Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

50. La caída de Leo (30) por dayanstyle

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—No me gusta —dijo Jongin desde el sofá del despacho de Jaehyo—. ¿Pensé que no te gustaba la política, Jaehyo?

El Príncipe de los vampiros se echó hacia atrás, con un ceño profundo alrededor de la boca y las negras cejas, seriamente derribado. —No me gusta la política. Me irrita un infierno que los Ancianos vayan a mi club y hagan demandas. Son un montón de viejos aburridos que actúan como mujeres en un círculo de tejido. —Jaehyo se inclinó hacia adelante, viendo a los asistentes en el cuarto—. Pero esto va a ser diferente. Si no formamos un Consejo, entonces el problema de los rebeldes sólo va a empeorar. Las criaturas paranormales deben aprender que habrá consecuencias si deciden seguir sin escrúpulos. Es necesario que existan sanciones en lugar de castigos.

Jongin se recargó, suspirando. No sólo Jaehyo había solicitado la reunión, sino que también había llamado a Changjo, el Alpha de la manada de lobos grises del este. Él había citado también a Him Chan, líder de los guerreros demonios, a Kiseop, líder de los elves de las sombras, a Nam Joon, líder de las bestias aladas, y a Jungmin, el líder del Aquelarre de los vampiros del Norte.

—¿Por lo tanto, deseas que nosotros siete formemos una especie de consejo? —Kiseop preguntó.

—Durante demasiado tiempo hemos operado de manera independiente, respetando mutuamente los territorios y echándonos una mano cuando ha sido necesario. Pero con humanos cazadores de vampiros, la población de rebeldes saliéndose de control, una droga paranormal barriendo las comunidades…   —Jaehyo se puso de pie y caminó  alrededor de su escritorio—. Y ahora Jongin me dice que los humanos han empezado a cazar en su propio territorio. Debemos poner en práctica algún tipo de plan para el control de daños y poner fin a cualquier persona que considere a nuestras razas el lado oscuro.

Dioses, Jongin no quería ser parte de esto. Estiró las piernas frente a él, viendo las expresiones en los rostros de los otros líderes para saber si se sentían de la misma manera. Pero en el fondo sabía que Jaehyo tenía razón. Algo había que hacer acerca de su creciente problema.

Él y sus guerreros habían peinado el bosque cuando Eric lo llamó para reportar que los cazadores humanos habían apuntado sus escopetas en las cabezas de Seung Ho y G.O.. Eric estaba escupiendo clavos por que su hijo y yerno fueron amenazados.

Parecía que las señales de Jongin de prohibir la caza no estaban funcionando. Y no podía descartar el problema de Jaehyo con los humanos cazadores de vampiros. Tarde o temprano, los cazadores de vampiros iban a conocer acerca de los shifter e irían tras su manada, por todos los shifter en general. Changjo tenía su propia manada que cuidar y encima una ciudad llena de gente. Kiseop y su gente estaban bastante seguros, por ahora. Vivían en algún olvidado de Dios acuoso pantano, pero los elves del bosque eran vulnerables.

Him Chan y sus demonios podrían estar a salvo de los cazadores porque los demonios vivían en el reino de los demonios, pero Jongin no dudaría que los humanos pudieran encontrar un camino hacia el reino de los demonios.

Nam Joon y su pandilla de bestias aladas vivían en un alto castillo que fue construido en la ladera de una montaña, pero se podía entrar si estuvieran determinados.

Su mundo estaba muy amenazado y Jongin sabía que algo había que hacer contra esa amenaza. Eso había   sucedido por mucho tiempo, pero Jongin había esperado no tener que llegar a esto.

—¿Vamos a llamarlo Consejo o tendremos un nombre cool? —Jongin preguntó. Joder, si se convertían en los Vengadores podrían también tener nombres interesantes.

Jaehyo se echó a reír, una chispa brilló en sus profundos ojos negros. —Ultionem.

—Bonito —JungMin se rio.

