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53. El Loco Muerdago de Nana. (31) por dayanstyle

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Jongin fue en busca de Nana después de la llamada telefónica que acababa de recibir de Jaehyo. No podía creer que había manejado el lío por su cuenta. Había detalles que sabía que el príncipe vampiro no le estaba diciendo, y Jongin tenía el presentimiento de que no los obtendría tampoco de ella.

Simplemente le sorprendió que ella se hubiera enfrentado mano a mano con los dos elfos de las sombras y luego con Youngmin. Eso le asustaba a morir, así que cuando oyó a Jaehyo relatar la heroica historia. El maldito hombre lo había hecho parecer como si ella fuera una especie de rudo guerrero.

Si se tratara de cualquier otra persona, pero no su hija, habría pensado lo mismo. Sólo era muy duro de pensar que su pequeño ángel saliera a enfrentar a esos aterradores hombres. ¿Se había vuelto loca?

-¿Buscas a Nana? -Chanyeol le preguntó mientras caminaba hacia Jongin.

-¿La has visto?

Chanyeol asintió. -Ella está en el patio trasero.

Jongin se dirigió hacia la cocina cuando Chanyeol lo llamó por su nombre y se detuvo. -¿Qué?

Chanyeol le dirigió una sonrisa retorcida. -Ve con calma con ella. Todo lo que trató de hacer fue para demostrarte que puede manejar las cosas sin tener que llamar a su papá. Estoy muy orgulloso de ella.

Jongin vio a Chanyeol alejarse. Abrió la boca para responder, pero la cerró. ¿Qué podría decirle? Nana se había probado a sí misma y ante todos los demás, ¿por qué no podía verla como la mujer en la que se había convertido?

¿Por qué le era tan difícil aceptar que ella ahora era una adulta?

Frotándose la parte posterior de su cuello por el cansancio, Jongin fue a la cocina y se dirigió a la puerta de atrás con toda la intención de hablar con Nana hasta que vio hacia afuera. Había nevado ligeramente anoche, el suelo apenas estaba cubierto de polvo blanco, pero al parecer fue suficiente para que Nana y sus parejas formaran una bola de nieve.

Jongin se apoyó contra la puerta y vio a Nana reír, con el rostro radiante de felicidad mientras empujaba la nieve en la parte posterior de los pantalones de Seven. Gritando se giró, pero Hangeng la agarró y la jaló a sus brazos.

«Maldición».  El  hombre  estaba  viendo  a  su  hija  con solo adoración en sus ojos.

Jongin había pensado que Hangeng no hablaba en serio sobre ella, y para el caso sobre nada en la vida. Pero por la forma en que veía a Nana, la expresión le decía todo el amor que sentía por ella.

Incluso Seven la veía como si ella fuera la mermelada de su dona. Todo lo que Jongin pudo hacer fue ver como jugaban en la nieve juntos, sintiendo una sonrisa formarse en su boca cuando Nana empujó a Seven de culo.

-Ella parece feliz.

Jongin asintió cuando Luhan llegó a su lado. -Ella lo es.

-¿Vas a seguir dándole problemas por sus parejas? -Luhan  preguntó mientras deslizaba sus brazos alrededor de la cintura de Jongin.

-No, pero eso no quiere decir que no vaya a seguir dándole a Hangeng y a Seven un mal rato. -Ellos eran las parejas de su hija. Jongin les recordaría que si la lastimaban, él los haría polvo.

-Nunca llegué a decirte lo increíblemente guapo que te veías con traje -Luhan bromeó mientras frotaba la mejilla contra el pecho de Jongin-. Definitivamente vas a tener que usarlo de nuevo.

-Nunca en la vida -respondió Jongin-. Pero me dirás cómo te metiste en problemas.

Luhan inclinó la cabeza hacia atrás para darle a Jongin una sonrisa deslumbrante. -Mis labios están sellados.

Tenía la sensación de que tenía algo que ver con Henry. Luhan estaba tratando de proteger a Nana, asegurándose de que tuviera todo el crédito por limpiar el lio del causante de problemas. ¿Cuándo los habitantes de esta casa van a aprender que los secretos no se pueden mantener, y mucho menos de él?

-Vamos, señor Críptico. Tienes una paliza que necesitas recibir.

Luhan se carcajeó mientras se movía fuera de los brazos de Jongin. -No me puedes castigar con algo que me  gusta.

Jongin gruñó mientras perseguía a su pareja.

 

 

 

 

 

Baekhyun, Ren y Xiumin estaban delante de Henry mientras el hombre los veía.

-Sólo porque Nana salvó tu culo de la muerte no te salvaras del problema -dijo Baekhyun aflojando las cuerdas que mantenían a Henry pegado a la silla-. Vamos a mantener una estrecha vigilancia sobre ti, amigo. -Baekhyun hizo una V con los dedos, señaló sus ojos, y luego a Henry-. Realmente cerca, amigo.

