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55. Dulce Deleite (01) por dayanstyle

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Kisu miraba la puerta de la oficina mientras se mordía el labio inferior.

Cory juraba que el vidrio de la panadería era a prueba de rayos UV, pero tenía miedo de averiguarlo. Sólo la pequeña exposición que tuvo cuando fue herido había sido dolorosa como el infierno.

La panadería finalmente estaba lista para funcionar. Woo Hyun estaba en la cocina, horneando hasta por los codos, pero admitió que necesitaba ayuda. Alguien vendría hoy para una entrevista. Todo lo que Kisu tenía que hacer era ver si la ventana funcionaba, o si iba a convertirse en un frito vampiro crujiente.

—Saca tu dedo de ahí y ve qué pasa —sugirió Cory detrás de él—. Tiene garantía de que los raytos UV no pasan a través de la ventana.

—Y si no funciona, podrás tener tu dinero de regreso. Pero yo estaré muerto. Estoy bastante seguro de que no podré presentar una demanda si soy una bocanada de humo de barbacoa de vampiro.

Cory hacía que probar la ventana se oyera malditamente fácil. Pero no era su vida la que estaba en riesgo si la maldita cosa fallaba.

—Un dedo.

Kisu se giró hacia Cory. —Ahí está tu dedo, amigo.

 

Cory sacudía la cabeza mientras tomaba la mano de Kisu y lo jalaba a la puerta. El corazón de Kisu martilleaba en su pecho. Era una criatura de la noche. ¿Por qué Cory no podía ver esto? Los vampiros y la luz del sol no se mezclaban. Cuando lo hacían, un montón de ceniza era lo que conseguían. Un vampiro podía soportar la luz del sol durante un corto periodo de tiempo si era temprano en el amanecer o tarde al anochecer, aunque tendría que ser viejo o ser un medio-raza.

Kisu no era ninguno de ellos.

—Espera, espera —dijo Kisu apartándose y sintiendo como si fuera a desmayarse—. Vamos a hacer esto a mi manera.

Cory lo dejó ir. —¿Estás asustado?

—¿Qué pasa si te pones un traje que se supone sea resistente a la plata y luego te digo que saltes a una tina de esa cosa? ¿Cómo te haría sentir? —Kisu se alejó de la puerta.

—No lo había pensado de esa manera —admitió su pareja—. No tienes que entrar ahí si no quieres. Sólo pensé que sería bueno tenerte trabajando a mi lado. Puedes quedarte a trabajar en la oficina.

Kisu sabía que iba a hacer lo que Cory quería. No había nada que no haría por el búfalo. Pero salir a una tienda a plena luz del día estaba en la parte inferior de la lista de haría-cualquier-cosa-por-ti.

—Voy a salir a la panadería. Tengo que ir con el chico que está aplicando para el trabajo de ayudante de Woo Hyun. — Cory se inclinó, y le dio un beso a Kisu—. Ahora regreso.

Cory le sonrió, pero Kisu pudo ver la decepción en los bonitos ojos azul pálido de su pareja cuando salió de la oficina. Realmente quería a Kisu ahí.

 

«Gah». ¿De verdad iba a hacer esto? Jodido estúpido, iba a hacer esto.

Kisu se dirigió hacia la puerta, diciéndose a sí  mismo que experimentar con un dedo no era tan malo. El dígito sería fácil de curar, a diferencia de todo su cuerpo. Abriendo la puerta sólo un poco, Kisu levantó el brazo y deslizó su dedo a través de la abertura. Se tensó, esperando sentir el dolor del sol, pero no pasó nada.

Sintiéndose estúpidamente valiente, Kisu dejó que su mano saliera de la puerta.

Cuando no sintió ningún dolor, movió los dedos. Todavía nada.

Se sentía como que estaba haciendo un juego cuando sacó su pie izquierdo. No había humo, ni carne quemándose. Era un comienzo. Kisu se tragó el miedo en su nervioso cuerpo y asomó la cabeza por la puerta.

