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53. El Loco Muerdago de Nana. (31) por dayanstyle

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Nana se sentó ante la mesa del desayuno, sintiendo un nudo en el estómago. No podía dejar de pensar en su tiempo con Hangeng anoche y lo que le había hecho a su cuerpo. Esa era la primera vez que el hombre había llevado las cosas tan lejos, y Nana no estaba reacia a hacerlo de nuevo. Nunca antes había sentido nada como esa explosión, y su cuerpo se estremeció ante el recuerdo. Tenía que conseguir mantener sus pensamientos bajo control porque estaba malditamente segura de que los shifter podrían oler su excitación.

Era todo lo que necesitaba tan temprano en esa mañana, que sus tíos la interrogaran. No había manera en el infierno que ella revelara lo que había pasado entre ella y el hombre que le había dado el mejor orgasmo de su vida.

Dios, ella se sonrojaba. Podía sentir el calor en sus mejillas.

Pero la advertencia de Hangeng no dejaba de aparecer una y otra vez en su mente. Cinco días. Estaba dándole cinco días antes de que él arrojara el guante y exigiera a su pareja. Nana se había preparado para irse esta noche, pero eso fue antes de que Seven hubiera aparecido.

Ahora no estaba segura de qué hacer.

Sabía que debería haberle dicho a Hangeng, pero después de lo que le había hecho, Nana se sorprendía de recordar su propio nombre.

-Los huevos se están enfriando -dijo Baekhyun tocándole el brazo y luego señalando su plato con el tenedor. ¿Cómo podía pensar en comer en un momento como este? Su mundo estaba girando fuera de control, y ¿él estaba pensando en los huevos?

-¿Los quieres? -Deslizó su plato hacia él, con cuidado de no dejar que su confusión sobre la situación se mostrara en su rostro.

-Bueno, si insistes -dijo antes de empujar el plato vacío a un lado y tomar el suyo-. ¿Puedo comerme también la salchicha?

-Lo que quieras. -Sabía que tenía que llamarle a Hangeng y decirle lo que estaba pasando, pero temía su reacción. El fey había tenido suficiente paciencia, pero si se enteraba que había otro hombre destinado para ella, no estaba segura de que Hangeng esperara cinco días. Él podría irrumpir aquí y exigir que se fuera con él.

Ella se estremeció ante lo que sabía que su padre haría si su pareja decidía venir todo Rambo por ella. No sería bonito.

Baekhyun le dio unas palmaditas en la mano y le susurró:

-Debes  ir a ver al Doctor  Jaejoong. Te ves un poco constipada.

Nana sonrió y abrazó al hombre. Si supiera cuánto había aligerado el momento para ella. -O podría ser el hecho de que necesito ir de compras.

Los ojos azul-gris de Baekhyun se iluminaron. -Ahora estas cocinando con tocino. Puedo lograr que Chanyeol nos lleve hasta el centro comercial.

-¿Centro comercial? -Ren dijo desde el otro lado de la mesa-. ¿Están diciendo que irán al centro comercial?

-Yo quiero ir -dijo Hee Chul mientras empujaba su plato a un lado-. Tengo que hacer algunas compras de Navidad.

Parecía que Nana había planeado su día. Pero eso aún no calmaba las mariposas en su estómago. Tenía que hablar con Hangeng, pero infiernos si podía lograr tener el valor para llamarle. Tal vez después de ir de compras con su familia tendría el valor, aunque lo dudaba.

También quería saber dónde estaba alojado Seven y tener también una charla con él. Ella no estaba segura de lo que iba a decirle. «Ah, por cierto, soy fey y tú eres mi pareja».Sí, eso no iba a ser suficiente.

Pero su mayor obstáculo iba a ser su papá. Nana temía hablar con él. Quizás podría enviarle un texto una vez que se fuera. Dios, ella era una gallina. Ella sabía que no podía hacerle eso a Jongin, no después de que él la había acogido en su casa, la adoptó, y la amaba como si ella fuera su hija biológica.

Quizás debería llamar a su  madre. Incluso aunque Yoona estaba felizmente emparejada con Seungi, un shifter que vivía con la manada de los lobos grises del este, aún se mantenía en contacto y se veían a menudo. Ella sería capaz de ayudar a Nana con su problema.

-Nos vemos en una hora en la puerta principal, chicos

-dijo Nana a los hombres alrededor de la mesa mientras deslizaba su silla hacia atrás y luego se dirigía a su dormitorio. Tan pronto como tuvo su puerta cerrada, tomó el teléfono y llamó a su madre.

-Hola, cariño -dijo su madre tan pronto como ella contestó-. Estaba a punto de llamarte.

Nana se sentó en la cama, preguntándose cómo iniciar la conversación. Quizás sólo debería dejarlo escapar y acabar de una vez, como arrancar un curita. -Tengo otra pareja. -Ella se estremeció y contuvo la respiración mientras esperaba que su madre respondiera.

-Oh, querida -dijo Yoona-. ¿Cómo te has enterado?