-No habrá necesidad de eso -dijo Henry mientras se levantaba-. No pienso quedarme aquí ni un segundo más.

Baekhyun sonrió mientras Ren se reía. Xiumin se limitó a sacudir la cabeza. -¿No escuchaste? -preguntó Xiumin.

-¿Escuchar qué? -Henry arrojó las cuerdas a un lado y se dirigió hacia la puerta del dormitorio.

-Jongin te ha hecho una invitación permanente hasta que pagues la deuda que tienes con esta familia.

Henry se giró, con la boca abierta y sus ojos se agrandaron. -Oh, ¡claro que no!

Baekhyun pasó junto al hombre, dándole una palmada en el pecho con la palma de su mano. -Puedes empezar por ayudarnos a terminar la decoración de la casa para la Navidad. Después de eso, me puedes ayudar a encontrar el regalo que Chanyeol escondió de mí otra vez este año.

-¿Me puedes ayudar a traer de regreso el reno que Santa me quitó? -agregó Ren con un puchero-. Extraño a Baekho.

-Me vendría bien un poco de ayuda en el centro de ayuda  -dijo  Xiumin  mientras  cerraba  la  puerta  de la habitación detrás de él-. Estamos escasos de personal en esta época del año.

Baekhyun sonrió cuando Henry se alejó por el pasillo. El hombre no sabía que Chanyeol estaba esperando junto a la puerta, anticipando a que Henry huyera. Ver a Henry convertirse en un ciudadano modelo iba a ser muy interesante.

 

 

 

Hangeng se sentó en la cocina, bebiendo una taza de chocolate caliente. Seven y Nana estaban dormidos en la cama, pero él se sentía inquieto. Aún no podía creer que Nana se había enfrentado a los dos elfos y a un antiguo vampiro loco.

Sólo de pensar en lo que podría haberle sucedido le causaba escalofríos de terror que recorrían su columna. El vínculo entre ambos estaba creciendo, y Hangeng no podía ver su vida sin Nana o sin Seven en ella. Ese pensamiento hizo que le doliera el corazón.

Para un fey, encontrar a su pareja era como encontrar la otra mitad de su alma. Y él había encontrado dos parejas. Deseaba conocerlos más y estaba agradecido de que nada le hubiera sucedido a ella.

Bajando la taza, Hangeng frotó sus cansados ojos. Se sentía agotado, pero sabía que no sería capaz de dormir. El problema con Henry estaba bajo control, pero Hangeng sabía que Henry tenía un largo camino por recorrer. El hombre no veía nada malo en sus aspectos negativos, y eso era un problema.

Pero lo que le preocupaba ahora era el problema con Seven. Hangeng no estaba seguro de cómo iban a salir del radar de Kang Ta. Los cazadores de vampiros se habían vuelto cada vez  más  problemáticos, especialmente  en la  ciudad donde Jaehyo y su aquelarre residía. Hangeng aún estaba un poco sorprendido de que los cazadores no hubieran informado al mundo que los vampiros existían. Afortunadamente, de acuerdo con la gente con la  que había hablado, los cazadores no sabían nada de los otros seres paranormales que vivían entre los humanos.

Hangeng tenía una aprensiva sensación de que Kang Ta no estaría en la oscuridad por mucho más tiempo. Solo bastaría un pequeño deslíz para que el cazador humano descubriera a los shifters, demonios y hadas.

-Has traído un montón de problemas a  esta casa. -Fue más una declaración que una acusación. Hangeng soltó una sarta de maldiciones en su mente girándose para ver a Jongin apoyado en el marco de la puerta, con sus poderosos brazos cruzados sobre su ancho pecho-. No sólo creaste un montón de estragos en el pasado, sino que tu hermano puso a esta familia en peligro. -El rostro del hombre era inescrutable mientras veía a Hangeng-. ¿Dime por qué tengo que darle a este emparejamiento mi bendición?

Esta era la primera vez que Hangeng tenía una conversación real con el Alfa. Normalmente, el tipo gritaba, amenazaba y le decía a Hangeng lo que le iba a hacer a varias partes de su cuerpo cuando se acercara a la niña de Jongin.

Tomando su taza de chocolate, Hangeng le dio un gran trago, comprando tiempo para que su cerebro revuelto encontrara la respuesta. Sabía que no importaba lo que dijera, no apaciguaría al shifter. Nana era su pequeña niñita, y nadie sería lo suficientemente bueno para ella a los ojos de Jongin. -Porque la amo. -Le dijo la pura verdad.

Jongin agarró una silla, le dio la vuelta y se sentó a horcajadas. Incluso sentado al otro lado de la mesa, el hombre parecía diez veces más grande que Hangeng,   pero estaba cansado de luchar contra Jongin por Nana. Ella era su pareja y el hombre iba a tener que aceptarlo o se irían.

Hangeng sabía que mataría a Nana dejar a su familia, pero si Jongin seguía intentando mantenerlos separados, no tendrían otra opción.