El sol brillante era hermoso golpeándole en plena cara. Kisu se puso tenso, listo para saltar detrás de la puerta tan rápido como pudiera, pero deseó sentir el calor en su rostro sólo por un segundo antes de tener que renunciar.

Nunca había sentido nada igual en su vida.

 

Oh, por supuesto, había sentido el calor del sol sobre su piel antes, pero por lo general estaba gritando de dolor en cuestión de segundos y humeando poco después.

Esto no era nada de eso. Era cálido y suave como la sedosa caricia de un amante.

Kisu no sabía cómo había ocurrido teniendo en cuenta que estaba aterrorizado de convertirse en un montón de cenizas muy poco atractivas, pero de repente se encontró en la sala principal, de pie directamente en frente de las ventanas.

Sus ojos se cerraron cuando inclinó la cara hacia atrás, los rayos del sol brillando justo sobre su piel. Kisu apretó las palmas de las manos contra la ventana y se acercó más.

¿Esto era lo que sentía Cory cuando salía a la calle durante el día? ¿Esto era lo que los otros sentían?

Era increíble.

 

Por una vez en su vida, Kisu lamentó el hecho de que al ser un vampiro estaba sujeto a la noche. A excepción de las raras ocasiones en que no podía llegar a un cuarto sellado con la suficiente rapidez, la oscuridad era todo lo que había experimentado. Saber lo que se había estado perdiendo arrancó un trozo de su alma.

—Sé lo que estás pensando, Kisu, y no lo hagas. —Las suaves palabras fueron susurradas en los oídos de Kisu cuando los brazos de Cory se envolvían alrededor de él por detrás—. El sol es bueno, y sin duda tiene su utilidad, pero hay más en la vida que la luz del sol.

—¿Qué? —Kisu susurró, las lágrimas obstruían su garganta.

—Tú.

Kisu frunció el ceño ante la menos que descriptiva respuesta. Abrió los ojos, inclinando la cabeza hacia un lado para poder ver a su pareja. —Es fácil para ti decirlo. Estoy relegado aquí o a nuestro dormitorio. Puedes salir en cualquier maldito momento que quieras.

—Y ahora, tú puedes. —Había un brillo travieso en los ojos de Cory que le dijo a Kisu que el hombre estaba tramando algo—. Le pedí a Jongin que agregara sólo un poco más de dinero al préstamo. Contraté a Doo Joon para poner estas ventanas contra UV en la casa. Vas ser capaz de ir a cualquier lugar que desees en el interior de la casa durante el día. No estarás relegado a nuestro dormitorio nunca más.

Kisu no tenía ni idea de cómo inhalar, teniendo en cuenta que su garganta estaba atascada para que el aire entrara a sus pulmones. —Tú... —Se lamió los labios para que las palabras que estaba tratando de decir salieran—. Tú…

—Entonces... —Cory sonrió—. Entonces estoy pensando.

Kisu arqueó una ceja. Esto iba a ser bueno.

—Dado que Doo Joon se abrió el culo para lograr instalar tu sorpresa, me gustaría celebrar contigo en cada superficie plana en la casa que podamos encontrar. Pensé que podíamos hacerlo durante el día y la noche y decidir qué nos gusta más. —Los labios de Cory se extendieron en una sonrisa aún más grande—. Vamos a llamarlo una clase de experimento.

Kisu tenía la mejor pareja.

 

La expresión de Kisu era seria, y le era muy difícil combatir la sonrisa que amenazaba con delatarlo. —Vamos a necesitar un montón de pruebas de campo para obtener una cuenta exacta de los dos.

—Me gusta tu forma de pensar, pareja —dijo Cory. Kisu miró a los ojos a su pareja, preguntándose cómo había llegado a ser tan condenadamente afortunado. El shifter búfalo era dulce, y amable, y Kisu no estaba seguro de poder amar al hombre más de lo que ya lo hacía en estos momentos.