Nana rodó sobre su abdomen y apoyó la cara en la mano libre, preguntándose  cómo iba  a lidiar  con  este lio.

-Un desconocido vino anoche. Creo que él solía ir a la escuela con el tío Leeteuk. Tan pronto como abrí la puerta, lo supe.

-Supongo que si iba a la escuela con el tío Leeteuk él es humano.

-Estas en lo correcto. -Nana suspiró-. ¿Qué voy hacer, mamá? Jongin ya está teniendo un ataque por Hangeng, quien, por cierto, me dijo anoche que me daba cinco días y entonces él no esperará por más tiempo.

Yoona se echó a reír. -Parece que tienes bastantes situaciones en tus manos. ¿Hangeng sabe sobre este hombre?

Nana gruñó con irritación. -No. Iba a decirle anoche, pero entonces... -Incluso si hablaba con su mamá, a Nana le daba vergüenza decir lo que había sucedido anoche bajo el gran roble.

-¿Se volvió juguetón? -preguntó su mamá.

-Más o menos -ella admitió con timidez-. Me hizo olvidar que quería hablar con él acerca de esto.

-Los hombres tienden a hacer eso, cariño. Pero no puedes mantener esa pequeña información de Hangeng. Se merece saber que tienes otra pareja. Conozco al jovencito, me parece muy dulce. Estoy segura que... oh, infiernos, realmente no puedo decir lo que vaya a hacer.

 

-Pero, ¿si Hangeng es mi pareja, y Seven es mi pareja, no los hace a ellos pareja? -Nana sintió una ligera chispa de esperanza dentro de ella. Quizás estaba nerviosa por nada. Quizás ambos se aceptarían y las cosas no serían tan malas.

-Te puedo decir por mi experiencia al vivir aquí en la villa de Changjo que sólo porque tienes dos hombres no significa que se lleven bien. Algunos de los hombres de aquí casi matan al otro, hasta que dejaron de actuar como estúpidos machistas y se instalaron en su relación.

Eso no era lo que ella quería oír.

»-Pero, Nana, pase lo que pase, tienes que seguir tu corazón. Amo a Jongin a morir por cuidar de ti cuando yo no pude. Fue un regalo del cielo, pero esta es tu vida no la suya. ¿De verdad quieres secretos entre tú y tus parejas?

No, no los quería. Ella quería lo que veía que los otros que vivían bajo este techo experimentaban con su pareja. La forma en que los hombres veían a sus parejas era más que impactante. A pesar de que Luhan era el mayor alborotador que conocía, Jongin veía al hombre como si todo su mundo dependiera de la felicidad de Luhan.

Nana quería algo así. Ella quería una familia, tanto que le dolía. Veía la manera en que Chan Hee veía a Byun, o la manera en la que T.O.P. abrazaba a Jiyong, lo apegados que eran de sus hijos era tangible. Nana quería tener hijos. Quería que crecieran felices con sus primos, bajo un mismo techo.

Pero por la forma en que iban las cosas, ella tendría cuatrocientos  para  cuando  diera  a  luz  a  su  primer hijo.

-Tengo miedo.

-Lo sé, cariño. Pero parte de ser una mujer madura es enfrentar el miedo y hacer lo que hay que hacer, sin importar lo duro que sea el camino a recorrer.  -Su  madre suspiró-. Desearía poder darte un abrazo y hacer que te sintieras mejor, pero eso requiere algo más que envolver mis brazos alrededor de ti. Aunque si lo necesitas, sin duda haré que tu padrastro me lleve allí.

Nana sonrió. -No, voy a manejar esto. Dile a Seungi que mejor vengan para Navidad o voy a dejarle un carbón en su media.

Yoona se echó a reír, compartieron algunos intercambios más, y luego Nana colgó, todavía confundida y asustada como el infierno. Marcó el número de Hangeng, mordiéndose la uña del pulgar mientras esperaba su respuesta.

-¿Cómo está mi niña hermosa? -Hangeng preguntó cuando contestó.

Nana sintió el rubor deslizarse sobre su piel al recordar lo que el hombre le había hecho a su cuerpo anoche. -Estoy bien -admitió-. Voy a salir a hacer algunas compras hoy con los chicos.

-¿Y quieres que me reúna contigo? -Su provocadora voz estaba causándole cosas en la parte baja de su cuerpo-. ¡Dios, no! Amo a Baekhyun y a Ren a morir, pero no pueden guardar un secreto ni para salvar sus vidas.

Hangeng gruñó. -Cinco días, hermosa, y luego ya no será nuestra preocupación.

-Tenemos que hablar -bufó Nana antes de perder el valor.

-¿Podemos vernos esta noche en el mismo lugar?

 

Hangeng se quedó en silencio por un momento y luego dijo: -No vas a cambiar de opinión, Nana. Estoy siendo generoso con los cinco días.

 

Su ira se disparó. -Si no le hubieras jugado todas esas bromas a mi familia, Jongin no estaría listo para arrancarte la piel estando vivo.

-Si yo hubiera sabido que iban a ser mi familia, no lo habría hecho. Pero eso no cambia el hecho de que estoy cansado de esperar, Nana. Eres mía y tengo pensado reclamarte, le guste o no a tu papá.