—¿Qué quiere decir? —Jongin preguntó, admitiendo para sí mismo que sonaba muy cool. Pero si iba a ser parte de este malvado complot para apoderarse del mundo, Cerebro  tenía que decirle a Pinky lo que significaba esa palabra. También notó que Him Chan se le quedaba viendo a Jaehyo, secretamente, por supuesto. Jongin no estaba seguro de por qué el líder de los demonios estaba tan interesado en el Príncipe de los vampiros, pero si Him Chan se quería comer a Jaehyo, no era su asunto.

—Venganza —Jungmin contesto, con una sonrisa en sus labios.

Jongin sonrió cuando su teléfono comenzó a tocar. — Bad to the Bone.

—¿En serio? —Las cejas de Him Chan se elevaron—. ¿Ese es el tono de tu llamada?

Jongin se encogió de hombros. —Luhan lo programó para mí. ¿Quién soy yo para discutir con mi pareja?

El teléfono de Jaehyo comenzó a sonar y luego Kiseop inclinó la cabeza.

—Los  osos  me  están  llamando  —dijo  el  elven de   las sombras.

Kiseop desapareció mientras Jongin contestaba su teléfono. —¿Qué sucede?

—Hay un ataque planeado por los vampiros rebeldes esta noche en la aldea de los elves del bosque —dijo Eric desde el otro extremo—. Yo y mis chicos nos dirigimos hacia allá.

Jongin salió disparado hacia adelante al mismo tiempo que Jaehyo se levantaba rápidamente. Debieron de haber recibido la misma llamada. Jaehyo maldijo mientras agarraba a Jongin y Jungmin a Changjo, al mismo tiempo. Him Chan caminó hacia atrás a una sombra, como si el demonio ya supiera lo que estaba pasando, mientras Nam Joon salía de la oficina de Jaehyo, probablemente tomando vuelo justo afuera.

—Es hora de informar al mundo paranormal que los líderes se han reunido —dijo Jaehyo mientras extendía la mano y agarraba una espada por encima de la repisa de la chimenea—. Está mezclada con plata. —Una mirada determinada en sus ojos mientras desaparecían de la oficina del Príncipe.

 

 

 

Leo estaba aliviado de que Chang Kyun hubiera sobrevivido a la mordedura del hellhounds, pero sería bastante jodido si moría al ser drenado por un vampiro. Leo no estaba seguro de cuán exacta era la advertencia de Ki su, o incluso si era real, pero no podía dejar que los elves del bosque fueran masacrados.

Los elves del bosque eran irrazonables, de mente estrecha y llenos de odio, pero aun así la conciencia de Leo no le permitía quedarse de brazos cruzados mientras la raza de los elves se extinguía porque no le agradaban.

Leo, junto con Cory y Chansung, maldijeron cuando tomaban el camino de tierra que conducía a la aldea y vieron que la lucha había comenzado. Leo presionó el acelerador, llegando más cerca y luego se estacionó.

Los tres guerreros de las sombras estaban luchando como expertos, pero eran superados terriblemente en número. Los hombres eran altos, delgados, bien musculoso y tenían una expresión en sus rostros que decía que iban en serio. Leo cambió tan pronto como bajó de la camioneta, dirigiéndose directamente a Han Bin, que estaba perdiendo la pelea.

—¡Ya era la maldita hora! —Han Bin gritó mientras bloqueaba un golpe con el brazo—. Hay demasiados para luchar contra ellos.

A Leo lo cubrió una sombra por un segundo y se sorprendió al ver a Cory cambiar. Nunca en su vida había visto un shifter búfalo y estaba sorprendido por el tamaño de la bestia. El búfalo tenía que pesar al menos setecientos kilos y un metro ochenta de largo. Su pelo era negro y tenía la cabeza hacia abajo, con unos cuernos de aspecto letales decorando su cabeza.

Cory levantó la cabeza, olió el aire y después entró a la carga. Si Leo no tuviera necesidad de ayudar a Han Bin, se pararía ahí asombrado a observar.

—¿Vas a ayudar o ver a ese Bisonte todo el día? —Han Bin gritó mientras se tambaleaba hacia atrás, perdiendo el equilibrio y cayendo en su espalda.

Leo regresó su atención hacia HanBin, saltando sobre la espalda del vampiro. Tomó al rebelde en un segundo, pero apareció otro. Sentía que no importaba cuántos quitaba, los caídos eran sustituidos.

