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53. El Loco Muerdago de Nana. (31) por dayanstyle

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Jongin tomó una profunda respiración, diciéndose que no podía matar a la pareja de su hija, sin importar lo mucho que lo quisiera. El Ultionem se había reunido cuando Jongin  descubrió la agenda oculta de Seven.

Le había dicho a Jonghyun y a Kyuhyun que averiguaran lo que pudieran sobre Choi Seven, y los dos centinelas habían revisado las pertenencias del humano encontrando los archivos de todos en Villa Kim. El Ultionem había votado en contra de que Jongin matara a Seven, pero seguía debatiéndose sobre si debería escuchar a los otros líderes o no.

Lo que tenía que averiguar era cómo lograr apartar la mirada del señor Kang Ta de Villa Kim. Los archivos de Seven estaban muy detallados. Eso significaba que el líder de los cazadores de vampiros sabía más de lo que debería sobre Jongin y su pueblo.

-¿Acabas de decir vampiros? -Seven preguntó mientras se ponía un poco pálido-. Podría haber jurado que acabas de decir vampiros.

-Eres un maldito idiota -le bufó Hangeng  a Seven-. ¿Eres consciente de lo que has causado?

A pesar de que Jongin quería lanzar al suelo a Hangeng cada vez que oía el nombre del hombre o lo veía, le gustaba que el elfo supiera lo grave que era la situación. Sin embargo, nunca se lo diría a Hangeng.

 

Preferiría ser decapitado primero, antes que admitir ante Hangeng, que se había ganado sólo un pequeño gramo de su respeto.

-Pero él dijo vampiros -repitió Seven-. ¿Y qué pasa con sus dientes? -Seven señaló a Jongin.

-No tienes ni idea de lo que está sucediendo aquí, Seven -dijo Nana-. No tienes ni idea de la mierda que acabas de causar. Si el señor Kang Ta confirma sus sospechas, Villa Kim se llenará de cazadores de vampiros. ¿Qué pasa si se entera de que hay más que vampiros en el mundo? ¿Y si él se entera de las diferentes criaturas sobrenaturales? Estamos tan jodidos.

Jongin podía oír el dolor en la voz de Nana y sabía que aún estaba conmocionada por la traición de Seven. Él quería destripar al hombre por hacer enfadar a su niña. Y ella se preguntaba por qué estaba tan en contra de que se emparejara con estos idiotas.

Todos en esta casa pensaban que era estúpido, eso enojaba a Jongin. Sabía que el hermano de Hangeng estaba encerrado en una de las habitaciones. ¿Pensaban que no era consciente de lo que ocurría bajo su techo?

Ahora mismo se ocuparía de Seven. Entonces él se ocuparía de Hangeng.

Entonces él se ocuparía de todos los que pensaban que era un estúpido.

-¿Cómo pudiste hacerme esto, Seven, a  nosotros?

-Nana gritó con las manos en un puño en sus costados-.

¿Cómo pudiste venir a este pueblo y pensar que podrías destruirlo? ¿Qué clase de monstruo eres? ¿No sabes lo difícil que fue construir este lugar, crear trabajos para la gente del pueblo que confían en mi padre para tener ingresos? ¿Quién infiernos eres para venir aquí pensando que puedes quitarnos todo eso? Eres un tramposo bastardo, y estoy empezando a lamentar el haberme emparejado contigo.

Eso, Jongin no lo sabía. Echó la cabeza hacia atrás y aulló mientras los tres se le quedaron viendo por un segundo y luego salieron corriendo de su oficina. Sintió que su lobo Timber trataba de liberarse mientras salía de su oficina y los cazaba.

 

«¡Oh mierda, oh mierda, oh mierda!».Hangeng ya podía sentir sus bolas ser arrancados de su cuerpo mientras corría para alejarse del Alfa. Le había dicho a Nana una y otra vez que tenía que trabajar con su sutileza.

Y no podía desaparecer fuera de aquí.

-¿Qué sucede? -Chanyeol preguntó mientras salía del estudio.

-¡Jongin acaba de enterarse de que Nana se emparejó! -Hangeng gritó mientras él y Seven seguían a Nana por el pasillo, corriendo para alejarse de Satanás en persona. Pudo oír a Chanyeol maldecir mientras doblaba una esquina y seguía por el pasillo.

-¡Esperen! -Nana gritó mientras se detenía-. Él no va a matarnos.

-¿A nosotros? -Hangeng preguntó con asombro cuando su mirada se dirigió hacia el pasillo por el que sabía que Jongin vendría.

-Está bien, a mí, pero no los va a matar a ustedes porque nos hemos emparejado.

