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53. El Loco Muerdago de Nana. (31) por dayanstyle

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Hangeng caminaba por el pasillo, buscando en las habitaciones a Nana. Sabía que Seven estaba en el  estudio con Chan Hee, y Jongin se había ido por su pareja a Seoul. Pero él no tenía idea de dónde estaba Nana.

-¿A quién estas buscando? -preguntó Baekhyun, bebiendo refresco de naranja de una pajilla mientras se acercaba por el pasillo en dirección contraria hacia donde Hangeng se dirigía.

-A Nana, ¿la has visto? -le preguntó mientras cerraba la puerta de la habitación en la que acababa de buscar. Hangeng gruñó cuando Baekhyun se puso rígido y luego rápidamente se dio la vuelta, alejándose-. Espera ahí, Baekhyun.

Baekhyun se quedó inmóvil, viendo por encima del hombro a Hangeng. -Yo no sé nada.

-La mirada culpable en tu cara dice lo contrario -dijo Hangeng acercándose al humano-. ¿Dónde está ella?

Baekhyun frunció los labios como si tuviera que pensar realmente en ello. -La vi esta mañana cuando estaba despierta, y luego tomamos el desayuno, justo antes de que Ren me jalara hacia el estudio para jugar un video juego, ella tenía el cabello en una cola de caballo, entonces yo…

-¡Baekhyun! -Hangeng dijo el nombre del hombre en señal de advertencia.

-¡Ya voy! -Baekhyun gritó y se fue. Hangeng lo siguió, decidido a averiguar qué estaba pasando. Vio al humano entrar en una habitación y cerrar la puerta de golpe. No había manera de que fuera a dejar pasar esto.

Hangeng agarró la manija y abrió la puerta, listo para exigirle a Baekhyun que le dijera dónde estaba Nana, pero se quedó helado. ¿Qué infiernos estaba haciendo Henry atado a una silla con una mordaza en la boca? Hangeng miró a su alrededor para ver a Ren sentado en una silla al otro lado de la habitación, hojeando un manga, relajado, como si no  pasara nada.

-¡Estamos arruinados! -gritó Baekhyun-. ¡Esconde a Henry!

-Puedo verlo, Baekhyun -dijo Hangeng mientras cruzaba la habitación y le quitaba el pañuelo de la boca a Henry.

-¡Ya era maldita hora de que aparecieras! -Henry le gritó-. Estas personas son unos malditos locos.

Ren se puso de pie y metió  el  cómic  bajo  el brazo. -Creo que mi servicios ya no son necesarios. -Antes de que Hangeng pudiera hacer cualquier pregunta, Ren y Baekhyun salieron corriendo de la habitación. Él los ignoró y se giró hacia su hermano.

-¿Qué infiernos sucede?

 

-Tu loca familia me secuestró -dijo Henry mientras luchaba contra las ataduras. Hangeng podía ver un brazalete de metal en la muñeca de su hermano, que le impedía desaparecer.

-¿Por qué te secuestraron? -Cruzó los brazos sobre el pecho. Él no dejaría que su hermano se fuera, y no se movería hasta obtener respuestas.

-Nadie puede resistirse a mis encantos -dijo Henry con una sonrisa-. Todos quieren un pedazo de mí.

-Estás tan lleno de mierda, Henry. En todo caso, todos quieren estrangularte solo para deshacerse de ti. -Hangeng tenía la sensación de que no iba a llegar a ninguna parte con su hermano. El hombre no era confiable, y lo único que estaba haciendo era enojar a Hangeng. Un horrible pensamiento entró en su mente-. ¿Sabe Jongin qué estás aquí? ¿Él te puso en esta habitación?

-Estoy bastante seguro de que todos han evitado que el hombre se entere.

Hangeng sintió cierto alivio, pero aún no le decía por qué Henry estaba aquí.

-Nana vino a verme -dijo Henry en un tono que decía que estaba más que feliz con su visita.