-No me agradaste desde el momento en que puse mis ojos en ti -dijo Jongin mientras se frotaba la mano por la barbilla.

-Si hubiera sabido que iba a ser de la familia, nunca te habría jugado las bromas. -Hangeng sabía que iba a pasar mucho tiempo antes de que alguien dejara pasar eso.

Jongin frunció el ceño mientras negaba con la cabeza. -No es por eso que no me agradas.

Hangeng estaba confundido. -Entonces, ¿por qué?

Por una fracción de segundo, los ojos de Jongin se suavizaron, y entonces la expresión desapareció, reemplazada por una mirada contemplativa. -Dime, Hangeng. Si tuvieras una hija, ¿qué cualidades te gustaría que tuviera el hombre que fuera su pareja?

Hangeng curvó sus dedos alrededor de su tasa, viendo la mezcla de chocolate mientras pensaba en eso. -Tendría que amarla incondicionalmente, ser capaz de protegerla, y ser honorable y tener integridad. Para ella, quisiera que fuera compasivo y tomara su emparejamiento en serio. -Infiernos de lista.

Hangeng asintió. -Puedo no ser el hombre que quisiste que fuera la pareja de Nana, pero no soy una mala persona, Jongin. Ella nunca dudará de lo mucho que la amo o lo mucho que tomo en serio nuestro emparejamiento.

-Mírame, Hangeng.

Levantando los ojos, Hangeng vio los ojos del color del acero. -Aun no me agradas, ni Seven, y ninguno de los dos es lo suficientemente bueno para ella. Si alguna vez siento que ella es infeliz o está siendo maltratada, no habrá ningún sitio donde puedas esconderte de lo que planeo hacerle a ambos por el resto de sus miserables vidas.

-¿Eso significa que  ahora  somos  mejores amigos?

-Hangeng sonrió cuando Jongin frunció el ceño-. ¿Debo añadirte en Facebook como uno de mis cinco favoritos?

-En tus sueños. -Pero había una chispa de diversión en los ojos de Jongin. Eso era algo que nunca había pensado ver destinado a él.

-O tal vez deberíamos tener un abrazo grupal.

Hangeng y Jongin se giraron para ver a Seven de pie en la puerta, una leve sonrisa en su cara. Su corazón se aceleró más ante lo mucho que Seven había llegado a significar para él. Hangeng sabía sin duda que iba a tener muchos años de espléndida felicidad conociendo todo lo que pudiera sobre el hombre.

-Te voy a abrazar muy bien -dijo Jongin con un gruñido-, pero puedes terminar con costillas rotas y un pulmón perforado.

-Y yo que pensaba que todos estábamos llevándonos tan bien -dijo Seven.

-Lleva tu listillo culo a mi oficina, ahora.

-Supongo que la luna de miel ha terminado -dijo Seven mientras se giraba y se alejaba.

-No lo mates -dijo Hangeng levantándose y saliendo de la cocina, tras su pareja para saber lo que Jongin tenía que hablar con Seven.

-No lo prometo -Jongin le respondió a Hangeng.

 

Una vez que estuvieron todos en la oficina de Jongin, Hangeng se sentó en el sofá, jalando a Seven sobre su regazo. No era capaz de conseguir tener suficiente del hombre más pequeño. El chico se estaba convirtiendo en una adicción para él.

Jongin se sentó y luego sacó un archivo de su cajón y lo arrojó sobre la mesa. -¿Quién es Jung-nam?

Seven se puso rígido  en los brazos de Hangeng. -¿Cómo sabes sobre él?

-Encontrarás que sé todo lo que pasa en este pueblo. Ahora responde mi maldita pregunta.

 

Seven se giró en el regazo de Hangeng, viendo la cara de Jongin. -Es alguien que suelo usar para que obtenga la información que esté buscando.

-¿Y lo llamaste para saber de nosotros? No sólo tenemos a Kang Ta respirando en la nuca, ahora tenemos que tratar con un desconocido. -Su tono no era agradable. El hombre estaba francamente enojado-. Llámalo y que venga a la ciudad. Quiero saber con quién estoy tratando.

-Lo envié a investigar a Kang Ta, para saber exactamente lo que el hombre sabe -Seven respondió rápidamente.

-Llámalo y que venga -dijo Jongin, pronunciando cada palabra con un profundo gruñido.

-¿Y si no viene? -Seven preguntó.

La expresión de Jongin se ensombreció, convirtiéndose en una letal que Hangeng nunca antes había visto, ni siquiera dirigida a él. -Confía en mí, Seven. Este hombre no quiere que vaya por él.

-Lo voy a llamar -respondió Seven saliendo del regazo de Hangeng-. Estará aquí tan pronto como le sea posible.

Hangeng había pensado que había ganado la guerra con Jongin, pero podía ver que sólo había ganado una batalla. Hasta que las cosas se resolvieron y Villa Kim estuviera a salvo de nuevo, nadie estaría a salvo de la ira del Alfa.

 

 

 

 

 continuara....

 

 

 


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