Cerró su mandíbula en el vampiro que apareció y se detuvo con la boca abierta cuando un guepardo y luego otro, detuvieron a dos vampiros que intentaban llegar a Leo. Quizás tener shifter nuevos en la ciudad beneficiaba a  la comunidad. Seguro como la mierda que beneficiaba a Leo en este momento.

Leo mató al vampiro y luego se dirigió a la aldea cuando vio a Chang Kyun correr hacia el bosque alejándose de  un vampiro. Entrar al bosque era lo  peor  que  el  fey  podía hacer. Chang Kyun se alejaría de los shifters y se volvería presa fácil.

Leo se detuvo cuando Jaehyo y Jongin aparecieron justo enfrente de él. Jongin agarró a Chang Kyun por la cintura y lo jaló hacia él mientras Jaehyo blandía una espada y arrancaba la cabeza de los hombros del vampiro, limpiamente.

«Maldición, eso era asqueroso».

—Cuídalo —dijo Jongin dejando a Chang Kyun de pie delante de Leo.

«¿Qué infiernos?»

 

Él no había venido a cuidar niños. Leo había venido aquí para luchar. Cambió a su forma humana, mirando a su alrededor antes de que sus ojos se fijaron en el joven elven.

—¿Sabes dónde está el rancho Moon? —preguntó al joven aterrorizado.

Chang Kyun asintió rápidamente.

 

—Aparécete ahí y encontrarás a Ki su. Diles a mis hermanos, Hoon y Doo Joon, que yo te envío.

Leo observó cómo Chang Kyun desaparecía y luego regresó a la lucha. Al menos, el joven fey estaba a salvo. Simplemente no podía entender por qué el resto de los elves no desaparecían saliéndose de ahí. No eran combatientes. Ellos eran superados en número. No tenían probabilidades en el infierno de ganar. Sin embargo, ellos luchaban.

 

La lucha siguió y siguió, pareciendo como si nunca llegaba a su fin en la mente de Leo. Pero con el tiempo los rebeldes que habían invadido la aldea estaban todos muertos. Leo se quedó en su forma de oso, viendo la carnicería a su alrededor y luego vio a los líderes. Changjo, el lobo gris, era tan grande que rivalizaba en tamaño con el oso de Leo. Jongin se había quedado en forma humana. Vio a Kiseop, Him Chan, Jaehyo y otro vampiro que no reconoció. También vio a un hombre que parecía que podía  matar con la mirada.

—Están viendo a los Ultionem. Ahora somos el Consejo del gobierno. Cualquiera que nos desafíe, o a las leyes que aún tenemos que establecer, pagará el precio —dijo Kiseop a los Elves del bosque—. Yo le informaré de las nuevas leyes, una vez que se decidan. Han Bin, ven aquí.

El elven del bosque se adelantó, deteniéndose frente al elven de las sombras. —Este hombre es el nuevo líder de su tribu. Si alguien se opone, que hable ahora —Kiseop le dijo a la multitud a su alrededor.

Leo vio a su  alrededor, pero nadie dijo  una palabra. Algunos no se veían muy felices, pero mantuvieron sus opiniones para sí mismos.

«Hombres inteligentes».

 

Los seis dirigentes de pie detrás de Kiseop, como respaldando lo que estaba anunciando. Leo estaba muy sorprendido por la noticia. ¿Ahora tenían un Consejo? ¿Cómo afectaría esto a su mundo? ¿Serían mejorar las cosas de como estaban o peor? ¿Cuáles eran las nuevas leyes?

Él no estaba seguro de nada en estos momentos. La única preocupación de Leo era mantener a su pareja y familia a salvo. Su mundo estaba cambiando tanto que Leo se sintió desplazado. Los acontecimientos que habían tenido lugar en  el mundo paranormal estaban cambiando su mundo y Leo se puso a llorar la pérdida de lo que una vez fue una existencia pacífica.

Empezó a perder los momentos más simples, cuando los rebeldes eran muy pocos y lejos de ellos. Echaba de menos los tiempos en que los shifter eran los únicos que conocían la existencia de los shifter osos. Pero había un cambio en la vida de Leo de lo que estaba agradecido y no cambiaría por nada del mundo y eso era Hyuk.