-¿Estás dispuesta a apostar nuestras vidas en eso? -Seven preguntó, viéndose como si estuviera a punto de desmayarse.

-Tu aun sigues en la caseta del perro -bufó Nana-. ¿Cómo pudiste?

-Yo no sabía cuando acepté este maldito contrato -se defendió Seven-. Y seguro que no sabía nada acerca de vampiros y... ¿qué es Jongin?

-Un shifter lobo Timber a quien precisamente tu acabas de hacer enojar -dijo Hangeng-. Puedo ser capaz de defenderme en una pelea, pero incluso yo estoy aterrorizado de ese hombre. ¿Sabes lo malditamente grande que es en su forma de lobo? -Y Hangeng no podía desaparecer. «¡Joder!»

Los tres se dieron la vuelta al oír garras raspando el piso de madera. Hangeng tragó saliva al ver a Jongin lentamente dar vuelta en la esquina... en su forma de lobo. Tenía la cabeza gacha, los ojos grises llenos con una mirada asesina en dirección a Hangeng.

Empujando a Nana y a Seven detrás de él, Hangeng se paró frente a ellos, con los brazos de par en par. -Me puedes matar, Jongin, pero no voy a dejar que les hagas daño.

El pasillo parecía inundarse con centinelas que rodeaban a Jongin. El lobo dio un gruñido bajo, advirtiendo, pero los centinelas no se movieron.

-No los puedes matar -dijo Minho parándose delante de Hangeng-. Confía en mí, te arrepentirás mañana.

Jongin chasqueó sus mandíbulas hacia Minho, pero no apartaba la vista de Hangeng.

-Deja que crezca -dijo Minsoo-. No puedes mantenerla bajo tu pulgar para siempre.

Jongin giró la cabeza hacia el centinela, su gruñido cada vez más profundo.

-Piensa en esto -advirtió Chen-. Tanto como quieres clavar sus bolas en la pared, te vas a arrepentir.

Hangeng trató de mantener a Nana detrás de él, pero ella se empujó hacia adelante, cayendo de rodillas frente al muy grande lobo, acunando la cara de Jongin. Hangeng no podía respirar. Se veía tan pequeña en comparación con Jongin.

-Te quiero, papá. Tú me acogiste y me diste un hogar, me mostraste lo que significa ser parte de esta familia.

-Nana pasó las manos a través de su piel-. Siempre te amaré por eso. Recuerdo entrar en tantos problemas contigo, las bromas, la diversión de quedarse hasta tarde viendo películas de terror. -Nana se secó los ojos y luego lo abrazó-. Puedo ser grande ahora y haberme emparejado, pero eso no quiere decir que aún no pueda meterme en problemas y ver películas en la noche. Quiero vivir bajo tu techo, pero no lo podré hacer si no aceptas a mis parejas.

Jongin le acarició el cuello y luego se adelantó para estar delante de Hangeng. Chasqueó sus mandíbulas, un fuerte gruñido salió de su pecho. Hangeng sabía que estaba a punto de ser comido.

La cabeza de Jongin estaba a nivel de la suya. Estar allí viendo el rostro del Alfa era verdaderamente aterrador. La piel alrededor de su hocico se retrajo cuando él enseñó los dientes.

No era reconfortante que las orejas de Jongin estuvieran hacia atrás. Hangeng sabía a ciencia cierta que significaba que el lobo estaba a punto de atacar.

 

Para su sorpresa, el lobo del tamaño de un caballo retrocedió. Hangeng no estaba seguro de si debía sentirse aliviado o prepararse para un ataque. No daría nada por seguro en estos momentos. Casi se derrumbó de alivio cuando Jongin desapareció por la esquina.

-Ve a sentarte en el estudio hasta que estemos seguros de que no te va a matar -dijo Siwon mientras los centinelas se alejaban.

-¿Qué... jodidos... era eso? -Seven preguntó desde detrás de Hangeng.

-Mi papá en un estado de ánimo muy enojado -bufó Nana mientras se alejaba.

 

 

 

Seven se sentó en el sofá de gamuza, tratando de averiguar cómo iba a salir de este lío. Cuando había aceptado el contrato de la Corporación Kang Ta, no tenía ni idea que estaba siendo utilizado. Ahora todo estaba claro. La razón por la cual los archivos de Les estuvieran incompletos y que el señor Kang Ta no tuviera ni idea de lo que sucedía aquí. Había querido que Seven llenara los espacios en blanco.