 

—Quizás podemos encontrar algunas de esas ventanas UV en el material sobrante e instalarlo en la oficina. De esa manera, podríamos pasar nuestra hora de almuerzo juntos.

Las cejas de Cory se alzaron. —¿Hora de almuerzo? Pensé que habíamos acordado sólo tomar media hora para el almuerzo.

—Lo hicimos —dijo Kisu mientras se giraba en los brazos de Cory y se inclinaba hasta rozar sus labios sobre los de su pareja—. Pero eso fue antes de que me dieras una visión de tu mundo.

El brillo travieso en los ojos de Cory se fue en un parpadeo, y se volvió todo serio. Su mano tomó suavemente la barbilla de Kisu, inclinando la cabeza hacia atrás aún más y mirándolo a los ojos. —Tú eres mi mundo. ¿Lo sabes ahora, Kisu?

El corazón de Kisu dio un vuelco en su pecho. —Lo sé ahora.

Cuando la campana sobre la puerta sonó, Kisu vio el pequeño recibidor que Cory había construido para bloquear el sol. Se acercó un hombre que miraba alrededor como si no estuviera seguro de estar en el lugar correcto. — ¿Hong Cory?

Kisu apretó el hombro de Cory. —¿Tú eres? —él preguntó antes de que su pareja tuviera oportunidad. Podía oler al shifter en el chico. Eso sólo lo hizo aún más vacilante.

—Soy Kim Myung Soo. Vengo por el trabajo de panadero.

Kisu se relajó. Desde que Min Woo comenzó a molestarlo de todas las maneras, se había vuelto muy receloso con la gente que no conocía.

 

Jongin había llevado a Min Woo con Jae Hyo, por lo que a Kisu concernía no quería oír hablar de su hermano por un tiempo, pero aún estaba un poco agitado por la extraña y vacía mirada de Min Woo.

Siempre le molestaría, pero tenía una pareja y ahora una nueva vida. Kisu iba a dejar todo detrás de él. Sólo rezaba porque Jae Hyo le diera a Min Woo la ayuda que necesitaba.

Extendió la mano, dándole a Xiao una buena sacudida. El tipo era un poco flaco y muy pequeño, pero Kisu sabía que no debía juzgar un libro por su cubierta.

—Entonces, ¿te graduaste en artes culinarias? — Cory preguntó mientras guiaba a Myung Soo a la oficina. Kisu no quería dejar la hermosa luz del sol, pero era un socio en este negocio. Era tan importante para la entrevista como

Cory lo era.

—¿De dónde eres? —oyó a Cory preguntar al entrar en la oficina.

—Busan —respondió Myung Soo—. Es un lugar hermoso, pero quería salir y explorar. Todo el mundo sabe acerca de Kim Jongin y me pareció un buen lugar para establecerme.

Kisu cerró la puerta, coincidiendo con Myung Soo. La Villa Kim era el lugar perfecto para llamarlo hogar.

 

 

Kisu corría por toda la casa, gritando de alegría mientras corría de su pareja. Cory estaba persiguiéndolo y caliente como el infierno. Kisu también, pero le gustaba la caza. También ayudaba que podía correr a cualquier lugar que quisiera de la casa sin preocupaciones.

—¿Dónde está el fuego? —Jong Hoon le preguntó mientras empezaba a correr al lado de Kisu.

Deteniéndose, Kisu no estaba seguro de cómo explicar al shifter impala que estaba jugando un juego sexual con su pareja. Jong Hoon parecía que estaba emocionado y listo para unirse.

No en esta vida.

—Jong Hoon —dijo Cory cuando se detuvo tan rápido que Kisu pensó que el tipo grande iba a estrellarse contra la pared—. Me alegra ver que estás mejor. —Su pareja miró a Kisu. La única cosa que Kisu podía hacer era encogerse de hombros. Él no tenía el corazón para decirle a Jong Hoon que se perdiera.