Incluso si su pareja era un poco extraño.

 

 

 

—Estoy listo —anunció Hyuk cuando entró en el dormitorio. Su pareja estaba de pie junto a la cómoda, viendo su cajón.

—Está bien, cariño. Solo dame minutos para encontrar unos calcetines.

Hyuk se sentó en la cama, cruzó las piernas debajo de él y vio a su pareja ponerse los calcetines y las botas. Aun no podía creer que Leo Moon era suyo. Era como si su sueño se hubiera hecho realidad.

Aunque Leo no había estado montado en su caballo y hubiera levantado a Hyuk, Hyuk aun sentía que su sueño se había hecho realidad. El hombre era fuerte, impresionante y empezaba a tener sentido del humor. Su antes gruñona pareja estaba comenzando a mostrar su verdadera personalidad y a Hyuk le encantaba.

—Vas a montar a Buster. Él es el caballo más gentil que tenemos —dijo Leo y luego tiró algo en la cama.

 

Hyuk mantuvo la sonrisa de su rostro, porque sabía que Leo tendría un infarto cuando viera a quién Lee Joon le había ayudado a ensillar.

Sólo rezaba para que Leo le permitiera montar.

 

A veces, Leo era un poco sobreprotector y Hyuk amaba eso, pero estaba malditamente decidido a mostrarle a su pareja que podía cuidar de sí mismo. Tal vez no durante las peleas, Hyuk nunca fue un luchador, pero podía salir adelante en la vida sin Leo tratando de envolverlo entre algodones.

Vio un brillante teléfono celular y de inmediato supo que no era el de Leo.

—Sólo en   caso de que  necesites llamar  a alguien. Programé los números de todos en él.

Hyuk estaba impactado. Leo había lanzado el teléfono a la cama como si no fuera gran cosa, pero para Hyuk, significaba todo.

Significaba que Leo se preocupaba por él.

 

—Vamos a comenzar la lección —dijo Leo mientras agarraba la mano de Hyuk y lo levantaba de la cama.

Hyuk se sentía de tres mil metros de alto cuando estaba junto a su amorosa pareja. Leo era lo mejor que le había sucedido a Hyuk y Hyuk estaba malditamente feliz de que Hyukjin y él hubieran venido a este pueblo.

—¿Van a sus lecciones? —Pá preguntó mientras limpiaba la cara de Yoogeun. El bebé estaba en su silla alta, haciendo un lio con la comida. Hansol estaba sentado junto al hombre, mojando galletas en un vaso de leche.

—Mi primera vez —dijo Hyuk con orgullo.

 

Justo en ese momento Bacon cruzaba la puerta para perros que los Moon habían hecho para el cerdo. Hyuk había estado tan emocionado de que los hombres hubieran hecho algo tan bonito que Hyuk se había avergonzado al llorar como un maldito bebé. Ellos dijeron que lo hicieron porque cualquier cerdo que defendía a su propietario, del modo que Bacon había defendido a Hyuk cuando la cerdita corrió en busca de ayuda, merecía vivir en la casa y ser una mascota mimada.

—Lo siento, niña —dijo Hyuk mientras levantaba a Bacon y le pasaba la mano por la cabeza—. Papá tiene que aprender a montar solo.

—¿Puedo jugar con ella? —Hansol preguntó mientras se movía de su silla e iba cojeando hacia Hyuk.

—Por supuesto que puedes. Pero no hay que darle demasiados bocadillos. A ella le gusta hacer un cerdo de sí misma. —Hyuk le dio un guiño a Hansol y el pequeño se rio de la broma.

Hyuk entregó su cerdita a Hansol y luego salió a unirse con Leo. Era un día claro y soleado, las nubes grandes y mullidas, mientras caminaban juntos hacia el establo.

Hoon sacó a Warrior y le entregó las riendas a Leo.

 

—¿Donde está Buster? —Leo preguntó.

 

—Voy por él —dijo Hyuk rápidamente y luego se fue al establo. Leo estaba viendo a los cerditos en el chiquero cuando vio a Hyuk cabalgar sobre Hell Raiser. Hyuk había estado viniendo al establo por semanas, hablando con el semental negro, conociéndolo y llevándole zanahorias, manzanas y cubos de azúcar.