-Si no quieres escupir los dientes, mantente alejado de ella -le dijo a su hermano.

-Ella vino a mí -se defendió Henry.

-¿Para qué? -le preguntó.

-¿Te gustaría saber? -Henry preguntó retorciendo sus labios.

-Si no me lo dices, voy a llamar a nuestros padres y decirles de tu deuda.

Henry perdió el brillo juguetón de sus ojos mientras palidecía ligeramente. -Quería saber dónde podía encontrar a los elfos de las sombra que están tras de mí.

Hangeng metió el pañuelo de nuevo en la boca de Henry y salió corriendo de la habitación. ¿Qué infiernos estaba haciendo Nana? ¿Por qué ella iba a cazar a esos hombres no-buenos? No estaba seguro, pero sabía que tenía que rescatar a su pareja antes de que cayera de cabeza. Encontró a Seven en el estudio, aun hablando con Chan Hee.

 

-Tengo que hablar contigo. -Jaló a Seven al vestíbulo-. Tenemos que ir a salvar a Nana.

-¿No está aquí? -preguntó Seven.

-No, ella fue a tratar con algunas personas desagradables que prefieren matar a escuchar súplicas.

Hangeng se dirigió hacia la puerta principal. Si no podía desaparecer, mientras estuviera en la casa, tenía que salir a la calle.

Pero el destino estaba siendo una perra hoy, porque tan pronto como abrió la puerta principal, Jongin entró, dándoles a ambos una mirada asesina.

 

 

 

-Necesito hablar con tu hermano -dijo Nana llegando frente al escritorio de Jaehyo.

-¿Para qué necesitas hablar con KwangMin?

Ella negó con la cabeza. -No, con tu otro hermano. Jaehyo se inclinó hacia delante, con el ceño fruncido, viéndola fijamente. -¿Por qué en la tierra necesitas hablar con Youngmin?

-Es una larga historia, pero básicamente es para evitar que asesinen a mi cuñado, tengo que resolver una disputa que esos dos elfos de las sombras tienen con Youngmin.

-Jongin no me dijo nada acerca de alguna disputa que los elfos tuvieran con Youngmin.

Nana rápidamente detuvo la mano de Jaehyo cuando él iba a tomar el teléfono. -Eso es porque mi papá no lo sabe, y yo preferiría que siguiera así. Este es mi lío y yo me encargaré de arreglarlo.

 

Jaehyo se puso de pie, caminó alrededor de la mesa y se detuvo frente a ella. -Youngmin no es alguien con quien se pueda hablar en privado, jovencita. Eres consciente de su gusto por la carne, ¿no es así?

-¿Él me comería? -Nana preguntó con asombro.

-Youngmin ha perdido la cabeza. No estoy seguro de lo que haga, pero no provocarlo es algo bueno. Puede que tenga algunas diferencias con Jongin, pero enviar a su única hija con un hombre que podría lastimarla sería un acto de guerra.

Nana se mordió el labio inferior. Esto no era lo que quería escuchar. Tenía que haber una manera de hablar con el antiguo vampiro sin lastimarse. -¿Puedes venir conmigo?

Jaehyo negó con la cabeza. -Youngmin no se siente feliz conmigo en este momento.

-No entiendes, Jaehyo. Tengo que hablar con Youngmin.

 

Jaehyo suspiró mientras se apoyaba en  su escritorio. -¿Es tan malo?

-Si los elfos de las sombras matan a Henry, entonces la deuda de mi cuñado nos corresponderá. No quiero que mi familia se vea involucrada en esto.

-Muy bien, pero ten cuidado, si se vuelve imposible, nos iremos de inmediato.

Nana no estaba segura de a quien temer más, a Jongin, Yeong Jin y G:amma o a Youngmin. Ninguno de ellos eran personas para tomar a la ligera. Al menos sabía que su padre no la mataría, pero ver la decepción en sus ojos, le dolería mucho más que cualquier cosa que los demás pudieran hacerle.