—Ellos quieren tener sexo —gritó Hui desde la sala—. ¿No puedes oler su apestosa excitación por toda la casa?

 

La cara de Jong Hoon se volvió diez tonos de rojo mientras se apresuraba a levantarse. Kisu miró al shifter chita. —No tienes que ser tan directo al respecto.

Hui se encogió de hombros, con una traviesa expresión. —Es la verdad.

Lo era, pero ahora Kisu se sentía como una mierda por avergonzar al pequeño impala. Él no pensó más en Jong Hoon, no cuando Cory agarró a Kisu de la cintura y lo levantó. — Vamos. Podemos terminar esto en nuestro dormitorio.

—¡Sólo tienen que mantenerse un poco más en silencio! —Hui gritó—. La última vez que los escuché, estaba esperando una especie de milagro dado que Kisu le gritaba a Dios tan malditamente alto.

 

Ahora era el turno de Kisu de sentirse avergonzado como el infierno. Ese shifter chita era demasiado malditamente grosero.

 

—No le hagas caso —dijo Cory—. Todo el mundo lo hace.

 

Kisu pronto se olvidó de toda la situación en la planta baja, cuando Cory se arrancó la camisa por la cabeza, dejando al descubierto un tesoro de músculos y piel dorada. Su boca se hizo agua mientras daba un paso hacia adelante y luego se inclinó, dando un pequeño mordisco al pezón de Cory.

Sonrió cuando su pareja siseó.

—Quítate la maldita ropa —dijo Cory bruscamente, apartando su pezón lejos de Kisu y quitándose el pantalón como si le hubieran prendido fuego. Kisu se rio. Amaba lo impaciente que era su pareja.

Elevaba su ego en todos los lugares correctos.

 

Kisu dejó caer la última pieza de su ropa y tragó al ver el hambre en los bonitos ojos azul pálido de Cory. El hombre no estaba bromeando. Quería joder a Kisu con cada centímetro de su vida.

Lo que estaba bien para él.

 

Cory tomó las muñecas de Kisu y lo acercó hasta que la piel desnuda se reunió con piel desnuda. La sensación envió escalofríos por todo el cuerpo de Kisu.

Cory era un hombre tan grande. A Kisu le encantaba. El shifter búfalo era como un amable gigante, bueno, en su mayoría. Él había visto al hombre molesto y era un espectáculo aterrador.

 

—Te amo, Kisu —confesó Cory mientras tomaba a Kisu y lo llevaba a la cama—. Has hecho mi vida muy feliz.

Ah, el chico sabía decir todas las palabras correctas. — No tienes que hablarme dulce. Ya estás recibiendo un poco de culo.

Cory sonrió. —Y es un culo muy bonito.

Kisu no sabía eso. Él estaba un poco del lado flaco y sabía que carecía de definición, pero a Cory no parecía importarle.

—Y amo este cuerpo. —Una gran mano rozó el abdomen de Kisu, una mirada de puro asombro en los ojos de Cory—. Me gusta todo de ti.

Kisu envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Cory, jalándolo más cerca. —Yo amo todo lo relacionado con mi gran búfalo. —Capturó los labios de su pareja, sintiendo que el calor se extendía dentro de él al oler a su pareja. Aspiró por la nariz, separando sus labios mientras la lengua de Cory se empujaba dentro de su boca. Kisu envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Cory, gimiendo cuando sus penes se rozaron.

Un ansioso gemido salió de sus labios. Kisu quería sentir a Cory dentro de él. Su pene estaba ya duro y doloroso, necesitando liberarse tan malditamente urgente. Pero la sensación era mucho más que el deseo sexual.

Kisu podía sentir su unión profunda con Cory. Era una fuerte conexión que se hacía más fuertes con el tiempo.