Se había sentado sobre Hell Raiser cuando no había nadie alrededor para protestar, haciendo todo lo posible para   lograr que el caballo  se  acostumbrara  a  tener  su  peso  en  el lomo. Montarlo no había sido fácil y Lee Joon decía que no le gustaba el plan de Hyuk, pero había convencido al oso de que estaba seguro de que el semental permitiría que lo montara.

Agarró las riendas, sonriendo hacia el caballo. —¿Estás listo para mostrar a estos osos lo hermoso que eres y que eres un buen chico? —Hyuk preguntó mientras abría la puerta y conducía a Hell Raiser a su lugar.

—Si Leo quiere arrancarle la piel a alguien, deja mi nombre fuera de esto —dijo Lee Joon mientras Hyuk llevaba el caballo a la puerta del granero—. Me gusta mi culo justo donde está.

Hyuk tenía la esperanza de que no llegara a eso. Sólo había una manera de que Leo no detuviera a Hyuk. Montó en el caballo, con la ayuda de Lee Joon y luego chasqueó la lengua, de la forma que Lee Joon le había enseñado.

Hell Raiser relinchó y salió del establo. Hyuk se agarró con fuerza, con las piernas fuertemente contra el costado del caballo, rezando para no caerse cuando el caballo salió del establo y caminó hacia el campo.

—Hyuk —Leo gritó y comenzó a perseguirlo en Warrior—. Voy a patearte el culo cuando consiga alcanzarte.

 

Hyuk sonrió y después se rio, sintiendo la libertad a su alrededor cuando Hell Raiser aceleró el galope. Vio hacia atrás para ver lo cerca que Leo estaba y vio la cola del caballo en el aire.

¡Hell Raiser se estaba exhibiendo!

 

Hyuk sonrió mientras su pareja se acercaba.

 

»—Tienes cinco segundos para desmontar y llevar esa bestia de vuelta al establo. —Leo gruñó las palabras.

 

—¿Pero por qué? —Hyuk protestó con una leve mueca en el labio inferior—. Él me está dejando montarlo.

—Él es demasiado terco.

—Como tú. —Hyuk le guiñó un ojo a su pareja—. Pero me las arreglé para domarte, ¿no es así?

Leo abrió la boca para hablar y luego la cerró, estudió a Hyuk por un segundo. Le sonrió. —Creo que hiciste eso.

—Así que me darás una oportunidad con Hell Raiser. — Dioses, rezaba para que su argumento funcionara. Hyuk había invertido cada momento libre que tenía en persuadir al caballo de que lo dejara montarlo. Todo sería un desperdicio si Leo le hacía dejar el caballo.

Leo pasó la mano por la cabeza y estudió a Hyuk por un momento. Hyuk contuvo el aliento. La expresión de Leo era contemplativa y parecía como si estuviera a punto de pedirle a Hyuk que dejara el caballo. —Está bien, pero al primer signo de que el caballo se vuelve inestable, lo dejarás. ¿Estamos claros?

«¡Woo-hoo!»

 

—Está bien. Hell Raiser acaba de hacer la mayor parte del trabajo y ya ha aprendido lo básico. Así que me mostrará lo que yo no sé —dijo Hyuk con un sentimiento de júbilo triunfal recorriéndolo.

—¿Quién le mostró lo básico? —Leo preguntó.

—¡Oh, no! No voy a decir una palabra.

 

Leo carraspeó. —Uno de estos días Lee Joon va a hacer que lo estrangule.

Hyuk se rio y luego sujeto ambas riendas en sus manos. —Estoy listo para mi lección, señor.

 

 

Leo se reía mientras caminaba desde el granero, de nuevo de su primera lección. Hyuk estaba junto al corral, inclinándose sobre los peldaños mientras acariciaba  una vaca. No sólo era que Leo sonreía más en estos días, sino que su corazón se sentía más ligero.

Como diría Hyuk, el palo estaba fuera de culo de Leo.

 

—Tengo algo que puedes acariciar —dijo Leo mientras movía sus cejas y palmeaba su pene sobre el pantalón.