Él no era lacayo de nadie. A Seven no le gustaba ser utilizado de esa manera, de ninguna manera. Pero no estaba seguro de que si decía que anulaba el contrato funcionaría en esta situación. Había grandes jugadores aquí que Seven ni siquiera quería tener en contra. ¿Cazadores de vampiros? ¿En serio?

¿Y en qué infiernos   se   había  convertido Jongin? Hangeng había dicho que el papá de Nana era un shifter lobo, pero  no se parecía a ningún lobo que Seven hubiera visto en la televisión. Era tan grande que parecía como si pudiera tragárselo entero. Seven nunca había tenido tanto maldito miedo en su vida.

Y Kang Ta lo había enviado aquí como un cordero al matadero. ¿Cómo infiernos iba a salir de esto?

-¿Quién eres?

 

Seven levantó la vista y vio a unos gemelos que lo veían fijamente. Ambos tenían el cabello rubio oscuro, pero uno tenía los ojos azules, mientras que el otro los tenía grises.

-Soy Seven.

 

Seven nunca había tratado con niños antes y se sentía un poco incómodo, ya que lo veían fijamente. ¿En dónde infiernos estaban Nana y Hangeng? Se suponía que iban a estar aquí con él.

-¿Estás aquí de visita? -preguntó el que tenía los ojos azules.

Seven juntó las manos, viendo a su alrededor mientras asentía. -Algo así. -No iba a decirles que había sido secuestrado.

-¿Algo así? -el de los ojos grises preguntó-. ¿Qué significa eso?

-Significa que Jongin piensa que debería quedarme aquí por un tiempo -respondió. Estaba un poco sorprendido cuando le dieron una mirada de oh.

-Él te castigó, ¿no es así? -preguntó el de los ojos azules-. Mi papá nos castiga a Taehyun y a mí a veces.

-¿Y tu mamá? -Seven preguntó, tratando de mantener un tema que les fuera familiar.

-No tenemos una mamá -contestó Taehyun, el de los ojos grises, mientras subía en el sofá al lado  de Seven-. Sólo dos papás.

El hermano gemelo se subió a otro lado  de Seven. -¿Cuántos papás tienes?

Antes de hoy, Seven habría dicho que era la más extraña conversación que había tenido. Pero después de tratar con Nana y Hangeng, y luego con la familia de Nana, esto era leve en comparación. Aun así le sorprendió que estos dos fueran criados por dos padres.

-Uno.

-Eso es extraño -dijo Taehyun-. Jimin y yo también tenemos un montón de tíos.

Seven no pudo evitarlo. -¿Y tías?

Jimin negó con la cabeza. -No, sólo  a Nana. Pero tenemos una hermana.

-¿Quieres ver un truco? -Taehyun preguntó mientras se deslizaba del sofá y sacaba un mazo de cartas de su bolsillo trasero.

-Claro -respondió Seven, moviéndose hacia adelante.

Taehyun pasó las cartas en su mano. Volaron por el aire y cayeron en el suelo, esparciéndose por todas partes.

Seven esperó a que Taehyun terminara su truco, pero el chico se quedó allí. -¿Cuál es el truco?

-Se llama recoge cincuenta y dos. Tío Kris me lo mostró. -Taehyun anunció con orgullo-. Pero no me gusta cuando tengo que recoger las cartas.

Se oyó tan deprimido que Seven se bajó del sofá y se arrodilló en el suelo, ayudando al pequeño a recoger las cartas.

-Gracias -dijo Taehyun cuando Seven le entregó las cartas que había reunido.

-Conozco un truco -dijo Seven mientras extendía la mano. Taehyun le dio las cartas y se sentó en el sofá con su hermano.

-Muéstranos -gritó Jimin.

 

Seven se rio entre dientes mientras barajaba las cartas. -Mi abuelo me enseñó esto. -Seven las partió por la mitad, las barajó un poco más, y luego le dijo a Taehyun-: Elije una carta.

Taehyun se deslizó hacia adelante y tomó una carta.

-No me digas cual es -Seven le advirtió-. Basta con que la veas y la recuerdes y luego métela de nuevo entre las barajas.

Seven sonrió cuando Taehyun se concentró muy duro con la carta en la mano, asintió y luego la metió entre la baraja. Barajó un poco más y luego Seven sacó una carta y   le dio la vuelta. -¿Es esta tu carta?

-¿Cómo lo hiciste? -Jimin gritó mientras  saltaba.

Taehyun veía a Seven como si él fuera Harry Houdini.

-Si les muestro, no pueden decirle a nadie más.

-Lo prometemos. Nosotros lo prometemos -exclamó Jimin con entusiasmo.