Cory rompió el beso, mordisqueando su cuello hacia abajo de Kisu. Sus labios trazaron un camino de éxtasis sensual. Tomó de nuevo la boca Kisu y otra vez, drogándolo con los besos —besos calientes. Kisu sentía como que iba a correrse y Cory ni siquiera lo había jodido.

 

—P-Por favor —tartamudeó, luchando por respirar.

—¿Sí? —Cory preguntó, su voz suave, persuasiva.

—Jódeme, Cory. Te deseo.

Kisu se apartó y jaló las rodillas hasta su pecho, ofreciéndose al shifter búfalo. Los ojos de Cory eran como relámpagos de verano. Eran convincentes, magnéticos jalando a Kisu, su pareja tomó el lubricante y comenzó a estirarlo. Se retorcía debajo de su pareja, perdiendo la cabeza al sentir los gruesos dedos de Cory en su interior.

Cory rápidamente colocó a Kisu en cuatro patas y alineó su eje contra el agujero de Kisu y se empujó adentro, suave y con firmeza. Mirando por encima de su hombro, Kisu vio que los ojos de Cory ardían con una intensa hambre que tenía a Kisu jadeando. Su pareja tenía los ojos azul pálido con largas pestañas fijos solo en Kisu. La luz del sol en sus ojos azules hacía que brillaran como porcelana.

Kisu cerró los ojos y apoyó las manos contra la cabecera, y se empujó hacia atrás. Con un duro empuje el grueso y duro como el acero eje entró en el cuerpo de Kisu hasta la empuñadura. Kisu podía sentir su corazón luchando para mantenerse con las exigencias de su excitación, cuando Cory comenzó a moverse dentro de él.

—Voy a correrme en tu caliente y apretado culo — susurró Cory al oído de Kisu.

—¡Dios, sí! —Su pene palpitante se balanceaba con gracia en el aire fresco barriendo alrededor su calor, excitando aún más a Kisu. Arqueó la espalda y dejó salir un gemido de sus labios—. Tan profundo dentro. Dios, Cory... Puedo sentirlo.

—Seguro como la mierda que eso espero —bromeó Cory mientras golpeaba el culo de Kisu más duro.  Kisu gimió mientras el largo y grueso pene que parecía llenarlo tan perfectamente rozaba su próstata con cada golpe de las caderas —cada empuje de Cory era increíblemente agradable y erótico.

Kisu apretó los músculos internos y masajeó la longitud de su pene al mismo tiempo. —Cory... oh mi Dios... oh Dios... joder... Cory...

Cory lo estaba volviendo loco de placer, apoderándose del cuerpo de Kisu. Sus bolas se apretaron contra su cuerpo y él lo sabía, no pasaría mucho tiempo. No cuando Cory lo estaba jodiendo tan a fondo.

Cory mordió el hombro de Kisu, y eso fue todo lo que necesitó. Kisu arqueó la espalda y gritó cuando el placer estalló dentro de él. Con una oleada de líquido que lo hubiera aterrorizado en cualquier otro momento, Kisu se corrió y se corrió duro.

Cory estaba llenándolo duro, alargando el clímax de Kisu. Nunca se había corrido tan profundo y tan exhaustivamente. Sentía como si su semilla estuviera siendo arrancada de su alma del apretado saco bajo su pene.

Con su lengua, Cory selló la herida y dio unos cuantos empujones más, enterrando su pene y una ráfaga caliente de líquido llenó el culo de Kisu. Mientras él estaba sin fuerzas, el movimiento de Cory se hizo más lento antes de que el hombre más grande finalmente rodara y dejara a Kisu perezosamente sobre él.

—La próxima vez, probaremos la cocina —dijo Cory mientras jadeaba.

Kisu sonrió. No le importaría probar cada maldita habitación de la casa con tal de que fuera sexo caliente con el hombre que amaba.

 

Fin

 

Notas finales:

a continuacion... 56. Secretos Silenciados (02) Serie Villa Kim


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