Hyuk lo vio por encima del hombro, sus ojos de color gris claro llenos de ardiente calor que hizo que el duro pene de Leo se endureciera malditamente más. Nunca se cansaba de ver a su pareja de esa manera. Era una mirada caliente que Leo rezaba porque permaneciera en el rostro de su pareja el resto de su vida.

—¿Lo quieres ahora, niño grande? —Hyuk preguntó seductoramente mientras se bajaba de la valla y empezaba a caminar con ese sexy bamboleo que Leo amaba tanto. Él tenía serias dudas de que Hyuk tuviera idea de lo sexy que era cuando caminaba por el patio—. ¿Me mostrarás lo que tienes en la mente?

«¡Joder, si!»

 

—Entra y voy a hacer más que mostrártelo —bromeó Leo mientras comenzaba a caminar, dándole a su pareja una caliente mirada que rivalizaba con la de Hyuk.

—¿Y qué gano si te sigo adentro?

—Una duro pene en tu culo.

—Mmmm, me gusta como se oye eso.

—Dejé una mamada en nuestro dormitorio. ¿Te importaría ir a conseguirla?

Hyuk se tambaleó por un instante, se enderezó y luego se echó a reír.

No sólo Leo había crecido para aceptar a Hyuk. Leo también había hecho que su pareja saliera de su timidez sobre hablar en la cama y no tenía reparos de charlar. Estaba caliente como el infierno, aunque la mitad del tiempo lo que Hyuk decía no tenía absolutamente ningún sentido en la agonía de la pasión.

—Entonces ven a buscar algo de este grueso pene. —Leo agarró la entrepierna, sintiendo la expectación recorrer su cuerpo mientras se lamia el labio inferior.

—¿Grueso qué? —Pá preguntó mientras salía al porche trasero. Leo sintió el calor en su rostro hasta el punto que pensó que su piel se iba a quemar. Él era un hombre hecho y derecho con una pareja, sin embargo, Leo se sentía como un cachorro que había sido atrapado robando dulces de la despensa.

Hyuk se llevó la mano a la boca, riéndose.

—Uh... grueso... —«Mierda»Leo no podía pensar con la suficiente rapidez mientras las chispas bailaban en los ojos de su Pá.

—Diviértete. —Pa se rio mientras caminaba hacia el corral.

—Atrapado —murmuró Hyuk.

 

Dioses, Leo quería meterse debajo de una roca en alguna maldita parte. Eso había sido vergonzoso como el infierno. Tomó la mano de su pareja y se fue dentro de la casa, corriendo escaleras arriba antes de que se encontrara a  su  Pá  de nuevo. No podía ver al hombre en estos momentos.

 

Carcajadas salieron de los labios de Hyuk cuando Leo cerró de golpe la puerta de la habitación y empezó a desnudarse rápidamente.

Hyuk hizo lo mismo y se puso de pie en medio de su dormitorio gloriosamente desnudo. Leo gruñó, tomando a su pareja y golpeando su espalda contra la pared, colocando las piernas de Hyuk en cada brazo.

Hyuk agarró el cuello de Leo, parecía no afectado de estar doblado a la mitad. —Ahora, ¿qué me estabas prometiendo abajo?

Leo estrelló su boca contra la de Hyuk, sintiendo lo salvaje por estar tan cerca de su pareja comenzar a construirse dentro de él. Nunca se cansaba de este lindo hombre. Deslizó sus dedos dentro de la boca y luego recorrió los apretados músculos de Hyuk, empujando dos dedos dentro del apretado culo de su pareja.

—Te estaba prometiendo joderte en esta pared.

 

—Oh, sí —gimió Hyuk mientras empujaba su culo—. Eso es todo.

 

Leo quitó los dedos, alineando su pene. —Rápido y duro, bebé.

 

—Dámelo duro —dijo Hyuk desesperadamente mientras levantaba sus caderas un poco más alto, invitando a Leo a sumergirse profundamente en él.

Leo no iba a decepcionarlo.

 

Había una desesperación en la voz de Hyuk que Leo siempre escuchaba cuando estaba caliente. A Leo le encantaba. Eso le decía lo mucho que su pareja lo quería.