Jaehyo la agarró por el brazo, y desaparecieron del club y aparecieron en un extraño palacio que parecía que iba a derrumbarse en cualquier momento. Le recordó a Nana el palacio de un rey y una reina que viven con caballeros y doncellas.

-Esta es nuestra casa de la infancia -dijo Jaehyo mientras la acompañaba hasta el lugar que una vez fue real. Nana captó un movimiento por el rabillo del ojo cuando Jaehyo tomó su brazo con fuerza.

-¿Por qué has venido aquí?

 

Nana observó cómo un vampiro se deslizaba lentamente a su vista, su presencia parecía empequeñecer la habitación. No porque él fuera grande, sino debido a la fuerza bruta que parecía romper y crujir a su alrededor. Quizás esto no había sido una buena idea.

-Esta joven fey desea hablar contigo -anunció Jaehyo.

Los helados ojos azules de Youngmin se deslizaron hacia Nana, y ella sintió la imperiosa necesidad de correr tan rápido y tan lejos como pudiera. No parecía que le diera la bienvenida ni se veía amable. -Tengo que pedirte un favor -respondió ella antes de que perdiera el valor.

-¿Y por qué te concedería algún favor? -Youngmin preguntó mientras se movía fuera de las sombras.

-Porque mi familia está en peligro y haría lo necesario para mantenerlos a salvo. ¿Hay dos elfos de las sombras que te han ofendido?

Nana dio un paso atrás cuando los rasgos de Youngmin se transformaron en lo que podría ser una pesadilla. -No hablo de los muertos.

 

«Oh,infiernos».Iba a fallar. No parecía como que Youngmin quisiera oír nada de lo que tuviera que decir. -Pero si no los perdonas, ellos vendrán tras mi familia.

-Amenazaron a alguien que yo… -Youngmin miró a Jaehyo y se detuvo a media frase-. Ellos tendrán que tratar con eso.

Nana apartó su brazo de Jaehyo y se acercó a Youngmin. -¿Qué puedo decir para  convencerte en dejarlos? Amo a mis parejas con todo mi corazón, y me va a matar ver que algo les pase. Si no obtengo que esa deuda sea perdonada, esos dos vendrán no sólo por mis parejas sino también por mi familia. Tenemos pequeños en la casa, y parejas y... por favor, Youngmin.

Cuando Youngmin se acercó y pasó un dedo a lo largo de su brazo, Nana se obligó a no moverse. Ella sabía que no era un gesto sexual, pero la alternativa era francamente aterradora. ¿Estaría inspeccionando su carne antes de su consumo?

-Youngmin -dijo Jaehyo en advertencia.

-Tú no existes para mí, hermano. -Youngmin ladeó la cabeza, estudiando a Nana-. Qué sacrificarías para salvar a tu familia?

-Cualquier cosa -dijo Nana sin dudarlo-. Mi propia vida. -Pero ella rezó para que no quisiera eso.

-La familia no es tan noble como crees que puede llegar a ser -dijo Youngmin-. Ellos te traicionan y te dan la espalda.

-Mi familia  mataría por mantener mi seguridad -respondió Nana-. Mi papá incendiaria la tierra si cree que alguien me hace daño. No todas las familias son malas, Youngmin. Mi familia me ama, incluso aunque aún me vean como a una niña. -No estaba segura de por qué había dicho la última parte, pero el dolor de elegir entre sus parejas y su familia estaba comiéndola viva.

-Eres una niña -dijo Youngmin.

-Entonces mis parejas me perdieron -murmuró Nana cuando se giró para caminar de regreso hacia Jaehyo. Había pensado tontamente que podía manejar esto por su cuenta. Pero parecía que iba a tener que ir con Jongin con el fin de obtener el dinero para salvar a Henry. Sería un golpe a su ego decirle que no podía hacer frente a esto por su cuenta, pero ella prefería aceptarlo que ver a su familia asesinada.