Seven pasó la siguiente media hora mostrándoles lo que su abuelo le había enseñado. Los gemelos tomaron la mitad del mazo de cartas, tratando de hacer el truco uno al otro, hasta que  lo hicieron bien. Seven sintió una    extraña sensación. Se sentía casi orgulloso mientras los dos se reían y realizaban el truco una y otra vez.

-¿Ustedes dos están causando problemas?

 

Seven levantó la vista y vio a un hombre con el cabello corto y rubio y musculoso, tenía los mismos ojos de Taehyun, unos profundos ojos grises. Ese tenía que ser su padre.

-No -respondieron los dos rápidamente-. Seven nos estaba mostrando un truco de cartas.

-Tu padre los está buscando -anunció  el hombre-. Creo que quiere que limpien su cuarto.

-Oh, hombre -murmuró Taehyun mientras bajaba la cabeza y salía corriendo con su hermano cerca.

-Lindos niños -comentó Seven cuando él se sentó en el sofá.

-Son unos traviesos -comentó y luego extendió la mano-. Soy Chan Hee.

-Seven -respondió mientras estrechaba la mano de Chan Hee-. ¿Puedo preguntarte algo?

Chan Hee se encogió de hombros. -Adelante, aunque no puedo prometer que vaya a contestar.

-Está bien -dijo Seven-. ¿Tus hijos están siendo criados por dos padres?

Chan Hee asintió.

-¿Qué le pasó a su madre?

-Nada -contestó Chan Hee mientras caminaba detrás de lo que parecía ser un bar de jugos. Empezó a sacar cosas de un armario mientras seguía hablando-. Byun es su padre. Dio a luz a nuestros tres hijos.

 

Seven se quedó en shock total. -¿Un hombre dio a luz? -Eso era totalmente imposible. Seven habría llamado al hombre un mentiroso, pero después de lo que había visto, no estaba tan seguro de que no pudiera ser cierto.

-Es una larga historia -dijo Chan Hee mientras añadía un poco de fruta a una licuadora-. Pero sí, un hombre dio a luz.

-¿No te asusta aunque sea un poco? -Seven se estaba volviendo loco a lo grande.

-Lo hizo en un primer momento  -admitió Chan Hee-. Pero cuando se trata de tu pareja, aprendes a aceptar lo inexplicable. Amo a Byun hoy tanto o más, que cuando nos conocimos. Aunque -Chan Hee se rio-, pensé que Jongin me iba a matar cuando conocí a Byun.

-Estamos en el mismo bote. -Seven se acomodó en el sofá, aún no estaba seguro de cómo iba a salir de este lío.

-¿Sabes cómo podrías salir del problema con Jongin y ganarte su respeto? -Chan Hee preguntó mientras añadía hielo a la licuadora.

-No.

-Arregla tu maldito lío. No esperes que nadie te ayude.

 

La licuadora empezó a hacer un ruido fuerte mientras Chan Hee veía como se mezclaban los ingredientes    juntos.

¿Cómo se suponía que iba a arreglar este lío cuando Jongin lo tenía bajo llave? ¿Y cómo Seven podía arreglar el lío con el señor Kang Ta que era el líder de algún grupo de cazadores de vampiros que lo estaba utilizando para obtener información?

«Jung-nam».

 

-¿Tienes un teléfono que pueda usar? -Seven preguntó.

Chan Hee sacó su teléfono de su clip y se lo dio a Seven.

-No le digas a Jongin que te dejé usarlo, y no me hagas lamentar el permitirte que hagas una llamada.

Seven pensó en los gemelos de Chan Hee y sabía que tenía que arreglar esto. De alguna manera, en el corto lapso que estuvo en el estudio, habían entrado dentro de él.

Por primera vez en la vida, Seven consideró cómo sería tener hijos. Honestamente se veía formando una familia con Nana y Hangeng, y ese pensamiento era aterrador como el infierno, sobre todo después de la forma en que sus padres lo criaron. Pero al enterarse de que estaba bien estar con un hombre y una mujer y que la gente en esta casa no sólo lo aceptaba, sino que ellos mismos vivían estilos de vida alternativos, a Seven le gustó la idea de convertirse en padre. Fue sacado de la línea de sus pensamiento cuando se oyó un clic, pero Jung-nam no dijo ni una palabra.

-Soy yo, Seven.

-¿Pequeña Bo Peep perdida? -preguntó Jung-nam.

-Necesito un favor.

-Ya estoy trabajando en un favor para ti.

-Esto tiene prioridad. -Seven miró a Chan Hee-. Se trata de mi familia.

 

 

 continuara...

 

 

 


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