De inmediato, los empujones de Leo se volvieron salvajes, Hyuk se deslizaba arriba y abajo de la pared cuando Leo metía su pene dentro del apretado culo de su pareja una y otra vez. Él hundía su pene más profundamente, queriendo sentir cada centímetro del apretado canal de su pareja envolviendo su pene.

Hyuk clavó las uñas en el cuello de Leo, su respiración áspera y entrecortada mientras trataba de empujarse hacia cada empuje de Leo.

El eje de Leo palpitaba mientras se deslizaba dentro y fuera del cuerpo de Hyuk, sintiendo cada centímetro de sedoso canal de su pareja.

—¿De quién es este culo? —Leo gruñó.

—¡Es mío! —Hyuk gritó cuando su cabeza cayó hacia atrás, golpeando la pared.

Leo se echó a reír, pero nunca rompió el ritmo. —¿De quién?

Hyuk se ruborizó. —Quise decir que tuyo.

 

Leo dio un duro empujón, viendo los párpados de Hyuk cerrarse. Sus gritos llenaron el cuarto y eran cada vez más fuertes, y Leo sabía que su pareja estaba cerca.

—Leo, ¡me voy a correr!

 

—Hazlo, cariño. Humedécenos a los dos.

 

Hyuk se tensó sobre Leo mientras se estremecía y se sacudía, su semilla brotó de su pene pintando a ambos. Leo se inclinó aún más hacia Hyuk, mordiendo el cuello de su pareja y sintiendo su semen derramarse en el aun tembloroso canal de Hyuk.

Sacó sus colmillos del hombro de Hyuk, lamiendo la herida, cerrándola mientras bajaba las piernas de su pareja y las envolvió alrededor de su cintura. Leo acunó la cara de Hyuk, pasando su dedo pulgar sobre la sudada piel de su pareja. —Te amo, Hyuk. Me has traído tanta felicidad que no quiero perderte nunca. Tú me vuelves loco casi todos los días y aun no te entiendo, pero no puedo ver mi vida sin ti en ella.

Hyuk abrió los ojos, sus ojos gris claro brillando, parecían diamantes sin defectos. —Yo sabía que entraría en ti. —Abrazó a Leo, poniendo su cabeza en el hombro de Leo—. También te amo, niño grande.

Leo sonreía mientras se acercaban a la cama y se acostaba, Hyuk se sentó a horcajadas sobre su cintura, la hinchazón aun en su lugar.

Hyuk había cambiado la vida de Leo, le dio una razón para sonreír y fue la razón de la caída de Leo, haciéndole unirse a sus hermanos y su padre en el barril de hombres bobos. Mientras pasaba la mano por la espalda de su pareja, Leo sonreía.

Ahora sabía exactamente lo que sus hermanos y su Pá sentían y Leo estaba más que feliz de unirse a ellos por este feliz camino de estar emparejado.

 

 

 

Kiseop se quedó afuera en el bosque, la brisa que soplaba movió un ligero mechón de su cabello alrededor de su cara mientras veía el rancho Moon. Vio a Hoon sentado en la mecedora del porche delantero, mirando a lo lejos, una expresión serena, pero triste estropeaba su hermoso aspecto.

Los elves no se emparejan fuera de su raza. Kiseop lo sabía.

Había sido penetrado dentro de cada fey desde la infancia.

 

Había sido una lección que había aprendido durante los últimos quinientos años.

Pero mientras estaba ahí, Kiseop sentía una fuerte conexión por el oso con la que había estado luchando durante tanto tiempo. Él sabía que tenía que reclamar a su pareja, o dejar al oso en paz. Estar aquí de nuevo y no hacer ninguna de las dos cosas no era nada bueno.

Kiseop dio un paso atrás cuando la cabeza de Hoon se giró lentamente, sus ojos fijos en la parte del bosque en donde estaba Kiseop. Sabía que no podía verlo, pero la mirada en el rostro de su pareja le decía que sabía que Kiseop estaba allí.

Hoon estudió el bosque por un momento, y luego su rostro se endureció. Se puso de pie y caminó hacia la casa, cerrando la puerta de malla a sus espaldas.

Kiseop se armó de valor, sabiendo que era mejor así y luego desapareció alejándose.

 

 

 

 

 FIN...

 

 

Notas finales:

a continuacion...

51. Jin (02) Los Exiliados


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).