nuestro hogar. -La respiración de Changbum le hacía cosquillas en el oído a Hyukjin.

A Hyukjin le gustaba como se oía eso.

-Y en cuanto a ti -dijo Changbum-, hay un oso enfurecido buscándote.

Hyukjin se giró para ver a Hyuk con la mayor sonrisa en su rostro. La maldita sonrisa estaba cerca de partir su rostro a la mitad. -Entonces yo digo que empecemos a movernos.

Hyukjin apoyó la cabeza sobre el pecho de Changbum, inhalando el almizclado olor del hombre, el varonil aroma, y sentía que ya estaba en el hogar.

 

Continuara...

 


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