-¿Cederás tan fácilmente? -Youngmin preguntó.

Nana se dio la vuelta, las manos cerradas en puños.

-¿Qué quieres que haga, Youngmin? No me vas a ayudar. Nadie  quiere ayudarme. Tengo que ir a casa y decirle a mi padre que necesito que me saque de esto. Quería demostrarle que soy adulta y que pude manejar el lío en el que se metió mi cuñado. -Ella sacó el mentón con ira-.   Jódete, Youngmin. Regodéate en tu auto-compasión. Espero que eso te mantenga caliente por las noches.

Nana se quedó sin aliento cuando Youngmin estuvo al otro lado de la habitación, sujetándola contra la pared del fondo, en menos de un segundo, gruñéndole en su rostro.

-¿Vienes a mi casa y me insultas?

-Te lo dije -dijo, sin molestarse en luchar-. Haría cualquier cosa para salvarlos, incluso provocar tu ira.

-No es muy inteligente -dijo Youngmin-. Podría comer tu carne sin pesarlo, pequeña.

-Basta ya -ordenó Jaehyo en un tono que hizo que el vello del cuello de Nana se erizara-. Libérala, Youngmin.

-¿Por qué habría de hacerlo? -Youngmin preguntó-. Tú me la trajiste. Yo no la busqué.

Nana miró los atormentados ojos de Youngmin, viendo la verdad en ellos. -¿Quién es él?

Youngmin la sostuvo contra su pecho. -Cuida tu lengua.

-Tú lo amas -dijo ella, teniendo la salvaje sensación que esa persona era un hombre.

-Y esos dos elfos de las sombras amenazaron su vida. Voy a disfrutar comiéndomelos, morirán lentamente.

Nana iba a vomitar por la imagen que Youngmin acababa de poner en su cabeza. Ese era un serio desorden individual, pero ella no estaba aquí para juzgarlo. -Si los perdonas, entonces estaré en deuda contigo.

-Cobraré esa deuda, joven fey. -Youngmin lentamente la soltó-. Veo sabiduría en ti. Pero ten por seguro que si se acercan a él de nuevo, nada me detendrá en hacerlos sufrir por años antes de que mueran.

-¿Sabes lo que acabas de hacer? -Jaehyo preguntó.

-He salvado a mi familia -Nana respondió cuando se alejó de Youngmin.

-En algún momento te llamaré -Youngmin le recordó.

-Tienes mi palabra -dijo Nana cuando se detuvo al lado de Jaehyo.

-Vete antes de que realmente me enoje.

 

Antes de que Nana pudiera argumentar, ella y Jaehyo estaban de regreso en su oficina. -Acabas de hacer un trato con un hombre que no olvidará que le debes -dijo Jaehyo mientras maldecía-. Él va a acabar con toda tu familia, tu pueblo, y tus parejas si te rehúsas cuando venga a cobrar.

-¿Quién dice que me rehusaré? 

-No estoy seguro si eres la más valiente mujer que haya conocido o la más tonta. Vete a casa antes de que llame a Jongin.

Nana desapareció, pero no fue a casa. Fue directamente con Yeong Jin y G:amma.

-¿Y bien? -Yeong Jin preguntó.

-No sé tras de quién fueron, pero si en cualquier momento se acercan a él de nuevo, Youngmin va a cenarlos durante años antes de que mueran. Esas fueron sus palabras.

G:amma no parecía aliviado. -La deuda de Henry está pagada.

-No -dijo Nana-. No quiero simplemente que quede pagada. Ya no van a hacer más tratos con él. Está prohibido hacer más apuestas.

Yeong Jin la estudiaba. -Tienes bolas, mujer. Bien, estoy cansado de tratar con él de todos modos. Henry no puede escoger a un ganador así lo tuviera frente a él y le diera una bofetada en la cara.

Satisfecha de que Henry no causara que su familia fuera asesinada, Nana desapareció a casa.

 

Continuara...

 

 

 


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