Nana le habría dicho lo que pensaba por hablarle de esa manera, pero él tenía razón. Hangeng había sido más que paciente. -Esta noche, a las diez. El mismo lugar.

-Lleva ropa holgada, hermosa -dijo Hangeng, su voz cayendo a un tono ronco que estaba lleno de calor sensual y juguetonas promesas.

Nana colgó el teléfono y se preguntó lo que el fey tenía en mente para ella. Se quedó sentada sosteniendo el teléfono, su cuerpo sintiéndose tan tenso en cada parte que se sentía necesitada y caliente. Hangeng había despertado algo dentro de ella, y ahora que Nana tenía una idea de lo que las cosas iban a ser entre ellos, no había vuelta atrás.

Pero antes de que algo más pasara entre ella y Hangeng, tenía que contarle lo de Seven.

Llamaron a la puerta. -Adelante -gritó Nana.

Chanyeol entró en su habitación. Si ella no hubiera crecido alrededor de ese guerrero, su tamaño la hubiera intimidado. El lobo parecía exigir atención de todos cuando entraba en   una habitación. -¿Sí?

-¿Puedo hablar contigo un momento?

«¡Oh, no! Por favor, no dejes que esté aquí para darme una charla acerca del sexo». El hombre tenía ese brillo en sus ojos, y se veía incómodo como el infierno. Ella iba a morir de vergüenza cuando empezara con lo de los pájaros y las abejas.

 

-Está bien -dijo encontrando su voz.

 

Chanyeol se sentó en la gran silla de color rosa. Se veía tan fuera de lugar que casi se echó a reír, pero no lo hizo porque su estómago estaba hecho nudos.

-La única razón por la que estoy aquí es porque Baekhyun me pidió que hablara contigo.

Ella iba a morir. -¿De qué?

 

Chanyeol miró alrededor de la habitación, su piel bronceada tomando un poco de sombra de color rojo.

«Por favor, no, no, no».

 

-Todos sabemos que has encontrado a tu pareja, Nana -dijo Chanyeol y luego se aclaró la garganta-. Y, uh, pronto te reclamara.

Nana se quedó allí sentada con la boca abierta.

¡Realmente iba a pasar por esto! Quería esconder su cara y gritar que se fuera, pero ella simplemente siguió sentada ahí, en un atónito silencio. Rezó para que él perdiera su valor y se fuera. Rezó para perder el oído. Infiernos, rezó para que la casa fuera alcanzada por un rayo en los próximos cinco segundos.

Pero no fue tan afortunada.

-Hay cosas sobre los chicos, y, eh, sólo quería decirte…

-¡Detente! -Nana finalmente dijo antes de que destrozara totalmente su cabeza-. Mira, tío Chanyeol, los dos sabemos que no quiero tener esta conversación tanto como tú no quieres, te ruego no plantar esas imágenes en mi cabeza. ¿Por qué no le dices a Baekhyun que tuvimos esa charla y que todo está bien?

 

Nunca antes había visto a ese hombre verse tan aliviado. -Joder, gracias -dijo, y luego se disculpó por maldecir-. Confía en mí, la única razón por la que vine aquí es porque me acosó para que hablara contigo.

-Hablamos, llenaste mi cabeza con imágenes por las que necesitaré terapia, y tuvimos un momento de sinceridad

-dijo ella rápidamente-. Ahora ve. Se puso de pie. -Le diré eso.

Nana se levantó de un salto y cerró la puerta tan pronto como se fue. Se quedó allí con su espalda apoyada en la puerta, con ganas de reír y gritar al mismo tiempo. Ella amaba a su familia más allá de toda medida, pero si alguien más se acercaba a ella con la charla, ella iba a irse a Alaska.

Además, su madre había hablado con ella sobre el sexo cuando tenía dieciséis años. No había manera de que ella viera a uno de sus tíos de la misma manera si le decían lo que Chanyeol estaba a punto de decirle.

Estremeciéndose, Nana tomó algo de ropa y se dio una ducha rápida. Todo el mundo estaría esperándola junto a la puerta principal.

Una vez que ella estaba vestida y lista para salir, Nana se dirigió al pasillo. Ella rodó los ojos cuando Baekhyun se acercó al lado de ella, dándole una sonrisa de complicidad. -Entonces, ¿está todo bien?

-La próxima vez que quieras educarme sobre el sexo, ven a hablar conmigo tú mismo -dijo ella, conteniendo su irritación. Ella sabía que Baekhyun sólo estaba tratando de cuidar de ella.

Baekhyun se puso serio mientras asentía. -Lo tendré en cuenta. Pero pensé que quizás era mejor si venía de alguien que no usara términos de mascotas para la anatomía.

Nana se detuvo y miró a Baekhyun. -¿Qué clase de términos de mascotas?

Él se ruborizó. -¿De verdad quieres saber?

«En  realidad,  no».-Vamos,   papa   frita. Vamos  a hacer algunas compras.

 

continuara...

 

 

 


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